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Palavras-chave:
Presidencialismo de coalizão; Custos de transação; comportamento
parlamentar
Área Temática:
06. Estudos Legislativos
Ciclos Electorales en el Legislativo: la fuerza del
presidencialismo de coalición brasileño
AUTORES:
Nivaldo Adão Ferreira Júnior
(nivaldo.af.junior@gmail.com)
CEFOR - Câmara dos Deputados
Montevideo - 2017
1
Ciclos Electorales en el Legislativo: la fuerza del
presidencialismo de coalición brasileño1
1
Revisión gramatical para el idioma Español por Cynthia Renee Garcia (cynthiagarciafernandez@gmail.com)
2
Cientista Político, Analista Legislativo e Pesquisador e Professor do Programa de Pós-graduação da Câmara dos
Deputados do Brasil (nivaldo.ferreira@camara.leg.br)
3
Engenheiro Elétrico e Cientista de Dados, Coordenador Pesquisador e Professor do Programa de Pós-graduação da
Câmara dos Deputados do Brasil (Fabiano.Peruzzo@camara.leg.br)
2
El presente artículo tiene como perfil dichos intentos, utilizando supuestos de los
estudios de la teoría electoralista racional, y construye la hipótesis de que la disciplina
partidista puede sufrir variaciones durante la legislatura, tendiendo a ser muy baja en
períodos preelectorales. Se propone que los diputados racionalmente actúen en la arena
legislativa de forma más preocupada con sus electores cuando se encuentran en el
período de campaña electoral, de tal forma que sean menos fieles a la base del gobierno
o a su líder de partido, en comparación con períodos no electorales. Para el intento de
comprobación de la hipótesis, se utilizó la base de datos del CEBRAP para votaciones
nominales en el Pleno de la Cámara de Diputados entre los años 1989 y 2012. Los datos
fueron separados por períodos electorales y períodos no electorales y se calculó el
índice medio de fidelidad de los diputados de la base de coalición en el Ejecutivo. Los
resultados no nos permiten afirmar que, al menos en lo que se refiere al voto, los
diputados actúan diferentemente o son más o menos infieles al Gobierno durante los
períodos preelectorales.
Resumo: A atuação do Legislativo e a sua relação com o Executivo explicam boa parte
da formatação e do resultado das políticas públicas. Vários estudos buscam descrever
como se dá a atuação entre esses dois poderes e quanto o comportamento dos partidos e
dos parlamentares dentro do Congresso podem afetar o balanço da governabilidade.
Para o Brasil, estudos baseados na teoria partidária apontam, de maneira geral, que a
tendência do comportamento individual dos membros do Congresso Nacional de mirar
políticas distributivistas, em detrimento de políticas nacionais (com vistas a agradar a
base eleitoral e garantir mantença ou acréscimo do capital eleitoral em eleições
sucessivas) é contornada por centralismo decisório e controle da agenda nas mãos de
atores chave como o presidente da República, os presidentes das mesas das casas
legislativas e das comissões e os relatores.
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Boa parte dos resultados alcançados por essa literatura decorre dos estudos dirigidos por
Figueiredo Limongi e Argelina Figueiredo (1995, 1999, 2002, 2005, 2007) no âmbito
de programa de pesquisa desenvolvido junto ao Centro Brasileiro de Análise e
Planejamento, iniciados ainda na década de 1990. A partir desse impulso inicial, vários
pesquisadores, entre eles, os próprios Figueiredo e Limongi, em artigo escrito em
parceria com Cheibub, (2009), buscam refutar as premissas da preponderância do
Executivo na pauta do Legislativo e da dificuldade de desempenho de mandatos
voltados para os currais eleitorais.
Introduccíon:
4
Desde que Fernando Limongi y Argelina Figueiredo (1995, 1999) iniciaron sus
estudios acerca del comportamiento del parlamentario mediano en la Cámara de
Diputados por medio de la observación de su patrón de votación, la expresión
"presidencialismo de coalición" ganó nuevos contornos en Brasil, pasando a significar
una especie de arreglo o acuerdo institucional donde el Ejecutivo y Legislativo
centralizan poderes en manos de actores institucionales específicos y condicionan la
actuación de la mayoría de los demás actores. De esta forma, a pesar de la existencia de
varias características dispersoras de poder en el diseño institucional brasileño que
tienden a generar una parálisis decisoria, ingobernabilidad y tensiones institucionales
(ejemplos de esas características, de acuerdo con Abranches, 1988 y Ames, 2001, son el
federalismo, el bicameralismo, el sistema partidista fragmentado y poco
institucionalizado), se observa en el proceso legislativo brasileño altas tasas de
disciplina partidista y tendencia centralizadora en la toma de decisión, con influencia
muy fuerte de los partidos. Esa influencia de los partidos y bloques se alcanza mediante
la actuación de líderes de las bancadas en el Congreso Nacional (SANTOS, 2003;
AMORIM NETO y SANTOS, 2003; FIGUEIREDO y LIMONGI, 2002).
5
ocurrencia de un gobernador de oposición en un estado dado de la federación brasileña
alteraría el promedio de los votos dados al Ejecutivo para ese estado en la Cámara de
Diputados. Es decir, la hipótesis de trabajo de los investigadores era que la tradicional
fuerza local que ejercen los gobernadores, sumada a la difusión de poder del modelo
federalista (con un consiguiente debilitamiento del poder central del Ejecutivo de la
Unión) desafiaría los presupuestos de la teoría partidista para el Congreso Nacional. Sin
embargo, según los propios autores, la conclusión general de estos análisis es que la
influencia del estado sobre el comportamiento de los legisladores individuales y sobre
las bancadas estatales no es más fuerte que la de los partidos políticos nacionales y la
del gobierno nacional4 (FIGUEIREDO, CHEIBUB, LIMONGI, 2009). En otras
palabras, ni el federalismo ni la tradición de la fuerza de los gobernadores estaduales en
Brasil desafían significativamente la preponderancia del Ejecutivo sobre el Legislativo
Federal en el modelo vigente del presidencialismo de coalición.
4
Traducción hecha por los autores
6
volcada hacia sus intereses. A la vez, la teoría electoralista racional o teoría de los ciclos
políticos es utilizada para justificar diferencias de comportamiento parlamentario
durante la legislatura.
Como es notorio, esta teoría afirma, que generalmente se adopta para explicar cambios
de estrategias y comportamientos del jefe del Ejecutivo, y que es aún poco utilizada
para explicar el comportamiento de los representantes electos para el legislativo. La
posible razón es que el encargado en el Ejecutivo, para varias situaciones, tiene poder
de decisión o disposición presupuestaria inmediata, decidiendo de manera unipersonal
sobre los varios aspectos de la economía. El Legislativo, al contrario, es un cuerpo
colectivo, que toma decisiones por mayoría y de forma morosa.
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aunque sus acciones no causen efectos económicos inmediatos. Parece razonable
1. Cuadro Teórico
a. Preponderancia del Poder Ejecutivo
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los presidentes de las casas legislativas y de las comisiones parlamentarias tienen poder
de agenda sobre las proposiciones, determinando el momento y la forma de apreciación
de las materias (agenda setting). Los líderes partidarios, a su vez, poseen poder de
indicar y retirar miembros de las comisiones en cualquier momento, forzándolos a
actuar de acuerdo con las directrices de la bancada. Los relatores son responsables de
indicar el alcance y la temática de la discusión de cada materia en tramitación en las
casas legislativas, aumentando o disminuyendo la amplitud de informaciones que
pueden ser producidas en el proceso (FIGUEIREDO Y LIMONGI, 1999; SANTOS,
2003).
9
b. Teoría Electoralista Racional y Conexión Electoral: ¿existe una
correlación?
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pregunta que nos corresponde hacer es: ¿cuándo los parlamentarios se encuentran más
disponibles para desafiar el centralismo decisorio capitaneado por el Ejecutivo?
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su base que actúa en beneficio de la misma. Según Mayhew (1974), los parlamentarios
Un tercer punto es que las elecciones en el medio del mandato sirven a los
diputados federales como oportunidad para disminuir el ciclo de duración de la
accountability vertical, posibilitando un reencuentro prematuro entre representante y
elector. El diputado federal candidato a elecciones municipales, durante el período
electoral, vuelve al cuerpo a cuerpo con el elector, retorna a los medios y participa de
programas electorales y debates, todo eso, según Graça y Souza (2014), posibilita el
aumento del ingreso de capital político (en el sentido que Bourdieu, 2005, utiliza la
expresión) y dándole ventaja competitiva en las elecciones federales siguientes, en
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comparación con aquellos candidatos que no concurrieron a los comicios municipales.
La importancia de las elecciones municipales para el sistema político, por fin, se destaca
por el hecho de que el Congreso Nacional prácticamente suspende sus funciones en el
semestre que las antecede, y ocurre lo que, en el vocabulario del Legislativo, se ha
convenido denominar el receso blanco. Como señala el reportaje periodístico de
septiembre de 2016, en las vísperas de la última elección municipal, los diputados que
no son candidatos en las elecciones municipales, se empeñan en la elección de alcaldes
y concejales (GARCIA, 2016).
a. Período de análisis
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Ejecutivo en períodos preelectorales. Asimismo, definido que en esa investigación se
consideran períodos preelectorales los primeros meses de funcionamiento del legislativo
en los años pares (de febrero a octubre), y queda indicar qué base de datos se utilizará
para probar la hipótesis. Inicialmente, se define cuál será el período de análisis del
comportamiento parlamentario en las vísperas de la elección. Se decidió por analizar las
votaciones nominales ocurridas en Plenario entre 1989 y 2012.
Hay dos explicaciones para esa delimitación: primero, se optó por estudiar el fenómeno
en legislaturas completas y por eso se excluyeron los datos para la 55ª Legislatura, aún
no concluida en el momento del análisis para esa investigación. En segundo lugar,
porque la ley electoral brasileña para filiación partidista, registro de candidaturas y
período de campañas electorales cambió en 2014, reduciendo el tiempo destinado a
campañas electorales y haciendo válidas las elecciones a partir de entonces (es decir,
son reglas válidas para elecciones de 2016 y posteriores). Es razonable esperar
diferencia de resultados para elecciones bajo diferentes reglas. Por lo tanto, se optó por
no incluir los resultados del año de 2016. Tercero, no se considera los años de 2013 y
2014, pues para estos dos años, la base de datos CEBRAP presentó inconsistencia al no
computar el porcentaje de faltas de los parlamentarios, siendo que en el día a día de la
Cámara, raramente hay una votación con la presencia de 513 parlamentarios. Decidió
retirarse de la base esos años debido al temor de que otras incoherencias estuvieran
presentes.
