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INCONSCIENTE
1) Contenidos inconscientes asequibles: son los más próximos
al umbral de la conciencia y pueden recordarse con facilidad.
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comportamientos, especialmente los emocionales; pero solo le
conocemos indirectamente, viendo estas influencias.
Para Jung, es” la tierra madre” u originaria de todos los otros
niveles de conciencia en el ser humano. Es lo que preexiste a
todo. Este campo del inconsciente no corresponde a la biografía
del sujeto, podríamos decir que es suprapersonal, Es la parte de
nuestra psiquis que es compartida por al humanidad ,es
universal, es parte de la energía del universo y en ella se
configuran los arquetipos .El inconsciente colectivo es un
depósito de sabiduría universal ,que guarda una especie de
código informático universal, donde los arquetipos, jugarían un
papel similar al código genético, en este caso estructurando el
psiquismo del ser humano.
Existen ciertas experiencias que demuestran los efectos del
inconsciente colectivo más claramente que otras. La experiencia
de amor a primera vista, el deja vu (el sentimiento de haber
estado anteriormente en la misma situación) y el
reconocimiento inmediato de ciertos símbolos y significados de
algunos mitos. Otros ejemplos que ilustran con más amplitud la
influencia del inconsciente colectivo son las experiencias
creativas compartidas por los artistas y músicos del mundo en
todos los tiempos, o las experiencias espirituales de la mística
de todas las religiones, o los paralelos de los sueños, fantasías,
mitologías, cuentos de hadas y la literatura.
Antes de entrar de lleno en la definición de esos contenidos del
inconsciente colectivo a los cuáles ya nos hemos referido
anteriormente y que llamamos arquetipos, es necesario
establecer la diferencia entre signo y símbolo
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adentro', y que apunta más allá de la cosa misma a una
significación no alcanzada por un término racional" (De Castro,
1995 p.24). El símbolo da cuenta de algo experimentado como
real, pero cuya significación no es totalmente definida por los
sentidos o la conciencia.
Es una representación intuida más que conocida: “… Una
palabra o una imagen es simbólica cuando representa algo más
que su significado inmediato y obvio. Tiene un aspecto
'inconsciente' más amplio que nunca está definido con precisión o
completamente explicado, ni se puede esperar definirlo o
explicarlo "( Jung, 1984, p. 18). El símbolo se caracteriza por
presentarse con muchas variaciones, de modo tal que una
significación, experiencia o emoción que se expresa
simbólicamente en una representación determinada, en otra
ocasión podrá tomar otra forma simbólica, que puede o no ser
formalmente similar. Entonces, mientras mayor cantidad de
estas variaciones conozcamos del símbolo, mejor nos lo
podremos representar, al contrario de la formulación del signo
convencional, el cual es mejor conocido en tanto más precisa
sea la definición racional que hagamos de él.
Los arquetipos, anteriormente mencionados se valen de los
símbolos para expresarse, el símbolo es un elemento
transformador de energía, es una unidad sintética de sentido,
que abarca dos polos, uno manifiesto y otro opuesto y es
plurisignificativo. El símbolo es un mediador entre lo consciente
y lo inconsciente, es un elemento unificador de opuestos,
integrador. Siempre quedan
connotaciones por develar.
Los arquetipos serían las
"formas o imágenes de
naturaleza colectiva, que se
dan casi universalmente
como constituyentes de los
mitos y, al propio tiempo,
como productos individuales
autóctonos de origen
inconsciente" (Jung, 1955,
p.83). Jung se dio cuenta de
su existencia analizando los
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sueños, las fantasías y las producciones psicóticas de sus
pacientes, en los cuales aparecían temas que no podían tener
una explicación invocando los recuerdos conscientes y
subconscientes de la biografía individual.(Jung, 1964).
Representan para Jung la suma de posibilidades latentes de la
psique humana, un material inagotable de conocimientos
antiquísimos sobre las relaciones profundas entre Dios, el
hombre y el Cosmos. Los arquetipos son los pobladores del
inconsciente colectivo, estos contenidos son los mismos en
todas partes y en todos los individuos, ellos constituyen la
misma trama de la estructura psíquica. Los arquetipos no
serían transmisibles por la tradición, sino por la herencia, ya
que incluso las más complejas imágenes arquetípicas se
reproducen en distintas culturas sin existir tradición directa., lo
que sí se transmite por tradición es la formulación elaborada
conscientemente del mito.
El origen del arquetipo no es de naturaleza psicológica, sino
psicoide, o sea previa a lo psíquico, reposa, en cuánto a su
condición estructural, en la esfera del lo inconsciente colectivo,
como “elemento nuclear”invisible y “portador potencial” de
significación. Mediante una constelación adecuada, que puede
hallarse determinada tanto individual como colectivamente,
recibe un suplemento de energía .aumentando su carga e
iniciándose su efectividad energética. La constelación individual
resulta de la correspondiente situación de la conciencia del
sujeto individual; la colectiva, de la correspondiente a grupos
humanos. La carga del arquetipo se manifiesta por una especie
de fuerza magnética de atracción sobre la conciencia que no es
al principio reconocida. Se hace notar primeramente por una
actividad emocional indeterminada, que puede incrementarse
hasta una tempestuosa agitación psíquica. Atraída por la
mencionada carga, incide sobre el arquetipo la luz de la
conciencia; el arquetipo aparece entonces en el ámbito psíquico
propiamente dicho, siendo percibido .Al entrar el arquetipo “en
si” en contacto con la conciencia, se manifiesta en el plano
biológico “inferior” y asume la forma de “expresión pulsional” o
en el plano “superior”espiritual como imagen o idea. En este
último caso se asocia a él materia prima imaginaría y
configuración de sentido, surgiendo así el símbolo. El
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revestimiento simbólico con el que resulta visible varía y se
transforma con arreglo a las circunstancias. Tiene dos
vertientes:
- Arriba: el mundo de las ideas, de los conceptos .Lo
cultural.
