112 Carlos Tello y Jorge Ibarra

tienen como propósito aumentarla. A ello hay que sumarle

los tratamientos especiales y los estímulos que simplemente,
por su cuenta, decreta el Ejecutivo Federal apoyándose en el ·
artículo 39 del Código Fiscal de la Federación. 54

Capítulo 5 ''!
1.
1:

'1
llii
Impulso y acotamiento de la docencia ¡
¡
y la investigación en Economía .¡,)

T
1

as reformas económicas, drásticas y extendidas, han re­

1

L..ipresentado la instrumentación del proyecto Neoliberal, 1,

54 Sobre el particular, ver la tesis doctoral que elabora Roberto Schatan
en el Posgrado de Economía de la UNAM. En el capítulo titulado "Política
tributaria por decreto" reseña la potestad arbitraria del Ejecutivo Federal
para relevar parcial o totalmente a sectores de la población de su obliga­
ción de contribuir al erario público.
su expresión concreta. Por ello se tiene que la investigación
y la docencia en Economía han juga.9~ un_pape\ f~pcia_me.n_tal
en la justificación y el desarrollo de este proyecto. El ras­
go central en estos ámbitos, ha sido el impulso renovado
a la línea de pensamiento Neoclásica, que si bien ya domi­
naba previamente, coexistía con corrientes alternativas que
también mantenían una posición importante y reconocida.
Como parte de La Revolución de los Ricos, el pensamiento
económico convencional cerró filas, imponiendo su agenda
de trabajo y sus criterios particulares de rigurosidad cientí­
fica en los centros de docencia e investigación más recono­
cidos. A partir de ahí extendió su predominio hacia otros
espacios de menor rango en la formación de economistas.
En particular, la enseñanza de la economía fue perdiendo

113

l:[I~i
¡,
 114
Carlos Tello y Jorge Ibarra
su pluralidad de enfoques e, incluso el propio estudio de la
historia de su evolución.
Las posiciones alternativas de pensamiento económico
desde luego que se han seguido cultivando con vigor, pero
han tendido a ser menospreciadas por los círculos académi­
cos donde domina la corriente principal y, por tanto, han
sido relegadas, con lo cual han tenido que luchar por recrear
sus espacios y sin duda han perdido influencia.
A lo largo del pasado siglo, los economistas del mainstream
se han vuelto crecientemente defensivos y sectarios, ere­
cientemente rigurosos a la hora de excluir a los disidentes,
en ocasiones arruinando algunas carreras académicas al me­
nor indicio de discrepancia con la ortodoxia convencional,
o en aquellos casos en los que alguien ha alcanzado reco­
nocimiento fuera ele sus dominios, diciendo ­como se ha
escrito y escuchado respecto a John K. Galbraith­ "bueno,
se trata de una persona muy inteligente, pero por. supuesto
________ ___9.11~!!.º es realmente un economista." Un resultado de éste
cercamiento del círculo ha sido la creación de un círculo
exterior de críticos y disidentes: economistas que se con­
sideran a sí mismos como "alternativos" o "heterodoxos'.
Este círculo exterior, en el que se ubican muchos pensado­
res serios y creativos, ha seguido creciendo e imponiendo
serios retos a los énfasis, supuestos, métodos y conclusiones
del mainstream. 55
La aspiración de lograr el desarrollo económico de una
manera más acelerada y deliberada en los países atrasados,
'' N. Goodwin. "From outer circle to center stage: the maduration
uf heterodox economics", en J. T Harvey y R. Garnet (editores), Future
directions for heterodox economics.
La Revolución de los Ricos 115
también marcó una época en el curso de la elaboración de
teorías y de prescripciones de política. Las particularidades
económicas y sociales de estos países dieron pie a elabora­
ciones diversas. Surgió toda una batería plural de formas
de análisis económico y de prescripciones de políticas, al­
gunas manteniendo contacto con la ortodoxia Neoclásica,
otra francamente alejadas y hasta en oposición a ella, por
ejemplo en la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL).
En el ámbito posterior a la Segunda Guerra Mundial,
caract rizado por el desmantelamiento de la economía de
guerra, la pr ocupación por la repetición de la experiencia
previa de la gran depresión, las aspiraciones de los países
ubdesarrollado y la emergencia del bloque comunista, si 1
'I
bien el dominio ele la economía de fundamentaciónNeoclá­
ica no se frenó, sí se mantuvo un clima de cierta pluralidad
en los espacios académicos.
Los Key11cei~arroS\:lcia­ifvi·eja guardia" que marcaron la:s
1
1¡1
I"'
líneas del pensamiento'macroeconórnico hasta la década de I'
I·1'
los años setenta, eran economistas de formación Neoclásica
por lo que toca a las bases microeconómicas de su educa­
ción. Su pensamiento era más amplio simplemente porque
asumían la existencia de diferencias entre el contexto econó­
mico que se presenta en el mundo real y el escenario de su­
puestos excesivamente restringidos de la teoría. Por ejemplo,
si bien algunos de ellos podían estar de acuerdo de que en
términos teóricos ­según lo argumentaban los Neoclásicos­
la flexibilidad de precios y salarios hacia la baja podría im­
pedir el desempleo involuntario, en la práctica desechaban
tal posibilidad, pronunciándose más bien por apuntalar la

116
Carlos Tello y Jorge !barra
demanda agregada. Tal vez en ese sentido estos Keynesianos
eran menos "rigurosos" (y más cautos sobre el alcance de las
contribucione teóricas) que los economista Neoliberales
de las últimas décadas.
