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SESIÓN:
RESUMEN
ganadería menor en el Nuevo Reino de León bajo la premisa de ser la actividad articuladora
importantes. Para ello, este trabajo se enfoca en examinar prácticas como el arrendamiento
de ovejas, el uso de ganado como medio de pago, la división de la propiedad con base en
generador de riqueza con base en la vinculación de la cría de ganado menor con el sistema
requerimientos y condiciones de esta actividad. Es decir, esta área operaba bajo una lógica
1
económica totalmente dependiente del ganado menor como se puede visualizar en el uso de
comparación con las áreas mineras ni que se mantenían tan aislados de la economía
monetizada tal como sucedía con la agricultura de subsistencia de los pueblos de indios.
2
1. INTRODUCCIÓN.
venta en los reales de minas. Esta situación condujo a una articulación económica
menor que se ubicó en el norte de la Nueva España. Este espacio abarcaba grandes
dimensiones de tierras que incluían partes de San Luis Potosí, Nuevo Santander, Nuevo
territorio del Nuevo Reino de León, la cría de ovejas y cabras insertó la actividad
Al ser la ganadería menor la actividad principal del Nuevo Reino de León es lógico
suponer que ésta se constituyó como el eje articulador de la economía local. Ante las
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cantidades significativas de granos básicos, la ganadería menor resultó la opción más
local. En este sentido, se puede plantear si la ganadería menor en el contexto local ocupó la
como elemento estructurador del régimen económico del Nuevo Reino de León. Para ello,
del espacio ganadero del Nuevo Reino de León en si inserción a la dinámica de expansión
geográfica de esta actividad iniciada desde los primeros años del virreinato. Posteriormente,
se incluye una estimación superficial de la actividad productiva de este espacio con el fin
Finalmente, en los últimos tres apartados, se considera el estudio de tres prácticas en donde
ESPAÑA.
La configuración del Nuevo Reino de León como zona de explotación de la cría de ganado
menor fue resultado de un proceso iniciado en el siglo XVI y concluido en el siglo XVIII
4
bastante éxito en el territorio novohispano diversas variedades de ganado, entre las cuales,
estaban incluidas las ovejas y cabras. Dada la densidad demográfica de la región central, la
actividad ganadera resultaba perjudicial para los cultivos de los pueblos de indios ya que el
paso de los animales por las comunidades destruía sus sembradíos. Esto ocasionaba una
ocasionada por el pastoreo excesivo de ovejas. Como lo señala Elinor Melville en el caso
del Valle de Mezquital, el notable crecimiento de los hatos de ganado ovino de esta región
propició una transformación del medio ambiente que se caracterizó por la erosión del suelo,
el predominio de matorrales de tierra árida en lugar de los bosques y la reducción del nivel
de los flujos acuíferos del terreno. Esta situación provocó el agotamiento de los pastos con
buscar nuevas opciones para seguir explotando con éxito el recurso pecuario, por lo cual se
peninsular.
el norte novohispano. Esta región que incorporaba las poblaciones de Tula, Ixmiquilpan,
Alfaxayuca, Huichapan, Xilotepec y San Juan del Río posteriormente fue ampliada al Bajío
2
Chevalier, 1999, pp. 179-191.
3
Melville, 1999, pp. 138-197.
5
al integrar puntos como Querétaro, San Miguel y San Felipe. 4 Esta expansión del espacio
alejando hacia el extremo septentrional. La ventaja de este último espacio consistía en que
ganado. Además, existía mucha disponibilidad de tierra que permitía la dotación de terrenos
territorio del Nuevo Reino de León en el año de 1635. Los dueños de estancias ganaderas
ganado menor. Durante los meses de noviembre a mayo, los carneros y ovejas
permanecieron en el Nuevo Reino de León y con ello se evitaba ejercer mayor presión
la venta de su carne para el consumo humano. De esta manera, la explotación de las tierras
4
Garza, 2002, p. 289.
5
Ibid, pp. 278-321.
6
Ibid, pp. 278-321.