- Abajo: la naturaleza, el instinto. Lo natural
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símbolo para manifestarse, o actualizarse, para que nuestra
conciencia pueda captarlos. El mecanismo psíquico a través del
cual se expresa el arquetipo sería, principalmente, la
proyección: por ejemplo sería imposible no proyectar el
arquetipo “madre” sobre la madre física. “Todos los procesos
naturales convertidos en mitos […], [son] expresiones simbólicas
del íntimo e inconsciente drama del alma, cuya aprehensión se
hace posible al proyectarlo, es decir, cuando aparece reflejado en
los sucesos naturales. La proyección es hasta tal punto profunda
que fueron necesarios varios siglos de cultura para separarla en
cierta medida del objeto exterior "(Jung, 1991, p.12) …. Es
necesario diferenciar el significado del término proyección
desde el punto de vista Junguiano, del utilizado por otras
corrientes psicológicas para las cuales es considerado un
mecanismo de defensa..Entendemos por proyección el hecho de
transferir inconsciente y automáticamente un contenido
psíquico a un objeto .apareciendo entonces dicho contenido
como cualidad de este último. Todo cuanto es inconsciente en el
hombre es proyectado por él sobre un objeto situado fuera de su
Yo, por lo que el proceso de proyección corresponde a la vida
natural de la psique y, en último término a la condición
humana.
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los arquetipos, con la energía proveniente de la experiencia
externa, entonces, cuando un complejo se expresa, la energía
arquetípica atraviesa el psiquismo y necesariamente tiene que
pasar por alguna huella de la experiencia personal.
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LA PERSONA: LA MASCARA QUE USAMOS EN EL JUEGO DE
VIVIR. Edward C. Whitmont
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debemos tener en cuenta que podemos cambiarlos cuando
convenga, o despojarnos de ellos según la ocasión.”Si nuestras
ropas se adhieren a nosotros o parecen sustituir nuestra piel es
probable que acabemos enfermos” (Edward C. Whitmont)
El desarrollo de la personalidad puede verse afectado si existe
una relación inadecuada con el arquetipo de la persona, tanto
en el caso de que exista una fijación en su aspecto puramente
colectivo, o un rechazo o incapacidad para aceptar cualquier
requerimiento o norma establecido por la sociedad
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aquellas partes de nosotros que no queremos admitir. Toda
persona posee disposiciones e impulsos que son rechazados y
reprimidos por estar en contradicción con nuestros principios
conscientes de orden moral, estético u otros.” A todo hombre
síguele una sombra y cuanto menos se halle ésta materializada
en su vida consciente, tanto más oscura y densa será” (Jung,
1955, p.121) La sombra personifica al inconsciente personal
pero también es una componente arquetípica ya que todos los
seres humanos portan consigo una sombra, un "aspecto
sombrío" que actúa mediante la proyección de contenidos del
inconsciente personal. Estas proyecciones conforman un
comportamiento arquetípico que configura a la sombra como un
fenómeno colectivo. Además la sombra, como arquetipo, se
encuentra vinculada al mal; por ello, el aspecto colectivo de la
sombra ha sido personificado en las figuras de los demonios,
brujas y brujos, Satán, Mefistófeles, faunos, etc. La sombra no
sólo consiste en tendencias moralmente desechable sino que
muestra también una serie de cualidades buenas, a saber:
instintos normales, reacciones adecuadas, percepciones fieles a
la realidad, impulsos creadores, etc.
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gran parte de nosotros mismos, no es siempre y necesariamente
un contrincante. De hecho es exactamente igual a cualquier ser
humano con el cual tenemos que entendernos, a veces
cediendo, a veces resistiendo, a veces mostrando amor, según lo
requiera la situación. La sombra se hace hostil solo cuando es
desdeñada o mal comprendida. (M.L.von Franz. El hombre y sus
símbolos)
La negación de la Sombra
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La más frecuente para el ser humano medio: El Yo se identifica
con los valores éticos, y pasa a confundir inmediatamente el Yo
con la Persona.1
El Yo, confundido con esa personalidad aparente, que de por sí
es un recorte de la personalidad, olvida ser poseedor de
aspectos que están en contradicción. Ha suprimido la Sombra y
no mantiene contacto con los lados oscuros de sí mismo que, al
ser experimentados de modo negativo, han sido segregados del
ámbito consciente.
Ese Yo, que se identifica con los valores éticos colectivos, tiene
la “conciencia tranquila”. Se siente el portador de la luz
consciente del conocimiento humano y de la luz moral del
mundo de los valores. El Yo se “infla”, y por tanto lo consciente
está inundado por contenidos inconscientes, que son
proyectados masivamente sin que el individuo tenga ninguna
conciencia interna.
La inflación yoica es la infundada identificación con valores
suprapersonales.
El individuo olvida su Sombra, o sea su limitación de criatura
humana y con ello, la inevitable discordancia del Yo con ciertos
valores éticos. La represión de la Sombra y la identificación con
valores colectivos son dos aspectos de un mismo proceso. La
personalidad aparente, posibilita la represión, basándose en
valores morales colectivos.
Las formas en que se manifiesta la actitud de aparente ética van
desde la auténtica ilusión de clarividencia del líder sectario, o el
profesor omnipotente, hasta la actitud de un vivir una doble
moral, la gazmoñería o la mentira hipócrita.
En ninguna época la identificación ilusoria del ser humano
occidental con los valores – que tiende un velo sobre la realidad
– ha sido mayor que en la época burguesa que está por finalizar.
Pero, al contrario de lo ocurrido en tiempos anteriores, se ha
tornado consciente, por diversos caminos, en la aparente
autocrítica del hombre moderno.
