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ADMINISTRACI6N
PRECIOS DE SUSCIRPCI6N ( Q]P +@j g +P@P ffiffi gfjg )f
OFICINAS DE
si como se alzan los graníticos acantilados que en donde había dejado recuerdos de imborrable ternura...
medio de los mares desafian la furiosa acometida Ya veían también c6mo Dios daba honor a la Señora.
la creencia y tradición cristiana de la ban las voces angélicas de alabar a la Madre del Sobe-
jestad, asi aparece
Asunci6n de María a los cielos... rano Triunfador...
Por algo Ella copartícipe de la Redención, y en
...Enseñando a las gentes lá buena nueva, predicando era
el Evangelio del Crucificado, bautizando en el nombre más alto grado que todos los Patriarcas, Profetas y San-
del Padre y del Hijo y del Espiritu Santo, estaban los tos habia de participar Maria de las cualidades que son
la perfecci6n el cuerpo de Cristo. Por las
Ap6stoles Jesús; cuando súbita inspiraci6n les deci-
de suma en eso
di6 al abandono de sus trabajos y a congregarse en voces angélicas eran justo honor a la Señora...
Muchas veces habían ellos contemplado a la Madre de tido al tránsito de la Virgen,— pregunt6 a sus hermanos
dónde estaba el bendito cuerpo de la Madre...
Jesús... Sabían que la Santidad, la Pureza y la Hermo-
sura le habian sido concedidas por el Padre cual nunca
Ya sabia él lo de las voces angélicas y los detalles
de la última hora de María. Toda la comarca tenia noti-
lo disfrutara ninguna criatura... Pero en aquel momento
cia del y muchos habian convertido también.a
aquella gracia, mejor, aquel cúmulo de gracias resplan- suceso se
palabras en el humano lenguaje para ser debidamente Maria,'se agregaron a la comitiva de los Apóstoles que
El Maestro, bien lo veían, asistia a su Madre... y aqúe- después tranquilos a dar su sangre por el.Maestro
llo no era muerte, sino triunfo de la muerte en deliquios
Aquello era de todo punto inexplicable...
de santidad unica y perfecta; algo que se dejaba entrever
de esa fruici6n beatífica, de esa úni6n del alma con el Por ninguna parte aparecia el cuerpo de la Santisima
Hacedor que es la bienaventuranza y el premio de las Virgen. Sólo las flores que le habían servido de lecho,
almas justas y perfectas... radiantes de vida allí estaban derramando penetrante y
Después, la Señora parecíá dormida en su lecho de embriagador aroma que se extendió por el lugar al abrir
nardos v flores que habian cedido su belleza a su Reina el sepulcro; pero Maria no estaba.
días desconocidas que llevaban al alma tranquilidad poco que los Apóstoles habian sustraido el cuerpo en el
a Ia Señora.
La naturaleza toda no se habia manifestado tumultuo- No cabía duda: Cristo habia llevado a su Madre, y
mas de sus flores... Y así fué: Veinte siglos han transcurrido desde aquel
Diríase que asistia a un triunfo... precioso tránsito, y ni la critica mordaz con todos sus
Bien sabían aquellos varones que la muerte era patri- especiosos argumentos, ni el odio al nombre de Cristo,
monio del hombre; y que asi-como Jesús la habia abra- ni las mismas reñidisimas batallas qúe el genio del mal
zado, asi la Madre, que en lo posible a la humana cria. ha sostenido en contrario, han, sido suficientes para
tura se asemejaba a su Hijo¡la sufria a pesar de ser Ella arrancar del coraz6n de los seguidores de Cristo esta
Por eso ellos llevaron el cuerpo de la Señora a «María resucit6 gloriosa y fué llevada al cielo, y allí
Getsemaní, alli donde el Hijo habia orado al Padre y colocada sobre los Coros de los ángeles.»
beral pocos
como los mojigatos e ignorantes. Ya veréis c6mo la pongo yo
Tan arraigados tenia los procedimientos liberales, que a esa señora,
rémora el desarrollo de todas las buenas ini-
son para Se presenta un día un chusco al Tio Comisi6n y dice:
«atívas, que para cualquier asunto nombraba una Co-
—
Señor Alcalde; ahi fuera hay dos que se están eu-
misión que entendiera en él. ropeizando.
Eso sí; la Comisión se componía siempre de cuatro
—
(Cómo?
mismo fuste, que siempre dictaminaban Sí, señor. El uno lleva ya rota una costilla y el otro
pelagatos de
—
su
salian siempre hechos unas cubas, tropezando y andan- contra esos rasgos de civilizaci6n europea?
SARRIÁ (EARCELONAII ORDENACIÓN SACERDOTAL DBL P~ RAMÓN M. DE SOLÓSy S. J, (X) POR EL SBNOR OBISPO DB VICH DOCTOR MHNOZ IZQHIERDO
que, aun siendo muy ancha, les resultaba estrecha. Y, entretanto, los europeizantes se pusieron hechos
Tanto comisioneaba el tal Alcalde, que acabaron por unos calderos Viejos por lo abullados.
conocerle todos por el apodo de «Tio Comisi6n». Otro dia se presenta al Alcalde un vecino denuncian-
Sólo para los asuntos religiosos o de la iglesia, en los do que la casa del vecino Paco amenazaba ruina, pues
que se metía sin ton ni son, no necesitaba Comisi6n al- se oia algún crujido de las vigas y aparecía ya alguna
guna, pues los resolvía en seguida por sí y ante si. grieta en sus paredes.
Pero en metia, lzás! pata al aire, pues la
cuanto se -?Sí? Pues voy a nombrar una Comisión que vea lo
'acaba sin contemplación. que se ha de hacer.
Trat6se un dia de hacer una procesi6n de -rogativas Y, efectivamente, nombr6 la Comisi6n. Se reuni6, y
Para obtener del Altísimo el beneficio de la lluvia, y... entretanto, derrumb6se el edificio„cogiendo debajo dos
-iAlto ahí!-dice el Tío Comisión.— Yo no tolero cerdos, diez gallinas y un borrico, a quienes nadie sd-
esas manifestaciones
políticas propias de gente retró- virti6 el peligro, de modo, que de los animales de la ca-'
grada y arrimada a la cola, que nos hacen retroceder mil sa, dejando aparte el dueño, que era de la misma calaña
'lrdnientos años,,y son una provocaci6n a los sentimien- del Tio Comisi6n, y su familia, s6!o se salv6 el gato
toos liberales del que era el más ladrón del barrio, y a los primeros
cru-
pueblo y un escarnio a la cultura y
a la civilizaci6n jidos graves sali6 escapado como alma que lleva el
-Pero, señor Alcalde; si la verdadera cultura y civi- diablo.
llzaci6n la debemos a Cristo y sus doctrinas, pues que .Entretanto la Comisi6n seguia deliberando sobre las
B TE
cibió la noticia de
su ruina, tom6 acto
seguido el acuerdo
de... suspender la
discusi6n.
