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El Renuevo de Dios

Isaías 44:3 “Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos


sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi
bendición sobre tus renuevos”

Renuevo significa: vástago que echa el árbol o la


planta luego de ser cortado o podado. Para el cristiano,
renuevo significa una nueva vida, una nueva
primavera espiritual, un cambio de temporada, entrar
en un nuevo nivel de crecimiento espiritual.
Así como a lo largo del año la naturaleza vive
diferentes ciclos, así también el cristiano debe
aprender a reconocer los tiempos divinos sobre su
vida. Hay un tiempo especial en la vida de todo hijo de
Dios en el que la tierra está lista para dar su fruto. Las
ramas que han sido podadas, están listas para dar sus
nuevos brotes, para crecer y extenderse. Aquellos que
no logran discernir este tiempo en su vida y lo dejan
pasar, sufren las consecuencias del estancamiento
espiritual.
Esto se evidencia con diferentes síntomas: apatía, falta
de hambre y deseo por las cosas de Dios,
insensibilidad a la presencia del Espíritu Santo,
insensibilidad frente al dolor ajeno, la vida se vuelve
rutinaria, se pierde el gozo, la persona se vuelve
crítica.

La Biblia dice: (Colosenses 3:10). “y revestido del nuevo, el


cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el
conocimiento pleno”

¿Qué significa "revestido del nuevo"? Significa que


nuestra conducta debería estar acorde con nuestra fe.
Si nosotros somos cristianos deberíamos actuar en
forma coherente. Ser cristiano es más que hacer
buenas decisiones y tener buenas intenciones, significa
tomar el camino correcto. Este es un paso sencillo, tan
simple como ponerse nuestra ropa.
El cristiano está en un programa de educación
continua. Cuanto más conocemos de Cristo y de su
obra, mayor será el cambio en nuestras vidas para ser
semejantes a Él. Ya que este proceso es de por vida,
nunca deberíamos dejar de aprender y obedecer. No
hay justificación para quedarse atrás, sino más bien,
una motivación para enriquecernos al crecer en El.
Esto requiere práctica, revisión, paciencia y
concentración para mantenernos en concordancia con
su voluntad.
Cristo es nuestro renuevo. Solamente en Él, y por
medio de Él nuestras vidas pueden ser
transformadas.
7 ÁREAS QUE DEBEN SER RENOVADAS
1. EL CORAZÓN: (Ezequiel 36:26-27) dice: “Os daré
corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitare
de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis
estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.”
Si va a haber un renuevo en nuestra vida, primero debe
comenzar por el centro de nuestro ser, nuestro
corazón. Dios nos da un nuevo corazón para seguirlo y
pondrá su Espíritu Santo en el para transformarnos y
darnos poder para hacer su voluntad. Por impura que
sea nuestra vida en este momento, Dios te ofrece un
nuevo comienzo. Puede hacer que nuestros pecados
sean borrados, podemos recibir un nuevo corazón para
Dios y tener su Espíritu si aceptamos su promesa. ¿Por
qué tratar de remendar nuestra vida pasada si podemos
tener una vida nueva?
2. LA MENTE: (Romanos 12:2) dice: “No os conforméis a
este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable y perfecta.”
Para que cambie nuestra manera de pensar, primero
debemos conocer quién es nuestro Dios, y cuán grande
es su poder. Para Él no hay imposibles, no hay límites.
Dios tiene planes buenos, agradables y perfectos para
sus hijos. Él quiere transformarnos en un pueblo con
una mente renovada, vivos para honrarle y obedecerle.
Debido a que El solo quiere lo mejor para nosotros y
por haber dado a su Hijo para que tengamos vida
nueva, deberíamos ofrecernos con gozo en sacrificio
vivo para su servicio.
Los cristianos tenemos este llamado: "No os
conforméis a este siglo". No hemos de estar
conformes con la conducta y costumbres de este
mundo, que por lo general son egocéntricas y a
menudo corruptas. Nuestro rechazo a formar parte del
mundo, sin embargo, debe ir más allá del nivel de
conducta y costumbres.
Debe estar firmemente arraigado en nuestras mentes:
"Transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento". Es posible evitar muchas de
las costumbres mundanas sin dejar de ser orgullosos,
codiciosos, egoístas, obstinados y arrogantes. Solo
cuando el Espíritu Santo renueva, reeduca y reorienta
nuestra mente somos en verdad transformados
3. LAS FUERZAS: (Isaías 40:29-31) dice: “Él da esfuerzo al
cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los
muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero
los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas
como las águilas; correrán y no se cansarán, caminarán y no se
fatigarán.”
Dios quiere renovar nuestras fuerzas, aumentarlas para
que ahora podamos enfrentarnos aquello que antes no
podíamos, y tengamos victoria. Aun la gente más
fuerte se cansa por momentos, pero el poder y la
fuerza de Dios nunca disminuyen.
Nunca está demasiado cansado ni ocupado para
ayudarnos o escucharnos. Su fuerza es nuestra fuente
de fortaleza. Cuando sientas que todo en la vida te
aplasta y no puedas dar un paso más, recuerda que
puedes clamar a Dios para que renueve tus fuerzas.
Esperar en Jehová es saber que su fuerza prometida
nos ayuda a levantarnos por encima de las confusiones
y dificultades de la vida. Significa también confiar en
Dios. Esto nos ayuda a estar preparados para cuando
Él nos hable. Entonces seremos pacientes cuando nos
pida que esperemos el cumplimiento de las promesas
que se encuentran en su Palabra.
4. LOS VESTIDOS: (Efesios 4:23-24) dice: “y renovaos en el
espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según
Dios en la justicia y santidad de la verdad”.
Los vestidos son nuestra cobertura, nuestra autoridad.
Nuestra vida necesita una renovación. Nuestra vieja
manera de vivir, la que teníamos antes de que
creyéramos en Cristo, es cosa del pasado. Debemos
dejarla atrás como ropa vieja que necesita desecharse.
Esto es tanto una decisión que hacemos para toda la
vida cuando decidimos aceptar el regalo de salvación
que Cristo nos da, como un compromiso consciente
diario.
No andamos por impulsos ni deseos. Debemos
ubicarnos en nuestro nuevo papel, apuntar en la nueva
dirección y apropiarnos de la nueva línea de
pensamiento que el Espíritu Santo nos da. Aquello
para lo que Dios nos trajo a la Tierra, ese plan que
ningún otro puede llevar a cabo, el propósito por el
cual nacimos, recibe ahora una renovación del Espíritu
Santo. Recibe una renovación del favor y el poder de
Dios para éste tiempo.
5. LA UNCIÓN: (Isaías 61:1) dice: “El Espíritu de Jehová el
Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a
predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados
de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura
de cárcel.”

