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Introducción:………………………………………………………..…Pág. 03.
Capítulo I…………………………………………………….Pág. 13
Capítulo II……………………………………………………Pág. 15
Capítulo III……………………………………………………Pág. 18
Capítulo IV……………………………………………………Pág. 26
Bibliografía:……………………………………………………….….Pág. 38
2
Introducción:
Objetivos generales :
○ Cualitativo:
● Describir, analizar y comprender la forma en que es utilizada la asimetría de poder,
existente en la relación funcionarios de la salud y pacientes al interior del hospital
penitenciario de Santiago.
● Describir y comprender las distintas categorías que operan en la relación entre los
funcionarios de la salud y los pacientes (FS-P) al interior del hospital penitenciario
de Santiago.
○ Cuantitativo:
Caracterizar las particularidades de la relación asimétrica de poder entre FS-P,
dentro de hospital penitenciario.
Objetivos específicos:
o Cualitativo:
Dilucidar qué prácticas y discursos son característicos del uso de la asimetría de
poder en la relación entre funcionarios de la salud y pacientes (FS-P) dentro del
hospital penitenciario.
Explorar las distintas categorías que influyen en las particularidades y conflictos en
la relación FS-P en el hospital penitenciario de Santiago.
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○ Cuantitativo:
Marco Teórico:
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Nos encontramos ahora en un nivel medio de abstracción, el problema de ese
disciplinamiento del cuerpo, de esa utilización práctica y discursiva, por parte de
relaciones de poder y saber es lo que nos interesa mostrar, es decir, ¿cómo
efectivamente se ejerce el poder en sujetos, insertos en la compleja red que se instala
entre salud y punición? El problema central que nos queda es la manera de detectar
eso sincrónicamente, sin un estudio longitudinal que nos permita hacer comparaciones,
ver flujos, traslados de signos, etc. Antes de pasar al desarrollo de esto, la concepción
de Foucault (claramente difícil de aplicar) nos aporta algo más. El médico, así como el
gendarme, la enfermera o cualquier otro integrante de esta red, no es una persona
completamente consciente de los códigos que actualiza, sino que es atravesado por el
poder que ejerce.7 En este sentido: “El poder en la vigilancia jerarquizada de las
disciplinas no se tiene como se tiene una cosa, no se transfiere como una propiedad;
funciona como una maquinaria” (Foucault, 2000, p.182), es profundamente interesante,
el hecho que como lo señala en la “Voluntad de Saber”, las relaciones de poder serían
intencionales y no-subjetivas (Foucault, 2002b).
Por otra parte, Arendt nos obliga a recordar el carácter relacional del poder, en
un sentido un tanto distinto al foucaltiano. Y a pesar que su definición es más apropiada
para otras formas de apreciar el poder, como poder político, por ejemplo, nos ayuda
con una precaución metodológica que nos parece fundamental. Noción de reciprocidad
en la conformación del poder, que para Arendt diferencia este último de la violencia: “La
imposición de una voluntad sobre otra, es violencia.”(Águila, 1997, p.31). El poder es
social, la violencia es anti-social pues “el poder siempre requiere de mucha gente, (y) la
violencia puede prescindir de ella.”. (Arendt, 1970, p.39) Por tanto, si el funcionario
tiene poder no es sobre la persona privada de libertad (o más estrictamente para
nosotros no es solamente sobre), sino que se constituye en una reciprocidad. Para
dejar esto más claro, la diferencia central con Foucault se presenta en la centralidad
que para esta concepción tiene el sujeto o, mejor aún, las relaciones intersubjetivas,
por sobre esa concepción de maquinaria o de conducción de conductas. Habla más
inmediatamente de la relación, de ahí que sea una precaución metodológica ante estas
dos grandes nociones.
Ahora bien, para llegar a una definición operativa del poder, debemos situarnos
en un punto específico de la “maquinaria” que articularía el poder, es decir, intentar
detener la circulación de éste, sin perder de vista que no agotamos la naturaleza misma
del fenómeno, sino que simplemente hacemos el examen de un intervalo dentro de los
muchos juegos de relaciones, estrategias y reglas de enunciado, que participan en
distintos niveles de la “maquinaria”. En específico significa no olvidar que todo cuanto
podamos apreciar, registrar y analizar no agota su significado en sí mismo, sino que
9
pertenece a una dinámica más general que nosotros hemos entendido desde Foucault
como Biopoder o Biopolítica, que hace referencia (dicho de manera muy esquemática y
somera) a la regulación de poblaciones entendido el ser humano como especie, por
tanto, ubicando la vida misma8 en el centro de la política (articulación saber biológico-
poder político).