Las acciones concertadas de los partícipe de la ideolo­
gia pro­libre mercado se dieron desde fecha muy temprana,
en conjunción con representantes de intere e económicos
reales. Fundaron instituciones y d arrollaron proyectos
académicos. Continuaron con u elaboración teórica en
oposición al Keynesianismo convencional y a la intervención
gubernamental frente a las falla del mercado. El núcleo de
1 1
su proyecto político académico, fue la presunta capacidad
r
auto­reguladora del libre mercado, extendido hacia la mayor
parte de las actividades económicas y la inconveniencia de la ~
participación del Estado. ~;
La tendencia dominante en la teoría y en la política, es­ ~­ =s. horizonte de investigación y análisis, cerró filas, excluyen­
cribe Robert Skidelsky,56 está siendo determinada por las
doc.mi:+ª­s.­de Chicago­ -----------------~::--:==~-7iart:la~s:--r:;connit,,icP'
Los mercados se asumen óptimamente auto regulados. La
tarea macroeconómica del gobierno se ha reducido amante­
ner una moneda sana (sound money) y la tarea del gobierno
en la microeconomía es la de liberar los mercados a fin de
reducir la 'tasa natural de desempleo'. La caída del comu­
nismo en 1990 hizo posible, por primera vez desde 1914, la
restauración de una sola economía en el mundo basada en
presupuestos equilibrados, libre comercio y movimientos
de capital sin restricción alguna: la receta pre­1914 para el
éxito económico.
se R. Skidelsky, "The relevance of Keynes", en Cambridge [ournal of Eco­
nomics, Vol. 35, núm. 1, pp. 1, 13, 2011.
r¡
·;!
J
117
La Revolución de los Ricos
iÍ
j-! La oportunidad para que el enfoque Neoclásico consoli­
1 dara su posición dominante se dio con la ya mencionada si­
ii tuación de los años de crisis de la Edad de Oro del Capitalis­
J.
-
mo, durante los cuales, entre otras cosas, el marco analítico y
·.l.J las prescripciones del Keynesianismo de la síntesis Neoclásica
et parecían inadecuados. Así, surgió la crítica desde la. posición
f Neoliberal, centrada en la reiteración de los fundamentos mi­
1 croeconómicos del individuo racional como base del análisis
et económico, fundamentos que al no ser asumidos firmemente
t por el Keynesianismo hacían que, según sus detractores, esta
J doctrina fuera inadecuada para explicar la crisis de inflación
L con estancamiento propia de los años setenta.
-j ---.-- Con el paso del tiempo (esto no fue algo nuevo), pero
con particular intensidad en ­los. últimos lustros, la economía
del mainstream, al mismo tiempo que fue estrechando su
·1
do de su consideración del trabajo científico no solamente
Lire~s­l
ltmr hi1ef'.tterotloxa , sino­a las con tri buciones de
economistas convencionales que se apartaban de las pautas
·'
conceptuales y metodológicas más estrictas que se fueron
estableciendo.
En la enseñanza, los cursos centrales de macroeconomía,
microeconomía y finanzas fueron purgados de las ideas no
Neoclásicas. El extraño curso de economía diferente a la
neoclásica solo se mantuvo como una materia opcional para
que los [profesores] disidentes tuvieran algo que hacer ...
pero la mayoría de las veces la plantilla de profesores no
Neoclásicos terminó cubriendo su carga docente dando tu­
torías en materias de contenido Neoclásico con el cual esta­
ban fundamentalmente en desacuerdo.
 118 119
Carlos Tello y Jorge !barra La Revolución de los Ricos

construyen las teorías. Por el contrario, los supuestos

En la investigación, la purga fue más completa aun, por­
originales se han definido en forma más estricta, tor­
que los editores y árbitros neoclásicos pudieron excluir
a los disidentes de sus revistas. Hasta lo primeros años 70,
nándolos menos realistas aún, pero más tratables con
los autores no Neoclásicos publicaban regularmente en las
los avanzados métodos matemáticos a disposición. Los
revistas de prestigio dentro de la profesión ­por ejemplo,
supuestos entonces vienen a jugar el papel de axiomas
un debate de la mayor importancia sobre las teorías de la
a partir de los cuales se elabora la teoría. A partir de
distribución entre Neoclásicos y no neoclásicos, conocido
ello, el sentido que le dan a su trabajo teórico consiste
como "las controversias de los dos Cambridge" ocurrió en
(de acuerdo a la vieja metodología positiva) no en la
su mayor parte en el American Economic Review, el Econo­
mic [ournal y el Ouarterly [ournal of Economics (incluyen­
recreación y en la explicación misma de los fenómenos
do el famoso artículo de Joan Robinson "La segunda Crisis
a partir de supuestos realistas, sino en su presunta ca­
de la Teoría Económica". Sin embargo, para mediados de
pacidad de predicción, y en esa medida de provisión
los ochenta (esas revistas y otras de igual o menor prestigio)
de bases "científicas" para el diseño de .la política eco­
se habían convertido en bastiones de pensamiento Neoclá­
nómica (para las cuales "no hay alternativa"). En esto
sico. Los artículos que no utilizaban conceptos neoclásicos
Milton Friedman desempeñó un papel muy importante,
eran rechazados de manera rutinaria, frecuentemente sin ni
siquiera haber sido arbitrados." pue isternatiza la llamada metodología de la economía
positiva.
