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El análisis siguiente nos lleva a la idea del amor como un acto lleno de fuerza y
vigor, más que nada como un hecho que sucede de manera viva entre los
recuerdos y la performance que se va describiendo de la misma, al lado pasional
de la relación entre los individuos, y del devenir de la muerte como consecuencia
del desamor, aunque por otro lado la mención constante de una divinidad nos
llevaría a tener una idea sobre la muerte, puesto que dentro de esta concepción
la muerte viene a ser el siguiente paso del verdadero amor, que trasciende más
allá del todo y es eterno.
Es el primer verso del poema que consta de catorce sílabas, pero más que su
estructura, llama la atención la fuerza con la que empieza, aquí tenemos a una
tercera persona siendo descrita con valores dignos de un gran héroe o inclusive
un dios, no obstante, nos daremos cuenta que este mismo personaje tiene un
lado muy sensible y humano.
En el acto amatorio las palabras son las que sobran, y entran más en contacto
alma y cuerpo, sin ningún intermediario humano como lo es la misma lengua, la
comunicación no se pierde, al contrario, esta se intensifica al mostrarse en su
forma más pura y hasta caótica.
En estos versos, el séptimo y el octavo, nos retrata lo que viene a ser el lugar o
momento donde desemboca toda la pasión vivida, lo que me llama también la
atención es la palabra “rió”, que si bien denota el verbo propio de la risa, también
podría jugar muy bien con el río, ese afluyente que encaja muy bien con el “mar
desbordado de locura y de fuego” y el “eterno riego” de los versos tres y cuatro.
A partir de este verso se deja de lado el recuerdo y la añoranza para darle paso
a una personalidad mucho más dual, o mejor dicho lleno de dicotomías y
contraposiciones. “vibrante, y suave, y riente, y triste” este enunciado
polisindetónico1 pone en contraste la naturaleza cambiante de aquel amante, tan
cambiante como el mar, que a veces está bravo y otras en calma, ya después
uno le da el adjetivo poético que desee.
El intruso es otro interesante poema lleno de erotismo donde como dice el título
el amante llega casi como una salvación para la voz poética que estaba llena de
problemas y que debido a ello la pasaba muy mal hasta que éste sujeto aparece.
La llave de oro, su falo, pero ¿por qué de oro? Por lo mismo que este llega a
tener un gran valor al momento de presentarse en la noche trágica y sollozante.
La cerradura como parte sexual de ella, la voz femenina, su “puerta abierta”. “Tu
forma fue una mancha de luz y blancura” la luz por lo mismo que describe al falo
como llave de oro y la “blancura” lo que queda de la eyaculación.
1
La conjugación de la palabra polisíndeton es mía.
Me encantó tu descaro y adoré tu locura.”
Ojos de diamante, su llave de oro, es una forma de decir que aquella visita era
de mucho valor para ella desde una perspectiva material o mejor dicho corpórea.
Sus copas eran los senos que el amante no dudaba en probar. Ella alababa el
descaro con el que su amante llegó y se desenvolvió en el acto sexual.
El carácter del amor se ve reflejado por el amante que ama en estos tiempos y
que es censurado por lo mismo que es visto como algo impúdico, mas Delmira
puedo demostrar que dentro de la feminidad existen deseos tan profundos y
pasionales como la de un hombre, es decir rompe con esa idea meramente
heteropatriarcal.
Bibliografía.