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Entrar al teatro: desde la actuación y la escritura

Mónica Bíbbó

Una alumna va a hacer sus prácticas en un curso en que la profesora ha decidido dar género
dramático. La practicante en sus primeros guiones de clase conjetura:

"comenzaría diciendo que el teatro es un acontecimiento participativo, es representación ante espectadores


y eso es lo que lo diferencia de los demás géneros. El circuito de la obra es éste. Escribo: Autor - Obra -
Director - Actor - Accesorios escénicos - Público -productor-vestuario-utilería-sonido-

Después seguirá una profusa explicación que conecta los orígenes del teatro en Grecia
con el teatro nacional y con el circo, para luego abordar la estructura de la obra teatral

¿Cuál es la estructura externa de las obras teatrales? Escribo: Actos, Escenas, Cuadros y los
defino. ¿Cuál es su estructura interna? Al igual que los textos narrativos que leyeron, las obras de teatro se
dividen en ... Escribo: introducción, nudo, desenlace. Lo que se pone en juego siempre es un conflicto (lo
escribo). El autor pone a uno o a varios personajes frente a las fuerzas que sobre él actúan, sus vicisitudes, y
muestra la complejidad humana. Sigo escribiendo. La acción es la serie de acontecimientos que constituye el
argumento de un drama. La acción por medio de personajes es la parte más significativa del teatro. Las
obras clásicas respetan las reglas impuestas por Aristóteles. Escribo: unidad de acción, unidad de tiempo,
unidad de lugar. Ahora vamos a entrar de lleno en la obra: les pido que respondan este cuestionario. (…)

Otro practicante a quien le ha tocado trabajar el mismo contenido propone:


Lo que yo pretendo enseñar son las características generales del discurso teatral, qué elementos lo
componen, qué es lo propio del teatro que lo diferencia de otras prácticas (discursivas o no) como p/ej.: la
novela, el cine o la televisión.
Mí objetivo es definir al teatro como "hecho teatral" (texto + representación -según las definiciones de
Ubersfeld en el cap.l de Semiótica Teatml- ), que el discurso teatral requiere siempre de una serie de
mediaciones (director, actores, escenógrafo) entre el emisor (autor, personaje) y el receptor (público) para
ser comprendido. A diferencia de la narrativa (novela, cuento) o la poesía no existe un hablante o sujeto de
la enunciación que se pone en contacto directo con el lector. Tampoco el texto se basta a sí mismo, como en
los otros géneros, sino que necesita completarse con "acotaciones" y "gestos". Si bien un texto teatral puede
ser solamente leído como cuando leemos una novela o cuento, es desde su origen "un texto escrito para ser
representado", no podríamos concebir el texto teatral sin la "representación". Entonces luego de dictarles
esto voy a darles un fragmento de una obra teatral y uno de una novela pata que hagan un cuadro
comparativo y después en el pizarrón anotamos las diferencias para que les quede en la carpeta y las puedan
estudiar para la prueba

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En estos y otros diseños de clase los objetivos son similares, los abordajes, parecidos y el
resultado es casi siempre el mismo: cuando los alumnos deben referirse al texto teatral lo
llaman 'cuento'. Las características tan minuciosamente señaladas por el practicante en cuadros
comparativos y dictados en carpeta aparentemente no parecen ser suficientes para diferenciar el
género dramático del narrativo.
Parecería que el marco teórico se presenta como un obstáculo en la apropiación y no como un
productor de saberes, como si esos saberes solo pudieran darse en una situación teórica no
mediatizada entre los saberes y los alumnos, como si la única relación posible y productiva
entre saberes y alumnos pudiera darse en un vacío teórico.

Nos preguntamos, entonces qué pasaría si el camino fuera diferente, si la llegada a las
particularidades del género dramático fuera desde la propia experiencia de los alumnos. Si se
comenzara en forma lúdica desde la actuación, luego se propusiera la escritura y ver, sin pautas
previas, qué se debe tener en cuenta para escribir teatro, qué particularidades tiene este género.
En este sentido nos interesa retomar el trabajo de Eduardo García y su construcción de "saber
escolar" como un saber que se resuelve desde lo simple a lo complejo y en la escuela, y no en
función de dicotomías de saberes más o menos prestigiosos y supuestamente más o menos
difíciles, dicotomías que piensan a la escuela como el lugar en el que el conocimiento debe
semejar al de otros ámbitos De qué manera poder construir saberes con los conocimientos
cotidianos con que los alumnos llegan a las escuelas.