Definido el período de análisis, se pasa a describir los datos que fueron objeto de
análisis. En ese paper, se compara el apoyo medio dado por parlamentarios de la base
oficialista al Ejecutivo en los períodos electorales con ese apoyo medio durante
períodos no electorales. El apoyo medio se obtiene por el porcentaje de veces en que el
diputado vota de acuerdo con las orientaciones del Ejecutivo. Como se dijo, se espera
que el apoyo medio sea menor en períodos preelectorales.
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Los datos analizados, por lo tanto, son las votaciones nominales en Pleno. Los registros
completos de estas votaciones se encuentran en el Banco de Datos Legislativos del
CEBRAP, disponible en el sitio electrónico del Núcleo de Estudios Comparados e
Internacionales (http://neci.fflch.usp.br). Los datos en ese banco se organizan por
legislatura en dos tipos de tablas. El primer tipo presenta votaciones nominales
ocurridas en el Pleno de la Cámara de Diputados en el período analizado, organizado
por el nombre de la proposición, fecha y resultado de la votación. El segundo tipo de
tablas individualiza cada votación a partir de la orientación del Líder del Gobierno (que
indica la posición del Ejecutivo para la materia en votación), orientación de los Líderes
partidistas, voto y partido de cada parlamentario, lo que permite la verificación de la
consonancia de intenciones de cada parlamentario y de la base de coalición con el
Ejecutivo, por período y por votación.
Se excluyeron, inicialmente, todas las votaciones en las que los líderes indicaron
"obstrucción" (25774 observaciones). Esta decisión se dio porque la obstrucción no
siempre es discordante con el Ejecutivo y porque no es raro que el líder en el Pleno
oriente a su bancada a votar Sí o No, sólo después cambiando la orientación en la
obstrucción (y viceversa), impidiéndonos de verificar si la discordancia entre el
diputado y el líder del partido ocurre por una indisciplina partidista o por el hecho que
el diputado haya acatado la primera de las orientaciones, sin tener la oportunidad de
cambiar el voto.
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Asimismo, se excluyeron las votaciones en las cuales el líder del Gobierno o el Líder
del partido liberó a la bancada para votar libremente y las hipótesis en que esos líderes
no encaminaron la votación, de nuevo en esas ocasiones no es posible verificar
divergencias entre líder y liderados. Igualmente, se excluyeron a los diputados que, en
el momento del voto, se encontraban sin partido, porque para ellos no hay como
verificar si eran o no eran miembros de la coalición (1.331 ocurrencias). Se
desconsideran para el análisis los hechos en que la variable nombre del parlamentar se
presentaba en blanco (ya que no fue posible en el mundo real).
Por último, a diferencia de la metodología que Figueiredo y Limongi (1998, 2002) que
adopta para calcular el índice de apoyo de los parlamentarios al Ejecutivo, en la
presente investigación, ese índice se calculó no a partir de porcentajes de los votos
válidos dados en Pleno, sino a partir del porcentaje de diputados, entre el total de los
miembros de la Cámara de Diputados, que votaron en una determinada deliberación.
Debido a la adopción de esa postura, el índice aquí calculado es ligeramente menor que
el planteado por los autores citados, ya que se encontró un porcentaje medio del 25,28%
de diputados faltantes en las votaciones analizadas.
Después de dicha organización del banco, se extrajeron los votos dados por
parlamentarios no miembros de la coalición gubernista. Después de esas decisiones
metodológicas, el banco de datos final para la persecución de la hipótesis equivalía a
522.439 votos, distribuidos por 7 Legislaturas y 24 años.
Por lo tanto, después de eso, se pasó al análisis, que consistió básicamente en comparar
los promedios de fidelidad de los diputados de la base a la orientación del líder del
gobierno en dos períodos: el período electoral (aquí determinado como las votaciones
ocurridas de febrero a octubre de los años pares) y el período no electoral (los demás
períodos, es decir, todos los años impares y los meses de noviembre y diciembre de los
años pares). El análisis recayó sobre los parlamentarios de la base de apoyo al gobierno,
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ya que no se espera la fidelidad a la base de los parlamentarios de oposición. El cálculo
17
de que en dos años (1990 y 1994) no se produjeron votaciones nominales en el período
(o, al menos, el banco de datos del CEBRAP no las consigna). De esta forma, se
sospechó que los votos en esos períodos podrían no obedecer a una distribución normal
de frecuencia. Para la refutación de esta tesis, se utilizó la prueba de normalidad de
Shapiro-Wilk. El resultado apuntó que sólo los promedios de votaciones de los años
impares (es decir, votaciones en períodos no electorales) son distribuciones normales.
Como consecuencia, se impidió la utilización de pruebas paramétricas para el análisis
de las muestras.
De esa forma, se optó por analizar si las distribuciones de los índices de apoyo al
Gobierno, correspondientes a los años pares e impares, son idénticas o no utilizando la
prueba de Wilcoxon Signed-Rank. El nivel de significancia utilizado fue el de 0.05, sin
asumir que las distribuciones son normales.
Las pruebas realizadas, sin embargo, no posibilitaron decir que hay diferencias
en las distribuciones de votos por coalición entre años electorales y años no electorales
o en períodos normales y períodos preelectorales (los resultados de las pruebas se
adjuntan en anexo).
4. Resultados y Conclusiones:
Así, se esperaba que, al compararse, en una serie histórica de votos dados en el Pleno,
los promedios de apoyo al Gobierno para períodos no electorales y los promedios para
períodos electorales, se encontrarían muestras muy diferentes, con promedios de votos
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en favor del gobierno mucho mayores en períodos dichos normales. Esta no fue la
verdad que sobresalió a partir de los análisis.
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son normalmente pautadas para ese período y tal vez se evita que las materias que vayan
a deliberación sean polémicas. Puede ser, además, que la señalización a las bases ocurra
por medio de discursos y no por medio de votaciones. Sin embargo, esas conjeturas
escapan el alcance de la presente investigación.
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21
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Press, (1974)
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Delegación legislativa: cuando los diputados abdican su
poder de legislar
AUTORES:
(nivaldo.af.junior@gmail.com)
1
Revisión gramatical para el idioma Español por Cynthia Renee Garcia (cynthiagarciafernandez@gmail.com)
2
Cientista Político, Analista Legislativo e Pesquisador da Câmara dos Deputados do Brasil
(nivaldo.ferreira@camara.leg.br)
3
Cientista Político, Economista, Técnico Legislativo e Pesquisador da Câmara dos Deputados do Brasil
(aldenir.rocha@camara.leg.br)
de decisión de los diputados a los líderes partidarios y de éstos para el presidente de la
República, siendo este la temática principal de la investigación.
Resumo: O legislativo federal brasileiro é apontado pela literatura nacional como altamente
centralizado, uma vez que a tomada de decisões nessa arena fica centralizada nas mãos de
alguns atores chave, como os presidentes das casas legislativas e das comissões e os líderes
partidários. Por força de arranjos institucionais presentes tanto na Constituição da República
Federativa do Brasil quanto nos regimentos das duas casas do Congresso Nacional, com raras
exceções, os presidentes das casas legislativas, assim como a maioria dos líderes partidários e
dos presidentes das comissões, são atores aliados ao presidente da República, independente do
partido a que este pertença.
Introducción:
El presente artículo busca verificar la calidad, la fuerza y el sentido de la delegación de las
facultades legislativas existente en la Cámara de Diputados. Se aplicaron para ello elementos
de la teoría partidista y de la teoría informacional para verificar, de hecho, cuales actores
realmente importan en el proceso legislativo, partiendo del supuesto de que el líder partidista
es el actor central en la arena legislativa.
Se observa que son pocos los partidos que se mantienen como independientes o que se
identifican sistemáticamente como una tercera vía en la arena electoral y en la arena
legislativa (LIMONGI y FERRARI, 2011; MENEGUELLO, 1998).
A partir de esas dos observaciones, se defiende que si hay reiterada consonancia entre la
orientación de los diversos líderes de la base y la orientación del líder del Gobierno es
probable que también exista una especie de delegación de las funciones de análisis y
producción de información de los líderes partidarios de la base al Ejecutivo.
Si es verdadera la premisa anterior, es posible imaginar que las estructuras de los líderes de
partidos de la base se organizan de acuerdo con el rol de cada partido en relación al apoyo al
Gobierno. Quizá, los partidos de oposición y el partido principal del Gobierno tengan una
estructura diferenciada de líderes de partidos de la coalición.
En el caso de los partidos que optan por adoptar estrategias coadyuvantes en las arenas
electorales y legislativas (partidos vinculados y partidos de la coalición, respectivamente) y
presenten estrategias de office seeking (STRØM y MÜLLER, 1999), esperase teóricamente
(o, sea, como una hipótesis de investigación) una tendencia a estructurar la burocracia de sus
líderes sólo para la asesoría regimental, abandonando la producción de información y análisis.
A partir de ese enfoque, se espera encontrar como regla para esos partidos la delegación al
líder del partido del Gobierno o al propio Gobierno la función de hacer el formato de las
políticas públicas.
2. Marcos Teóricos:
Argelia Figueiredo y Fernando Limongi, en la década de 1990, observaron que en Brasil
funciona un sistema político que permite al presidente de la República imponer su pauta
política al Legislativo. Este hecho sería posible debido a los enormes poderes legislativos y
recursos (como el control del presupuesto público de la Unión y de cargos de primer,
segundo, tercer escalón) deferidos al presidente mediante la Constitución de 1988 y reglas de
los regimientos las casas legislativas, centralizadoras de poder en manos de actores clave
(LIMONGI y FIGUEIREDO, 1999. 2002).
Para obtener estos recursos, el líder partidista ofrece no sólo su fidelidad, sino la fidelidad de
toda su bancada, lograda debido al centralismo de reglas regimentales. Por lo tanto, la
disciplina partidista y el atractivo del Ejecutivo son los engranajes principales del mecanismo
que hace que el proceso legislativo quede preponderantemente condicionado por las
voluntades del presidente de la República (MENEGUELLO, 1998, PEREIRA y MUELLER,
2003; SANTOS 2003; AMORIM NETO, 2000, 2006).