Viene otro dia al
Tío Comisión un
vecino azorado, di-
ciendo:
'
Señor Alcalde:
—
la vecina Lorenza,
abalanzándose para
RIPOLL' ELORFEÓ DE ABADELL CON S MRECTOR DON IOSB PL AS (X) SAI,IENDO DE VISITA EL TEMPLO Y LOS
ha caldo al pozo cLAUsTRos DEL MoNAsTERIo. LA ENTIDAD coRAL DIÓ UN coNclERTo BN EI. LocAL DE LA AcclÓN cATÓLlcA Y oTRo BN EL
CASINO DE RIPOLL, SIENDO MUY APLAUDIDO, (FOT. CASAÑAS)
público.
¡Demonio! Pues voy a nombrar una Comisión para j ¡gp ¡p,g
pj gq ¡gyp pp
—
pgy p
que dictamine.
¡Qué Comisi6n ni qué niño muerto! interrumpi6 el
— —
POR DZ32ZR
vecino,— que la vecina se ahoga.
Calla, bruto. !Qué sabes tú de procedimientos ofi-
—
(CONCLUSIÓN)
ciales! -replicó, dándose pisto el Alcalde.
Entretanto, viendo que se perdia un tiempo precioso, Salen Sus Altezas y vuelvo a entrar en la iglesia pa-
algunos vecinos, prescindiendo del Alcalde y de sú Co- ra colocarme aun con grande dificultad en la última
misi6n, emprendieron la tarea de extraer del pozo la po- grada del presbiterio, El templo parece que está más
bre mujer, logrando sacarla aún con vida, pero costán- repleto y el calor asfixia. Un sacerdote,,desde el púlpi-
doles no poco el reaccionaria. to, después de una breve alocuci6n, comienza el Via-
Indignados los vecinos, tomaron acuerdo, el nada Crucis; cuantos me rodeaban procuran arrodilla"se alli
cuerdo, de ir a protestar ante el Alcalde y Comisi6n en donde casi era imposible permanecer de pie; las oleadas
forma nada pacifica, y allá fueron provistos de estacas. de compresi6n de un lado y de otro nos inquietan a to-
go de perder el
ríes.
RIBAsl los BxcURsloNlsTAs DBL «oRFEÓ DE sAEADELL DURANTE sU EsTANc!A EN LA.PINTUREscA YILLA, (cARANAs) de una manera.cla-
480
ra,evidente, real, la mutaci6n del rostro; del periodo yo vi en años repetidos el «Bureau Medical de
en
ag6nico, con todos los caracteres tipicos de la cara hi- samente las curaciones por médicos de todos las pai
pocrática, Su nariz se afila, los labios más contraidos se ses, bajo la direcci6n del «abogado del diablo», como
azulan más y más se entreabren; aparecen más dema- el doctor Boisserie se llamaba, con cuya amistad me
cradas las mejillas y más prominentes y azulados los honré gracias a la del adjunto Henry Thomas. Pensar
que por la sugesti6n pudieran cicatrizarse ins-
pómulos; su figura me afectó tanto cual si no hubiera en en un
visto jamás morir a nadie; nada pudo impresionarme más tante extensas íílceras varicosas y rellenarse en un mo-
en mi carrera de medicina, ni aun siquiera el primer mento también las caVernas pulmonares de tisicos en
cadáver que vi en la sala de disecci6n tal como a los último grado, es querer poner de manifiesto el progreso
alumnos nos eran presentados, yacentes en las mesas. de los principios de! evolucionismo moderno, llevándole
Confieso también y juro que esta mutaci6n del rostro a una altura tan poco real que se esfuma entre las som-
la observé sin género alguno de duda durante las últimas bras de la nada al pretender ser lo que de ser no pasará
estaciones, y por tanto, durante algun tiempo, cuando jamás de negativa.
todo mi pensamiento estaba distraido con las molestias aquellas alturas de su infinito poder nos
El que desde
incesantes y la inquietud perturbadora de los minutos mira comopigmeos apenas perceptibles, ?no podrá mi-
el tiempo para ganar ladis rarnos desde donde quiera? o (es que el osado moderno
que pasaban acortándome
tancia que media entre el templo y la estaci6n, no me. revolucionismo, dislocando la lógica, no ha de admitir
nor de quince minutos, pero es preciso resolverse, y con que quien hizo lo más no pueda hacer lo menos?
todo pesar me decido a forzar el paso que con gran di- No, preciso es confesar a Cristo y admitir cómo la
ficultad me abro en el presbiterio, dejando con senti- verdadera ciencia no puede divorciarse de la fe, con la
miento al Cristo de las mercedes y la iglesia llena de que va siempre hermanada del brazo en la armonía de la
gente, contristándome mucho la partida. unidad, mientras la verdad, y lo será siempre, reposan-
Fuera preciso forzar la mente y dislocar, apasionado, do en la Verdad eterna, inmutable, imperecedera.
la rectitud de juicio para pensar en que después de las Los prodigios del Cristo de Limpias son ciertos, rea-
circunstancias apuntadas se ope. les, evidentes.
Los errores modernos sin ba-
raran en mi, libre de psicopa-
de doctrina sana, las fingidas
t4s, sugestiones de ningíín or- se
~ 81
vara.-
Al
siguiente dia sali6 de casa,
hizo una visita, y asisti6 a un
espectáculo pííblico.
(Está curadoll La prudencia
se sobrepone al convencimiento
OVIELO ALUMNOS DE LA ESCUELA MIIITAR OFICIAL DE BSTA CIUDAD) QUE EN VIAJE DE PRAC
TICAS. HAN HECHO EJERCICIOS BN EL CAMPO DE MANIOBRAS QUE EL EJÉRCITO POSEE.BN FL
HISTÓRICO MONTE DE NARAUCO, (FOT. REMI)
aunque hasta ahora las curaciones de Limpias han sido s61o espirituales.
El terror en mi enfermo contrasta con el experimentado también por un
conocido mio, dos chauffeurs incrédulos, uno de esta poblaci6n, y un guar-
dia civil también incrédulo, de Colindres, que aterrados por la vista del
Señor cayeron al suelo.