Para este efecto, entonces, entenderemos poder como: Capacidad material y/o
discursiva, que tiene un sujeto o grupo de sujetos, de imponer, prohibir o
producir prácticas y/o discursos, sobre otros individuos. Con esta definición
queremos tratar de ser exhaustivos en cuanto a varias cosas de gran relevancia.
Primero, que el poder no se agota con la dominación, por esto no sólo impone o
prohíbe, sino que también “produce” y en cuanto producto de una relación, no puede
ser nunca totalmente predicho, hay espacio para la incertidumbre que liga esto con un
alejamiento de esa visión jurídica-política del poder como algo solamente opresor.
Segundo, la inclusión de una dimensión material, no significa volver a confundir poder y
violencia9, sino que nos permite ligar el momento del análisis con algo que sobrepasa a
los individuos, que está incardinado en prácticas o, incluso, formas arquitectónicas
determinadas. Tercero, el entenderlo como una “capacidad” está unido a las
necesidades propias de un estudio sincrónico como el que nos proponemos realizar y,
por tanto, a pesar de la existencia de un contexto que recubre y coordina estrategias
generales de poder que exceden por mucho a un individuo particular, no es sino este
sujeto concreto quien actualiza, enuncia, propone, practica, etc. determinadas
relaciones de poder y el conjunto de prácticas y discursos que las componen.
Por último, de esta conceptualización se desprenden más o menos claramente
tres dimensiones, que desarrollaremos más adelante: 1) Poder como dominación, que
se liga con la definición de Weber de ese concepto y a la vez con lo que se pueda notar
como “capacidad material”, es decir, las prácticas y la obediencia a aquellas; 2) Poder
como medicalización del cuerpo, es decir, el trato del cuerpo como objeto científico, la
8 Sobre el concepto ver: Agamben, Giorgio (2003) Homo Sacer, Valencia, Pre-Textos. El concepto preciso usado
por Agamben es el de nuda vida.
9 Debemos ser enfáticos, con diferenciar el poder de la violencia, para nuestros efectos y según los autores
utilizados, el poder desaparece precisamente ahí donde, no pudiendo accionar sobre las conductas de los otros, se
recurre a la coacción física.
10
forma del diagnóstico, las recomendaciones de tratamiento, etc.; 3) Poder como
modificación de la conducta, hace relación con la capacidad de “producción” que
hemos otorgado al poder.
10 Esto en palabras del propio director del hospital, que además dijo que en otras unidades penales existían
enfermerías menores solamente.
11 “Normal” es usado aquí en un sentido parecido al que le otorga Durkheim en el suicidio, es decir, como los
comportamientos más típicos, sin que necesariamente se incorpore un juicio de valor.
11
de problematizar el concepto con los mismo funcionarios, como una noción que nos
ayuda a precisar la dimensión de poder como modificación de la conducta, y nos
enmarca en la pregunta por el control social, abordándola desde una perspectiva
microsocial, en las relaciones interpersonales y en la construcción de discurso de los
funcionarios de la salud del Hospital Penitenciario.
Asimismo, un concepto que se relaciona directamente con el anterior y que
también es fundamental como plataforma de entendimiento de los conflictos que se dan
dentro del hospital penitenciario, es el de Reinserción Social. Esta es una noción
bastante ambigua y que es usada generalmente, como las lecturas realizadas nos
sugieren, de manera bastante laxa, sin embargo, si hay algo de común en la utilización
del concepto es el carácter de revertir, enmendar o corregir una conducta o hábito
desviado, es decir que se aparta de la norma, en otras palabras, se trata justamente de
ejercer el control social sobre individuos determinados, que por sus características
(delincuencia, violencia, drogadicción, etc.) ponen en riesgo con su presencia la
cohesión de la comunidad.12 En general el proceso de Reinserción Social, se presenta
con diferentes aristas y preocupaciones de distintas índole, que afectan tanto a la
persona que quiere reinsertarse, como a su ambiente familiar y a las relaciones
sociales que posee en general. Esto podemos apreciarlo en alguno de los objetivos que
presenta el programa de reinserción social formulado por el Área de Servicios Sociales
(ASS) de la Diputación de Huelva (España) que señala para las atenciones que tendría
programa de reinserción:
“Estas atenciones pretenden:
* Aumentar la autonomía de la persona o familia
* Aumentar su seguridad
* Mejorar el equilibrio personal y/o familiar
* Potenciar las relaciones sociales” (ASS, 1999. p. 64)”
Acá podemos apreciar el carácter integral que tendría la reinserción social, por lo
12 Ver por ejemplo: Flores, M. (2004) El Estado y las ONGs en la Reinserción Social. Disponible en formato digital
en:
http://www.undp.un.hn/PDF/gobernabilidad/El%20Estado%20y%20las%20ONGs%20en%20la%20Rehabilitaci
on%20y%20la%20insercion%20social%20de%20los%20jovenes.pdf
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cual, la pregunta que nos hacemos concierne al carácter problemático que podrían
tener los diversos grados de compenetración de los funcionarios de la salud con la
reinserción social, puesto que este es un proceso que los excede y que no está
normado de manera clara, así entonces los límites se hacen difusos y la labor médica
puede perder su especifidad. En definitiva, es esta situación poco clara la que hace
necesaria la pregunta por la reinserción social. Nuevamente debemos dejar en claro
que no se tiene por objetivo medir, sino que surge como un concepto relevante para la
comprensión cabal de la investigación misma.