Para ello propusimos una experiencia que partiera de la improvisación, pasara por la escritura
para volver a la representación, y reflexionar así sobre los requerimientos de los que debe dar
cuenta el texto dramático para poder ser representado.

Vale la pena señalar que con esta experiencia se espera que el juego teatral, opere como recurso
didáctico, que las Improvisaciones generen controversias, acciones que lleven luego a la palabra
escrita y planteen la necesidad de encontrar el modo en que lo escrito sea representable.
Para esta experiencia se trabajó con un grupo de alumnos de 2do año.
La primera actividad fue una improvisación con un conflicto dado. No hubo lecturas previas ni
indicaciones de ningún tipo. Con la improvisación se plantea una situación que dispara la acción. La
elección del punto de partida del trabajo de improvisación le va a dar el color a la improvisación. Si

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lo que nos interesa es desarrollar la idea de conflicto ubicaremos a los personajes en situaciones que
les provoquen conflicto, con el otro, consigo mismo, con el entorno.

Se hizo entonces un espacio en el salón en donde se colocaron dos sillas. A un alumno se le dijo que

se sentara en una de ellas con un libro en la mano. El lugar se había convertido en una estación de

ferrocarril cualquiera con un tren que no llegaba. El improvisador debía decidir la edad del personaje

que iba a s representar, a dónde se dirigía, qué llevaba en la mano ya que el libro era simplemente un

objeto que bien podría representar otra cosa., etc. Se le pidió además que esas decisiones que tomara

se notaran en su representación.
.. ~
Luego entraría en escena una compañera quien también elegiría un rol para representar
Solamente se había pautado el lugar donde se ‘ubicarían’ las vías, de dónde vendría el tren que
arribaría a ese andén. Se les había sugerido mantenerse de frente al público y hablar en voz alta y
clara.
El primer alumno decidió encarnar a un joven yendo a una entrevista de trabajo y llevar en la mano
una carpeta con su cv. Miraba con impaciencia su reloj y murmuraba fastidiado.
Cuando entró en escena su compañera reaccionó como ésta fuera una empelada el ferrocarril a quien
le recrimina la demora y discuten. La escena se resuelve cuando el muchacho decide ir a tomar un
colectivo.
Terminada la improvisación se les pidió a los chicos observadores que escribieran lo que habían
visto de manera tal que esa escena pudiera ser representado nuevamente por otros compañeros. El
trabajo de escritura fue grupal y hubo cuatro producciones. Nos interesa detenemos en dos de ellas:
La primera fue titulada:
"Un día normal"
Son dos personajes en una escena de andén. Nicolás está sentado en
el asiento del andén leyendo una carpeta mientras espera el tren que
viene del lado derecho. Cuando llega Maria CarIa Suárez conversa
con Nicolás sobre el misterioso tren que no llega y discuten.
Entonces Nicolás continúa su espera y más tarde decide no esperar
más el tren e irse."

Este texto debía ser representado tal cual estaba escrito por otros compañeros y el resultado de dicha