6
del Nuevo Reino de León representaba una parte esencial del sistema que permitía
pastos. En esta dinámica, las ganancias provenientes de esta actividad fortalecía a la elite
propietarios ganaderos que adquirieron altos niveles de riqueza por la cría de carneros y
ovejas que suelen ser ejemplificados por los Marqueses de Aguayo, la familia Sánchez
medianos que convirtieron a esta actividad en el sector económico clave de esta región. El
paso de la ganadería trashumante a la cría de ganado local debería ser objeto de una
investigación seria y detallada pero hasta el momento solamente contamos con la impresión
de que este proceso debiera estar conectado con la ampliación de los niveles de consumo
Según el estudio de Enriqueta Quiroz, el territorio del Nuevo Reino de León estaba
integrado al sexto círculo del modelo de Von Thünen en donde predominaba la crianza
extensiva de animales debido a los reducidos costos del valor de la tierra, el precio del
Esta área comprendía la costa occidental de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya, Coahuila y los
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pastos del Golfo de México en la provincia de Veracruz y se desempeñaba de manera
la cría de ganado menor que abarcaba el norte lejano y que incluía a diversos puntos de
Zacatecas, Durango, Coahuila, Nuevo Santander y San Luis Potosí. La actividad ganadera
de este espacio era dinamizada principalmente por la demanda urbana de carne de carnero
laneros del Bajío y del Valle de México. Estos factores promovieron la conformación de un
circuito comercial que incorporó notablemente el ritmo productivo de cierta parte del
aprovechaba las condiciones ventajosas que ofrecía el norte lejano para suministrar
que debió permitir mayor dinamismo en la cría local en el Nuevo Reino de León.
expansiva del consumo de carne de carnero. La zona obrajera del virreinato novohispano se
encontraba localizada en el Bajío y el Valle de México. Puntos como los poblados de San
7
Quiroz, 2005, pp.310-332.
8
Ibid, pp. 318-329
9
Ibid, pp. 117-158.
8
Miguel el Grande, Querétaro y Acámbaro y los lugares adyacentes a la ciudad de México
como Tacuba y Mizcoac constituían centros de demanda de materia prima que estructuraba
disponibilidad de ovejas.10
menor significaba la vía más óptima para la integración del circuito comercial novohispano
y el aprovechamiento de los recursos naturales del área. Por ello, la preponderancia de del
Por una parte, el predominio de la cría de ganado menor en el Nuevo Reino de León se
decir, la hierba crecía tanto en verano como en invierno, lo que permitía contar con una
dotación continua de alimentos para los hatos ganaderos. Asimismo, en este paisaje natural
10
Miño, 1998, pp. 197-216.
9
existían ríos y salitres que podían optimizar la crianza de los animales. En este sentido, el
espacio del Nuevo Reino de León contaba con los elementos que favorecía el desarrollo de
para permitir la explotación de ganado menor con buenos rendimientos. Existía poca
espacios que podían ser aprovechados para el pastoreo de ganados. Como ya se mencionó,
no existía el riesgo de un conflicto por los daños ocasionados a los sembradíos de los
las propiedades para evitar el agotamiento de los pastos. Igualmente, ante la falta de
un proceso natural de expansión hacia el norte novohispano, también existió una política
deliberada por parte de las autoridades locales para atraer esta actividad con el objetivo de
y 50 sitios de ganado menor) a un grupo de hacendados del Valle de México para practicar
11
Hoyo, 1987, pp. 25-26.
12
Garza, 2002, p. 278-321.
10
provocado por los frecuentes ataques indígenas, la llegada estacional de pastores y ovejas
se convertía en un recurso para controlar el territorio dada la poca eficacia de las misiones
franciscanas.
estaba controlado por los hacendados del Valle de México y el Bajío, no existía un estímulo
externo que fomentara la explotación local de ganado ovino. En cambio, la cría del caprino
no contaba con tanta competencia. Para el consumo interno, este animal proporcionaba
carne y productos lácteos que complementaban las dietas alimenticias de los pobladores de
la zona. Además, el cuero y el sebo obtenidos de las cabras contaban con valor comercial
ya que podían ser enviados a los distritos mineros cercanos como Mazapil y Zacatecas. Hay
que aclarar que, como el ganado trashumante era sacrificado en sus estancias de origen, en
la región central virreinal, sus derivados eran mercantilizados en la ciudad de México y no,
en el norte novohispano.
