Cuando hablamos de neurociencias, es inevitable hablar e investigar sobre los aspectos

neurofuncionales y anatómicos de la evolución psíquica. El hombre en su inalcanzable búsqueda por

descubrir y conocer más acerca de cómo se adquiere el habla, los recuerdos y demás actos
inherentes al pensamiento que se enmarcan como actividad psíquica.

Muchas figuras de la época iban en búsqueda de dichas respuestas (GALENO) nos habla de las
facultades del alma se realizan y tienen como sede a los ventrículos Cerebrales que contenía al
pneuma psíquico o “espíritu”; por consiguiente, la memoria, que ya se denominaba como el factor
principal del pensamiento, forma el enlace funcional en la creación de imágenes mentales,
capacidad de juicio, opinión; en la Edad Media entre el siglo XV y XVI, las concepciones acerca del
alma y lo que se conoce normalmente como “lo mental” fueron evolucionando con nuevos modelos
explicativos, con la memoria no fue distinto, y en este periodo la figura (Descartes) resalta al
analizar que esta alma se canaliza a través de nervios o túbulos hasta sus compartimentos
(válvulas) específicas que permite el funcionamiento de toda forma expresiva en el cuerpo del
humano.

A fines del siglo XVII en Inglaterra, Thomas Willis en su estudio ordenado de la memoria aporta que
esta se encuentra alojada en el cerebelo, retomando que este participa en el proceso, pero le da
mayor participación a la corteza cerebral, específicamente a los giros de los hemisferios cerebrales;
a la vez resaltó en que las alteraciones en las estructuras cerebrales referidas se vinculan con las
deficiencias –mentales, El filósofo estadounidense William James publico los términos memoria
primaria y memoria secundaria, que es igual a los términos de memoria a corto y largo plazo,
respectivamente; el psicólogo Hermann Ebbinghaus fue el primero en estudiar la capacidad de
memoria o recuerdos; con pruebas intentó proponer leyes fundamentales de la memoria humana.
La neuropsicología cognitiva estipula, en sus inicios, la gran importancia de los + modelos de
almacenamiento y su correspondencia con los diferentes tipos de memoria, en especial con la de
corto plazo que permite mantener activa la información; desde el punto de vista práctico, no se
consigue separar el aprendizaje de la memoria, pero pedagógica y didácticamente con el fin de
comprender mejor los procesos cognitivos, se puede hacer la separación teórica para lograr una
mayor diferenciación.
En la importancia de las investigaciones en neurociencias cognitivas se está empleando la idoneidad
de la evaluación neuropsicológica y actividad bioeléctrica cerebral, por medio del uso de los posibles
mencionados cognitivos o unidos acontecimientos, que son mediciones electrofisiológicas
plasmadas frecuentemente en amplitud de onda P300, relacionadas con funciones cognitivas
estudiadas especialmente en procesos atencionales y de memoria (Chapi, 2011, 2013; Gutiérrez,
Rangel & Tovar, 2013; Snell, 2007; Gironell, García-Sánchez, Estévez-González, Boltes & Kulisevsky,
2005).

Estos métodos posibilita la investigación neuropsicológica de la memoria tanto a nivel estructural

como funcional del cerebro, siendo la serie de estudios que van desde conocer la actividad en
cerebros sanos hasta en síndromes clínicos