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CONCEPTOS Y FUNDAMENTOS DE LA

EPISTEMOLOGÍA

Jorge William Guerra Montoya

Para examinar los conceptos de episteme, epistemia, lógica y epistemología, e


identificar los fundamentos de la epistemología, se presenta, primero, una
descripción puntual sobre los conceptos de lo real y la realidad, el saber y el
conocimiento, segundo, se presentan los distintos tipos de saber con sus
características y por último se relaciona el saber científico con los conceptos que
pretendemos examinar.

1. LO REAL, LA REALIDAD, EL SABER Y EL


CONOCIMIENTO.
Los seres humanos tienen capacidades y disposiciones naturales1 que les
permiten construir esquemas mentales sobre lo “real”2, es lo que comúnmente se
denomina “realidad”3, y que se objetiva como saber. Un saber es entonces un
constructo mental sobre lo real. Todo sujeto construye a partir del desarrollo del
pensamiento y del lenguaje su “realidad”, es decir, su propio saber, por ello lo
llamamos “saber subjetivo”, que para convertirse en conocimiento necesita ser
validado socialmente con los saberes, también subjetivos, de otros sujetos que
conforman la sociedad.

El anterior párrafo posibilita, inicialmente, comprender las relaciones entre lo “real”


y la “realidad”, entre el “saber” y el “conocimiento”, sin embargo, esa comprensión
es más compleja y demanda estudiar los distintos tipos de saber, sus
características y posibilidades que tienen para ser reconocidos como
conocimientos. Para comprender mejor esas relaciones iniciemos por identificar
los distintos tipos de saber.

2. TIPOS DE SABER Y CARACTERÍSTICAS4

2.1. SABER COTIDIANO.

1
Ver: GADAMER, Hans. “Conceptos Básicos del Humanismo: Formación”. En: Verdad y Método I.
Salamanca: Sígueme. 1997. Páginas 38 a 48.
2
Lo real lo vamos a entender como lo que existe, tanto material como idealmente.
3
La realidad la vamos a entender como el constructo mental de cada ser humano que le permite
objetivar lo real.
4
CAZAU, Pablo. Epistemología y Pedagogía. Buenos Aires. 1995.
Es el saber que “usamos todos los días” los seres humanos, más allá de poseer o
no una determinada edad, formación, ocupación o profesión. También se le ha
llamado el sentido común, el saber vulgar o el saber precientífico. E. Nagel indica,
acertadamente, que "la adquisición de un conocimiento confiable acerca de
muchos aspectos del mundo ciertamente no comenzó con el advenimiento de la
ciencia moderna y el uso consciente de sus métodos. En realidad muchos
hombres, en cada generación, repiten durante sus vidas la historia de la especie:
Se las ingenian para asegurarse habilidades y una información adecuada, sin el
beneficio de la educación científica y sin adoptar premeditadamente modos
científicos de proceder"5.

El saber cotidiano lo hemos incorporado por la vía del desarrollo del pensamiento
y del lenguaje y por referencia a una autoridad en la que confiamos. Este modo de
incorporación da cuenta del modo de obtenerlo ya sea por experiencia propia o
ajena. De hecho, en la vida diaria aprendemos muchas cosas útiles tanto si
provienen de comunidades científicas como si provienen de nuestros abuelos.

El saber cotidiano posee cuatro características: práctico, dogmático, experiencial y


no explicativo.

 Práctico, porque su finalidad es obtener información para producir algún


resultado útil, y poder movernos así en el mundo de todos los días. Por este
motivo, el saber cotidiano es universal, es decir patrimonio de todas las personas,
más allá de su grado de instrucción e incluso de sus predilecciones vocacionales.
Detrás del saber cotidiano se da un afán por dominar nuestro entorno, por ejercer
un poder que nos permite sobrevivir, o al menos vivir mejor; pero no se da un afán
especulativo por conocer.

 Dogmático, porque no cuestiona, no se critica, no se discute, y su lema es "las


cosas son así, y punto". Sin embargo cuando decimos que el saber cotidiano es
dogmático estamos queriendo decir que tiene una tendencia a serlo, que es más
fuerte que la tendencia a la rectificación, lo cual no quiere decir que dentro de
nuestro conocimiento diario no podamos introducir algunas modificaciones,
cuestionar ciertos procedimientos, pero esa no es la regla; en el saber cotidiano la
tendencia es a mantener durante mucho tiempo las mismas ideas y
procedimientos para hacer las cosas.

 Experiencial, porque lo que saben las personas lo saben por ellas mismas y lo
han comprobado por sus propios medios, o porque “lo dijo alguien que tiene
autoridad para decirlo”, que a la vez lo sabe porque él mismo lo ha comprobado
por experiencia propia. Es decir que el saber cotidiano se transmite de generación
en generación, y que los primeros que lo adquirieron lo hicieron por experiencias
propias. En última instancia se trata de un saber aprendido por lo que se ha

5
NAGEL, Ernest, La estructura de la ciencia: problemas de la lógica de la investigación científica,
Buenos Aires: Paidós, 1968, página 15.
denominado “método de ensayo y error”, lo que significa que las personas
aprenden ciertas conductas, e incorporan ciertos conocimientos, porque
efectivamente éstos les han dado resultado, han sido exitosos, y eso es más que
suficiente para moverse en la vida diaria.

 Explicativo, porque no interesa el por qué ocurre algo, él por qué actúan las
personas con base en lo que saben. Es decir que el saber cotidiano sirve para la
vida práctica, en la cual el sujeto utiliza el saber que posee pero no intenta
reflexionar ni buscar explicaciones sobre el mismo. El interés del saber cotidiano
se agota a lo sumo en una explicación superficial, y a veces ni siquiera en ello,
sino solamente en percatarse de una simple correlación. No busca explicaciones
profundas porque el saber diario es efectivo, práctico y útil.

