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IV CONTIENDA DE DERECHOS

FUNDAMENTALES

EQUIPO IURIS TANTUM

DEMANDANTES

CASO DEL MINISTRO DE JUSTICIA


ELEUTERIO FLORINDEZ

Demanda de Amparo

2018

1
ÍNDICE

CARÁTULA

DEMANDA DE AMPARO

1. FUNDAMENTACIÓN FÁCTICA

ANTECEDENTES

DE LA INVESTIGACIÓN SEGUIDA EN MI CONTRA

DE LA ACUSACIÓN CONSTITUCIONAL

2. FUNDAMENTACION JURÍDICA

2.1. CUESTIONES DE PROCEDENCIA

2.1.1. De la inexistencia de vías procedimentales igualmente satisfactorias

2.1.2. Del plazo de interposición de la demanda de amparo

2.1.3. Del agotamiento de la vía previa

2.2. FONDO

2.2.1. De la vulneración del derecho al debido proceso

2.2.1.1. De la vulneración al derecho a no ser sometido a procedimiento


distinto de los previamente establecidos

2.2.1.2. De la vulneración al derecho de defensa

2.2.1.2.1. Comunicación previa y detallada de los cargos en sede


parlamentaria
2.2.1.2.2. Concesión del tiempo y los medios adecuados para preparar la
defensa
2.2.1.2.3. No ser compelido a declarar o reconocer culpabilidad contra uno
mismo

2.2.1.3. De la vulneración al derecho a la motivación de las resoluciones

2.2.1.4. De la vulneración al principio de legalidad

2.2.1.5. De la vulneración al derecho a la imparcialidad de los juzgadores

2.2.2. De la amenaza de vulneración al derecho a participar en la vida política


de la Nación

FUENTES

2
Expediente: ########

Materia: Constitucional.

Sumilla: Interpongo demanda de amparo.

SEÑOR JUEZ DEL TERCER JUZGADO CONSTITUCIONAL DE LIMA:

Eleuterio José Florindez Gutiérrez,


identificado con DNI N° ########,
congresista de la República y ministro de
Justicia, con domicilio real en la Av.
@@@@ N° ###, del distrito de San Isidro -
Lima, señalando domicilio procesal en la Av.
“XYZ” N°### del distrito de San Miguel,
provincia y región de Lima. Ante usted,
atentamente me presento y digo:

Al amparo del artículo 8 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el artículo


3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el artículo 25 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, el artículo 200.2 de la Constitución Política del
Estado y del artículo 37 y siguientes del Código Procesal Constitucional, interpongo
demanda constitucional de amparo contra el Excelentísimo Congreso de la República
con domicilio en el edificio “Leyes para todos” de la Avenida de la Legislación de la
ciudad de Lima, a fin de que se reponga las cosas al estado anterior a la vulneración de
mis derechos constitucionales al debido proceso, y específicamente, a los derechos: a
no ser desviado del procedimiento pre-establecido por la ley, al derecho de defensa, a
la comunicación previa y detallada de los hechos que se imputan, a la concesión del
tiempo y los medios adecuados para preparar la defensa, a no ser compelido a declarar,
a la motivación de las resoluciones, la imparcialidad de los juzgadores, y el principio de
legalidad; del mismo modo, pido se suprima la amenaza de violación a mi derecho
constitucional a participar en la vida política de la Nación; y en consecuencia:

• Se deje sin efecto la Denuncia Constitucional N° 007 de la Comisión Permanente


del Excelentísimo Congreso de la República de 23 de agosto de 2023.
• Se declare la nulidad del Informe Final de la Sub Comisión de Acusaciones
Constitucionales del Excelentísimo Congreso de la República de 18 de marzo de
2023.

Y en su virtud, no se lleve a cabo la votación del Pleno del Congreso respecto de la


acusación constitucional en mi contra, programada para el 4 de octubre de 2023, por el
riesgo de ser destituido e inhabilitado inconstitucionalmente. Demanda que la interpongo
bajo los siguientes fundamentos:

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1. FUNDAMENTACIÓN FÁCTICA

ANTECEDENTES

1) Soy abogado de profesión, actualmente congresista por el Partido Oficialista


“Nación y Libertad”.
2) El 28 de julio de 2021, en razón a mi experiencia laboral, fui nombrado Ministro de
Justicia de la República del Perú por el actual presidente, Juan Kwon Do.
3) Durante el actual periodo de gobierno, existió una ostensible consigna de la
oposición para obstruir y no dejar gobernar al gobierno electo.

DE LA INVESTIGACIÓN SEGUIDA EN MI CONTRA

4) Luego de que el 10 de julio de 2022 se diera a conocer una supuesta vinculación


del gobierno con organizaciones delictivas, en el Congreso se conformó una
Comisión Investigadora.
5) Después de la conformación de la Comisión Investigadora, el 20 de julio, el
semanario “El Clarín” hizo publicaciones relativas al indulto concedido a siete
personas pertenecientes a un grupo narcoterrorista.
6) En el interrogatorio de la Comisión Investigadora, los indultados negaron todo
vínculo entre su agrupación terrorista y el gobierno, y únicamente Cresenciano
Chichizola, manifestó que mi persona formaba parte de una red de tráfico de tierras
para financiar al grupo terrorista del “Camarada Víctor”, cuando me desempeñaba
como notario en Pichari, Cusco. Incluso señaló que actualmente yo apoyaría dichas
actividades de narcoterrorismo desde mi actual posición, intercediendo para el
otorgamiento de indultos a los miembros del grupo del “Camarada Víctor”.
7) Dos días después de la sesión de la Comisión Investigadora, el programa
periodístico “Sin Censura” emitió un informe sobre mi labor como notario en Pichari,
atribuyéndome falsamente haber participado en una compraventa entre uno de los
operadores de la red de tráfico de tierras y un hombre que a la fecha de la
transacción llevaba seis años de fallecido; además, que yo contaría con diversos
inmuebles en zonas exclusivas de Lima que evidenciarían un supuesto desbalance
patrimonial.
8) Una semana después del informe periodístico referido, un grupo de congresistas de
la oposición propusieron una acusación constitucional en mi contra, por las
supuestas irregularidades cometidas cuando me desempeñé como notario público,
como también por los indultos otorgados a los supuestos miembros del grupo
narcoterrorista del “Camarada Víctor”. Se me acusó de haber vulnerado los artículos
8, 39 y 44, primer párrafo, de la Constitución, y de haber incurrido en los delitos
previstos en el artículo 428 del Código Penal y en los artículos 4 y 4-A del Decreto
Ley 25475.
9) La Subcomisión de Acusaciones Constitucionales estuvo presidida por Luis Alfonso
D’Effesio, del partido de la oposición, “Perú con valores”, persona con quien durante
la campaña electoral tuve un fuerte altercado verbal en el programa “Medias
Verdades”.
10) Luego de presentada la denuncia constitucional en mi contra, D´Effesio anunció en
medios de comunicación que el procedimiento de Acusación Constitucional se
llevaría a cabo de la manera más transparente posible, pero que todo parecía
indicar que mi persona era culpable de lo que se acusaba. Por su parte, la Comisión
de Ética del Congreso, me inició un procedimiento por los mismos hechos
denunciados.
11) El 8 de setiembre, la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales me convocó a
declarar, convocatoria a la que asistí pero al no encontrarse presente mi abogado,

4
no quise declarar, toda vez que éste presentó un escrito con la debida antelación
solicitando reprogramar la sesión, por encontrarse de viaje; sin embargo, los
miembros de la Subcomisión se negaron a aceptar dicha petición, indicando que el
interrogatorio en dicha audiencia solo trataba de una indagación sobre los hechos,
no siendo necesaria la presencia de mi abogado.