La inflación del Yo significa siempre el síntoma psicológico de
un contenido más vasto, más vigoroso y más cargado de energía
que lo consciente y determina por ello una especial obsesión
ejercida sobre la consciencia. Esta obsesión es peligrosa porque
obstruye la marcha del Yo y de la consciencia hacia una
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auténtica orientación profunda y realista. El predominio del
contenido del discurso del Yo inflado es un tono “moralista” que
lleva a la represión de los elementos reales que contradicen la
vida de ese ser humano y, por tanto es la omisión de tales
factores lo que conduce a su catástrofe psíquica.
Todo fanatismo, todo dogmatismo, toda unilateralidad lleva a la
ruina personal por obra de los elementos reprimidos,
suprimidos y omitidos.
La inflación del Yo, por su identificación con los valores
colectivos, resulta funesta; no porque los valores colectivos sean
peligrosos en sí, sino porque el individuo, limitado y negado, al
identificarse con lo suprapersonal, pierde el sentido de sus
humildes límites y se convierte en inhumano.
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La sombra y el cuerpo
"En realidad, el cuerpo es la sombra, el cuerpo encierra la
conmovedora historia de todas las ocasiones en las que
asfixiamos y reprimimos el flujo espontáneo de nuestra energía
vital con la desagradable consecuencia de terminar convirtiéndolo
en un objeto mortecino." (John P. Conger)
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también se expresa, y así como al mundo interno hay que
saberlo escuchar. ¿Escuchar nuestro cuerpo? Exactamente.
Podemos definir, siguiendo a la autora brasileña Sandra María
Greger Tavares, como manifestación corporal a cualquier
pensamiento, sentimiento, sensación o intuición, identificados
por el individuo como fenómenos ocurridos en la dimensión
corporal, o también cualquier marca o secuela en el cuerpo,
atribuidos por el individuo a episodios de violencia.
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introducen en el cuerpo. Nuestro cuerpo es espejo de nuestra
alma. Y por lo tanto el síntoma se presenta somáticamente del
mismo modo que aquello que nos falta en la consciencia.
Por eso no nos extrañe que nos molesten tanto los síntomas, ya
que nos obligan a reconocer esos aspectos oscuros que no
queremos ver. El síntoma es el sucedáneo corporal de aquello
que falta en el alma. La enfermedad es el punto límite que nos
obliga a enfrentarnos a la incompletud y nos invita a prestar
atención para poder completarse, por eso la superación de las
enfermedades implica ampliar el conocimiento de nosotros
mismos y de nuestra consciencia.
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momento. (Lic.Fabián Flaiszman, Conceptos sobre la Teoría de
C.G.Jung)
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la persona es intelectual, el ánima será sentimental. Siempre
que el ánima sea inconsciente, todo lo que representa será
proyectado sobre una persona del sexo femenino en el afuera.
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y fantasías enviadas por su ánima y las plasma en obras de
contenido estético, como la música, la escritura, la escultura, la
danza o la pintura, haciendo esto en forma continuada y por
largo tiempo, se va acercando a su proceso de individuación.
(M.L.von Franz: El hombre y sus símbolos)
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en víctima de su propia ánima. Al igual que el ánima, el ánimus
también tiene un aspecto positivo. A través de la figura del
padre, expresa no sólo opiniones convencionales, sino también
lo que llamamos "espíritu", ideas filosóficas o religiosas en
particular, o más bien la actitud resultante de ellas. Así, el
ánimus es un psicopompo, un mediador entre lo consciente y lo
inconsciente y la personificación de este último. Jung describió
cuatro etapas del desarrollo del ánimus en la mujer: Primero
aparece en sus sueños y fantasías como la encarnación del
poder físico, un atleta un hombre musculoso o un matón .En la
segunda etapa, el ánimus le brinda iniciativa y capacidad para
acciones planificadas. El está detrás del deseo que siente una
mujer de tener independencia y una carrera. En la etapa
siguiente el ánimus es la “la palabra” representada en un
profesor o sacerdote. En la cuarta etapa, el ánimus encarna el
significado espiritual. En este nivel, al igual que el ánima como
Sofía, el ánimus es el mediador entre la mente consciente y el
inconsciente de una mujer. En la mitología, este aspecto
aparece como Hermes, mensajero de los dioses, en los sueños,
es un guía útil. Da a la mujer firmeza espiritual, es un invisible
apoyo interior que la compensa de su blandura exterior .La hace
más receptiva a las ideas creadoras, a causa de esto en los
tiempos primitivos, muchos pueblos empleaban a las mujeres
como adivinadoras y profetisas.
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prejuicios emocionales y proyecciones entre marido y mujer. La
existencia de complejos contrasexuales significa que en
cualquier relación entre un hombre y una mujer hay al menos
cuatro personalidades involucradas. Las flechas del diagrama
indican las posibles líneas de comunicación".
