Você está na página 1de 5

“Protección integral a la infancia en Chile: Situación actual de la Salud mental

infanto-juvenil”

Camila Rico Anabalón


Psicóloga. Oficina de Protección de Derechos Collipulli

Yasna Fernández Monsalve


Abogada. Unidad de Adopción. SENAME. Docente Diplomado en Infancia y adolescencia con perspectiva Regional

Resumen: Este trabajo de investigación, tiene por objetivo conocer la situación actual de la salud
mental infanto-juvenil en Chile, tanto la prevalencia de trastornos de salud mental en niños y adolescentes,
como las medidas adoptadas por los últimos Gobiernos para su prevención y tratamiento. Finalmente, se
realizan reflexiones críticas en torno a la cobertura de algunos programas y la necesidad de generar nuevas
iniciativas que permitan garantizar el derecho de los NNA a una salud de calidad.
Avances en materia de Protección integral de la infancia en Chile

El 20 de agosto de 2018 se cumplieron 28 años desde que Chile ratificó la Convención


sobre los Derechos del Niño (CDN) y, desde ese entonces se comprometió a adoptar todas las
medidas necesarias para hacer efectivos los derechos reconocidos en la misma (UNICEF, 2018).
Este compromiso se enmarca bajo la concepción de Protección Integral, que para Buaiz
Valera (en Galvis, 2004) “comprende el conjunto de acciones políticas, planes y programas que
con prioridad se dictan y ejecutan desde el Estado, con la participación y solidaridad de la familia
y la sociedad, para garantizar que todos los niños y niñas gocen de manera efectiva y sin
discriminación de los derechos humanos a la supervivencia, al desarrollo y a la participación, al
tiempo que atienda las situaciones especiales en que se encuentran los niños individualmente
considerados o determinado grupo de niños vulnerados en sus derechos.”
De esta forma, se puede mencionar algunos avances en materia de protección integral
a la infancia en Chile durante las últimas décadas como: La reducción de la pobreza infantil, que
según la Encuesta CASEN bajó de un 38,7% a un 18,2%, entre los años 2006 a 2015; El aumento
sostenido de la cobertura educacional en todos sus niveles de enseñanza, alcanzando en 2011,
un 92,8% en educación básica y un 72,2% en educación media (CASEN, 2011); En el ámbito de
protección legal, la promulgación de la Ley 19.585 (1999), y el Decreto del Ministerio de Justicia
en 2006 que aprobó el Reglamento a la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, por nombrar
algunos (UNICEF, 2018).
Sin duda, uno de los hitos más relevantes en este ámbito, es la creación por ley del
Subsistema de Protección Integral de la Infancia “Chile Crece Contigo” el año 2006, que tiene
como principal objetivo acompañar, proteger, y apoyar integralmente a todos los niños, niñas
desde su nacimiento hasta los 9 años de edad, brindándoles acceso expedito a los servicios y
prestaciones que atienden sus necesidades y apoyan su desarrollo en cada etapa de su
crecimiento. Adicionalmente, apoya a sus familias y comunidades de forma que existan las
condiciones adecuadas para satisfacer las necesidades particulares de cada niño y niña en Chile
(Chile Crece Contigo, 2018).
Sin embargo, pese a los avances obtenidos, las investigaciones hasta ese entonces sobre
salud mental de la infancia y la adolescencia eran escasas en Chile, lo que impedía visualizar una
problemática recurrente y preocupante en este segmento de la población. Recién en el año 2012,
un estudio realizado por Vicente y colaboradores, determinó que la prevalencia nacional de
trastornos mentales de niños y niñas entre 4 a 11 años es del 27,8%, cifra considerada bastante
alta y que involucra hasta hoy un desafío preponderante.
El presente trabajo de investigación, tiene por objetivo conocer la situación actual de la
salud mental infanto-juvenil en Chile, tanto la prevalencia de trastornos de salud mental en niños
y adolescentes, como las medidas adoptadas por los últimos Gobiernos para su prevención y
tratamiento. Finalmente, se realizan reflexiones críticas en torno a la cobertura de algunos
programas y la necesidad de generar nuevas iniciativas que permitan garantizar el derecho de
todos los NNA a una salud de calidad.
Situación actual de la salud mental Infanto-Juvenil