DE LA ACUSACIÓN CONSTITUCIONAL

12) El 18 de marzo de 2023, la Subcomisión emitió su informe final recomendando


formular acusación constitucional contra mi persona por haber vulnerado los
artículos 8, 39 y 44, primer párrafo, de la Constitución, y de haber incurrido en los
delitos previstos en los artículos 428 del Código Penal y en los artículos 4 y 4-A del
Decreto Ley 25475; y proponiendo como sanción, mi destitución e inhabilitación por
diez años en la función pública. Dicho informe, si bien se hizo público en diversos
medios de comunicación, no se me notificó ni tampoco a mi abogado.
13) El 19 de julio de 2023, un día antes de que sesione la Comisión Permanente, el
semanario “El Clarín” publicó extractos de una conversación de whatsapp,
encontrada en mi celular que meses atrás reporté como robado. En dichos extractos
se apreciaría supuestamente que un contacto de nombre “Víctor” me habría
remitido nombres y montos vinculados a las siete personas indultadas, situación
que fue suficiente para vincularme con el “Camarada Víctor”, sin antes investigar la
veracidad de los mismos. Cabe resaltar que dichos extractos de conversación de
Whatsapp se encontraban claramente falsificados ya que figura como hora última
de conexión, las “16:66” horas, hecho que pone de manifiesto su evidente
adulteración.
14) Al día siguiente, distintos miembros de la Comisión Permanente declararon que
debían tomar cartas en el asunto para llegar a la verdad. Así, el 23 de agosto, la
Comisión Permanente decidió acusarme, conforme a lo señalado en el informe de
la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales y, además, por haber incurrido
supuestamente en el delito de cohecho pasivo, basados únicamente en el reporte
periodístico de “El Clarín”.
15) En este escenario se programó la sesión del Pleno del Congreso para discutir y
votar la acusación constitucional en mi contra, para el 4 de octubre de 2023. En
distintos medios de comunicación, se expresaban opiniones anticipadas sobre la
decisión a tomar. Tal es así que el congresista Rodrigo Losso, vocero de la bancada
“Nueva Democracia” declaró que escuchará mi defensa ante el hemiciclo con la
mayor atención, pero que su decisión ya está tomada.
16) Frente a estos hechos, interpongo la presente demanda de amparo ante el riesgo
de ser destituido e inhabilitado por el Pleno del Congreso, sin que exista la
posibilidad de escucharme y hacer efectiva mi defensa, y con evidente vulneración
de mis derechos constitucionales.

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2. FUNDAMENTACION JURÍDICA

2.1. CUESTIONES DE PROCEDENCIA

2.1.1. Inexistencia de vías procedimentales igualmente satisfactorias

El TC en reiterada jurisprudencia ha recalcado que la causal de improcedencia


establecida en el inciso 2 del Art. 5 del Código Procesal Constitucional no supone
verificar, simplemente, si existen "otras vías judiciales" mediante las cuales también se
tutelen derechos constitucionales, sino que debe analizarse si tales vías ordinarias
serían igual o más efectivas, idóneas o útiles que el proceso de amparo para lograr la
protección requerida.1

En el caso concreto no existen otras vías iguales ni más efectivas para proteger los
derechos aludidos, puesto que en la legislación peruana no existen vías administrativas
ni judiciales que puedan tutelar estos derechos. Cabe destacar, además que la Corte
IDH ha señalado que el Amparo reúne las características para la tutela efectiva de los
derechos fundamentales en el marco de realización de un juicio político.2

2.1.2. Del plazo de interposición de la demanda de amparo

El Art. 44 del Código Procesal Constitucional establece que: “El plazo para interponer la
demanda de amparo prescribe a los sesenta días hábiles de producida la afectación (…)
Para el cómputo del plazo se observarán las siguientes reglas: (…) 3) Si los actos que
constituyen la afectación son continuados, el plazo se computa desde la fecha en que
haya cesado totalmente su ejecución.”. La vulneración de los derechos en el presente
caso no se ha consumado por completo, estando en estado de vulneración continuada
y aún no ha cesado su ejecución vulneradora, la cual se dará con la Resolución que
ponga fin al procedimiento parlamentario, es por eso que no ha iniciado el plazo
prescriptorio. Así mismo, en relación al derecho alegado en estado de amenaza de
vulneración, el Código Procesal Constitucional establece en el mismo artículo: “(…) 4)
La amenaza de ejecución de un acto lesivo no da inicio al cómputo del plazo. Sólo si la
afectación se produce se deberá empezar a contar el plazo (…)” por lo que no es
necesario evaluar el cómputo del plazo respecto a este derecho.

2.1.3. Del agotamiento de la vía previa

El Art. 45 del Código Procesal Constitucional señala que: “El amparo sólo procede
cuando se hayan agotado las vías previas. En caso de duda sobre el agotamiento de la
vía previa se preferirá dar trámite a la demanda de amparo” y en el Art 46 establece:
“No será exigible el agotamiento de las vías previas si: (…) 3) La vía previa no se
encuentra regulada (…)”. En el presente caso se debe advertir que no está regulado en
la ley, procedimiento alguno, que previamente deba agotarse.

1Tribunal Constitucional. EXP. N.° 02383-2013-AA/TC


2Corte IDH. Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de
enero de 2001. Serie C No. 71, Párrafo 91.

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2.2. FONDO

2.2.1. De la vulneración del derecho al debido proceso

La Corte IDH ha expresado que: “Es un derecho humano el obtener todas las garantías
que permitan alcanzar decisiones justas, no estando la administración excluida de
cumplir con este deber. Las garantías mínimas deben respetarse en el procedimiento
administrativo y en cualquier otro procedimiento cuya decisión pueda afectar los
derechos de las personas. (…) la justicia, realizada a través del debido proceso legal,
como verdadero valor jurídicamente protegido, se debe garantizar en todo proceso
disciplinario (…)”3

2.2.1.1. De la vulneración al derecho a no ser sometido a procedimiento


distinto a los previamente establecidos

Este derecho se encuentra regulado en el artículo 139, inciso 3 de la Constitución


Política del Perú, respecto al mismo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en
el caso Tribunal Constitucional vs Perú4 en el fundamento 77 estableció que: “En cuanto
al ejercicio de las atribuciones del Congreso para llevar a cabo un juicio político, del que
derivará la responsabilidad de un funcionario público, (…) es necesario recordar que
toda persona sujeta a juicio de cualquier naturaleza ante un órgano del Estado deberá
contar con la garantía de que dicho órgano sea competente, independiente e imparcial
y actúe en los términos del procedimiento legalmente previsto para el conocimiento y la
resolución del caso”. (Subrayado agregado)

El Tribunal Constitucional ha aplicado esta garantía judicial en el contexto de una


investigación en el caso Víctor Raúl Martínez Candela, así afirma: “(…) el derecho al
procedimiento preestablecido por la ley no protege al sometido a un procedimiento por
cualquier transgresión de ese procedimiento, sino sólo vela porque las normas de
procedimiento con las que se inició su investigación, no sean alteradas o modificadas
con posterioridad”.5 Y posteriormente tomando como referencia al caso anterior se ha
pronunciado de la siguiente manera: “(…) no existiendo un derecho a la petrificación de
las reglas a las que está sometido un procedimiento judicial, la garantía que éste ofrece
es que de producirse una modificación del procedimiento judicial, su aplicación no
devenga en arbitraria”6; (Subrayado agregado).

La pregunta es: ¿Cuándo la aplicación de una modificación a las reglas puede devenir
en arbitraria, por irrazonable o desproporcionada? El Tribunal Constitucional ha
manifestado que esta pregunta debe ser respondida en función de cada caso concreto.