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Ego → del hombre
Ego→ de la mujer
Animus
Anima
La técnica de llegar a vivir en armonía con
el ánimus es, en principio, la misma que en
el caso del ánima; solo que aquí la mujer
debe aprender a criticar y a reservarse sus
opiniones; no para reprimirlas, sino que, al
investigar sus orígenes, para penetrar mas
profundamente en el cimiento, donde
entonces descubrirá las imágenes
primordiales, tal como lo hace el hombre
en sus relaciones con el ánima. La mujer
tiene que encontrar el atrevimiento y la
interior amplitud mental, para dudar de la santidad de sus
convicciones. Solo entonces será capaz de aceptar las
sugerencias del inconsciente, en especial cuando contradicen
las opiniones de su ánimus. Solo entonces llegarán hasta ella
las manifestaciones de su “si misma”y podrá entender
conscientemente su significado. (Párrafos extraídos de:
Arquetipos e inconsciente Colectivo, Anima y Animus. Acerca de
los arquetipos y el concepto de Anima, The Syzygy: ánima,
ánimus. El hombre y sus símbolos.3.El proceso de
individuación. M.L.von Franz)
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EL SI MISMO (SELF) UNIDAD ULTIMA DE LA
PERSONALIDAD
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figura femenina superior: La sacerdotisa, hechicera, madre
tierra o diosa de la naturaleza o del amor. En el hombre se
manifiesta como indicador y guardián, un gurú indio, un
anciano sabio, o un espíritu de la naturaleza. Sin embargo, el
“si mismo”no siempre toma la forma de un viejo o vieja sabia
.Estas personificaciones paradójicas son intentos para expresar
algo que no está comprendido en el tiempo, algo que es,
simultáneamente joven y viejo. Un ejemplo sería un hombre de
edad intermedia cuyo sueño muestra al “si mismo” como un
joven. Ese joven significa la renovación de la vida, un élam vital
creador, y una nueva orientación espiritual por medio de la cuál
todo se transforma en lleno de vida y ánimo emprendedor. Si un
hombre se consagra a las instrucciones de su propio
inconsciente, este puede concederle ese don, de tal modo que su
vida, antes añeja y triste se transforme en una aventura
interior, rica, llena de posibilidades. En la psiquis de una mujer,
esa misma personificación juvenil del “Si Mismo” puede
aparecer como una muchacha con dotes sobrenaturales. La
forma de ser humano, sea de un joven o un anciano, es solo
una de las muchas manifestaciones que adopta el si mismo en
los sueños o visiones. Las diversas edades que asume,
muestran, que no solo está con nosotros durante toda la vida,
sino también que existe más allá del curso de la vida del que
nos damos cuenta conscientemente, es simultáneamente
omnipresente. Es a veces un ser humano gigantesco, simbólico,
que abarca y contiene todo el cosmos, esta figura está presente
en los mitos y creencias religiosas. En nuestra cultura
occidental es Adán, el primer hombre, según la tradición judía
toda la humanidad está contenida en Adán desde el principio lo
que significa el alma de todos los que nacieran en adelante. Por
lo tanto el alma de Adán era como “el pabilo de una vela
compuesto de innumerables cabos”.En este símbolo, la idea de
unidad total de toda la existencia humana, más allá de todas
las unidades individuales, está claramente expresada. En la
antigua Persia, el mismo Primer Hombre originario, llamado
Gayomart, se describe como una inmensa figura emitiendo luz,
la cual dio origen al mundo y a la primer pareja humana .Los
antiguos chinos por ejemplo, enseñaban que antes de la
creación de toda cosa, había un colosal hombre divino llamado
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P’an Ku, que dio forma al cielo y la tierra. Se concebía a ese
Primer Hombre, como unidad autodesarrollada y viviente que
meramente existía, sin ningún impulso animal, ni voluntad
propia.
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nuestra realidad psíquica interior se manifiesta a través de un
símbolo, y nuestro inconsciente escoge la imagen del Hombre
Cósmico para su expresión. Los numerosos ejemplos
procedentes de diversas civilizaciones y distintos períodos,
muestran la universalidad del símbolo del Gran hombre. Su
imagen está presente en el pensamiento de los hombres como
una especie de meta o expresión del misterio básico de nuestra
vida, como este símbolo representa lo que es total y completo,
con frecuencia se presenta como un ser bisexuado En esta
forma el símbolo reconcilia unos de los más importantes pares
de opuestos psicológicos: hombre y mujer. Esa unión aparece
con frecuencia en los sueños como una pareja divina. También
el “si mismo” se simboliza, en otras oportunidades, en forma de
animal, que representa nuestra naturaleza instintiva y su
relación con nuestro medio ambiente (esa el la razón de que
haya tantos animales auxiliadores en mitos y cuentos de
hadas).Esta relación del “si mismo”con la naturaleza
circundante y aún con el cosmos, probablemente procede del
hecho de que el “átomo nuclear” de nuestra psique esta un
tanto entrelazado con el mundo entero, exterior e interiormente.
Todas las manifestaciones superiores de vida están en cierto
modo, armonizadas con el continuo espacio-tiempo
circundante. En los sueños el “si mismo”puede simbolizarse
como una piedra, sea preciosa o no. o un cristal. La disposición
matemática de un cristal evoca en nosotros el sentimiento
intuitivo de que aún en la llamada materia “muerta” actúa un
principio de ordenación espiritual. Por eso, el cristal, muchas
veces, simboliza la unión de opuestos extremos: materia y
espíritu. Los hombres han recogido piedras desde el principio de
los tiempos y parecen haber supuesto que algunas de ellas
contenían la fuerza vital, con todo su misterio. En muchos
cultos religiosos utilizan las piedras para significar a Dios o
para señalar lugares de adoración. Ejemplo de esto es la Kaaba,
la piedra negra de la Meca, a la que todos los musulmanes van
a peregrinar. El simbolismo cristiano de Cristo como “roca
espiritual” y la “piedra filosofal” de los alquimistas, son otras
tanta muestras de la necesidad del hombre de presentar al “si
mismo”como algo inalterable y permanente que nos acompaña a
través de toda nuestra vida.
