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Gonzalo Barrios: un hombre libre: Por Coromoto Álvarez.- El imperio
británico, su competidor alemán y el reino de Italia; bloqueaban las bahías de
La Guaira, Puerto Cabello, Maracaibo y Guanta entre el nueve de diciembre de
1902 y el diecinueve de febrero de 1903 cuando aprendía a caminar el infante
Gonzalo Barrios . Las grandes potencias pretendían cobrar las turbulencias del
derroche que la tiranía andina heredó del caudillismo fratricida que destruyó a
Venezuela a partir de la separación de la Gran Colombia en 1830.
Nos propusimos escribir estas líneas sin encargo, acerca del legado inconcluso
de un intelectual que desde muy joven adquirió el compromiso de
incursionar en política para promocionar y defender los derechos humanos,
con enlaces del estoicismo y el humor aún en circunstancias muy complejas.
Por tanto, no es deleznable si entendemos su estilo y entusiasmo a fin de
auspiciar el acercamiento entre elites y masas populares para propiciar una
mejor calidad de vida, con el vigor yuxtapuesto sobre la autocrítica para
alcanzar las metas que él se propuso. Tampoco es tarea fácil navegar en aguas
oceánicas, a fin de descubrir el tesoro escondido en el pensamiento de un
hombre que amaba la libertad más que su propia existencia.
CARABOBO
SALIDAS OCURRENTES
madeja de documentos que le acompañaban para ampliar los horizontes de su Expertos efectuaron revisión en el
docencia, condimentada de sarcasmos inesperados que, por su buen decir sistema Metro de Valencia
muchas veces obtendrían renombres sin derecho a réplicas.
Junta Militar insurgente que violó la Constitución Nacional, Carlos Delgado Diputado carabobeño denunció mafias
Chalbaud, desempeñaba para el momento de la conjura, del nuevo asalto al de oro en la región
palacio de Miraflores, el cargo de Ministro de la Defensa en el gabinete que
presidía su padre putativo, autor de Doña Bárbara. ADVERTISEMENT
Barrios jamás negaba su punto de partida. Luego de recorrer ciudades del orbe
tenía a flor de labios una respuesta jocosa o nostálgica para recordar su
terruño, -influenciado quizá por las lecturas de la obra inmortal de Miguel de
Cervantes y Saavedra que con El Quijote le dio universalidad a la región de La
Mancha- o por los caminos del destierro de Antonio Machado, Rafael Alberti y
Miguel de Unamuno.
lo contrario caería preso- en tiempos de la guerrilla rural y urbana- antes que
se iniciara la política de pacificación a favor de los grupos armados que
ingerían la ración cruda del arroz a la cubana, servida en la mesa de la
insurrección para trasplantar -el plato seco sin caldo de sustancia de la tiranía
de un país a otro- con el postre de la invasión de Machurucuto bajo las
órdenes de Fidel Castro durante la segunda presidencia de Rómulo Betancourt,
so pretexto de desconocer la legitimidad de las instituciones establecidas por el
veredicto de las grandes mayorías a través del sufragio universal y secreto. El
profesor Héctor Mujica, de la Escuela de Periodismo de la Universidad Central
de Venezuela- luego sería candidato presidencial del Partido Comunista de
Venezuela y primer presidente del Colegio Nacional de Periodistas- dijo en
clases, según recuerda Gerardo Oviedo, mi compañero de bancada en el liceo
José Antonio Páez de Acarigua y más tarde catedrático de la UCV- el ministro
de la política Gonzalo Barrios le llamó para indicarle a través del hilo
telefónico: — No salgas más disfrazado a la calle, ya te vi-.
-¡Doctor Gonzalo Barrios, yo soy aquél hombre que conversó con usted
mientras jugaba dominó con su hermano Abraham en la casa de ‘’ La Comadre’’
de Acarigua. En esa ocasión yo le dije que vendría a Caracas para verle-
Más tarde durante una de sus tertulias con el doctor Rafael Caldera, de origen
yaracuyano, el doctor Barrios, nativo de Acarigua, alegaba que el General José
Antonio Páez Herrera, fundador de la República y árbitro de la política
nacional, era su paisano, nacido en Curpa, riachuelo que pertenece al Estado
Portuguesa. Caldera insistía que el general Páez Herrera tenía raíces familiares
en lo que es hoy el Estado Yaracuy. –Está bien- contestó Barrios, pero también
te llevas a Luís Herrera-, admitiendo que en verdad su coterráneo del refranero
tenía ancestro yaracuyano. La salida de Barrios tuvo la intención de echar más
leña a la caldera tras tocar los cimientos de la disputa interna por el control de
Tal recuento quizá adquiere validez a la luz de las frases de este promotor del
servicio público que en Acción Democrática, partido policlasista que él
bautizó entre sus fundadores. Habló entre ellos de ‘’ trompadas estatutarias’’.
Luego, con una respuesta más elegante cuando le preguntaban: -¿ Cómo juega
dominó el doctor Caldera?- Barrios sentenciaba con elegancia: — Yo no voy a
decir que él juega mal, pero yo siempre le gano-.
EL BARBERO DE SEVILLA
El valet que merecía la atención de Gonzalo Barrios no era ayuda del rey. Es un
isleño canario que por su parecido físico con el estadista andaluz Felipe
González, en una confusión le podían llamar el barbero de Sevilla.
–¡ Yo he venido aquí unas cien veces y nada!- exclamó Roberto muy molesto. –
En cambio hay quienes reciben el carnet de un día para otro- agregó el hombre
– ¡ Ah… usted es Eulogio Roberto Rodríguez. Claro que lo recuerdo. Ese gordito
del bautizo soy yo- aclaró Gonzalo Barrios para el asombro de su flamante
compañero de partido que se llevó en el bolsillo la credencial sin laminar,
firmada por el presidente de AD, futuro Ministro de Relaciones Interiores en el
gabinete de Leoni.
EXILIO AZTECA
Hildegard Pérez Segnini, este último casado con una mexicana hija del senador
Luís Rodríguez- Embajador de México en Caracas- y Secretario del Presidente
Lázaro Cárdenas.
En uno de sus viajes a México, Sadel le llevó a Gonzalo Barrios una copia de los
versos que escribió el poeta guanareño José Joaquín Burgos- de militancia
bolchevique- sobre la muerte de Andrés Eloy Blanco el 21 de mayo de 1955,
entre los cuales logramos recopilar los siguientes: –Si le floreció el quebranto
sobre esta angustia serena, a este dolor y a esta pena ¿ Quién le va a secar el
llanto?-Pintor de negra pintura con blanca pena de negro, pintando el verso me
alegro con ángel de tu dulzura, Andrés Eloy la donosura, Eloy del rumbo y del
canto, blanco en la emoción del llanto se quedó tu verso triste y el corazón que
nos distes como capilla sin santo-.
De vuelta a la Patria- título prestado que tomamos del políglota poeta, máximo
exponente nacional de la lírica José Antonio Pérez Bonalde- tuvimos el
exquisito encuentro con Pancho Salazar- Francisco Salazar Martínez- durante
sus últimos años de su existencia en la isla de Margarita para revisar en
conversatorios, conferencias y homenajes, temas relacionados sobre su vida en
México que le permitieron alternar con el médico mexicano Enrique González
Martínez- el poeta del cisne- y Andrés Eloy Blanco en compañía de Gonzalo
Barrios y de otras figuras de venezolanos en el exilio. Pancho Salazar- más
joven que González Martínez, Andrés Eloy y Barrios- nos contaba en el Círculo
Internacional de las Artes del Estado Nueva Esparta- CIANE- presidido por el
pintor Jesús Morales Ruiz- una serie de episodios inéditos sobre el
conocimiento del doctor Barrios acerca de las tendencias de los poetas a través
de los siglos. Desde la vicepresidencia del CIANE
y en el Diario del Caribe donde trabajé como Director, nos entretuvimos con
algunas vivencias del reencuentro azteca que el juglar de Aragua de Barcelona
narraba en la isla de las perlas. Barrios declamaba el soneto que Andrés Eloy
escribió en homenaje póstumo a González Martínez en 1952: – Se acaba el pan
del alma, compañero- el pan mejor del mundo peregrino- me dicen los amigos
del molino- que acaba de morir el molinero-. – Enrique el grande ha muerto- y
el campesino que lo quiso llorar dijo al obrero- no hay que llorar la muerte de
un viajero- hay que llorar la muerte de un camino-…
-Las tertulias del doctor Barrios en las peñas literarias y políticas estuvieron
teñidas de los más variados colores en la nación mexicana. Con la seriedad que
caracterizaba a sus compañeros—dada la reciedumbre de un hombre de
carácter con el estilo de Rómulo Gallegos- no escapaba sin embargo la vena
humorística de Andrés Eloy Blanco y las ocurrencias del hijo ilustre de
Acarigua. La estatura de Braulio Jatar Dotti con la diminuta figura de Andrés
Eloy, era un contraste que se elevaba sin ascensor para que el poeta cumanés le
sacara provecho. De pronto en un paltó del doctor Barrios aparecía un pedazo
de pan que algún amigo le había colocado para reírse después, tal cual ocurría
entre los chiquillos de la escuela primaria, según nos confesara Alexis Gallegos,
hijo del Presidente Gallegos.