Por último, debemos manifestar que, sobre todo este último concepto, surge a
raíz del transcurso de la investigación, por lo que su significación acabada será fruto de
los resultados de nuestro trabajo.
Entre los problemas administrativos del Hospital se observa que no son muy
diferentes de lo que puede sufrir cualquier institución pública, contándose como
indicadores la intromisión de la política, la burocracia, los cambios sólo en época de
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elecciones, la dependencia al Ministerio de Justicia y el “papeleo” que ello implica,
además de que dicho servicio público enfatiza los recursos en Gendarmería, en la
contratación de nuevos gendarmes y refinamiento de las cárceles propiamente tales, y
no en el área salud de las mismas.
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enfermeros y técnicos paramédicos.
En general, el FS tiene el control absoluto sobre la condición médica del
paciente, esto es una diferencia con respecto a otras instituciones de la salud, pues en
las otras, es el paciente el que determina libremente si ha de ir o no a un Hospital, si se
toma o no los exámenes, y si se somete a un tratamiento médico, mientras que en el
HP, al paciente no le corresponde libertad alguna sobre su tratamiento médico y ha de
generarse una dependencia absoluta.
Otro punto importante es la falta de personal que reclaman los mismos FS del
HP, pues, consecuencia de ello, las jornadas laborales son extensas y sobrecargadas,
lo que produce una “polifuncionalidad”,(aprendizaje mutuo) es decir, los trabajadores se
desempeñan tanto en las funciones que les competen como en aquellas que pueden
corresponder a distintas áreas de trabajo dentro del HP. Sin embargo, este término, no
es visto sólo de una manera positiva. Hay quienes se refieren a él en forma negativa y
que genera una ambiente tenso, pues muchos deben realizar labores que no les
corresponden, producto de la falta de personal, lo que se ve incrementado por las
carencias físicas del HP, que producen un hacinamiento generalizado (tanto para los
pacientes como para los funcionarios).
Muchas de las motivaciones de los FS para trabajar en el HP, responden a una
estabilidad laboral, un sueldo superior al que podrían obtener en el Servicio de Salud
Pública o Privada (esto exclusivamente en el caso de los Técnicos Paramédicos, que
corresponden a poco menos de la mitad de nuestra muestra).
Por otro lado, la particularidad del trabajo puede ser analizada desde el punto de
vista de la calidad del ambiente laboral, en cuanto a esta variable se observa en
general, una buena percepción por parte de los FS, con respecto a su entorno laboral,
su grupo de trabajo, e incluso su remuneración. Se sostiene que se genera una
complementariedad en el equipo de trabajo. Existen casos, dentro del equipo de los
funcionarios de la salud, en que su percepción con respecto al ambiente laboral, es
diametralmente opuesta. Tal es el caso de uno de los FS, que sostiene que existe un
mal manejo institucional respecto al HP. “mal manejo institucional… muchos trepadores
políticos, sobre todo ahora que vienen las elecciones. (…) la gente se siente
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insegura”13.
A modo de conclusión, podemos sostener que existen notables diferencias en
las respuestas a la entrevista, y que dependen, en parte, del género, la profesión, y las
motivaciones de los FS. De esta forma, manifestamos que en general, los FS de
género femenino, parecen sentirse más amenazadas e indefensas en tanto al riesgo
que presenta el trabajar en contacto directo con PPL, donde muchas de ellas sostienen
que existe una importante falta de seguridad, dentro del HP. Sin embargo al analizar la
frecuencia con que recurren a los gendarmes, nos damos cuenta que no se presentan
mayores diferencias por género, e incluso son los hombres quienes requieren
mayoritariamente a personal de seguridad.
En cuanto a la variable profesión, la diferencia más destacada es la razón por la
cual el FS se encuentra trabajando para las dependencias del HP, donde son aquellos
FS con título profesional, quienes se desarrollan en la institución por motivos más
sociales, personales, e incluso religiosos, mientras que la mayoría de los FS con título
técnico, se encuentran trabajando en el HP, netamente por motivos económicos y
beneficios laborales, que no podrían encontrar en otra institución relacionada con la
salud.