Este mecanismo hace que los partidos, de acuerdo con los incentivos perseguidos y
alcanzados (y a pesar del sistema partidista fragmentado), se dividan en la arena electoral en
partidos principales, como el PT y el PSDB, que buscan ocupar el puesto principal de la
política nacional (o sea, la Presidencia de la República) y en partidos satélites, que desean
vincularse a uno de esos partidos principales para aunar su tiempo de propaganda electoral al
de ellos, beneficiarse de la imagen de campaña del postulante principal y, si son electos poder
ser destinatarios de las bondades distribuidas a la base partidaria en el marco del modelo de
presidencialismo de coalición (MENEGUELLO, 1999). Esta división de anhelos (y de
funciones) se asemeja al comportamiento partidista teórico imaginado por Strøm y Müller
(1999), donde los partidos pueden ser divididos, de acuerdo con sus estrategias, en office
seeking, vote seeking y policy seeking.
Distinta a esa división entre partidos de la base y oposición, surge una tercera vertiente que
constituye un tercer grupo de partidos, denominados de independientes o de tercera vía, que si
no se adecuan momentáneamente a uno de los dos grupos anteriores optan por buscar una
posición alternativa intermedia que les posibiliten ocupar roles o posiciones centrales de
situación u oposición (LIMONGI y GUARNIERI, 2014). Cabe resaltar, por último, que
muchos de los partidos componentes de la coalición perdedora de las elecciones buscan
integrar la base gubernamental durante la legislatura. Este pensamiento se refleja en el cuadro
01, a continuación.
En la arena legislativa, para cualquiera de los tipos de partidos, el líder partidista es el actor
dominante que tiene, en sus manos, prerrogativas regimentales que condicionan la actuación
de toda la bancada. Fernando Limongi y Argelina Figueiredo (1999, 2006, 2007) afirman,
incluso, que a partir de la opinión del líder sobre determinada proposición, planteada en los
plenarios sobre la orientación de votación, es posible predecir el resultado de la votación de
tal proposición.
Los regimientos de las casas legislativas confieren a ese actor poder de agenda dentro del
Congreso Nacional mediante algunas prerrogativas, como el poder de sustituir la voluntad de
toda la bancada parlamentaria en requerimientos durante el proceso legislativo, el poder de
indicar o retirar miembros de las varias comisiones parlamentarias en cualquier momento y,
principalmente, el poder de influir en la definición de la agenda deliberativa en el plenario de
las casas legislativas, mediante la participación en el colegio de líderes.
Parte de la literatura considera la centralización de esos poderes en manos del líder partidista
una especie de delegación, con miras a posibilitar la disminución de costos de transacción,
tanto en el proceso decisorio realizado en la arena parlamentaria, como en el proceso de
interacción política entre el Legislativo y el Ejecutivo. En este sentido, las instituciones
formales, delineadas en los regimientos de las casas legislativas, que le confieren a ese actor
central prerrogativas y competencias en la conducción política de la bancada, forman parte del
abanico de elecciones racionales que los parlamentarios realizan en el sentido de disminuir los
conflictos provenientes de la acción colectiva (MIRANDA, 2010).
A partir de la comprensión de que cada líder dispone de plena autonomía para distribuir los
recursos de acuerdo a las prioridades establecidas por él o por su partido, y considerando que
esa estructura debe reflejar la estrategia partidista en las arenas electoral y legislativa, se
buscó comprender cómo los líderes partidistas se organizan dentro de la Cámara de
Diputados.
técnico) y para el asesoramiento regimental. El resultado fue la existencia de 255 asesores que
actúan directamente en el asesoramiento al proceso de toma de decisiones políticas en los 19
partidos analizados (debido a que el Liderazgo del PCdoB, el único no entrevistado, es una de
las menores estructuras, se estimó el número en 270 como el total máximo de asesores en
octubre de 2015).
Sin embargo, el criterio cuantitativo también importa. Para el análisis del carácter cuantitativo
de la distribución de asesores por liderazgos, se creó el Índice de Apoyo al Parlamentar (IAP)
para correlacionar el número de asesores con el tamaño de la bancada y verificar cuántos de
los recursos humanos disponibles son proporcionalmente dirigidos a la producción de
información y asesoramiento técnico en el proceso decisorio (Jefatura de gabinete y asesoría
técnica de cada liderazgo). El IAP está condicionado al tamaño de la bancada (una bancada
mayor tiende a destinar más asesores para el área técnica) y según el criterio político, que
determina el uso de la estructura del liderazgo partidista, de sus cargos y de sus funciones.
Los datos nos muestran la percepción que, por un lado, los partidos que sistemáticamente se ubican
como satélites en la arena electoral y como partidos de composición de la base en la arena legislativa
presentan tendencia de IAP menor y ausencia de asesores de cuño más técnico.
Entre ellos, el PMDB fue el partido que presentó datos muy extremos para tal observación: a pesar de
ser la mayor bancada de la Casa en octubre de 2015, presentaba el menor IAP y ausencia de asesores
de mérito. Otras leyendas también presentaron bajo IAP y ausencia de asesores técnicos: PP, PR, PSB,
PTB, PRB y SD. El fenómeno se puede caracterizar por delegación de esos partidos y sus
parlamentarios de la prerrogativa para pensar las políticas públicas al partido del Gobierno o al
Ejecutivo, lo que corrobora los índices de éxito del Gobierno en votaciones nominales en el Pleno de
la Cámara de Diputados, encontrado por Figueiredo y Limongi (1995) y representaría agresiva
delegación del poder de decisión al partido principal y/o al Ejecutivo.
De otra manera, el análisis de los datos demuestra que partidos principales en la arena electoral
(coincidentemente, el partido del presidente y los partidos que realizan oposición sistemática en la
arena legislativa) disponen de asesoría más bien estructurada, cuantitativa y cualitativamente. Estos
líderes mantienen en sus cuadros asesores regimentales y asesores técnicos/temáticos, con la
predominancia de asesores de mérito.
Estos hallazgos se explican mejor por medio de la creación de dos índices derivados del IAP, el Índice
de Apoyo Parlamentar de Carácter Técnico (IAPt) y el Índice de Apoyo Parlamentar de Carácter
Regimental y Estratégico (IAPr), presentados en el cuadro 03, a continuación. Mediante estos índices,
se nota que la tendencia de los liderazgos de partidos satélites en la arena electoral y componentes de
la base de coalición en la arena parlamentaria es abandonar la producción de información para la toma
de decisión.
Cuadro 3: Estructura de los Liderazgos en la Cámara de Diputados con énfasis en el contraste
entre asesorías técnicas y regimentales
Partido Tipo de partido N. Asesores Asesores
Deputados Técnicos Regimentales IAPt IAPr
PMDB satélite 66 0 15 0 0.223
PP satélite 39 0 12 0 0,3
PR satélite 34 0 12 0 0,35
PSB satélite 33 0 15 0 0,45
PTB satélite 25 0 9 0 0,36
PRB satélite 20 0 7 0 0,35
PDT satélite 19 0 12 0 0,63
SD satélite 17 0 5 0 0,29
PSC satélite 13 0 4 0 0,84
PROS satélite 12 0 8 0 0,66
PV satélite 8 0 9 0 1,125
PHS satélite 5 0 5 0 1
PMN satélite 3 0 4 0 1.33
PT Gobierno/Principal 62 18 16 0,29 0,26
PSDB Oposición/Principal 54 16 8 0,3 0,15
PSD satélite 33 23 13 0,7 0,39
PSOL Independente 5 4 1 0,8 0,2
DEM Oposición /satélite 21 18 6 0,86 0,28
PPS Oposición /satélite 10 20 1 2 0,1
Elaboración propia (el PCdoB fue excluido en este cuadro).
Considerados todos estos parámetros, surgen puntos que carecen de mayor investigación en la
situación del Liderazgo del PSD (que a pesar de ser partido del tipo satélite y miembro de la coalición,
presenta alto IAPt) y del Liderazgo del PPS, que a pesar de contar con pocos parlamentarios, dispone
de asesoría voluminosa.
La asesoría del PPS (en 2015, un partido de oposición del tipo satélite) presenta cuantitativo de
asesores similar al de partidos grandes, como el PMDB, el PSDB, el PT, se puede explicar por de
alguna forma porque el PPS es un partido de oposición en la arena electoral. En lo que concierne al
PSD, su reciente creación como partido e instalación del liderazgo parecen ser las variables
explicativas, al menos parciales, de la cantidad superior de asesores cuando se compara con bancadas
de igual porte. En una entrevista realizada con asesores en el año 2016 para verificar tal punto ya se
percibió una reducción del IAP (y sus derivados) para ese liderazgo y tendencia de aproximación al
IAP de los partidos satélites.
4. Consideraciones finales:
La hipótesis inicial de investigación para el caso en estudio es que el tipo y la calidad del análisis de
los liderazgos partidarios se derivan o se correlacionen con el tipo de interacción del partido con el
Ejecutivo, esperando que partidos coadyuvantes en las arenas electorales deleguen a los partidos
principales la tarea de producir informaciones y defender el mérito de las políticas públicas al partido
principal del Gobierno, abandonando la producción de información y análisis.
En cuanto a la forma de estructuración de las asesorías de apoyo a las arenas deliberantes, traducidas
como el plenario y las comisiones, se percibe notablemente que el partido del Presidente en 2015 (PT)
y los partidos de oposición (PSDB, DEM, PPS) e, inexplicablemente, el PPS son los únicos partidos
que estructuran sus liderazgos para la producción masiva de información sobre políticas públicas
(asesorías de mérito). Las demás, se especializan en estructuras de apoyo regimental al proceso de
deliberación.
Referencias Bibliográficas:
MIRANDA, Geralda Luiza de. A delegação aos líderes partidários na Câmara dos
Deputados e no Senado Federal. Rev. Sociol. Polit., Curitiba , v. 18, n. 37, p. 201-
225, Oct. 2010 .
Montevidéu, Uruguai
2017
AJUSTE FISCAL E “PAUTA-BOMBA”:
Os limites do poder de decreto e a crise política brasileira
Resumo
Diante da crise que paira sobre a política brasileira desde 2015, cabe a reavaliação dos institutos
do presidencialismo de coalizão no Brasil. A presente pesquisa se insere nesse esforço,
investigando um dos principais instrumentos conferidos ao presidente: a medida provisória.