Vistas las características del saber cotidiano es importante destacar la impotencia


del mismo para dar explicaciones profundas sobre lo “real”, para ser un saber
validado socialmente, lo cual ha demandado que los seres humanos trasciendan
el saber diario y busquen nuevas formas de conocimiento.

2.2. SABER MÍTICO.

Este tipo de saber da cuenta de diversas inquietudes humanas que van desde las
supersticiones hasta las religiones, las cuales si bien son diferentes entre sí
comparten el hecho de constituir una forma de conocimiento distinta al saber
cotidiano. Las características del saber mítico son:

 Explicativo, porque para dar cuenta de lo que sucede en la vida “real” los seres
humanos presentan razones o explicaciones referidas a cuestiones que están más
allá de sus posibilidades demostrativas, ya que no pueden recurrir al saber
acumulado producto de la experiencia propia o ajena. El hombre decide entonces
“inventar una causa” para actuar sobre ella y producir el efecto deseado. Por
ejemplo, tal vez se pueda hacer llover si en las noches de luna llena duermo con
un sapo muerto debajo de la cama (solución supersticiosa), o si invoco la
clemencia o los favores del Dios de la lluvia (solución religiosa). Como vemos, el
hecho de inventar una causa para la lluvia es ya plantearse una explicación para
la misma: llovió porque dormí con el sapo debajo de la cama o porque Dios tuvo
clemencia de mi pueblo. No se trata ya, como vemos, de una explicación
demostrable por la experiencia sino de una explicación más inverosímil, fundada
en vínculos mágicos de causa-efecto. Dotado de esta nueva herramienta
explicativa, y tal vez motivado por su afán y curiosidad, el ser humano se lanzó a
construir explicaciones más vastas, como las de dar cuenta de los orígenes del
universo, del ser humano o de los animales, naciendo así los diversos mitos de la
humanidad.

 Práctico, porque en la explicación de los hechos prevalece la razón práctica


sobre la especulativa. Cada vez que se necesita resolver una situación concreta y
el saber cotidiano nada puede aportar se recurre a explicaciones supersticiosas o
religiosas.

 Dogmático, porque se trata de “ilusiones” en un sentido similar al freudiano 6, es


decir, una creencia muy particular que en su origen se explica por el deseo, lo que
hace que el sujeto mantenga su creencia a pesar que la “realidad”, saber subjetivo
e intersubjetivo”, le diga lo contrario. En efecto, el sapo debajo de la cama no es la
causa de la lluvia, y a pesar de que el campesino duerme con él, no siempre
llueve (esta es la realidad). Su creencia inconmovible en el sapo hace entonces
que no la abandone e invente entonces explicaciones ad hoc para justificar el
fracaso, como por ejemplo pensar que el ritual no se realizó con la debida
exactitud ni el debido orden en los pasos. Tal vez la complejidad de ciertas rituales
sirva a este propósito de poder encontrar fácilmente explicaciones que permitan
mantener la creencia cuando fracasan los intentos por controlar la naturaleza.
Acerca del por qué este saber es dogmático podría pensarse que es la última
oportunidad que tiene a su disposición el ser humano para explicar los
acontecimientos del mundo, lo que lo fuerza a creer en lo mítico, más allá de toda
consideración de la “realidad objetiva”7.

 Mágico, porque las explicaciones que se plantean están fundadas en vínculos


mágicos de causa-efecto y no en los mismos hechos. El pensamiento mágico
implica el convencimiento de que de cualquier cosa puede salir cualquier otra
cosa: así, de un sapo puede salir la lluvia o de una invocación religiosa un deseo
realizado. No es lo mismo creer en la magia que creer en el azar, donde también
de cualquier cosa pueda salir cualquier otra cosa: la diferencia está en que en el
pensamiento mágico hay un fatal determinismo de que de cierta cosa saldrá
obligatoriamente otra, mientras que el azar es todo lo contrario (indeterminismo):
de algo no se sabe que saldrá.

El paso del saber cotidiano al mítico representa, por un lado, un retroceso, porque
se pasa de un conocimiento fundado en la experiencia a un conocimiento mágico,
pero, por otro lado, representa un avance, por ser el primer saber que se propone
dar explicaciones, es decir, responder a un por qué ahondar en él, como
comprensión y explicación de lo real y más allá de la experiencia inmediata.

2.3. EL SABER FILOSÓFICO

El saber filosófico se presenta de distinta manera en el mundo oriental y en el


mundo occidental. La filosofía oriental está más influenciada por el saber mítico
religioso y la filosofía occidental por la razón. El pensamiento oriental corresponde
a los sistemas filosófico-religiosos de los países del cercano, medio y lejano
Oriente, en los que el problema central no es la actividad cognoscitiva sino la

6
FREUD, Sigmund. El Porvenir de una Ilusión. S.Ed. 1926.
7
Entendiendo “realidad objetiva” como acuerdo de intersubjetividades humanas acerca de un objeto de
estudio en cuestión.
posibilidad de salvación del hombre. El sabio oriental busca la salvación y el sabio
occidental el conocimiento, de donde se desprende que la primera sea una
filosofía de la acción, en la que el hombre debe hacer ciertas cosas para poder
salvarse, y la segunda una filosofía de la reflexión, comprensión y explicación
racional de lo real. Las características del saber científico occidental son:

 Explicativo, porque se intentan dar explicaciones del mundo, del hombre, del
conocimiento, de la vida, de la muerte,…Pero a diferencia de las explicaciones
mítico-religiosas, que apelan a entidades sobrenaturales como los dioses, la
explicación filosófica apela a entidades naturales (el agua, el aire, la tierra, el
fuego,…) o a entidades abstractas e impersonales (arjé, nous, …), con las cuales
se liberan de explicar el fundamento y origen de las cosas a partir de
supersticiones o entidades religiosas que pueden decidir sobre el destino de los
acontecimientos.

