Você está na página 1de 34

INTRODUCCIÓN.

El tema de los amplificadores magnéticos se remonta a los


años treinta o cuarenta, así que no es nuevo, y la idea se basa en
que el control sobre la movilidad de los portadores de carga, que en
electrónica corre a cargo de estrategias que se despliegan en el
seno de una red cristalina o en el vacío, en este caso se aprovecha
el comportamiento de los dominios magnéticos del núcleo de una
bobina, que repercute en el valor de su inductancia, y por tanto en
su respuesta en CA.

EL CICLO DE HISTÉRESIS.

El medio en el que se encuentra sumergida una bobina afecta


de manera determinante a sus características. El núcleo, que es el
nombre por con el que vulgarmente nos referimos al entorno
magnético, es culpable de la magnitud del efecto de las espiras, y
esto da lugar a la catalogación de los materiales, según sean sus
cualidades magnéticas: Diamagnéticos, paramagnéticos y
ferromagnéticos. A nosotros aquí y ahora nos interesan los
ferromagnéticos, pues su alta permeabilidad permite construir
bobinas de inductancia elevada con un volumen muchísimo más
reducido que el que sería necesario si el núcleo fuera vacío o
mismamente aire.

Sin embargo, como toda ventaja tiene su otra cara, la


presencia de un núcleo ferromagnético supone tener que convivir
con, entre otros, dos inconvenientes que se aprecian sometiendo la
bobina a un ensayo magnético. Para ello podemos construir un
montaje como el de la figura, en donde con una fuente de corriente
alterna generamos un campo magnético que se prodiga a lo largo
de un ciclo cerrado.
En el eje vertical de una gráfica se anotan los valores del
campo que genera la corriente (B), y en el horizontal la imanación
(H) que resulta en el núcleo. El resultado es el popular ciclo de
histéresis.
El núcleo perfecto para aplicaciones en máquinas eléctricas
debería generar un ciclo consistente sencillamente en una línea
recta, que pasara por el origen y que presentara siempre la misma
pendiente, desde y hasta el infinito. Sin embargo en la realidad la
inclinación de la línea no es ni mucho menos constante, y llega a
hacerse cero o casi cero en presencia de un campo suficientemente
intenso, lo que significa que, por ejemplo un transformador
fabricado con material de este tipo (y recuérdese que no existe otro
en la naturaleza) no podrá trabajar con corrientes que superen
cierto límite porque de lo contrario la forma de la onda de la energía
que procesa sufrirá una seria deformación que produce
consecuencias muy negativas. Una explicación simplona para este
fenómeno, pero válida, es que cuando el campo es intenso, en el
núcleo se agotan los dominios en donde los electrones son capaces
de jugar la baza que les toca (orientarse en el plano del campo,
etc), así que, sencillamente no hay más cera que la que arde, y éste
se satura. La verdad de esta consideración es que cuando
necesitamos que una máquina procese corrientes elevadas,
corrientes que originarán campos de gran intensidad, para no hacer
una chapuza hay que ser generosos en la cantidad de masa férrica
del núcleo. Esta es la principal razón por la que las máquinas
eléctricas en general son grandes y pesadas.

Los dos ciclos que tenemos arriba son de la misma bobina con
núcleos diferentes y sometida a la misma prueba. El material
magnético de la izquierda es bastante bueno para aplicaciones
corrientes, y el de la derecha mucho más blando, pues con un
campo muy bajo ya empieza a responder con una línea de
imanación casi horizontal (pequeño factor de energía térmica).

Otra imperfección apreciable es la HISTÉRESIS, cualidad que


viene a darle el nombre a esta gráfica. En efecto, los trayectos de
ida y vuelta no discurren por el mismo camino. A lo largo del
experimento se aprecia cómo, una vez que hemos partido desde el
origen con un núcleo virgen (totalmente desmagnetizado), cuando
en el camino de vuelta la corriente es nula, ó sea, no se crea campo
por parte de la bobina (B=0), la imanación no lo es (H≠0), que
dicho de una manera más familiar, significa que el núcleo se ha
imantado. Para desimantar el hierro necesitamos aplicar corriente
inversa. Lo que acabo de decir no es tan sencillo, pues si
deseáramos desimantar totalmente una pieza que ha cogido vicio
magnético, no bastaría con someterla a un campo inverso de
determinado valor, porque entran en juego factores temporales. De
todas las maneras este no es el lugar ni el momento para
profundizar en este apasionante tema. La histéresis supone que las
bobinas sometidas a corriente alterna, en cada ciclo pierden una
energía que se emplea en magnetizar el núcleo, desmagnetizarlo y
volverlo a magnetizar en sentido contrario. Es una de las razones,
aunque no la única, por la que los motores y los transformadores se
calientan.