Para responder esta pregunta es necesario saber qué significa la palara “arbitrario”. Esta
palabra proviene del latín “arbitrarĭus” y según la RAE7 significa “sujeto a la libre voluntad
o al capricho antes que a la ley o a la razón”. Respecto a la arbitrariedad, la Corte IDH
en el caso J. vs Perú ha establecido que: “no se debe equiparar el concepto de

3 Corte IDH. Caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de
febrero de 2001. Serie C No. 72, párr. 127 y 129.
4 Corte IDH. Caso Tribunal Constitucional Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de

enero de 2001. Serie C No. 71, Párrafo 77.


5 Tribunal Constitucional. EXP. N.° 2928-2002-HC/TC
6 Tribunal Constitucional. EXP. N.° 03866-2006-AA/TC
7 Real Academia de la Lengua Española dle.rae.es/srv/search?m=30&w=arbitrario

7
"arbitrariedad" con el de "contrario a ley", sino que debe interpretarse de manera más
amplia a fin de incluir elementos de incorrección, injusticia e imprevisibilidad”.8

En adelante, demostraré que he sido sometido a un procedimiento distinto a los


previamente establecidos de manera arbitraria.

- Sometimiento a un procedimiento distinto a los previamente establecidos en la


Acusación Constitucional por las presuntas irregularidades cometidas cuando me
desempeñaba como notario

El Reglamento del Congreso9 establece que: “Mediante el procedimiento de acusación


constitucional se realiza el antejuicio político de los altos funcionarios del Estado
comprendidos en el artículo 99°10 de la Constitución Política. Además en el
procedimiento de acusación constitucional (…) c) La Subcomisión de Acusaciones
Constitucionales es el órgano encargado de calificar la admisibilidad y procedencia de
las denuncias constitucionales presentadas… La calificación sobre la admisibilidad y/o
procedencia de las denuncias, se realizará en un plazo máximo de diez (10) días
hábiles, conforme a los siguientes criterios: (…) Que se refieran a hechos que
constituyan infracción de la Constitución y/o delitos de función previstos en la legislación
penal” (Subrayado agregado).

El Tribunal Constitucional en la sentencia de Gastón Ortiz Acha menciona que:


“Constituye un requisito indispensable para ser pasible de la sanción de inhabilitación,
prevista en el artículo 100° de la Constitución, el ser uno de los funcionarios previstos
en el artículo 99° de la Constitución, ello no implica, necesariamente, que el funcionario
acusado deba encontrarse en ejercicio de sus funciones, sino que los delitos de función
y la infracción constitucional que son materia de acusación hayan tenido lugar con
ocasión de haber ocupado el cargo público”11 (Subrayado agregado).

Al momento de la supuesta comisión del delito de falsificación de documentos, me


encontraba desempeñando el cargo de notario en Pichari y no era Ministro de Justicia;
el Antejuicio Político únicamente se aplica a los funcionarios públicos enlistados en el
artículo 99 de la Constitución.

Por otro lado, el delito de falsificación de documentos no es un delito de función ni está


sujeto a antejuicio político, como lo precisa Víctor García Toma12: “Los ilícitos penales
perpetrados en el ejercicio o desempeño de la función sujetos al antejuicio son los
señalados en el Título XVIII del Código Penal denominado “Delitos contra la
Administración Pública” (artículos 376 y siguientes): Abuso de autoridad, Omisión,
rehusamiento o demora de actos funcionales, Requerimiento indebido de la fuerza
pública, Abandono del cargo, Nombramiento o aceptación indebida de cargo público,
Concusión, Colusión, Patrocinio ilícito, Malversación, Retardo injustificado en el pago,
Corrupción pasiva propia, Corrupción pasiva impropia, Aprovechamiento ilícito del

8 Cfr. Corte IDH. Caso J. Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27
de noviembre de 2013. Serie C No. 275, Párrafo 127
9 Reglamento del Congreso
10 Artículo 99°de la Constitución política del Perú: Corresponde a la Comisión Permanente acusar ante el

Congreso: al Presidente de la República; a los representantes a Congreso; a los Ministros de Estado; a los
miembros del Tribunal Constitucional; a los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura; a los vocales
de la Corte Suprema; a los fiscales supremos; al Defensor del Pueblo y al Contralor General por infracción
de la Constitución y por todo delito que cometan en el ejercicio de sus funciones y hasta cinco años después
de que hayan cesado en éstas.
11Tribunal Constitucional EXP. N.° 3760-2004-AA/TC
12 García Toma, Víctor. Análisis Sistemático de la Constitución Peruana de 1993. Tomo. I. Fondo Editorial

de la Universidad de Lima. 1998. página 333.

8
cargo, Corrupción de magistrados, Corrupción activa, Trafico de influencias y
Enriquecimiento ilícito”.

En el presente caso, si bien no se alteró o modificó las normas del procedimiento con
las que se me inició investigación, no se respetó la naturaleza de los procedimientos
establecidos en el Reglamento del Congreso y de manera arbitraria se me investigó en
un procedimiento que no era el debido; pues, la Acusación Constitucional planteada por
un grupo de congresistas versaba sobre hechos supuestamente cometidos cuando me
desempeñaba como notario y por un delito común; esta acusación no debió ser admitida
por la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales y al haberse admitido e investigado
por este órgano se mezcló los procedimientos establecidos en el Reglamento del
Congreso y de manera arbitraria se vulneró mi derecho a no ser sometido a
procedimiento distinto a los previamente establecidos; en todo caso, por mi condición
de congresista se me debió levantar la inmunidad conforme al artículo 16 del
Reglamento del Congreso para la respectiva investigación por parte del Ministerio
Público.

- Sometimiento a un procedimiento distinto a los previamente establecidos en la


Acusación por el delito de cohecho pasivo realizada por la comisión permanente

El Reglamento del Congreso en el artículo 89 establece los requisitos que debe contener
una Denuncia Constitucional13, además refiere que las Denuncias Constitucionales son
derivadas a la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, este órgano es el
encargado de calificar las denuncias14, la Comisión Permanente aprueba el plazo dentro
del cual la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales llevará a cabo la
investigación15; la Subcomisión de Acusaciones presenta a la Comisión Permanente un
informe final que concluya con la acusación o el archivamiento de la denuncia16 , si el
informe propone acusación ante el Pleno del Congreso, la Comisión Permanente
debatirá y votará pronunciándose por la acusación o no ante el Pleno17 , si el informe
que propone la acusación es aprobado la Comisión Permanente nombra una
Subcomisión Acusadora18.

Los magistrados del Tribunal Constitucional Mesía Ramírez y Eto Cruz en su voto
singular en el caso Tula Luz Benites Vásquez19, en los fundamentos 14, 15 y 16 han
dicho que: “(…) solo, pues, si el juicio, proceso o procedimiento ha sido llevado a cabo
correctamente, el resultado de éste será correcto, toda vez que el debido proceso en su
doble dimensión es un derecho que busca la protección efectiva de la persona (…) El
debido proceso en el antejuicio político tiene por finalidad limitar de manera previa los
excesos de poder de la Comisión Permanente y del Pleno del Congreso de la República
y establecer las garantías de protección a los derechos de los congresistas sometidos
a antejuicio, para que ninguna de las actuaciones parlamentarias a realizarse en el
procedimiento de antejuicio político dependa del propio arbitrio de la Comisión
Permanente o del Pleno del Congreso de la República, sino que se encuentren sujetas
siempre a las reglas procedimentales previamente señaladas en la Constitución y en la
ley (Reglamento del Congreso)” (Subrayado agregado).