 Racional, porque se funda en una relación lógica: los hechos ocurren de tal o
cual manera porque son una consecuencia lógica de ciertos principios
considerados verdaderos. Esto significa que la racionalidad del saber la
entendemos como la posibilidad de organizarlos en un sistema deductivo en el
que unos se pueden inferir a partir de otros en forma necesaria. El prototipo de
este saber podemos encontrarlo en la metafísica aristotélica. El conocimiento está
así jerarquizado: unos son más generales que otros, existiendo entre ellos
relaciones de deducibilidad (unos de deducen de otros), de manera tal que un
juicio es verdadero no en virtud de una correspondencia con la realidad (saber
experiencial o mítico) sino simplemente porque se infiere deductivamente de otro
juicio considerado verdadero por su simplicidad y su autoevidencia.

 Crítico, porque es capaz de revisar críticamente sus propias afirmaciones y las


de filosofías anteriores. El ejemplo más claro tal vez sea el de Descartes cuando
decide poner en duda todos los saberes anteriores y, consecuente con el espíritu
de la filosofía, se propone iniciar, desde sus fundamentos y sin supuestos previos,
un nuevo saber.

En síntesis, el saber filosófico deja de ser mágico y comienza a ser racional, deja
de ser dogmático para ser crítico, y empieza a perder practicidad para adquirir un
sesgo especulativo, ya aquí empezamos a reconocer la posibilidad de convertir el
saber filosófico en saberes que se pueden validar socialmente a partir de la
racionalidad, es decir, a ser conocimientos.

2.4. EL SABER CIENTÍFICO

Convencionalmente podemos situar el saber científico en los siglos XV y XVI con


el renacimiento y el Humanismo. Las características de este saber son:
 Racional y experiencial al mismo tiempo. La racionalidad la hereda del saber
filosófico y lo experiencial del saber cotidiano. Galileo sintetiza estas dos
características en una frase de la carta que envía en 1615 a su protectora, Cristina
de Lorena, en la cual dice que hay que empezar a confiar en "los datos de los
sentidos y en las demostraciones necesarias". Los datos de los sentidos tienen
que ver con lo experiencial y las demostraciones necesarias con lo racional. La
racionalidad es considerada por algunos autores como la característica esencial
de la ciencia. Al respecto, veamos el siguiente concepto: "Reservamos el término
'ciencia' para el conocimiento general y sistemático, esto es, aquel en el cual se
deducen todas las proposiciones específicas de unos pocos principios generales" 8.

Aprovechemos la anterior característica del saber científico para comprender


mejor las relaciones entre un saber y un conocimiento. Cualquier afirmación,
saber, para ser saber científico, es decir, conocimiento científico, debe cumplir con
varios requisitos: estar verificado -o por lo menos ser verificable-, estar
confrontado y validado socialmente por acuerdos intersubjetivos de las
comunidades científicas y estar incluido en un sistema deductivo más amplio
donde se relaciona con otras afirmaciones y donde todas son inferibles a partir de
principios fundamentales. Esto es lo que se quiere afirmar cuando se dice que un
conocimiento es "racional", es decir que los diversos conocimientos están rigurosa
y sistemáticamente organizados en función de principios generales. De ahí que el
conocimiento es un saber validado socialmente por comunidades científicas y
académicas que se encargan de su verificabilidad, sistematicidad y rigurosidad.

 Especulativo y práctico al mismo tiempo. La ciencia no tiene solamente como


objetivo hacer avanzar el conocimiento del mundo y de la vida por una cuestión de
afán de saber científico, sino que también se propone sacarle un provecho a ese
conocimiento con el fin de comprender el mundo y la vida, dar solución a las
problemáticas que se presentan en una determinada sociedad y, en ciertos casos,
poder prevenir y hasta predecir los acontecimientos. 'Hereda' así el carácter
especulativo de la filosofía, al mismo tiempo que la practicidad del saber cotidiano:
la ciencia es el único tipo de saber que es al mismo tiempo especulativo y práctico.

 Explicativo. La ciencia parte de lo “real”, como lo que es y lo que existe: la


naturaleza, la vida, los procesos del pensamiento, el lenguaje,…para generar a
partir de ellos explicaciones, investigación, sobre los fenómenos y procesos que
los constituyen. Se diferencia del saber filosófico porque éste intenta dar
explicaciones “últimas”, mientras que el saber científico no tiene esas
pretensiones, aunque no llega al extremo de contentarse con las 'explicaciones'
superficiales del saber cotidiano, ni menos aún con las mágicas del conocimiento
mítico. Una explicación científica procuraría dar explicaciones de otro tipo,
invocando procesos racionales, sistemáticos y rigurosos.

8
COHEM, Morris y NAGUEL, Ernest. Introducción a la lógica y al método científico", Volumen II,
Buenos Aires: Amorrortu. 1979, páginas 8-9.
 Crítico. La ciencia, los conocimientos, cambian mucho más rápidamente que
los dogmas religiosos, porque no suele aceptar sin más los saberes cotidianos y
míticos prevalecientes y busca ella misma probarlos con sus propios métodos.
Lacan decía que ”la ciencia es un cementerio de teorías, donde las nuevas van
matando a las anteriores”. A diferencia del saber mítico, que es cerrado, el
conocimiento científico tiende a no considerar que ya está todo explicado: la
ciencia es un saber abierto que deja un interrogante detrás de cada nueva
respuesta encontrada.

El conocimiento científico tiene su propia identidad que lo distingue de otros


saberes, pero las diferencias con éstos a veces no son tan fáciles de explicar por
las múltiples razones que presentan las comunidades para defender ciertos
saberes como conocimientos científicos.