DR. ANToNlo GIJTIÉRREz oe Cosslo,
CÓnsul de Honduras.
en casa del abuelo Gil, los intelectuales del pintoresco pueblo de Bell ~
posada, dijo:
s eextingui6 s i n
más testigos que
—
Está fuera de
los cuatro muros de
réplica que la su-
su casucha
y los
perstición empieza
cuando la religi6n pocos cachivaches
misero ajuar.
superstici6n en
Muerta ya, n o
aquellos entes que
podia eximirse el
carecen de senti-
mientos religiosos. pueblo, por miseri-
La experiencia con- cordia y por higie-
firma mis palabras. ne, de enterrarla.
muerte de la Bruja. Pues bien, la Bruja, que muriera sin los auxilios es-
Todos vosotros, quien más, quien menos, habéis oído pirituales de nuestra santa Religión, debia ser enterrada
hablar de la Bruja. Su nombre de pila era Petra. Mujer en el lugar correspondiente Pero era tanta la repug-
huraña hasta la exageración, rehusaba con empeño to- nancia que sentían hacia ella los vecinos del pueblo,
do trato y relaci6n con los vecinos del pueblo. que no se logró hallar persona alguna del mismo, ni aun
Vivía en un casuch6n sito en la parte más alta del ce- remunerándota bien, que se prestara a enterrarla. Huel-
abierto, como se
corva y pun-'
zante de,la acostumbra, frente
Bruja.
Y a la puerta de en-
susurraba que
se
mo es de consuno.
diablo.
Habfa cerrado
Como la Bruja
era una la noche comple-
simple mor-
tal, amigos mios, tamente, cuando
los hombres de mi
lleg61e la hora de
htstorta la empren-
abandonar p a r a
'
ESO
dió principio una sesi6n de bromas y chistes en los que como movidos por un resorte. Uno de ellos sac6 una
se traia a mofa lo más digno y santo. navaja toledana, y mientras se aproximaban cautelosos
Uno de los cuatro, el que de más valiente presumía, al ataúd, dijo con arrogancia:
permanecia silencioso y pensativo, contemplando con Yo os aseguro que si le da por vivir, pronto tendrá
—
ver de la Bruja. merie6 con más intensidad, y los cuatro Valientes, sal-
, Tal actitud sorprendi6 a los demás que no anduvieron tando por encima del ataíId, salieron disparados del ce-
tardos en echar cuatro pullas. menterio como almas en pena.
contraron en la ca-
ja al cadáver. Mas
al examinarlo dete.
nidamente, adVir-
SAN SBBASTIÁNl DONA MARÍA CRISTINA INAUGURANDO EL NUEVO TROZO DEL PASEO AL BORDE DEL MONTE URGULL. (MARTÍN)
IISi se te habrá
indispuesto el
miedo?
—
Compadre,
? (iemblas?
—
Sabéis que a.
valór'nadie me ga-'-
na. Pruebas can-
tan.
—
Oóras son
amores y no bue-
nas razones.
—
¡Niños! Para
que veáis. Allá me
g Qué quieres YALENclA: EL ALcALDE Y LAs AUTGRIDADEs DURANTE LA APERTURA DE LA ExPoslclÓN DE LA JUYENTUD ARTÍsTIcA, INsTA-
LADA EN EL PARANINFO DE LA UNIVERSIDAD. (FOT, GÓMEZ DURÁN)
—
Pero? qué diablos miras? valientes supersticiosos; un cadáver les infundia pavor;
—
éTe ha enamorado la vieja? un hecho natural les atemorizaba. De ser buenos cre-
-Pues bien;?queréis que os sea franco? Mirad, fijáos yentes hubieran acudido solfcitos a observar atentamen-
enladifunta. SemueVe. te a la Bruja por si no estaba realmente muerta yen
~ 84
sonreían significati ~
nemos algo que
po.
vamentedon Zacarías y don Blas, mientras permane- demos ofrecerle: nuestra voluntad; el buen uso de
«an confusos Toñ6n y don Dimas. nuestra libertad,
y, mediante estos ofrecimientos, nos
es dado merecer y sostener una relación de amor entre
Como la hora era avanzada, acab6se aquella noche la
tertulia. El y nosotros.
Y en tanto despedíanse algo mohinos los incrédulos, Porque Dios se complace con estas ofrendas, como se
el abuelo Oil, alegremente, goípeándoles la espalda complacen también aquí en la tierra los padres, verbi-
con su mano apergaminada, les decla: gracia, que reciben obsequios de sus hijos el día del
-Si acaso esta noche se os apareciere una bruja o un santo, del cumpleaños o en otras fechas de feliz recor-
duende y necesitarais auxilio, avisad. ¡Je, je, je! Que dación, aunque sean costeados con dinero que ellos mis-
donde nohay religi6n suele sobrar superstición, ami- mos les dieran.
gos míos, IJe, je, jel Pero... se lo dieron y ya eran libres de emplearlo como
quisiesen. Y en esta libertad consiste el mérito de em-
y espontáneamente al llegar
a la libertad humana.
MANOS DEL SENOR ALCALDE. (POTS. GOMSZ) Ahora bien, esta hermosa
48s
pretensiones de antono-
masia, a una bandera que
cobija lo peor de lo más
malo y a cuya sombra se
tPOT. RBMI)
desp6ticos y arbitra- BBNDICIÓN Y COLOCACIÓN DE LA PR IMERA PIEDRA DE LA COLONIA DE LA PRENSA OVETBNSE.
rios...
Y llámase liberalismo a un cuerpo de doctrina nuestra libertad individual y privada, sino que cela tam-
política perseguidora que nos hace esclavos del orden bién por la colectiva y pública. Así pone a los poderes
material. públicos la obligaci6n de procurar. y conservar la liber-
Y para colmo de irrisi6n, inconsecuencia, desorden y tad colectiva mediante los consiguientes equilibrio y
contrasentido, el tirano usa y abusa incesantemente de armonía alcanzados con leyes justas y disposiciones pru.
la palabra libertad, pues la persecuci6n legal se adorna dentes, encaminadas a conseguir el buen uso de la liber-
con pretextos halagadores cuya malicia pasa inadvertida tad individual que no atenta, ni contra las prerrogativas
a la sencillez popular. propias, ni contra las ajenas, y de buen grado se sujeta
En cambio, la religi6n cristiana, la Iglesia, institución a las leyes.
sublime que lucha contra todas las injusticias y contra Pero, entiéndase bien, las leyes reguladoras de buen
todas las tiranías, acomodándose resignadamente a esa gobierno son limite para la libertad colectiva, pero no
inversi6n de términos, llama también «liberales» para para la individual.
la mejor inteligencia a los más desp6ticos sistemas Para ésta son cauce.
terno, vedla con el 'pensamiento, la conciencia y la vo- dict6 normas de perfección y promulg6 su doctrina
luntad,' puésta por DIOS en lo más íntimo de nuestro de amor a la justicia, sus leyes de verdadera fraternidad
ser; uni versal.
