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¿Qué es la diabetes?

Es una enfermedad que se caracteriza por un aumento de la concentración de


glucosa en sangre debido a que el páncreas no produce, o el organismo no utiliza,
la insulina de forma adecuada.

La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el nivel de glucosa en la


sangre, también conocido como azúcar en la sangre, es demasiado alto. La
glucosa en la sangre es la principal fuente de energía y proviene de los alimentos.
La insulina, una hormona que produce el páncreas, ayuda a que la glucosa de los
alimentos ingrese en las células para usarse como energía. Algunas veces, el
cuerpo no produce suficiente o no produce nada de insulina o no la usa
adecuadamente y la glucosa se queda en la sangre y no llega a las células.
Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas de
salud. Aunque la diabetes no tiene cura, la persona con diabetes puede tomar
medidas para controlar su enfermedad y mantenerse sana.
A veces las personas cuando tiene diabetes dicen que tienen “un poquito alto el
azúcar” o que tienen “prediabetes”. Estos términos nos hacen pensar que la
persona realmente no tiene diabetes o que su caso es menos grave. Sin embargo,
todos los casos de diabetes son graves.

Que es la insulina

La insulina es una hormona imprescindible para la vida. Todas las


personas necesitamos insulina durante las 24 horas del día de
forma continua y variable, es decir, no se necesita la misma
cantidad de insulina a todas las horas. Cuando una persona
come, necesita más insulina y cuando realiza actividad física
necesita menos.

La fábrica de la insulina es el páncreas, que es una glándula situada en la parte


izquierda del abdomen, muy cerca del estómago. De allí la insulina pasa a la
circulación de la sangre para repartirse por todo el organismo. Nuestro cuerpo
necesita energía para funcionar, al igual que un coche necesita combustible. Esta
energía la podemos obtener a partir de los alimentos que ingerimos.
Generalmente la mitad de lo que ingerimos contiene hidratos de carbono (también
llamados azúcares o glúcidos), los cuales, una vez pasan al estómago e intestino,
se transforman mediante la digestión en glucosa, que es el azúcar más sencillo.
Cuando los hidratos de carbono se encuentran en forma de glucosa, pasan a la
sangre y es en este momento cuando actúa la insulina.

La insulina es necesaria para que la glucosa entre en las


células, como si fuera una llave, y así la glucosa pueda ser
utilizada como fuente de energía. Sin insulina, la glucosa se
acumula en la sangre en exceso y provoca hiperglucemia. ,
y se elimina por la orina, lo cual hace que se orine en gran
cantidad (lo que se llama poliuria), y se tenga que beber
mucho líquido (polidipsia). La falta de alimento en nuestras
células provoca adelgazamiento y cansancio

El páncreas

El páncreas es una glándula que mide alrededor de seis pulgadas de largo y se


ubica en el abdomen. Está rodeada por el estómago, el intestino delgado, el
hígado, el bazo, y la vesícula biliar. Tiene la forma de una pera plana. El extremo
ancho del páncreas se llama cabeza, las secciones medias son el cuello y el
cuerpo y el extremo delgado es la cola. El proceso unciforme es la parte de la
glándula que se dobla hacia atrás y por debajo de la cabeza del páncreas. La cola
se encuentra en el lado izquierdo del cuerpo, mientras que la cabeza y el proceso
unciforme se encuentran en el derecho. Dos vasos sanguíneos muy importantes,
la arteria mesentérica superior y la vena mesentérica superior, cruzan por detrás
del cuello del páncreas y enfrente del proceso unciforme.

El conducto pancreático pasa por todo el páncreas y transporta las secreciones


pancreáticas hasta la primera parte del intestino delgado, llamada duodeno. El
conducto biliar común va desde la vesícula biliar tras la cabeza del páncreas,
hasta el punto donde se une al conducto pancreático y forma la ampulla de vater
en el duodeno.
El páncreas tiene dos funciones principales, la función exocrina y la función
endocrina. Las células exocrinas del páncreas producen enzimas que ayudan a la
digestión. Cuando los alimentos ingresan al estómago, las glándulas exocrinas
liberan enzimas dentro de un sistema de conductos que llegan al conducto
pancreático principal. El conducto pancreático libera las enzimas en la primera
parte del intestino delgado (duodeno), donde las enzimas ayudan en la digestión
de las grasas, los carbohidratos y las proteínas de los alimentos.
La segunda función del páncreas es la función endocrina, la que envuelve la
producción de hormonas o sustancias que se producen en una parte del
organismo y que circulan en el torrente sanguíneo para influir en otra parte distinta
del organismo. Las dos hormonas pancreáticas principales son la insulina y el
glucagón. Las células del islote de Langerhans dentro del páncreas producen y
secretan insulina y glucagón al torrente sanguíneo. La insulina sirve para bajar el
nivel de glucosa en la sangre (glucemia) mientras que el glucagón lo aumenta.
Juntas, estas dos hormonas principales trabajan para mantener el nivel adecuado
de glucosa en la sangre.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?