13 Cfr. Reglamento del Congreso artículo 89, inciso a


14 Cfr. Reglamento del Congreso artículo 89 inciso c
15 Cfr. Reglamento del Congreso artículo 89 inciso d
16 Cfr. Reglamento del Congreso artículo 89 inciso d.6
17 Cfr. Reglamento del Congreso artículo 89 inciso f
18 Cfr. Reglamento del Congreso artículo 89 inciso g
19 Tribunal Constitucional EXP. N° 02364-2008-PHC/TC.

9
En el caso en concreto, la Comisión Permanente de manera arbitraria, sin respetar el
Reglamento del Congreso y sin una previa investigación basada simplemente en un
reporte periodístico añadió a su acusación el delito de cohecho pasivo.

Este delito no fue previamente investigado por la Subcomisión de Acusaciones


Constitucionales tal como lo establece el Reglamento del Congreso en el artículo 89.

Además, el Reglamento del Congreso no faculta a la Comisión Permanente para


agregar otros delitos que no han sido investigados por la Subcomisión de Acusaciones
Constitucionales y que no están incluidos en su informe final.

Por estas razones se vulneró el derecho al debido proceso en el sentido de no ser


sometido a procedimiento distinto a los previamente establecidos.

2.2.1.2. De la vulneración al derecho de defensa

En los procedimientos de acusaciones constitucionales, nos encontramos ante un


conjunto de actos formalmente parlamentarios; pero, en su mayoría, materialmente
jurisdiccionales, en consecuencia, a efectos de establecer las normas y principios que
han de orientar y regular su desarrollo, debemos remitirnos a lo establecido para los
procesos judiciales ordinarios, con especial atención al proceso penal.

Siendo ello así, en el desarrollo de un procedimiento parlamentario rige, en primer


término, lo establecido por el art. 139.14 de la Constitución referido a que ninguna
persona puede ser privada del derecho de defensa en ningún estado del proceso, que
además del judicial, comprende a los procedimientos parlamentarios, en todo aquel acto
que sea materialmente jurisdiccional.

El Tribunal Constitucional, ha señalado que el contenido constitucionalmente protegido


del derecho de defensa queda afectado cuando en el seno de un proceso judicial - lo
cual también se extiende a los procedimientos parlamentarios -, cualquiera de las partes
resulta impedida, por actos concretos de los órganos judiciales - o parlamentarios -, de
ejercer los medios necesarios, suficientes y eficaces para defender sus derechos e
intereses legítimos.20

El derecho de defensa tiene a su vez múltiples dimensiones, basta con que se vulnere
una de las dimensiones del mismo, para que éste se vea vulnerado como tal. Así, de los
hechos suscitados en mi agravio, se han vulnerado los siguientes derechos:

2.2.1.2.1. Comunicación previa y detallada de los cargos en sede


parlamentaria

El Tribunal Constitucional al respecto ha argumentado:

“De conformidad con el artículo 8.2.b) de la Convención Americana, una vez que se
formula una acusación, ésta debe ser comunicada de manera “previa y detallada” al
inculpado. En sentido similar, el Título Preliminar del Código Procesal Penal en su
artículo IX reconoce que toda persona tiene derecho a que se le comunique de
inmediato y detalladamente la imputación formulada en su contra. Al respecto, conviene
precisar que en la sentencia del Caso Barreto Leiva vs. Venezuela, de fecha 17 de
noviembre de 2009, la Corte Interamericana ha precisado que el ejercicio de este
derecho se satisface cuando:

20Tribunal Constitucional. EXP. N.° 06648-2006-HC/TC

10
a. Se le informa al interesado no solamente de la causa de la acusación, esto es, las
acciones u omisiones que se le imputan (tiempo, lugar y circunstancias), sino también
las razones que llevan al Estado a formular la imputación, los fundamentos probatorios
de ésta y la caracterización legal que se da a esos hechos.

b. La información es expresa, clara, integral y suficientemente detallada para permitir


que el acusado ejerza plenamente su derecho a la defensa y muestre al juez su versión
de los hechos. Esto quiere decir que la acusación no puede ser ambigua o
genérica.”21(Subrayado agregado).

De lo señalado, se desprende que a fin de no dejar en estado de indefensión a un


procesado, es necesario que el órgano ante el que se tramita un proceso, cualquiera
sea su naturaleza, no solamente, deba poner en su conocimiento la conducta que se le
imputa, sino que además acompañe a tal comunicación, la información necesaria para
la eficacia de su defensa.

No obstante, del caso en concreto se tiene que la Subcomisión de Acusaciones


Constitucionales emitió un Informe Final recomendando plantear acusación
constitucional en mi contra por presuntamente haber infringido los artículos 8, 39 y 44
primer párrafo de la Constitución, y haber incurrido en los delitos previstos en el artículo
428 del Código Penal y en los artículos 4 y 4-A. del Decreto Ley 25475, con la propuesta
de sanción de destitución e inhabilitación por diez años en la función pública; este
informe no me fue notificado en ningún momento, pese a que dicha Subcomisión se
encontraba obligada a hacerlo y tenía pleno conocimiento de mi domicilio, así como,
del de mi defensor técnico; de esta forma, ocasionó con su actuar que no pueda tomar
conocimiento oportuno de las infracciones que se me imputaban.

Si bien es cierto, la acusación constitucional, en sentido estricto, se realizó


posteriormente el 23 de agosto de 2023, empero, no es menos cierto que la
Subcomisión debió notificarme previamente con su informe, ya que el mismo contenía
la imputación realizada en mi contra. Lo apuntado encuentra sustento en que el derecho
a la comunicación previa y detallada de los cargos en sede parlamentaria no requiere
formalmente de una acusación constitucional, dado que vincula a los operadores
parlamentarios desde el inicio del procedimiento parlamentario, toda vez que resultaría
pernicioso mantener en la incertidumbre a un procesado, aguardando la realización de
una acusación, pues, “No puede esperarse a que la persona sea formalmente acusada
(...) para proporcionarle la información de la que depende el oportuno ejercicio del
derecho a la defensa.“22

Aunado a ello, si bien la calificación del informe final no es en estricto vinculante para la
realización, o no, de una acusación constitucional, se debe considerar que dicha
calificación orientó e influenció toda la actividad realizada por la Comisión Permanente
del Congreso que derivó en una acusación constitucional en mi contra.

De lo que se colige que, a pesar de existir la obligación legal de notificación, la


Subcomisión de Acusaciones Constitucionales me impidió tomar conocimiento de los
cargos que me imputaba en el informe final referido, violando mi derecho de defensa, el
cual debió basarse en un conocimiento pleno, detallado y preciso de los hechos y la
subsunción de los mismos, mediante un acto de notificación directo a mi persona. Ergo,
lo señalado implica una vulneración a los estándares internacionales del derecho a la
comunicación previa y detallada de los cargos atribuidos en sede parlamentaria.

21 Tribunal Constitucional. EXP. N.° 00156-2012-HC/TC


22 Corte IDH. Caso Barreto Leiva Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 17 de
noviembre de 2009. Serie C No. 206.

11
2.2.1.2.2. Concesión del tiempo y los medios adecuados para preparar la
defensa

Como he expuesto, el 20 de julio de 2023, la Comisión Permanente sesionó en mérito


a la Denuncia Constitucional N° 007, sesión que debía versar sobre el informe final
realizado por la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales; sin embargo, el día
anterior a la sesión, fueron publicados extractos de una conversación de WhatsApp que
supuestamente fueron encontrados en el teléfono celular que me había asignado el
Ministerio de Justicia y que me había sido sustraído, la misma que denuncié en su
momento; debido a esto, la Comisión Permanente decidió acusarme en base al
mencionado informe final y además, por haber incurrido en el delito de cohecho
pasivo, basados en el reporte periodístico de “El Clarín” y los extractos de conversación
anteriormente referidos, lo que denota una grave incongruencia entre el informe final de
la Subcomisión y la parte resolutiva de la acusación constitucional (Denuncia
Constitucional N°007).