Grande parte da literatura especializada sobre o caso brasileiro afirma que os fortes poderes
constitucionais do presidente, entre os quais o poder de editar medidas provisórias, são recursos
suficientes para garantir a governabilidade em um ambiente político fragmentado. A crise
política observada no governo Dilma, no entanto, coloca em dúvida a efetividade desses
instrumentos. A pesquisa investiga a utilização das medidas provisórias no governo Dilma,
tendo como objetivo avaliar se mudanças na feição do instituto – como a proibição de reedição
promovida pela Emenda Constitucional 32/2001 e inclusão das comissões mistas no rito de
tramitação promovida por decisão do STF em 2012 – impactaram a relação Executivo-
Legislativo. Utilizou-se a metodologia do estudo de caso, e a ferramenta do rastreamento de
processo, enfatizando-se a sequência e o encadeamento de eventos. Analisando o começo do
segundo mandato de Dilma, a pesquisa abordou os eventos relacionados às medidas provisórias
do ajuste fiscal. A impossibilidade de reedição levou à responsabilização política dos
parlamentares por matérias impopulares, o que gerou desconforto no parlamento e contribuiu
para a crise de governabilidade. Conclui-se que a medida provisória se apresentou como
instrumento limitado, potencializando conflitos na base e contribuindo para a aprovação de
agenda paralela do Congresso, muitas vezes em forma de “pauta-bomba”, gerando um quadro
de paralisia decisória.
3
inviabilizariam o ajuste das contas públicas, mas fariam aumentar as despesas do governo.
Diante dessa aparente paralisia decisória, o ano de 2015 foi marcado pela conjugação da crise
política e econômica, culminando com a abertura do processo de impeachment em dezembro.
Nesse cenário, é especialmente útil investigar a relação entre medidas provisórias,
pauta-bomba e sua relação com a crise política. A hipótese de pesquisa é a seguinte: com a
proibição de reedição de medidas provisórias e a consequente manifestação obrigatória dos
parlamentares a partir de 2001, a aprovação de uma agenda paralela pelo Congresso seria reação
natural e racional de um parlamento que, em tempos de crise econômica e polarização política,
é chamado a aprovar um ajuste fiscal por intermédio de medidas provisórias. Haveria uma
relação, portanto, entre as MPs do ajuste fiscal, a pauta bomba e a crise política.
A pesquisa vale-se da metodologia do estudo de caso, analisando, como já mencionado,
o ano de 2015. Utilizou-se a técnica do rastreamento de processo de modo a mapear eventos,
mecanismos causais e processos. O objetivo principal do rastreamento de processo, ou process-
tracing, é desvendar a caixa-preta da causalidade, sendo, por isso, uma ferramenta que vai além
dos testes estatísticos que apontam a mera correlação entre variáveis, já que pode mostrar a
fundo a natureza dessa conexão. Há, portanto, ganho de validade interna com a ferramenta
(Beach & Pedersen 2013; Schimmelfennig 2015).
Barzelay e Velarde (2004) propõem um modelo para se proceder ao rastreamento,
recomendando que eventos relacionados ao evento principal sejam reunidos em um
mapeamento esquemático, de maneira a identificar eventos anteriores, contemporâneos,
relacionados e posteriores ao evento principal, numa estrutura narrativa organizada. Os
rastreamentos de eventos da presente pesquisa utilizaram o modelo narrativo de Barzelay e
Velarde com pequena adaptação. A sequência cronológica e o encadeamento lógico de eventos
permitiram a visualização de relações de causalidade.
O trabalho está dividido em quatro partes. Na seção seguinte, serão expostas as visões
teóricas sobre o tema das medidas provisórias. Na seção III, será feita uma narrativa resumida
e cronológica dos principais acontecimentos políticos do ano de 2015, com base em análise
diária do jornal Estadão. Na seção IV, serão rastreados dois eventos relacionados à tramitação
de matérias do ajuste fiscal, mostrando sua relação com a pauta-bomba e com a paralisia
decisória. Por fim, a seção V contém as considerações finais sobre o trabalho.
4
II. Medidas Provisórias
5
pelo presidente em caso de relevância e urgência, têm força de lei e prazo de vigência de 120
dias, devendo ser convertidas em lei pelo Congresso nesse período.
Entre o meio jurídico, vigora a ideia de que a medida provisória seria uma anomalia do
sistema presidencialista, que retira poder do parlamento e fortalece um Executivo quase
imperial. Grande parte dos juristas a enxerga como um instrumento que traduz violação ao
princípio da separação dos poderes, onde o Executivo usurpa parcela significativa da atividade
típica do Legislativo (Nicolau 2009). Enquadra-se a medida provisória, nessa ótica, dentro da
teoria da ação unilateral.
Grande parte dos estudos em ciência política, no entanto, enxergam as MPs pelas lentes
da teoria da delegação. Em investigação sobre o processo constituinte brasileiro, Power (1998)
mostra evidências de que a Assembleia Constituinte delegou ao Executivo a prerrogativa de
editar MPs por entender que o processo legislativo ordinário no Congresso era lento e custoso.
Diversos autores encampam a teoria da delegação em suas várias vertentes: Figueiredo e
Limongi (1997; 1999) enxergam a MP como um instrumento de governabilidade que atenua os
efeitos descentralizadores do sistema eleitoral e permite a agregação de uma maioria de
governo; para Figueiredo et al. (2012), as MPs seriam instrumento de “solução de barganhas
horizontais”; Amorim Neto e Tafner (2002) ressaltam os mecanismos de controle dos
parlamentares para evitar as perdas da delegação; e Almeida (2014) visualiza a delegação sob
o ponto de vista informacional.
Em seu texto original, a medida provisória tinha prazo de validade de apenas 30 dias.
Firmou-se ainda em 1989 o entendimento de que a não votação pelo Congresso abria ao
Executivo a possibilidade de reedição da medida provisória, entendimento esse chancelado pela
Suprema Corte. Não tardou para que o Executivo agisse no sentido inverso, mobilizando sua
base parlamentar não para aprovar as medidas provisórias dentro do prazo, mas apenas para
negar quórum às sessões plenárias, evitando assim que a oposição conseguisse rejeitar as
matérias. A inação do Congresso virou a norma, e o Executivo podia reeditar várias vezes uma
mesma medida provisória.
Amorim Neto e Tafner (2002) afirmam que a prática da reedição não dava ao Executivo
carta branca para legislar unilateralmente. Alinhando-se à teoria da delegação, os autores
afirmam que os parlamentares monitorariam os efeitos políticos das MPs mediante mecanismos
de alarme de incêndio1, e fariam valer suas preferências quando da reedição das matérias.
Haveria assim acordo tácito de delegação de poderes. O Executivo teria incentivos para
1
“Alarmes de incêndio” são informações emitidas por terceiros com relação às ações do agente, e que servem ao
monitoramento do exercício correto da delegação (Lupia & Mccubbins 1994).
6
favorecer a maioria parlamentar na edição das MPs, permitindo o ajuste de texto pelos partidos
nas reedições subsequentes, a fim de que a coalizão multipartidária não tivesse de recorrer à
obstrução ou ao conflito para garantir suas preferências.
Analisando os anos de 1988 a 1995, Figueiredo e Limongi (1997) afirmam que, uma
vez que a maioria das MPs do período versou sobre planos de estabilização econômica, os
parlamentares teriam interesse em delegar funções impopulares ao Executivo e se resguardar
da responsabilização de possíveis fracassos. Logo, além de resolver problemas de ação coletiva,
a delegação ao Executivo também teria a vantagem de evitar a responsabilização política dos
parlamentares por medidas impopulares.
Esse é um ponto crucial para avaliar o poder do instituto das medidas provisórias e sua
capacidade de gerar apoio dentro da base governista, especialmente diante de matérias
impopulares. Isso porque em 2001 esse cenário mudou radicalmente.
A falta de limites materiais das medidas provisórias, a inação do Congresso e as
constantes reedições apontavam para uma necessidade de reformular o instituto das MPs, mas
atingir o consenso para a aprovação de alguma reforma envolvia complexa engenharia política,
o que só foi possível em 2001, com a aprovação da Emenda Constitucional (EC) 32.
A EC 32 mudou o rito de tramitação, estabelecendo, entre outros pontos: apreciação
prévia por comissão mista; apreciação separada em cada uma das Casas; proibição de reedição;
e previsão de trancamento de pauta após o período de 45 dias.
O fim da prática das reedições das MPs, apesar de garantir maior segurança jurídica,
pode gerar efeitos colaterais em situações de crise fiscal e econômica. Além disso, a inclusão
de novas arenas decisórias, as comissões mistas2, aumentou os custos de aprovação das MPs
(Bedritichuk 2016), tornando esse um instrumento menos eficaz no arsenal do Presidente. Essas
duas mudanças no instituto das MPs foram decisivas para o quadro de crise observada no ano
de 2015, conforme se verá na cronologia na seção seguinte.
2 Embora constassem no texto original da EC 32/2001, as comissões mistas só passaram a funcionar após decisão
do STF em março de 2012, quando a Suprema Corte brasileira obrigou o Congresso a cumprir a Constituição e
considerar, no rito das MPs, a análise prévia das comissões mistas.
7
III. Paralisia decisória e o ano de 2015
O ano de 2015 no Brasil foi marcado pelo avanço da operação Lava-Jato3, pelo
agravamento da crise econômica e pela instabilidade política. Não por acaso, o ano chegou ao
fim com o líder do governo no Senado preso, com um déficit de mais de cem bilhões nas contas
públicas e com a abertura do processo de impeachment.
Dilma foi reeleita em 2014 em uma campanha bastante polarizada, vencendo Aécio
Neves (PSDB) no segundo turno por apenas 3,28% dos votos válidos. A vitória apertada e o
crescimento da oposição indicavam que a nova legislatura seria mais complicada para o
governo. Além disso, a frustração das promessas de campanha e a reversão da política
econômica4 a partir do segundo mandato de Dilma encontraram grande resistência no próprio
PT5, em particular, e na base, em geral.