Asíhay.mirada indiscreta',que pueda sorprender las
no He aqui los instrumentos de equilibrio, los elementos
impresiones de lá,libertad de'que disfrutamos; ni poder de armonía indispensables para conseguir la libertad
humano que pueda lesiohárla ni extinguirla. colectiva.
Y no solamente cela la Iglesia para la conservación de Por el contrario, nada a ello más opuesto que esos
sistemas que conVierten
agobernantes y goberna-
dos en opresores y opri-
Odia.
La Iglesia nos dice:
—
Ama.
La primera es palabra
de opresi6n.
La segunda consigna de
libertad.
B T'" RL SRNOR OBISPO DB VITORIA PRBSIDIENDO LA PROCESIÓN CEIRRRADA CON MOTLVO DE LAS SIESTAS
487
(coNTINUAcióN)
risa veces, confiando activar su circulsci6n o des- podian derivarse del grave
que contratiempo sufrido
pertarle el apetito; pero sus esfuerzos habían resul- por Witoldo, más impetuoso que experto. Lamenta-
tado infructuosos. ban la pérdida del
joven Spiscko de Nelshtin y en-
Ahora sentfa Matzko gran satisfscci6n por los comiaban su valor, Sabían que, habiendo recibido
obsequios y atenciones de que era objeto su sobrino, del
jefe enemigo un distintivo especial, no quiso
tanto que olvid6 sus dolores; y al obsequiar Amileo ponérselo durante ls batalla, prefiriendo una muerte
a los caballeros vino generoso, sentóse también
con gloriosa a la vida que su enemigo le concedis No
con ellos para beber. se podía aúu afirmar
positivamente si habia muerto,
La conversación recay6 sobre la liberaci6n de si estaba s61o herido
o o
prisionero, y en este último
7ibyszko, sobre esponsales
sus con'Dsnusis y la difi- caso podis redimirse aunque le costase caro¡porque
cultad que pudiese ofrecer s la, realizaci6n de sus era muy rico y además Witoldo le había conced.ido
contra ésta era un poderoso factor ls voluntad de la La derrota de los lituanios alarm6
a la Corte de
princesa Ana, que para el padre de Danusia tenía Ladislao, temiéndose que los tártaros entusiasma-
fuerza de ley. dos por su victoria, se precipitasen sobre los terri-
—
Además —
dijo Lis deTargovisk,— Zbyszko hs tories de la Lituania, j'en este caso todo caballero
de atraerse toda la simpatia de Jurand por'su gene- debería sl combate,
correr
Zsvisk, Psrurey, Dobko
rosa resoluci6n de hacer causa común con él en sus
y el mismo Povala no dejarísn Crácovia, en espera
empresas contra los tudescos. de los acontecimientos, pues si Tsmerlán avanzaba
Sobre todo agreg6 Parurey
— — —
si Zbyszko logra con sus hordas el peligro podía adquirir suma
gra-
vencer a Lichtenstein. vedad.
—
Kn cuanto a éste —
contést6 Zbyszko, —
no sé si Lucharemos también contra Tamerlá,n decían
—
cristianos,
—
contest6 Zin- —
ajenos, no podian
porque están siempre dispuestos a acometer. creer que quienes se titulaban caballeros de la Cruz
Acaso tengamos que combatir contra Tsmerlán
—
que
Spiscko de Nelshtin no ha vuelto„. ICuántos csbs. perdido tanta gente en ls batalla, que casi estaba
lleros litusnios han perecido en el campo de bstallsí
espantado de su
propia victoria. Por otra parte el
Ya lo 'había predicho ls difunta Reina
dijo principe Witoldo¡
—
—
obrando con
prudencia, había re-
Povala. forzado hueste,
y aunque vencidos ahora, los litua-
su
La guerra contra los Tártaros sbsorbi6
algunos nios estaban acostumbrados a vencer a los tártaros.
momentos más la atención de los caballeros reunidos No
—
es solamente coutra éstos que habremos de
en'casa de Amileo, especialmente' las conseouenciss combatir —
observó Povsls,
asa
¡Ayúdete Dios! —
exclam6 Povala alzando la cido. Y cuando a la Corte llegaban quejas contra
copa. Jurand de Spychow, el Principe contestaba queján-
—
!A tu salud y a la de Danusia!- exclamaron a dose a su vez de los ataques y fechorias de los tu-
corolos caballeros. descos.
f Y por ! a derrota de los tudescos! añadió Zin- Jurand era tan temido por sus vecinos, que la fama
—
—
Kn aquel momento lleg6 un gentilhombre con un cercanías de Spychow rediles y majadas estaban
halcón en la mano, saludó, y dirigiéndose a Zbyszko desiertos y los campos sin cultivo, creciendo s61o en
le dijo: ellos hierbas silvestres. Algunos caballeros tudescos
—
La señora Princesa me envía a deciros que ma- se unían a veces para atacar a Jurand excogitando
nana a primera hora se pondrá en camino. cuantos medios creían oportunos, pero siempre que-
—
!Bien está! —
exclam6 Zbyszko. —
Pero écómo tan daban vencidos.
prestoP 6ocurre alguna novedadP A tal extremo llegó el miedo a Jurand, que decian
No j si no es la llegada de un huesped de Maso- si había vendido su alma al diablo a Rn de poder
via, vengarse mejor, y además contábause de él cosas
—
El caballero Jurand de Spychow, era convicción muy generalizada que entre los pan-
Zbyszko sintió latir súbitamente su .coraz6n con tanos que rodeaban su castillo pasaba un sendero,
igual fuerza que cuando le fué leida la sentencia de junto al cual hacia sepultar los cadá,veres de sus
muerte. victimas,cuyas cabezas caminaban durante las no.
ches sobre las patas de enormes aranas, aullando
lastimeramente y atrayendo al fondo de las aguas a
los guerreros con sus caballos. De todo esto lo único
cierto era que en los calabozos subterráneos del cas.