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Siempre que un ser humano se vuelve
hacia su mundo interior y trata de
conocerse, siguiendo las expresiones de su
propia naturaleza objetiva, tal como los
sueños y las fantasías autenticas, más
pronto o más tarde emerge el “si
mismo”.Entonces el ego encontrará una
fuerza interior que contiene todas las posibilidades de
renovación, existe una dificultad que es importante mencionar y
es que toda personificación del inconsciente (la sombra, el
ánima. el ánimus y el “si mismo”,tienen a la vez un aspecto
claro y otro oscuro. Vimos que sombra puede ser vil o mala, un
impulso instintivo que tenemos que vencer, sin embargo
también puede ser un impulso hacia el desarrollo que debemos
cultiva y seguir. De la misma forma el ánima y el ánimus tienen
un aspecto doble: pueden proporcionar un desarrollo que da la
vida y un creacionismo a la personalidad, o pueden producir
petrificación y muerte física. El “si mismo”también tiene un
efecto ambivalente, el lado oscuro del “si mismo”es el más
peligroso de todos, precisamente porque es la fuerza mayor de
la psique, puede hacer que las personas teja
megalomanías(complejo de superioridad) u otras fantasías
engañosas que los captan y los “poseen”.Una persona en tal
estado piensa que se ha apoderado de los grandes enigmas
cósmicos y los ha resuelto; por lo tanto pierde todo contacto con
la realidad humana a esto se llama “inflación del ego” o “estado
de hybris ”La llamada “infalibilidad” es un concepto que suele
reflejar dicho estado, consideran que su verdad es la única
verdad sobre la que deben gravitar todas las experiencias de los
demás, hacen afirmaciones categóricas ausentes de humildad y
no admiten réplicas de ningún tipo. Esta duplicidad del
inconsciente que nos impulsa al bien y al mal, es
contrarrestada por la "unidad" superior del Sí mismo que nos
quiere conducir a una cognición superior: la leve pero inflexible
voz interior de la verdad que impulsa a la individuación y que
no permite auto-engañarse. A pesar de los conflictos interiores,
al parecer insolubles, que dominan al hombre individual y a
toda la humanidad occidental, se puede advertir que su
inconsciente genera símbolos como el Anthropos o un Mandala
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que unifican a los contrarios y que simbolizan la esencia de la
individuación.
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Cuando uno proyecta una necesidad hacia fuera, algo cambia
energéticamente en el entorno. Si partimos de la idea de que
existe una energía universal que es compartida por todo lo que
existe, la energía de uno influye constantemente en el universo
y viceversa .Cuando un individuo llega a la idea de totalidad
quiere decir que ya integró bastante de su inconsciente a lo
consciente; esto implica una ampliación de la conciencia; un
mayor dominio del Yo sobre lo inconsciente y, un cambio de
personalidad que en realidad es un cambio de actitud, este
cambio presenta una doble dirección hacia lo interno y hacia el
entorno, implica un “fluir energético constante.
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situaciones en las que se exige de él una actitud distinta y
trascendente, marcando con ello la posibilidad de dar un paso
fundamental en el camino de su individuación, o en caso
contrario, permanecer en el estancamiento de su situación
actual, caracterizada por un incesante e infructuoso intento de
liberación de su ciclo inalterado de repeticiones, prisionero en
su propia rueda del samsara. Es aquí donde desde algún lugar
de lo más profundo de sí mismo, el símbolo onírico se presenta
como un recurso psíquico que posibilita una oportunidad de
trascendencia y libertad. El símbolo onírico constituye así un
importante elemento de cambio y transformación.
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El sueño se presenta entonces, a veces, no sólo como un punto
de inicio a partir del cual por una inagotable y siempre creciente
posibilidad de amplificaciones se hace posible develar aspectos
inconscientes significativos, sino también como el producto final
de un proceso simbólico profundo, en el que se le ofrece al
soñante la oportunidad de abrir el umbral de nuevas
posibilidades de desarrollo en su vida de vigilia.
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vez transcurre completamente sin sueños, -dice Jung- también
se puede suponer que el complejo del Yo rara vez cesa del todo
como actividad... Los contenidos psíquicos del sueño -agrega
Jung- aparecen al Yo como los hechos de la vigilia; por eso las
más de las veces en sueños nos encontramos en situaciones
similares a las de la vida real, pero rara vez ejercemos nuestro
pensamiento o razón respecto de ellas".
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"puertas", etc. A estos estados intermedios, estados de
"consciencia modificada", también pertenecen naturalmente los
estados imaginales, los estados de trance hipnótico y la
dimensión onírica.
Lic. D. Wilhelm
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Energía Psíquica: sería un quantum de energía Universal,
individualizada en un ser humano y que está en toda su
potencialidad, es la energía o potencialidad implícita en
cualquier proceso psíquico.
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en cuenta a fin de entender la profundidad que Jung dio a este
concepto.
35
Jolande Jacobi, aclara todavía más estas ideas diciendo “en un
complejo de funciones determinado y limitado, que puede
caracterizarse como una especie de personalidad interna, como
sujeto con el cual el individuo guarda una relación semejante a
la que tiene con el objeto exterior”.La personalidad interna es el
modo y la manera como uno se comporta con los procesos
psíquicos internos, es la actitud interna, el carácter vuelto hacia
el inconsciente a esa actitud la denominó”alma”.
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adoptar la forma de persecución del placer sexual, lucha por la
superioridad, la creación artística u otros fines.
MOVIMIENTOS DE LA LIBIDO
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C: conciencia – IP: inconsciente personal – IC: inconsciente
colectivo
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Cada movimiento de la libido, lleva implícito en si mismo al
otro, esto quiere decir, que entre ambos debe de fluir una
dinámica interacción uniforme y equilibrada entre el impulso de
uno y su antagonista.,un ejemplo de esto es el proceso reflexivo
antes de una acción de importancia.
ENANTIODROMIA
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El "principio de los opuestos" o dialéctica interna de la psique,
rige la actividad de la libido, es la ley inherente a la actividad
humana. La mente es un sistema que se autorregula en base a
la lucha entre tendencias opuestas. Existe una función
reguladora de los opuestos llamada "Enantiodromía", que para
Jung es la ley fundamental y a la base de todo el
funcionamiento psicológico.
