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Las pataletas, una maravillosa oportunidad de aprendizaje.

Por: Carolina Zapata Monsalve.

Mg. En neuropsicología y educación.

Facilitadora de Disciplina Positiva para padres.

Las pataletas son un tema muy controversial en el proceso de la crianza. Podría decirse que
es una de las mayores preocupaciones de los padres de familia, especialmente, si los hijos se
encuentran entre los dos y cuatro años. Una pataleta se puede definir como un episodio de
explosión emocional que el niño no es capaz de manejar.

Cuando hablamos de pataletas o rabietas, se puede decir que, son una característica del
desarrollo evolutivo del ser humano. Éstas inician, más o menos, a los dos años, y
dependiendo del manejo que se le dé pueden durar mucho o poco tiempo.

La duración de este periodo natural que atraviesa el ser humano se genera dependiendo de la
respuesta que el adulto brinde al niño cuando tengan lugar estos episodios. Es decir, es el
adulto el responsable de que esta conducta se prolongue como un desafío de crianza, o se
convierta en una maravillosa oportunidad de aprendizaje.

Lo anterior quiere decir que todos los padres hemos pasado por esta etapa, y que los futuros
padres también lo harán.
Teniendo en cuenta lo anterior, se puede decir que:

 Las pataletas son situaciones normales correspondientes al desarrollo del ser humano.
 Los padres de familia no deben tomarse las pataletas como personal.
 Es importante quitarse el sentimiento de culpa cuando las pataletas se presentan.
 Todos los niños pasan por este periodo.
 Las pataletas son maravillosas oportunidades de aprendizaje tanto para los niños como
para los adultos.

Queda entonces un interrogante… ¿Qué hacer y cómo actuar frente a una pataleta?, ¿Se
pueden evitar las pataletas? Para poder dar respuesta a estos interrogantes, el padre de
familia puede hacer uso de algunas ideas como:

 La primera persona que debe ser modelo de autorregulación es el adulto.


 Es importante tener buenas rutinas y hábitos: un niño con hambre o sueño tiende a
hacer más pataletas. Un niño sin un norte o una guía de rutinas, no sabrá qué hacer ni
que se espera de él.
 Empoderar a los niños y ponerles tareas que puedan realizar, hará que ellos sientan
importantes y que realmente les pertenecen.
 Utilizar palabras de aliento que generen motivación propia o intrínseca.
 Evitar jugar con muchas cosas a la vez.
 Utilizar actividades con un principio y un fin claro.
 Respetar los tiempos de sueño y alimentación.
 Nombrar y validar las emociones, ninguna emoción es buena o mala.
 Brindar espacios de atención positiva. Si generamos más momentos de atención
positiva, se presentan menos pataletas.
 Hacer algo inesperado, si es posible anticiparse a la pataleta, cambiando el foco de
atención del niño.
 Brindar opciones limitadas.

Si tenemos en cuenta estas recomendaciones, seguro las situaciones de pataleta comenzarán


a reducirse, y lo más importante es que podremos entender que son normales en estas
edades y que el control debe venir de los adultos.

¿Qué podemos hacer después de una pataleta? Cuando se termina una pataleta es
recomendable:

 Un abrazo: realizar una acción que emocionalmente ayude al niño a volver a la calma.
 No quedarse enojado: el adulto debe hacer borrón y cuenta nueva, es un episodio
cerrado.
 Dialogar: la situación no debe ser pasada por alto, es importante dialogar y ver qué
pasó.
 Validar sentimientos: reconocer el enojo y la rabia como emociones generadas frente a
una frustración.
 Remediar: si la pataleta requiere reparar algún daño físico o emocional frente a algo o
alguien, es necesario reparar.
 Buscar soluciones: pensar en posibles soluciones para cuando la situación vuelve a
presentarse.

Como se puede observar, el acompañamiento de las pataletas, es un proceso antes,


durante y después de ser presentadas. Con las herramientas ya brindadas esperamos
ayudar tanto a padres como a niños, en este proceso de crecimiento en familia.

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