La diferencia es que en los tiempos de La Revolución de b) En ese contexto han estrechado los criterios de reconoci­
~~~~~lo=sRicos los econo~~~~es~·~~~~~~~~~~~~~~~~·~~ .•~iª~­P~.·~.o~dee~l~a~ci,~da~de~anéLisis económ~o, desco­
nociendo la pluralidad de enfoques, y descalificando las
a) Condujeron el desarrollo del análisis teórico, a partir de elaboraciones teóricas de los economistas que cultivan
la redefinición más rigurosa de los supuestos básicos y enfoques alternativos caracterizados por no seguir los
de las líneas metodológicas propias del análisis conven­ presupuestos, los marcos conceptuales y las pautas me­
cional, por sendas de elevada complejidad formal. De todológicas de la economía convencional.
lo que se trata en general es (utilizando los desarrollos e) Esto se ha reflejado en la exclusión para la publicación
de las matemáticas) de elaborar argumentos que se en­ en las revistas de mayor prestigio de trabajos que no
marquen en el funcionamiento en principio eficiente y comparten sus patrones de cientificidad. También se
auto­regulado de la economía de mercado. Lo que no ha reflejado en la exclusión de enfoques alternativos
I·
se pone a discusión son los supuestos bajo los cuales se de los programas universitarios de formación de econo­
mistas, incluso llegando al límite de eliminar o degradar d
57
S. Keen, Debunking Economics, the Naked Emperor dethroned? Zed
Books, Estados Unidos, 2011, p. 15. 1 1

1
 120
Carlos Tello y Jorge Ibarra
la importancia de los cursos de historia del pensamien­
to económico.
d) Y, desde luego, los economi ta convencionales no mani­
fiestan mucho interé por confrontar su trabajo con el de
economista de tra corrientes. Por abrir el debate más
allá de las front ra construidas por ellos mismos.58
Para Ben Bernake, destacado académico y actualmente
cabeza de la banca central de Estados Unidos (Sistema de la
Reserva Federal) ...
:I
!; la crisis financiera reciente fue más una falla de ingeniería
r
~;
económica y de gestión que de lo que yo he llamado ciencia
¡: económica...
11 Las carencias de [ ... ] la ciencia económica [ ... ] fueron, en
I'
· · en rea lid
su mayor par t e, menos cen t ra 1 es en 1 a crisis: d
1 a ,
aunque la gran mayoría de los economistas no vieron venir
el casi colapso del sistema financiero, el análisis económico
ha robado ser crucial para la comprensión de.Ia.cei, i.c;:.,..,­ee+­1­­­­­­­­­Bfo31'
desarrollo de políticas para contenerla y n el diseño de so­
luciones de largo plazo para prevenir su recurrencia."
Un aspecto central del curso que ha seguido la economía
académica y que ha dado lugar a críticas y malos entendidos,
es la creciente formalización matemática de sus elaboracio­
58
1 ncluso en los tiempos que corren, en el contexto de la crisis, los eco­
nomistas académicos convencionales juzgan que no es procedente revisar
el marco teórico prevaleciente. Ver, por ejemplo, Patricia Cohen, "Ivory
Tower Un wayed by Crashing Economy", The New York Times, 05/ 03/
2009.
59
Citado en S. Keen, op. cit., p. 15.
121
La Revolución de los Ricos
nes analíticas. Una crítica frecuente se refiere a que la econo­
mía convencional ha privilegiado el rigor formal por encima
de la relevancia de sus teorías para explicar el murido real.
Por el contrario, desde la óptica de la economía convencio­
nal, se juzga como anticuadas o faltas de rigor científico a
las teorías que no se apegan al uso de las pautas y los instru­
mentos analítico­formales en boga derivados de los avances
de la matemática y la estadística."?
La formalización excesiva de la teoría económica, lleva­
da a la práctica por los promotores del pensamiento Neo­ ¡
clásico­Neoliberal, ha hecho de los planteamientos de la
· teoría económica algo misterioso, mágico y poco accesible
para los no iniciados. Como consecuencia de ello, mucho
de la substancia de los temas de la economía se evaporó en
una "neblina formal". Wassily Leontief, por ejemplo, Pre­
mio Nobel de Economía, dijo en 1982: "Página tras página
de las revistas especializadas de economía, están llenas con
rffmfi.,tlU­ttla~srHmta­.aremitieas­... ]­1\:ño­ira:s año los teóricos de la
economía continúan preduciendo modelos matemáticos y
exploran, en detalle, sus propiedades formales ... ". Por su
parte, Robert Solow, también Premio Nobel de Economía,
escribió en 1997: "Si uno le pregunta a un economista del
"mainstream" sobre casi cualquier aspecto de la vida econó­
mica, su respuesta será: vamos a establecer un modelo para
esa situación y veremos qué sucede." Ronald Coase, también
Premio Nobel en 1999 señaló: "La economía existente es
60
A este respecto, ver P. Krugman, "How Economist Get It So Wrong"
en The New York Times, 2 de septiembre 2009, así como la respuesta de
un destacado profesor de la Universidad de Chicago, J. Cohchrane, "How
Paul Krugman got it so Wrong", The New York Times, 11/ 09/ 2009.