LA OTRA CAÍDA
Para describir algunos aspectos sobre la hoja de vida de este héroe civil,
resaltamos la mamadera de gallo de algún coterráneo que atribuía la existencia
de la BBC de Acarigua- no con una casa comercial cualquiera que se dedicara a
las Bodas, Bautizos y Comuniones- sino con la British Broardcasting
Corporation- la BBC de Londres- de amplísima trayectoria en la radio y
televisión británicas- pues las familias Barrios, Bustillos y Casal, salvo algunas
excepciones, no tuvieron como norte la práctica de la endogamia para
preservar el linaje de una casta con pretensiones de homogeneidad – con el
riesgo severo del deterioro genético- ni tampoco tuvo la ‘’ BBC de Acarigua´´ el
propósito de la ‘’raza única’’ y del ‘’ pensamiento único’’, tal cual lo ensayó
Adolfo Hitler en la Alemania nazi. Gonzalo Barrios nació en Acarigua el diez
de enero de mil novecientos dos y falleció en Caracas el treinta de mayo de mil
novecientos noventa y tres. Para esa fecha el teniente coronel Hugo Chávez
Frías pagaba condena por el golpe de Estado fallido contra el presidente Carlos
Andrés Pérez el cuatro de febrero de mil novecientos noventa y dos.
Entre el ruido jaquetón de los bárbaros con sus bayonetas listas para disparar
a matar y la mudez de los oprimidos, en su empeño por combatir la ignorancia
de los pueblos, transcurrían los años con marchas y contramarchas de este
navegante temerario en la ruta de los corsarios.
Había comenzado a leer desde temprana edad los quince tomos sobre Historia
de Venezuela de Francisco González Guinand; con preeminencia la
documentación de los abogados independentistas Cristóbal Mendoza y Juan
Germán Roscio y las reflexiones de Tomás Lander en relación con el
Feudalismo Militar instaurado por la alborada de la Gesta Emancipadora- para
luego incorporarse a las luchas contra las desigualdades con asistencia de
Musiú Carmelo, consejero italiano que trabajaba en un taller de Acarigua y
disertaba sobre temas sociales, económicos y políticos con el brebaje que había
adquirido como soldado en los desastres de la Primera Guerra Mundial.
-No poseo los dones que distinguen a los historiadores y a los cronistas. Por eso
vacilé para ocupar esta tribuna en la conmemoración de un acontecimiento
histórico. Pero como el acontecimiento concierne específicamente al lugar
donde nací y acaeció hace apenas un siglo, me decidí pensando que el
sentimiento y la natural facilidad de la información en torno al suceso, me
ayudarían a comentarlo con aceptable suficiencia. Además- importante o no- el
hecho fue cosa de política, y yo soy un político, dicho sea aun a sabiendas de
que semejante profesión nunca fue aquí en Acarigua de las que acarrean buena
fama.
-No es por cierto de las mejores la del General Antonio Guzmán Blanco, que
desempeñó la Presidencia de la República en diferentes oportunidades, ni la de
los políticos que coreaban su reiterada megalomanía. Pero era tan pobre la
Venezuela anterior al petróleo, que nos sentimos cohibidos para pedirles
cuentas a sus hombres públicos. Aún más a favor de ese relativismo tolerante
que es fruto del tiempo y de la experiencia, muchos hoy prefieren destacar que
el ´´ Ilustre Americano’’ llenó la segunda mitad de nuestro siglo XIX con un
brillo peculiar y que emprendió una atrevida obra de progreso, sin descuidar-
por supuesto- sus intereses particulares cuando actuaba en representación de
los colectivos. Recordémoslo, pues, con indulgencia, porque bajo uno de sus
mandatos y seguramente con su aprobación de jerarca supremo y omnímodo, la
Legislatura del Estado sancionó la Ley que concede a Acarigua el rango de
Municipalidad autónoma. Con júbilo exaltado y recomendaciones de gratitud al
‘’ Gran Ciudadano’’, así lo comunica a sus habitantes la llamada Legislatura
Municipal del Departamento en manifiesto fechada el 13 de febrero de 1875,
firmado por Nicomedes Suárez, Ramón Ávila, Emilio Ponte, Adolfo Ramos y
José F. Unda, este último como Secretario.
con naciones de las que dominan al mundo por su fuerza o por su cultura. No
viene ahora a cuento tanta profundidad ni tanta altura y no tenemos para qué
detenernos en ese arbitrario misticismo, como se expresa del concepto uno de
los filósofos contendientes. Conformémonos con aventurar la observación de
que Acarigua ha sido desde sus comienzos un núcleo de crecimiento sostenido,
aunque, desde luego, dentro de los límites impuestos por el atraso y la escasez
proverbiales de nuestro país, que apenas en los últimos años, hemos dejado
de mirar como fatales e ineludibles.
–El recorrido que en el campo del desarrollo local podemos fácilmente verificar
es todavía modesto en términos absolutos, pero de ninguna manera
insignificante. Prescindiendo de otros aspectos quizás más visibles pero menos
sustanciales, es impresionante la distancia que media entre los viejos informes
sobre producción de frutos menores y las estadísticas que hoy condicionan y
determinan el mercado nacional en renglones tan básicos como el maíz, el
ajonjolí, el arroz o el algodón. Y si pasamos a los pobladores- protagonistas
indiscutibles de la afortunada evolución- de los dos mil ciento treinta y cinco
habitantes que para toda la entidad que hoy denominamos Distrito Páez arrojó
el censo de 1875, ya el de 1950 dio dieciséis mil ciento veinte y seis habitantes
al solo casco de Acarigua. Hoy se acerca a cien mil la cifra de los recientemente
censados, si bien esta cifra incluye- de esto volveremos hablar en consideración
de otras implicaciones- la parte que técnicamente corresponde a la jurisdicción
de Araure.
–He pretendido destacar rasgos que son o han sido propios de la vida de
Acarigua, ya sea los que cualquier observador pueda o pudo apreciar o de los
que la memoria con nostalgia evoca o reconstruye. Pero no he hablado de su
característica más notable, que es de otra naturaleza y que además no es sólo
suya sino que comparte con Araure. Me refiero a la confusión, más que
contigüidad, de ambas poblaciones, situación tal vez única en el país y dentro
de la cual pugnan la anacrónica voluntad de diferenciación y la fuerza de una
realidad que tiende a la integración sin diferencias.
–¿ Por qué no se ha dado ese paso, que la mayoría de una y otra parte desean
seguramente y cuya tardanza desconcierta a los extraños? Se atribuye de
ordinario al vecino la más fuerte resistencia contra el propósito. Sin embargo,
conviene consultar determinados antecedentes.
–Según los viejos papeles, en 1832 los de Araure solicitaron que su villa y la
parroquia de Acarigua se fusionaran en una ciudad que se denominaría Unión.
Los acarigueños- dicen los papeles- no vieron entonces la iniciativa con
simpatía, pero la respaldaron en 1834 cuando el gobierno de la provincia de
Barinas y la Diputación Provincial sancionaron la solicitud. Esta sanción fue
objetada por el Ejecutivo Nacional por razones de competencia, pero el
propósito quedó en cierta forma consumado porque la aspiración de ambas
comunidades se veía respaldada por la mencionada Diputación Provincial con
argumentos esclarecedores. En su informe en pro de Ciudad Unión, asentada al
organismo legislativo que la distancia entre Acarigua y Araure es de apenas
unas cuadras, de modo que siempre han asistido los jóvenes de ambas
parroquias a una sola escuela, y antes de ahora una misma carnicería
suministraba la carne a todos los vecinos.
–Hasta aquí llega la cita del documento guzmancista. ¿ Habrán llegado hasta
ahora las rivalidades inexplicables entre los dos pueblos?