El diagnóstico de diabetes se realiza a través de un análisis practicado en el


laboratorio, midiendo la glucosa en sangre. Son criterios diagnósticos el detectar
valores de:

 Glucemia En ayunas, superiores a 126 mg/dl en dos determinaciones


distintas.
 Glucemia al azar superior a 200 mg/dl acompañados de síntomas típicos
como sed excesiva y necesidad de orinar con frecuencia
 Valores superiores a 200 mg/dl , después de una sobrecarga oral de
glucosa (o bebida con 75 g de glucosa).

Los valores normales de glucosa en sangre oscilan entre 70-100 mg/dl.

Cuando la cifra está entre 100-125 mg/dl, se considera una glucemia en ayunas
anormal, que es un estado prediabético.

Existe otro criterio diagnóstico un valor de Hemoglobina glicosilada mayor de


6.5%. Esta proteína estima la glucemia media de los 2-3 últimos meses.
TIPOS DE DIABETES

 Las formas más frecuentes son la DM 1 y DM2.


 Diabetes gestacional. es una forma de diabetes inducida por el embarazo,
que aparece 3-10% de las gestaciones. Al nacer el bebé la diabetes puede
proseguir o “curarse”.
 Diabetes secundaria: a medicamentos (corticoides, inmunosupresores,…).
Diabetes secundaria a Cirugía de páncreas (extirpación total o parcia de
este órgano)

DIABETES MELLITUS TIPO 1:

Suele empezar en la infancia o la adolescencia (de aquí el nombre de diabetes


juvenil), pero no es excepcional en otras edades.

Representa entre el 5 al 10% de todos los casos de diabetes.

Es debida a la destrucción de las células del páncreas productoras de insulina,


generalmente por un mecanismo autoinmune. Nuestro sistema inmunitario (que
son lo que conocemos como defensas) está concebido para protegernos de las
agresiones externas, pero en este caso se convierte en agresor y agreden a
nuestro cuerpo produciendo la inactivación de las células beta del páncreas. Se
origina así un déficit absoluto de insulina, por lo que es imprescindible SIEMPRE
el tratamiento con insulina desde el principio.

La diabetes tipo 1 suele presentarse de forma brusca, con aumento llamativo de la


sed (polidipsia) y de la cantidad de orina (poliuria), cansancio y pérdida de peso (a
pesar incluso de haber comido mucho más que lo habitual).

Generalmente la diabetes tipo 1 aparece de forma aislada, pero en ocasiones


existen antecedentes en la familia.

Hasta ahora no se han desarrollado tratamientos para prevenir la diabetes tipo 1,


aunque hay muchas investigaciones en este campo que esperemos den
resultados pronto.
Causas

Se desconoce la causa exacta de la diabetes tipo 1. En general, el propio sistema


inmunitario del cuerpo, que normalmente combate los virus y bacterias
perjudiciales, destruye por error las células del páncreas que producen insulina
(islotes o islotes de Langerhans). Otras causas posibles son las siguientes:

 Genética

 Exposición a virus y otros factores ambientales

Síntomas de la diabetes tipo 1

Los signos y síntomas de la diabetes tipo 1 pueden aparecer de forma


relativamente repentina y comprender lo siguiente:

 Aumento de la sed
 Necesidad de orinar a menudo
 Incontinencia urinaria en niños que anteriormente no mojaban la cama
durante la noche
 Hambre extrema
 Adelgazamiento no intencional
 Irritabilidad y otros cambios de humor
 Fatiga y debilidad
 Visión borrosa

Factores de riesgo

Algunos de los factores de riesgo conocidos de la diabetes tipo 1 son:

 Antecedentes familiares. Cualquier persona con un padre, una madre, un


hermano o hermana con diabetes tipo 1 tiene un riesgo levemente mayor de
padecer la enfermedad.
 Genética. La presencia de ciertos genes indica un mayor riesgo de padecer
diabetes tipo 1.
 Ubicación geográfica. La incidencia de la diabetes tipo 1 tiende a aumentar
a medida que uno se aleja del ecuador.
 Edad. Aunque la diabetes tipo 1 puede aparecer a cualquier edad, aparece
en dos momentos críticos. El primer momento crítico se da en niños de entre
4 y 7 años y el segundo, en niños de entre 10 y 14 años.