La princesa Ana no extrañó la repentina llegada tillo de Spychow gemían algunas docenas de prisio-
de Jurand de Spychow,
pues en medio de la perpe. neros y que el nombre de Jurand era más terrible
tua lucha que éste mantenía contra los tudescos ve- que todas las fábulas de esqueletos y de ~bogados.
cinos a sus tierras, la interrumpia de vez en cuando Enterado Zbyszko de su llegada, sinti6se sobreco-
por la imprescindible necesidad que sentia de ver a gido de un Que él hubiese escogido a
secreto temor.
su hija Danusia, y se presentaba inopinadamente en Danusia para dama de su corazón, nadie podfa im-
Varsovia o en Tzechanow, alli donde se encontrase pedirlo pero ácómo tomaría Jurand la cuesti6n de
la Corte del príncipe Janusz. los esponsalesP ~Consentiría o noP., gY si valién-
A medida que transcurrían los a!!os, más se pare- dose de su derecho paterno se opusiese a las nup-
cía Danusia a su madre y más dolorosamente des. ciasP
pertaba, padre el recuerdo de la amada esposa,
en su Tales preguntas hacíase Zbyszko en su interior,
a la cual se imaginaba ver de nuevo como el día en Danusia para él lo más
era caro en este mundo; y
que la conoció por vez primera.en Varsovia al lado en medio de la duda que le atormentaba, su única
de la princesa Ana. esperanza era el vencimiento de Lichtenstein, sus
Kn vano esperaban sus amigos que el tiempo amor. arrestos belicosos, la fuerza de su brazo al servicio
tiguase su dolor; y en vano también la Princesa le de Jurand.
instaba siempre a permanecer en la Corte al lado de —
dijo al
Danusia, porque la vista de su hija enconaba la llaga gentilhombre que le habia traído la noticia,
que le roia el corazón, quftábale el sueho, el apetito Si; allá vamos en derechura. Kl caballero Ju.
—
y el habla.„, y de repente desaparecia de la Corte y rand está alojado en una de las habitaciones de la
volvíase a Spychow para anegar en sangre de tudes- Princesa.
cos Bu odio y su dolor. Decidme, pqué clase de hombre esP Interésame
—
ciones¡los estragos del fuego¡los peligros de toda Es astuto, porque sabe batir a los demás:, y él
—
suerte iban sucediéndose. Irrumpfan a veces los nunca se deja coger en lazos ni artimanas. Tiene
tudescos en tierras de Masovia y.llevábanse los re- sólo un ojo¡pues e! otro se lo arranc6 una saeta ene-
ba6os: en ocasiones sa! fanles al encuentro los natu-, miga; pero.ve desde lo más'hondo de su alma. Tiene
El derecho y el deber son como las palmeras que no El alma del hogar es dulce y bíenhechoía para aque-
no están una al lado de,la otra.
dan fruto si llos que lo respetan y aman.
No es tan fácil como se cree reivindicar derechos esposo, sino y ante todo su compañera espiritual,
porque se reivindican deberes al propio tiempo.
BARCEIONA: LAS AUTORIDADES Y LAS SENORAS DE LA lUNTA DE LA REAL ASOCIACIÓN DEL ANGEL DE LA GUARDA DESPIDIENDO( EN LA ESTACIÓN
DE PRANCIA> POCO ANTES DE SALIR PARA TIANA> h LA COLONIA ESCOLAR SUFRAGADA POR DICHA ENTIDAD Y COMPUESTA DE 100 NIÑAS, (PT. BANÚS)
eao
En el interior de aquella soberbia mansi6n señorial se El día se mostraba espléndido. La temperatura pri-
tenian con frecuencia lujosos torneos y magníficas fies- maveral y el azul esplendente y limpio de los cielos con-
tas, a las que acudfan numerosos caballeros, y se de- vidaban al placer y ala alegría.
rrochaba el fausto y la grandeza. Los Condes de Guzno y numerosos caballeros habian
Numerosos bufones, ministriles y trovadores hacian sido irivitados por el joven duque Osvéin a una magni-
las delicias de los-convidados, acompañando el canto fica partida de caza.
de las leyendas y epopeyas héroes con arpas, vio-
lines y flautas dobles. d@os Numerosos escuderos y-pajes se vefan divagar por las
estancias del castillo hacieíído toda clase de preparati-
Se tenian grandes banquetes y orgías, que duraban
vos, mientras las señoras invitadas se entretenfan en
varios dfas con sus noches,='y cuyos correspondientes
contemplar en las galerías de la casa las numerosas ca-
residuos se destinaban a mantener las grandes jaurías bezas de jabalies, osos, alces, gatos monteses, lobos,
de hermosos lebreles destinados para la caza. Diaria-
zorros'y otras fiéras y alimañas de pasadas excursiones
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BARCELONA: FIBSTA DE REPARTO DB PREMIOS DBL CURSO CATEQUÍSTICO 19(8 19(9) CEIBBRADA EN EL CENTRO DE NUESTRA SENORA
Y SAN PBDRO CLAVAR, Y DBDICADA A SAN IGNACIO DE LOYOLA, (FOT, MARÍN)
SñIAR (SALAIIANCAb NINñ$ DE SEIS A DOCE AROS QUE, VESTIDOS A LA USANZA DEL SIGLO
XVII) CANTARON EN UNA VELADA LA CANCIÓN EPIGRANÁTICA
DE VIVES «EL RETRATO DE ISASELA+> SIENDO APLAUDIDÍSIMOS, EN EL CENTRO EL DIRECTOR LUIS,
GÓMEZ> QUE SÓLO CUENTA CINCO ANOS,~ -
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del castillo y de apalear a la infortunada Casel, que «La caridad es la llave que abre las puertas del cielo.
qued6 moribunda y casi sin sentido. Dios no acepta las ofrendas del déspota y del soberbio;
Después son6 nuevamente el tropel de los caballos, pero oye complacido las súplicas de los desgraciados y
el ronco sonido de los cuernos de caza, los ladridos de humildes. La fe sin las obras muere por si misma»
las jaurías, el sonar dulce de las campanitas de los hal El duque Osvoin, pálido y sudoroso ante las gradas
cones y el confuso rumor de las armas de los caballeros del altar, tambaleándose en sus propios pies, como he-
y escuderos, que partian presurosos para las selvas. rido por un rayo, cay6 desplomado sobre el pavimento
del templo.
Era el día de la Asunci6n de Maria a los Cielos, y to- Al acudir los escuderos asombrados para socorrerle,
do era júbilo y alegría en la mansión señorial para la vieron admirados que la Madre de Dios, acompañada dc
celebraci6n de la gran fiesta religiosa. Hilda y Casel, ascendían a los cielos.