 122 Carlos Tello y Jorge Ibarra La Revolución de los Ricos 123

un sistema teórico [i. e., matemático] que flota en el aire y La elevada formulación matemática también se ha con­
li
que tiene muy poca relación con lo que sucede en el mundo vertido en un factor de exclusión para los no iniciados en
i'1i
real."61 Nicolás Kaldor recuerda lo que para Alfred Marshall temas de economía y un recurso socorrido para descalifi­
­uno de los pilares del pensamiento Neoclásico­ debería ser car a la idea contrarias a las orientaciones Neoliberales.
'~ 1

el uso de las matemáticas. Antes de dedicarse a la econo­ La economía e vuelve un asunto exclusivo de expertos en
mía, disciplina en la que destacó y por la que se le recuer­ la materia. La formalización de la economía se convirtió
da, Alfred Marshall estudió matemáticas en la Universidad en r alidad en el código bajo el cual se ha instaurado y forta­
de Cambridge (también, por cierto, ese fue el caso de J. M. lecido el pensamiento económico Neoliberal. La naturaleza
Keynes) y obtuvo el segundo lugar en los exámenes fina­ de lo upuestos bajo los cuales se construye el razonamien­
les de licenciatura (Second Wrangler in the Mathematical to económico, no es lo que se pone en el primer plano de
Tripas). En 1906, después de la quinta edición de su libro la di cu· ión, ni tampoco la trascendencia de los resultados,
Clásico Principies of Economics escribió: sino lo qu importa es la "robustez" del modelo: se confunde
la elegancia formal con la relevancia.63 Este estado de cosas
En los últimos años de mi trabajo, crecientemente he tenido re ulta altamente funcional para impulsar el orden Neolibe­
la idea de que un buen teorema matemático, que aborda ral prevaleciente.
hipótesis económicas, es muy poco probable que sea buena f
Lo anterior no es esto un argumento en contra de la or­
economía y cada vez más me guío por las siguientes reglas:
1) Utilizar las matemáticas como lenguaje taquigráfico, y no
malización de la economía. Sí lo es en contra de los excesos
--~~--~~tor~d Lwestigación. ~­1a­n­te_n_e_r+1a­s­m~1e­n­­~~~~~~~~a~lu~s~q~u~e~l~1a~H~e~g~~~iento­Neoclásico, que busca
tras uno termina el trabajo. 3) Traducir al inglés. 4) Luego oscurecer (hacer pocálrnnsparentes) la comprensión de los
ilustrar con ejemplos que son importantes en la vida real. 5) fenómenos económicos reales con la excesiva formalización
Queme las matemáticas. 6) Si tiene éxito en 4), queme 3). de sus planteamientos. Es notable y abrumador el tratamien­
Esto último lo hice con frecuencia.62 to matemático en los libros de texto de economía que ahora
se utilizan en las universidades, en particular en los estudios
61
W. Leontief, "Carta" en Science, 217, 1982, pp. 104­107. R.M., Solow,
de posgrado. La formalización de la economía y el uso de
"How Did Economics Get That Way and What Way Did It Get" Daeda­
lus, Vol. 126, 1997, pp. 39­49. R. Coase, "Interview with Ronald Coase", la econometría sólo tiene sentido si se utiliza para conocer,
en Newsletter of the International Society for New lnstitutional Economics, explicar y proponer soluciones a los problemas económicos.
Vol. 2, núm. 1 (primavera), 1999. Estas citas se han tomado de Edward Hoy en día la instrucción económica universitaria se
Fullbrook, "Econornics and Neoliberalism" que aparece en After Blair:
desarrolla presentando los temas de su agenda varias ve­
Poli tics After the New Labour Decade, 2006.
62
Economics without Equilibrium, editado en 1985 por Cardiff, Univer­ ces a distintos niveles. El contenido matemático es abun­
sity Press, pp. 58 y 59. 63
P. Krugman, "How Economist ... ". op. cit.
124 Carlos Tello y Jorge !barra
dante en los libros de texto intermedios de licenciatura
y abrumador en los textos avanzado y n los artículos
de revistas académicas que leen lo estudiantes de pos­
grado. Pero hoy en día on muy importantes los textos
introductorios (lo qu se llaman de primer año), que no
son matemáticamente complejos sino que desarrollan una
narrativa sumamente ingeniosa en términos de claridad
y capacidad persuasiva sobre la supuesta validez y la ri­
gurosidad de las ideas básicas de la agenda Neoclásica­
Neoliberal, que quedan así impregnadas desde el princi­
pio. Además son los textos que estudian quienes cursan
Economía como parte de su formación en otras discipli­
nas. Estos textos cuentan con toda una gama de recursos
didácticos y su presentación es con frecuencia atractiva.