Por otro lado, la variable motivación está íntimamente relacionada con la variable
analizada anteriormente, pues son aquellos con título técnico quienes presentan una
motivación de tipo económico, mientras que aquellos con título profesional, muestran
una motivación de tipo social y personal.
a) Etapa pre-liminar:
La llegada, el acercamiento del personal médico, a los pacientes no se da desde
el vacío, tiene un piso amplio y macizo de indicaciones, tanto sobre lo que puede
acontecer en la relación, como sobre una calidad diferente de los pacientes-reos14. Así,
una noción que aparaece con frecuencia, se refiere a la forma de ser de los reos, éstos
son vistos como “gananciales”, queriendo decir con esto que son personas que están
en constante búsqueda de conseguir algún tipo de beneficio personal. Esta percepción
se da con una frecuencia bastante similar en hombres y mujeres, en ese sentido
podemos decir que la experiencia de tener que enfrentarse al paciente se da de una
manera similar en ambos géneros. En otras palabras, la actitud de los funcionarios
frente a los pacientes no estaría mayormente diferenciada a priori por un asunto de
género.
Sin embargo, en donde encontramos una diferencia significativa en cuanto a
este primer punto (es decir, el paciente de actitud ganancial), es en la relación con el
tipo de cargo ejercido. Así, ninguno de los cuatro médicos (incluyendo al odontólogo),
manifiesta la inquietud por esta actitud ganancial de los pacientes. Podemos aventurar
ya acá una diferencia importante en el trato que parecen tener los médicos y el resto de
los funcionarios con los pacientes.
Existe también una opinión generalizada sobre el “buen comportamiento.” Esta
14 Ver entrevista folio 7 en anexos.
19
percepción es incluso más extendida que la “actitud ganancial”, esto pues atravieza,
tanto a los hombres como a las mujeres, los distintos cargos, y las diferentes
motivaciones para ingresar al trabajo. Se ve reflejado en que todas las respuestas a la
pregunta por el comportamiento de los pacientes, señalan un buen comportamiento, o
un trato de respeto mutuo, claramente con excepciones que serán analizadas en las
posteriores secciones de este capítulo. En el caso de las mujeres, es más común un
trato de respeto, cuando han logrado establecerse, probablemente por un sistema
interno a la unidad penal, como nos fue comentado fuera de entrevistas, en donde se
penaliza por parte de otros internos el mal trato a las mujeres. Esto se ve reforzado si
se compara una pregunta de la dimensión de Encausamiento de la Conducta15 y el
género, ante la pregunta por la hostilidad de la relación, las mujeres se muestran
menos propensas a responder que la relación no se vuelve hostil:
b) Etapa Liminar
Esta es probablemente la etapa más compleja en la relación entre los
funcionarios de la salud y los pacientes, puesto que se da entre que se comienza a
presentar una actitud que interfiera con el procedimiento médico común y la decisión de
llamar a gendarmería, o bien, el reestablecimiento del control acudir a ésta. En la
mayoría de los casos, sin embargo, los funcionarios prefieren un “conducto regular”,
especialmente entre comillas, pues no se trata de un reglamento que lo establezca,
sino más bien se trata del sentido común y la experiencia, lo que lo instaura. “Ante una
situación de riesgo el paramédico avisa a la enfermera, si no se puede controlar se da
aviso al doctor, que de no poder controlar la situación llama a un gendarme, (...) queda
en manos de Gendarmería.” Sin embargo, a pesar de que los médicos son
mencionados en este “conducto regular”, en las entrevistas realizadas a ellos18 esta
etapa liminar aparece mucho más minimizada, o al menos presenta bastante
diferencias, el paciente aparece menos riesgoso en sus actitudes que en su condición
mismo de enfermo, y se presentan problemas por la presencia de Gendarmería y la
delimitación de las funciones. De esta manera, hay una diferencia con la percepción del
resto de los funcionarios de la salud, con respecto a esta etapa, en donde, se aprecia
una mayor sensación de inseguridad en cargos de menor jerarquía. Es en este punto,
donde la aparición de Gendarmería es posterior, o inexistente, donde queremos
detenernos, para examinar esta dificultad exclusiva del Hospital Penitenciario. En ese
espacio difuso, existiría la posibilidad de endurecer el trato, cayendo fuera de la
intención de manter una relación médica típica.