LA UTILIDAD DEL NÚCLEO BLANDO.

Los técnicos en electrónica nos topamos a menudo con


circunstancias en donde se abre de repente una válvula, por
ejemplo un diodo, y el estado del circuito que le espera hace que se
desencadene una avalancha de corriente de una magnitud que, de
no tomar medidas puede destruir algún componente o someterlo a
un severo castigo eléctrico. Un ejemplo típico es la conmutación de
la polaridad de la fuente de tensión conectada a la entrada en un
circuito como el de la figura.
Suponemos que la fuente de tensión Vi proporciona al filtro
inductivo-capacitivo constituido por L1, C1 y RL una onda
rectangular alterna de 50V de amplitud.

Forma de onda de la tensión que ofrece Vi.

Si el filtro está bien diseñado, la corriente a través de L1 no se


anula cuando la tensión de Vi se hace negativa, sino que continúa
circulando, por culpa de la naturaleza inductiva de L1, (D1
desengancha el filtro de la fuente Vi), y porque D2 le facilita el
camino.
La corriente a través de la inductancia L1 no se hace nunca cero.

Así las cosas, cuando la tensión de Vi vuelve a ser positiva, el


diodo D1, que se polariza directamente, entra en plena conducción,
pero D2, que hasta ese momento conducía la corriente de retorno
de L1 no puede bloquearse instantáneamente porque ha de llevarse
a cabo la recuperación de sus portadores de carga. Estamos ante un
cortocircuito, de corta duración, pero que si la cadencia de
operaciones es muy elevada hará que el régimen de trabajo sea
prohibitivo, y el circuito termine presentando problemas. En el
oscilograma vemos cómo en los flancos de Vi, en ambos, porque en
cada uno la conmutación de los diodos es excluyente (uno se pone a
conducir y el otro se corta, y viceversa), a través del diodo D1 se
producen picos de corriente de unos 15A, cuando la de trabajo
apenas supera 1A.
Forma de onda de la corriente a través del diodo D1.

Una solución muy socorrida consiste en conectar en serie con


el diodo D1 una inductancia a la que se conoce familiarmente con el
nombre choque, que hace que cuando se presenten los flancos
bruscos de tensión, la corriente solo pueda crecer de una manera
muy discreta, al caer toda la tensión a través de ella. Si la bobina
CHK fuera íntegra, cuando Vi conmuta, la corriente a su través
sufriría un cambio paulatino hasta alcanzar el régimen permanente.
De esta guisa se obvia el problema de la conmutación, pero
tendríamos que contar con un retraso normalmente incompatible o
como poco incómodo para un circuito de conmutación. Además, una
bobina convencional de un valor apropiado (unos 10 uH tiene la
empleada para la gráfica), resultaría un poco grande.
Una inductancia de protección aporta un retraso nada despreciable.

Sin embargo una bobina pequeñita con un núcleo de alta


permeabilidad, condiciones que le obligan a ser muy blando, cumple
con la función de amortiguar el choque sólo en el momento
adecuado, y más allá su efecto desaparece. Este tipo de bobinas lo
encontramos, sin ir más lejos, en las fuentes de alimentación que
llevan todos los ordenadores personales de sobremesa. Podemos
desguazar una cualquiera que tengamos en el almacén y
reconocerlos fácilmente porque son pequeñas, están devanadas
sobre núcleo toroidal y tienen muy pocas espiras, construidas con
hilo de bastante sección.
Con un componente de estos en el banco de pruebas
observamos cómo, mientras dura el conflicto, que como hemos
visto no es mucho tiempo, la elevada inductancia de CHK procura
que con una muy discreta pendiente de la corriente a través de ella
(VL=L di/dt) caiga la tensión del escalón que presenta la fuente Vi.
Sin embargo, el efecto del núcleo va a desaparecer tan pronto como
éste se sature. En ese momento, desde el punto de vista
macroscópico es como si la bobina hubiera dejado de tener
inductancia y se hubiera convertido en tan solo la resistencia del
hilo con el que está devanada, apenas unas centésimas de Ohmio.
Se establecerá la conducción de una manera relativamente brusca,
pero con el retraso suficiente para que el diodo D2 se haya
recuperado y quedado en la más absoluta cerrazón.
Un choque de núcleo blando retrasa y suaviza la conmutación.

