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NEUROCIENCIAS

Campos de estudio, niveles de especialización


y aplicaciones en neuroaprendizaje

Autor: Néstor Braidot

La neurociencia (en sus diferentes ramas) se ha convertido en una de las disciplinas más diná-
micas en cuanto a su desarrollo y, al mismo tiempo, en una de las que más interés despierta en
el arte de enseñar y aprender, lo cual ya ha generado un cambio de paradigmas.

Hoy tenemos certezas (porque se ha logrado ver mediante resonancia magnética funcional lo
que ocurre en el cerebro de un individuo mientras piensa, lee o realiza una actividad), que no
sólo el entorno en el que aprendemos, sino también las neuronas que intervienen en los pro-
cesos mentales superiores están involucradas. Por lo tanto, es imprescindible profundizar las
investigaciones para entender cómo aprendemos y, paralelamente, cómo debemos transmiti-
dos los conocimientos para que sean aprehendidos.

Este último punto es muy importante, dado que durante años de experiencia como estudiante,
y luego como catedrático, he comprobado que la información transmitida en forma exclusiva-
mente oral, típica de los centros académicos tradicionales, deja huellas muy débiles en la me-
moria de largo plazo. Por eso muchos alumnos no pueden recordar lo que en algún momento
supieron muy bien.

¿Cómo hacer para enseñar mejor? ¿Cómo hacer para aprender mejor? ¿Cómo actúan los me-
canismos cerebrales que intervienen cuando incorporamos nueva información, la procesamos
y memorizamos?

Para responder estas preguntas, y como punto de partida, es necesario saber qué son las neu-
rociencias y, a la luz de lo que ellas generan, adquirir conocimientos básicos sobre el cerebro.

Comencemos, entonces, por saber de qué se ocupan.

1
¿Qué son las neurociencias?
En una primera aproximación, podemos definir-
las como las ciencias que estudian la estructura y
funcionamiento del sistema nervioso humano y
cómo sus diferentes elementos se relacionan
entre sí para crear y constituir la base biológica
de la cognición, las emociones y la conducta.

Ello exige conocer y explicar cómo actúan los


billones de células que existen en el cerebro y
cómo son influenciadas por el medio ambiente, esto es, por todo lo que rodea a un ser hu-
mano en el ámbito natural y social en el que crece y se desarrolla.

La formación de las redes neuronales, que es resultado de la comunicación entre neuronas,


principalmente mediante unas sustancias que se denominan neurotransmisores, es uno de los
ámbitos más apasionantes de investigación de las neurociencias, de enorme aplicación en neu-
roeducación.

Por ejemplo, en el exceso o la escasez de algunos (particularmente a determinadas horas del


día) se encuentra no solo el origen de muchos estados de ánimo que repercuten en el aprendi-
zaje, sino también en el aumento o la disminución de la motivación para adquirir conocimien-
tos nuevos.

El siguiente cuadro permitirá tener una visión más abarcativa sobre el campo de acción de
esta disciplina.

PRINCIPALES TEMAS QUE ESTUDIA E INVESTIGA LA NEUROCIENCIA


La neuroplasticidad y la neurogénesis.

La estructura y funcionamiento de las células


cerebrales: neuronas y glía.
La influencia de los genes en el desarrollo y
la morfología cerebral.
La comunicación entre neuronas (sinapsis) y
la creación de redes neuronales.
Las características y el rol de los mediadores
químicos en las sinapsis: los neurotransmiso-
res.
La construcción cerebral de la realidad a
partir de la percepción y el procesamiento cerebral de la información.

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Los mecanismos neurobiológicos responsables de la cognición: por ejemplo, los relaciona-
dos con la atención, la memoria, el aprendizaje, la creatividad, la motivación.
Los mecanismos neurobiológicos que subyacen a las emociones.

El funcionamiento de estructuras neuronales claramente identificables, como el hipocam-


po, la amígdala, los ganglios basales y la ínsula cerebral (entre muchos otros).
Las diferencias cerebrales según el género, esto es, los aspectos morfológicos y conductua-
les que diferencian al cerebro femenino del masculino.
La base biológica del aprendizaje y la memoria.