Sobre este mismo espacio de riesgo sin la presencia de gendarmería, no es
posible atribuir directamente la variable género a la forma de actitud, pues no es
18 Nuevamente se incluye a C., odontólogo.
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posible rastrear información concluyente al respecto ni en las entrevistas, ni en las
encuestas pues ante la pregunta por la solicitud a Gendarmería19, en la respuesta
moda (69%) se divide en un 31% en mujeres y en un 37% para hombres, no siendo
una diferencia concluyente.
Ahora, en el mismo sentido de este punto será interesante analizar dos
situaciones por separado que se encuentran ilustrativamente en este espacio que
hemos denominado liminar. i) Roles; ii) Alta Disciplinaria.
i) Roles:
En la búsqueda del equilibrio, entre una atención “normal” a los pacientes y la
inevitable necesidad de seguridad que requiere el personal de salud, para desarrollar
sus tareas, se produce un espacio difuso en donde se pueden producir confusiones con
respecto a los roles asignados, tanto al personal “verde” como a los “blancos”. Es
significativo, que los dos entrevistados que mencionan más enfáticamente el problema
de los roles, excluyan tajantemente dentro de sus motivaciones para ingresar al
Hospital Penitenciario, el factor dinero, si bien, B. (matrona, folio 3) lo hace por su
marcado compromiso social y C. (odontólogo, folio 11) lo indica por el simple hecho de
que fuera podría ganar incluso más dinero. La ausencia del factor dinero, puede
significar la posibilidad de tener un razonamiento más crítico respecto a este punto en
específico, que afecta directamente la normalidad con la que se pretende desarrollar la
labor de salud. Podemos percatarnos entonces de la complejidad de esta situación
liminar, pues no es solamente en el trato de los pacientes en donde se produce esta
situación difusa, sino que se dan también a nivel de decisiones técnicas.20 Aquello se
puede presentar como una problemática más general, en donde, se encuentran en
oposición dos maneras distintas de gobernar las conductas posibles, en otras palabras,
las decisiones de orden médico que se relacionan estrictamente con la manifestación
positiva de un poder, que tiene su fundamento en el saber científico, se ve enfrentado,
problematizado, puesto en duda en su conveniencia por la manera coactiva de hacer
cumplir la disciplina.21
19 ¿Con qué frecuencia recurre a los gendarmes cuando está tratando a los pacientes?
20 Ver entrevista folio 11.
21 Volveremos a este punto en las conclusiones del capítulo. Se relaciona a la vez, con la temática de la biopolítica
enunciada en el marco teórico.
22
ii) Alta Disciplinaria:
Este segundo escenario, es nuevamente un espacio particularmente conflictivo.
Puesto que el alta disciplinaria es, precisamente, otra manera de hacer frente a las
situaciones riesgosas, evitando el llamado a los elementos extra-médicos. Por tanto, la
aplicación de esta medida explicita las prácticas liminares y la situación de conflicto que
se da al interior de las relaciones entre funcionarios de la salud y pacientes al interior
del sistema penitenciario.
Por supuesto, el Alta Disciplinaria, está subordinada a las posibilidades médicas
de ser dado de alta, en ese sentido N., médico cirujano, es claro cuando dice que
“primero [el interno] debe estar en condiciones de ser dado de alta (...) si tiene que
estar hospitalizado, lo va a estar, pero pueden acortarse los tiempos de
hospitalización”22. Esta práctica, adquiere todo su significado, como muestra de la
imposibilidad de llevar una atención normal, y como forma de canalizar las situaciones
riesgosas sin la utilización de Gendarmería.
En ese sentido es una manera de resolver estas situaciones riesgosas, por la
propia vía médica, es decir, se genera un procedimiento que es capaz de procesar este
tipo de problemáticas sin tener que acudir a instancias ubicadas en el exterior de las
prácticas de salud. Se produce acá, una particularidad en las relaciones médicas al
interior del sistema penitenciario.
Debemos hacer algunos alcances a este respecto, ya que es cierto que el Alta
Disciplinaria no existe solamente dentro del Hospital Penitenciaria, sino que es incluso,
parte de un proyecto de ley que regula los derechos y deberes de los pacientes en
general,23 no obstante, debemos insistir en que la mirada a este punto se hace desde la
articulación general con las etapas de la relación que hemos establecido, de ahí su
particularidad y su comprensión como una adecuación general de la práctica médica a
la situación particular del Hospital Penitenciaro.24
d) Conclusiones:
Desarrollaremos aquí conclusiones sobre el capítulo III. En primer lugar, se debe
rescatar el intento constante por evadir la especificidad del medio. Intento que, no
obstante las voluntades, tropieza con la realidad, que se ve enfrentado constantemente
a la constatación de sus particularidades, derivando en las relaciones que hemos
denominadas liminares y que, en el fondo, intentan graficar ese lugar donde el personal
médico, se ve enfrentado a situaciones ajenas a su saber, que modifican el proceder
común y que requieren en ciertos casos de la presencia de elementos externos a la
disciplina médica. Así, el comportamiento de los pacientes y los funcionarios de salud
en una etapa pre-liminar fluctúa en torno a la normalidad de una relación en un
ambiente particular, de ahí que la mayoría de las respuestas sobre la conducta,
indiquen que es un trato respetuoso, bueno, es decir, no diferente al que podría darse
en cualquier otra institución de salud.