Veamos el esquema de los distintos saberes con sus características:

GRÁFICA

SABER COTIDIANO

Práctico
Dogmático
Experiencial
No explicativo

SABER MÍTICO

Práctico
TIPOS DE SABER Dogmático
Mágico
Explicativo

SABER FILOSÓFICO

Especulativo
Crítico
Racional
Explicativo

SABER CIENTÍFICO

Especulativo y práctico
Crítico
Racional y experiencial
Explicativo
Presentados los distintos tipos de saber con sus características y las posibilidades
de ser considerados conocimientos “científicos”, pasemos ahora a establecer lo
que vamos a entender por los conceptos de episteme, epistemia, epistemología y
lógica.

La naturaleza del saber científico como conocimiento válido, producto de los


procesos investigativos, nos da la posibilidad de hablar de episteme; los estados
del conocimiento como avance de los mismos en relación con los contextos socio-
culturales, nos da la posibilidad de hablar de epistemia; la dinámica de la
producción de conocimientos al interior de un campo disciplinar nos da la
posibilidad de hablar de epistemología y las formas de dar validez y coherencia a
la producción de conocimientos y a los procesos en que éstos se alcanzan o se
consolidan, nos da la posibilidad de hablar de lógica.
Desde la antigüedad los griegos así lo entendieron pero la articulación entre éstos
conceptos sólo se ve cuando Kant estudia la física propuesta por Isaac Newton ya
no para ver la probidad de los argumentos de ese autor, sino para estudiar y
establecer la lógica de los mecanismos que la llevaron a sustentar los
razonamientos propuestos en su obra fundamental. Por ello se podría decir que
hasta Kant la epistemología se confunde con la gnoseología.

3. EPISTEMOLOGÍA Y GNOSEOLOGÍA
De entrada vamos a aceptar que la epistemología da cuenta de la naturaleza,
desarrollo y validez de los conocimientos de los seres humanos sobre lo real. Lo
anterior implica reconocer lo que históricamente se ha dicho sobre la
epistemología.

Las raíces etimológicas de la epistemología provienen de las raíces griegas:


episteme, conocimiento, y logos, tratado o estudio. Se ha dicho que el propósito
de ella es distinguir la ciencia auténtica de la pseudociencia, la investigación
profunda de la superficial, la verdad de la opinión. Es decir que necesitamos
diferenciar lo que vamos a entender por conocimiento válido y lo que vamos a
entender por conocimiento verdadero. Recordemos que en la cultura griega, la
episteme, como concepto, hacía relación a la pretensión de alcanzar
conocimientos válidos, la epistemia a los estados del conocimiento, la
epistemología a la dinámica de su producción y la lógica a las formas de dar
validez y coherencia a las producciones de conocimientos como a los procesos en
que éstos se alcanzan o se consolidan.

En el anterior párrafo ya se advierte que la epistemología para unos esta


relacionada con la filosofía de la ciencia: conocimientos válidos, y para otros, con
la teoría del conocimiento: estados, dinámica y lógica de producción de los
mismos.

Como ya se dijo antes hasta el siglo XVIII la epistemología y la gnoseología poco


se diferenciaban, pero actualmente si se diferencian: la una, gnoseología, como
teoría del conocimiento, y la otra, epistemología, como lógica de la producción de
conocimiento.

Lo anterior implica que la gnoseología se mantiene en la elucidación genérica y la


posibilidad del problema del conocimiento, en tanto intenta develar la esencia del
mismo, en tanto que la epistemología tiende a centrar sus consideraciones en la
comprensión que cabe desarrollar desde el interior de una ciencia. Es decir que la
epistemología se pregunta por la caracterización de algunos de los modos de
producir conocimiento, por los mecanismos mediante los cuales es posible juzgar
su cientificidad y por las formas alternativas de realizarlo, de ello debe dar cuenta
el lenguaje.

También habría que decir que la gnoseología da cuenta de un cúmulo de


significaciones que se asumen como producción de conocimiento desde la
certeza, en cambio la epistemología busca más el análisis de la construcción de
los procesos teórico-científicos, en los que la validez de un conocimiento exige la
comprobación de juicios mediante métodos y herramientas capaces de superar lo
que se cree desde la certidumbre. La lógica se entiende como pensamiento
coherente y elaborado del saber conocido y el lenguaje como herramienta de la
acción comunicativa en relación directa con la historia, es decir, como herramienta
que da cuenta del objeto de estudio en relación con un determinado problema
para un determinado contexto sociocultural.

Tradicionalmente, uno de los problemas fundamentales que ha ocupado a los


epistemólogos es el de la relación sujeto-objeto, sin querer decir con esto que la
epistemología se reduce a este estudio. Se le llama "sujeto" al ser cognoscente y
"objeto" a todo proceso o fenómeno sobre el cual el sujeto desarrolla su actividad
cognitiva. En esencia, se trata de la naturaleza, carácter y propiedades específicas
de la relación cognoscitiva del sujeto sobre el objeto, así como de las
particularidades de los elementos que intervienen en esta relación. El pensamiento
epistemológico surge, entre otras cosas, cuando se da incoherencia entre el ser
real del objeto y el saber subjetivo dado sobre el objeto, esta incoherencia se
convierte en objeto de la actividad intelectual, en epistemología, por ello en un
sentido del término es disciplina que se ocupa de estudiar la producción del
conocimiento científico. Sin embargo habría que decir que existe consenso
respecto de esta afirmación tan general, pero no existe acuerdo respecto de cómo
abordar el estudio de dicho objeto, ni qué aspectos considerar. Veamos los
distintos enfoques de la epsitemología que nos ayuda a saber por donde va la
discusión.
4. ENFOQUES DE LA EPISTEMOLOGÍA

Partamos de la siguiente proposición: Sí existe consenso respecto de la


naturaleza de la epistemología, como disciplina que se ocupa de estudiar el
conocimiento científico, es necesario buscar consensos respecto de cómo abordar
dicho estudio y qué aspectos considerar.