-Establecerá esa ley una distinta concepción del Municipio como unidad
política, primaria y autónoma en sustitución de la figura del Distrito y abrirá la
posibilidad de acoger diferentes regímenes para la organización, gobierno y
administración del municipio. El número de concejales variará de acuerdo con
la población y su elección se hará separadamente de las del Presidente de la
República, Congreso y Legislatura, y para períodos más cortos. Reglamentará
también los emolumentos de los Concejales y hará más efectiva la extensión de
las funciones de control a las administraciones municipales. Contemplará esa
recibió Acarigua cuando fue escogida para escenario de uno de esos episodios
de la evangelización del indio- repetidos en diversas naciones de América- que
la crítica histórica de índole científica enfoca como un recurso táctico del
imperio colonizador, pero que las gentes sencillas siguen considerando como
mensajes de las alturas. Testimonio de intervención divina o elaboración
artística con fines político-religiosos. Nuestra Señora de la Corteza ha sido en
Acarigua un resplandor que no estaba destinado a extinguirse. ¡ Que se
mantenga la fe en su reaparición! Porque la fe obra prodigios según las Santas
Escrituras. Y además- no lo repitan en voz alta- también está autorizada para
auxiliarse con la astucia inocente en la conquista de sus objetivos.
— Yo conocí a uno de los firmantes del Manifiesto que informó a los habitantes
de Acarigua el otorgamiento de la autonomía municipal. Hablo de don Emilio
Ponte. Lo recuerdo- barba blanca y cejas hirsutas de ogro bondadoso- por
relación de familia, casado como estaba con doña Placida Unda, tía de mi
madre. Pero lo recuerdo sobre todo porque frente a su casa- en plena Calle
Real- se hallaba la muy pobre, techada de zinc, donde tenía instalado su taller
de latonería el italiano Carmelo Marino- Musiú Carmelo- cuya elocuencia
desconocida despertó mis primeras inquietudes intelectuales y políticas.
-¡Carmelo Marino, amigo fiel, pide por Italia, por Venezuela, y por Acarigua,
ahora que estás en el cielo, absuelto de tus ingenuas herejías carbonarias!
GUANAGUANARE
ARAURE
-En LA ciudad histórica de Araure- donde Simón Bolívar oró en la iglesia antes
de librar la Batalla de Araure con el Batallón Sin Nombre- Gonzalo Barrios
mantenía relación directa con el profesor Ramón Moreno Delgado, Secretario
General de Acción Democrática, con el abogado y cantautor Joel Hernández
Pérez, ex Secretario General de Gobierno y ex –Procurador regional- autor de
El Viejo Soguero, de La Fundadora y de otras canciones donde rescata el
folklore llanero colombo-venezolano- y del médico Felipito Díaz.
ENSEÑANZAS ACUMULADAS
-Al estallar la segunda escalada bélica globalizada en mil novecientos treinta
y nueve con el resurgimiento del nazismo y del fascismo, Gonzalo Barrios ya
cantaba las cuarentas para distinguir con olfato caribeño el sello variopinto de
los cabos que se ataban entre las huestes totalitarias de las camisas negras en
Italia y Alemania con las chaquetas rojas de los comunistas rusos que al
principio se mezclaban con los aliados, cuya identidad común tenía por fin
ofrecer el paraíso terrenal a soldados y civiles de su selección, suerte de engaño
perverso para conducirlos a la masacre, la esclavitud, el hambre y la miseria.
Entre la tiranía de Adolfo Hitler y Benito Mussolini por un lado y de José Stalin
por el otro, Gonzalo Barrios escogió el sendero de la militancia liberatoria de la
socialdemocracia, para romper definitivamente con los polos extremistas,
compartiendo con Unamuno de que en la hora aciaga ‘’ Debemos tratar de ser
los padres de nuestro futuro en lugar de los descendientes de nuestro pasado´´.
No pisó la trampa de alzapié del mal llamado ‘’ centralismo democrático’’ que
impuso a rajatablas la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas desde el
vértice de las pirámides de núcleos, células y asambleas dirigidas por cúpulas
de la mandomanía signadas por la crueldad del estalinismo, a la par con la
Sanguinetti, Jefe de Estado por dos períodos, hoy desde su retiro político,
escribe artículos en varias publicaciones de Uruguay, Argentina y España. En
uno de esos medios estableció un parangón entre la rectoría de Juan Pablo II y
el Papa Pancho de Argentina que tituló: ‘’ Entre el cielo y el barrio’’ en el que
criticó ‘’ el populismo’’ del Santo Padre jesuita por su afinidad con Ernesto
Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, mandatarios acusados de malversar
fondos y cometer crímenes de lesa humanidad.
SABORES DE FLOR
Supo con exquisito paladar, excelente visión y un cerebro que respondía a las
nobles exigencias, probar las exquisiteces europeas y vernáculas a la hora de
degustar para privilegiar con la champagne René Laluc, el Tartare de Boeuf-
tártaro de vacuno con la tradición aliñada por el chef- acompañado de un vino
tinto pinot noir de Boloña; un queso Comté con un vino Arbois de la zona de
Jura y el Confit de Canard- pato confitado con salsa agridulce de naranja- y el
maridaje del caldo de un burdeos con acidez en L’ alsace Champs Elysées, en
un restaurante ubicado cerca del hotel Plaza de París-en presencia de su primo
el internacionalista socialcristiano Gonzalo García Bustillos y del periodista
acciondemocratista Luís Esteban Rey- y también en un recorrido nocturno
sobre el Sena. Saboreaba el champán Cristal Rosé de la Maison Louis Roederer
con ‘’ ricas notas de nuez y miel’’ provenientes de las uvas de Chardonnay,
Pinot Nour y Pinot Munier que deleitaba a Sir Winston Churchill y el vino del
monje benedictino Dom Pierre Pérignon con ‘’ sabores de flor de naranja con
miel, cítricos confitados y bollos de magdalena recién salidos del horno’’. En la
tacita de oro del planeta, en el palacio del Louvre, apreciaba la genialidad de los
artistas. Ningún parisino podía imaginarse que aquél venezolano que se
extasiaba en la Rue de Rivoli de ver la escultura helénica de la Venus de Milo,
La Gioconda o Mona Lisa de Leonardo Da Vinci , las antigüedades egipcias y los
hallazgos y creaciones del guayanés Jesús Soto con sus movimientos en la
corriente cinética, jamás olvidaría las huellas de otros pintores de su país de la
categoría de Arturo Michelena, Cristóbal Rojas, Martín Tovar y Tovar, del
catalán que se rindió ante los pies del Ávila Manuel Cabré, de la genialidad de
Armando Reverón, de Ramón Vásquez Brito- el artista que se estrenó en la isla
de Coche-, de sus compañeros de generación Francisco Narváez , Pascual
Navarro, Mateo Manaure, Luis Alfredo López Méndez y del versátil Carlos Cruz
Diez . Tampoco apartaba de su menú el consumo de un entreverado con
viseras de res y ñemas fritas sobre las topias y astas de la cocina vernácula.
Tres años después que la tribu de los sesenta chácharos que cruzó la frontera de
Colombia comandada por el cabito Cipriano Castro y el bagre Juan Vicente
Gómez– la cual decretó el fin del liberalismo amarillo guzmancista– nacía
Gonzalo Barrios. Comenzaría con uso de razón a constatar y condenar las
raíces del continuismo militarista en el poder, despotismo que levantaba el
estandarte de la frase bellaca y demagógica: ‘’ Nuevos hombres, nuevas ideas,
nuevos procedimientos’’.
A sus seis años de edad aprendía las primeras letras. En esos instantes, el bagre
con el mazo dando, usurpó la presidencia que ostentaba su compadre el cabito,
cuando éste en la víspera de su eterno destierro tuvo que abandonar el país
para que los médicos de bata extranjera le trataran la enfermedad irremediable
que padecía por el desgaste de sus armas ocultas, oxidadas por su frecuente
uso, cuando él podía a duras penas y a cada rato, a merced de los síntomas de
su añejo priapismo, poner los cuernos a Doña Zoila. Con el despertar de su
adolescencia, Barrios se identificaba con la generación del dieciocho, menor
que la de Rómulo Gallegos y mayor que la de Rómulo Betancourt.
Al cumplir veinte años estalló la Revolución Rusa con Vladimir Ilich Lenin en
primer plano. El joven socarrón testigo del gran desfile, rápidamente se dio
cuenta de la manipulación bolchevique que tergiversó el canto de las
trabajadores de Boloña Bella Ciao- Adiós bella- por la canción: ‘’ Soy comunista
toda la vida y comunista he de morir’’ y además con esta frase de Perogrullo: ‘’
Y si me matan en el combate en el combate he de morir’’.
