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La violencia y el delito ES una de las preocupaciones mayores de los ciudadanos.

La progresiva sensación de inseguridad, ha sido confirmada por un aumento sin


precedentes de los índices de comisión de delitos en estos últimos años, en
particular los homicidios dolosos. La Organización Mundial de la Salud confirma,
por su parte, que América Latina es, junto con África, la región más violenta del
mundo en términos de violencia homicida.
Este fenómeno relativamente reciente en la región tiene ya confirmados efectos
negativos en el desarrollo humano y se presenta también como un elemento
distorsionador para la dinámica democrática. En efecto, la enorme importancia de
los gastos asociados a la violencia que, en consecuencia, no es destinada a la
inversión productiva o al gasto social son una prueba de ello, así como el
progresivo deterioro de la credibilidad en las instituciones democráticas, que se
ven superadas por un fenómeno que no pueden controlar.
las políticas de seguridad ciudadanas, entendidas como aquellas dirigidas a
prevenir y controlar las acciones violentas y delictivas, así como aquellas que se
dirigen a reformar y modernizar las instituciones del sector de seguridad ,
contribuyen directamente a alcanzar el paradigma de la seguridad humana y el
fortalecimiento de la ciudadanía civil. Por su directo impacto con estos elementos y
la situación de la democracia en la región, dentro del contexto de políticas de
reforma del sector de seguridad, tal como ha sido definida por la OCDE, el PNUD
ha decidido enfocar sus esfuerzos en un área, la seguridad ciudadana,
privilegiándola por sobre otras áreas del sector, como defensa e inteligencia.
El PNUD ha desarrollado herramientas y programas para fortalecer las
capacidades de los Ministerios del Interior o Ministerios de Gobierno para poder
diseñar, implementar y evaluar programas estratégicos e integrales de seguridad
ciudadana. Este elemento es fundamental para poder contar con políticas públicas
en el sector que sean sostenibles y eficaces. Las políticas que estas autoridades
de gobierno desarrollan son compuestas por políticas de control de la violencia y
del delito y políticas de reforma institucional, necesarias para enfrentar de forma
efectiva .
Fortalecimiento de los gobiernos locales en materia de seguridad. Existe hoy un
consenso general sobre el hecho de que no hay políticas preventivas exitosas sin
el involucramiento efectivo de los gobiernos locales.
Con base en la experiencia de Bogotá, el PNUD ha desarrollado un conjunto de
herramientas dirigidas a promover la adopción, en el marco de los gobiernos
locales, de políticas de reducción de la criminalidad y la violencia. Este conjunto de
soluciones, principalmente de carácter preventivo, está enfocado en la cultura
ciudadana, el mejoramiento del ambiente urbano, la inclusión social, el acceso a la
justicia y el fortalecimiento de la técnica policialmente comunitaria.
Reforma policial. La policía es una de las instituciones que menos cambios ha
sufrido entre las instituciones del Estado. El PNUD se encuentra desarrollando
herramientas y modelos dirigidos a promover y facilitar la evaluación de la
situación policial, y programas para aumentar su formación y valorización
profesional, su eficacia operativa y organizativa y la introducción de los estándares
internacionales sobre uso de la fuerza.
Mejoramiento de la investigación criminal y un mayor acceso a la justicia. Las
tasas de impunidad en la región latinoamericana son alarmantes. En efecto, en
algunos países la tasa de esclarecimiento de homicidios.
El PNUD presenta, respecto de otras agencias de cooperación, ciertas ventajas
comparativas para trabajar en temas de seguridad ciudadana. Estas ventajas
comparativas pueden ser, a la vez, claras oportunidades para la organización en
esta materia.
La imparcialidad de Naciones Unidas es un factor clave para el éxito de los
programas en esta área. En efecto, tratándose de un tema de alto contenido
político y de mucha sensibilidad, el PNUD presenta garantías de que el tema será
tratado con neutralidad y conforme a los estándares internacionales. El PNUD
tiene además el rol de coordinación de las agencias de Naciones Unidas y
también capacidad para coordinar a la comunidad internacional. Los temas de
violencia y seguridad requieren, por su carácter particularmente crítico, una
colaboración estrecha entre la comunidad donante internacional, una evaluación
periódica de los avances y de
Las amenazas a las que se enfrentan el proceso. A este rol de coordinación se
agrega asimismo que el Representante Residente del PNUD, en general más que
ninguna otra autoridad internacional en el país, puede asegurar el más alto diálogo
político con las autoridades nacionales para asegurar el mayor compromiso y
protagonismo por parte del gobierno.
El PNUD, en tanto que agencia dedicada al fortalecimiento de la gobernabilidad
democrática y al combate contra la pobreza, está en mejores condiciones que
ninguna otra agencia para integrar los temas de gestión de la conflictividad en
programas de desarrollo, tanto a nivel nacional como local. La organización está
en condiciones, en consecuencia, de asegurar un mejor impacto de los programas
de gestión de conflictividad.
Por último, el PNUD ha acumulado experiencia y personal calificado que aseguran
una capacidad instalada adecuada para el diseño e implementación de estas
iniciativas. Esta capacidad instalada se encuentra tanto en las oficinas de campo,
como en las facilidades y proyectos regionales y en oficinas globales. Sumado a
ello, la organización ha desarrollado una red de expertos y de alianzas con centros
de excelencia de la región que ha permitido atender a la creciente demanda de
servicios técnicos en la materia.

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