Nr: 15 Junio 2018, Volcanes

Erupciones Volcánicas

En el último mes el Volcán Kilauea en Hawai y el Volcán de Fuego, en Guatemala

aparecieron en las noticias del mundo.

Dos volcanes, dos manifestaciones. Cantidades de muertos, edificios engluídos en las

masas de lava, pueblos bajo las cenizas… Mientras el Volcán Kilauea estuvo
derramando lava, que es una masa pegajosa fundida en proceso de consolidación de
roca, el Volcán de Fuego ha desatado, explosionando, un flujo piroclástico, que es
una desagradable mezcla de cenizas, rocas y gases volcánicos. Ambas erupciones,
que no tienen relación geológica alguna y tienen muy pocas posibilidades de ser
previstas nos recuerdan cuán feroz puede ser la naturaleza.

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Como se ha visto Kilauea entró en erupción en mayo generando varios ríos de lava
que causaron tremendos destrozos en infraestructuras, debido al avance sin control.
Lo que sorprende es que con la disposición técnica no se hayan visto respuestas de
contención en zonas de interfase, aquella donde el hombre va penetrando en la
naturaleza interactuando intensamente. Sin embargo, se han visto varios informes
donde casas y coches son devorados paulatinamente por las masas de lava que bajan
por las laderas, siguiendo diferentes cursos pero arrollando todo a su paso.

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El grupo de ingeniería de H2O-Control ha planteado las posibilidades de encontrar
respuestas atenuantes a este fenómeno tan destructivo, toda vez que los volcanes en
América son numerosos, y muchos de ellos activos actualmente!
Hoy la peligrosidad de la erupción con lava aumenta en todo el mundo, porque existe
ese fenómeno nuevo que es la inserción del hombre en la interfase y en zonas
peligrosamente cercanas.

Si se observa como la naturaleza equilibra los efectos destructivos volcánicos y se les

da su verdadera magnitud se verá que:
 La erupción de cenizas, suceso que en primer momento aparece como un daño
irreparable visto en la distancia de algunos años, a la larga se reconoce como
beneficiosa desde el punto de vista de la fertilidad que se incorpora a los
suelos.
 La erupción de lava, en cambio, tiene claramente efectos desbastadores en los
términos de generaciones humanas.
Sin embargo observando, podemos aprender cómo se han detenido los ríos de lava
en algunas ocasiones y para ello cómo el agua contribuyó a enfriarla y convertir esa
misma lava endurecida en paredes consolidadas contenedoras de las próximas
oleadas. Se conforman así verdaderos diques compuestos por paredes de roca
volcánica petrificada. Es lo mismo que sucede cuando la lava llega a los mares.

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Un interesante fenómeno similar puede ser observado en nuestro territorio, que nos
muestra en la naturaleza práctica un suceso que sucedió ya hace más de 100 años.
Fue cuando una erupción de lava proveniente de El Descabezado, en Malargüe,
Mendoza, se derramó por la ladera llegando al pequeño Río Salado, un cauce con un
volumen de agua bien manejable. Este logró, con la capacidad de enfriado de sus
aguas, darle freno al desplazamiento por el endurecimiento de las masas enfriadas y
así menos corredizas, conformando paredes que endurecidas fueron haciendo las
veces de dique de contención compuesto por lava dura. Así el río logró, que quedara
formado un cañón que le permite proseguir la descarga de sus aguas hacia el este.

En H2O-Control, nos propusimos desarrollar alguna alternativa para actuar ante estos
fenómenos que se inician repentinamente, pero que después perduran en su acción
por semanas o meses ocasionando graves daños. Hay más de 1500 volcanes activos
en el mundo y la geodinámica terrestre no cesa. Expertos insisten en que todo el
Cinturón del Pacífico está lleno de volcanes muy activos y de gran poder destructivo
desde Norte América hasta Tierra del Fuego por la subducción, o sea, la coincidencia
de distintas placas tectónicas.
La capacidad de transferencia de grandes volúmenes de agua y la posibilidad de
hacer trabajar los sistemas en forma automática y a control remoto que ofrecen los
Módulos de Emergencia de H2O-Control pueden ser un enorme aporte para paliar
daños irreparables para las poblaciones. Los módulos pueden manejar los mismos
volúmenes del Rio Salado -nos bastan 30 horas para desplegar un equipamiento de
rendimiento similar y aún mayor- para disponer el agua enfriante en las avenidas de
lava. Y entonces todo el sistema, una vez desplegado, actuaría sin arriesgar vidas
humanas y aseguraría un límite definido para el avance de la lava.
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