PLURALIDAD DEMOCRATICA
PERSEGUIDO Y EXILIADO
Gonzalo Barrios fue aventado al exilio durante los gobiernos de Juan Vicente
Gómez, Eleazar López Contreras y Marcos Pérez Jiménez. En 1929 fue acusado
de participar en la conspiración de Santo Cristo liderada por el general José
Rafael Gabaldón en la que se hallaban involucrados su hijo Joaquín Gabaldón
Márquez, quien años más tarde ejercería el cargo de Decano de la Facultad de
Humanidades de la Universidad Central de Venezuela; el coronel Gonzalo
García, esposo de doña Cristina Bustillos de García, padres del abogado
Gonzalo García Bustillos y el general Guillermo Segundo Álvarez, tío de los
hermanos Porfirio Álvarez Figueroa, Pedro Roberto Álvarez Figueroa y Ernesto
Álvarez Figueroa que escaparon de la persecución del presidente del estado
Lara, Eustoquio Gómez para establecerse en las praderas de Portuguesa donde
proliferaba el paludismo y el Mal de Chagas. Gonzalo Barrios marchó exiliado a
España. Gonzalo García fue a parar a Colombia. Los generales Gabaldón y
Álvarez, reos de la tiranía gomera, fueron engrillados en las cárceles de Las
Tres Torres en la capital larense, el Castillo de Puerto Cabello y La Rotunda de
Caracas. Pedro Roberto Álvarez Figueroa a sus catorce años de edad fungió de
secretario y de correveidile de su tío alzado en armas entre Biscucuy, Guarico,
Boconó, La Raya y Chabasquén antes de que éste fuese sometido a Consejo de
Guerra.
a España donde alternó con Rómulo Gallegos y su esposa doña Teotiste Arocha
de Gallegos. Barrios le pedía la bendición al amor eterno y compañera de
Gallegos . En los Madriles repetía sus visitas al Museo del Prado para conocer
originales de ´´Los Borrachos’’, uno de los cuadros de Diego Velásquez;
´´Guernica´´ de Pablo Ruiz Picasso y cada una de las pinturas de Goya, Juan
Gris, Joan Miró y Salvador Dalí y en Toledo ´´El entierro del Conde de Orgaz´´
de El Greco y en sus lecturas se entretenía con las sátiras y embestidas entre
Francisco de Quevedo y Luís de Góngora del siglo de oro para enriquecer su
vena humorística. A la muerte de Gómez regresó a Caracas junto con Gallegos.
En 1937 fue elegido Senador por Portuguesa, pero el sucesor del tirano de La
Mulera, presidente de la transición, Eleazar López Contreras, incluyó en la
lista de expulsados al dirigente portugueseño, quien permaneció en México
durante su segundo exilio. Cuando Carlos Delgado Chalbaud presidió la Junta
Militar que derrocó al maestro Gallegos, Barrios viajó a París- donde estableció
gran amistad con el futuro Presidente de Francia Francois Mitterrand- y recibió
de Víctor Hugo- desterrado por el segundo imperio francés entre 1852-1870- a
través de la biografía escrita por Émile Herzog con el pseudónimo de André
Maurois sobre el Olympo ou le vie de Víctor Hugo en 1954- la más notable
influencia del intelectual comprometido en las luchas por las reivindicaciones
populares. Gonzalo Barrios fue un discípulo aventajado de la creación literaria
y de los discursos parlamentarios de Víctor Hugo, prócer civil de Francia.
Posteriormente marchó a México donde se reencontró con sus antiguos
compañeros del Consejo de Ministros de Gallegos, entre ellos: Andrés Eloy
Blanco, Luís Beltrán Prieto Figueroa, Ricardo Montilla y demás amigos
independientes y militantes de AD: César Rondón Lovera, más tarde presidente
de la Cámara de Diputados; Manuel Peñalver, futuro Secretario General del
partido blanco; Manuel Alfredo Rodríguez, secretario de Gallegos, periodista y
escritor; Carlos Canache Mata, con títulos de médico y abogado que obtuvo en
España y México; el cardiólogo Rafael José Neri, años después Rector de la
Universidad Central de Venezuela y los estudiantes de Medicina, Pablo Salcedo
Nadal, Natalio López Luque y Said R aydán, quienes desempeñaron funciones
de relieve en la administración pública y en su gremio al ser restituida la
democracia en 1958.
‘’VENEZUELA DEMOCRÁTICA’’
Sin mucho esfuerzo pero con mayor amplitud, Gonzalo Barrios cambió una sola
palabra: dejó de pensar solo en Acción Democrática. Llamó Venezuela
Democrática el periódico que fundó en México en el año de 1952 cuando Pérez
Jiménez desconoció la victoria de la oposición liderada por la corriente de
Unión Republicana Democrática presidida por Jóvito Villalba, en los comicios
para elegir la Asamblea Constituyente, mientras permanecían inhabilitados
AD y el Partido Comunista de Venezuela. El tarugo de Michelena con su
propaganda hitleriana, a través de una fuerte censura de prensa, prohibía que
se conocieran el crimen, la tortura y el robo de la altos funcionarios de la
tiranía en la calle y en la cárcel. En ese mismo lapso asesinan al jefe de La
Resistencia, Leonardo Ruiz Pineda, acribillado por esbirros de la Seguridad
Nacional en la parroquia caraqueña de San Agustín del Sur. Corresponderá al
editor Gonzalo Barrios difundir los atropellos del despotismo imperante en su
patria, donde dos de sus grandes colaboradores, Ramón J. Velásquez y José
Agustín Catalá, son prisioneros vejados, con los pies descalzos sobre el filo del
rin y a planazo limpio. Venezuela Democrática llegó a su fin en 1956, año en
que los cuadros clandestinos de los dos partidos clausurados, AD y PCV, se
vieron reducidos a su mínima expresión. Barrios partió de Ciudad México a
Nueva York para ocuparse del trabajo político inherente a la creación del frente
El otro desenlace fue el accidente mortal del autor de Giraluna Andrés Eloy
Blanco, amigo entrañable de Gallegos y Barrios. Este trío de la tertulia infinita
asomaba en sus críticas actualizadas la maestría inconmensurable de los
creadores que ilustraban las páginas de Venezuela Democrática.
De regreso a la patria, a los cincuenta y seis años que recién cumplía, Gonzalo
Barrios se daba el lujo de poseer un conocimiento extraordinario sobre el
pasado y el presente. Disponía del análisis certero sobre hechos relevantes de la
política, la historia y las artes. Leía y releía las obras de Gallegos en España.
Digno acompañante de Betancourt en ORBE, el Partido Democrático Nacional
y Acción Democrática, tuvo tiempo de revisar la obra emblemática de
Economía, Política y Petróleo de Betancourt y la expresión literaria de Mariano
Picón Salas sin desestimar el talento de autores de la talla de Miguel Otero
Silva, Mario Briceño Iragorry, Domingo Miliani, Francisco Salazar Martínez,
Caupolicán Ovalles, Luís Pastori, Ernesto Luís Rodríguez, Salvador Garmendia,
Pio Gil, Teodoro Petkoff, Salvador de La Plaza y al economista y crítico literario
Orlando Araujo. Estuvo al frente de la Gobernación de Caracas y miembro del
alto mando de la Junta Revolucionaria de Gobierno encabezada por Betancourt.
Ocupó la Secretaría General de la Presidencia de la República en los meses
efímeros de Gallegos.
Mercedes Fermín, fue una educadora que militó en el exilio adeco. Su huella
trascendió en la docencia. Se desentendió de AD con la ruptura que dio paso
efímero a su nuevo partido, Movimiento Electoral del Pueblo.
PATRIOTISMO PETROLERO
Dwight D. Eisenhower, de origen alemán- Jefe del Estado Mayor del Ejército de
los Estados Unidos en el gobierno de Harry S, Truman durante la Segunda
Guerra Mundial- derrotó por amplio margen al candidato demócrata Adlai
Stevenson en 1952- mantuvo intacto el New Deal. Pérez Jiménez con su
investidura dictatorial en ese año, no contradijo la frase del trigésimo cuarto
presidente que nació en Washington D. C. con su ‘’ Nuevo Ideal Nacional’’, sin
agregar nada al plagio de ‘’ Nuevos hombres, nuevos ideales y nuevos
procedimientos´´ de su paisano Cipriano Castro, prólogo incoloro e insípido
del ‘’ hombre nuevo’’, escrito en minúsculas por los creadores del ‘’ socialismo
del siglo XXI’’, negado por la crítica científica.