Complicaciones

Con el paso del tiempo, las complicaciones de la diabetes tipo 1 pueden afectar
los órganos principales del cuerpo, como el corazón, los vasos sanguíneos, los
nervios, los ojos y los riñones. Mantener un nivel de azúcar en sangre normal
puede reducir, en gran medida, el riesgo de sufrir diversas complicaciones.

Con el tiempo, las complicaciones de la diabetes podrían provocar discapacidad o


poner en riesgo la vida.

 Enfermedades del corazón y circulatorias. La diabetes aumenta en gran


medida el riesgo de tener varios problemas cardiovasculares, como
enfermedad de las arterias coronarias con dolor de pecho (angina de pecho),
ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, estrechamiento de las arterias
(ateroesclerosis) y presión arterial alta.

 Lesión a los nervios (neuropatía). El exceso de azúcar puede dañar las


paredes de los vasos pequeños (capilares) que alimentan los nervios,
especialmente en las piernas. Esto puede causar hormigueo,
entumecimiento, ardor o dolor que, por lo general, comienza en la punta de
los dedos de los pies o de las manos y se propaga gradualmente hacia
arriba. El nivel de azúcar en sangre mal controlado puede causar que, con el
tiempo, pierdas la sensibilidad en las extremidades afectadas.

El daño a los nervios que afectan el tubo gastrointestinal puede causar


problemas de náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. En los hombres, la
disfunción eréctil puede ser un problema.

 Daño renal (nefropatía). Los riñones contienen millones de grupos de vasos


sanguíneos pequeños que filtran los desechos de la sangre. La diabetes
puede dañar este delicado sistema de filtración. El daño grave puede causar
una insuficiencia renal o una enfermedad renal en etapa terminal irreversible,
que requiere diálisis o un trasplante de riñón.

 Daño en los ojos. La diabetes puede dañar los vasos sanguíneos de la


retina (retinopatía diabética), lo que podría causar ceguera. La diabetes
también aumenta el riesgo de otros trastornos graves de la vista, como
cataratas y glaucoma.

 Daños en los pies. Las lesiones a los nervios de los pies o el flujo sanguíneo
deficiente en los pies aumentan el riesgo de diversas complicaciones. Si no
se las trata, las heridas y ampollas pueden causar infecciones graves que,
finalmente, podrían requerir la amputación del dedo, el pie o la pierna.

 Trastornos de la piel y la boca. La diabetes puede hacer que seas más


propenso a tener infecciones de la piel y la boca, como infecciones fúngicas y
bacterianas. La enfermedad de las encías y la sequedad de boca también
son más probables.

 Complicaciones en el embarazo. Los altos niveles de azúcar en la sangre


pueden ser peligrosos tanto para la madre como para el bebé. El riesgo de
tener un aborto espontáneo, muerte fetal y defectos de nacimiento aumentan
cuando la diabetes no está bien controlada. En la madre, la diabetes
aumenta el riesgo de cetoacidosis diabética, problemas de ojo diabético
(retinopatía), presión arterial alta causada por el embarazo y preeclampsia.

DIABETES MELLITUS TIPO 2:

Es la forma más común de diabetes, entre un 90-95% de todos los casos.

Es mucho más frecuente que se inicie en la edad adulta, de aquí el nombre


popular de diabetes de la gente mayor, aunque puede iniciarse a cualquier edad.
Es más frecuente en edades más avanzadas, y sobre todo en obesos. En nuestro
medio, De cada 100 personas, 8 tienen diabetes, aunque se estima que otro 6%
más desconoce que padece la enfermedad.

La diabetes mellitus tipo 2 (DM2) se debe a la incapacidad del organismo para


producir o poder utilizar de forma adecuada la propia insulina.
La diabetes tipo 2 da lugar generalmente a síntomas generalmente menos
evidentes que la diabetes tipo 1 y, a menudo, no da ningún tipo de molestia,
pasando desapercibida durante mucho tiempo. Por esta razón muchas personas
se enteran de forma casual a través de análisis rutinarios realizados por otro
motivo (revisiones de empresa, controles por otra enfermedad, ,…) Si los valores
de glucosa son muy elevados, pueden notar los síntomas típicos.

El tratamiento puede variar en función de la fase en que se haya diagnosticado la


enfermedad y de la evolución de ésta. Siempre habrá que seguir un plan de
alimentación sano, que ayude a controlar el peso corporal, junto con la realización
de actividad física regular ; pudiendo ser necesario añadir medicación
(antidiabéticos orales o pastillas) y en ocasiones, al cabo de los años, pueden
precisar también insulina.