El desarrollo neuronal desde la concepción y la influencia del medio ambiente.

La estructura y funcionamiento de redes neuronales complejas, por ejemplo, las del habla.
La conciencia y los mecanismos no conscientes.

Esta diversidad temática es enunciativa (no taxativa) y ha dado lugar a las diferentes ramas en
las que se ha especializado la neurociencia. En neuroaprendizaje y neuroeducación, las co-
rrientes de mayor aporte son las neurociencias cognitiva, afectiva y social.

Ramas (especialización) de las neurociencias


Para reducir la complejidad que rodea este gran tema
que es el funcionamiento del cerebro, existen dife-
rentes niveles de especialización:

Neurociencia cognitiva: analiza los mecanismos neu-


rales responsables de los niveles superiores de la
actividad mental del hombre, como el pensamiento,
la imaginación, el lenguaje. La investigación a este
nivel estudia cómo la actividad del cerebro crea la
mente.

En la actualidad, los avances en el desarrollo de técnicas de neuroimágenes han permitido a


los psicólogos cognitivos estudiar directamente la representación interna de los procesos men-
tales. Como resultado, las funciones superiores no se tienen que deducir a partir de observa-
ciones comportamentales ya que el estudio de la cognición puede llevarse a cabo mediante
tomografías computadas (entre otras técnicas para explorar el cerebro).

Estas investigaciones han permitido comprobar que todas las capacidades mentales superiores
tienen una compleja estructura subyacente. Las neurociencias cognitivas mejoran la compren-
sión de estas capacidades, delineando los procesos componentes y especificando la forma en
que éstos interactúan.

3
Neurociencia afectiva: es una de las ramas más modernas y se ocupa del estudio de la relación
entre el cerebro y las emociones. Tuvo su origen en el descubrimiento de la existencia de una
intrincada red de conexiones neuronales que vinculan los pensamientos con los sentimientos.
Esta corriente, que tiene como pionero a Richard Davidson1, abrió un campo de estudios com-
pletamente nuevo en la comunidad científica. En el ámbito de la neuroeducación, sus hallazgos
son fundamentales, dado que permitieron corroborar que la información persiste durante
muchos años en la memoria cuando se la incorpora con un componente emocional asociado.

Neurociencia social: estudia cómo el cerebro dirige el comportamiento social y, a su vez, cómo
la actividad social influye sobre éste. En neuroeducación, uno de los temas más estudiados de
esta rama tiene que ver con el comportamiento de las neuronas espejo debido a su participa-
ción en el aprendizaje por imitación.

Neurociencia molecular: estudia el cerebro a partir de considerarlo el fragmento de materia


más complejo del universo. Las moléculas desempeñan papeles diferentes que son decisivos
para su función, uno de ellos es permitir que las neuronas se comuniquen entre sí.

Neurociencia celular: analiza las propiedades características de las neuronas, por ejemplo,
cómo difieren en sus funciones, como influyen unas sobre otras, cómo se conectan entre sí,
etcétera.

Neurociencia de los sistemas: analiza los mecanismos cerebrales que, al interactuar, generan
circuitos que configuran determinados sistemas. En otros términos, cómo las agrupaciones de
neuronas llevan a cabo una función determinada, por ejemplo, el sistema visual, el sistema
auditivo o el sistema motor.

Neurociencia conductual: analiza cómo funcionan juntos los sistemas neurales para producir
determinadas conductas, por ejemplo, qué sistemas intervienen en el mecanismo de la memo-
ria, del aprendizaje, de la conducta sexual, etcétera.

1
Davidson, Richard. Director del Laboratory for Affective Neuroscience y del W.M. Keck Laboratory for Functional
Brain Imaging and Behavior. Catedrático en las facultades de psicología y medicina de la University of Wisconsin,
Estados Unidos.

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Neurociencia básica. Aplicaciones
Muchos de los temas que aborda la neurociencia básica son
de enorme importancia para la neuroeducación.