De lo señalado se desprende que: i) El tiempo que medió entre la publicación de “El


Clarín” y la inclusión del delito de cohecho pasivo en la acusación, fue tan escaso que
en realidad constituyó un impedimento para el ejercicio de mi derecho de defensa; ii) A
la autoridad parlamentaria, no le importó que, en dicha instancia (Comisión Permanente)
se incluyera una suerte de investigación de un nuevo hecho, lo que no es posible de
acuerdo al Reglamento del Congreso; iii) Producto de dicha investigación se arribó a la
conclusión de que mi persona “cometió el delito de cohecho pasivo”, sin ahondar más
en la motivación utilizada en la acusación constitucional - en la cual se me atribuye
directamente la responsabilidad penal sin un juicio previo, ni mediando mayor
fundamentación -; y, iv) Lo puntualizado fue impedimento para que pueda acopiar todos
los medios necesarios para realizar argumentos de defensa y elementos de descargo
eficaces, todo ello generado por el actuar antojadizo y arbitrario de un grupo de
parlamentarios.

2.2.1.2.3. No ser compelido a declarar contra uno mismo

El artículo 8° literal g) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, reconoce


como garantía judicial, el derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a
declararse culpable. Así mismo, el ámbito normativo de este derecho no se agota,
solamente, en garantizar la facultad de no ser obligado a declarar contra uno mismo o
a confesar su propia culpabilidad, atendiendo a que: “(…) Este derecho garantiza la
potestad del imputado o acusado de un ilícito penal a guardar silencio sobre los hechos
por los cuales es investigado o acusado penalmente, tanto en lo que le atañe como en
lo que incumbe a terceros (…)”23

Es decir, el imputado en un proceso penal, y en este caso el denunciado


constitucionalmente, cuando ha sido citado a comparecer ante la autoridad
parlamentaria, como en efecto se produjo en el presente caso, no se encuentra obligado
a declarar, ni mucho menos reconocer su culpabilidad, dado que no existe posibilidad
de exigir jurídicamente el cumplimiento de un mandato de dicha naturaleza, contrario
sensu, cualquier acto tendiente a conculcar dicho derecho, tal como la intimidación,
amenaza o engaño, vulnera el mismo.

Como su autoridad habrá podido apreciar, mi persona acudió a la Subcomisión de


Acusaciones Constitucionales en mérito a la convocatoria realizada el viernes 2 de
setiembre de 2022, donde fui por demás expresivo y hasta suplicatorio al señalar que
mi abogado defensor, el señor Prudencio Barandarián Hernández, no se encontraba
presente, debido a que había remitido un escrito con la antelación del caso - el día lunes

23 Tribunal Constitucional. 03-2005-PIITC

12
5 de septiembre de 2022 - a los efectos de que se reprograme mi declaración por un
viaje que realizaría en la misma fecha; no obstante ello, los miembros de la Subcomisión
se negaron a aceptar mi pedido, indicándome: “Solo vamos a preguntar por lo que
hiciste, queremos conocer tu versión”, “Vamos a hablar sobre hechos, para eso no
necesitas a tu abogado”, “Si no quieres hablar o das respuestas evasivas, vas a
entorpecer nuestro trabajo”, intimidándome a tal punto de no tener otra salida que
declarar, pese a que como les había comunicado, deseaba que mi abogado esté
presente, infringiendo de esta manera lo establecido por el literal k) del art. 89 del
Reglamento del Congreso, que prescribe: “Durante las diferentes etapas del
procedimiento de acusación constitucional, el denunciado puede ser asistido o
representado por abogado.(...)”

De los hechos descritos, se puede apreciar que la primera diligencia, declaración


prestada ante la Subcomisión se encuentra afectada por la vulneración a mi derecho de
defensa en el extremo desarrollado, más si consideramos que conforme ha señalado la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, “(…) El derecho a la defensa debe
necesariamente poder ejercerse desde que se señala a una persona como posible autor
o partícipe de un hecho punible y sólo culmina cuando finaliza el proceso”24.

2.2.1.3. De la vulneración al derecho a la motivación de las resoluciones

El juicio político está previsto en el artículo 100° de la Constitución Política, al respecto,


el Tribunal Constitucional en la sentencia vinculante Gastón Ortiz Acha manifestó que:
“es posible el control jurisdiccional de los actos que realiza en el Parlamento para
imponer sanciones, cuando de ellos devenga una afectación al debido proceso
parlamentario y la violación de los derechos fundamentales”25, en este entendido, el
procedimiento parlamentario no puede apartarse de los derechos fundamentales que
se tutelan con el debido proceso.

En la doctrina, el constitucionalista Cesar Landa, refiere que: “Frente a las decisiones


de los órganos del Congreso en el marco de un juicio político, se puede establecer dos
tipos de actuación judicial, mediante una de las siguientes medidas: (…) 2.
Interpretación flexible del amparo, que se produciría cuando el juez constitucional
adquiere plena jurisdicción sobre el fondo y la forma del juicio político, realizando un
examen constitucional de la motivación del informe final del órgano parlamentario
correspondiente y de la relevancia de lo actuado en el juicio político. En este caso, el
juez tendría la posibilidad de revisar todo el proceso que va desde el examen del acto
lesivo, la validez o no de las normas aplicadas, hasta el valor probatorio de las pruebas;
vale decir, revisando la actuación parlamentaria concreta que sea necesaria para
determinar la constitucionalidad de la actuación cuestionada en el marco de un juicio
político”26. Indica además: “el control judicial será flexible en el respeto de la labor
parlamentaria una vez que se haya aprobado el informe final que será votado ante el
Pleno del Congreso y se hayan hecho públicas sus conclusiones y recomendaciones,
en donde pueda establecerse presuntas responsabilidades de altos
funcionarios”27(énfasis y subrayado agregado).

24 Corte IDH. Caso Suárez Rosero Vs. Ecuador. Fondo. Sentencia de 12 de noviembre de 1997. Serie C
No. 35
25 Tribunal Constitucional. EXP. N.° 3760-2004-AA/TC
26 Landa Arroyo, César. Consideraciones generales sobre los límites del control judicial del debido proceso

en los procedimientos desarrollados ante las comisiones investigadoras del Congreso de la República.
(2014).N°73, pág. 21
27 Cfr. Landa Arroyo Cesar y Sánchez Benites, Isabel. Democracia y Derechos Humanos en Contextos de

Juicios Políticos. Escrito de Amicus Curiae presentado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Lima. 2018, pág. 27.

13
Nuestra Constitución Política en el artículo 139 refiere que: “Son principios y derechos
de la función jurisdiccional (…) 5. La motivación escrita de las resoluciones judiciales en
todas las instancias, excepto los decretos de mero trámite, con mención expresa de la
ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se sustentan”.

El Tribunal Constitucional, en reiteradas ocasiones ha concordado con lo dispuesto por


la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el Caso Tribunal Constitucional vs
Perú (párrafo 71), en el cual se expone que: “el derecho reconocido en el inciso 3) del
artículo 139° de la Constitución no sólo tiene una dimensión, por así decirlo, "judicial",
sino que se extiende a (…) cualquier órgano del Estado que ejerza funciones de carácter
materialmente jurisdiccional, (el que) tiene la obligación de adoptar resoluciones
apegadas a las garantías del debido proceso legal, en los términos del artículo 8° de la
Convención Americana”.28 En este entendido, las resoluciones emitidas por el
legislativo, pese a no tener una dimensión judicial en el marco de un proceso de juicio
político, deben respetar el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales.29

En el presente caso, el 19 de julio de 2023 la Comisión Permanente emite denuncia


constitucional en mi contra, dicha denuncia tiene recogidos como argumentos, en
general, todos los fundamentos expuestos en el Informe Final de la Denuncia
Constitucional N° 007 emitida por la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales en
fecha 18 de marzo de 2023.