Sin embargo, los problemas aparecen inevitablemente y eso queda claro en el
segundo apartado (b), donde aparecen situaciones limítrofes para las funciones de la
medicina. Ahora bien, dentro de este punto es significativo recalcar lo que tienen en
común dos situaciones que fueron detalladas y que aparecen como contrapuestas en
algún sentido. Por un lado, la posible confusión de roles y, por otro, el alta disciplinaria,
ambas situaciones son maneras de decantar el conflicto que se produce en la etapa
liminar, la primera puede prestarse para que personal de salud realice funciones que no
le correspondan en el sentido de aplicar sanciones29, mientras que la segunda
corresponde más bien, a una manera de salvar el conflicto con métodos integrados a la
disciplina médica. No obstante, mantienen en común esa necesidad de decantar la
situación peligrosa, conflictiva, inadecuada, etc. sin tener que recurrir a elementos
ajenos, de ahí que este punto sea una particularidad de las relaciones médicas al
28 Ibíd.
29 Debemos volver a insistir en este punto como potencial, pues a raíz de los testimonios no podemos relatar una
experiencia directa, sino sólo la posibilidad que arrojan algunos relatos al respecto.
25
interior del sistema penitenciario. Constituyen mecanismos que los funcionarios del
hospital, deben manejar, deben calcular cuándo, cómo, bajo qué tipo de presiones,
ante cuáles posibles consecuencias, es menester utilizarlos.
Es precisamente en este punto del poder, donde nos detendremos para finalizar
el capítulo. En el tercer apartado (c), mencionábamos cómo desaparecía la presencia
de los funcionarios de la salud, al traspasar el límite que establecimos y al verse
obligados a recurrir a gendarmería. Esto puede ligarse con un aspecto más abstracto,
esto es la forma en que se ejercería efectivamente el poder que tienen los funcionarios
de salud, poder que como hemos dicho, se fundamenta en su posición privilegiada con
respecto al saber, es decir, examinando el hecho que existe este punto en donde los
funcionarios se alejan de la relación, depositan el control en gendarmería, que impone
coactivamente la disciplina a los internos, nos da a conocer el fin del poder del
funcionario de salud. Es una manifestación empírica de la diferencia radical de poder y
violencia, ya que ahí donde ya resulta imposible gobernar la conducta de los pacientes
debido solamente a su condición de funcionario de salud, se debe recurrir a
gendarmería que gracias a la potestad que posee de aplicar violencia, reestablece la
condición privilegiada de los profesionales de la salud. Aquí, resulta un punto
fundamentalmente conflictivo, ya que se ve desaparecer el poder, y a la vez, se aprecia
la posibilidad de su reestablecimiento, de una vuelta a las posiciones tradicionales, a la
asimetría de poder predicha, fundamentada ya no solamente en el saber, sino que
sustentada en la violencia, claro, no ejercida por los propios funcionarios, sino que por
quienes ostentan ese derecho, o al menos, esa facultad, sin que sea reñida con una
ética profesional. Pero el punto, teóricamente relevante es que en el gobierno de la
población penal, al parecer no basta la asimetría que se produce por el diferencial de
conocimiento, para mantener las relaciones en el sentido conveniente para el mismo
tratamiento, o en otras palabras, para las tácticas acostumbradas a nivel de la
sociedad, sino que debe reforzarse con la utilización de un elemento completamente
ajeno a la medicina, es decir, la coacción física en estado puro. El poder médico parece
insuficiente frente a la condiciones particulares de la población penal, debe recurrir a
una cara oculta, ante la cual retrocede y se esconde, la que incluso genera un poco de
26
vergüenza o reticencia, en ese intento constante por mantener las relaciones dentro de
los límites acostumbrados, y en la creación de mecanismos que soslayan la utilización
de estos elementos externos. Debe recurrir a la violencia para recuperar las posiciones
en la jerarquía de poder, que de otras formas desembocarían en una revuelta, en un
motín, en otras palabras en la subversión de las formas comunes de la asimetría.