Tradicionalmente la epistemología ha sido considerada una disciplina filosófica,


encargada de analizar y evaluar críticamente los productos de la actividad
científica. Es decir que se la ha considerado una teoría de segundo nivel, o
metateoría, porque su objeto de estudio está constituido por teorías científicas
sobre las teorías de las demás ciencias, consideradas teorías de primer nivel
porque se refieren a un cierto dominio ontológico. Esta caracterización coloca a la
epistemología por encima del nivel d3e la ciencia, ocupada de analizar lo que se
produce en el seno de ellas.

En las últimas décadas esta posición se ha visto enfrentada, explícita o


implícitamente, con concepciones provenientes de las ciencias sociales,
principalmente de la psicología y la sociología. Es decir que se ha intentado
interpretar al conocimiento científico desde otras teorías, disputando así el terreno
ocupado tradicionalmente por los “filósofos” de la ciencia. Los desarrollos más
importantes han provenido del marxismo, el psicoanálisis y la sicología genética;
teorías que, por su amplio poder explicativo, han logrado incluir dentro de su
alcance, al conocimiento científico mismo.

Veamos los distintos enfoques9 que actualmente se presentan sobre la


epistemología, pero no perdamos de vista los propósitos que se plantea el curso al
presentarlos para determinar las relaciones entre la epistemología y la
epistemología de la pedagogía.

4.1 EPISTEMOLOGÍA FILOSÓFICA.


Sostiene que la epistemología es una disciplina filosófica encargada de analizar y
evaluar críticamente los productos de la actividad científica. Este enfoque pretende
encontrar los criterios que dan cuenta de la validez y aprobación de las reglas de
rigurosidad empleadas en la construcción del conocimiento, tales como: la
construcción lógica, la eticidad, la coherencia y legitimidad científica, la deducción
y la racionalidad empleada. Aplicado dicho enfoque a la epistemología de la
pedagogía implicaría aceptar que la pedagogía es una ciencia que se construye
mediante la actividad científica y que los productos de dicha actividad científica
pueden ser analizados y criticados. Al mismo tiempo habría que dar cuenta de los

9
Los enfoques sobre la epistemología se presentan con base en el texto de: GIANELLA, Alicia E.
“La relación de la Epistemología con la Ciencia”. En: Revista de Filosofía y Teoría Política No
26,27. Buenos Aires: U.N. Plata. 1986.
criterios de validez del conocimiento pedagógico y de las reglas de rigurosidad
empleadas para la construcción del conocimiento pedagógico.
A éste enfoque de la epistemología, ligado a la filosofía de la ciencia, se le han
hecho múltiples críticas, una de ellas en referencia con la consideración del sujeto.
La epistemología clásica ha pretendido eliminar de su campo de estudio al sujeto
de la ciencia. De esa manea se eliminan también las cuestiones que son al mismo
tiempo abordadas por las ciencias sociales. Podemos preguntarnos si es posible
teorizar acerca del conocimiento científico sin incluir consideraciones acerca del
sujeto.

Alicia Gianella expresa que “una de las formas más difundidas de eliminar la
consideración del sujeto del campo de la epistemología ha sido a través de la
división de los contextos de descubrimiento y el de justificación presentada por
Reichenbach en su obra Experiencie and Predictión, para él el conocimiento
científico es en primera instancia una realidad sociológica que comprende el modo
en que distintas generaciones de investigadores construyen el conocimiento de
manera racional, excluyendo aspectos sicológicos, sociales, culturales e
históricos”10. Pero estas cuestiones pertenecen a las relaciones externas del
conocimiento, y quedan fuera de la epistemología, ya que ella se ocupa solamente
de las relaciones internas del conocimiento, en particular de lo que Carnap
denominó reconstrucción racional del conocimiento. Es decir, aquello que resulta
de haber excluido de las relaciones internas todos los aspectos sicológicos
involucrados: los modos efectivos mediante los cuales los científicos llegan a una
idea científica. Todo aquello que tiene que ver con la ciencia entendida como
proceso, sean aspectos sicológicos, sociales o históricos, pertenecen al contexto
de descubrimiento y son excluidos de la epistemología. Sólo le será de interés la
ciencia entendida como producto, separada del proceso que le dio origen.

Son conocidas las críticas que ha recibido esta división. Por un lado se ha
señalado que ella nos permite analizar los modos reales mediante los cuales se
evalúa una teoría, que exceden en general los criterios planteados desde el
contexto de justificación. Por otro lado se ha señalado que, aún aceptando la
división, no está claro por qué deba excluirse de la reflexión epistemológica todo
aquello que pertenece al contexto de descubrimiento.

Una versión posterior que pretende también eliminar del campo específico de la
epistemología las consideraciones acerca del sujeto es la teoría de los tres
mundos de Popper11. Existe un primer mundo que es el de los objetos físicos, un
segundo mundo que corresponde a los fenómenos mentales, subjetivos, y el
tercer mundo que es el de las realizaciones humanas tal como se objetivan en
sistemas teóricos, argumentos y situaciones problemáticas. Son los contenidos de
libros, artículos y revistas. El tema de estudio de la epistemología, según esta

10
Ibid, pag 3.
11
POPPER, K. POPPER, K. Conocimiento Objetivo. Madrid: Tecnos. 1972, Cap. 3.
versión es el tercer mundo. Lakatos12 coincide con esta consideración y sostiene
que hay dos formas de sicologismo: el que reduce el análisis de la actividad
científica a los estados mentales de los sujetos reales (el segundo mundo de
Popper) y el de los que como Kuhn piensan en términos de una mente “normal” o
mente científica ideal, que es una entidad ubicada en el limbo entre el segundo y
el tercer mundo. Lakatos comparte con Popper la idea de que el mundo articulado
de los conocimientos es independiente de los sujetos cognoscentes, que tomados
en forma de individuos o en la mente del científico “normal” es una caricatura del
original del tercer mundo. Pero termina reconociendo que no puede entenderse la
historia de la ciencia sin tomar en cuenta la interacción de los tres mundos.