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objetivo de este principio. La energía psíquica es el resultado de
una lucha entre actividades opuestas, consciente versus
inconsciente, el calor frente al frío, etc. Cuanto mayor es el
conflicto y la oposición entre los opuestos, mayor es la energía
liberada. La energía mental además sigue el principio de
conservación o "equivalencia" que establece que la falta o
ausencia de energía en una región psíquica se hará presente en
otra área o actividad mental. Otra ley relacionada es la
"entropía" que establece que si una parte de la mente o la
personalidad se haya cargada de una gran cantidad de libido y
otra con poca cantidad, esta irá de la primera a la segunda.
PRINCIPIO DE ENTROPIA
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patológicos, tales como ciertas enfermedades, como la
esquizofrenia, el autismo, la demencia precoz, imbecilidad,
donde hay una desconexión con el interior. También sucede
esto con procesos que son voluntariamente dirigidos, por
ejemplo un prejuicio, Cuando un sistema se cierra, carga
excesivamente un polo y todos podemos darnos cuenta lo
mucho que cuesta modificar una manera de pensar. Estas
formaciones, dice Jung, se convierten en pequeños núcleos
aislados que han costado torrentes de sangre para ser
modificados…(veámoslo en la historia de los pueblos)
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esos cambios producidos. El siguiente paso supone que el
propio soñador se relacione dentro de su sueño e imágenes con
la escena en curso. Para este paso el soñador ha de asumir el
papel de como el es realmente y no simular un papel al
relacionarse con la escena de su sueño. El se imagina a si
mismo en esa escena dialogando con las imágenes,
experimentando las emociones al respecto, pensando y
actuando con ellas en la relación con estas. Posteriormente o
paralelamente, puede continuar esta imaginación activa
amplificando las asociaciones que suscitan mediante
actividades como pintar, escribir, modelar escultura y otras
actividades artísticas que le suscitan las imágenes de su sueño.
Caso clínico
Presentamos algunas notas de como Jung se autoaplicó el
método de imaginación activa a sus sueños:
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dejó manuscritas y dibujadas en los llamados Libro Negro y
Libro Rojo, que suponemos siguen sin publicar.
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la esquizofrenia para el congreso de Aberdeen y me decía:
®Hablaré de mí mismo! Probablemente me volveré loco después
de la lectura de la comunicación... ‾. El congreso tenía lugar en
julio de 1914: exactamente en el período en que en mis tres
sueños me veía en los mares del sur. El 31 de julio,
inmediatamente después de mi conferencia, me enteré por los
diarios de que la guerra acababa de estallar. Por fin
comprendía! Y cuando al día siguiente el barco me dejó en
Holanda, no había nadie más feliz que yo. Ahora estoy seguro
de que no me amenazaba ninguna esquizofrenia.
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esculpiendo materiales pétreos (...) Sin duda que en otra época
hubiera sido un "médium", o un profeta, o un poeta. Las
imágenes que veía evocan la imaginación de un Dante o de un
Blake (...) Debe tenerse en cuenta que la técnica que seguía con
las imágenes, con sus sueños, fantasías y visiones, no sólo
consistía en amplificarlos transportándolos a los grandes
escenarios míticos y legendarios, sino también en lo que
podríamos llamar "densificación", es decir, convertía los
espectros en seres, las apariciones fantasmales en personajes
concretos, si bien simbólicos. Su capacidad de artista plástico
no le abandonaban ni en la zona de las imágenes del
inconsciente (...) Si realmente hay que establecer contacto con
la realidad del inconsciente, con quien debe enfrentarse el
individuo, con quien debe "dialogar" en la medida en que
aceptemos esta expresión, es con los arquetipos, o sea, puesto
que éstos son invisibles, con las imágenes en las que se
encarnan". Pues bien, el método junguiano por excelencia para
avanzar plenamente en la exploración del inconsciente es la
Imaginación Activa. Consiste, básicamente, en un "dejarse
llevar", en un "dejarse hacer psíquicamente", pero estando
consciente de tal situación y asumiéndola intelectual y
éticamente. En síntesis podríamos decir que radica en expresar
los contenidos del inconsciente que irrumpen en el campo de
acción del yo o ego, dotándoles de una forma estructural:
dibujándolas, esculpiéndolas, bailando, escribiendo poemas u
otras expresiones literarias, hablándolas, etc. Así, por ejemplo,
uno puede soñar con una imagen y luego la puede plasmar en
un dibujo otorgándole color, rasgos y características concretas
que quizás no corresponden plenamente con la imagen onírica,
pero que, no obstante, tiene su nacimiento y foco de atracción
en ella. Y lo que surge en tal caso es una fantasía activa, la cual
habrá que intentar comprender y ante la cual hay que adoptar
una actitud ética.
Marie Louise von Franz, en su magnífica obra C.G.Jung. Su
mito en nuestro tiempo (Fondo de Cultura Económica), explica
lo que es la Imaginación Activa al indicar que se trata "de dejar
surgir del inconsciente, estando despierto, emociones,
sentimientos, fantasías, ideas obsesivas o imágenes oníricas, en
una actitud desprovista de atención crítica y abordando las
46
imágenes interiores como si se tratara de presencias objetivas".
Ella recomienda el diálogo escrito como "la forma más
diferenciada y que casi siempre conduce más lejos". Esta
técnica ayuda a comprender "que toda fantasía constituye un
auténtico proceso psíquico, que nos asalta, convirtiéndonos en
figura actuante y paciente a un tiempo en un drama interior". Y
ante tal escenificación no hay que ser un simple observador
sino que hay que actuar, pero no como si eso fuera únicamente
"pura fantasía", sino como si fuese real. Y no basta luego con
"comprender”, sino que hay que hermanarlo con un
compromiso ético, moral, y de esta forma "la corriente de las
imágenes interiores comienza a servir para la construcción de la
totalidad personal, es decir, para la Individuación y para
establecer una seguridad íntima capaz de resistir el asalto de
los problemas exteriores e interiores".