sistemática con cierto nivel de rendimientos ya que este metal era empleado como insumo
en los procesos de separación de la plata por medio de la fusión. Aunque este sector sí era
rentable, sus dividendos no eran nada comparables con la obtención de metales preciosos,
11
por lo que su desarrollo obedecía a una compensación de los esfuerzos infructuosos para
los pobladores, 11 000 para mantener a los sirvientes y 4 000 para venderse en Saltillo, lo
que indica un nivel bajo de mercantilización.13 Ante esta situación, los rendimientos
generados por la cría de ganado menor resultaban ser atractivos ya que sus productos
derivados contaban con un valor estimable en el mercado virreinal. Hay que reconocer que,
como en el sector minero, no existían las altas condiciones de riesgo que podían producir la
mayor estabilidad.
poco estudiada. Además de una falta de atención a la época colonial de este territorio,
No existe un fácil acceso a los archivos eclesiásticos de la localidad para consultar los
documentos del cobro de diezmos pero, aunque lo hubiera, era costumbre de este periodo
Ante esta eventualidad, los únicos datos disponibles se localizan en los informes de
los gobernadores que presentan estimaciones no tan precisas de las actividades productivas
13
Fernández de Jáuregui, (2006), pp. 5-19.
12
del Nuevo Reino de León. En 1717, el gobernador Francisco de Barbadillo señaló que en
esta jurisdicción merodeaban 100 000 cabezas de ganado ovino y que los propietarios
entregaban como diezmo 30 000 de estos animales.14 Por su parte, en 1749, el gobernador
Fernández de Jaúregui estimo la explotación de 100 000 piezas de ganado de lana con valor
total de 100 000 pesos. Asimismo, las ovejas que pastaban en esta provincia generaban la
el contexto productivo del Nuevo Reino de León. Hay que reconocer la factibilidad de esta
actividad para dinamizar espacios fronterizos como la región pampeana del Río de la Plata
que difícilmente se hubiera poblado bajo otras circunstancias. En el caso del Nuevo Reino
comercial novohispano y generar cierto nivel de riqueza que facilitó el control institucional
del territorio ante los constantes ataques indígenas. En esta perspectiva, la cría de ganado
14
Cavazos, 1964, p. 10.
15
Fernández de Jaúregui, (2006), pp. 5-19.
16
Herrera, (2006), p. 177.
13
Ante la carencia de datos cuantitativos de la producción ganadera y de reportes
régimen económico local; es decir, observar la forma en que la cría de ganado menor servía
para articular distintas prácticas comunes que le otorgaban coherencia interna a su lógica
4. EL GANADO Y LA PROPIEDAD.
Durante los siglos XVII y XVIII, en el Nuevo Reino de León era común la
ganado.17 Pero estos terrenos de amplias dimensiones se configuraron más que, por una
lógica de acumulación de riqueza y prestigio social (que también pudo haber estado
miembros de la elite local que llegaron a conjuntar buenas dotaciones de tierra. Uno de
17
Chevalier, 1999, pp. 282-285.
14
ellos sería el caso de Pedro Guajardo cuya propiedad medía 14 leguas por lado (31.04
caballerías de tierra (157 000 hectáreas).19 Finalmente, Francisco Báez Treviño poseía 25
cultivos en pequeñas parcelas, tal como sucedía con los pueblos de indios del Valle de
en las haciendas agrícolas que contaban con espacios ociosos. Así que las grandes y
medianas propiedades en el Nuevo Reino de León no eran un lujo sino una necesidad.
tierra efectuada por el conde de Peñalva a Gaspar de Treviño en 2 888 pesos.21 Dada la
cada vez mayor demanda de productos derivados de los ovinos en el mercado virreinal, el
18
Archivo Histórico de Monterrey (en adelante AHM), Ramo civil, vol. 47, exp. 5.
19
AHM, Ramo civil, vol. 39, exp. 1.
20
AHM, Protocolos, vol. 8, fol. 252, núm. 98.
21
AHM, Protocolos, vol. 8, fol. 131, núm. 62.