En la figura tenemos el oscilograma de la corriente a través


del diodo D1 y en la zona inferior una referencia de la tensión Vi.
Como podemos ver, la entrada en conducción se produce con un
retraso de algo más de 2us, el tiempo que ha necesitado el núcleo
de la bobina CHK para saturarse. Mirándolo desde otro punto de
vista, podemos decir también que:

1. 1. A partir del instante en el que Vi presenta el flanco


positivo, la corriente a través de CHK se pone a crecer a la
velocidad necesaria para que en sus extremos caiga
prácticamente toda la tensión ganada por Vi. No es que el
sistema tenga inteligencia, sino que simplemente su estado
de equilibrio no puede ser otro.

2. 2. Mientras su núcleo se encuentra en la zona


magnéticamente activa (no saturado), el valor de la
inductancia de CHK es tan elevado. que podemos
considerar sin miedo a exagerar que el gradiente de
corriente necesario para que se genere la tensión
mencionada (VL=L di/dt) es muy suave, y el de la
acumulada durante el intervalo que dura el fenómeno
también.

Todo esto ocurre durante esos 2us que siguen al momento de


la aparición del pulso positivo, y desaparece en cuanto el núcleo se
satura, con bastante brusquedad por cierto. Mirando con un poco de
atención el último oscilograma es posible que se nos empiecen a
ocurrir ideas maliciosas, pienso en mi modesto entender,
semejantes a las de quienes idearon y fueron dando forma al tema
que aquí nos ocupa.

OTRA VEZ EL CICLO DE HISTÉRESIS.

La experiencia anterior nos ha dejado un gusanillo, y es que


desde el punto de vista de la entrada al filtro al pulso original, el
que presenta Vi, la presencia de CHK le supone un mordisco limpio.
Si el tamaño de ese trozo pudiera ser controlado se podría
intervenir en el valor de la tensión media, que, no lo olvidemos, es
el producto final de la fuente de alimentación. Por ejemplo,
Imaginemos un sistema compuesto por un oscilador que genera
pulsos de 50V con una relación ON/OFF del 50% y que necesitamos
que la fuente genere una tensión de 20 V. Teóricamente la relación
deberá ser 20V/50V, que en un ciclo con un período de p.e. 20us
supone un tren de 8us ON y 12us OFF.
El pulso generado por el oscilador central, y el recortado para que el filtro lo
convierta en su valor medio, 20V de CC.

Intercalando un choque debidamente calculado se podría


conseguir alcanzar esta relación mordiendo al pulso positivo, que
íntegro es de 5 us, un trozo de 1us.

Es evidente que en la práctica las condiciones de la salida


harían fluctuar el valor de la tensión proporcionada por el filtro
entre valores casi siempre inadmisibles, lo que obliga a que un Feed
Back adecuado reajuste continuamente el tamaño del mordisco.

Si la fuente tendría que proporcionar más tensiones,


podríamos utilizar un transformador con varios secundarios, e
instalar en cada sección controles basados también en choques del
mismo tipo.
La idea es halagüeña también, porque el transistor de paso
que se necesita para generar Vi va a conmutarse siempre en
presencia de una corriente muy pequeña, corriente que crecerá
enseguida hacia un valor elevado, pero con el transistor conmutado,
y eso sabemos lo beneficioso que es, frente a la conmutación a
plena carga, para la integridad de un semiconductor.

La idea es bonita, así que vamos a observar qué pasa en el


núcleo de la bobina CHK del circuito de prueba. Con las condiciones
de trabajo que han dado lugar al último oscilograma hemos
obtenido en el núcleo de CHK el ciclo de histéresis siguiente:
Magnetización del núcleo de K1.