Actualmente, existe múltiple evidencia sobre el inicio de trastornos psiquiátricos en la


infancia y adolescencia (Costello, Egger, y Angold, 2005). Siendo este tipo de trastornos por lo
general, los que reciben más altos puntajes en las estimaciones de la carga mundial de
enfermedad realizada por la Organización Mundial de la Salud. (Ministerio de Salud, 2017).
La Organización Mundial de la Salud calcula que el 20% de los niños, niñas y adolescentes
del mundo tienen trastornos o problemas mentales. La prevalencia a nivel internacional también
ha sido estimada en una revisión sistemática realizada por Polanczyk y colaboradores en el año
2015, la que arroja un 13,4% de trastornos mentales en niños y adolescentes, siendo los más
prevalentes los trastornos ansiosos (6.5%), los trastornos disruptivos (5.7%) y los trastornos por
déficit atencional (3.4%).
Respecto a la realidad nacional, Felipe Lecannelier, psicólogo chileno director del Centro
de estudios Evolutivos e intervención en el niño (CEEIN), participó el año 2010 de un estudio
multicultural sobre prevalencia en salud mental en niños de 1 a 5 años, denominado
“International Comparisons of Behavioral and emotional problems in Preschool Children: Parent´s
reports from 24 Societies”, en el que se aplicó un cuestionario a los padres de niños de 24 países,
buscando la presencia de problemas de atención, conductas agresivas, trastornos
ansioso/depresivo, quejas somáticas, emocionalidad reactiva, evitación y problemas de sueño.
Los resultados mostraron que Chile es el país que presentaba mayores tasas de trastorno mental
infantil, seguido por Lituania. (Lecannelier, en Revista Hacer Familia 2012)
Asimismo, el estudio realizado por Vicente y colaboradores el año 2012, no sólo arrojó
que la prevalencia nacional de trastornos mentales de niños y niñas entre 4 a 11 años del 27,8%,
sino también mostró que los trastornos más prevalentes en este grupo etario son los trastornos
disruptivos (20,6%), seguidos de los trastornos afectivos/ansiosos (12,7%).
En cuanto a la prevalencia de trastornos mentales en adolescentes, la Encuesta Mundial
de Salud a Escolares (EMSE), proyecto colaborativo de vigilancia de la Organización Mundial de
la Salud que permite a los países medir y evaluar el comportamiento de ciertos factores de riesgo
y de protección entre los adolescentes de 13 a 17 años, arrojó en Chile, resultados preocupantes
en torno a la salud mental. Alrededor del 30% de los estudiantes refirió presencia de síntomas
posiblemente depresivos y entre el 20 y 22% de los estudiantes encuestados consideró
seriamente la posibilidad de intentar suicidarse en los últimos 12 meses (MINSAL, 2005).
Respecto a los factores de riesgo asociados, Vicente y Cols. (2012), señalan que existe
mayor prevalencia de trastornos afectivos en niños y niñas con historia de abuso sexual,
psicopatología familiar, vivir con un solo progenitor, o con otras personas en comparación con
estos antecedentes. De igual forma, el maltrato, los antecedentes de abuso sexual, vivir con un
solo padre o con otras personas, aumentaron el riesgo de padecer trastornos disruptivos. Vivir en
situación de pobreza y deserción escolar se relacionaron con mayor prevalencia de trastornos por
consumo de sustancias. El grupo de 4 a 11 años, presentó mayor prevalencia de cualquier
trastorno mental, determinado principalmente por el Trastorno por déficit atencional con
hiperactividad, en comparación con el grupo de 12 a 18 años.
Además, el mismo estudio muestra que el 69,1% de NNA, en protección de derechos,
presenta al menos un trastorno mental, (45.3% riesgo de suicidio, 40% dependencia de drogas,
25.7% trastornos de conducta disocial, y 23.5% trastorno negativista desafiante), habiendo una
brecha asistencial de 88.9% para ellos.
Por último, el 86.3% de los adolescentes entre 14 y 17 años que se encuentran cumpliendo
condena presentan trastorno mental. (75.5% asociados al consumo de sustancias de abuso,
37.8% trastorno disruptivos, y 25,4% déficit atencional; de ellos, el 67,7% con comorbilidad
psiquiátrica. (Vicente, en MINSAL 2017).
Estas cifras, muestran la cruda situación que vive actualmente la salud mental de niños y
adolescentes chilenos, y por ende, la necesidad de continuar trabajando en materia de
prevención, promoción y tratamiento, generando nuevas estrategias e iniciativas que sean
aplicadas a lo largo de todo el país.