Después, en otros niveles más elevados de instrucción,
estas ideas centrales se amplían bajo formatos más com­
plejos, se aplican a diferentes ámbitos específicos de la
economia y se formalizan u ilizanélo proc clim1en o· n a­
temáticos efectivamente hasta niveles inu itados.
El armazón académico­institucional construido por los
economistas ortodoxos descansa en un conjunto de prác­
ticas y procedimientos que al retroalimentarse mantienen
la hegemonía de su manera de realizar la investigación y la
formación de cuadros académicos. Las publicaciones y los
fondos para investigar se someten a criterios de selección
construidos bajo las pautas del enfoque convencional, y el
ilicaciones aceptadas o investigaciones apro­
s criterios conduce a su vez a obtener puestos
nitivos (tenure) ­que pueden ser de por vida
riódicarnente­ y, con el tiempo, a membre­
La Revolución de los Ricos 125
cías de los propios comités editoriales y evaluadores que re­
producen estas tareas.64
Ya para principio del siglo XXI, al pensamiento Neoclási­
co­Neoli beral se le reconoce, casi en el mundo entero, como
mainstream economics (la teoría económica adecuada, la que
necesariamente tiene que prevalecer, la corriente dominante,
la corriente prevaleciente). Es prácticamente lo único que se
acepta (inclu o permite) en la enorme mayoría de las uni­
versidades. Sin desconocer las importantes diferencias entre
ellas -y dentro d cada una de ellas­, es ese pensamiento el
que ahora predomina, por ejemplo, en los departamentos de
economía de las principales universidades estadounidenses:
Harvard, Stanford, Chicago, Yale, Princeton, MIT, California,
Columbia. Ese pensamiento se ha, en buena medida, impues­ ¡'
to en muchas otras universidades de muchos otros países del
mundo: varias universidades inglesas, francesas, italianas,
españolas, alemanas, mexicanas y del resto de América Lati­
' . Esa prirrcipalestmiversidades de Estados Unidos mane­
jan los comités editoriales de las revistas especializadas que
circulan en el mundo entero y sus egresados predominan den­
tro de los economistas que trabajan en el Banco Mundial y
en el Fondo Monetario Internacional. También es notable su
presencia en los ministerios de finanzas de muchos países. De
los 29 economistas que escribieron ensayos para la edición
del año 2003 del Penguin Dictionary of Economics 26, casi
90% de ellos, han enseñado o recibieron su doctorado en esas
ocho universidades.
64
Sobre las prácticas académicas que han sostenido la hegemonía del
pensamiento convencional ver M. Lavoie, Foundations of Post­Keyne­
sian economics, Edward Elgar, 1992, pp. 14­19.
126
Carlos Tello y Jorge Ibarra
Formados en universidades en las que predomina el
pensamiento Neoliberal­Neoclásico, en donde no se da la
atención necesaria al papel que el Estado y las instituciones
desempeñan en el proceso de producción e intercambio en
las sociedades, muchos de los estudiantes de economía pien­
san que los mercados surgen por sí solos. Adam Smith, a
principio del capítulo do de An Jnquiry into the Nature and
causes of the Wealth of Nations, que titula Of the principie
which gives occasion to the division of labour, dice:
Esta división del trabajo, de la cual se derivan muchas ven­
tajas, no es el resultado de la sabiduría humana ... [más
bien] es la necesaria consecuencia de la naturaleza humana
para [ ... ] el transporte, el trueque, el intercambio de una
cosa por otra.
Pero para que se dé esta propensión innata de los seres
humanos se requiere de una infraestructura de transporte,
logística y comunicación que en buena medida resulta de las
inversiones públicas. Se requiere de una moneda fiduciaria,
un denominador común que facilite el intercambio y seguri­
dad en los contratos y protección de los derechos de propie­
dad. También de regulaciones que aseguren y protejan a los
agentes (productores y consumidores) para tomar decisio­
nes informadas. Se necesitan instituciones fiscales y bancos
centrales. Protecciones sociales y redes de seguridad para
legitimar los resultados distributivos. Los mercados funcio­
nan porque hay Estado fuerte, capaz de estimular, regular,
promover, prohibir. Las economías más ricas del mundo, las
que tienen los mercados más productivos, también cuentan
con un sector público grande.
La Revolución de los Ricos 127
!I
11
En el verano de 2000, algunos estudiantes de economía
en Francia iniciaron una revuelta en contra de su curriculum,
pues lo consideraban muy apartado de la realidad y, por ello,
querían escapar del mundo imaginario de la teoría económi­
ca que se les enseñaba. En su comunicación señalaron:
Muchos de nosotros hemos escogido estudiar economía
para adquirir un profundo conocimiento de los fenóme­
nos económicos al que se enfrenta hoy en día el ciudadano.
Pero la enseñanza que se nos ofrece, en buena medida teo­
ría neoclásica y acercamientos derivados de ella, no está a
la altura de nuestras expectativas ... Los aspectos empíricos
(hecho hi tóricos, la forma en que funcionan las institucio­
nes, el estudio ele los comportamientos y las estrategias de
lo· agente ... ) on inexistentes. Es más, esta brecha en la
n fianza, e ta forma de ignorar realidades concretas, nos
plantea un enorme problema a nosotros, que queremos ser
!