Antes de terminar con el capítulo, debemos aclarar que lo anterior no significa un
enjuiciamiento a esas prácticas, sino que es una reflexión teórica, no podemos
discernir, tampoco es de nuestro interés si debe o no intervenir gendarmería,
simplemente la descripción y la comprensión de fenómeno nos indican este punto de
gran relevancia para los objetivos propuestos y para el enlace teórico que pretendemos
completar en las conclusiones generales.
De acuerdo a las entrevistas nos fue posible visualizar que la reinserción social
es una temática que pareciera cobrar una baja relevancia para los FS, pues sólo es
mencionada por dos funcionarios; el Sr. A.C (Técnico Paramédico) y el Sr. E
(Kinesiólogo). Las funcionarias no se refieren al tema y éste emerge en dos disciplinas
un tanto disímiles.
Bastante ilustrativas resultan las opiniones del Sr. A.C. Él no se siente parte de
un proceso de reinserción social pero no por falta de interés, sino que adscribe esas
27
razones a las condiciones en las cuales se desarrolla la relación con el paciente.
Evidenciamos en sus palabras una intencionalidad que se encuentra truncada y
condicionada por factores estructurales, tales como el tiempo de duración de los
tratamientos, y a un nivel más profundo, la necesidad básica de todo hospital de
racionalizar y maximizar los tiempos de atención para así evitar la congestión o el
colapso de sus servicios. Observamos también que la frase “Igual hay internos que
han estado muy graves, se han recuperado y han tomado conciencia de que la
delincuencia no es el camino, pero son super pocos.” Nos muestra por un lado, cómo
las patologías de los pacientes generan o podrían generar en ellos ciertos efectos re-
socializadores en algunos casos, y por otro, que es latente en este funcionario el
interés por generar cambios en la conducta delictual pero que esta se remite a casos
aislados y específicos. Cabe destacar que en el discurso del Sr. A.C. en ningún
momento se hace una alusión explícita al rol que la ciencia juega en la reinserción
social del paciente. No ocurrirá lo mismo con el Señor E., que manifestará:
“Yo creo que lo que tiene que dar la ciencia es la técnica desde el punto
de vista medico que requiera el paciente, ir resolviendo esos temas que nos
corresponde.30 Ahora, habrán otros temas que les corresponderán a otros,
insertarlos en la vida social, qué se yo, en fin, pero lo mío es fundamentalmente
eso”.
Para él, la ciencia aparece como una técnica. Un instrumento que materializa
funciones que se encuentran claramente delimitadas de acuerdo a roles predefinidos
por su posición misma en la estructura del hospital. No vemos en sus palabras una
intencionalidad por situar la ciencia en un campo ajeno a lo propiamente clínico.
Notables son sus palabras “esos temas que nos corresponden” pues dan cuenta de un
involucramiento con el paciente que no escapa de los márgenes propiamente formales
de atención médica que el hospital exige a todos sus funcionarios. La reinserción social
en ese sentido emerge como “la labor de otros”, de sujetos con competencias distintas
a las ciencias médicas. Y que tienen una capacidad de juicio que de acuerdo a las
palabras de este señor, sería de alguno ajena a la medicina. Empero, cuando le
preguntamos si la ciencia contribuye en algo a la reinserción social del paciente, éste
30
Ya bien observamos que la reinserción social es una materia que se encuentra
escasamente tematizada por los FS. No así lo serán las experiencias
adquiridas por estos a un nivel tanto profesional como vivencial en su
tratamiento con los pacientes, y nos encontraremos con que estos últimos,
aportarán a los FS diversas formas de conocimiento científico y experiencial,
las cuales transforman y moldean la relación que se da en el HP. Para ello,
hemos clasificado los testimonios de las 13 entrevistas en tres categorías; los
que aportan información relevante para la vida y experiencia personal de los
funcionarios de la salud (Vivencial); los que entregan información científica y
procedimental importante para la labor profesional de los FS (científico-
profesional), y por último, los casos en los cuales no se considera que la
relación otorga un conocimiento relevante (No adquiere).
o Vivencial:
Pero aún más atractivo que esto será que, en segundo lugar, según M.N
32 Dialecto informal con el cual se suele asociar el lenguaje y ciertas expresiones de la población penal.
Fuente: Elaboración Propia.
31
los internos: “también le enseñan a uno cómo protegerse de robos, porque
lugares no caminar, etc. (Y) son agradecidos, entonces dan consejos.” Vemos
en esta frase, algo a lo cual pocos FS se han referido; al modo en el cual los
pacientes manifiestan su agradecimiento e intentan, de acuerdo a sus medios,
retribuir la atención médica que han recibido de parte de los FS. Observamos
cómo se socializan técnicas para evitar ser víctima de asaltos o robos, lo que
de cierta manera, da cuenta también de la existencia de redes de contactos y
organizaciones criminales al interior de la población penal, de las cuales las
fuerzas de seguridad pública no han informado a la sociedad civil, seguramente
por desconocimiento y falta de un grado de confianza que sólo es viable en un
intercambio de servicios como bien vemos en la relación FS-P.