15
engrandecimiento de la propiedad resultaba ser un negocio redituable y le otorgaba mayor
Por otra parte, en comparación con las haciendas agrícolas, las propiedades
canales y obras de irrigación para mejorar la calidad del suelo ni emplear una gran cantidad
de mano de obra. Solamente había que destinar dinero a la fabricación de corrales para
controlar el paso de ganado y el pago del salario de los pastores que se encargaban de
cuidar a las manadas, pero su número no era nada comparable con los que se utilizaban
como jornaleros en el trabajo agrícola. Aunque en otras partes del virreinato se podía
de León, más bien, esta última se derivaba de la cantidad de cabezas de ganado y no por la
mera acumulación de tierras. Es decir, dado el bajo valor de los terrenos, la propiedad se
por sí mismo.
de León, por el escaso valor que contaban éstas, resultaba más rentable la renta de
realizaban con más frecuencia y se intensificaron en la primera mitad del siglo XVIII.
16
Posteriormente, en la segunda parte de esta centuria, disminuyó la protocolorización de
misma condición. La duración de los contratos se estipulaba en un corto plazo, dos o tres
años y la renta se concertaba en diez pesos por cada ciento de animales. Con el objetivo de
recaudar fondos en metálico para la realización de fiestas religiosas, a las cofradías del
Nuevo Reino de León les convenía, más que rentar bienes inmuebles, adquirir cabezas de
ganado ovino y caprino que contaban con más valor para ofrecerlos en arrendamiento que
la tierra. Para los clientes, el hecho de de alquilar hembras en edad de procrear significaba
señalar, a manera de hipótesis, que posiblemente este tipo de transacciones fue el que
las cofradías se puede citar un caso desarrollado en el año de 1701 en donde el mayordomo
de la Cofradía del Santísimo Sacramento, José de Treviño le otorgó en renta al capitán José
Ochoa de Ehejalde, miembro prominente de la elite local, 700 cabras de vientre, cuyo costo
de alquiler se concertó en diez pesos el ciento, lo que daba el pago de una suma anual de 70
pesos. El plazo de este convenio se estipuló en tres años y se fijó como hipoteca una
hacienda de labor.22
22
AHM, Protocolos, vol. 7, fol. 143, núm. 67.
17
A finales del siglo XVII e inicios del XVIII, el arrendamiento de cabras y ovejas
coexistía con la renta de mulas.23 Estos convenios contaban con otra lógica que se
vinculaba al sector mercantil. El hecho de que en la región existiera cierta carencia de estos
buena opción al no absorber los costos más elevados de una compra ya que de cualquier
manera se les utilizaba en el cargamento de mercancías. Para las cofradías, al igual que lo
sucedido con el ganado menor, el arrendamiento de mulas era un recurso para obtener
metálico. Paulatinamente, en el transcurso del siglo XVIII, estas transacciones aparecen con
menos frecuencia en los registros notariales, lo que denota un desuso de esta práctica.
criadores locales como una forma de complementar sus inversiones. Aunque las cofradías
arrendadores. En esta transición, el tipo de arreglos se modificó para dar lugar a un pago en
denota el interés de los propietarios locales de ganado por incrementar el volumen de sus
hatos a un bajo costo. En lugar de adquirir nuevos animales por compra directa, les era
ventajoso arrendar hembras en edad de procrear ya que les suministraba de manera gratuita
más crías, y con ello, aumentaba la cantidad de cabezas en posesión. Ante la escasez de
23
AHM, Protocolos, vols. 6, 7 y 8.
18
metálico preponderante en la zona, el pago de la renta en especie conectaba directamente
las necesidades productivas y de inversión de los criadores sin recurrir a los medios de
cambio indirectos como el dinero en plata o las libranzas. Como el objetivo principal de las
haciendas ganaderas era vender carneros y lana en los mercados del Bajío y el Valle de
México, no tenía tanto sentido obtener metálico para comprar más animales si se contaba
García de Pruneda, principal criador local a mediados del siglo XVIII. Este propietario
arrendó en 1737 a Manuel González de Paredes 500 cabras de vientre buenas de dar y
recibir por el pago anual de 50 primales de pelo capados durante dos años. 24 Asimismo, en
1730, García de Pruneda dio en alquiler a Nicolás de los Reyes 150 cabras de vientre a
cambio de la entrega anual de 15 primales en un plazo indefinido.25 Con estos tratos, García
donde las elites locales tuvieron que resolver situaciones particulares y específicas
formas de inversión más practicadas en la Nueva España no resultaban tan viables como el
24
AHM, Protocolos, vol. 13, fol. 129, núm. 57.