Ainda em janeiro, o deputado Eduardo Cunha articulou a formação de grande bloco
partidário para tonificar sua candidatura à presidência. O governo entrou na disputa apoiando
Arlindo Chinaglia (PT-SP); não obstante o esforço do Planalto, Cunha foi eleito em primeiro
turno. A entrada do governo na disputa da presidência da Câmara mostrou-se desastrosa: o PT
ficou sem cargo na mesa diretora e na presidência das principais comissões. As derrotas do
governo vieram logo, como a instalação de nova CPI da Petrobrás; a aprovação da PEC do
Orçamento Impositivo e o convite para ouvir 39 ministros.
O começo de ano conturbado foi acompanhado pela piora significativa do quadro
econômico. O dólar teve uma forte escalada, a inflação atingiu o maior nível em dez anos e a
Petrobrás teve troca de comando ainda em fevereiro. A crise fiscal fez o governo abandonar o
subsídio às empresas de energia, resultando num aumento substancial da tarifa de energia, de
até 50%6. A insatisfação popular com o governo, impulsionada também pela economia,
extravasou em manifestações como o “panelaço” e o protesto de 15 de março7.
Também no início do ano o Congresso ficou paralisado em função da Lava-Jato. Houve
grande apreensão quanto à “lista Janot”, a relação de parlamentares contra quem o Procurador-
Geral da República, Rodrigo Janot, pediu abertura de inquérito no STF. A lista foi divulgada
em março e envolvia 45 parlamentares, entre eles os presidentes da Câmara e do Senado,
Eduardo Cunha e Renan Calheiros respectivamente.
3
Operação policial que investiga corrupção na Petrobrás e, através de delações premiadas, passou a indiciar e
condenar uma série de políticos.
4
Por ajuste, Dilma desmonta pilares do 1º mandato. Estadão. São Paulo, p. B5, 18 jan. 2015.
5
Medidas impopulares colocam PT em ebulição. Estadão. São Paulo, p. A7, 25 jan. 2015.
6
Conta de luz da indústria deve subir até 53% em março. Estadão. São Paulo, p. A1, 18 fev. 2015.
7
Protesto contra Dilma é maior manifestação desde as “Diretas-Já”. Estadão. São Paulo, p. A1, 16 mar. 2015.
8
A inclusão dos presidentes da Câmara e do Senado na lista aguçou a crise política. Se
Dilma estava acuada pela economia e pelo descontrole político, o Congresso se via emparedado
pela justiça, e os dois Poderes travavam guerra por poder. A Lava-Jato seguiu produzindo
estragos no mundo político durante o primeiro semestre de 2015. João Vaccari Neto, tesoureiro
do PT, foi preso em abril8, ao passo que dirigentes da Odebrecht e da Andrade Gutierrez, duas
das maiores empreiteiras do Brasil, foram presos em junho9. Uma avalanche de delações
premiadas envolvia, a cada semana, novos atores nos esquemas de corrupção.
Nesse cenário já tumultuado, o governo dava uma guinada na política econômica e
tentava promover um ajuste das contas públicas. No penúltimo dia do ano de 2014, Dilma
editou as MPs 664 e 665, alterando regras do auxílio-doença, da pensão por morte, do seguro-
desemprego e abono salarial. Um episódio simbolizou a recepção do Congresso em relação a
essas medidas: em 3 de março, Renan Calheiros devolveu a MP 669, que revogava diversas
desonerações feitas no ano anterior. Dilma estava tão fragilizada que aceitou o ato de Renan e
revogou ela própria a MP, apresentando um projeto de lei no lugar.
O que se seguiu foi uma grave descoordenação política. Os partidos da base, entre os
quais PMDB e PT, foram se distanciando da pauta do governo, e o Legislativo como um todo
afirmou sua independência. Cunha lançou uma agenda paralela, impingindo uma série de
derrotas ao governo, como na redução da maioridade penal, no projeto da terceirização e na
reforma política. Calheiros foi mais modesto, apesar de ser um forte opositor do ajuste. Na
contramão do governo, o Congresso armou uma “pauta-bomba”, aprovando o fim do fator
previdenciário (vetado), o reajuste das aposentadorias (vetado), mudança no indexador das
dívidas estaduais e o reajuste do Judiciário (vetado).
Sem controle de sua base, a cartada final de Dilma foi passar a articulação política ao
PMDB, com o convite do vice Michel Temer10 para o cargo em abril.
Com o governo fragilizado, o Legislativo teve maior número de votações em pelo menos
vinte anos11. Além disso, apenas no primeiro semestre foram abertas dez CPIs, recorde em 22
anos, mostrando a fraqueza do governo12. O fatídico semestre terminou com o rompimento de
Cunha com o governo, em 17 de julho13, após série de desgastes.
8
Tesoureiro do PT é preso na Lava Jato e se afasta da direção do partido. Estadão. São Paulo, p. A4, 16 abr. 2015.
9
Lava Jato prende presidentes da Odebrecht e Andrade Gutierrez e. Estadão. São Paulo, p. A1, 20 jun. 2015.
10
Dilma entrega comando de articulação política a Temer. Estadão. São Paulo, p. A1, 8 abr. 2015.
11
Com fragilidade do governo, Câmara tem recorde de votações. Estadão. São Paulo, p. A1, 7 jun. 2015.
12
Congresso abre número recorde de CPIs em 22 anos. Estadão. São Paulo, p. A5, 9 jul. 2015.
13
Cunha já vinha defendendo o fim da aliança com o PT e a saída de Temer da articulação política, pois dizia que
o vice era sabotado pelo PT nas negociações, especialmente por Mercadante. A gota d’água foi a denúncia de
delator afirmando que ele recebera cinco milhões em propina, o que segundo Cunha seria uma retaliação do
Planalto para enfraquecê-lo.
9
O segundo semestre avançou rapidamente carregando a sombra do impeachment após
o rompimento de Cunha. A primeira fase do ajuste fiscal passou a muito custo e com muitas
alterações, muitas delas vetadas. Para manter os vetos, o governo consumiu grande esforço
político ao longo do semestre. A pauta-bomba prosseguiu com a aprovação, na Câmara, da PEC
da AGU em primeiro turno, e da mudança na correção do FGTS. De forma mais moderada, o
Senado apresentava agenda positiva como alternativa ao ajuste fiscal. Em agosto Renan lançou
a “Agenda Brasil”, conjunto de propostas para aquecer a economia e destravar investimentos14.
Era mais um sinal da descoordenação entre Executivo e Legislativo.
Após a primeira fase do ajuste, Temer deixou a articulação política e iniciou um
processo de afastamento do governo15, dando declarações ambíguas16. Sem uma figura de peso
na coordenação política, agravou-se a crise de governabilidade, e o governo teve grande
dificuldade para fazer avançar a segunda etapa do ajuste17, que incluía projetos como a recriação
da CPMF e a prorrogação da DRU.
A crise política aprofundou-se com a evolução da Lava-Jato: José Dirceu foi preso em
agosto, enquanto Vaccari, Renato Duque e André Vargas foram condenados em setembro. Lula
foi alvo de investigações em diversas frentes, e seu enfraquecimento prejudicava o governo.
Para consagrar a péssima relação Executivo-Legislativo, Dilma encaminhou ao
Congresso o projeto de orçamento prevendo déficit nominal, pedindo que os parlamentares
efetuassem os cortes necessários. Além de expor divergências na área econômica, o gesto de
Dilma foi recebido pelos parlamentares como tentativa de empurrar a responsabilidade18 do
governo ao Congresso. Após idas e vindas, o governo reviu alguns pontos de sua estratégia19,
mas o episódio levou o Brasil a perder o grau de investimento pela agência Standard & Poor’s20.
A crise política alimentava a crise econômica num círculo vicioso que parecia não ter fim.
Na tentativa de recompor sua base e dar sinal de austeridade, Dilma promoveu reforma
ministerial em outubro, cortando oito ministérios21. A rejeição das contas presidenciais de 2014
pelo TCU, no entanto, indicavam que a crise política tinha novos epicentros a cada semana.
No fim de novembro o senador Delcídio Amaral, líder do governo no Congresso, foi
preso pela Polícia Federal. Ao longo de todo o período, Eduardo Cunha travava sua batalha
14
Renan tenta impor agenda anticrise. Estadão. São Paulo, p. A7, 11 ago. 2015.
15
Temer decide deixar articulação política do governo. Estadão. São Paulo, p. A1, 22 ago. 2015.
16
Temer: ‘É preciso alguém para reunificar o país’. Estadão. São Paulo, p. A1, 6 ago. 2015.
17
Proposta de ajuste fiscal avança pouco no Congresso. Estadão. São Paulo, p. A1, 26 out. 2015.
18
Congresso rejeita pedido de Dilma para salvar orçamento. Estadão. São Paulo, p. A1, 2 set. 2015.
19
Dilma prepara novo tributo e promete rever Orçamento. Estadão. São Paulo, p. A1, 3 set. 2015.
20
Brasil perde grau de investimento; agência cita déficit no Orçamento. Estadão. São Paulo, p. A1, 10 set. 2015.
21
Dilma corta 8 ministérios e PMDB já apoia nova CPMF. Estadão. São Paulo, p. A1, 3 out. 2015.
10
pessoal defendendo-se de acusações de corrupção. Cunha foi denunciado por Janot em agosto
e teve pedido de cassação protocolado no Conselho de Ética em setembro. A partir desse ponto,
o impeachment passou a ser usado como escudo em sua defesa.
O ano explosivo chegou ao clímax quando, em 2 de dezembro, Cunha aceitou a abertura
do processo de impeachment contra Dilma. O pedido, protocolado por três juristas, tinha como
foco as pedaladas fiscais e a edição de créditos suplementares em desacordo com a meta fiscal.
Deflagrava-se ali o processo que tiraria Dilma Rousseff do poder em 31 de agosto de 2016.
A análise em retrospecto permite afirmar que o ano de 2015 pode ser referido como o
que os cientistas políticos costumam chamar de “paralisia decisória” (Limongi 2015; Melo
2016). Paralisia não se confunde com inação, até porque o volume de trabalho do Congresso
no ano foi bastante intenso. Entretanto, o flagrante descolamento das agendas do Executivo e
do Legislativo fez com que o país ficasse paralisado tanto em âmbito político quanto
econômico, sem fazer avançar soluções para dar conta dos problemas vividos. O resultado foi
a entrada num redemoinho negativo, um círculo vicioso no qual a piora no quadro econômico
desestabilizava o mundo político e vice-versa.
