Dentro del Canon: Ez 38, 39: Paso del profetismo a la apocalíptica, Is 24-27: Temas
propios de esta literatura (Juicio universal, victoria de Yahvé, reunión de Israel, Dn
La apocalíptica judía implica directamente
Jorge Luis Baquero Barbosa
un género literario concebido y
reinterpretado en la tradición judía, dado
Cristología/ Mañana
a conocer en algunas perícopas del A.T, y
ID: 401147 otros textos apócrifos con cierta
relevancia en la historia y el constructo
religioso
La tradición judía además de proponer una
forma de expresión e interpretación
apocalíptica, crea una fundamentación
La apocalíptica judía
escatológica, en la cual se ubican
elementos sapienciales y proféticos
relacionados con la teología histórica de
este pueblo.
Tanto el género literario desarrollado en
los escritos Bíblicos y los textos apócrifos
como el constructo histórico-religioso se
complementan e interpretan
mutuamente. Por lo tanto, es pertinente la
pregunta: ¿Cómo se complementa el uno
al otro?
El género literario apocalíptico es de
origen judío y se desarrolla a lo largo de
tres siglos, entre el II. A.C. y el I. D.C. Con
este enfoque particular en el canon se
encuentran textos situados en el conjunto
de los “Libros Proféticos”, los otros,
aunque no hacen parte de la S.E. hacen
referencias a algunos personajes
La literatura apocalíptica está situada
como una forma de respuesta al legalismo
rígido que surgió después del profetismo,
de ahí que autores consideren que el
contenido e intencionalidad de esta sea
netamente profética. Otros creen que
hace referencia a una escatología
sapiencial, por las menciones
cosmológicas
En la literatura profética se evidenciaba un
tipo de escatología, y aunque se cree que
esta fundamenta la apocalíptica hay
algunas divergencias. La más diciente es
que en el mensaje de los profetas hay una
referencia directa a la ley y la historia de la
salvación, en cambio, en la apocalíptica
parece desconocer las implicaciones
históricas de la salvación
La apocalíptica plantea una noción
antropológica sobre la historia, a
diferencia de los profetas en los cuales el
pueblo tenía la opción de reorientar su
historia para convertirse, esta literatura
tiene una visión pesimista. El mal es
mayor, en la medida que avanza la
historia.
7-12: Incluye cuatro apocalipsis
Textos apócrifos: Asunción de Moisés: Se abordan los enigmas de la historia del mundo y
acontecimientos que han de suceder al final de los tiempos. Libro 4 de Esdras: Profundiza
sobre la acción e intervención de Dios al final de la historia. Fue obra de suma relevancia en
la Iglesia primitiva. Baruc Siriaco: Trata temas como la ruina de Jerusalén y el castigo de los
gentiles. Libro de Henoc: Habla de la vida futura, el reino mesiánico y la resurrección de los
muertos. Este tipo de literatura, si bien evoca algunos aspectos históricos hay otros que
presentan una reflexión de tipo cosmológica.
Dentro de las características literarias se puede decir que es frecuente el uso de la
pseudonimia (historias encarnadas en los personajes Bíblicos antiguos), los simbolismos para
hacer énfasis en los fundamentos escatológicos, las descripciones detalladas sobre los
sucesos del personaje, hay un dominio amplio del conocimiento de la historia y la tradición.
Es pertinente asumir e interpretar este tipo de literatura y pensamiento teológico desde las dos
perspectivas: Profética y sapiencial. Sustraen y desarrollan elementos intuidos y reflexionados
en el profetismo, pero que ha de ser leída con una intención formativa y sapiencial. De ahí que
se piense la necesidad de la interpretación de los sabios.
No se puede afirma tajantemente que la apocalíptica judía, entendida como género literario y
escatología, tengan su origen en Israel. Estos constructos están impregnados por la cultura
Babilónica y egipcia, pero con base en esto, Israel también trata de presentar una cosmovisión
propia.
La propuesta apocalíptica no busca desarrollar una teología o doctrina abstracta, sino dar luces
para afrontar las condiciones de adversidad que atravesaban al judaísmo a la luz de la fe en la
promesa y la liberación de Dios.
El gran aporte de la apocalíptica está en su noción existencial-pesimista del irremediable y
predeterminado fin de la historia, en su consumación escatológica. Muestra una teología
que supera la inmanencia y se pone en el plano de la trascendencia. “Dios conduce la
historia hacia la realización trascendente del reino de Dios y hacia la revelación definitiva
de la figura de la consumación final”.
La apocalíptica en relación con la escatología se sitúa en dos perspectivas: histórica y
cosmológica. Frente a esto algunos dicen que la cosmología crea la historia y otros, que
dentro de la historia está la cosmología, y toda esta en su conjunto, tienden a un fin.
La apocalíptica complementa a la escatología en tanto supera y adentra al hombre dentro
del cosmos. En el fin de los tiempos no se evidencia la salvación únicamente para el hombre,
sino para todo el cosmos, que busca en Dios la forma de realizarse.