Los ecos de las campanas del castillo difundiendo
alegres sonidos por los campos y las cumbres solitarias,
llamaban la atenci6n de los colonos y de los pastores Desde aquellos trágicos sucesos la soberbia mansi6n
sé ncil los. ducal quedó solitaria y abandonada; y, como si hubiera
Numerosos trovadores de Provenza, de Suiza y de sido maldita, se desmoronó poco más tarde. Todavía, a
Italia, acompañados por los ministriles de arpa y de bie- las luces amortiguadas del sol poniente, desde las llá-
lla, cantaron las epopeyas del Santo Graal, o los Caba- nuras extensas de Lombardía, se divisa la imponente ro-
lleros de la Tabla Redonda, el Titurel y el Parcival, con ca Corneille, y en su cima los desmantelados restos'del
las leyendas de Tristán e Hisolda Después hicieron nu- castillo de Badrevand.
merosos chistes los bufones.
CRIET6BEL JURADo, Pbro.
En aquellos alegres momentos para la concurrencia .Párroco de Niebla.
r
a
Seenaenaenaaaaanaeaeaaenaaaeeeenneaaaaaannneaaaanaaeaaaeaaauaaeaeesneeuean4eeeeeeaaaaaaaaaeaan
De la resurrección de Maria la inmensidad de los cielos, la criatura (Mala, madre? ¡Pues si yo la estoy
—
bendiciendo siempre!
Ha veinte siglos lo cortó la primitiva abundancia y excelencia,, con cuyos tLe parece a usted? Quiera Dios
—
'
.
al cielo sobre los coros de los ángeles. nombre poéticamente misterioso, resu- suenan campanillas... gNo oye usted?
Asi, sin variar un ápice, lo repite me toda la historia del hombre, perece- Yo, no. —
ahora al celebrar su fiesta. r!a como un simple mortal suleto a la ? Que no? Pues yo sf... <Y ahora?
—
Asf lo enseñaron el Damasceno, San corrupci6n y hecho poivo, aquel purf- Ahora, ahora se oyen, pero muy
—
Bernardo, San Andrés Cretense, Gre- simo.cuerpo, que fué sagrario de la lejos.
gorio Turonense, Pedro Damiano, con Divinidad? Esas campanillas son las del coche
—
dos los escolásticos, con Hugo de San humanas y del amor humano,' en que tas horas?
Vfctor y Durando a la cabeza de ellos. Dios es causa siempre del bien en iPues ya lo creo! asegur6 la jo-
— —
Y cuando la sonrisa despectiva de sus obras. ven, que a medida que se sentfa más
los incrédulos apareci6 en sus labios Por esta raz6n, Maria superior a to- cercano el carruaje se afirmaba más en
para tras ella negar la, tradicional das las criaturas, en grado máx!mo, su creencia.
creencia, fundándose, al parecer, en en premio máximo también habfa de Las dos mujeres quedaron extáticas
argumento irrefutable. «La Sagrada ser privilegiada... por unos momentos, hasta que Espe-
Escritura no habla de ello», y tras esta Y lo fué. ranza, embargada por el júbilo,
afirmación se di ponfan a descansar Rey el Señor que la libró de todos f El es! exclamó, corriendo,segui-
— —
sobre los laureles del triunfo tan a los males, Rey el Hijo que la escogi6 da de su madre, hasta ia puerta de en-
poca costa obtenido, se levanta un ge- por Madre, Rey el Padre que la llam6 trada, di nde acababa de pararse un ca-
nio cristiano una inteligencia angeli- su Hija, Rey, en fin, el E«pfritu Santo rruaje tirado por cuatro mulas enjaeza-
cal y poderosa. y recogiendo las ense- que la eligi6 por Esposa... y Reina das a la andaluza.
ñanzas de San Aguslfn y los Doctores Marfa como Madre. Reina Maria como A favor de la luna la hortelanilla vió
de la Iglesia, escuchando el clamor de Esposa, Reina Marfa como Hija..., no descender del vehiculo a su novio, el
los corazones cristianos que con la podfa ser reducida al polvo el cuerpo torero que gozaba entonces de más fa-
Iglesia toda cantaban el misterio de la en que se form6 el Autor de la vida, el ma en España, cuya varonil gallardía,
Asunción de Marfa, y con voz podero- Triunfador de la m ierte. realzada por tfpico traje andaluz, no
: :, sa que no lograron apagar los enemi- Por eso con la misma fe, con el mis. pudo menos de impresionarle; y fijando
;,'„,,gos, como los siglos no lograrán hacer mo entusiasmo, con el mismo amor que en él orgullosa mirada,
callar. les d ce: «Creemos jirmemente hace veinte siglos repitieron los pri- ?Qué es esto?-Ie preguntó.— Yo
—
'
Esta voz era la del Angel de lss Es- mos firmemente que la Santfsima Vir- emocionado,— que antes de que llega-
,
cuelas, el- Doctor sin rival, Santo To- gen fué re«ucftada y subida al cielo ran aquf las,noticias de la corría de
rnás de Aquino. sobre los coros de
Creemos, sf, cantó la- lf!les!a. nue- los¡ánfjeles.» esta tarde, he uenío yo a traerlas; es
decir. que desde la plaza a la fonda, y
é: vamente, repitiendo sus palabras. Cree- FR RAMIRO MELERO PoRTAS) 0. P. desde la fonda a
Fuenlabrd, sin respi-
mos, sf, repitieron desde,el más sen- rar siquiera.
cillo fiel hasta el Prelado más ilustre. Y reparando al cabo en su futura
Creemos, sf, en ese mi«terfo, repitió suegra, que a dos pasos contemplaba
el mundo todo, y porque nuestra creen- En la tierra de Maria Santfsima embobada a la
gentil pareja,
cia es firme, unánime y universal, ele- Güenas noches, señd Dolores le — —
'dad sea declarada dogma. ¡Creencia za1 la hija del hortelano de Fuenlsbra- horas de sueño-
contestó, saliendo de
hermosa! (Pues qué, no fué Mar!a libre da, dejó la guitarra, entre las ramas de su éxtasis,la hortelana,que a retaguar-
de toda mancha y de toda culpa? Pues un naranjo, y sentándose junto a una ' dia de Ios enamorados
penetr6 en la
si libre fué, confesemos con San Agus mujer algo entrada en años
que dormi' cása, donde el espada, ocupando el si-
tln V Santo Tomás, que tampoco fué taba debajo del emparrado. llón de tfo Juan, comenzó a referir,
posible que la alcanzase la maldici6n Madre-le dijo en angustioso tono, mientras se fumaba riquisimo habano y
—
hecha u los primeros padres de «ser gqué habrá pasado en Sevilla? Tengo entre bocanada y bocanada de humo,
—
convertidos en polvo.» una tristeza que no puedo con ella, los accidentes de la corrida.