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representación arrojó las siguientes observaciones:
Como se trataba de un texto narrativo que solamente describía una situación los chicos lo
representaron como una escena muda, con mímica, y en esa mímica la gestualidad no daba cuenta del
tono de la conversación mantenida.
Una vez finalizada la representación se les preguntó por qué la habían interpretado de
ese modo, a lo que respondieron que al texto le hacía falta el diálogo, que no se
indicaba quién era cada personaje y que no era posible mostrar lo que Nicolás pensaba.
Entonces se solicitó que retocaran el texto escrito con los arreglos necesarios para poder
representarlo y el texto resultante fue el siguiente:
"Estación de trenes con un solo pasajero en el andén que se llama
Nicolás. Está sentado leyendo unos papeles. Mira hacia la derecha
de dónde vendrá el tren que no llega y mira a cada instante su reloj.
Se para, camina, se sienta, mira el reloj, pone cara de preocupado,
rezonga hablando solo. Llega María Caria.
Nicolás:- Ud es de acá?
Maria carla: - sí
Nicolás: -hace media hora que espero el tren, qué pasa?
María Carla- Ah, no, no viene, hubo un accidente.
Nicolás:- y no avisan", ¿no ponen un cartel?
María Carla.- Es que no se sabe bien a qué hora reanudamos el
servicio
Nicolás- Pero yo puedo perder la posibilidad de un empelo por su
Culpa. Tengo que llegar a una entrevista de trabajo.
María Caria-Por mí culpa? Mi función no es de informante, señor.
Tome un colectivo
Nicolás: -Me voy, pero me quejo.

Una nueva observación se produjo mientras se representaba esta escena. Los alumnos
se dieron cuenta de que los nombres propios no eran necesarios porque no se usaban,
bastaba decir, pasajero y empleada.

El otro texto surgido de la improvisación que nos interesa comentar decía:

"Estación de tren con un banco, un señor llamado Nicolás con una

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carpeta en la mano espera el tren.
Nicolás-se para y mira hacia la derecha preocupado por que el tren
no llega. Piensa que se la ve a hacer muy tarde. Camina hacia María
Carla
-Disculpe Sra. ¿no sabe qué pasa con el tren?
María Carla: - Posiblemente no venga. Hubo un accidente.
Nicolás- cómo 'posiblemente'? Uds. no saben, no pueden avisar?
Hace media hora que estoy acá.
María Carla.- cierra la ventanilla- Yo estoy para vender los pasajes,
nada más.
Nicolás- muy enojado- Yo quiero el libro de quejas!
María Carla:- Vaya a buscarlo! Está en Constitución."

Cuando este texto fue representado según estaba escrito los chicos señalaron que no se
había mencionado previamente a la chica y que se usaba un nombre propio no había
aparecido anteriormente.
Coincidían en que era difícil representar exactamente lo que un personaje estaba pensando, que
había que buscar el modo de indicar su estado de ansiedad y enojo.
Para finalizar la experiencia, se les pidió que con las conclusiones a las que habían arribado
escribieran un texto que explicitara qué había que tener en cuenta para la elaboración de un texto
teatral. Transcribimos uno de ellos:
-Tiene que tener una introducción básica donde se indique dónde se va a desarrollar.
-Al principio se dan a conocer todos los personajes que van a aparecer.
-Se les pone nombre y apellido si va usarse eso en escena.
-Lo que dicen se escribe en diálogo, con dos puntos y guiones y debe respetarse.
-Junto a lo que dicen se pueden aclarar movimientos, y gestos con otra letra o color o entre
paréntesis.

Lo arriba expuesto muestra, que, con sus palabras, sin tecnicismos y desde la propia experiencia y la
exigencia de la escritura de un texto que debía dar cuenta de lo que quería representarse, los alumnos
llegaron a delinear las características básicas del texto teatral.
El juego de la improvisación operó como un recurso disparador de la escritura de escenas teatrales, y
la escritura de escenas teatrales posibilitó una entrada diferente a las características del género
dramático, distanciada de los paradigmas escolares habituales y que luego hará más fácil la

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apropiación de saberes más complejos .
Retomando las palabras de Giroux podemos proponer que los educadores no deberían exponer la
teoría como algo que se ha de absorber, por el contrario, deberían definir un espacio pedagógico
donde los estudiantes se convirtieran en agentes haciendo teoría.

García, Eduardo, “La naturaleza del conocimiento escolar: ¿transición de lo cotidiano a lo


científico o de lo simple a lo complejo?” en Rodrigo, M. J. y Arnay, J. (comp), La
construcción del conocimiento escolar, Barcelona, Paidós, 1997.

Giroux, Henry, "El giro hacia la teoría" en Placeres inquietantes, Buenos Aires, Paidós,
1997.

Martelli, Gastón, Hacia el teatro. Taller de ejercicios para docentes y grupos,


Buenos Aires, El Hacedor, 1999.

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