1
útiles a los agentes económicos y sociales ... [debe buscarse]
un acercamiento plural adaptable a la complejidad de los
oojetos y Ja mcerti uinbre que rodea a las grandes cuestio­
nes de la economíá=....
_.._
A la protesta de los estudiantes franceses le siguió la ad­
hesión de profesores. El asunto creció y llegó a los medios y
al Ministerio de Educación, que no~bró una comisión para
estudiar el asunto. Pronto, en otras partes (Harvard, Cam­
bridge) surgieron protestas similares, aunque más modestas.
Del movimiento en Francia surgió un movimiento de econo­
mía "post­autista", cuyo nombre indica su posición frente
a la teoría Neoclásica­Neoliberal y que publica una revista
65
E. Fullbrook, "Economics and Neoliberalism", en After Blair: Politics
After the New Labour Decade. Reino Unido, 2006, p. 6.
111
,¡¡
 128 Carlos Tello y Jorge Ibarra
electrónica gratuita que ya cuenta con mile d uscriptores
en el mundo, llamada Real World Economics Review, que
promueve el profesor británico Edward Ful!brook.
No sólo los estudiantes prot tar n. En medio de una
dura pugna, en el Departamento de Economía­de la Uni­
versidad de Notre Dame, entre quienes pensaban que sólo
debería enseñarse economía Neoclásica­Neoliberal (mains­
tream economics) y aquello que argumentaban a favor
de la pluralidad en la enseñanza de la economía, en enero de
2003 Robert M Solow, profesor del Massachusetts Institute
of Technology, que es un economista convencional pero no
de mente estrecha, le escribió al reverendo Edward A. Ma­
l!oy, pre idente Universidad de Notre Dame diciéndole lo
siguiente:
Me acabo de enterar de la reorganización del departamento
de economía que se tiene programada [partiéndolo en dos:
____ u_n_o_d_e_m!!:_ins_tream
economics y otr d econQm­'­'­­'­'íaL.!..!.h~t~e:Lro""­­­­­=:==­­­­­­­­­­­­­'­­­'­
doxa] y me parece una grosera, mala idea ... Com
soy un economista del mainstream, de hecho soy un mains­
tream mainstream economist ... La economía, como cual­
quier otra disciplina, debe darle la bienvenida a las ideas no
ortodoxas y tratarlas intelectualmente de la mejor manera
posible .... Conducir una purga, como la que están hacien­
do, suena como una confesión de incapacidad. Entiendo
que no están dándoles balazos en la cabeza a Trotskistas,
sino nada más mandándolos a Siberia. En esto no hay mu­
cha mejora ... pienso que la idea de crear un Department
de Mainstream Economics nace perdiendo . . No serán ca­
paces de competir con los Princetons y los Stanfords. Ni
siquiera con sus vecinos de Michigan, Ohio State, Illinois o
Indiana ... Me parece muy bien que quieran mejorar el de­
129
La Revolución de los Ricos
partamento de economía que ahora tienen, construir un
curriculum que les dé a su graduados un sólido entrena­
mient en mainstream economics, pero que también los
exponga a unos buenos ejemplos d la otra corrientes de
pensamiento ... Su Facultad probablemente ya tenga faccio­
nes; por lo menos eviten facciones entre los alumnos al ofre­
cerles un urriculum plural.., 66
En 2010 un grupo d conomistas
franceses publicó el
Manifiesto de economistas aterrados en el que argumen­
tan que en Europa los estados nacionales, bajo presión de
las instituciones internacionales y de las agencias de califi­
- J¡ : .· ~-- cación, aplican programas de reformas y de ajustes es true­
~ turales que ya demostraron en el pasado su capacidad de
­i _ incrementar ­ la inestabilidad y las· desigualdades. Y ello va
­~ ·_¡.. a agravar aún más la crisis europea. Así se han promovido
programas de ajuste en Grecia, Irlanda, Portugal, España e
Italia.
abe,
En nombre de la ~iencia, desde hace treinta años, se han
. aplicado políticas, a menudo de manera ciega, en numero­
sos países. En la visión neoliberal todavía dominante, que
dibuja un mundo hecho de agentes económicos individua­
listas y clarividentes en competencia los unos con los otros,
la liberalización general de los mercados tenía que conducir
matemáticamente al máximo crecimiento y a una situación
económica óptima. Se trata sin duda de una ficción cómoda
para escribir sobre modelos matemáticos, pero esta visión
66
La carta circuló ampliamente. Jaime Ros. en ese entonces profesor en la
Universidad de Nafre Dame, la proporcionó. Finalmente, se establecieron
dos departamentos de economía: uno ortodoxo y otro que no lo era. A la
postre, el departamento heterodoxo desapareció.
,1'¡
,¡,,
130
Cario Tello y Jorge lbarra
es un instrumento poco fiable para guiar las decisiones de
los políticos elegidos por el pueblo.
Para después afirmar que le corresponde a la ciencia
económica clarificar la pluralidad de las opciones posibles
y combatir las falacias a partir de las cuales se ha actuado.