Por ejemplo, los mecanismos de atención que dan como re-


sultado la fijación de conocimientos, los diferentes tipos de
memoria y el involucramiento de las zonas emocionales del
cerebro durante los procesos de aprendizaje.

Veamos los principales:

La construcción cerebral de la realidad

Debido a que el cerebro extrae parte de la información que captamos a través de los sentidos y
desecha el resto (y en este proceso son de suma importancia las características personales de
quien observa y su experiencia previa), nuestras percepciones difieren cualitativamente de las
propiedades físicas de los estímulos que ingresan a través de nuestros sentidos y también de
las percepciones de los demás.

De este modo, cada ser humano construye la realidad en función de lo que su cerebro percibe
e interioriza, y a ello se debe que un mismo fenómeno puede ser percibido de forma distinta
por diferentes personas.

Por ejemplo, si en una asignatura de la carrera de Sociología se estudia a Karl Marx y Adam
Smith, los alumnos que simpaticen con el marxismo serán más receptivos, retendrán la infor-
mación con mayor facilidad y se sentirán motivados para seguir investigando sobre este autor.
Lo mismo puede ocurrir con quienes adhieran al pensamiento liberal en Economía, que segu-
ramente estarán más fascinados por conocer al escocés, de hecho, Smith es uno de los mayo-
res exponentes de la economía clásica universal.

En estos casos, puede resultar fascinante que el educador genere un espacio de discusión y
debate entre los alumnos, dado que «escuchar» al que piensa diferente es sumamente enri-
quecedor, no solo para aprender, sino también para tener una mente ágil y activa.

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El sistema cerebral. Estructura anatómica y funcional

El sistema nervioso del organismo tiene dos grandes subdivisiones: el sistema nervioso central
y el sistema nervioso periférico.

El sistema nervioso periférico (SNP) incluye todas las partes del sistema nervioso diferentes
del encéfalo2y la médula espinal. Está compuesto por una red ramificada de nervios conforma-
da por fibras aferentes (que envían señales al cerebro) y eferentes (que envían señales desde el
cerebro hasta la periferia o un centro de procesamiento inferior).

El sistema nervioso central, conocido como «el cerebro del cerebro» es una estructura neuro-
nal bilateral y casi simétrica que involucra varias zonas: la médula espinal, el bulbo raquídeo, la
protuberancia, el cerebelo, el cerebro medio, el diencéfalo, los hemisferios cerebrales y el
córtex cerebral (que abarca a ambos hemisferios).

2
El encéfalo es la parte del SNC contenida en el cráneo que consta del cerebro, cerebelo, tronco cerebral y retinas.

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Unidad Mente – Cerebro

Si bien las discusiones sobre este gran tema que es la relación mente-cerebro parecen no tener
fin, ya no hay dudas de que la mente tiene una base física y que esa base es el cerebro. Por
ejemplo, el monismo propone a la mente como función del cerebro y no como una entidad
separada de él. Actualmente predomina una visión biopsicosocial del sujeto humano en la que
esos aspectos son indisolubles.

El cerebro dividido: asimetría funcional hemisférica

El cerebro se divide en dos hemisferios, el izquierdo y derecho. Es-


tán formados por el córtex cerebral y tres estructuras profundas: los
ganglios basales, que participan en la regulación de la conducta
motora, el hipocampo, que está implicado en procesos de almace-
namiento de la información y la amígdala, que coordina las respues-
tas emocionales.

El cuerpo calloso es la zona cerebral responsable de la comunica-


ción entre hemisferios, lo cual posibilita su trabajo asociado.

Cada hemisferio se ocupa básicamente de los procesos sensoriales y motores del lado opuesto
o contralateral del cuerpo y trabajan en forma conjunta. Para el pleno desarrollo de la inteli-
gencia, ambos deben actuar de manera armónica y equilibrada, complementándose en sus
funciones. El conocimiento sobre el funcionamiento de los hemisferios cerebrales ha avanzado
lo suficiente como para ayudarnos a trabajar sobre nuestros puntos débiles, generando de
este modo una gran optimización de nuestros recursos mentales.