Es frecuente que otras personas de la misma familia también padezcan diabetes.

Se suele asociar a otros factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión, o


las alteraciones de los lípidos (elevación de colesterol).

Causas
La insulina es una hormona producida en el páncreas por células especiales,
llamadas beta. El páncreas está por debajo y detrás del estómago. La insulina es
necesaria para mover el azúcar en la sangre (glucosa) hasta las células. Dentro de
las células, esta se almacena y se utiliza posteriormente como fuente de energía.

Cuando usted tiene diabetes tipo 2, los adipocitos, los hepatocitos y las células
musculares no responden de manera correcta a dicha insulina. Esto se denomina
resistencia a la insulina. Como resultado de esto, el azúcar de la sangre no entra
en estas células con el fin de ser almacenado como fuente de energía.
Cuando el azúcar no puede entrar en las células, se acumula un nivel alto de este
en la sangre, lo cual se denomina hiperglucemia. El cuerpo es incapaz de usar la
glucosa como energía. Esto lleva a los síntomas de la diabetes tipo 2.

Por lo general, la diabetes tipo 2 se desarrolla lentamente con el tiempo. La


mayoría de las personas con esta enfermedad tienen sobrepeso o son obesas en
el momento del diagnóstico. El aumento de la grasa le dificulta al cuerpo el uso de
la insulina de la manera correcta.

La diabetes tipo 2 puede presentarse también en personas que no tienen


sobrepeso o que no son obesas. Esto es más común en los adultos mayores.

Los antecedentes familiares y los genes juegan un papel importante en la diabetes


tipo 2. Un bajo nivel de actividad, una dieta deficiente y el peso corporal excesivo
alrededor de la cintura aumentan el riesgo de que se presente esta enfermedad.

Síntomas

Con frecuencia, los signos y síntomas de la diabetes de tipo 2 se desarrollan


lentamente. De hecho, puedes tener diabetes de tipo 2 durante años, sin saberlo.
Presta atención a lo siguiente:

 Aumento de la sed
 Necesidad de orinar a menudo
 Aumento del apetito
 Pérdida de peso involuntaria
 Fatiga
 Visión borrosa
 Llagas que tardan en sanar
 Infecciones frecuentes
 Zonas de piel oscurecida, habitualmente en las axilas y el cuello

Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer diabetes de tipo 2


incluyen:
 Peso. El sobrepeso es un factor de riesgo principal para la diabetes de tipo 2.
No obstante, no tienes que tener exceso de peso para desarrollar diabetes de
tipo 2.

 Distribución de la grasa. Si almacenas la grasa principalmente en el


abdomen, tienes un mayor riesgo de diabetes de tipo 2 que si la almacenas
en cualquier otro lado, como en las caderas y los muslos. El riesgo de
padecer diabetes de tipo 2 aumenta si eres un hombre con 40 pulgadas
(101,6 cm) de circunferencia de cintura o una mujer con más de 35 pulgadas
(88,9 cm) de cintura.

 Inactividad. Mientras menos activo seas, más riesgo tendrás de padecer


diabetes de tipo 2. La actividad física te ayuda a controlar el peso, utiliza la
glucosa como energía y hace que tus células sean más sensibles a la
insulina.

 Antecedentes familiares. El riesgo de diabetes de tipo 2 aumenta si tu


padre, tu madre o algún hermano la tienen.

 Raza. Aunque no resulta claro por qué, las personas de determinadas razas,
como la afroamericana, hispana, indioamericana y asiáticoamericana,
presentan un riesgo mayor de tener diabetes de tipo 2 que las de raza
blanca.

 La edad. Tu riesgo de diabetes de tipo 2 aumenta a medida que envejeces,


especialmente después de cumplir 45 años. Probablemente, esto se puede
deber a que las personas, a medida que envejecen, tienden a hacer menos
ejercicio, perder masa muscular y subir de peso. Pero la diabetes tipo 2
también está aumentando significativamente entre niños, adolescentes y
adultos jóvenes.

 Prediabetes. La prediabetes es un trastorno en el cual tu nivel de azúcar en


sangre es más alto que lo normal, pero no es lo suficientemente alto como
para clasificarlo como diabetes. Si no se trata, la prediabetes suele avanzar
hasta transformarse en diabetes de tipo 2.