En el plano doctrinal, Benji Espinoza manifiesta al respecto, que: “el derecho a la debida
motivación de las resoluciones judiciales en el ámbito de los procedimientos
parlamentarios podría formularse como el derecho de los altos funcionarios y, como
contrapartida, la obligación de la Subcomisión de Asuntos Constitucionales de que (…)
el informe final de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales deba ofrecer los
motivos o razones por los cuales recomienda a la Comisión Permanente Acusar o no al
alto funcionario(…), en el informe final, la Subcomisión debe acreditar el conjunto de
indicios razonables que permita verificar el cumplimiento de los tipos penales imputados
en el antejuicio o que permita determinar la disposición constitucional infringida en el
juicio político”.30 (Subrayado agregado).

En el caso, el Informe Final de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales es


motivado únicamente por las declaraciones prestadas por mi persona y las brindadas
por Cresenciano Chichizola, este informe sirvió de base a la Denuncia Constitucional
007 presentada por la Comisión Permanente, pero esta denuncia constitucional lejos de
darle una debida motivación, agregó la referencia de capturas de pantalla de WhatsApp
que supuestamente fueron sacadas de mi celular anteriormente sustraído, capturas que
claramente son falsas al consignar como última hora de conexión “las 16 horas con 66
segundos”, hora inexistente en el sistema horario mundial, pero que bastaría para
atribuirme la comisión de cohecho pasivo.

Este Tribunal, en el caso Liliana Llamoja, ha establecido el contenido del derecho a la


motivación de resoluciones, derecho que queda delimitado, entre otros, en los siguientes
supuestos: “(…) La motivación insuficiente (…) se refiere básicamente al mínimo de
motivación exigible atendiendo a las razones de hecho o de derecho indispensables

28 Tribunal Constitucional. EXP. N.° 2050-2002-AA/TC


29 Así la Corte IDH ha señalado que “(…) cuando la Convención se refiere al derecho de toda persona a ser
oída por un “juez o tribunal competente” para la “determinación de sus derechos”, esta expresión se refiere
a cualquier autoridad pública, sea administrativa, legislativa o judicial, que a través de sus resoluciones
determine derechos y obligaciones de las personas. Por la razón mencionada, esta Corte considera que
cualquier órgano del Estado que ejerza funciones de carácter materialmente jurisdiccional, tiene la
obligación de adoptar resoluciones apegadas a las garantías del debido proceso legal en los términos del
artículo 8 de la Convención Americana”
30 Espinoza Ramos, Benji. El Debido Proceso Parlamentario en el Juicio y el Antejuicio políticos. Pág. 16

14
para asumir que la decisión está debidamente motivada (…) no se trata de dar
respuestas a cada una de las pretensiones planteadas, la insuficiencia, vista aquí en
términos generales, sólo resultará relevante desde una perspectiva constitucional si es
que la ausencia de argumentos o la "insuficiencia" de fundamentos resulta manifiesta a
la luz de lo que en sustancia se está decidiendo (…) Deficiencias en la motivación
externa, es la falta justificación de las premisas (…) el control de la motivación también
puede autorizar la actuación del juez constitucional cuando las premisas de las que parte
el Juez no han sido confrontadas o analizadas respecto de su validez fáctica o jurídica.
(…)”31(Énfasis agregado).

Señor magistrado, en el presente caso, el informe final de la Sub Comisión de


Acusaciones Constitucionales y la Denuncia Constitucional 007 adolecen de: vicios de
motivación insuficiente y deficiencias en la motivación externa.

Respecto a la motivación insuficiente: Los documentos a los que hice referencia


anteriormente no están motivados debidamente, pues carecen de los argumentos
mínimos, no se ha realizado el razonamiento lógico entre los hechos narrados y los
supuestos delitos de función cometidos por mi persona, su valoración y relevancia, ni
su calificación legal precisa, los cuales son el único objeto de una denuncia
constitucional en un juicio político. Además, la doctrina es clara al señalar que está
prohibida la arbitrariedad en un Estado de Derecho por esa razón, “el motivo por el cual
se vote a favor de una acusación constitucional debe cimentarse en el conjunto de
indicios o evidencias razonables sobre la comisión de delitos de función, y no en
consideraciones políticas de conveniencia u oportunidad”32 Situación última que a todas
luces ocurrió en el procedimiento que se me sigue.

Respecto a las deficiencias en la motivación externa: Las premisas probatorias que


sustentan la acusación constitucional adolecen de un claro vicio respecto de su validez
fáctica y jurídica, tanto más si, en el presente proceso, el informe de la Comisión
Permanente agrega el delito de cohecho pasivo, tomando como prueba únicamente
unas capturas de pantalla publicadas por un medio de comunicación que claramente
adolecen de veracidad. Además, las otras pruebas que sustentan el informe final de la
Sub Comisión no han sido sometidas a un canon estricto de debate, lo que permite
inferir que también adolecen de credibilidad, lo que ha producido una convicción falsa
en la conclusión a la que ha llegado el juzgador parlamentario.

Por lo tanto, al existir tanto vicios de motivación insuficiente como deficiencias en la


motivación externa, esta decisión del parlamento no ha estado a derecho y se vulneró
mi derecho a la debida motivación de resoluciones.

Es por ello, señor magistrado, que en el presente caso, al existir claras irregularidades
en cuanto al valor y veracidad de los elementos probatorios en relación a los delitos que
se me imputan, es necesario que se valore de manera conjunta los argumentos del
informe final de la Sub Comisión de Acusaciones Constitucionales y de la Denuncia
Constitucional con los que se me pretende sancionar, a fin de determinar su debida
motivación.

31Tribunal Constitucional. EXP N° 00728-2008-PHC/TC


32García Chávarri, Abraham. (2008). Acusación Constitucional, Juicio Político Y Antejuicio, Desarrollo
Teórico y Tratamiento Jurisprudencial. Cuaderno de Trabajo Nº 9. Departamento Académico de Derecho
Pontificia Universidad Católica del Perú, pág.33

15
2.2.1.4. De la vulneración al principio de legalidad

El Tribunal Constitucional se ha manifestado sobre el principio de legalidad en el marco


de un juicio político de la siguiente forma: “En el juicio político, llevado a cabo por el
Congreso de la República, la propia Constitución es el parámetro normativo para evaluar
si alguno de los altos funcionarios, a que se refiere el artículo 99º de la Constitución, ha
cometido o no una infracción contra ella. En efecto, la tarea del Congreso de la
República consiste en determinar, con criterios de razonabilidad y proporcionalidad, si
los hechos denunciados en un juicio político constituyen o no una infracción de la
Constitución.”33

Dichos criterios de razonabilidad y proporcionalidad han sido desarrollados en la


doctrina; así, los constitucionalistas Cesar Landa e Isabel Sánchez han desarrollado los
principios que determinan la observancia del principio de legalidad: Tipificación,
razonabilidad, racionalidad, proporcionalidad y proporcionalidad de las sanciones.34

De lo que podemos concluir que en el presente caso se ha vulnerado el principio de


legalidad por lo siguiente:

La tipificación, establece que será considerada infracción constitucional toda violación


de bienes jurídicos establecidos en la constitución, los mismos que no sean materia de
protección y sanción en caso de su incumplimiento por norma legal alguna35. La
imputada infracción constitucional del Art. 8° de la Constitución36, se refiere a la violación
de un bien jurídico cuyo incumplimiento es materia de protección y sanción por otra
norma legal, cual es, el Decreto Legislativo Nº 824 “Ley de lucha contra el tráfico ilícito
de drogas”. Por lo que no es correcta la imputación en este extremo, puesto que no
puede considerarse como infracción constitucional.