Como se puede observar, la bobina va y viene durante


prácticamente medio camino magnético, el superior. ¿Podemos
intervenir en esto?...

Tensión en extremos de CHK. La curva inferior es una referencia de Vi.

Empecemos observando la forma de la tensión que se genera


en los extremos de la bobina CHK. En el canal inferior del
oscilograma se ha insertado una referencia de Vi. Si empezamos por
la llegada del flanco creciente de Vi:

1. 1. Inmediatamente se genera en extremos de CHK una


tensión de +50V, justo los necesarios para que el escalón
de tensión que en ese momento presenta Vi no repercuta
en el filtro.

2. 2. Al cabo de unos 2,5us la tensión en extremos de CHK


cae prácticamente a cero. Estamos en el momento de la
saturación del núcleo. La corriente a través de CHK se ve
liberada del efecto inductivo de su bobina, que ya no lo es
tal, sino tan solo una resistencia de algunos mΩ.

3. 3. Finalizado el pulso positivo de Vi, aparece el negativo,


de también 50 V. CHK se comporta casi exactamente igual
que cuando apareció el flanco positivo, generando esta vez
tensión, lógicamente negativa, y durante prácticamente el
mismo tiempo que entonces. La razón de que ocurra esto
es que cuando llega el pulso negativo la corriente a través
de CHK decrece hacia cero, haciéndole recorrer a la bobina
de CHK el mismo camino, en sentido contrario. La descarga
de la bobina, que no olvidemos, ahora se está
comportando como elemento activo (tensión positiva en la
punta de la flecha de corriente) tiene lugar por el camino
indicado en la figura, virtualmente a través del diodo D2
(aunque parezca extraño, la verdad es que D2 conduce por
culpa de la recuperación del filtro, que trabaja en modo
continuo) cuyo cátodo se encuentra prácticamente a
potencial de masa. Para el que quiera quedarse más
tranquilo, que haga un análisis del nudo D1-D2-L1
considerando CHK y L1 como fuentes de corriente del valor
de la que les circula en el momento de la conmutación de
Vi.

4. 4. Una vez que ha desaparecido la energía de la


inductancia CHK observamos una oscilación, de valor
medio cero, debida a la respuesta natural del sistema, pues
al no haber tensión ya en extremos de CHK, el diodo D1,
bloqueado, la aísla del resto del circuito.

CONTROL POR RECUPERACIÓN.

Ahora vamos a enfocar la atención en la manera de controlar


el mordisco. Hay dos formas de hacerlo, una, no dejando al núcleo
avanzar más allá de la mitad del recorrido de la curva de histéresis,
y es lo que vamos a mirar ahora. También es posible dejarle ir más
allá de la recuperación, como veremos después.

La idea es controlar el decaimiento de la corriente que circula


a través de CHK mientras dura el semiciclo negativo de Vi. Para
ello, lo primero que haremos es crear un camino para esa corriente,
manipulando el circuito convenientemente.
Hemos cambiado de sitio el diodo D1, tan solo conmutándolo
con el choque CHK, y le hemos dotado a éste del diodo volante D3,
que para CHK es exactamente igual que el diodo D2 para L1.
Durante el semiciclo positivo de Vi las cosas son exactamente igual
que hasta ahora, con Di conduciendo plenamente y D3 en corte,
pero cuando se presenta el semiperíodo negativo la fuente Vi se ve
desenganchada porque D1 bloquea el camino de su corriente (la
consideración inductiva o no inductiva de Vi y sus efectos no vamos
a plantear aquí). El circuito pasivo restante queda dividido en dos
secciones.

Se aprecia cómo la corriente del choque tiene un buen camino


(no olvidemos lo dicho sobre el estado del diodo D2), independiente
de la del filtro. Echemos un vistazo a la forma de la corriente a
través del choque.
Después del semiciclo positivo de Vi, la corriente a través del
choque decrece con relativa lentitud y siguiendo una curva
exponencial, como le corresponde a la presencia de una
inductancia. Puede parecer contradictorio que circulando una
corriente tan elevada en el semiciclo negativo, la bobina no se
“descargue” casi inmediatamente. A mí al menos me engaña la
primera impresión, y la razón es que la inercia te lleva la atención
hacia la descarga del condensador. Como en la bobina los
parámetros son duales (todos excepto el tiempo, que es
independiente), yo la duda la disipo de un manotazo haciendo el
ejercicio de pensar: En el circuito dual la tensión de un
condensador encontrando una elevada resistencia supondría una
descarga muy lenta de éste. Desde el punto de vista matemático es
indiscutible que la constante de tiempo del circuito (τ = L/R) es
enorme, pues la resistencia en él es casi cero.