O cenário de paralisia decisória no caso de uma presidente recém-eleita e com maioria
no Congresso coloca em questionamento alguns instrumentos do presidencialismo de coalizão.
Afinal, se os poderes constitucionais do presidente são, como se diz no caso brasileiro,
garantidores da governabilidade, como entender o que se passou em 2015?
Quanto às medidas provisórias, é evidente a vantagem que esse instrumento legislativo
confere ao presidente, mesmo em situação de crise econômica. A vigência imediata da MP
altera desde logo o mundo jurídico e econômico, criando um fato consumado cuja
desconstituição pelo Congresso tem custo elevado.
No entanto, apesar de as MPs continuarem sendo ferramentas úteis ao presidente em
cenário de crise econômica, pode-se observar mudança na recepção, pelo Legislativo, dessas
medidas. Frente a uma pauta impopular e diante de um Executivo em baixa popularidade, os
parlamentares não teriam interesse em participar da agenda do governo, frustrando a
possibilidade de o Executivo veicular seus projetos pela via ordinária. A única saída para o
governo acaba sendo a edição das medidas provisórias, mas agora em postura de conflito e
enfrentamento com o Congresso, e não mais de delegação.
Em momentos de crise econômica ou fiscal, as MPs afiguram-se como instrumentos de
alcance reduzido dentro do toolbox do Executivo. Não havendo a possibilidade de reedição a
11
partir da EC 32/2001, o presidente divide a responsabilização de medidas impopulares com o
Congresso. Esse fato pode criar conflitos na relação Executivo-Legislativo, não sendo difícil
imaginar que os parlamentares possam criar uma agenda legislativa paralela e, com isso,
distorcer o ajuste promovido pelo governo. Se o presidente tem o poder de decisão e pode
contornar momentos de crise econômica editando MPs para ter vantagem na negociação de sua
agenda, também é natural esperar que os parlamentares procurem alternativas ou se recusem a
aprovar tal agenda legislativa de ajuste.
Em 2015 observou-se justamente esse comportamento. O governo lançou mão de seu
principal instrumento legislativo e editou uma série de MPs dentro do escopo do ajuste fiscal.
As medidas, porém, desencadearam grande insatisfação entre os parlamentares, a qual foi se
extravasando ao longo do ano em aprovação de emendas ou projetos que iam na contramão do
ajuste pretendido.
O Quadro 1 mostra as medidas provisórias do ajuste fiscal, editadas seja para reduzir
despesas seja para aumentar receitas. Foram nove medidas provisórias editadas no primeiro
momento do ajuste, até setembro de 2015, com tramitação iniciada ainda nesse ano. Das nove
MPs do ajuste, seis foram aprovadas com emendas, uma foi devolvida e posteriormente
revogada, e outras duas perderam eficácia por decurso de prazo. As MPs aprovadas foram
bastante alteradas pelo Congresso, com a inclusão de mudanças que distorciam a proposta de
ajuste e concediam benefícios fiscais com renúncia de receita.
12
Quadro 1
MPs do Ajuste Fiscal em 2015
13
a) Evento 1: MPs 664 e 665
As MPs 664 e 665 foram editadas no dia 30 de dezembro de 2014, e tiveram tramitação
similar. Foram certamente as medidas mais polêmicas do ajuste, posto que tocaram em questões
trabalhistas pouco mais de dois meses após o segundo turno das eleições, quando as promessas
de campanha ainda estavam vivas na memória popular.
Começar o ajuste fiscal sem um conjunto mais elaborado de ações e pelo lado dos
trabalhadores mostrou-se erro de estratégia. Os parlamentares cobraram com veemência que as
medidas também atingissem as empresas, as instituições financeiras e o próprio governo. O
ajuste de fato contemplou esses setores – com as MPs 668 e 669 (reoneração de empresas), MP
675 (aumento da tributação de instituições financeiras) e MP 696 (reforma ministerial) –, mas
de forma tardia e reativa.
Por essa razão, as MPs 664 e 665 foram alvo de duras críticas no Congresso. A
participação intensa dos parlamentares no emendamento revela a polêmica das matérias: a MP
664 recebeu 517 emendas; a MP 665, 233 emendas. As respectivas comissões mistas foram
instaladas em 19 de março de 2015.
Para a MP 664, foi designado relator o deputado Eduardo da Fonte (PP-PE), o qual
renunciou ao cargo. Em seu lugar foi nomeado o deputado José Guimarães (PT-CE), que foi
posteriormente retirado da comissão. O deputado Carlos Zarattini (PT-SP), vice-presidente da
comissão, afinal assumiu a relatoria da matéria. Na MP 665 não houve troca de cargos, mas
presidência e relatoria estavam nas mãos do PT. Percebe-se o desinteresse dos parlamentares
na relatoria dessas medidas provisórias.
Era evidente o constrangimento dos parlamentares em dividir a responsabilização por
MPs que afetavam os trabalhadores. Partidos da coalizão reclamavam da falta de diálogo e da
dureza das MPs22, enquanto a oposição acusava quebra das promessas da campanha de 201423.
As duas matérias foram aprovadas nas respectivas comissões, a MP 665 no final de abril,
e a MP 664 em maio. Como os relatores eram petistas, as matérias foram alteradas, mas dentro
do limite acertado com o governo. Foi em plenário que a insatisfação dos parlamentares se
expressou na aprovação de emendas que distorceriam o ajuste fiscal.
22
Deputado Daniel Almeida (PCdoB-BA): “Eu queria dizer que faço parte da base do Governo Dilma. Sou parte
de um projeto político que governa o Brasil há 12. No entanto, o PCdoB, a Bancada do PCdoB, não pode votar a
favor da Medida Provisória nº 665” (Diário da Câmara de 19/05/2015, p. 62).
23
Deputado Pauderney Avelino (DEM-AM): “É lamentável que o povo brasileiro, ao votar em outubro e novembro
do ano passado, tenha sofrido um estelionato eleitoral. Como uma Presidente de um partido dito dos trabalhadores
entra em um processo de retirar direitos desses trabalhadores? Não podemos, de forma nenhuma, aceitar que essa
medida provisória venha a suprimir tais direitos” (Diário da Câmara de 02/07/2015, p. 23).
14
A MP 665 foi a primeira a ser votada na Câmara, em 5 de maio. Diante da ausência de
grande parte do PT na sessão, o mal-estar na coalizão governista foi bastante intenso. Os
partidos da base não queriam assumir o ônus da aprovação de matéria impopular enquanto os
deputados petistas não se manifestassem publicamente a favor da MP 665:
Afinal, o deputado Sibá Machado, líder do PT, apareceu em plenário para informar que
o partido havia decidido apoiar a MP, mas sem fechamento de questão, ou seja, o partido não
iria aplicar sanções aos deputados infiéis, apenas orientar o voto de forma favorável. A medida
causou profundo desagrado na base, levando Eduardo Cunha a adiar a votação da matéria25.
A MP 665 voltou a ser apreciada no dia seguinte. Dessa vez, o PT fechou questão sobre
a matéria, mas a fragilidade da base era clara. A MP passou por pequena margem: 252 a 227.
O governo também venceu na votação dos destaques por poucos votos. No Senado, a votação
também foi marcada pelo desconforto da coalizão governista na votação. O governo venceu a
votação da MP por apenas sete votos.
Depois foi a vez da MP 664. A Câmara realizou sessão no dia 13 de maio para votar a
medida, e, após alguns embates, a MP foi aprovada. Mas na votação dos destaques, o governo
sofreu grave derrota, tendo sido incorporado ao texto emenda que previa o fim do fator
previdenciário26 nos casos 85/95. Líderes da base, como do PDT e PCdoB, encaminharam votos
24
Diário da Câmara dos Deputados de 06/05/2015, p. 79, 82 e 76.
25
Planalto enquadra PT por ajuste, mas votação é adiada. Estadão. São Paulo, p. A1, 6 mai. 2015.
26
A emenda foi apresentada pelo deputado Arnaldo Faria de Sá (PTB-SP), e acabava com a correção das pensões
pelo fator previdenciário caso a soma do tempo de contribuição e da idade fosse de 85 para as mulheres e 95 para
os homens. O curioso é que a proposta foi apresentada por Pepe Vargas, do PT, e sempre foi uma bandeira do
Partido dos Trabalhadores.
15
a favor da emenda e contra o governo. A emenda foi aprovada por 232 a 210. Além da
unanimidade das bancadas do PDT e PCdoB a favor da emenda, houve grandes defecções no
PMDB, PP e PSD. O próprio PT registrou nove votos favoráveis à emenda.
O governo ainda sofreu outra derrota em plenário, no destaque sobre auxílio-doença27,
ponto fulcral do ajuste. Em todos os discursos, o mesmo posicionamento a favor dos
trabalhadores, pensionistas e aposentados, e contra o ajuste fiscal do governo atingir essa classe
e preservar recursos para outros setores. A MP 664 passou no Senado com as alterações feitas
pela Câmara. Dilma vetou o dispositivo relativo ao fator previdenciário, editando no lugar a
MP 676, com regras mais rígidas.
Principais medidas do ajuste fiscal, as MPs 664 e 665 foram aprovadas em maio, a
despeito das pesadas críticas. A vigência imediata das MPs deu vantagem ao governo na
negociação, mas não evitou que a atuação descontente do parlamento se transformasse em
“pauta-bomba”, expressa tanto na apreciação dessas MPs quanto em outros momentos.
Após assumir o Ministério da Fazenda, Joaquim Levy deu início a uma série de
reversões da política econômica do primeiro mandato de Dilma, principalmente em relação à
política de desonerações tributárias, a qual Levy chamou de “grosseira”28. Diante da nova
orientação econômica, Dilma editou a MP 669 em fevereiro de 2015, reduzindo a desoneração
da folha de pagamento de vários setores.
Na semana seguinte, na leitura da MP em plenário, o senador Renan Calheiros
surpreendentemente ordenou a devolução da medida ao Executivo. Renan argumentou que,
apesar da eficácia da MP ser imediata, ela só produziria efeitos a partir do quarto mês de
vigência, e que, portanto, não era urgente. Além disso, Renan Calheiros atacou frontalmente o
ajuste do Executivo. Renan ainda se manifestou contrário às MPs 664 e 665, lamentando não
ter devolvido as medidas porquanto elas foram editadas no período do recesso do Congresso.
