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Bourdieu ‘’El oficio del sociólogo’’

INTRODUCCION

 Propósito: proporcionar un sistema de costumbres intelectuales, que nos den cuenta


de la necesidad de no descuidar ninguno de los instrumentos conceptuales o técnicos
que dan todo el rigor y la fuerza a la verificación experimental.
 Es necesario someter las operaciones de la práctica sociológica a la polémica de la
razón epistemológica para inculcar una actitud de vigilancia constante que encuentre
en el completo conocimiento del error y de los mecanismos que lo engendra uno de
los medios para superarlo. La intención de dotar al investigador de los medios para
que el mismo supervise su trabajo científico.
 Vigilancia epistemológica: lo que hace es subordinar el uso de técnicas y conceptos a
un examen sobre las condiciones y los límites de su validez. Además de señalar que
toda operación, no importa lo rutinaria y repetida que sea, debe Repensarse a sí
misma y en función del caso particular.
 Racionalismo fijista: la obediencia incondicional a un conjunto de reglas lógicas hace
desaparecer, como diría Freud, ‘’la elasticidad en las definiciones’’. Como indica
Bachelard, el conocer debe evolucionar junto con lo conocido. Es inútil buscar una
lógica anterior y exterior a la historia de la ciencia que se está haciendo.
 En el caso de una ciencia experimental, la simple remisión a la prueba experimental no
es sino tautológica (resulta verdadera para cualquier interpretación) en tanto no se
acompañe de una explicación de los supuestos teóricos que fundamentan una
verdadera experimentación, y esta explicitación no adquiere poder en tanto no se le
adhiera la explicitación de los obstáculos epistemológicos que se presentan bajo una
forma específica en cada practica científica.

Primera parte: LA RUPTURA

El hecho se conquista contra la ilusión del saber inmediato: En las ciencias del hombre, la
separación entre la opinión común y el discurso científico es más imprecisa que en
otros casos. La familiaridad con el universo social constituye el obstáculo
epistemológico por excelencia para el sociólogo, porque produce continuamente
concepciones ficticias de la realidad.

¿Sociología espontanea? Es la ilusión del saber inmediato. ¿Cómo atacarla? Con una
resistencia organizada de una teoría del conocimiento de lo social cuyos principios
contradigan, punto por punto, los supuestos de la filosofía primera de lo social.

Dificultades para el sociólogo:

-Establecer la separación entre la percepción y la ciencia.


¿Prenociones? Son las opiniones primeras sobre los hechos sociales, su influencia es
tan fuerte que todas las técnicas de objetivación deben ser aplicadas para realizar una
ruptura. Una crítica lógica y lexicológica del lenguaje común surge como el paso previo
más indispensable para la elaboración controlada de las nociones científicas.

El descubrimiento supone siempre la ruptura con lo real, no solo una simple lectura de
lo real.

Con respecto al tema de la ilusión de la transparencia (lo social se nos presenta como
transparente) debemos imponer el principio de la no-conciencia que implica:

-La necesidad de escapar a experiencias vividas como fundamento teórico.

-Exige pensar que las relaciones sociales se establecen en ciertas condiciones que
exceden a los individuos, por lo tanto no podemos pensar que las cosas son como se
nos presentan a nosotros.

El sentido de las acciones más personales y más ‘’transparentes’’ no pertenecen al


sujeto que las ejecuta sino al sistema total de relaciones en las cuales se realizan.
El principio de la no-conciencia impone que se construya el sistema de relaciones
objetivas en el cual los individuos se hallan insertos y que se expresa mucho más
adecuadamente en la estructura interna de los grupos que en las opiniones declaradas
de los sujetos.

El lenguaje común encierra en su vocabulario y sintaxis toda una filosofía petrificada


de lo social siempre dispuesta a resurgir en palabras comunes o expresiones complejas
construidas con palabras comunes que el sociólogo utiliza inevitablemente. En este
caso, se deben proporcionar a la vigilancia epistemológica las armas indispensables
para evitar el contagio de las nociones por las prenociones: el análisis de la lógica del
lenguaje común, da al sociólogo el medio para redefinir las palabras comunes dentro
de un sistema de nociones expresamente definidas y metódicamente depuradas,
sometiendo a la critica las categorías, los problemas y esquemas que la lengua
científica toma de la lengua común.

Al sociólogo a menudo se le asigna la tarea de responder a los interrogantes últimos


sobre el porvenir de la civilización.
En tanto acepta determinar su objeto y las funciones de su discurso de acuerdo con los
requerimientos de su público, el sociólogo se vuelve profeta y forja en el público en
general la ilusión de acceder a los últimos secretos de las ciencias del hombre.

Bachelard niega a la ciencia la seguridad del saber definitivo para recordarle que no
puede progresar si no es cuestionando constantemente los principios mismos de sus
propias construcciones.
‘’Una ciencia debe olvidar a sus fundadores’’ Whitehead.
La ruptura con las teorías tradicionales no es más que un caso particular de la ruptura
con la sociología espontanea: en efecto, cada sociólogo debe tener en cuenta los
supuestos científicos que amenazan con imponerle sus problemáticas, sus temáticas y
sus esquemas de pensamiento a su investigación científica.
Como indica Bachelard: la ruptura que caracteriza al verdadero espíritu científico moderno,
con la simple idea de orden clasificación.

Querer sumar todos los conceptos heredados por la tradición y todas las teorías consagradas,
es desconocer que la verdadera acumulación supone rupturas, que el progreso teórico implica
la integración de nuevos datos a costa de un enjuiciamiento critico de los fundamentos de la
teoría que aquellos ponen a prueba.

La teoría del conocimiento sociológico: es un sistema de normas que regulan la producción de


todos los actos y de todos los discursos sociológicos posibles, y es el principio generador de las
diferentes teóricas parciales de lo social. Es el principio unificador del discurso propiamente
sociológico.

Confundir la teoría del conocimiento sociológico con las teorías parciales de lo social es
condenarse la renuncia de hacer ciencia.

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