Leamos a Jung:
- "La fantasía activa no se trata necesariamente de un estado
psíquico de disociación, sino más bien de una participación
positiva de la conciencia. Así como la forma pasiva de la
fantasía no es raro que evidencie el cuño de lo patológico o de lo
47
anormal por lo menos, la forma activa suele ser una de las
supremas actividades del espíritu humano, pues en ella
confluye la personalidad consciente e inconsciente del sujeto en
un común y unificador producto... Mediante la Imaginación
Activa nos hallamos en situación de poder descubrir los
arquetipos" (Tipos Psicológicos).
- "El dejar ocurrir, el hacer en el no-hacer, el "dejarse" de
Meister Eckart, me sirvieron de llave con la que logré abrir la
puerta del Camino:
48
innumerables contenidos inconscientes; en segundo lugar, se
destruye poco a poco la dominante influencia del inconsciente, y
en tercer lugar se verifica una transformación de la
personalidad... Haciendo conscientes y viviendo las fantasías se
asimilan a la conciencia las funciones inconscientes e inferiores,
proceso que desde luego no transcurre sin un profundo efecto
sobre la orientación de la consciencia... se verifica un cambio
esencial. Esta modificación, que se consigue mediante el
enfrentamiento con el inconsciente, la he calificado de Función
Trascendente..." (El Yo y el Inconsciente).
49
Leamos nuevamente a Jung para conocer su metodología al
respecto:
- "Empecé a usar el sistema de tomar una imagen o escena de
un sueño del paciente o una idea que le hubiese venido a la
imaginación como punto de partida para que lo utilizase el
paciente como tema de la libre actividad de la fantasía, dando
forma al tema o desarrollándolo. Según las inclinaciones y las
disposiciones del paciente, el desarrollo tenía lugar en forma
dramática, dialéctica, visual, acústica o en la danza, la pintura,
el dibujo o la escultura.
50
La técnica de la Imaginación Activa se encuentra
ampliamente explicada en la obra más importante escrita por
Jung y, reciente edición en español. Mysterium Coniunctionis
es la "suma" junguiana, y en esta magna, en la que desvela el
simbolismo alquimista en términos jungianos, expone diversos
conceptos claves de la Imaginación Activa. Creemos que tal
descripción es importantísima para los analistas y jungianos, de
ahí que optemos por transcribir tales indicaciones de Jung
porque despejan muchas dudas y, al mismo tiempo, nos anima
a adentrarnos en esta técnica que Jung aplicó en sí mismo
desde que comenzó a gestar su propia Psicología de las
Profundidades. La descripción a la que nos referimos de Jung se
atiene a su interpretación psicológica del Opus alquimista de
Dorn. La primera coniunctio correspondería al conocimiento de
la sombra, lo que conllevaría la recuperación de lo que tenemos
disperso fuera de nosotros debido a las proyecciones,
vinculadas al inconsciente personal fundamentalmente. La
segunda etapa, que es la de la imaginación activa, trataría de
materializar o concretizar las imágenes del inconsciente -entre
ellas las provenientes de los afectos- merced a una colaboración
consciente y activa por parte de nuestro ego. Y la tercera etapa
sería el Unus Mundus, su inclusión consciente en él.
Párrafo 705:
"Este es un método que es utilizado espontáneamente por la
propia naturaleza o que puede ser enseñado al paciente por el
analista. En general se presenta cuando el análisis de los
contenidos psíquicos ha constelado los opuestos en tal medida
que la unificación, la reunión (síntesis) de la personalidad se
vuelve una necesidad imperiosa. Una situación de este tipo se
produce inevitablemente cuando el análisis de los contenidos
psíquicos, de la actitud del paciente y en particular de sus
sueños, ha hecho conscientes los temas y las imágenes
51
complementarias y compensadoras del inconsciente, hasta el
punto de que el conflicto aparentemente insoluble entre la parte
consciente y la parte inconsciente de la personalidad se hace
evidente y crítico. Cuando esta confrontación se limita a ciertos
aspectos parciales del inconsciente, el conflicto es más o menos
anodino y su solución es simple; el enfermo, con lucidez y una
pizca de resignación o de resentimiento, se coloca del lado de la
razón y de la convención. Aunque los temas inconscientes son
rechazados de nuevo, y se vuelve en apariencia a la situación
anterior, el inconsciente queda satisfecho hasta cierto punto,
pues el sujeto debe en lo sucesivo efectuar un esfuerzo
consciente por vivir según sus principios y, además,
resentimientos inoportunos vendrán constantemente a
recordarle la existencia de los valores rechazados. Cuando por
contra el conocimiento de la sombra es tan completo como él
sea capaz de hacerlo, sigue un conflicto y un estado de
desorientación, un Sí y un No de igual fuerza que él no podrá
resolver con una decisión racional. El no puede transformar su
neurosis clínica en las neurosis menos llamativas del cinismo,
resignación o resentimiento; en otros términos, el sujeto no
puede ya utilizar tales máscaras para disimular la presencia de
la antítesis. El conflicto exige una solución real y reclama un
tercer término en el cual los opuestos puedan unirse. La razón
con su lógica se encuentra de ordinario obligada a abdicar, pues
no existe un tercer término dentro de una alternativa lógica. La
solución ("solvent") no puede ser más que de un orden
irracional. En la naturaleza, el equilibrio entre contrarios es
siempre un proceso, es decir, un fenómeno energético: es una
producción simbólica en el sentido más propio del término,
haciendo algo que exprese ambos lados, de igual manera que
una cascada representa simultáneamente lo alto y lo bajo y
sirve de mediadora entre ellos. La cascada es en este caso el
inconmensurable tercer término. En un conflicto abierto y no
resuelto, se ven surgir sueños y fantasmas que, como la
cascada, ilustran la tensión y la naturaleza de los opuestos
preparando así la síntesis.