O tom mais duro e a gravidade do ato repercutiram prontamente na coalizão. A medida
de Renan contribuiu para agravar a crise de governabilidade do início do ano e enfraquecer
ainda mais o governo. Dilma saiu enfraquecida, e revogou ela própria a MP 669, encaminhando
ao Congresso o PL 863, com o mesmo teor da medida provisória.
27
A MP 664 previa que o empregado afastado por doença só receberia auxílio-doença a partir do 31º dia, e não
mais do 16º, como era anteriormente. Até esse prazo, o empregador teria o ônus de pagar o salário. O dispositivo
foi retirado.
28
Levy vê desoneração ‘grosseira’ e eleva imposto sobre folha. Estadão. São Paulo, p. A1, 28 fev. 2015.
16
O PL 863 foi relatado na Câmara pelo deputado Leonardo Picciani (PMDB-RJ), e teve
longa tramitação. Após idas e vindas, acordos e confrontos com o governo29, o projeto foi
aprovado no final de junho. No Senado, a matéria foi aprovada no dia 19 de agosto. O
Congresso alterou muito a proposta original, e ainda aprovou emenda que diminuía tributos
sobre o setor de vestuário, vetada por Dilma.
O episódio mostra o conflito Executivo-Legislativo desencadeado pela edição de uma
MP. A ferramenta que pode servir para resolver problemas de barganha horizontal acabou sendo
elemento de conflito entre os Poderes. A atitude de Renan Calheiros contra a pauta do ajuste
fiscal por medidas provisórias potencializou a divisão de base e deu força à formulação de uma
agenda legislativa paralela por parte do parlamento.
A devolução da MP mostrou também como o governo perdeu vantagem no processo
legislativo sem seu principal instrumento. Se a MP 669 não fosse devolvida, ela teria validade
desde fevereiro e deveria ser votada até meados de junho. Pela via ordinária, com o PL 863, o
governo só conseguiu reverter as desonerações da folha de pagamento em agosto, com a sanção
da Lei 13.161. A demora certamente repercutiu na crise econômica e na confiança dos agentes
com relação à solidez fiscal do Brasil.
29
Planalto tenta adiar votação da desoneração. Estadão. São Paulo, p. A6, 10 jun. 2015.
17
O comportamento do Congresso não pode ser encarado sob o viés de “sabotagem” à
ação presidencial, como muitos querem crer. O desconforto em aprovar medidas impopulares
e a tentativa de apresentar uma pauta positiva, beneficiando grupos e setores diversos, são
comportamentos previsíveis de atores racionais. Como expresso pelo deputado Arthur Oliveira
Maia (SD-BA) na votação da MP 664:
Não vamos permitir que nós, nesta Legislatura, sejamos taxados como o Congresso
Nacional e como a Câmara dos Deputados que atuaram contra o trabalhador e contra
o aposentado. 30
O Quadro 2 mostra a lista das principais matérias da pauta-bomba, projetos que teriam
impactos significativos nas contas públicas caso aprovados31. À exceção da PEC do Orçamento
Impositivo, aprovada em fevereiro e promulgada em março de 2015, o governo conseguiu
barrar todas as outras matérias. Mas o esforço nas tratativas consumiu o já escasso capital
político do governo, levando à deterioração da coordenação política e à nomeação de Temer
como o articulador do governo, criando impasses constantes entre Executivo e Congresso.
30
Diário da Câmara dos Deputados de 14/05/2015, p. 196.
31
Impacto da pauta-bomba é estimado em R$ 284 bi. Estadão. São Paulo, p. A5, 14 set. 2015.
18
Quadro 2
Matérias da Pauta-bomba de 2015
19
Eventos Anteriores Eventos Contemporâneos
V. Conclusão
20
Outra evidência que aponta a relação entre medidas provisórias e pauta-bomba pode ser
encontrada no tipo das matérias. Ora, das matérias aprovadas pelo Congresso e vetadas por
Dilma, todas foram inseridas como emendas em outras medidas provisórias, à exceção do
reajuste do Judiciário. O fim do fator previdenciário veio como emenda na MP 664; o reajuste
anual das aposentadorias foi inserido como emenda na MP 672; e a isenção fiscal do diesel
como emenda na MP 670. Todas elas foram aprovadas entre maio e junho de 2015. Apesar de
ser instrumento que confere vantagem de barganha ao presidente, a MP pode se voltar contra
ele, seja aumentando o conflito no interior da base pela necessidade de aprovar matérias
impopulares, seja dando velocidade e urgência às emendas distributivistas que pegam “carona”
na tramitação das MPs.
Desse modo, evidências importantes se congregam para indicar relação entre
desconforto parlamentar com as MPs do ajuste fiscal e o surgimento da pauta-bomba: i) a
natureza de unilateralidade da ação presidencial, editando MPs impopulares a despeito da baixa
popularidade de Dilma, criando relação de conflito com o Congresso; ii) a má estratégia do
governo no tocante ao ajuste, sem plano coordenado, começando por MPs que afetam os
trabalhadores e gerando enorme insatisfação no parlamento; iii) o período crítico da relação
Executivo-Legislativo e da aprovação da pauta-bomba coincidindo com a apreciação das MPs
664 e 665; iv) os discursos parlamentares na aprovação da pauta-bomba, sugerindo reação direta
ao ajuste como forma de compensação; e v) a aprovação de “emendas-bomba” no bojo de
medidas provisórias.
Algumas hipóteses alternativas podem ser utilizadas para explicar o surgimento da
pauta-bomba. Uma delas é que a oposição sabotou as ações do governo imbuída de um
revanchismo pós-eleições de 2014. Tal hipótese não prospera porquanto a oposição continuou
a ser minoritária no segundo governo Dilma. Embora tivesse maior legitimidade popular e força
no parlamento, isso não seria suficiente para minar as ações do governo e propor agenda
paralela. Na verdade, o problema se operou dentro da coalizão. O PDT apresentou baixíssimos
índices de fidelidade nas matérias do ajuste, e a divisão das bancadas também se observou em
outros partidos da coalizão, como PMDB, PP, PSD e até mesmo o PT.
Outra hipótese é que Eduardo Cunha, desafeto de Dilma, tenha conduzido sozinho a
agenda paralela do Congresso, levando à aprovação de matérias contrárias ao interesse do
Executivo. De fato, diversos projetos avançaram na Câmara à revelia do governo, como a
terceirização e a redução da maioridade penal. Mas todos os itens da pauta-bomba aprovados
pela Câmara foram referendados pelo Senado. Episódio sintomático foi a aprovação do reajuste
do Judiciário em 30 de junho na Câmara Alta: a despeito da intensa movimentação do governo
21
contrariamente ao reajuste, o projeto foi aprovado pela unanimidade dos senadores. Além disso,
o rompimento de Cunha com o governo em meados de julho não significou maior intensidade
da pauta-bomba; importou, sim, em maior número de CPIs. Não se pode falar, portanto, de
atuação isolada de Cunha no avanço da pauta-bomba.
As evidências reunidas e o descarte de outras hipóteses sugerem que a pauta-bomba foi
reação racional dos parlamentares à apreciação das medidas provisórias do ajuste fiscal. Não
obstante, as MPs continuaram a ser instrumentos importantes na estratégia presidencial, tanto
que a maioria delas foi aprovada.
O principal achado da pesquisa, portanto, é que a eficácia das medidas provisórias se
mostrou limitada em momentos de crise econômica e fiscal, tendo tais instrumentos o potencial
de desorganizar a coalizão pela necessidade de coparticipação dos parlamentares na agenda de
ajuste. O fato de os parlamentares terem de assumir a responsabilidade na votação das MPs do
ajuste fiscal funcionou como catalisador de conflitos, que levou à atuação independente do
Congresso e ao quadro de crise política.
Afinal, a materialização de todo o esgarçamento político deu-se em 2 de dezembro de
2015, quando Cunha aceitou a abertura do processo de impeachment que tiraria Dilma Rousseff
do poder em 31 de agosto de 2016.
22
Referências
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23
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24
A representação de interesses e o legislativo brasileiro:
aproximações teóricas à luz das teorias democráticas
AUTORA:
(martinsoliveiramilena@gmail.com)
INTRODUÇÃO
J. Stuart Mill, outro teórico que está na base teórica das vertentes participacionistas,
não coloca o centro da discussão na existência ou não de desigualdades, mas na
possibilidade garantida a todos da participação. A oportunidade de defesa de
interesses (privados) por todos, como extensão imparcial dos benefícios da
liberdade, chave de seu pensamento, supera a discussão de existência de
desigualdades. Nesse sentido ele afirma:
Na medida em que alguém, não importa quem, seja excluído de tal governo,
os seus interesses não serão garantidos como aos demais e tal pessoa terá
um campo de ação e um estímulo menor do que poderia ter para aplicar
suas energias em seu próprio bem e ao da comunidade, para a qual a
prosperidade geral será sempre proporcionada. (MILL, 2006, pg.57)
Democracia Deliberacionista
Segundo Faria, três são os autores que estão na base da teorização desse modelo.
O pensamento do primeiro deles, Habermas, explica os processos de comunicação
e de decisão do sistema político por uma imagem que retrata a relação centro-
periferia. No centro localiza-se a administração, o judiciário e a formação
democrática da opinião e da vontade (parlamento, eleições políticas, partidos) que
formam o núcleo do sistema político; na periferia, encontra-se a esfera pública
composta por associações formadoras de opinião, especializadas em temas e em
exercer influência pública (grupos de interesse, sindicatos, associações culturais,
igrejas, etc) (FARIA, 2000, pg. 49).
Cohen, um outro importante nome para essa corrente, não concorda com a proposta
de Habermas por entender que os circuitos periféricos responsáveis por capturar os
problemas sociais e, posteriormente, influenciar as instâncias decisórias do governo,
não constituem um modelo suficiente de forma de participação. Valorizar as
condições extra institucionais de influência das associações, esferas públicas,
opinião pública baseadas em regras não formais do sistema é “uma dissolução
desencorajadora da soberania popular” (COHEN apud FARIA, 2000, pg. 54)
Para de fato haver governo legítimo, Cohen propõe outra forma de participação
baseada em três requisitos: a) haver condições para permitir e encorajar inputs que
refletem experiências e preocupações fundamentados na experiência local e na
informação e que podem não ocupar a agenda normal; b) haver oferecimento de
avaliações disciplinadas de propostas através da deliberação que envolvem valores
políticos fundamentais; c) haver oportunidades mais institucionalizadas e
regularizadas para a participação dos cidadãos na tomada de decisão coletiva – e,
talvez, ao fazer isso, aumentar a qualidade do discurso na esfera pública informal.