A Rómulo Betancourt le tocó lidiar con dos diestros que alternaban en un mano
a mano en el coso de White House entre 1959 y 1963. Estados Unidos prefería
importar petróleo ‘’ a precio vil’’- diría más tarde Carlos Andrés Pérez- para
mantener sus reservas en el subsuelo, estrategia con la que coincidía Juan
Pablo Pérez Alfonso para privilegiar esa constante, reverso de la moneda que
exhibían los militares criollos. Eisenhower impuso las restricciones
desfavorables para el petróleo venezolano en 1959. Un año más tarde en
Bagdad, por iniciativa de Betancourt y de los gobernantes árabes de Arabia
Saudita, Kuwait, Irán, Venezuela y del anfitrión Irak, el presidente Muhammad
Najib ar- Ruba’ i, crearon la Organización de Países Exportadores de Petróleo,
reto que impediría a las transnacionales fijar cuotas y precios de sus compras.
Barrios con intrepidez aparecía moviéndose en el medio campo y al mismo
tiempo como delantero y defensor en la jugada. Antes del ping-pong Leoni-
Johnson, Betancourt, con Barrios de bajo perfil en el tren, mostró su mano de
seda para que Kennedy y su atractiva esposa Jacqueline Lee Bouvier ,
caminaran sobre la alfombra de la Alianza para el Progreso en Caracas y
Maracay, tendida para que América Latina tuviese mayor proximidad con el
mundo del desarrollo y de la cultura, exigencia primaria para garantizar la
supervivencia del hombre y demás especies del planeta.
Con Carlos Andrés Pérez en Miraflores, Barrios fue elegido Presidente del
Congreso Nacional. Durante la administración Lusinchi se erige en mediador de
la disputa interna de su partido por la escogencia del candidato presidencial,
oportunidad que le permitió al muchacho de Rubio derrotar a Octavio Lepage y
volver a Miraflores. Él supo muy temprano que el hombre, accidente y activista
de la democracia, debía tener las maletas listas para sobre pesar las disputas de
los recetarios ideológicos y designios contingenciales de la Providencia, en la
convulsionada república que se fundó con el parto forzado provocado por
quienes impulsaron los odios mellizales para la separación de la Gran
Colombia en 1830.
CANDIDATO PRESIDENCIAL
por el manto suave del palabrerío sin la recluta armada que asimilaba la
audiencia cautiva en los medios impresos y audiovisuales. En el preámbulo del
eurocomunismo que estremecería la conciencia de los radicales en Europa y
América, Venezuela daba el ejemplo con el estreno de la alternancia que
consolidaba el bipartidismo. Este proceso fortalecería el aglutinamiento que
giraba en torno a Acción Democrática y el partido verde, con incidencia
notoria en el fraccionamiento que reduciría las áreas influyentes del
controversial izquierdismo que se subdividiría entre escombros y estafetas de
Moscú y La Habana y las flamantes agrupaciones del viejo continente. El poder
para el doctor Barrios nunca fue un instrumento ‘’ para levantar su
autoestima’’, ni tampoco para ‘’ increpar a sus adversarios’’ con mecanismos de
‘’ auto engrandecimiento’’. Es más, cuenta el colega Gerardo Oviedo-
observador de una contienda de dominó en la que jugaba el doctor Barrios en la
finca La Comadre de su hermano Abraham- cuando llamaron al candidato
presidencial de AD para que interviniera en el mitin de cierre de campaña en el
estadio fronterizo de béisbol Bachiller Julio Hernández Molina-el pitcher
lanzaba en Acarigua y el cátcher recibía la bola en Araure- el aspirante
socialdemócrata dejó colar uno de sus chistes de antología: — Ya voy, en este
momento vale más esta esta mano que la Presidencia de la República-.
-En los estudios realizados pocos días antes de concluir la campaña electoral, la
victoria del candidato presidencial de AD estaba asegurada por un moderado
pero respetable margen.
– Nuestra percepción era que esa jornada electoral no solo se estaba decidiendo
Gonzalo Barrios había leído de Jorge Luis Borges- Hay derrotas que tienen más
dignidad que la victoria- al decir en diciembre de 1968: ‘’ Al gobierno más le
vale una derrota cuestionable que una victoria discutida’’. Con otras palabras
de la misma fuente: / La oposición puede ganar por un voto, pero el gobierno
no/. En privado comentaría el doctor Barrios: – Yo no perdí, el que perdió fue
Prieto-.
El ex presidente del Instituto de Previsión Social del Periodista, Alí Rojas Áñez,
luchador político desde sus años mozos- fue hecho prisionero en Cúcuta, a
punto de ser fusilado a raíz del asesinato del líder colombiano Jorge Eliécer
Gaitán en 1948-estuvo exiliado durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez
en Colombia y Costa Rica. Desempeñó el cargo de Secretario Privado de Raúl
Ramos Giménez, nacido en Turén, estado Portuguesa y formado en el estado
Yaracuy y Caracas como activista de Acción Democrática. Ramos Giménez fue
el capitán de altura que asumió la jefatura del grupo divisionista que se marchó
del ‘’ Partido del Pueblo’’ para seguir el sendero del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria en 1960. Alí Rojas Áñez acompañó a Ramos Giménez en esa
escisión.
-La ida del maestro Prieto de AD, trajo como consecuencia ajustes en la
maquinaria partidista. Es así como el profesor Juan Medina Lugo es encargado
de la Secretaría General del partido blanco en el Zulia. Con él me ligaban todos
los nexos desde la clandestinidad. Por razones que no vienen al caso, nos
encontramos en el ‘’ Hotel del Lago’’. Medina Lugo me pidió que le ayudara
organizar la gira del entonces candidato presidencial, doctor Gonzalo Barrios.
Así lo hice. De aquí salieron dos anécdotas: 1.- Nos encontramos en el
descanso de la planta baja trajeados con colores claros que contrastaba con los
azules marinos grises y marrones oscuros que se veían por doquier. Barrios en
son de chiste me dijo: – Por lo visto, aquí los únicos trajeados para la ocasión,
somos usted y yo- 2.- Una de las noches de la gira le dieron una cena íntima en
la casa de un portugueseño adinerado en Maracaibo . En medio del condumio-
abundante comida- Francisco Olivo, Secretario Nacional del Buró Sindical de
Acción Democrática, en presencia de Manuel Peñalver, Andrés Hernández
Vásquez, Juan Herrera y otros dirigentes obreros me expresó: — Compañerito,
pensar que esta noche en este mismo lugar podríamos estar celebrando con un
candidato de Portuguesa, distinto al compañero Barrios, con Raúl Ramos
Giménez, a quien, cuando lanzamos la candidatura de Leoni, nosotros le
invitamos asomar sus esfuerzos para lograr el triunfo. Nosotros le
garantizamos nuestro unánime respaldo para su candidatura ahora. Esa es la
historia- concluyó su relato el colega Rojas Áñez.
–Se decía que Betancourt había quedado tan afectado por el atentado del año
sesenta, que su salud era precaria. Se creía que chocheaba. Se comentaba que
nunca más podría volver a las lides políticas- escribían Juan Liscano y el poeta
Carlos Gottberg en el libro que redactaron ale limón con el título ‘’ Multimagen
de Rómulo’’. –Se pensaba que había perdido el control del partido. Se oían
distintos comentarios. De vez en cuando él se manifestaba y sucedían cosas.
Una carta suya publicada oportunamente por una indiscreción real o fingida de
la prensa, torcía el curso del acontecer partidista. Se le sentía detrás de su
silencio, de su ausencia. Pero no regresaba. Ya se peleaba en AD para el
período 1974-1979. Los dos candidatos más en vista eran Gonzalo Barrios y
Carlos Andrés Pérez. Barrios había compartido con Betancourt todas las
vicisitudes del Partido y de la historia desde el P.D.N. Le correspondió ser
candidato a la Presidencia, en el momento más comprometedor, cuando se
operó la división que afectó más al partido, y Luís Beltrán Prieto junto con
Jesús Ángel Paz Galarraga formaron tienda aparte, llevándose un importante
caudal de votos. Entre éstos, los 400 mil que le faltaban a Barrios para derrotar
a Rafael Caldera, las circunstancias mismas le fueron desfavorables. Ahora se
presentaba como el dirigente de mayor opción a la candidatura presidencial
para el lapso 1974-1979. Pero Carlos Andrés Pérez, activo Secretario General,
tenía el control del aparato del Partido y esta vez no quería declinar su derecho
a la candidatura, como lo hizo en 1969. Pero antes que Barrios y Pérez,
Betancourt podía optar a ese honor. Ya había transcurrido la década que fijaba
la Constitución para que un ex presidente aspirara de nuevo a la primera
magistratura- recalcaban Gottberg y Liscano. Betancourt era muy zamarro. Sus
colegas periodistas se habían estrellado contra el portal de su silencio en Suiza.