 Diabetes gestacional. Si tuviste diabetes gestacional cuando estabas


embarazada, tu riesgo de padecer diabetes de tipo 2 aumenta. Si diste a luz
a un bebé de más de 9 lb (4 kg), también corres el riesgo de tener diabetes
tipo 2.
 Síndrome de ovario poliquístico. Para las mujeres, tener síndrome de
ovario poliquístico (una enfermedad común caracterizada por periodos
menstruales irregulares, crecimiento excesivo de vello y obesidad) aumenta
el riesgo de diabetes.

 Zonas de piel oscurecida, habitualmente en las axilas y el cuello. Esta


condición a menudo indica resistencia a la insulina.

Complicaciones

Puede ser muy fácil ignorar la diabetes de tipo 2, especialmente en las etapas
iniciales, cuando te sientes bien. Pero la diabetes afecta muchos de los órganos
principales, como el corazón, los vasos sanguíneos, los nervios, los ojos y los
riñones. Si controlas tus niveles de azúcar en sangre, puedes ayudar a evitar
estas complicaciones.

Si bien las complicaciones a largo plazo de la diabetes se pueden desarrollar de


forma gradual, en última instancia pueden conducir a la pérdida de capacidades o,
incluso, a la muerte. Las siguientes son algunas de las complicaciones potenciales
de la diabetes:

 Enfermedades del corazón y circulatorias. La diabetes aumenta en gran


medida el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, presión
arterial alta y estrechamiento de los vasos sanguíneos (aterosclerosis).

 Lesión a los nervios (neuropatía). El exceso de azúcar puede provocar


hormigueo, entumecimiento, ardor o dolor, que generalmente comienza en
las puntas de los dedos de los pies o las manos y se extiende gradualmente
hacia arriba. Con el tiempo, puedes perder la sensibilidad en las
extremidades afectadas.

El daño en los nervios que controlan la digestión puede causar problemas


con náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. En los hombres, la disfunción
eréctil puede ser un problema.
 Daño renal. La diabetes a veces puede causar insuficiencia renal o una
enfermedad renal en etapa terminal irreversible, que puede requerir diálisis o
un trasplante de riñón.

 Daño en los ojos. La diabetes aumenta el riesgo de enfermedades oculares


graves, tales como cataratas y glaucoma, y puede dañar los vasos
sanguíneos de la retina y posiblemente ocasionar ceguera.

 Cicatrización lenta. Si no se tratan, los cortes y las ampollas pueden dar


lugar a graves infecciones, que tal vez no cicatricen como corresponde. El
daño grave podría requerir la amputación del dedo del pie, del pie o de la
pierna.

 Deterioro de la audición. Los problemas de audición son más frecuentes en


las personas que padecen diabetes.

 Enfermedades de la piel. La diabetes puede hacer que seas más propenso


a tener problemas de la piel, como infecciones bacterianas y de hongos.

 Apnea del sueño. La apnea obstructiva del sueño es común en pacientes


con diabetes de tipo 2. La obesidad puede ser el principal factor
contribuyente a ambas enfermedades. Tratar la apnea del sueño puede
disminuir tu presión arterial y hacer que te sientas más descansado, pero no
está claro si ayuda a mejorar el control del azúcar en la sangre.

 Enfermedad de Alzheimer. La diabetes de tipo 2 parece aumentar el riesgo


de padecer la enfermedad de Alzheimer, aunque no se sabe bien por qué.
Cuanto más deficiente sea el control del azúcar en la sangre, mayor será el
riesgo.

Prevención

Las opciones de estilo de vida saludable pueden ayudar a evitar la diabetes de


tipo 2, incluso aunque tengas antecedentes familiares de diabetes. Si ya has
recibido un diagnóstico de diabetes, prefiere las alternativas de estilo de vida
saludable para evitar complicaciones. Si tienes prediabetes, los cambios en el
estilo de vida pueden retrasar o detener la progresión a la diabetes.

Un estilo de vida saludable incluye:


 Comer alimentos saludables. Elige alimentos ricos en fibra, con bajo
contenido graso y pocas calorías. Concéntrate en las frutas, los vegetales y
los cereales integrales.

 Hacer actividad física. Apunta a, por lo menos, 30 a 60 minutos de actividad


física moderada (o 15 a 30 minutos de actividad aeróbica intensa) la mayoría
de los días. Realiza una caminata rápida diaria. Anda en bicicleta. Nada
algunos largos en la piscina. Si no puedes realizar una sesión larga de
ejercicios, divídela en sesiones a lo largo del día.