El principio de racionalidad, César Landa e Isabel Sánchez refieren que este principio
busca que el acto constitucional en cuestión constituya una violación o afectación directa
e inmediata a los bienes constitucionales que son objeto de protección. De modo que
los valores, principios o reglas constitucionales hayan sido infringidos sin intermediación
alguna por el acto cuestionable. Para que se produzca la infracción constitucional, se
debe determinar que haya una relación lógica y causal entre el acto constitucional y la
afectación del bien constitucional (Subrayado agregado).37 En el caso concreto, para la
configuración de las supuestas infracciones constitucionales no se ha establecido
racionalmente el vínculo lógico que demuestre que exista una relación causal entre los
actos (supuestos delitos) y la afectación de los bienes constitucionalmente protegidos
por los artículos 39° y 44° de la Constitución; en otras palabras, no se ha establecido de
qué forma la supuesta comisión de los delitos imputados (falsedad ideológica,
colaboración y financiamiento al terrorismo, y cohecho pasivo) ha derivado en la
afectación directa a e inmediata de los mandatos de optimización preceptuados en los
artículos de la Constitución antes referidos (deberes del Estado y de los servidores
públicos)

El principio de proporcionalidad, consigna un baremo de tres tipos de intensidad de


la infracción: Leve, cuando se afecta un mandato constitucional abierto o principio
constitucional de optimización; Intermedia, cuando se infringe un mandato constitucional

33 Tribunal Constitucional. EXP. N.° 3593-2006-AA/TC


34 Cfr. Landa Arroyo Cesar y Sánchez Benites, Isabel. Democracia y Derechos Humanos en Contextos de
Juicios Políticos. Escrito de Amicus Curiae presentado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Lima. 2018
35 Ibidem
36 Constitución Política del Perú. Art 8°.- “El Estado combate y sanciona el tráfico ilícito de drogas. Asimismo,

regula el uso de los tóxicos sociales.”


37 Ibídem

16
expreso y directo; y, Grave, cuando se viola un mandato claro y vinculante.38 En este
entender las imputaciones restantes, de infracciones constitucionales de los Arts. 39°39
y 44°40 de la Constitución, son, a todas luces, mandatos abiertos, susceptibles de
optimización, por lo que configuran infracciones leves.

El principio de proporcionalidad de las sanciones, garantiza que de conformidad con


el grado de infracción cometido, la sanción será también proporcional41. Es por ello, que
al existir tres tipos de sanciones establecidas en la Constitución (suspensión, destitución
e inhabilitación), correspondería aplicar la más leve de ellas a las infracciones
catalogadas también como leves (Arts. 39° y 44° de la Constitución). En el supuesto no
consentido de que se acredite la infracción atribuida, la sanción sería la de suspensión
y no como erróneamente se está solicitando las sanciones de destitución e inhabilitación
de la función pública por diez años, lo cual resulta manifiestamente desproporcionado.

Por estos fundamentos, el principio de legalidad, como derecho fundamental que le


asiste a toda persona, se ha visto vulnerado.

2.2.1.5. De la vulneración al derecho a la imparcialidad de los juzgadores

El artículo 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos consagra que toda


persona tiene derecho a ser juzgada por un tribunal imparcial.42 Es en este sentido, que
la Corte IDH, en el caso Tribunal Constitucional Vs. Perú (2001) refiere que, “en cuanto
al ejercicio de las atribuciones del Congreso para llevar a cabo un juicio político, del que
derivará la responsabilidad de un funcionario público, la Corte estima necesario recordar
que toda persona sujeta a juicio de cualquier naturaleza ante un órgano del Estado
deberá contar con la garantía de que dicho órgano sea competente, independiente e
imparcial (…)”43 (subrayado agregado). Sin embargo, aun mereciendo el respeto
irrestricto de esta garantía, se me ha vulnerado el derecho a la imparcialidad de quienes
me juzgan, como demostraré a continuación.

A nivel de doctrina jurisprudencial, el Tribunal Constitucional ha sido claro al señalar que


el principio de imparcialidad del juzgador posee dos vertientes, de necesario cuidado
para acreditar el cumplimiento de esta garantía: La imparcialidad subjetiva y la
imparcialidad objetiva. La primera, se refiere a cualquier tipo de compromiso que pudiera
tener el juez con las partes procesales o en el resultado del proceso44. En el presente
caso, señor magistrado, la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales que emitió el
informe Final recomendando la denuncia constitucional en mi contra, fue presidida por
Luis Alfonso D’Effesio, integrante del partido político de la oposición y quien

38 Cfr. Landa Arroyo Cesar y Sánchez Benites, Isabel. Democracia y Derechos Humanos en Contextos de
Juicios Políticos. Escrito de Amicus Curiae presentado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Lima. 2018
39 Constitución Política del Perú. Art 39°.- “Todos los funcionarios y trabajadores públicos están al servicio

de la Nación (…)”
40 Constitución Política del Perú. Art 44°.- "Son deberes primordiales del Estado: (…) proteger a la población

de las amenazas contra su seguridad (…)”


41 Cfr. Landa Arroyo Cesar y Sánchez Benites, Isabel. Democracia y Derechos Humanos en Contextos de

Juicios Políticos. Escrito de Amicus Curiae presentado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Lima. 2018
42 Artículo 8.- Garantías Judiciales.

“1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por
un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos
y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter. (…)”
43 Corte IDH. Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31

de enero de 2001. Serie C No. 71


44 Tribunal Constitucional. EXP. N.° 04298-2012-PA/TC

17
anteriormente tuvo un fuerte altercado verbal con mi persona, que fue difundido por la
prensa nacional y que incluso estuvo a punto de desencadenarse en daño físico hacia
mi persona. Por lo tanto, es claro que al haber presidido el señor D’Effesio este
importante órgano acusador en el parlamento, se ha vulnerado mi derecho al juzgador
parlamentario imparcial. Tanto más, si la doctrina nacional, esclarece esta dimensión
subjetiva de la imparcialidad, convalidándola como proscripción de que el juzgador
tenga opiniones preconcebidas o animadversión hacia alguna de las partes.45

En el presente caso, no solo se ha corroborado la evidente animadversión del presidente


de la Comisión de Acusaciones Constitucionales para con mi persona, sino también, la
existencia de ideas preconcebidas respecto a mi proceso político, incluso antes de
iniciada la elaboración del informe final emitido por el órgano que D’Effesio presidió.
Puesto que, luego de haber sido presentada la denuncia constitucional contra mi
persona, D’Effesio anunció en medios de comunicación que el procedimiento de
Acusación Constitucional en mi contra se llevaría a cabo de la manera más transparente
posible, indicó expresamente que: “todo parecía indicar que mi persona era culpable de
lo que se me acusaba”, lo que supone un prejuzgamiento y una falta notoria de
objetividad.

Peligrosamente, este tipo de comentarios, se ha ido generalizando entre los


parlamentarios de diversas bancadas, quienes por redes sociales vienen emitiendo
opiniones en mi contra, tal es el caso del congresista Rodrigo Losso, que manifestó que:
“escuchará mi defensa técnica ante el con la mayor atención, pero que su decisión ya
está tomada”, es decir, mi persona sería culpable sin siquiera haberse escuchado mi
defensa.