Las anteriores críticas, despiertan en los seguidores de la epistemología filosófica,


una serie de interrogantes para la epistemología científica: ¿La epistemología
filosófica transgrede los niveles teóricos y metodológicos de las ciencias?, ¿Qué
consecuencias generaría la trasgresión?, ¿Se produce circularidad?, ¿Se
establece una subordinación de la epistemología respecto a una teoría
determinada?, ¿No se cae en ese caso en un reduccionismo?.

La epistemología desde el enfoque filosófico se ha considerado una teoría de


segundo nivel o metateoría. Nuestra dificultad, con respecto al saber científico de
la pedagogía, está en demostrar los fundamentos desde los cuales es posible
asumir que los conocimientos pedagógicos constituyen una “teoría científica”. Al
mismo tiempo habría que reconocer que la pedagogía hasta el siglo XVIII tiene
explicación desde la filosofía, es decir que la filosofía daba cuenta de la
pedagogía, ya que los conceptos sobre los procesos educativos así lo
determinaban, en la medida que la educación se conceptualizaba desde fines
teleológicos.

4. 2 EPISTEMOLOGÍA CIENTÍFICA
En las últimas décadas la posición epistemológica desde lo filosófico, para dar
cuenta de la estructuración de la teoría científica, se ha visto enfrentada como ya
se dijo antes, con concepciones provenientes de las Ciencias Sociales,
principalmente de la Psicología y la Sociología.

El enfoque científico de la epistemología considera los conocimientos al interior de


cada ciencia, por ello se pregunta por: ¿Qué es lo que se estudia?. ¿Qué métodos
le competen al objeto definido? y ¿Cuál es el interés o significado de los
resultados obtenidos para el campo científico considerado?13. Esto es la
declaración de pertinencia con relación al objeto de lo que se investiga, sin dejar
de lado sus relaciones con otras ciencias o disciplinas. Este enfoque interroga a

12
LAKATOS, I. “Falsification and the Metodology of Scientific Research Programmes”. En: Criticism
and the Growth of Knowledge. Ed. Lakatos, I. Y Musgrave. Pág. 179 y sigs.
13
VARGAS GUILLEN, Germán. “La epistemología como función científica”. En: Investigaciones
Epistemológicas. Santa Fe de Bogotá: Colecciones Tecné. 1997.Pág. 72.
cada ciencia por la legitimidad de su estudio, por lo que estudia, por los métodos
con los que trabaja, por el interés y la pertinencia de su objeto.

Esta manera de encuadrar la cuestión del conocimiento ha permitido


conceptualizar y analizar la producción científica de una manera muy distinta a los
análisis característicos de la epistemología enraizada en las cuestiones filosóficas.
Sin embargo este enfoque exige la existencia de comunidades científicas que den
cuenta de las problemáticas que estudian, del objeto de conocimiento que
trabajan, los métodos más adecuados que utilizan y la pertinencia de sus
resultados. Con respecto a la consideración de la epistemología de la pedagogía
este enfoque exige dar cuenta de dichos aspectos.

Desde la perspectiva marxista, el conocimiento puede ser considerado como una


superestructura cuyas raíces hay que buscarlas en los sistemas de producción.
Los conceptos de ideología y de falsa conciencia alcanzan también al
pensamiento científico. La primera reflexión en este sentido está dirigida a las
teorías económicas, para ser luego generalizadas a otros campos de la ciencia. El
historiador del pensamiento económico, Ferdinand Zweig dice lo siguiente: “... al
atacar la política económica de su tiempo, Marx la señaló como una
racionalización de los intereses de las clases dirigentes, y luego generalizó este
postulado a su declaración de que las ideas, los conocimientos, el arte, la literatura
y la religión son superestructuras sobre la base de las estructuras productivas...
Marx aplicó primero a la conciencia pública y científica lo que Freud aplicó más
tarde a la conciencia individual,... y no es que el economista burgués sea un
hipócrita o un embustero sino que las fuentes reales de su ideología, de las cuales
generalmente ni él mismo se da cuenta, nacen de mucha mayor profundidad, de
las creencias y mitos inconscientes relacionados con los intereses de su clase”. Y
cita un párrafo de Marx en que dice “la ideología es un proceso que el pensador
realiza conscientemente, pero con una conciencia falsa. Desconoce los motivos
que lo impulsan,...(de una carta a Mehring)” 14

Otros autores como Habermas en su Técnica y Ciencia como Ideología de 1968,


desarrollan esta idea, sosteniendo que la ciencia como fuerza productora debe ir
acompañada de la ciencia como fuerza emancipadora.

La función de la epistemología, desde la perspectiva explicativa del marxismo,


consiste en desenmascarar las formas encubridoras de la ciencia comprometidas
con ideologías que reflejan los intereses de clase.