Estas falacias son:
1) Los mercados financieros son eficientes; 2) Los merca­
dos financieros favorecen el crecimiento económico; 3) Los
mercados son buenos jueces de la solvencia de los Estados;
..
li· 4) El alza excesiva de la deuda pública es consecuencia de
un exceso de gasto; 5) Hay que reducir los gastos para redu­
cir la.deuda pública; 6) La deuda pública traslada el precio
Econ mi ta de Madrid, circuló una carta titulada Econo­
de nuestros excesos a nuestros nietos; 7) Hay que tranquili­
zar a los mercados financieros para poder financiar la deu­
mistas frente a La crisis, en la que se afirma que:
da pública; 8) La Unión Europea defiende el modelo ocia!
europeo; 9) El euro es un escudo contra la crisis y, 1 O) La
crisis griega ha permitido or fin avanzar_haciamLgo.hit'=P­­­~~~=­;::­­­­­J:ffiflet¡jlü:SC:vrr1 rúITrnem:e aceptados por los economistas. Lo
y
­­­­­­:e~c;::o::::;n:;;:ó=m:::i­::co·
una verdadera solidaridad europea."
Para uno de los autores del Manifiesto, Thomas Coutrot,
la prioridad hoy en día en muchas partes del mundo, no
es el crecimiento económico sino la lucha contra el déficit
público:
La obsesión patológica de los gobiernos europeos es la re­
ducción del gasto público. Pero hay muchas maneras de
luchar contra los déficit: aumentando los impuestos, por
º' Philippe Askenazy, Thomas Coutrot, André Orléan y Henri Sterdybiak,
Manifiesto de economistas aterrados, Editorial Pasos Perdidos, España,
2010.
La Revolución de los Ricos 131
.,__ ._ ..... · • 1
ejemplo. De de hace 20 años, el%~­fii·éirii61fi~ncés ha dismi­
nuido el monto de los impuestos que pagan las empresas y
las clases más privilegiadas del país. Hoy, podría luchar con­
tra el déficit aumentando esas cotizaciones, pero no quie­
re. Prefiere disminuir el gasto público, a sabiendas de que
ese rubro no ha aumentado tanto, en relación a la riqueza
creada en Europa. 'Hay una obsesión con el gasto público y
hoy la única ambición de la Unión Europea es el control de
dicho gasto a través de una suerte de in titución, de federa­
li rno presupuestario. Federalismo que podríamos calificar
de ultraliberal, y que intenta reducir lo gastos públicos en
todos los países de la Unión Europea.68
En m dio de las recientes elecciones en el Colegio de
Habitualmente, las crisis económicas ponen en cuestión
asombroso de la crisis actual, de una profundidad y una tras­
cendencia social enormes, es que no parece influir sobre el
pensamiento económico. Se siguen asumiendo como princi­
pios irrefutables un conjunto de proposiciones que, día a día,
entran en abierta contradicción con la realidad ... Esta crisis
presenta, entr sus características determinantes, una fuerte
caída de la demanda efectiva ... Al desplome de la inversión y
del consumo privado, le ha seguido, impuesto por el Consejo
europeo, un drástico recorte del gasto público. Esta política
procíclica y contractiva impedirá cualquier recuperación de
la actividad económica en los próximos años ... 69
68
Suplemento Cultural del periódico Reforma, México, 26/ 02/ 2012.
69
La carta la firman Jorge Fabra Utray y Juan Ignacio Bartolomé Girone­
lla, decanos del Colegio de Economistas de Madrid.
 132
Carlos Tello y Jorge lbarra
/vn noviembre de 2011 los estudiantes de la cátedra de
/intr~~ucción a la Economía de la Univer idad de Harvard
se retiraron, en bloque, del curso del conocido economista
Gregory Mankiw por n e tar ele acuerdo con el contenido
y enfoque d la materia dada por el profesor, por su vacio
intelectual y la corrupción moral y económica en el mun­
do. 70 Gregory Mankiw, que fue asesor del presidente George
Bush, tiene un manual de principios de economía y uno de
macroeconomía que han sido todo un éxito a niv l mundial
y se han reeditado a lo largo de vario años. El libro de prin­
cipios de Greg Mankiw71 ha sido mencionado por la crítica
como prototipo ele los textos que impulsan el pensamiento
Neoclá ico­Neoliberal en la instrucción económica básica.72
Un economista, se afirma en el libro sobre macroecono­
mía de Greg Mankiw, debe ser "en alguna medida matemá­
tico, historiador, estadista y filósofo" pero, lamentablemente
,stió+r!o.­­­­­­======­­­il~ass­.:políticasecoHGmiGa.s­cle­sde. hace más de treinta años.
­­­eHihro­;­como el curso­quc­J­urecomcrrdah,;r,­,::n1pmo11r1ítof'r'
una de esas pretensiones: la de matemático. Lo que e inició
como una presentación de elocuentes y lógicas formulacio­
nes matemáticas y presentación de gráficas, pronto se salió
de cauce y me encontré leyendo que "la economía no es una
ciencia social, sino que es una ciencia genuina. Como lo son
las ciencias físicas. 7>
70
El alegato de los estudiantes que protestaron aparece en Open Letter,
Harvard Political Review, noviembre de 2011.