Por eso resucitó gloriosa. tíec dabis porque c>mo ese ganao dicen
que es Pue, señó, diré los motivos de mi —
sanctum tuum uidere corruptíonem», tan bravo... oeníat er segundo toro de los que me
dice el Salmista; gv por ventura en No, mujer, las malas noticias lle'. tocaban a mi era un miureño de mu
—
Mar!a. la mujer que habla quebrantado gan nronto. mala ralea; conforme lo vi conori que
la cabeza de la infernal serpiente, la
Sf, pero Cqufén puede coger el sue- el animalilo me fba a da que jasét!a
—
.bendita antes de nacida, la que presi- ño con esta pesaúmbreP faena. aunque no me esté bien el decir-
di6 en mente del Altfsimo la formación
de los mundos, la que tiene
¡Válgame Dios, hija mfa! gPa qué lo, foé sufrió; pero ar di a cuadrarlo
—
por esca- habrás tú conosío a ese hombre? !En ¡me cachisl se arranca pa mf...
bel de sus plantas la tierra y
-
por solio qué mala hora hubo toros en el pueblo! (Pero te alcanzó? —
l4a
No;
ya verás lo que ha pasao. Yo ril, los'nombres de ella y de su novio especialmente a trabajos propios de la
no esperaba aquella saLía, porque pa y la fecha de aquella corrida, memora- inteífgencía, al paso que los literatos
mi er toro estabír ya mu rtuebrantao, ble por'tal accidente en los fastos de la producen especialmente trabajos pro-
pero er bichito, que andaba con las de afici6n. Después de celebrar en todos pios de la fantasía o de la imaginaci6n.
Cafn, se arranca pa mí más ligero que los tonos el buen gusto y la riqueza de Para el fondo de la obra científica
er pensamiento, me tumba de esparda aquellas dos joyas, se recomienda la profundidad y la ver-
y me da una corná en el pecho. Madre le dijo a la hortelana,— dad, y para el de la literaria, la discre-
— —
<De veras? ¡Qué milagro tan gran- Las paredes y los microbios tintos elementos que intervienen en el
de, Manolo!! Jesús, Jesús! exclamaba tema, asunto o problema objeto de su
—
vez.—LALevántate, hombre, pa que oi- guientes experimentos: dad de argumentos, etc. Por medio de
gas el milagro que la Vinge ha hecho Pintadas las superficies de diversas estos recursos podrá conseguir llevar
esta tarde con Manolito! tablas y de cristales con pinturas di- luz a las inteligencias y conducir al ra-
—
Pues, señó Manolito, usté sabrá- riable, pasado el cual se limpiaron las extenso. Ha de dar a su obra la forma
observ6 el viejo-que no es bien na- ya repetidas superficies.con muñequi- más agraciada posible, adornarla con
cío.i.
llas de algod6n esterilizado para colo- esmero buscando la nota justa, la des-
—
!Como que se va a queá eso asi!— car éste en un caldo de cultivo y ver si cripci6n palpitante, viva, sugestiva, y
dijo el torero sin dejarle acabar.— Lo los microbios estaban vivos. el color más adecuado.
primero va a sé una función que se va Generalmente, los microbios habian El aspirante a artista de la palabra
a jundí la Catreá, y aluego voy a muerto en parte al menos, pues la mor- adquiera,.para llegar a la meta, un co-
mandá jacé dos medallas pa que las talidad dependia de los colores emplea. nocimiento del idioma cuanto más vas-
llevemos ésta y yo ar cuello por toa dos. Con ciertas pinturas es más gran- to mejor, y pertréchese con los recur-
nuestra vía. de que con otras; las lacas y las pintu- sos de la Retórica para usarlos con
ras de esmalte son las más esteriliza- discreci6n y buen gusto, a fin de pro-
Los trabajos a que se dedican los li- gestivas porque se dirigen a la inteli- con todas las señales de, un inmenso
teratos requieren, además, otra cir- gencia, y la inteligencia del gran pú- cansancio y de un profundo desallen-
cunstancia: Para acometerlos hay que blico pronto se fatiga, mientras que el to, se hallaba una niña de pocos años,
aguardar lainspiración que en ciertas interés de la acción va más al senti- apoyada en un enorme cántaro lleno
ocasiones puede brotar súbita del efec- miento y éste resiste mucho. de agua, llorando desconsoladamente.
to de algún recuerdo; de una cosa; de Para concebir la idea hay que buscar, Mar!a se estremeci6; miró con afán
un hecho, o deun detalle a vecestri- la inspiraci6n, dijimos, y según ella a su Hijo, que acaso tendría la misma
vial. sea, la idea será más o menos feliz. edad de aquella desolada criatura, y
Y tarde horas, tarde dias, tarde se- Pues bien, la perfecci6n de la forma corrió hacia ella,preguntándola:
manas, tarde meses, hay que aguardar está también sujeta a variaciones de-
—
ciable. tro ánimo. Una cabeza sana, libre y gida, alzando sus tristisimos ojos lle-
No hay que perder de vista que, con- despejada dará con la frase justa pa- 'nos de)lágrimas y sombras,— lloro por-
forme venimos indicando, en la esfera'ra expresar el concepto, con la pala- que la fatiga me impide proseguir mi
del arte existen cuestiones que sólo bra exacta para revelar la idea, con camino, y me asusta el castigo que me
resue!ven el buen gusto o la intuici6n. más facilidad que si se halla débil, en- espere, si me tardo en llegar.
j1 Ei es el que ha de determinar, por fermiza operturbada por preocupacio- !C6mo! exclamó Maria, mientras
— —
ejemplo, cuando el autor podrá faltar, nes más o menos intensas y heterogé-. que Jesús escuchsbaensilencio.— !Cas-
y cuando habrá de sujetarse a las re-' neas, tigarte!
: glas accidentales. Hay que aprovechar, pues, los esta- !Oh! !si, bien lo sé! Pero mis pies
—
, .