En forma análoga, el psicoanálisis intenta también desenmascarar la racionalidad


y sus productos. Se intenta poner de manifiesto que el verdadero motor de las
acciones humanas no es la razón o la inteligencia, sino los impulsos
inconscientes; y que aquella presta su colaboración para satisfacer esos deseos

14
ZWEG, Ferdomamd, El pensamiento económico, Méjico, Fondo de Cultura Económica, 1954, p.
19.
inconscientes. Desde esta perspectiva es posible analizar los productos de la
ciencia como representaciones simbólicas, como sublimaciones y como
racionalizaciones de esas fuerzas. La función de la epistemología, desde la
perspectiva del psicoanálisis será la de una acción develadora. La metapsicología
de Freud será en realidad una epistemología: es decir, un análisis de lo que el
inconsciente proyecta fuera de sí. En particular: las teorías científicas.

J. Lacan, en su peculiar versión del psicoanálisis, permite reconstruir una


epistemología. Su discípulo Jacques-Alain Miller, en una de sus conferencias
caraqueñas “Elementos de Epistemología”15 teoriza acerca del conocimiento
científico desde esta perspectiva. Establece inicialmente la diferencia entre
conocimiento y ciencia, y sostiene que la relación del conocimiento del sujeto y el
objeto es una metáfora de la relación sexual. En la ciencia, en cambio se quiebra
esa relación porque construye su propio objeto. A partir de la distinción
Saussuriana entre el significante y el significado sostiene que mientras en el
discurso habitual el referente del significado es siempre fálico en el discurso de la
ciencia, que tiene elementos comunes con el de la histeria, el referente se ha
extinguido. Afirma también que el sujeto impersonal de la ciencia es el sujeto del
inconsciente.

Estas epistemologías, tanto la marxista como la del psicoanálisis analizan la


ciencia, no por lo que las teorías expresan a través de sus enunciados, sino más
bien por lo que encubren, y las reflexiones metateóricas van encaminadas a
develar ese ocultamiento.

Piaget va en otra dirección, aunque tiene en común con las posiciones que
acabamos de mencionar la intención de construir una epistemología desde la
ciencia, sostiene que la epistemología debe dejar de ser una disciplina filosófica y
constituirse como disciplina científica, como ha ocurrido en muchos casos y en
épocas recientes con la lógica.

Afirma que las herramientas que deberá tener esta nueva ciencia son, por un lado
la lógica y, por otro lado, la teoría sicogenética y sociogenética, es decir, su teoría
acerca de la génesis y desarrollo de la inteligencia a través de una sucesión de
estructuras. En su obra Psicología y Epistemología16 sostiene que: “Toda las
ciencias humanas y sociales poseen en sí mismas su propia epistemología,... y si
bien la matemática y la física no corresponden a las ciencias humanas, su
epistemología y toda epistemología científica entra en el dominio de las ciencias
sociales, puesto que la formación, el desarrollo y el alcance epistémico de toda
ciencia constituyen manifestaciones esenciales de la actividad del hombre y
mantienen de hecho muchas relaciones con otras ciencias sociales particulares”.
La epistemología pasa a constituirse, según esta versión, en una ciencia cognitiva.

15
MILLER, J. A. Recorrido de Lacan, Buenos Aires: Manantial. Págs. 41 y sigs.
16
PIAGET, J. Psicología y Epistemología. Buenos Aires: Ernecé, pág. 136.
Estas incursiones han generado una serie de interrogantes: ¿Sé transgreden los
niveles teórico y metateórico antes señalados?, y sí la respuesta fuera afirmativa,
¿qué consecuencias acarrea esta situación?, ¿Se produce circularidad?, ¿La
autoreferencia genera paradoja?..., ¿No se establece una subordinación de la
epistemología respecto de una teoría determinada?, ¿No se cae en ese caso en
un reduccionismo?.

Este conflicto se origina en el hecho de que para analizar y evaluar el


conocimiento científico es preciso tener en cuenta al sujeto cognoscente; y puesto
que varias teorías científicas se ocupan del sujeto, si son lo suficientemente
abarcativas, tendrán algo que decir sobre el sujeto de conocimiento de la ciencia.
Las teorías del psiquismo en general, como el psicoanálisis de Freud y Lacan, las
teorías cognitivas, la sicología genética, así como las teorías que analizan al
sujeto, en tanto ser social e histórico que hemos mencionado antes, pueden
derivar de sus hipótesis afirmaciones epistemológicas.

El desarrollo de las ciencias sociales, la consolidación de sus teorías y la


ampliación de su campo explicativo, han acercado muchas teorías al campo
tradicionalmente reservado a la filosofía de la ciencia, al punto de dar origen,
dentro de esas teorías, a la propuesta de una epistemología interna de las
ciencias. Esta manera de encuadrar la cuestión del conocimiento ha permitido
conceptualizar y analizar la producción científica de una manera muy distinta a los
análisis característicos de la epistemología enraizada en las cuestiones filosóficas
y ha tomado la forma, en muchos casos, de un reduccionismo, donde se explica la
actividad y la producción científica desde el marco de las hipótesis de una teoría
determinada. En esa dirección hemos mencionado al marxismo, al psicoanálisis y
a la sicología genética.

Sin embargo, no hay que confundir el interés que persiguen las distintas
comunidades científicas al estructurar una ciencia y el interés que persigue el
epistemólogo de una determinada ciencia. Las comunidades científicas también
pueden, después de estructurar la ciencia, analizar y evaluar críticamente los
productos de su propia actividad científica, es decir, revisar la estructura de su
propia ciencia para dar cuenta de la naturaleza, recorrido histórico y desarrollo de
sus estructuras conceptuales.