 Losing weight. Si tienes sobrepeso, perder del 5 al 10 por ciento de tu peso


corporal puede reducir el riesgo de diabetes. Para mantener tu peso en un
rango saludable, concéntrate en cambios permanentes en tus hábitos de
alimentación y de ejercicio. Motívate recordando los beneficios de perder
peso, como un corazón más saludable, más energía y mayor autoestima.

 Evita ser sedentario durante periodos prolongados. Estar quieto por


largos periodos puede aumentar el riesgo de padecer diabetes de tipo 2.
Intenta levantarte cada 30 minutos y moverte durante al menos unos minutos.

A veces los medicamentos también son una opción. La metformina (Glucophage,


Glumetza, otros), un medicamento para la diabetes de administración oral, puede
reducir el riesgo de diabetes de tipo 2. Pero incluso si tomas medicamentos, las
opciones de estilo de vida saludables siguen siendo esenciales para prevenir o
controlar la diabetes.

A diferencia de la DM1, las personas con riesgo elevado de padecer DM2 pueden
prevenir y/o retrasar la aparición de la DM2 si: mantienen un peso corporal
correcto y realizan actividad física regular.

La diabetes es una enfermedad crónica debido a que el páncreas no produce, o el


organismo no utiliza, la insulina de forma adecuada. La insulina es imprescindible
en la diabetes tipo 1, mientras que en la diabetes tipo 2 La alimentación y el
ejercicio son la base del tratamiento, aunque posteriormente pueden necesitarse
antidiabéticos orales y/o insulina. El diabético debe aprender todo lo necesario
sobre la diabetes para que pueda disfrutar de una vida larga y sana gracias al
tratamiento integral de su enfermedad.
Diabetes gestacional.

La diabetes gestacional se manifiesta durante el embarazo (gestación). Al igual


que con otros tipos de diabetes, la diabetes gestacional afecta la forma en que las
células utilizan el azúcar (glucosa). La diabetes gestacional causa un alto nivel de
azúcar en sangre que puede afectar tu embarazo y la salud de tu bebé.

Todas las complicaciones del embarazo son preocupantes, pero hay buenas
noticias. Las mujeres embarazadas pueden ayudar a controlar la diabetes
gestacional consumiendo alimentos saludables, realizando ejercicio y, si es
necesario, tomando medicamentos. Controlar el azúcar en sangre puede evitar un
nacimiento complicado y mantener tu salud y la de tu bebé.

En la diabetes gestacional, el azúcar en sangre generalmente regresa a los


valores normales después del parto. Pero si has tenido diabetes gestacional,
tienes riesgo de contraer diabetes tipo 2. Continuarás trabajando con tu equipo de
atención médica para controlar y tratar el azúcar en sangre.

Síntomas

En la mayoría de las mujeres, la diabetes gestacional no produce signos ni


síntomas perceptibles.

Cuándo consultar al médico

En lo posible, solicita atención médica lo antes posible (en cuanto pienses en


buscar un embarazo) para que el médico pueda evaluar el riesgo de diabetes
gestacional dentro de tu plan de salud reproductiva general. Una vez que estés
embarazada, tu médico te revisará para detectar si tienes diabetes gestacional
como parte de la atención prenatal. Si padeces diabetes gestacional, es posible
que necesites chequeos más frecuentes. Es más probable que estos se realicen
en los últimos tres meses del embarazo, cuando el médico supervisará tu nivel de
azúcar en sangre y la salud del bebé.

El médico puede derivarte a otros profesionales de salud especializados en


diabetes, como un endocrinólogo, un dietista registrado o un educador en
diabetes. Ellos pueden enseñarte a controlar tu nivel de azúcar en sangre durante
el embarazo.

Para verificar que tu nivel de azúcar en sangre haya vuelto a la normalidad


después del nacimiento del bebé, el equipo de atención médica comprobará tu
azúcar en sangre inmediatamente después del parto y nuevamente seis semanas
después. Si ya has tenido diabetes gestacional, es recomendable medir tu nivel de
azúcar en sangre en forma regular.

La frecuencia de las pruebas de azúcar en sangre dependerá, en parte, de los


resultados de las pruebas realizadas poco después de que des a luz.

Causas

Los investigadores no saben por qué algunas mujeres contraen diabetes


gestacional. Para comprender cómo se produce, puede resultar útil entender de
qué forma el embarazo afecta el modo en el que el organismo procesa la glucosa.

El cuerpo digiere los alimentos que comes para producir azúcar (glucosa) que
ingresa al torrente sanguíneo. En respuesta a ello, el páncreas —glándula de gran
tamaño que se encuentra detrás del estómago— produce insulina. La insulina es
una hormona que ayuda a que la glucosa viaje desde el torrente sanguíneo hasta
las células del cuerpo, donde se utiliza como energía.

