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Es claro que el método para crear una obra de arte es muy complejo y demasiado largo. En
algunos casos ocurre un pequeño momento de genialidad que lleva al artista a crear una obra por
inspiración espontánea y efímera. Surge de la nada.
Un artista solo busca plasmar sus sentimientos en su obra, y solo dese lo que puede alcanzar.
Conoce sus limitaciones. Aun así, busca mejorar su creación pero no siempre con el mismo fin, si
no que trata de mejorarla y trata de ajustarla a su capacidad hasta quedar satisfecho.
Las fases del proceso creativo son: concepción, trabajo-simple de cada hora y maduración.
El artista crea su obra solo, que se denomina autárquica. Pero como todo sistema, hay una
institución detrás. En el artista cohabitan muchas instituciones que son con las cuales convive a
diario. Hay muchas cosas que influyen en la persona para crear su obra. Es por ello que se
considera ilusorio considerar la creación como un don caído del cielo.
Todo empieza por una idea, una pizca de inspiración que se va convirtiendo de un trazo, a una
forma o figura, adquiriendo color y sentido en la mente del artista, el esbozo o la obra.
El proceso creativo no es un proceso fácil ni lineal, sino interactivo. Se debe llegar a la conclusión
de que lo realizado o lo que está en proceso, merece la pena ser terminado o mostrado.
Para consumar un proyecto, primero debe incubarse la idea inconscientemente que consiste en la
consideración sin tenerlo consciente del problema y la búsqueda de una solución. En esa etapa en
la cual se planea todas las experiencias acumuladas, que se percibe y exterioriza como frustración
y estrés en el huésped que hacen sentir a la persona muy pequeña, inferior y que en gran medida
necesitará una tolerancia a este sentimiento de inferioridad.
Cuando se logra visualizar la idea, se suele expresar con las ya famosas exclamaciones, tales como
“¡Ajá!” y “¡Eureka!”
Es cuando llega la inspiración espontanea, fugaz y repentina como un destello de grandeza, que se
acompaña de sentimientos muy fuertes que a menudo suelen ser arrinconados y frenados, si no se
está preparado. Es entonces cuando se siente “iluminado” el artista.
Al final se debe comprobar, examinar y adaptar la nueva visión hasta ser acorde a las habilidades y
gustos del creador.