Este régimen apenas sacará al choque de la saturación, y así


se corrobora observando el ridículo camino que recorre el ciclo de
histéresis de su núcleo.
Este ciclo de histéresis discurre prácticamente horizontal.

Si tenemos en cuenta que los ciclos de histéresis anteriores se


graficaron con un ámbito de campo de 10.000 Gauss, 5000 por
cada lado, y este tan solo abarca ¡60 Gauss! Se hace evidente que
el núcleo no sale de la saturación en ningún momento, razón por la
cual la tensión aplicada al filtro no sufre mordisco apreciable, como
se ve en el oscilograma.

El pulso positivo que llega al filtro es de la misma duración que el que presenta
Vi.
La cuestión es distinta cuando se intercala una resistencia en
el circuito de recuperación, de por ejemplo 100 Ω.

La presencia de R1 supone una reducción considerable de la


constante de tiempo del circuito de descarga que provoca una
llegada rápida al interior de la zona magnéticamente activa. Veamos
la forma de la corriente a través de CHK.

La corriente a través de CHK decerece con rapidez cuando Vi se hace negativa.

Ahora sí que en la recuperación el valor de la corriente se


acerca a cero, y por el retraso que observamos en su
restablecimiento al llegar el pulso positivo, empieza a notarse el
efecto del núcleo. Veamos la forma de la tensión a través de CHK y
la del pulso que llega al filtro.

En el canal superior está la referencia de Vi, y en el de en


medio la tensión a través de CHK en donde se ve cómo al comienzo,
y de una manera bastante nítida, casi durante 1us caen 50V. En el
canal inferior, que muestra la tensión aplicada a la que se encuentra
sometido el filtro, vemos cómo en ese tiempo aún se mantiene a
cero. Durante el resto del pulso la caída a través de CHK es cero, lo
que permite que el filtro se vea sometido a los 50V de la fuente Vi.

A lo largo del semiciclo negativo la tensión en extremos de


CHK cae exponencialmente, siguiendo la misma curva que la
corriente porque no olvidemos la presencia de la resistencia R1 en
medio. Con este régimen de trabajo el ciclo de histésis llega más al
interior.
El ciclo de histéresis a escala total, y un detalle de éste.

Ahora que tenemos claro cuál es el mecanismo que interviene


en el mordisco que recibe el pulso podemos intentar ir más allá. En
primer lugar, nos preguntamos qué relación hay entre el régimen de
recuperación y el mordisco.

EL ÁREA DE RECUPERACIÓN Y LA MORDIDA SON IGUALES.

Para hacernos una idea de cómo plantear el cálculo del efecto


de CHK razonemos de la siguiente manera:

1. 1. Mientras el choque conduce en el tramo positivo, su


núcleo se encuentra totalmente saturado, y sólo empieza a
adentrarse en la zona magnéticamente activa cuando
finalizado el pulso empieza la recuperación con tensión
negativa en sus extremos.

2. 2. Para simplificar las cosas vamos a suponer que toda la


recuperación se produce a tensión constante. Esto lo
podemos conseguir artificialmente utilizando, en lugar de la
resistencia R1, una fuente de tensión de CC de la misma
polaridad que la que se genera en la resistencia.
3. 3. La recuperación a tensión constante supone la presencia
de un gradiente de corriente en el tiempo, también
constante (VL = Ldi/dt), y al ser el campo proporcional a la
corriente, resulta que el avance hacia el interior de la zona
magnéticamente activa se produce a velocidad constante
Vr hasta una distancia a:

Penetración en la zona magnéticamente activa durante la recuperación.