Durante el embarazo, la placenta, que conecta al bebé con tu suministro de


sangre, produce niveles altos de otras hormonas. Casi todas ellas inhiben la
acción de la insulina en las células, lo que eleva el nivel de azúcar en sangre.
Durante el embarazo, es normal que haya un leve aumento del azúcar en sangre
después de las comidas.

A medida que el bebé crece, la placenta produce cada vez más hormonas que
contrarrestan la insulina. En la diabetes gestacional, las hormonas de la placenta
provocan un incremento del azúcar en sangre hasta un nivel que puede afectar el
crecimiento y el bienestar del bebé. Por lo general, la diabetes gestacional se
manifiesta durante la última mitad del embarazo —en algunos casos, incluso, en la
semana 20, pero normalmente sucede más adelante—.

Factores de riesgo

Todas las mujeres pueden padecer diabetes gestacional, pero algunas mujeres
tienen mayor riesgo. Algunos de los factores de riesgo de la diabetes gestacional
son:

 Ser mayor de 25 años. Las mujeres mayores de 25 años tienen más


probabilidades de padecer diabetes gestacional.

 Antecedentes médicos familiares o personales. Tu riesgo de contraer


diabetes gestacional aumenta si tienes prediabetes —nivel de azúcar en
sangre ligeramente elevado que podría ser precursor de diabetes tipo 2— o
si un miembro cercano de la familia, como tu padre, madre, hermano o
hermana, tiene diabetes tipo 2. También tienes más probabilidades de
presentar diabetes gestacional si la tuviste en un embarazo anterior, si diste a
luz a un bebé de más de 9 libras (4,1 kilogramos) o si tuviste un embarazo
con muerte fetal sin causa aparente.

 Sobrepeso. Tienes mayor probabilidad de manifestar diabetes gestacional si


tienes sobrepeso considerable con un índice de masa corporal (IMC) igual o
mayor que 30.

 Grupo étnico. Por razones que no están claras, las mujeres de origen
afroamericano, hispánico, indígena estadounidense o asiático tienen un
riesgo mayor de padecer diabetes gestacional.

Complicaciones

La mayoría de las mujeres con diabetes gestacional da a luz a bebés sanos. Sin
embargo, la diabetes gestacional que no se controla con cuidado puede producir
un nivel de azúcar en sangre descontrolado y causarles problemas a ti y al bebé,
incluida una mayor probabilidad de que deban hacerte una cesárea al momento
del parto.
Complicaciones que pueden afectar a tu bebé

Si tienes diabetes gestacional, tu bebé puede tener un mayor riesgo de padecer lo


siguiente:

 Sobrepeso al nacer. El exceso de glucosa en el torrente sanguíneo


atraviesa la placenta, lo que hace que el páncreas del bebé produzca insulina
adicional. Esto puede hacer que el bebé crezca demasiado (macrosomía).
Los bebés muy grandes —que pesan 9 libras (4 kg) o más— tienen más
probabilidades de atorarse en el canal de parto, sufrir lesiones en el
nacimiento o requerir un parto por cesárea.

 Nacimiento prematuro (pretérmino) y síndrome de dificultad


respiratoria. Un nivel alto de azúcar en sangre en la madre puede aumentar
el riesgo de que tenga un trabajo de parto prematuro y de que el bebé nazca
antes de la fecha prevista. O bien, el médico puede recomendar un parto
prematuro porque el bebé es muy grande.

Los bebés que nacen antes de tiempo pueden padecer el síndrome de


dificultad respiratoria —trastorno que complica la respiración—. Los bebés
con este síndrome pueden necesitar asistencia respiratoria hasta que sus
pulmones maduren y se hagan más fuertes. Los bebés de madres con
diabetes gestacional pueden padecer el síndrome de dificultad respiratoria
incluso si no nacen antes de tiempo.

 Nivel bajo de azúcar en sangre (hipoglucemia). A veces, los bebés de


madres con diabetes gestacional tienen un nivel bajo de azúcar en sangre
(hipoglucemia) poco después del nacimiento porque su propia producción de
insulina es alta. Los episodios graves de hipoglucemia pueden provocar
convulsiones en el bebé. La alimentación a horario y, a veces, una solución
de glucosa intravenosa pueden hacer que el nivel de azúcar en sangre del
bebé vuelva a la normalidad.

 Diabetes tipo 2 más adelante en la vida. Los bebés de madres con


diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de padecer obesidad y diabetes
tipo 2 en el futuro.