Hay reglas que cambian de condici6n dos favorables de nuestro espiritu. '
están descalzos y brotan sangre; el
según el género de obras a que se apli- camino es largo, y este cántaro !pesa
J C
quen Asi, verbigracia, la regla de la tanto!
claridad del concepto que es esencial -iPero tu madre?....— murmuró con
en las obras cientificas, es accidental asombro la amante Virgen,— ges ella
en las obras literarias. Y asi las litera- 13n,la.clo acaso quien te espera?
turas neorománticas han obtenido con La niña movió la cabeza y contest6
las tinieblas efectos brillantes per- «iEn qué cama habrán puesto a mi hijo? con acento apagado:
—
i Yo no la tengo!
ciéndose misteriosos los autores o de- la madre se dijo) —
¡Infeliz!
jando la idea algo velada, para ofrecer !Lleváronle anoche
'
—
Mi padre busc6 otra esposa, !pero
asi algún pábulo a la imaginación del al santo hospital!» yo no encontré otra madre! Una mujer
lector. Y una voz le responde amorosa, extraña ocupa su sitio en el hogar, 83
En los traba jos didácticos hay, que que huella en su mente sienta a nuestra mesa, y de su mano
subordinar, y sacrificar si es preciso, dej6 perennal: recibo el pan, ¡pero este pan es tan
,
las condiciones de galanura y brillan. «En cama más bella amargol !T!ene siempre sabor a.lágri-
tez a otras de mayor precisión y clari- que cándida rosa,'» mas, porque con ellas está mojado!
dsd requeridas por el rigor ciéntifico. Las dulcísimas pupilas de la Madre
En cambio, en las puramente litera- A informarse fué allá de mañana... de Jesus se empañaron con una gota
'"V„:,rias, para las que disfruta el genio de !Qué camas, qué aseo! de llanto al escuchar aquellas frases.
gran libertad y puede remontar el vue- ¡quéorden,quéhermana!, —
Ella prosigui6 la niña lentamen-
—
lo por donde más le convenga o le !Oh Diós...l len las penas, te me manda todos los dias por agua
—
plazca, se exigen formas siempre be- tu amor maternal!... para regar las flores del huerto, a un
llas y el rumboso empleo de las mejo- pozo que se encuentra lejos, muy lejos
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.
el que prevalezca definitivamente. Es- dia. ¡Pobre ehija m!a!x dijo la Virgen
'
-.. -
—
—
.
te, en algunas obras como a veces en Por una senda sombreada de verdes extendiendo con un movimiento lleno
la novela,' es el que se nos presenta palmeras y de morados cinamomos ca- de compasión sus brazos hacia la niña.
como mentor o cronista y el que repre- minaban reposadamente una Mujer y —
Lo mismo el dramaturgo que el no- aldea; ya divisaban nerdidas entre ma. aj hombrel
Un ruido extraño se escuchó en el discipulos de Jesucristo. de salir tanto dinero...? tSabe usted lo
espacio. La tierra estremecida tembl6 que recaudé el lunes de Pascua? ¡Se-
un momento, y dej6 escapar de su seno senta y do mil tresciento~ francos!
Bdisamo ejicaz para sanar y preca-
un raudal de agua y avanzó majestuo- INo es posible!
—
C á t 4 ! 4
«!a cl«i»d~ncia «I V P
nita asombrada tqué es lo que has
—
7,No has ofdo que mi Madre te ha nombre del Venerab!e, que en anterio-
nera! Sólo quei como vendrá uch
llamado hija mfa? contestó Jesús con
res ediciones se habfa ocultado bajo gente, Pondré
la entrada a tres francos.
—
de la tunica de Jesús y fué a llevar la Un caballo, agente eje ppljcia Muy bien; el compendio más breve
—
extraño, y no volvfó a poner en ella para descubrir á un criminal. Pues (de qué vas a disputar enton-
—
su mano ni a causarla pesar, y su pan La policia de Engleweod encontró a ces, querido mfo?
ya no tuvo el amargo sabor de las lá- dos ladrones abriendo una puerta. Es-. Esta conversación histórica se debfa
grimas. tos, al verse descubiertos, huyeron en repetir en todos los
sin excep-
casos
Desde. aquel dfa también, todos los un carruaje tirado por un caballo
gr-s. ci6n alguna, en que se disputa de Reli-
niños que no tienen madre son los hi- Los polfzontes se lanzaron en su per- gi6n. La Religi6n cristiana es tan her-
jos queridos de la Virgen Maris, y las secuci6n, y los bandidos se' vieron mosa, que sólo desconociéndola se
sííplicas que"éstos dirigen al cielo son ob!igados a abandonar el carruaj para podrá hablar de ella sin amor y res-
atendidas más que n!ngunas'otras por huir. peto.
el Niño Dios, que no olvida que Marfa El caballo gris fué conducido al pues-
les adopt6 a todos al poner su bendita to de policfa. Pocos dias después se le
mano en la frente de la huerfanita de enganchó en el mismo carruaje, en el
Nazaret. que montaron dos agentes que,después Disculpe, amigo, que no le haya dado
E. L. DR VILCHEZ; de fustigar a! caballo, Ie dejaron en!i- unaipropina Por trae~ el equipaje hasta
bertad de ir donde quisiera. F! caballo el tren; he olvidado cambiar mis bille-
part!6 al trote, y 9 la media hora se de- tes de a cien.
tenia ante un establo. No es nada; también yo me he o!vi-
—
Sección bibliográfica Los pblizontes abandonaron el ca- dado de poner el equipaje en el tren.
Todas las obras en venta anunciadas en
sección, pueden pedirse,a esta cesa
est«
rruaje y se ocultaron. A los pocos mo-
mentos apareció un hombre que, al ver
Nuestra alegría, conferencias fami- al caballo,.exc!arnó:«Hola,viejo«VI!!.» LA PRIMERA Y LA ÚLTIMA
liares, por ei R P. Ramón Ruiz Ama- gCómo te ha ido?» El caballo relinch6
do, S. J Un lindo tomito de bolsillo '
y frot6 su cabeza contra el hombro del Jugando al golfo un baturro
con 188 páginas, de 9 '4 A 14 '/a cen- recién v"nido. tuvo tan mala fortuna,
timetros; en ríistica, una peseta. Bar- Los agentes 8e policfa prendieron a que se qued6 Sin un céntimo
ce!ona, 1919. /
éste, que resultó ser un licenciado de' y con la cara muy mustia.
.
En medio de las numerosas' causas presidio. En el establo se encontraron Vaya, chiquio, yo me marcho—
de tristeza que por todas partes nos tres carr ajes llenos de objetos roba- grit6 el hombre hecho una furia,
rodean en la actualidad, el autor' ha' dos. y que sus divierta el' Nuncio,
hallado poderosas razones para levan- si divertiros os gusta.
tar el ánimo y animarlo con los más vi- Cierto es que tiene mal naipe—
—
sos de este mundo, sino la que por su Un redactor del Cri de París dice que a este jueguecico jugas?—
naturaleza puede extenderse a todos haber ofdo el' siguiente diálogo una A lo que exclam6 el baturro:
los hombres, en todas las más difíciles mañana de la última semana de Abril en ?La primera?!Quiáf ¡La ííltima!
—
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