4. 4. Cuando se presente el nuevo pulso positivo, la tensión


en extremos del choque será, ahora positiva, y de valor Vi
(en el ejemplo que venimos poniendo, 50V). Esta tensión,
también con el choque dentro de la zona magnéticamente
activa, se produce a instancias de un gradiente de
corriente, y por lo tanto del campo, no lo olvidemos,
proporcional a ella. Se abandonará pues la zona activa, a
una velocidad proporcional a Vi, y el tiempo que se tardará
en hacerlo será el necesario para recorrer la misma
distancia que habíamos andado cuando nos adentramos en
la recuperación, lo que significa que:
Vi ⋅ t o = a = Vr ⋅ t r
Esto quiere decir que la superficie de las áreas de tensión
positiva y negativa a través del choque son iguales. En la figura
tenemos un detalle de la tensión en los extremos del choque
conectado al circuito de prueba. Se han rellenado de blanco las dos
áreas del ciclo del centro.

Las dos superficies rellenadas de color blanco son prácticamente iguales.

En el oscilograma tenemos la tensión que le llega al filtro.


Tensión en el filtro con una V de recuperación de –20V.

Hay que tener en cuenta que lo dicho solo es cierto si la


tensión de recuperación es constante y las pérdidas por la histéresis
del núcleo no son muy importantes.

CONSIDERACIONES DEL CONTROL POR RECUPERACIÓN.

Lo que hemos presenciado permite hacernos una idea de


cómo puede ser un control con choque inductivo. Evidentemente
sustituiríamos la resistencia R1 por un transistor, bipolar o MOS-
FET, controlado por un circuito de realimentación que atendería, en
primer lugar a la tensión de la salida, y si acaso como control
secundario, a la corriente aportada por ella. La apertura en mayor o
menor grado del dispositivo de control permitiría, durante el
semiciclo negativo de Vi, controlar la profundidad de la recuperación
del núcleo. repercutiendo su efecto en el recorte subsiguiente. Sin
embargo hay dos cuestiones que aconsejan buscar otra táctica.

Por un lado, el núcleo se encontrará siempre sometido a


campo del mismo polo magnético, y esto no está muy bien visto
desde el punto de vista de la magnetización remanente que con el
tiempo se produce en los materiales sometidos a este régimen.

Por otro, resulta que la corriente que se ha de controlar es


demasiado elevada para lo que en sí es imprescindible. Veamos en
el oscilograma (canal inferior) la forma de la corriente a través del
diodo de recuperación D3, que es la misma que circularía a través
del elemento de control que instalaríamos.

La corriente a través del diodo del componente de control presenta picos de nivel
bastante elevado.

En los inicios de la recuperación hay una cresta de corriente


de valor bastante elevado. La razón es que cuando el choque está
en plena conducción directa, y por lo tanto su núcleo saturado, la
curva de imanación por la que discurre es casi horizontal pero no
absolutamente. La escasísima inclinación supone que aún con la
corriente directa más elevada en el choque, en éste sigue existiendo
un ápice de inductancia. Para corroborar esto no hay más que
volver a observar el oscilograma que resulta para la corriente
directa a través del choque.
Se puede apreciar que las crestas de la corriente no son ni
mucho menos horizontales, y esto es prueba de que aún hay L en
juego.

Cuando se inicia la recuperación, la existencia de esta


inductancia obliga a que a través de los componentes instalados en
su circuito circule la misma corriente que la directa que fluía en ese
momento. Será durante poco tiempo, pero lo suficiente como para
hacernos la puñeta a la hora de dimensionar el componente.

CONTROL POR PREIMANACIÓN.

El circuito es prácticamente el mismo que el inicial, sin diodo


volante para la recuperación del choque, y dotado de un diodo y
una resistencia, D3 y R3, para facilitar la imanación después de la
recuperación.
En el oscilograma vemos la forma de la tensión que llega al
filtro que, lógicamente sufre un mordisco de unos 2us, a priori
inevitable, pues en cualquier caso hay que contar, como ya
explicamos antes, con la incursión del choque en la zona
magnéticamente activa, casi hasta el nivel de campo cero.

Régimen natural del circuito, sin controlar.