Las células cerebrales

Las neuronas son las células más importantes para las funciones exclusivas del cerebro: perci-
ben los cambios del entorno, comunican estos cambios a otras neuronas y ordenan las res-
puestas corporales a estas sensaciones.

La glía contribuye a las funciones cerebrales aislando, suministrando apoyo y nutriendo a las
neuronas vecinas. Desempeña una función de cohesión, de desarrollo del sistema nervioso, y
algunos científicos creen que tiene algún papel en la sincronización de la actividad eléctrica
dentro del cerebro.

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Neuronas y glía3 son, en realidad, categorías amplias. Dentro de cada grupo, existen numero-
sos tipos de células que se diferencian por su estructura, química y función. En el cerebro hu-
mano existen más de diez mil millones de neuronas y la glía supera en diez veces este número.

Transmisión sináptica: neuronas, redes y conexiones neurales

Las sinapsis son las conexiones que se establecen entre neuronas. Cada neurona puede tener,
como media, mil sinapsis o contactos con otras. En el cerebro puede haber de diez a cien billo-
nes de sinapsis que funcionan como computadoras diminutas que registran, en forma de im-
pulsos eléctricos, las señales que reciben.

Procesamiento de la información: sistemas de percepción

La información que recibimos del mundo exterior es captada a través de nuestro sistema sen-
sorial: vista, oído, tacto, gusto y olfato. Cada uno de estos sentidos presenta numerosas sub-
modalidades a partir de las cuales se forman nuestras percepciones sobre cada aspecto de la
realidad.

Entendida como la entrada sensorial de información, la percepción está íntimamente relacio-


nada con otros procesos, como la motivación, las emociones y la memoria. Los estímulos que
producen expectativas y los que fueron percibidos en el pasado (memoria primming) son re-
conocidos con mayor facilidad que los no novedosos o no esperados. Diversos estudios sobre
condicionamiento con estímulos enmascarados (percepción subliminal) pueden ayudarnos a
entender más sobre el proceso de percepción, almacenamiento y toma de decisiones.

3
Glía es un término que procede del griego glía, que significa sustancia viscosa.

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Procesamiento consciente – no consciente

Hoy se sabe que la mente humana funciona a distintos niveles. Somos plenamente conscientes
de algunos procesos y, al mismo tiempo, “no conscientes” de muchos otros. Posiblemente,
uno de nuestros principales errores sea considerar que el pensamiento no consciente es una
modalidad inferior, cuando es exactamente al revés.

Por otra parte, la neurociencia ha corroborado que más del 90% de las decisiones de las per-
sonas están originadas en motivaciones no conscientes.

Procesamiento emocional - racional

Las zonas del cerebro de la racionalidad no pueden funcionar aisladas de las zonas de regula-
ción biológica-emocional.

Los dos sistemas se comunican y afectan la conducta en forma conjunta, consecuentemente,


el comportamiento de las personas.

Sin embargo, el sistema emocional (la zona más antigua del cerebro) es la primera fuerza que
actúa sobre los procesos mentales, por lo tanto, es la que determina la calidad del aprendizaje.

Neurociencia cognitiva

Las funciones ejecutivas


Funciones ejecutivas dependen de los lóbulos
frontales, que ocupan un
Las funciones ejecutivas constituyen tercio de la corteza cerebral
Lóbulo frontal y son fundamentales para
uno de los pilares fundamentales del planificar acciones,
desempeño de una persona todos los regularlas, cambiarlas e
ámbitos de la vida, no solo en aquellos inhibirlas.

donde se le exige productividad, como


ocurre en el mundo del trabajo, sino
también en la vida social y afectiva.

Dado que son esenciales para resolver


problemas, su funcionamiento suele estar asociado a la inteligencia, fundamentalmente, a la
que se necesita para establecer rápidamente las relaciones entre los hechos, comprenderlos y
tomar decisiones acertadas.