Alguna declaración suya en el barco. Betancourt paseaba por cubierta, se
dejaba abordar, no soltaba prenda, se bañaba en la piscina, bailaba de vez en
cuando. Pero sus intenciones seguían siendo impenetrables. Parecían hasta
complacerse jugar al enigma. Así ancló su nave en La Guaira y así pasó un
tiempo. Nadie sabía lo que pensaba el hombre’’, como dijo Luís Esteba Rey en
sus Glosas Amables del diario La República. – Pero mientras duraba el
suspenso, trabajó para evitar dentro de A.D. una nueva desgarradura. La
caballerosidad y en el fondo falta de ambición de mando de Barrios, una
naturaleza de hombre cultivado e intelectual más que de caudillo con garra, la
hubiera probablemente evitado a nivel personal, pero no el riesgo de la
creación de facciones adversas. El Napoleón de Guatire comenzó a recorrer los
más apartados rincones de Venezuela. Sobre el periplo entre Suiza y Acarigua
de Betancourt escribiría Waldemar Cordero Vale en sus Memorias- líder
socialcristiano, ex Gobernador de Portuguesa, ex presidente de Bandagro y
dirigente torturado por la Seguridad Nacional durante la dictadura de Pérez
Jiménez: – Estando Caldera como Presidente de la República, entre 1969 y
1974, la democracia funcionaba en ese tiempo con mucha altura política y
ciudadana. Los Gobernadores recibimos instrucciones del Ministerio de
Relaciones Interiores, en este caso particular en la persona del ministro
Lorenzo Fernández, para atenderlo en su visita a Portuguesa como ex Jefe de
Estado. El señor Betancourt llegó al aeropuerto de Acarigua-Araure y yo lo
estaba esperando. Venía en el avión presidencial, con todas las medidas de
seguridad, como se lo merece a un Jefe de Estado en una democracia. Resulta
que los hermanos Barrios- Gonzalo y Abraham- le hicieron un agasajo en la
granja de este último llamada La Comadre. Naturalmente que Gonzalo y
Abraham eran mis amigos personales, además del alto cargo que yo tenía,
razón por la cual me invitaron a todos los agasajos y reuniones que ofrecieron a
don Rómulo Betancourt. En esa oportunidad me contó una anécdota- como se
vino a Venezuela en barco- se compró un libro para leer durante la travesía; y
cuenta que justamente a las diez de la mañana salió al área de la piscina a leer.
Cuando estaba empezando a leer se sentó a su lado un senador argentino,
quien se le identificó como un demócrata y empezaron a conversar. Según
Betancourt el senador era sumamente conversador y agradable. Estuvieron
La perspicacia del doctor Barrios nos invita a recordar otro paréntesis sobre el
golpe del mariscal Castelo Branco en abril de 1964, contra el régimen
expropiador de Joa Goulart, acusado de emparentarse con el comunismo de la
Unión Soviética y China durante la guerra fría. Barrios, sabía muy bien que los
militares de Brasil cuando tomaron el poder en la segunda mitad del siglo XX,
desestimaban en cierta medida la guerra entre sus conciudadanos, menudo
contraste con los enfrentamientos en países de Centro América y de sus
vecinos sudamericanos. El doctor Barrios aseguraba que los soldados cariocas
jamás tomarían el fusil para matarse entre ellos. Comentaba el líder
venezolano, los integrantes de la cúpula castrense, al perder una tranca en la
mesa de dominó, advertían a la pareja ganadora sentada en el cuadrilátero: ‘’ Si
usted tiene un cañón más, usted ganó’’.
TOCANDO EL PIANO
El doctor Barrios, oráculo de su partido, profeta para las consultas extra muros
y perfil de asceta, no faltaba al llamado interligas del diálogo incuestionable
para la realización de las grandes obras. El plan de la nación de cada
gobernante socialdemócrata o democristiano pasaba por sus manos. Ningún
proyecto legislativo escapaba a su visión. Tampoco escandalizaba sobre las
concienzudas enmiendas que proponía con cautela. Apenas afilaba sus
ocurrencias, por vía tangencial, para que sus interlocutores no se durmieran.
Sabía escuchar, en mangas de camisa, el petitorio de las barriadas populares de
Caracas en la casa distrital de AD, de Toro a Pineda, entre la dirigencia que
recién llegaba del exilio sin ‘’la pepa del zamuro’’ en 1958. Para la escogencia
del candidato presidencial de su organización se consumó el trago amargo de
los inaplazables tropiezos. El liderazgo partidista, se hallaba en manos de
Simón Sáez Mérida y Domingo Alberto Rangel que aupaba las opciones de
Rafael Pizani y del presidente de la Junta Wolfgang Larrazábal Ugueto.
Betancourt entre tanto, le daba la vuelta al territorio nacional un par de veces.
Betancourt derrotó en el campo militar y político a Fidel Castro con sus plagios
batisteros y a Chapita Trujillo. Al término de su mandato, Betancourt se
inclinaba por la opción de quien había sido eficiente ministro del Interior en la
guerra contra el golpismo: Carlos Andrés Pérez, pero el buró sindical inclinó la
balanza por Raúl Leoni, presidente del Congreso Nacional. Leoni, con el voto
de la tarjeta negra, conquistó mayoritariamente la confianza de los electores.
Betancourt se marchó a Europa para escribir y reponerse de sus achaques.
Barrios viajaba a Nápoles y Berna para informar a Betancourt de lo que ocurría
en el país. Betancourt y Barrios sabían que Paz Galarraga, con siete años en la
Secretaría General de AD, de traje blanco y pipa en la boca, amigo entrañable
del Grupo ARS, les echaría ‘’ una vaina’’ más adelante como en efecto sucedió
con el nacimiento del MEP. Prieto y Barrios nacieron en 1902 y fallecieron en
1993. Paz Galarraga, dieciocho años menos que Barrios y Prieto, murió en el
2012, fecha en la que los residuos del MEP se cuadraban con el chavismo-
madurismo. Difícilmente el maestro Prieto hubiese respaldado una dictadura
tal cual lo hicieron el indio Paz y sus lugartenientes. Son simples conjeturas
que se desprenden del análisis doctrinario, aun cuando uno no sabe si el líder
de La Asunción, impedido de ascender al poder ejecutivo por su manifiesto
anticlerical hubiese tirado su doctorado romulero al muladar. Barrios se
mostraba parco pero mantenía fresca su memoria ante los ronquidos de Prieto,
mientras este líder margariteño manifestaba que ‘’ Gonzalo Barrios era la
piedra en el zapato’’ de Rómulo Betancourt. Raúl Leoni moribundo desde su
lecho de enfermo, en julio de 1972, llamó a Prieto para despedirse, pero éste
no acudió a la cita. Las heridas permanecían abiertas. Barrios continuaba su
concierto sin inmutarse. Después que Prieto y Barrios habían picado los cabos
de este mundo, Juan José Delpino, sindicalista culto, luego de irse con el MEP
regresó al ágora de AD en un relevo meritorio para conversar con los
comunicadores los días sábados. Más tarde hizo come back el ex jefe
guerrillero y fundador del MIR Américo Martín, quien en el siglo XXI junto con
Isabel Carmona y Gumersindo Rodríguez, trabajaron en la renovación de la
tesis doctrinaria de Acción Democrática cantando unidos La Marsellesa, letra
de Andrés Eloy Blanco y música de Inocente Carreño, con la estrofa ´´ Adelante
a luchar milicianos, al compás de la revolución’’ para satisfacer el gusto por las
artes de Gonzalo Barrios. Las ovejas descarriadas volvían a su corral. ‘’ Las
cosas vuelven al lugar de donde salieron’’ decía el viejo Gallegos. Barrios no
andaba en la cuerda floja del correveidile que prefiere una vida contemplativa.
Tampoco apretaba el gatillo. Continuaba tocando el piano.