Diálogo, aqui, é o ato de receber e oferecer razão num contexto social no qual os
atores enfrentam uma situação problemática. Eles deliberam exercendo a
cooperação, logo o sucesso do ato deliberativo é atingido quando os atores são
convencidos a manter as cooperações em andamento, “um resultado de uma
decisão real é aceitável quando as razões por trás dela são suficientes para motivar
a cooperação de todos.” (BOHMAN apud FARIA, 2000, pg. 59)
A discussão aqui estabelecida terá por arena um lugar bem definido: o processo
deliberacionista participativo e a existência de representação de interesses no
âmbito do Poder Legislativo realizada por agentes não públicos (empresas, ONGs,
entidades, sindicatos e associações diversas) e por agentes públicos (assessorias
parlamentares dos órgãos públicos – Casa Civil, ministérios, agências reguladores,
órgãos do Poder Judiciário). Essa delimitação visa a evitar as ambiguidades em
torno do tema. Outra delimitação consiste no fato de que, para o presente artigo, não
se distingue a ação de lobby da de advocacy, considerando-as em conjunto, embora
elas não sejam equivalentes.
Os dois conceitos de lobby não são excludentes e a ideia aqui é, de certa forma,
misturar os dois sentidos, compreendendo lobby como uma atividade que visa
representar interesses por meio da participação em arenas lícitas e disponíveis com
o propósito de deliberar, usando método do oferecimento e recebimento de razões,
a fim de persuadir todos os interessados em determinada lei, norma ou política
pública, e, então, impactar e influenciar os tomadores de decisão na esfera
governamental. Nesse sentido, sentencia Farhat:
Um dos fins pretendidos pelo lobby é se atingir um fim social. Talvez esse fim seja
de mais fácil percepção quando realizado pelo próprio governo, no denominado
lobbying público, de acordo com a classificação da pesquisadora Andréa Cristina
Oliveira (2004). Assim, o lobby do governo sobre o governo, na busca dos meios de
implementação de políticas públicas desenhadas pelos próprios governantes, pode
ser assim considerado, visto que ações e programas do estado, geralmente, têm
abrangência geral, alguns voltados de fato para setores da população mais carentes
de assistência, como pretendem o Bolsa Família, Minha Casa, Minha Vida, entre
outros.
A arena, no caso a arena legislativa, é que tem o dever de ser permeável a todos os
interesses, no sentido de possibilitar a difusão de ideias, ideais e interesses
múltiplos, a fim de se estabelecer o processo dialógico. Assim, o fornecimento dos
meios para satisfazer necessidades de todos os interessados, entre eles, os
lobistas, pode constituir o fim social da arena legislativa ou o significado da produção
legislativa ou normativa (do Poder Executivo), que é o de ser responsivo aos
interesses cidadãos.
Importante ressaltar a essa altura que lobista não vota, não é agente de poder, não
foi eleito, fatores que caracterizam a relatividade da atividade de representação de
interesse. Por vezes, defende direito de quem nem lhe conferiu mandato de
representante, no caso, por exemplo, de organização não-governamental (ONG) de
cunho ambiental atuante nas Casas do Congresso Nacional: essa instituição, no
mais das vezes, age sem perguntar às pessoas se elas queriam que o meio
ambiente fosse defendido no modelo proposto pela ONG.
O exemplo simplório é para ilustrar a complexidade em valorizar (bem ou mal) as
ações de lobby, por isso pode ser mais fácil reconhecer que existe um espaço
democrático, contudo, litigioso de atuação. A definição para espaço do lobby é o
tabuleiro de interesses composto por diversos jogadores virtuais defendendo
interesses de diferentes ordens junto às autoridades tomadoras de decisão, que são,
na verdade, os reais jogadores, visto que são os responsáveis legais e legítimos
pelo resultado do jogo.
Quanto à atividade de lobby, tem-se que qualquer pessoa física, pessoa jurídica,
grupo de pessoas, grupo de empresas, organização não-governamental, entes do
próprio governo podem realizá-la. Em resumo, o exercício da defesa de interesse
não é de competência exclusiva de qualquer grupo, setor ou parcela da sociedade.
Por fim, lobby não deve ser confundido com o poder econômico, pois pode ser
praticado por qualquer setor, grupo ou indivíduo da sociedade que objetiva
apresentar ideias para alterar, manter ou, até mesmo, inovar a legislação acerca de
qualquer temática, muito embora reconheçamos que o acesso a ou a detenção de
recursos facilita a atuação na defesa de interesses.
Dessa sorte, apesar do lobby poder ser exercido por qualquer indivíduo ou coletivo,
é inegável a discrepância entre os grupos de interesse no tocante à recursos
financeiros, ao corpo profissional especializado, e até, aos canais de acesso aos
deputados e senadores. Para se adequar às premissas do modelo deliberativo, cabe
aos governantes aplicar o princípio da igualdade intrínseca no momento de chegar à
definição das leis e políticas públicas: o governo deve dar igual peso ao bem e aos
interesses de todas as pessoas ligadas por essas decisões (DAHL, 2001, pg. 93).
Dahl está na linha que é melhor participar, opinar do que esquivar-se. O lobby neste
caso exerce outra função social incidental quando compreendido dentro dos
parâmetros das funções da participação na teoria democrática: educativa e
psicológica. Quando um grupo de pessoas (trabalhadores, empresários,
ambientalistas, servidores públicos, bancários, etc) deliberam entre eles quais são
os interesses comuns, necessários e urgentes a serem levados aos legisladores.
Além disso, o lobby individual, promovido por agente isolado, uma empresa ou um
servidor público só, não tem respaldo junto aos agentes de tomada de decisão.
Geralmente, os representantes eleitos sentem-se mais confortáveis quando atendem
um setor econômico representada por sua associação, uma categoria de
trabalhadores reunida no sindicato (LODI, 1986).
Dahl (2001) é assertivo neste ponto, acredita que as associações são fonte de
educação cívica e esclarecimento cívico na medida em que possibilitam discussão,
deliberação e até aquisição de habilidades políticas. Ou seja, as pessoas passam a
interagir, a formar hierarquias, desenvolver modelos internos de processo decisório,
estabelecer regras e parâmetros para a escolha das melhores medidas coletivas
para aquele grupo. Momentos que têm efeito psicológico sobre elas e isso,
certamente, repercute para a esfera maior, os espaços democráticos dos estados.
Dados essas premissas, tem-se que entender o lobista como fonte de informação é
positivo porque na democracia o livre trânsito de conhecimento é essencial e, ainda
mais, quando ocorre por meio do procedimento de interação ou de diálogo entre os
cidadãos e a esfera política decisória com o objetivo de influenciar o resultado de
leis e políticas públicas, pensamento das correntes da democracia deliberativa. Além
disso, percebe-se a liberdade de expressão por meio de argumentação técnica
disponível aos legisladores, qualificado como essencial para o governo
representativo, visto que o eleito está exercendo a atividade de representação de
interesses.
O debate dessa parte leva à conclusão de que o espaço do lobby se encontra bem
estabelecido, ainda que não exclusivamente, nos plenários de caráter político-
decisório presentes nos Poderes Legislativo e Executivo. Espaço ocupado por vários
grupos de atuação política que procuram de alguma maneira informar os tomadores
de decisão acerca das consequências das legislações para os interesses
representados.
CONSIDERAÇÕES FINAIS
Da mesma forma, não é factível a ideia de que todos os interesses ou ideais serão
contemplados o tempo todo, bastando para tanto o cidadão, os grupos de interesse,
o lobista procurarem o agente responsável pela decisão para ter suas ponderações
consideradas no processo de tomada de decisão política. Contudo, se a realidade
de um governo mais responsivo e permeável ainda está distante, tem-se, no lobby,
um dos caminhos para o debate e a troca de opinião, reconhecida que a persuasão
não elimina barreiras burocráticas, mas estimula a reflexão, podendo ser a
responsável pelo alcance do objetivo inicial de se alterar determinada lei. A
finalidade da ação de lobby é informar, apresentar estudos, notas técnicas com
argumentos claros e qualificados aos legisladores ou agentes do Poder Executivo.
Muitos alegam que a defesa de interesse privilegia elites econômicas, visto que há
grupos mais organizados que são protagonistas no ambiente do lobby, o que é
verdade. É fácil compreender porque o lobby é associado aos grandes grupos
econômicos, ou, na verdade, tido como uma atividade oligárquica, afinal, desde o
tempo do Brasil colônia, quem se apresenta mais apto a ter acesso aos agentes com
poder decisório são os “amigos do rei”, aqueles com laços no poder. Infelizmente,
isso ainda existe e se apresenta sob formas ilícitas, como o tráfico de influência, a
corrupção.
O artigo, contudo, não defende esses desvios como ações desejáveis para se
democratizar a democracia, uma vez que entendemos que não deve haver espaço
para configurações escusas, não transparentes, imorais e antiéticas quando se trata
de participação democrática. Por isso, é importante que a compreensão desse
assunto esteja ligada à educação democrática do povo para uso dos instrumentos
de representação de interesses (LODI, 1986). Disponibilizar conhecimento
específico acerca de temas complexos aos tomadores de decisão, a elite política
que detêm em suas mãos o poder de decisões sobre leis e políticas as quais todos
deverão obedecer sem distinção econômica ou social.
Quanto as possibilidades viáveis para amenizar o desequilíbrio de participação,
igualdade e representação de interesses nos espaços públicos, Mancuso e Gozetto
apresentam duas formas:
Contudo, não há como garantir que essas propostas de reequilíbrio estejam sempre
funcionando, e mais, consigam de fato elevar a participação dos cidadãos nos
assuntos deliberados no âmbito das Casas Legislativas ou dos órgãos
administrativos do Executivo. As experiências já existentes como o Idec e outras
organizações similares e casos de inclusão participativa como os Comitês e
Câmaras temáticas do Ministério da Agricultura podem ser casos de estudos futuros.
REFERENCIAL BIBLIOGRÁFICO
LODI, João Bosco. Lobby, os grupos de pressão. São Paulo: Pioneira, 1986.