La diabetes gestacional sin tratar puede provocar la muerte del bebé antes o poco
después del nacimiento.
Complicaciones que pueden afectarte

La diabetes gestacional también puede aumentar el riesgo de que la madre tenga


lo siguiente:

 Presión arterial alta y preeclampsia. La diabetes gestacional aumenta el


riesgo de tener presión arterial alta y preeclampsia, una complicación grave
del embarazo que provoca presión arterial alta y otros síntomas que pueden
poner el riesgo tanto la vida de la madre como la del bebé.

 Diabetes en el futuro. Si tienes diabetes gestacional, tienes mayor


probabilidad de que vuelvas a padecerla en un futuro embarazo. También es
más probable que tengas diabetes tipo 2 a medida que envejeces. Sin
embargo, si eliges opciones de vida saludables, como comer alimentos sanos
y hacer ejercicio, puedes contribuir a reducir el riesgo de diabetes tipo 2 en el
futuro.

Entre las mujeres con antecedentes de diabetes gestacional que alcanzan su


peso ideal después del parto, menos de 1 cada 4 presenta diabetes tipo 2
con el tiempo.
Prevención

No hay garantías cuando se trata de prevenir la diabetes gestacional, pero


cuantos más hábitos saludables adoptes antes del embarazo, mejor. Si tuviste
diabetes gestacional, estas opciones saludables pueden reducir el riesgo de
padecerla en futuros embarazos o de tener diabetes tipo 2 más adelante.

 Consume alimentos saludables. Elige alimentos ricos en fibra, con bajo


contenido graso y pocas calorías. Céntrate en las frutas, los vegetales y los
cereales integrales. Intenta consumir alimentos variados para alcanzar tus
metas sin resignar el sabor ni la nutrición. Presta atención a los tamaños de
las porciones.

 Mantente activa. Hacer ejercicio antes del embarazo y durante este puede
ayudarte a evitar que contraigas diabetes gestacional. Apunta a realizar, por
lo menos, treinta minutos de actividad moderada la mayoría de los días de la
semana. Haz una caminata a paso ligero todos los días. Anda en bicicleta.
Nada algunos largos en la piscina.

Si no puedes hacer treinta minutos de ejercicio seguidos por día, varias


sesiones más cortas pueden ser igual de beneficiosas. Estaciona en un lugar
más alejado cuando hagas mandados. Baja del autobús una parada antes de
llegar a destino. Cada paso que des aumenta tus posibilidades de
mantenerte saludable.

 Baja los kilos de más que tienes antes del embarazo. Los médicos no
recomiendan adelgazar durante el embarazo. Sin embargo, si estás
planificando un embarazo, bajar el peso adicional que tienes antes de quedar
embarazada puede ayudarte a tener un embarazo más saludable.

Concéntrate en hacer cambios permanentes a tus hábitos alimentarios.


Motívate recordando los beneficios a largo plazo de bajar de peso, como
tener un corazón más saludable, más energía y mayor autoestima.

¿SE CURA LA DIABETES?

Es una enfermedad crónica que no tiene cura, por ahora, aunque sí un tratamiento
eficaz, que permite llevar una vida prácticamente normal.

¿CÓMO SE TRATA LA DIABETES?

Aunque hablaremos más ampliamente del tratamiento en otro momento, se basa


en el equilibrio de tres factores: la alimentación, los fármacos (ya sea
antidiabéticos orales o insulina) y el ejercicio físico regular (especialmente en
personas con DM2). La persona con diabetes deberá coordinar en todo momento
estos tres elementos para que la glucosa se mantenga la mayor parte del tiempo
en valores normales. Para ello deberá medir con cierta frecuencia la glucemia
capilar a través una gota de sangre del dedo. La educación diabetológica permitirá
este proceso de aprendizaje para que las personas con diabetes puedan tomar
parte activa en la toma de decisiones diarias sobre el tratamiento.
La diabetes puede provocar complicaciones a largo plazo por lesión vascular que
pueden afectar a los ojos, riñones, corazón, cerebro y pies; aunque pueden
evitarse con un adecuado control glucémico.

¿Qué problemas de salud pueden tener las personas con diabetes?


Con el tiempo, los niveles altos de glucosa en la sangre causan problemas como:

Enfermedades del corazón


Accidentes cerebrovasculares
Enfermedades de los riñones
Problemas de los ojos
Enfermedades dentales
Lesiones en los nervios
Problemas de los pies
Las personas pueden tomar algunas medidas para reducir la probabilidad de tener
estos problemas de salud relacionados con la diabetes.

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