Pero tampoco fungía de sabio solitario. Adornaba sus pasos con espíritu
gregario. Con políticos del amplísimo universo, familiares y amigos, escuchaba
y exponía puntos de vista sobre los más variados temas. Podía leer un libro por
día. He allí la diferencia con los ignaros, con los politiqueros fracasados que
deambulan como los toreros que nunca fueron diestros en el volapié. Jamás
presumía. No se consideraba infalible. Rapsoda y buen intérprete. Su
ponderación cautivaba.
EL 18 DE OCTUBRE
SANTOS LUZARDO
Gonzalo Barrios representaba la imagen de Santos Luzardo en la novela de
Doña Bárbara, joven abogado que se internó en las llanuras de Apure para
luchar por las injusticias sociales y el robo de tierras que la mujer implacable
con el látigo del crimen, azotaba a las víctimas con la complicidad de su
temible pandilla. Barrios no se internó en las sabanas ni en la selva de Canaima
para perderse como Marcos Vargas. Él deambulaba como corresponsal de
guerra, baquiano de su militancia, por diferentes huertos para dar a conocer las
siembras de Luzardo y los contrapunteos sobre el misterio de los personajes de
Cantaclaro con la belleza de su poesía que intercambiaba con otros insumos
para garantizar resultados óptimos de la cosecha política y literaria del
positivismo.
Onghia en la entidad federal donde tiene su sede el Templo Votivo para
venerar a la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela.
Con el Buró Sindical integrado por obreros del intelecto que comulgaban las
mismas inquietudes, Barrios se despojaba de los prejuicios del adversario al
abrir el debate sobre la redención de la clase trabajadora. Bernardo Pérez
Salinas, Manuel Peñalver, José Vargas, José González Navarro, Juan José
Delpino, Augusto Malavé Villalba, Juan Herrera, Carlos Luna, Roberto
Hernández, Manuel Quijada y Pedro Brito junto con Félix Adams en Educación
de Adultos y Luís Beltrán Prieto en el Instituto Nacional de Cooperación
Educativa y la Federación Venezolana de Maestros le daban brillo al discurso
con el doctor Barrios para que Mano Juan cerrara filas con el Negro Evangelista
en el Partido del Pueblo.
Con las lecciones de Musiú Carmelo, Gonzalo Barrios a sus ocho años de edad
recibía las versiones sobre la Revolución Mexicana de 1910 contra la tiranía de
Porfirio Díaz que gobernaba desde 1876. A los doce años de edad inició sus
análisis más de cerca sobre los conflictos armados del siglo XX. Seguía día a día
a través de las ondas hertzianas la información sobre la Primera Guerra
Mundial. Tres años más tarde se enteraba del estallido de la revolución
comunista en Rusia. A los treinta y siete años de edad, ya con formación
académica, es testigo del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
A los cuarenta y tres años de edad, aparece como uno de los actores del golpe
de Estado cívico-militar o Revolución del 18 de octubre de 1945 y a sus
cincuenta y siete años sintió el terremoto de la Revolución Cubana en 1959.
Los orígenes y consecuencias de esas revueltas constituían una cantera para
excavar. Luego sobrevinieron las fracturas, entre las que destacaba el flamante
eurocomunismo, episodios que el doctor Barrios- político con trayectoria
congresal y poder analítico de dimensión universal- exploró sigilosamente
hasta el día de su desaparición física con su proverbial reticencia a los aplausos
que procura el vulgar imitador del vanidoso benemérito .
Gonzalo Barrios miraba de cerca y sin disimulo el abismo que distanciaba a los
militares democráticos y autoritarios, del mismo modo que diferenciaba la
tiranía que presume de perfecta sin admitir sus desmanes, de la administración
con pensamiento autocrítico que gracias a las imperfecciones es capaz de
generar sus correctivos. Barrios tomó las credenciales del verdadero político
para cumplir con pasión y sacrificio, la misión encomiable de abogar por las
grandes transformaciones de la sociedad rural y medioeval, en aras de una
sociedad moderna con garantías y libertades que se fundamentara en los
ideales supremos de la equidad y la justicia con la redención del obrero, del
campesino, del estudiante, del empresario progresista, del maestro y de los
profesionales y técnicos, a riesgo de que las nuevas generaciones perdieran el
tiempo y el timón del barco, inmersas en el infortunio de las trifulcas
fratricidas con el detonante de las ‘’ trompadas estatutarias’’ que él advirtió
con premura para sortear las tempestades y evitar el asalto de los bucaneros del
crimen y el robo . Gonzalo Barrios se erige en factor fundamental de un
liderazgo que trasciende sin estatuas de bronce, con inconmovible resistencia a
los caracterópatas que ‘’ gustan rodearse de aúlicos y corifeos que aplauden o
comparten sus erróneas concepciones, o se entregan a heroicas y estériles
luchas contra el mundo, a fin de probar una tesis o lavar una pretendida
injusticia’’, advertiría el escritor y psiquiatra Francisco Herrera Luque. No
exageraba. Conocía el sentido del límite. El solo no pretendía ‘’ refundar’’ la
República. Tampoco se creía ‘’ único’’. Nunca pensó que él era un ‘’ águila’’ y
ESTAFA COMUNISTA
Los hechos le dieron la razón. Los chinos se olvidaron de la ‘’ gran marcha’’ de
Mao Tse Tung. Los rusos tumbaron el Muro de Berlín con la Perestroika de
Mikjail Gorbachov. La estafa comunista se vino a pique. Los marxistas-
leninistas-maoístas cambiaron de chaqueta. El lobo feroz se disfrazó de
caperucita roja. El doctor Barrios no se vio en la obligación de dictar cátedra
para que le reconocieran sus atributos en defensa de la verdadera democracia.
Criticó desde el exilio el macartismo que propugnó los golpes de Estado contra
Jacobo Arbenz -a petición de la United Fruit Company en Guatemala el 27 de
junio de 1954 para que se encaramara el coronel Carlos Castillo Armas con el
apoyo de la CIA- y el de las compañías petroleras del Reino Unido y de Estados
Unidos en contra del primer ministro Mohammed Mosaddeq el 19 de agosto de
1953- con la Anglo-Iranian Oil Company de albacea- avalados por el
presidente Eisenhower, pero, el doctor Barrios, también se opuso a la conducta
criminal del comunismo expansionista que pretendía imponer la dictadura
irracional de camarillas que se arrodillaban ante Moscú y Pekín. Barrios no
contaba los pollos antes de nacer envueltos por el mandamás de los pañales
rojos . Cayó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas con el paso libre
entre las dos Alemania en 1989, treinta y seis años después de la muerte del
tirano Stalin. Cayó la viuda de Mao, jiang Qing y sus Jinetes del Apocalipsis con
el giro de Deng Xiaoping , pero la tiranía perdura en Rusia a través del voto con
el nuevo zar de las mafias, Vladimir Putin y, en China, con los delegados del
Partido Comunista que votaron por unanimidad para que el presidente Xi
Jinping muera en el trono. En esa transición no cayó ninguno de los mellizos
del comunismo mundial. La resultante es la del mismo musiú con diferente
cachimba que amplía sus predominios en América Latina a través de las
chequeras del capitalismo, con especial repercusión en Cuba, Venezuela y
Nicaragua.
El doctor Barrios no podía olvidar su expulsión del país junto con otros jóvenes
acusados de ‘’ comunistas’’ por el general de Queniquea, sucesor del tirano
Juan Vicente Gómez, pues en verdad, el binomio entre los consorcios
transnacionales y los militares reaccionarios del tercer mundo constituía una
palangre o red de pesca para atrapar, derrocar y asesinar al presidente o primer
ministro que fuese capaz de promover y ejecutar reformas progresistas
favorables a las clases explotadas.
Gonzalo Barrios vio pasar el agua por debajo del puente de la liberación de los
pueblos, que hoy todavía luchan contra los tiranos que cambian de ropaje como
el camaleón de múltiples colores que baila al son que le toquen para llenar sus
alforjas- etiquetados con el slogan publicitario del Grupo Gudi, integrado por el
Negro Gudiño y Félix Ramón Fernández: ‘’ Con los que están, desde el
principio, con los que vengan, hasta el final, y si acaso vienen otros, somos
nosotros’’.