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Memoria

Los mecanismos de procesamiento y almacenamiento de información se producen en diferen-


tes dimensiones temporales que, a su vez, dan lugar a tres tipos de memoria: la sensorial, la de
trabajo (o de corto plazo) y la de largo plazo.

La memoria a largo plazo se divide en la memoria declarativa o explícita y la memoria procedu-


ral. La declarativa abarca dos grandes tipos: episódica (la que nos ayuda a recordar, por ejem-
plo, el nombre del libro que leímos la semana pasada) y la semántica (que nos permite narrar
sus contenidos). La procedural está relacionada con las habilidades y la conducta.

Dentro de la memoria a largo plazo, en la actualidad se incorporan, como campos específicos


de estudio, la memoria emocional, la memoria autobiográfica y la memoria de impacto. Si bien
cualquier fenómeno mnésico produce cambios en el funcionamiento del cerebro, para generar
un recuerdo duradero es necesario que se produzca un cambio en la estructura cerebral, esto
significa que las neuronas, al recibir un estímulo intenso (positivo o negativo) o repetitivo, mo-
difiquen su morfología al generar conexiones nuevas con el resto de las neuronas que partici-
paron del proceso de almacenamiento.

Mecanismos de atención

Los sistemas atencionales en el cerebro son tres: el sistema atencional anterior, el posterior y
el ascendente. Cada uno de ellos está encargado de focalizar, desviar, sostener (mantener en
el tiempo) y activar la atención (vigilia) respectivamente.

Se trata de uno de los temas más estudiados por la neuroeducación debido a que sin atención
no hay aprendizaje, y si no hay aprendizaje, no existen memorias de conocimientos adquiridos.

Aprendizaje y cognición

Las neurociencias cognitivas tratan de explicar cómo se constituyen los significados y cómo se
aprenden nuevos conceptos y nuevas habilidades, incluyendo entre estas últimas no sólo las
de procedimientos sencillos, como conducir un coche, sino también las más complejas, como
la toma de decisiones, la resolución de problemas matemáticos o la capacidad para compren-
der y elaborar textos.

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Neurociencia afectiva

Neurobiología de las emociones

La emoción es la función más utilizada de la mente. Sin emociones, habría grandes dificultades
para que las personas pudieran aprender y desempeñarse eficazmente en todos los ámbitos
de su vida, incluido el laboral.

Hay dos científicos contemporáneos que han hecho aportes muy interesantes para conocer los
mecanismos del cerebro emocional: Antonio Damasio4 y Joseph LeDoux.

Damasio descubrió que, ante determinados daños cerebrales que desconectaban a los indivi-
duos con sus emociones, las decisiones que tomaban eran «desastrosas» aun cuando no había
disminuido su cociente intelectual ni las habilidades cognitivas. Le Doux5 realizó un gran aporte
para conocer el circuito cerebral de las emociones.

Desarrollo de inteligencia

Las neurociencias han comprobado que el cerebro es un órgano que cuenta con partes dife-
renciadas y que cada una de nuestras capacidades, como percibir las formas, aprender a mon-
tar en bicicleta o recordar los conceptos de los libros que leímos, están vinculadas con redes
neuronales concretas.

Basándose en datos empíricos que revelan que los sistemas nerviosos difieren en la velocidad
y eficacia con que reciben, procesan y emiten información, hay quienes opinan que estas ca-
racterísticas podrían explicar por qué algunas personas son más inteligentes que otras. De
momento, todo parece indicar que, cuanto más aprendamos sobre el funcionamiento del ce-
rebro, más posibilidades tendremos de encontrar el camino que nos permita desarrollar nues-
tra inteligencia.

4
Damasio, Antonio R. (1999), El Error de Descartes: La Razón de las Emociones, Madrid, Andrés Bello.
5
Le Doux, Joseph (1999), El cerebro emocional, Barcelona, Planeta.