Científico-Profesional:
33 De hecho, en los testimonios que hemos observado, es recurrente la queja de este tipo de FS respecto
a la poli funcionalidad que se exige de ellos en el HP.
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Encontramos en aquellos comentarios, alusiones a la exacerbación de las
patologías, lo cual aporta una gran cantidad de conocimiento relevante ya que
demanda competencias mayores de los FS, y es algo que prácticamente sólo
se da en este hospital dadas sus condiciones estructurales y el tipo de
paciente.De acuerdo con esto, la mayoría de los FS coincidirán en que la
buena salud de los pacientes es algo fortuito y hasta casi folclórico.
o No Adquiere:
En este grupo aparecen los comentarios de los FS, que consideran que en su
relación con los pacientes no emerge conocimiento relevante alguno. Es el
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caso aislado del técnico paramédico M..M.C34, que, respecto a la pregunta ¿Adquiere
conocimiento relevante en su labor profesional? Expresó: “Eh… bueno lo que pasa es
que eso es para las personas que son… nuevas, yo ya llevo 17 años trabajando, así
que conocimiento relevante ya no hay. Porque para uno ya es como rutina”.
Ciertamente, la expresión “Rutina” da cuenta de una integración tal con su trabajo, que
el trato con los pacientes ya no emerge como algo novedoso, muy por el contrario, se
convierte en una acción autómata y pierde la fuerza heurística que tiene para la
mayoría de los otros FS en el HP.
Ahora que ya han sido introducidos los elementos necesarios para comprender
las formas de conocimiento que emergen en la relación entre FS-P en el HP, sólo nos
queda rastrear cómo esos conocimientos van configurando discursos que circulan
entorno a los pacientes; a sus cuerpos y mentes, y las percepciones que los
funcionarios de la salud tienen respecto a la condición social de ellos y sobre si mismos
como trabajadores de un entorno laboral bastante particular.
De esta manera, este apartado nos indica que el poder no sólo produce sujetos,
sino que también artefactos mediante los cuales mantiene a estos sujetos dentro de
regímenes disciplinarios, es decir, produce tecnologías del poder que al ser solamente
viables en un hospital de estas características, transforman la relación entre FS-P en
algo particular y muchas veces conflictivo. La posibilidad de establecer una
35
sistematología aparece también ante nosotros como un ejercicio sistemático de poder
que establece un vínculo claro con la Biopolítica36 y en particular con el Examen37.
Siguiendo a Foucault (2000) evidenciamos que el examen hace entrar también la
individualidad en un campo documental. Constituye un archivo minucioso, que instala a
los sujetos (en este caso los pacientes) en un campo de vigilancia al situarlos en una
red de escritura y documentos que lo captan e inmovilizan en el tiempo. Vemos cómo al
examen le acompaña un sistema de registro intenso y de acumulación documental
conformando un tipo de Escritura disciplinaria por medio de pequeñas técnicas de
notación, registro y constitución de expedientes que han permitido el desbloqueo
epistemológico del sujeto disciplinado a las ciencias médicas, que imbuidas del poder
que emana de su saber, garantizan su posición asimétrica gracias a un acceso total e
inmediato al sujeto.
Conclusiones Generales:
40 Reinserción es posible entenderla a raíz de las entrevista, como un regeneración del individuo, es decir, el
abandono total de las prácticas “desviadas” para la vida en sociedad. De ahí, que muchos de los entrevistados
crea imposible aquella reinserción social.
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Aires, Quadrata.
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39
Disponible en formato digital en:
http://www.undp.un.hn/PDF/gobernabilidad/El%20Estado%20y%20las%20ONGs%20en
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tradición cualitativa en la investigación social.” FLACSO-México.
18. Weber, Max (1974) Economía y Sociedad (2a. ed.). México: Fondo de
la Cultura Económica.
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Para la edición que se entregará al hospital se ha decidido hacerlo sin los
anexos, con el fin de resguardar el anonimato de las personas que accedieron a
dar sus opiniones en las diferentes entrevistas.
Por tanto, ante cualquier duda dirigirse a los siguientes mails:
Jorge Valdebenito: jorsh.rt@hotmail.com
Valentina Garrido: turry14@hotmail.com
Rodrigo Pereira: tapingo@hotmail.com
Hugo Sir: hsir14@hotmail.com
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