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El deshilo de la Antártida se acelera sin precedentes

Debido al calentamiento global, que enfrenta nuestro planeta, dentro de pocos podremos surcar el
Ártico en un crucero, al otro lado del planeta- en el polo opuesto-, masas de hielo de gran tamaño se
están desprendiendo lentamente de las plataformas glaciares y convirtiéndose en un riesgo. Es
síntoma de que el último gran deshielo ya ha comenzado, lo cual podría suponer una de las mayores
catástrofes para el planeta. Este continente alberga el 90% del agua dulce del planeta y que es
indispensable para la vida y que se está derritiendo a un ritmo acelerado, este proceso no tiene
marcha atrás, se encuentra en un estado irreversible y no hay nada que detenga a los glaciares hasta
fundirse. Los deshielos de los glaciares de la Antártida debido al calentamiento global producto de
las emisiones humanas han generado la desalinización, derretimiento de los glaciares afectando a la
vida de los seres vivos.

El calentamiento de la atmósfera del planeta produce un aumento de las temperaturas en general.


Esto ocasiona que vaya desapareciendo el equilibrio en los polos y que los deshielos sean más
acentuados. Los deshielos intensos se producen porque las nieves que caen y se depositan se derriten
antes, lo cual crea masas de hielo más finas a medida que pasa el tiempo. No es que los polos no
hayan sufrido procesos de deshielo antes; las masas heladas de ambos extremos del planeta sufren
variaciones a lo largo del año de manera natural. Lo verdaderamente alarmante es, primero, que esas
masas son cada vez más finas y quebradizas, y, segundo, que el hielo va perdiendo extensión
conforme pasan los años y va aumentando la temperatura.

El efecto invernadero que se da de forma natural en el planeta: en equilibrio, el calor entra y sale de
la atmosfera. Sim embargo, este efecto se ve acentuado por las emisiones de gases contaminantes y
el aumento del dióxido de carbono en la atmosfera, producto de los impactos negativos de la raza
humana, entre ellos tenemos, la actividad industrial que han arrojado a la atmosfera una gran
cantidad de gases de esta naturaleza. Los gases del efecto invernadero también puede ser liberados
a causa de la quema de gasolina, petróleo y carbón. Existen algunos procesos de cultivo y uso de la
tierra que son una causa principal del efecto invernadero, porque la mayoría de fábricas también
producen muchos gases que duran por más tiempo en la atmosfera. También los aparatos
electrónicos que contribuyen de manera alarmante con gases como los clorofluorocarbonos (CFC)
que se utilizan en refrigeradoras, aerosoles, algunos agentes espumantes en la industria del embalaje,
productos químicos y de limpieza. Muchos de los gases del efecto invernaderos arrojados a la
atmósfera por la industria humana son de larga permanencia, es decir, no son fáciles ni rápidos de
descomponer para recuperar el balance químico de la atmósfera.

El deshielo de los polos supone algo más que un efecto del calentamiento global. Dentro del
equilibrio del planeta, los casquetes polares juegan un papel crucial. En primer lugar, actúan como
regulador climático. El porcentaje de luz solar que refleja influye directamente, junto con otros
factores, en que las temperaturas sean las que son. En segundo lugar, los polos son las mayores
reservas que existen de agua dulce. Durante el deshielo, esta pasa a formar parte de los océanos y
las corrientes marinas, que funcionan también como reguladoras del clima. Si se produjera un cambio
en la mezcla de agua dulce y salada dentro de esas corrientes, quedaría amenazado el equilibrio
existente.
En los últimos años hemos asistido al progresivo deshielo del Ártico. Este hecho abre nuevas vías
marítimas y, con ello, un mundo de posibilidades para cierto tipo de negocios. No obstante, existen
pocas noticias sobre lo que está ocurriendo en el extremo opuesto del planeta: la Antártida. Aunque
a un ritmo más lento, el Polo Sur es heredero del deshielo del norte y, de continuar a este ritmo, el
futuro es preocupante. Como se dijo antes el efecto invernadero es necesario para la vida en el
planeta, ya que se desperdicia el calor en el espacio. El problema asta, en cambio, en el incremento
desproporcionado de los gases responsables de dicho efecto, lo cual tiene una consecuencia directa:
el incremento también, paulatino pero sostenido, de la temperatura mundial. A esto se le conoce
como calentamiento global y tiene a su vez una serie de consecuencias:

Derretimiento de los glaciares: Los glaciares sirven como un refrigerador natural del planeta, y
además conservan un importante porcentaje de agua dulce en estado sólido. El aumento de la
temperatura los va reduciendo gradualmente, generando así una aceleración en el calentamiento,
pues hay menos hielo para contrarrestarlo y así sucesivamente. Esto, por demás, implica que el nivel
de los mares aumente: el agua dulce hará subir la línea costera de los continentes y muchas ciudades
pueden quedar bajo el agua e incluso puede ocasionar la desalinización del agua que puede atentar
contra la vida de los seres vivos que viven en la superficie de los mares.

Según datos de la Agencia de Protección Medioambiental, el nivel del mar ha aumentado de 15 a 20


centímetros en los últimos cien años. Puede parecer una cantidad insignificante, pero sus efectos se
notan. Las primeras perjudicadas son las pequeñas penínsulas en medio del océano, donde sus
habitantes han presenciado cómo el mar iba conquistando poco a poco la costa y haciendo más
pequeño su hogar. Es el mismo destino que sufrirán las ciudades costeras si seguimos con este ritmo.
Si la Antártida occidental llegara a descongelarse por completo, el nivel del mar aumentaría unos
cuatro metros; en caso de producirse un deshielo total, las cifras oscilan entre los 57 y los 61 metros
en un plazo de 500 años. Sí hay un dato sobre el que está de acuerdo la comunidad científica: el nivel
del mar habrá aumentado alrededor de un metro hacia 2100. Esto significa que muchas islas y
ciudades costeras se verán seriamente amenazadas en un futuro.