En conclusión, señor magistrado, en el presente caso no se ha respetado mi derecho a


ser juzgado por un juzgador imparcial, dado que, primero, se ha demostrado que la Sub
Comisión de Acusaciones Constitucionales no reunió las condiciones necesarias de
independencia e imparcialidad para realizar el juicio político en mi contra puesto que
estuvo presidida por una persona que me tenía animadversión e iba emitiendo opiniones
preconcebidas, y segundo, debido al proceso irregular seguido en mi contra, muchos de
los parlamentarios que decidirán sobre mi sanción e inhabilitación tienen una convicción
previa, estando latente el peligro de ser destituido por el Pleno del Congreso sin haber
siquiera escuchado mis argumentos de defensa.

2.2.2. De la amenaza de vulneración al derecho a participar en la vida política


de la Nación

El Tribunal Constitucional ha afirmado que para ser objeto de protección frente a una
amenaza a través de los procesos constitucionales, ésta “debe ser cierta y de inminente
realización; (…) para que sea considerada cierta, la amenaza debe estar fundada en
hechos reales, y no imaginarios, y ser de inminente realización, esto es, que el perjuicio
ocurra en un futuro inmediato, y no en uno remoto. A su vez el perjuicio que se ocasione
en el futuro debe ser real, efectivo, tangible”.46

En esta demanda, alego la amenaza de vulneración del derecho constitucional a


participar en la vida política de la Nación, como consecuencia de una eventual
destitución e inhabilitación de mi persona del cargo de Ministro de Justicia. Dicha
sanción, es de cierta e inminente realización ya que está programada para el día 4 de

45 Espinoza Ramos, Benji. El Debido Proceso Parlamentario En El Juicio Y El Antejuicio Políticos. Pág.15
46 Tribunal Constitucional. EXP. N.° 00091-2004-PA/TC

18
octubre de 2023, es decir, en un futuro inmediato; así mismo, el perjuicio que ocurrirá
es real.

Este derecho, reconocido en la Constitución Política del Estado en el Art 2°, numeral 17,
ha sido objeto de desarrollo jurisprudencial por parte del Tribunal Constitucional, quien
ha entendido que: “el derecho a la participación política constituye un derecho de
contenido amplio e implica la intervención de la persona en todo proceso de decisión,
en los diversos niveles de organización de la sociedad. De igual forma, que su
proyección no se circunscribe a la participación de la persona en el Estado-aparato o si
se prefiere en el Estado-institución, sino que se extiende su participación en el Estado-
sociedad, es decir en los diversos niveles de organización, público y privado”.47

Así mismo, la honorable Corte IDH, refiriéndose al derecho contenido en el Art. 23°
(derechos políticos) de la CADH ha expresado: “El artículo 23 contiene diversas normas
que se refieren a los derechos de la persona como ciudadano, esto es, como titular del
proceso de toma de decisiones en los asuntos públicos, como elector a través del voto
o como servidor público, es decir, a ser elegido popularmente o mediante designación
o nombramiento para ocupar un cargo público. Además de poseer la particularidad de
tratarse de derechos reconocidos a los ciudadanos, a diferencia de casi todos los demás
derechos previstos en la Convención que se reconocen a toda persona, el artículo 23
de la Convención no sólo establece que sus titulares deben gozar de derechos, sino que
agrega el término "oportunidades". Esto último implica la obligación de garantizar con
medidas positivas que toda persona que formalmente sea titular de derechos políticos
tenga la oportunidad real para ejercerlos.”48(Subrayado agregado)

En este entendido, el suscrito, ciudadano en ejercicio, al ser destituido del cargo de


Ministro de Justicia e inhabilitado de la función pública por diez años, veré vulnerado mi
derecho a la participación en la vida política de la Nación, puesto que no tendré la
oportunidad real para poder tomar parte de las decisiones en asuntos públicos como
servidor público, ni como Ministro de Justicia (por la destitución) y tampoco como
congresista (como consecuencia de la inhabilitación), todo esto, por la sanción que se
impondrá en un juicio político que vulnera todos los derechos fundamentales
anteriormente expuestos, hecho que no puede ser considerado como una correcta
limitación de mi derecho a participar en la vida política de la Nación, puesto que resulta
ser una medida completamente arbitraria que no se ajusta a los criterios de
razonabilidad y proporcionalidad conforme se ha sustentado en la presente demanda.

POR LO EXPUESTO:

Pido a usted, admitir a trámite la presente demanda de amparo, y declararla fundada en


su oportunidad.

Lima, agosto de 2013.

______________________________

Eleuterio José Florindez Gutiérrez

C.A.L. N° xxxx

47Cfr. Tribunal Constitucional. EXP. N.° 5741-2006-PA/TC.


48Corte IDH. Caso Castañeda Gutman Vs. Estados Unidos Mexicanos. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de agosto de 2008. Serie C No. 184, Párrafo 145.

19
FUENTES

I. Sentencias del Tribunal Constitucional

• EXP. N.° 0091-2004-PA/TC


• EXP. N.° 2383-2013-AA/TC
• EXP. N.° 2928-2002-HC/TC
• EXP. N.° 3866-2006-AA/TC
• EXP. N.° 3760-2004-AA/TC
• EXP. N.° 6648-2006-HC/TC
• EXP. N.° 0156-2012-HC/TC
• EXP. N.° 2364-2008-PHC/TC
• EXP. N.° 0003-2005-PI/TC
• EXP. N.° 2050-2002-AA/TC
• EXP. N.° 3593-2006-AA/TC
• EXP. N.° 4298-2012-PA/TC
• EXP. N.° 5741-2006-PA/TC
• EXP. N.° 0728-2008-PHC/TC

II. Sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos

• Corte IDH. Caso del Tribunal Constitucional Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 31 de enero de 2001. Serie C No. 71.
• Corte IDH. Caso Baena Ricardo y otros Vs. Panamá. Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 2 de febrero de 2001. Serie C No. 72.
• Corte IDH. Caso Barreto Leiva Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 17 de noviembre de 2009. Serie C No. 206
• Corte IDH. Caso Suárez Rosero Vs. Ecuador. Fondo. Sentencia de 12 de
noviembre de 1997. Serie C No. 35.
• Corte IDH. Caso Castañeda Gutman Vs. Estados Unidos Mexicanos.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de
agosto de 2008. Serie C No. 184.
• Corte IDH. Caso J. Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 27 de noviembre de 2013. Serie C No. 275.

III. Bibliografía.

• Cárdenas Gonzales, Fernando Antonio. El notario ¿Autoridad o funcionario


público? Revista que forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
• Espinoza Ramos, Benji. El Debido Proceso Parlamentario En El Juicio Y El
Antejuicio Políticos.
• García Chávarri, Abraham. Acusación Constitucional, Juicio Político y Antejuicio.
Desarrollo Teórico y Tratamiento Jurisprudencial. Cuaderno de Trabajo Nº 9.
Departamento Académico de Derecho Pontificia Universidad Católica del Perú.
Lima. 2008
• García Toma, Víctor. Análisis Sistemático de la Constitución Peruana de 1993.
Tomo. I. Fondo Editorial de la Universidad de Lima. 1998.
• Landa Arroyo, César. Consideraciones generales sobre los límites del control
judicial del debido proceso en los procedimientos desarrollados ante las
comisiones investigadoras del Congreso de la República. Lima. 2014. N°73.

20
• Landa Arroyo Cesar y Sánchez Benites, Isabel. Democracia y Derechos
Humanos en Contextos de Juicios Políticos. Escrito de Amicus Curiae
presentado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Lima. 2018.

IV. Normatividad

• Convención Americana sobre Derechos Humanos.


• Constitución Política del Perú.
• Reglamento del Congreso.
• Código Procesal Constitucional.

V. Otras fuentes

• Real Academia de la Lengua Española

21

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