Definitivamente, hoy en día los elementos distractores se han incrementado
generando estímulos que desvían fácilmente nuestra atención, esto trae como consecuencia un impacto importante en la efectividad de las actividades que desempeñamos y por supuesto en el correcto aprovechamiento del tiempo. La atención es una capacidad limitada, por lo tanto, para poder lograrla debemos apagar ciertos “interruptores” que conectan con los elementos distractores y de esa manera trabajar la concentración. Según Daniel Goleman, en su libro Focus, existen dos tipos de distracciones, la sensorial y la emocional. La primera de ellas tiene que ver con lo que percibe nuestro cerebro de los estímulos provenientes del medio ambiente, un celular que suena, una luz intermitente, un bebe llorando, un olor fuerte. El segundo tipo de distracciones son las más problemáticas ya que se asocian a “estímulos emocionalmente cargados” (Goleman D., 2013, p.26), y allí es donde surge el principal reto, buscar la concentración cuando un hecho precedente de la vida trae recuerdos o busca soluciones a eventos que cargan emotivamente a la persona y que aparecen cuando se debe concentrar en otras actividades. En el coaching, el foco en el coachee es vital. Para poder percibir e interpretar correctamente sus valores, propósito y visión, entender correctamente los paradigmas que configuran sus supuestos, la concentración en todos los estímulos que envía el interlocutor acusa tener una concentración máxima y atención al detalle. El entendimiento de sus modalidades de comunicación le permitirá al coach obtener una mejor sincronización y así generar rapport, que como consecuencia genere un acompañamiento positivo y un ambiente armónico. Para lograr enfoque en el coachee, es importante profundizar en la atención selectiva hacia nuestro interlocutor. Conseguir esa conexión donde la mirada fija y la atención plena a los detalles de la conversación (verbal y no verbal), estimule a descifrar el contenido del coachee y de esta manera acertar en preguntas poderosas que indaguen eficientemente, es el objetivo a mi parecer, de una sesión exitosa. “Centrarnos en algo, es una de nuestras muchas capacidades vitales esenciales. Esto nos ayuda a navegar a través de la turbulencia de nuestra vida interna, del mundo interpersonal y de los retos que la vida nos depara”. (Richard Davinson, neurocientífico de la Universidad de Wisconsin).