En segundo lugar, que la Antártida sea el continente con menos diversidad en fauna y flora del mundo
no quiere decir que las especies que se encuentran allí no sean únicas. En un entorno tan hostil, la
vida se abre paso pendiendo de un hilo y convive en frágil equilibrio con su alrededor; un sutil cambio
en cualquiera de los parámetros podría suponer la pérdida de especies enteras, debido a que los
mares son cada vez más ácidos a causa del ingreso del agua dulce por el deshielo de los glaciares.
Esto causa el debilitamiento de los organismos que viven en agua salda y transforma el ecosistema
de la Antártida, por lo que los seres que comúnmente habitaban las costas han tenido que migrara
mar adentro. Animales que se alimentan de otros animales, como los pingüinos, las focas o algunas
especies de aves, también se verán obligados a moverse y hasta incluso migrar, solamente para
conseguir el alimento necesario para su supervivencia.

Es el caso del pingüino Adelaida, la especie que comparte hábitat en el continente junto al pingüino
emperador. Allí donde se han producido cambios en el clima o la temperatura del agua, las colonias
de los pingüinos Adelaida han disminuido hasta un 80%.
La amenaza para estos pingüinos viene de dos frentes: por un lado, el cambio climático podría reducir
el número de lugares óptimos donde anidar y poner los huevos; por el otro, los cambios en la
temperatura o salinidad del agua podrían hacer desaparecer parte de su dieta habitual. Con relación
a esto último, la vida de la flora marina en la Antártida se encuentra en una finísima línea de
estabilidad con respecto a las condiciones del agua, así que su amenaza es inminente.

El krill (especie de crustáceos) es la base de la cadena alimenticia de varias especies como los lobos
marinos, focas, ballenas, aves voladoras y pingüinos. La reducción de las poblaciones de krill debido
al aumento del nivel de dióxido de carbono en el mar, ha ocasionada que esta especie se redujera a
menos de la mitad.

La reducción de la población de Krill por la acidificación del mar afecta las posibilidades de
supervivencia de las especies que se alimentan de él.

Si el cambio climático sigue empeorando, las áreas libres de hielo en la Antártida podrían extenderse
más de lo esperado y producir cambios en los ecosistemas terrestres de la zona. Al aumentar la
temperatura y la disponibilidad de nuevos nichos ecológicos, la llegada y establecimiento de especies
invasoras está prácticamente asegurada, así como la competencia entre las que están y las que llegan.

Sin embargo, ha llegado la hora de dejar ser tan cautos y ser conscientes de nuestros actos y que
daños estamos causando a nuestro planeta por que el nivel del mar ya está aumentando y no dejará
de hacerlo hasta que sea el fin de nuestra raza.

A la larga, habría que evacuar ciudades; probablemente muchas más. Ante esta realidad, se hace
imperativo que la comunidad internacional se comprometa a realizar un esfuerzo conjunto para
tratar de evitar el futuro. En esa línea, que países como Estados Unidos no quieran formar parte de
acuerdos como el de París supone un error, ya que es uno de los países que más gases emite a la
atmósfera y porque, lejos de ser perfecto, el acuerdo fija unos mínimos para que la comunidad
internacional se comprometa y seguir mejorando. Quedarse fuera del acuerdo de manera voluntaria
niega de lleno el cambio climático y la necesidad de combatirlo.

El aumento del deshielo en la Antártida amenaza directamente a un sinfín de especies de fauna y


flora, no solamente autóctonas. El aumento del nivel del mar, el cambio de las condiciones del agua
y el clima y las inundaciones de las zonas costeras destruirá muchos hábitats y llevará a muchos
ejemplares al borde de la extinción o a la desaparición total. No se puede asumir el riesgo de esperar
a ver qué ocurre; en el peor de los casos, será demasiado tarde. Las especies desaparecidas marcarán
un punto de no retorno.

El aumento del deshielo también amenaza directamente la vida humana. En el proceso de evolución,
el ser humano ha sido capaz de adaptar cualquier hábitat a sus necesidades y ha extraído los recursos
necesarios para la supervivencia. Con la escasez de estos, las migraciones serán inevitables, así como
el desplazamiento de las poblaciones desde la costa a las zonas más de interior. Los conflictos
culturales y de convivencia que ya ocurren en la actualidad se verán acentuados. La supervivencia se
verá amenazada y dará lugar a un aumento del pánico mundial. Por ello, con vistas a asegurar la paz,
el compromiso y la aceptación de la realidad son necesarios. La Antártida puede convertirse en la
bandera de una lucha: la del ser humano contra sus propios errores.
Bibliografía
Bamber, J. (2009). Aumento del nivel del mar a partir de un colapso de la capa de hielo en la
antartida Occidental.

Cook, J. (13 de abril de 2016). " Consenso sobre consenso: una síntesis de estimaciones de
consenso sobre el calentamiento global causado por el hombre. Environmental Research
Letters vol. 11 No. 4.

Raffino, M. (5 de diciembre de 2018). Efecto Invernadero.

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