71
G. Mankiw, Principies of Economics, varias ediciones, la cuarta por
Thomson, Estados Unidos.
-
72
Véase. por ejemplo, Edward Fullbrook, "The Meltdown and Economics
Texbooks", en Iack Reardon, The Handbook of Economics Education,
Edward Elgar, Estados Unidos, 2009.
73
Mona Chalabi en Room for Debate, The New York Times, 0110412012.
La Revolución de los Ricos 133
En México no se ha prote tado aún. En los programas
de estudio de las universidade privadas predomina el pen­
samient Neoclásico­Neoliberal, Y in i te en él, pues las
amplias y generosas ofertas de trabajo tán orientadas a
personas preparadas en esa corriente de pen amiento. En las
universidades públicas, si bien aún no predomina el pensa­
miento Neoclá ico, s tiene en su planta académica a firmes
impulsores de e ta corriente que entusiasman y convencen
a muchos estudiante . A ellos se trasmiten las ideas de que,
la economía convencional es la que posee rigor científico y
actualidad (lo demás es anticuado o dogmático) y de que es
la que proporciona la formación adecuada para acceder al
­­­·­ mercado laboral o para acceder a un posgrado.
Pero hasta ahora las protestas no han tenido éxito. Los
curricula en economía en las universidades de varias partes del
_ mundo siguen estando abrumadoramente dominados por el
pensamiento Neoclásico­Neoliberal. Y ese pensamiento orienta
Ya desde enero de i,9­70, Paul M. Sweezy escribió:
La economía ortodoxa [Neoclásica] da por descontado el
sistema social existente, como si fuera parte del orden natu­
ral de las cosas. Dentro de esta estructura, busca la armo­
nía de intereses entre individuos, grupos, clases y naciones;
investiga tendencias hacia el equilibrio [general o parcial] y
supone que el cambio es gradual ... 74
La señora [oan Robinson también ya lo había advertido cuan­
do escribió, a principio de la década de los años setenta, que:
74
"Hacia una crítica de la economía ortodoxa". Monthly Review, enero
1970. Nueva York.
 134 Carlos Tello y Jorge Ibarra

En realidad no importaba la falta de correspondencia entre

los supuestos del pensamiento [Neoclá ic J e n los hechos,
ya que la doctrina era aceptablé. Ya que lo principal era el
laisser faire, no resultaba necesario hacer planteamientos
de política. No había que preocupar e por el e tudio de si­
tuaciones en las que la política tendría que er aplicada.
Los economistas felizrnent podían continuar cla if ando
cajas vacías, sin tener la necesidad de llenarla n infor­
mación. Por ejemplo, la cuestión del libre intercarnbi de
bienes entre naciones [uno de los temas preferid p r los
Neoclásicos­Neoliberales], se basaba en comparar la situa­
ción de dos países, aislados y con economía estaci naria ,
con recursos dados y plenamente utilizados en un e cenario
de competencia perfecta, que intercambian biene en equi­ Capitulo 6
librio (las importaciones son iguales a las exportacione ) y
todo lo demás sin cambio alguno. 75
. Desempeño económico
bajo el régimen Neoliberal
Robert Skidelsky sugiere que:
i_• , ._,_l desempeño económico bajo el régimen Neoliberal se ha
Lo más importante para mejorar la formación de los econo­ r . . ,c"'<a""'r""a""c~tc"'t""'iq.:z:a"'
­~­­­­­­'­­­­~­~~ . .~c..c..__~.c..=­:===­:::..:;_::.=.::­=­=­===­­­­­­­­­­­­­­l:.___. "dR­Ao­,
·­""~ier­tament... por la presencia de períodos
mistas, que estudian su licenciatura, sería hacer obligatorios ,,~
los cursos de Historia Económica e Historia de las Ideas Eco­ prolongados de crecimiento económico, que incluso ha sido
nómicas. En la actualidad, si se ofrecen, son materias optati­ notable en unos cuantos países. Como lo muestra el cuadro
vas que pocos cursan . . detrás de la eliminación de estas dos 1, para la gran mayoría de los países no ha sido superior al
materias, 'está la visión errónea que la economía es una cien­ de los años 1950-197 3. Por otra parte, el crecimiento no
cia natural, donde la base del conocimiento automáticamen­ ha estado exento de ser interrumpido por severas recesiones ·
te se acumula. Por ejemplo, cualquier conocimiento anterior tanto a principio de la década de los años ochenta y noventa
que vale la pena, se incorpora a los nuevos conocimientos y,
del siglo pasado, como también al inicio del presente siglo.
por tanto, se puede omitir. Esto ignora el hecho de que, a di­
ferencia del mundo de las ciencias naturales, la realidad que Más recientemente, el prolongado período de expansión, la
la economía busca estudiar y entender está constantemente celebrada "gran moderación", desembocó en la crisis econó­
cambiando como resultado de nuestras acciones.76 mica más grave desde aquella iniciada en 1929.
75
Ver su libro, Economic Heresies ... op. cit., pp. vii y viii.
76 Room for Debate, The New York Times, 021 04/ 2012.
135