A través del circuito de imanación, y adoptando un valor para


R3 de 5kΩ conseguimos que una vez finalizada la recuperación del
choque se establezca una corriente inversa a través del camino
indicado en la figura. Al circular corriente a través de la resistencia
R3 se produce en ella caída de tensión, y por lo tanto la polaridad
del cátodo de D3 siempre será negativa (respecto a masa), lo que
hace que D1 se encuentre en corte.

Como se ve en el oscilograma, a los 2us de aparecer el


semiciclo negativo de Vi, ó sea, inmediatamente después de la
recuperación del choque, fluye una débil corriente, de unos 10mA, a
través del diodo D3: Es la que produce la imanación del núcleo en
sentido inverso.

Corriente a través de la resistencia de imanación.


Esta corriente, despreciable si se compara con la principal,
atraviesa al choque, como se ve en los oscilogramas de la corriente
de CHK, general y detallado.

Corriente a través del choque. El detalle corresponde a la zona marcada.

Esto supone una penetración en la zona inferior activa del


núcleo, que se puede observar haciendo un gráfico de su imanación.

El campo en el seno del núcleo se prodiga, atravesando la línea B=0, hacia la


zona negativa.

La incursión va a suponer para el choque un tiempo de


recuperación mayor que cuando R3 no existía o era de valor infinito,
lo que se traduce en que la onda de tensión que ve el filtro sufre
1us más de mordisco.

Tensión que recibe el filtro con una resistencia de 5K en el circuito de imantación.

Para hacernos una idea del retraso que supondrá el efecto del
choque podemos seguir considerando como buena aproximación
que las áreas de las secciones positiva y negativa de la tensión a
través del choque son iguales.
Tensión en extremos del choque CHK.

Para ver cómo influye el valor de la impedancia R3, hemos


reducido su valor hasta 700Ω, lo que ha dado lugar a un ciclo de
histéresis de recorrido más amplio y a una corriente de imanación
mayor, unos 70mA de pico.

Una corriente de imanación mayor hace que el ciclo de histéresis se prodigue en


una mayor extensión.

El retardo resulta, evidentemente, mayor.

EL AMPLIFICADOR MAGNÉTICO.
Este capítulo se titula el amplificador magnético, pero
hasta ahora, salvo la parrafada inicial, nos hemos pasado el tiempo
hablando del choque magnético y su ciclo de histéresis. Ha llegado
el momento de justificar el calificativo amplificador, y para ello
vamos a ver cuál es la forma de la potencia eficaz que disipa el
componente de control del último circuito que hemos propuesto,
esto es, el que tiene una resistencia de imantación de 700Ω.

Potencia RMS en la resistencia de imantación.

El valor de la potencia punta es 1,5W, y en casi la mitad del


ciclo apenas se alcanzan 0,2W. Este valor le corresponde a un
régimen de trabajo bastante desfavorable, pues hemos visto que
con mordiscos menores, conseguidos a costa de resistencias más
altas, la corriente es más pequeña, y por tanto la potencia,
proporcional al cuadrado disminuye ostensiblemente.

La potencia en régimen continuo que genera la fuente de


alimentación, de unos 10V sobre una resistencia de 20Ω es unos
5W.
Por otro lado, para controlar el mordisco podríamos haber
utilizado un transistor en lugar del choque, y de hecho es una
alternativa por la que se opta muy a menudo. E igual que el
transistor es un amplificador, al choque que puede utilizarse en su
lugar también le podemos dar el mismo tratamiento. Esta es otra
razón por la que a los choques con núcleo blando destinados a estas
aplicaciones se les llama también amplificadores magnéticos.

SOBRE EL CONTROL.

Lo más esencial del objetivo de este artículo está andado, y


una de las principales conclusiones a las que nos lleva es que
cuando pretendamos construir un circuito de control basado en
amplificador magnético, la relación causa-efecto a la que ha de
atender éste:

1. 1. Cuando el valor medio de la tensión de salida tienda a


subir, la impedancia de la válvula situada en el lugar de R3
de nuestro ejemplo debe disminuir porque así el mordisco
en el pulso será de mayor tamaño, haciendo con ello que la
relación On/Off del pulso que recibe el filtro disminuya, y
con ella la tensión media.

No es este el lugar para desarrollar un circuito de control,


pero es casi seguro que en algún artículo llevaremos a la práctica
un diseño con el que realizar un montaje práctico.

Você também pode gostar