4.3 EPISTEMOLOGÍA CON ELEMENTOS DE JUICIO DE


LAS CIENCIAS SOCIALES.
Este enfoque tiene influencia de ciertos elementos de juicio de la sicología y otras
ciencias sociales, pero se dice que esos aportes demandan mayor argumentación
porque son dudosos en muchos casos. Se refieren, por ejemplo, al sicologismo de
ciertas formas del empirismo. Hanson17 ha tomado elementos de la teoría de la

17
HANSON, N. R. Patrones de Descubrimiento. Cap. I. Madrid: Alianza. 1985.
Gestalt para cuestionar una filosofía de la ciencia que presuponía una concepción
atomista y especular de la percepción. Su argumentación va dirigida a mostrar que
la percepción no es una colección de datos puros y elementales a partir de los
cuales se construye el conocimiento científico, sino que tiene “carga teórica”. Se
dice que si bien la tesis de Hanson constituye un avance respecto de la sicología
atomista y elementalista presupuesta por el empirismo, no constituye, sin
embargo, una posición bien fundamentada. En esta concepción se recurre a
consideraciones esquemáticas y elementales tomadas de la sicología, y no a un
cuidadoso empleo de teorías que por su riqueza y complejidad estarían en
condiciones de brindar un apoyo más consistente a una teoría del conocimiento
científico. En un artículo de Oscar Nudler publicado en la revista Crítica 18 se
sostiene que la apelación a la teoría de la Gestalt no es suficiente para
fundamentar la tesis de que la percepción tiene carga teórica. Aún sosteniendo,
como lo hace Hanson, que en la percepción está presente el lenguaje, Nadler
argumenta que eso no prueba que sea el lenguaje teórico el que actúa en la
percepción. Tanto en el caso de las leyes gestálticas como en el de la presencia
del lenguaje en la percepción son afirmaciones demasiado generales e imprecisas
para sostener la tesis de la “carga teórica” que pretende sustentar Hanson.

Del mismo modo, puede reprochársele a Kuhn el no haber dado una explicación
bien fundada del papel que juega la percepción dentro de un paradigma y en
relación con el reconocimiento de las anomalías. Asimismo Feyerabend omite la
utilización de teorías acerca del lenguaje para fundamentar su afirmación del
carácter intrateórico de los significados de los términos teóricos.

De ahí es que se dice que muchas argumentaciones acerca de la naturaleza del


conocimiento científico descansan frecuentemente en concepciones sicológicas o
de otras ciencias sociales ya superadas, lo cual implica que la epistemología debe
ocuparse de la estructura y validación de dichas teorías, así como del análisis de
los procesos que llevan a la formulación y el abandono de ellas. Es decir, que es
necesario encarar un análisis cuidadoso de cuáles son las cuestiones que pueden
ser aportes para la epistemología científica.

4.4 EPISTEMOLOGÍA CON APORTES DE OTRAS


CIENCIAS
Este enfoque da cuenta de las cuestiones que pueden ser aportes valiosos para
la epistemología científica.

Primero, una teoría lógica desde la cual analizar los distintos aspectos formales
que interesa distinguir en el análisis del conocimiento científico. Hay sin duda

18
NUDLER, O. “Epistemología, Psicología y Cambio y Científico”. En: Revista Crítica. Vol. VIII, Nº
24, Méjico, Dic. 1976.
consenso respecto de que todo discurso racional requiere de la lógica, pero no es
tan evidente cuál es la lógica que presta mejores servicios a la epistemología. H.
Brown ha señalado que ciertos supuestos lógicos han influido marcadamente en
las discusiones filosóficas: por ejemplo, la discusión en torno de la caracterización
de las leyes científicas y las dificultades que presentaban las definiciones de los
términos disposicionales. En tiempos más recientes, la concepción estructuralista
de Sneedy Stegmüller propone el reemplazo de las herramientas formales
convencionales por la teoría de conjuntos.

Segundo, una teoría del lenguaje que permita, entre otras cosas, un análisis
adecuado del problema de los significados de los términos teóricos. H. Putnam
puede considerarse un epistemólogo que trabaja en esa dirección.

Tercero, diversas teorías psicológicas. Por ejemplo, una teoría de la percepción,


una teoría de la inteligencia y de la racionalidad, una teoría del psiquismo
inconsciente, que permita explicar los fenómenos de invención y descubrimiento
que no se desarrollan plenamente en los estados de conciencia del investigador,
una teoría cognitiva como la desarrollada por Piaget que de cuenta de las formas
de categorizar y estructurar el conocimiento.
Cuarto, una teoría acerca del desarrollo histórico y de las formas de categorizar
los cambios en la historia de la ciencia.

Quinto, una teoría social que permita encuadrar en ella a las instituciones
científicas y su relación con los cambios sociales.

Lo anterior equivale a decir que la epistemología filosófica o científica puede y


debe recibir aportes de aquellas disciplinas que ellas mismas se proponen
analizar.

En síntesis, podemos decir que la epistemología está siendo considerada desde


cuatro enfoques: El primero sostiene que la epistemología es una disciplina
filosófica; el segundo defiende una epistemología interna a la ciencia construida a
partir de las teorías científicas y los requerimientos que ellas establezcan; el
tercero, sostenido por algunos filósofos de la ciencia, que aceptan la utilización de
elementos de juicio parciales provenientes de algunas de las teorías de las
ciencias sociales pero de modo acrítico y el cuarto pretende sostener el carácter
filosófico y metateórico de la epistemología, pero requiriendo la incorporación
crítica y sistemática de teorías provenientes de ciertas disciplinas científicas19.

Desde el punto de vista de la pedagogía estos enfoques hay que asumirlos con
mucho cuidado, primero, por la relación entre la filosofía y la pedagogía, segundo,
por la multiplicidad de concepciones sobre la educación y los procesos educativos
que han determinado diversos objetos para la pedagogía, tercero, por las
relaciones entre la pedagogía y las otras ciencias de la educación y, cuarto, por la
escasa dedicación que históricamente han tenido las instituciones dedicadas a la

19
Op cit. GIANELLA, Alicia E. Página 3.
formación de educadores y los mismos educadores, a la reflexión crítica y
sistemática sobre el saber fundante de su profesión y sus propias prácticas.

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