Es la capacidad sobrenatural dada por Dios a la iglesia


para deshacer las obras del diablo. Aquello que al
enemigo le tomó años construir, en un solo día puede
ser deshecho por el poder de Dios que obra en nuestra
vida. Cuando Dios te renueva, el respaldo de Dios
sobre tu vida también es renovado, ¡y todo lo que
emprendas, prosperará!
6. LA PASIÓN: (1 Corintios 13:1-3) dice: “Si yo hablase
lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como
metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y
entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe,
de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
Y si repartiese todos mis bienes, para dar de comer a los pobres, y si
entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me
sirve.”

La Pasión es el combustible que alimenta nuestro


motor. Sin pasión, por más bueno que sea el auto, no
llegaremos a ningún lado. El amor es clave para hacer
la buena voluntad de Dios. Todos aquellos que quieran
tener una relación más íntima con Dios, deben recibir
un renuevo de pasión y amor para llevar a cabo la tarea
para la cual fueron llamados.
7. LA GLORIA DE DIOS: (2 Corintios 3:18) dice: “Por
tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta, como en un espejo
la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la
misma imagen, como por el espíritu del Señor.”

La gloria que el Espíritu imparte al creyente es


superior, en calidad y duración, a la que Moisés
experimentó. Al contemplar la naturaleza de Dios sin
el velo en nuestras mentes, nos asemejamos a Cristo.
En el evangelio vemos la verdad de Cristo y ella
transforma nuestra moral en la medida que la
entendemos y la usamos.
Cuando aprendemos de la vida de Cristo podemos
entender lo maravilloso que es Dios y lo que a Él en
realidad le agrada. En la medida que nuestro
conocimiento se profundiza, el Espíritu Santo nos
ayuda a cambiar. Llegar a ser como Cristo es una
experiencia progresiva.
Cuanto más cerca sigamos a Cristo, más nos
asemejaremos a Él. Como cristianos debemos ser
renovados a diario en el conocimiento de la gloria de
nuestro Dios. No podemos vivir de glorias pasadas.
Nuestras experiencias de victoria deben ser diarias y
continuas. Cada batalla ganada, cada territorio
conquistado, cada victoria personal que logres por
medio de Cristo, es un renuevo que viene a tu vida, y
te transforma de gloria en gloria, a la imagen de
nuestro creador.
Para ser renovados en Cristo Jesús, debes hacer un
PACTO con Él. Debes rendir tu vida a Jesús de
manera incondicional. Cuando Jesús sea el Señor y
Dios de todas las áreas de tu vida, experimentarás lo
que el Apóstol Pablo escribe en la carta a los
Corintios. Serás transformado de gloria en gloria,
conforme a la imagen de Dios.

EN ESTE MES DE SEPTIEMBRE, MES DE


RENUEVO, TE INVITO A TOMAR UNA
DECISIÓN DE FE. ABRE LAS PUERTAS DE TU
CORAZÓN, Y PERMITA QUE DIOS SE ADUEÑE
DE CADA UNA DE LAS ÁREAS DE TU VIDA.
JESÚS NO PUEDE SER EL SEÑOR Y DIOS DE SU
VIDA SI ENCUENTRA RESISTENCIA CADA VEZ
QUE INTENTA TRANSFORMARTE. DEJA QUE
DIOS SE ADUEÑE DE TU CORAZÓN, Y
ANÍMATE A EXPERIMENTAR LO QUE
SIGNIFICA VIVIR UNA VIDA VICTORIOSA, DE
GLORIA EN GLORIA, ESTANDO
COMPLETAMENTE RENDIDO A SUS PIES.
PADRE NUESTRO

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