Programas y acciones para la prevención, promoción y tratamiento en salud mental de la


población chilena infanto-juvenil

Durante los últimos 12 años, en Chile han ocurrido eventos que han contribuido al acceso,
cobertura, y tratamiento de la salud mental en la Atención de salud primaria (APS). Desde la
incorporación del Plan de Acceso Universal de Garantías Explícitas de Salud (AUGE), se han ido
incluyendo de manera progresiva diversas Garantías Explícitas de Salud (GES) relacionadas con la
salud mental como el tratamiento del primer episodio de la esquizofrenia, la depresión (personas
de 15 años y más), el consumo perjudicial y dependencia de alcohol y otras drogas (personas
menores de 20 años) y el trastorno bipolar (personas de 15 años y más).
Además, en el año 2008 se instauró el Programa de Salud mental Integral en la Atención
Primaria (PSMI), que fusionó los programas ya implementados: Programa de tratamiento integral
de la violencia intrafamiliar; Programa de prevención y tratamiento del consumo y/o dependencia
de alcohol y drogas; Programa de depresión y Programa de salud mental infanto-adolescente,
que enfatizaba el tratamiento de trastornos hipercinéticos y la atención por maltrato infantil. El
principal objetivo de este programa ha sido fortalecer las actividades de prevención, detección
precoz y tratamiento temprano de los problemas de salud mental de baja a moderada severidad
a través del ciclo vital.
Pero, pese a que la atención en salud mental infantil ha estado presente en la Atención
Primaria de Salud desde hace muchos años, su cobertura ha sido insuficiente, razón por la cual se
implementó en el año 2016 en la APS el Programa piloto de acompañamiento a niños, niñas,
adolescentes y jóvenes de familias con alto riesgo psicosocial.
Posteriormente, el Programa Chile Crece Contigo, cuya cobertura hasta el año 2016 era
desde la gestación hasta los 4 años de edad, amplía sus prestaciones hasta los 9 años, e
implementa el año 2017 el Programa de apoyo a la Salud mental infantil (PASMI), el cual ofrece
atención integral en salud mental a niños y niñas desde los 5 a los 9 años, fortaleciendo la oferta
disponible en salud mental en la atención primaria. Este programa contiene distintas acciones en
los niveles de promoción de bienestar socioemocional, prevención y tratamiento de los trastornos
de salud mental y además de otorgar atención terapéutica directa, articula acciones de manera
intersectorial con el sector educativo, específicamente, con el programa Habilidades para la Vida
y la red intersectorial Chile Crece Contigo.
Sin embargo, pese a que se trata de una buena iniciativa que trabaja brindando protección
integral a la infancia, actualmente se encuentra presente sólo en 17 comunas del país, y en la
región de la Araucanía en particular, solo se ha implementado en las comunas de Nueva Imperial,
Traiguén y Victoria.

Reflexiones finales

Bibliografía

 UNICEF (2016). UNICEF analiza avances y desafíos en materia de infancia con motivo del 24°
aniversario de la promulgación de la convención sobre los derechos del niño. www.unicef.cl.
Recuperado de http://unicef.cl/web/unicef-analiza-avances-y-desafios-en-materia-de-infancia-
con-motivo-del-24-aniversario-de-la-promulgacion-de-la-convencion-sobre-los-derechos-del-
nino/
 UNICEF (2018). Agenda de infancia 2018-2021: Desafíos en un Área clave para el país.
www.unicef.cl. Recuperado de http://unicef.cl/web/wp-content/uploads/2017/01/Agenda-
Infancia-2018-2012-WEB.pdf
 Costello, E.J., Egger, H., & Angold, A. (2005) 10-Year Research Update Review: The Epidemiology
of Child and Adolescent Psychiatric Disorders: I. Methods and Public Health Burden. Journal of the
American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 44(10), 972–986.

Orientaciones técnicas PASMI

Polanczyk, G.V et al (2015)

Você também pode gostar