EL FINAL Y EL PRINCIPIO
Dicen que no hay quinto malo. Sin embargo, en el mes de mayo de 1993 hubo
dos muertes, una natural y otra política. El 21 el presidente Carlos Andrés
Pérez fue separado de su cargo y el 30 falleció Gonzalo Barrios. En sus días de
agonía el doctor Barrios había sido informado del proceso que se inició el año
anterior con una denuncia de José Vicente Rangel sobre la transferencia de la
partida secreta del Estado, por la suma de 250 millones de bolívares a la
candidata presidencial de Violeta Chamorro, para contribuir al establecimiento
de la democracia en la convulsionada Nicaragua asediada por la guerrilla de
Daniel Ortega. Dirigentes de AD, de otros partidos y sectores independientes se
alinearon para propiciar la salida de Miraflores del Muchacho de Rubio. El
Fiscal General de la República, Ramón Escovar Salom solicitó en marzo del 93
el antejucio de mérito ante la Corte Suprema de Justicia que presidía Gonzalo
Rodríguez Corro. Se desató la polémica jurídica. Defendieron y respaldaron el
petitorio de Escovar Salom en el máximo tribunal. Pérez alegó que no tenía
nada que ocultar. Escovar confesaría años más tarde su arrepentimiento
– Yo exalto ahora este ejemplo de cívico heroísmo, no sólo porque he sido uno
de sus colaboradores y le he guardado, con el afecto, entrañable admiración,
Quienes tuvimos la oportunidad de viajar a Nueva York para cubrir la ruta del
regreso con los despojos mortales de Betancourt- un par de días antes de su
gravedad había acompañado al Presidente Herrera al viejo Yankee Stadium,
testimonio fotográfico que publicamos como primicias en el vespertino El
Mundo y en el matutino Ultimas Noticias de la Cadena Capriles- no escapaba
en aquellos momentos de espera entre los contertulios del Doctor’ Hospital, no
sólo el informe final del doctor Arthur Ancowitz, sino algunos pasajes sobre el
contenido de la acción y el pensamiento que unió para siempre a Gonzalo
Barrios con Rómulo Betancourt en la vida pública, sin estorbarse en los ruedos
como los buenos toreros.
En paralelo, durante los primeros dieciocho años del siglo XXI, anclaron sus
naves en España ‘’ los boli chicos’’ procedentes de Venezuela, sin el oro ni las
perlas de sus antepasados que llegaron al Caribe en las carabelas de ‘’La
Pinta’’, ‘’ La Niña’’ y ‘’La Santa María’’ con Cristóbal Colón, sin ninguna
conexión ancestral con los vikingos de Dinamarca, nación con el menor índice
de corruptelas en el orbe. Los boli chicos son unas criaturas que se cruzan en
sus andanzas con sus antecesores más inmediatos en el Océano Atlántico de la
abundancia, para disponer de recursos financieros que se nutren de las aguas
turbias de diversas riberas antillanas. Se contamina el ambiente, secuela del
enriquecimiento ilícito de una centrífuga, aparentemente invisible que a priori
permite decir a los investigadores: ‘’ algo malo huele en Dinamarca’’, mientras
Felipe González y José Luís Rodríguez Zapatero—militantes del Partido
Socialista Obrero Español- a bordo del mismo barco asumían posiciones
contradictorias a propósito de la crisis que padecía Venezuela en esos tiempos-
al desembarcar en la cancha como dos punteros del mismo equipo que se
disputaban el balón con mucha pasta en las alforjas para que cesara Cristiano
Ronaldo en el Real Madrid. Gonzalo Barrios en el más allá y Lalo Troconis en el
más acá, pudieran coincidir con un pañuelo en la nariz desde la tribuna, a la
hora que se lleve a cabo la jugada suprema, pues entre los nuevos viajeros de
Indias, es decir, entre los boli chicos, no se hizo a la mar ningún desafortunado
paleto originario de la montonera de cómplices, sin tregua alguna para ‘’ el país
de reputaciones consagradas y de nulidades engreídas’’- frase lapidaria del
escritor satírico Manuel Vicente Romerogarcía que atacó en sus escritos y con
el fusil a Guzmán Blanco y sus lugartenientes al pelear al lado de Cipriano
Castro con quien rompió en 1902 año en que nació Gonzalo Barrios- sin dejar
de reprochar a los godos que todavía compran títulos de nobleza, tal cual lo
denunciara el héroe civil de Acarigua antes que los restos de Guzmán Blanco y
del Cabito Cipriano Castro fuesen remitidos al Panteón Nacional de Caracas,
rodilla en tierra, por los filibusteros sin desamparo que rezan por la ‘’
eternidad’’ de su comandante, mientras Lalo revisaba la agenda del siglo
anterior cuando Barrios y Betancourt se entendían, a pesar del lenguaje barroco
del líder guatireño, para colocar en su justo término- ‘’ sin esguinces, sin
periclitamientos ni cubileteos de tramoyista’’- a gobernantes manirrotos ‘’
sicofantas del hamponato y traficantes de la falencia’’ que se niegan entregar el
coroto para repartir el fruto de la mazorca con las elites encumbradas -dentro y
fuera de Venezuela- mientras en sus calles, la sociedad de limosneros, lame la
tusa del maíz pilado en los basureros. Las riquezas de los boli chicos- en la era
de la computación, la cibernética y de la droga, sin secretos en Andorra y la
banca suiza- no debe ser subestimada, si es que intentan establecer
parangones, con los amos del valle en las monarquías europeas, de China,
Corea del Norte y del hijo del gran Putin que maneja las mafias rusas a su
antojo.
Betancourt- cada uno con luz propia- la del maestro y la del estudiante- para
florecer entre ellos como luces que alumbran con los rayos del sol y en noches
de luna clara, fuentes inagotable para cosechar los mejores frutos del hombre
que pronto sabe defender sus derechos irrenunciables para conquistar su
libertad y prosperidad, como lo hicieron los Angelitos Negros en los versos de
Andrés Eloy Blanco y las Vírgenes que escucharon a Florentino para oponerse a
las tentaciones del demonio, con sus adláteres en Sabaneta de Barinas y sus
alrededores.
-La agitación venezolana de los últimos años no tolera los juicios de una sola
pieza. Para evaluar cualquier opinión es preciso rescatarla antes de confusas
contradicciones y confrontarla siempre con opiniones opuestas y aún hostiles.
familia, Gonzalo Barrios no tuvo casa propia. Él vivió al lado de sus parientes.
Nunca fue reo de la justicia por peculado. Sí tuvo cuentas por cobrar a las
tiranías. Su pasión por el conocimiento al servicio de los pueblos, fue su
compañera inseparable en valles, montañas y llanuras de su soltería- como la
de Pavel en La Madre, novela de Máximo Gorki- aunque el joven Barrios tuvo
novias en Acarigua, entre ellas Rosa Dolores Calles Ramos; en México- nos dijo
Sonia Gallegos, hija de Rómulo Gallegos y en Caracas, Cecilia Olavarría. Barrios
fue un hombre prestado a la política a tiempo completo sin celibato perpetuo
para izar a cualquier precio las banderas de la libertad.
– Junto con Pedro Pablo Aguilar durante la campaña electoral que ganó el
conservador José María Aznar- para decirle que el doctor Barrios se hallaba en
–Les pegó la democracia por el pecho, acabó con las insurgencias de izquierda y
de derecha. Murió y dejó la conducción del país al único ciudadano con mayor
inteligencia política que él, Gonzalo Barrios, y las instituciones no
sobrevivieron a la muerte de este último. Nuevamente las elites fracasadas se
lanzaron como lobos al cuello de las instituciones, destrozaron los partidos,
desacreditaron la democracia. Empresarios, intelectuales, gerentes de los
medios, militares, sindicalistas, decidieron acabar con lo existente, buscar
nuevos caminos, y se enfebrecieron con Caldera, el primer retroceso al pasado,
el desmontaje de la reforma económica, la hostilidad a los cambios políticos y
la descentralización, para ver posteriormente pegarse, equivocadas desde
siempre y para siempre, y aclamar al galáctico, otro caudillo militar,
atolondrado, revolucionario, muy parecido al del siglo anterior.
ACN/CA
Extraños descubrimientos
encontrados en el fondo del agua
Publicado 16 horas ago on 8 julio, 2019
Por Francisco Mayorga
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Por mucho que todos amemos el agua (en cantidades moderadas); es una de las
cosas más peligrosas del mundo. ¡Piensa en todas las gigantescas olas de
tsunami que pueden destruir ciudades enteras; y tormentas capaces de aplastar
incluso a los acorazados más grandes!; Sin mencionar los terrores ocultos que
habitan en las profundidades de la superficie del océano.
Ya que el 79% de nuestro planeta está cubierto de agua; puedes imaginar que
existen muchos misterios escondidos ahí. Además de los monstruos
lovecraftianos, el Abismo Azul es un lugar de descanso; para innumerables
tesoros y artefactos, ciudades antiguas ¡e incluso la tecnología alienígena de la
vida real!
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