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MÉTODOS DE EXPLORACIÓN DEL CEREBRO
El desarrollo de equipos que permiten observar el cerebro por dentro o medir las reacciones
del sistema nervioso a través de diferentes dispositivos es sorprendente y avanza a pasos agi-
gantados. Los siguientes, son algunos de los equipos, técnicas y metodologías que se utilizan
en la actualidad:

Magnetoencefalografía: se basa en el biomagnetismo, esto es, los campos magnéticos gene-


rados por los sistemas biológicos. Los magnetógrafos más avanzados pueden medir la activi-
dad eléctrica del cerebro en forma muy precisa, por ello son utilizados para investigar la acti-
vidad neuronal, las relaciones entre las distintas zonas del cerebro y sus funciones.

La mayor parte de los magnetógrafos tienen una precisión de


un milisegundo. Los más modernos trabajan en tiempo real:
miden la actividad del cerebro en el momento exacto en que
ésta se produce, suministrando información precisa sobre las
funciones cerebrales, incluyendo las vinculadas a los sentidos
y la motricidad.

Algunos aparatos que exploran el cerebro (como los tomógra-


fos) son impactantes, sin embargo, a medida que avanza la
tecnología, disminuye el tamaño de los equipos que se utili-
zan, por ejemplo, se espera que los nuevos magnetógrafos se
parezcan en volumen a los típicos secadores de cabello con
pie que se ven en las peluquerías.

Resonancia Magnética Funcional por imágenes (fMRI): esta técnica se basa en la alineación de
partículas atómicas en los tejidos del cerebro, bombardeadas con ondas de radio. Las partícu-
las emiten distintas señales según el tipo de tejido del que se trate. Mediante un software, la
información se convierte en una imagen tridimensional, que conocemos con el nombre de
tomografía computarizada.

Cada exploración (que permite ver cómo y dónde se activa el cerebro ante cada estímulo
mientras éste trabaja) se denomina escán.

Tomografía óptica funcional difusa (TOFD): debido a que la fMRI exige que las personas que
participan de los experimentos permanezcan dentro de un aparato de dimensiones estrechas,
los científicos están comenzando a utilizar esta nueva técnica debido a que les permite movili-
zarse durante la sesión, más aún, lo que se busca es avanzar hasta el punto en que se puedan
hacer mediciones fuera del ámbito artificial que se crea en un laboratorio.

En la TOFD se utilizan emisores y detectores de láser mediante conectores que se ubican en la


zona cerebral que se desea indagar en el participante. Si bien es similar a la fMRI en cuanto a la
obtención de imágenes, las mediciones se realizan sobre la base de percepciones visuales.

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Electroencefalograma: mide las ondas cerebrales que indican los cambios según el tipo de
actividad cerebral que se esté generando. La estimulación consiste en la aplicación de peque-
ñas descargas de corriente a través de electrodos. Como el cerebro funciona mediante señales
eléctricas transmitidas desde las neuronas de una zona hacia las neuronas de otra zona, estos
experimentos reproducen artificialmente los efectos del flujo de información natural.

Pruebas neuropsicológicas: las evaluaciones neuropsicológicas han tenido un gran desarrollo


luego de la segunda guerra mundial, mediante el estudio de lesionados cerebrales. El avance
en las técnicas para obtener neuroimágenes funcionales permitió localizar la actividad cerebral
de personas sanas realizando diversas tareas
cognitivas, lo que le confirió a las exploraciones
neuropsicológicas una mayor precisión y seguri-
dad en sus resultados.

Mediante la evaluación neurocognitiva se ob-


tienen datos sobre el funcionamiento de los
sistemas de atención, memoria, funciones eje-
cutivas, visuo-construcción, lateralidad, cogni-
ción social, lenguaje y toma de decisiones.

Biofeedback y Neurofeedback: el biofeedback permite conocer tres tipos de respuestas psico-


fisiológicas que se producen como consecuencia de la activación emocional (positiva o negati-
va). Estas respuestas incluyen la reacción galvánica de la piel o respuesta electrodérmica (RED),
la temperatura periférica y la tensión muscular por medio del electromiograma.