25
AHM, Protocolos, vol. 13, fol. 206, núm. 91
19
operación. El hecho de que este sector orientara la actividad económica motivaba a diseñar
estrategias especiales que incentivaran la cría de cabras y ovejas para permitir una mayor
Finalmente, en la segunda mitad del siglo XVIII se recurrió con menor frecuencia al
en prácticas de mayor uso. Esta situación, tal vez, provenga de un aumento demográfico y
tierras a tal grado que llevó a un aumento de su valor, lo que fue atractivo para el negocio
del alquiler de propiedades. Esta explicación solamente resulta ser una hipótesis pero
cuenta con bastante lógica, por lo que es probable que ésta hubiera sido la causa pero
Otra práctica que denota el valor significativo de la cría de ganado menor en el régimen
económico local es el uso de estos animales como medio de pago. Como en el Nuevo Reino
todo el virreinato se tornaba más aguda. Así que para efectuar las transacciones locales, no
controlado por los mercaderes del consulado de la ciudad. Pero, en lugar de esta opción, la
elite regional recurrió a las cabras y ovejas como uso alternativo de monedas.
20
En una economía en donde el ganado menor se erigía como el activo de más valor y
vender sus derivados en el mercado virreinal resultaba factible realizar transacciones que se
saldaran no en moneda metálica sino en cierto número de cabaras y ovejas. Esta situación
foráneas al fin que a largo plazo este ganado se convirtiera en moneda al momento de la
venta de sus productos derivados. En este sentido, al igual que lo sucedido con el
plata se pagaba en ganado, al cabo que, finalmente con este último se podía obtener
Como ejemplos de casos en donde el ganado menor era empleado para saldar venta
ganado menor de Nicolás de Hurtado a Luis García de Pruneda por 800 chivatos.27 Cabe
metálico, por lo que el uso de ganado como pseudomoneda no fue una medida exclusiva de
propiedad, también se le recurría para cubrir deudas. Esta situación se presentó cuando
26
AHM, Protocolos, vol. 7, fol. 92, núm. 33.
27
AHM, Protocolos, vol. 8, fol. 371, núm. 114.
21
Miguel Garza se obligó a pagar a Antonio de Lanzagorta la cantidad de 2 333 pesos 3
reales mediante su precio equivalente en primales de pelo, lana, cabras y ovejas viejas.28
compromiso de José Cayetano de la Garza con Francisco Ignacio Larralde que estaba
era un fin en sí mismo sino un medio para la obtención de metálico en el mercado virreinal.
con las atribuciones de medio de valor y medio de atesoramiento. Por ello, se concluiría
que el empleo de cabras y ovejas como medio de pago constituía una forma de adaptación
CONSIDERACIONES FINALES.
Lo aquí presentado indica los niveles de adaptabilidad y flexibilidad que podían desarrollar
las distintas áreas económicas del virreinato de la Nueva España en su afán de optimizar la
28
AHM, Protocolos, vol.14, fol. 340, núm. 125.
29
AHM, Protocolos, vol. 15, fol. 181, núm. 83.
30
Romano, 1998, pp. 13-14.
22
Un ejemplo de esto se visualiza en el territorio del Nuevo Reino de León en donde
ovejas como medio alternativo para el desarrollo de negocios importantes como lo eran los
activo del territorio, el régimen económico local se estructuró bajo su dinámica. Es decir,
tierras al contar con la necesidad de acrecentar la extensión de los terrenos para una mayor
explotación. Asimismo, ante la escasez de circulante, el uso del ganado como medio de
manera generalizada. Finalmente, la cría de ganado menor también influía en las estrategias
de inversión que trataban de expandir la producción sin necesidad de recurrir a las fuentes
FUENTES
Protocolos
Ramo Civil
Fuentes impresas
Ortega (comps), 2006, Nuevo León en voz de sus contemporáneos, Monterrey, Fondo
23
Herrera, Simón de, “Catálogo de noticias concernientes a esta provincia del Nuevo Reino
BIBLIOGRAFÍA
Assadourian, C.S. “La organización económica espacial del sistema colonial”, en Silva, J.
63.
24
México, México, Fondo de Cultura Económica.
Miño, M., (1998), Obrajes y tejedores de Nueva España, 1700-1810, México, El Colegio
de México.
Mora.
25