El Neurofeedback brinda información sobre la actividad eléctrica del cerebro. Diversos estu-
dios científicos han logrado describir correlaciones firmes entre la actividad eléctrica evaluada
por el Neurofeedback y estudios funcionales como el PET y fMRI.

SPECT y PET: El SPECT (o tomografía por emisión de fotón único, por sus siglas en inglés) se
incluye dentro de los métodos de diagnóstico por imágenes funcionales. La resolución y locali-
zación son de menor precisión que cuando se utiliza el PET y la fMRI, al igual que su costo.

El PET (o tomografía por emisión de positrones, por sus siglas en inglés) provee una mayor
resolución. Es posible indicar la realización de diversas tareas cognitivas y estudiar «en vivo» la
respuesta del cerebro a determinados estímulos.

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Sobre el autor

Néstor Braidot es investigador, conferenciante, académico, consultor y escritor. Ha dedicado la


mayor parte de su vida profesional a aplicar los avances de las neurociencias al desarrollo de
organizaciones y personas en temas de su especialidad, entre ellos, neuroliderazgo, neuroma-
nagement, neuromarketing y entrenamiento cerebral.

Ha obtenido importantes reconocimientos internacionales por el desarrollo de metodologías


de avanzada que se implementan en organizaciones de diferentes países, donde dicta confe-
rencias, cursos y talleres. Entre ellos, España, Suecia, Argentina, Francia, Australia, India, Co-
lombia, Brasil, Italia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Nicaragua, México, El Salvador,
Panamá, Ecuador, Chile, Bolivia, Perú, Rep. Dominicana, Paraguay y otros.

Generador de un enfoque multidisciplinario de las ciencias que aporta a una nueva escuela de
pensamiento, es autor de libros que formaron a varias generaciones de alumnos, empresarios
y ejecutivos, entre ellos: Neurociencia para tu vida (Editorial Granica, 2016), Manual de Entre-
namiento Cerebral (Editorial Granica, 2016), Mejora tu memoria (Planeta, España, 2015), Mejo-
ra tu agilidad mental en una semana (Planeta, España, 2015), Neuromanagement (Granica,
Buenos Aires, 2014), Cómo funciona tu Cerebro (Planeta, España, 2013), Neuroventas (Grani-
ca, Argentina, 2013), Sácale partido a tu cerebro (Gestión 2000, España, en 2011 y Granica,
Argentina, en 2012), Tu cerebro lo es todo (Plataforma Editorial, Madrid, 2012 -en col.), Neu-
romarketing en acción (Granica, Argentina, 2011 y Gestión 2000 (Planeta), en 2009), Neuro-
management (Granica, 2008), Venta Inteligente (Puerto Norte-Sur, España, 2007), Neuromar-
keting, neuroeconomía y negocios (Puerto Norte-Sur, España, 2006.

Se desempeñó como catedrático y profesor invitado en universidades de prestigio internacio-


nal, entre ellas, Universidad de Salamanca (España), Universidad de Economía de Viena (Aus-
tria), Universidades de León, Uppsala University (Suecia), CESA (Colombia), UNIBE (R. Domini-
cana), Centre de Développement du Management, Lyon Graduate School of Business (Francia),
Universidad de Santiago de Compostela, Universidad de León, Universidad de Oviedo, Univer-
sidad Autónoma de Madrid, Université Catholique de Louvain, Louvain-La-Neuve (Bélgica),
Universitá Bocconi (Italia) y Universite de Geneve (Suiza).

Esta trayectoria está avalada por una sólida formación académica: es Doctor en Ciencias, Mas-
ter en Psicobiología del Comportamiento y en Neurociencias Cognitivas, Máster en Economía,
Licenciado en Administración de Empresas, Contador Público, Licenciado en Cooperativismo,
Practicioner y Máster en Programación Neurolingüística, posgraduado en PINE: Psiconeuroin-
munoendocrinología y Trainer en rediseño conductual.

Es director del Instituto Braidot de Formación, que cuenta con su propio centro de entrena-
miento cerebral, Braidot Brain Gym. En el ámbito empresarial, actúa como director de
Neurosciences International Network.

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