Párrafo 706:
Como he dicho, este proceso puede tener lugar
52
espontáneamente o ser inducido artificialmente. En el último
caso escoja un sueño o alguna otra imagen-fantasía, y
concéntrese sobre ella contemplándola y reteniéndola. También
puede utilizar el mal humor como punto de arranque, y
entonces intente averiguar que tipo de imagen-fantasía se
produce, o qué imagen expresa este estado de ánimo. Luego fije
esa imagen en la mente concentrando su atención.
Normalmente se alterará, pues el mero hecho de concentrarse
en ella la animará. Las alteraciones deben ser cuidadosamente
anotadas todas las veces porque ellas reflejan los procesos
psíquicos en el fondo inconsciente, los cuales aparecen en
forma de imágenes constituidas por los recuerdos de la
memoria consciente. De esta manera consciente e inconsciente
se unen, de la misma forma que una cascada conecta lo de
arriba con lo de abajo. Una cadena de ideas de fantasía se
desarrolla y gradualmente asume un carácter dramático: el
proceso pasivo se pone en acción. Al principio consiste en
figuras proyectadas, y estas imágenes se observan como
escenas en el teatro. En otras palabras, usted sueña con los
ojos abiertos.
53
sino sólo variaciones interminables sobre el mismo tema, lo cual
de ningún modo es el objetivo del ejercicio. Lo que se representa
en el escenario todavía sigue siendo un proceso de fondo; no
mueve de forma alguna al observador, y cuanto menos lo mueva
menor será el efecto catártico de este teatro privado. La pieza
que está siendo interpretada no requiere simplemente ser
observada imparcialmente, quiere forzar a su participación. Si el
observador entiende que su propio drama está desarrollándose
en ese escenario interior, él no puede permanecer indiferente a
la trama y su desenlace. Él notará, cuando los personajes
aparezcan uno a uno y la trama se complique, que todos ellos
tienen una relación definida con su situación consciente, que
está siendo dirigido por el inconsciente, y que eso provoca que
las imágenes-fantasía aparezcan ante él. Por consiguiente se
siente compelido, o animado por su analista, para qué tome
parte en la obra y en lugar de sentarse simplemente en un
teatro, le pide cuentas a su "alter ego". Pues no existe en
nosotros nada totalmente exento de contradicción, y la
consciencia no puede asumir posición alguna que no haga
surgir en alguna parte de las esquinas oscuras de la psique,
una negación, o un efecto compensatorio, aprobación o
resentimiento. Este proceso de aceptar las condiciones del Otro
que hay en nosotros bien merece la pena, porque de esa manera
nosotros conseguimos conocer aspectos de nuestra naturaleza
que no permitiríamos que alguien nos mostrara, y que nosotros
mismos nunca admitiríamos. Es muy importante fijar todo este
procedimiento por escrito en el momento que se produce, ya que
entonces tienes la evidencia ocular que neutralizará
eficazmente la tendencia, siempre lista, al auto-engaño. El
comentario de un testigo presencial es completamente necesario
al tratar con la sombra, pues de otro modo su realidad no puede
ser concretada. Sólo de esta forma dolorosa es posible obtener
una visión positiva de la naturaleza compleja de nuestra propia
personalidad.
Párrafo 749:
Tome el inconsciente en una de sus formas más a mano,
diga una fantasía espontánea, un sueño, un estado de ánimo
irracional, un afecto, o algo parecido, y opere con él. Ponga
54
atención especial, concéntrese sobre ello y observe
objetivamente sus modificaciones. No ahorre ningún esfuerzo
para consagrarse a esta tarea, siga las transformaciones
subsecuentes de las fantasías espontáneas atenta y
cuidadosamente. Sobre todo, no deje que ningún elemento
externo entre en la operación, ya que la imagen-fantasía tiene
"todo lo que necesita". De esta manera, uno se asegura de no
interferir por capricho consciente y dejar las manos libres al
inconsciente. En resumen, la operación alquímica nos parece el
equivalente del proceso psicológico de imaginación activa.
Párrafo 752:
Acontece que el hombre moderno no puede siquiera lograr la
“unio mentalis” que le posibilitaría realizar el segundo grado de
la coniunctio. La guía del analista puede, sin duda, darle la
intuición precisa para entender las afirmaciones provenientes
de su inconsciente, mas cuando se llega a la cuestión de la
experiencia real, el analista no puede ya serle de auxilio alguno
pues tiene que ser él mismo quien ponga manos a la obra. Se
haya entonces en la situación del aprendiz alquimista que se
instruye junto a un maestro aprendiendo de éste todas las
habilidades manuales del laboratorio. Pero llega un momento en
que necesita ponerse él mismo a la obra, pues como resaltan los
autores, ningún otro puede ejecutar esto en su lugar. Así que al
igual que este aprendiz, el hombre moderno comienza con una
prima materia indecorosa que se ofrece a él de una manera
inesperada una fantasía despreciable que, como la piedra
rechazada por los constructores, es arrojada a la calle, "in vía
eiecta", y es "tan vil" que los que pasan ni siquiera la miran. Él
la observará día tras día y notará sus transformaciones hasta
que sus ojos se abran o, como decían los alquimistas, hasta que
los "ojos de pez", o chispas aparezcan en la solución oscura.
Pues los ojos de pez permanecen constantemente abiertos y
deben por ello ver siempre, razón por la cual los alquimistas
recurrieron a ellos como un símbolo de atención sin desmayo.
55
Párrafo 753:
La luz que gradualmente amanece en él no es otra cosa que
la comprensión de que su fantasía es un proceso psíquico real
que le está ocurriendo personalmente a él. Aunque, en cierto
modo, él lo ve desde fuera, imparcialmente, también es una
figura que actúa y sufre en el drama de la psique. Tal
reconocimiento es completamente necesario, y establece un
avance importante puesto que mientras se limite a observar las
escenas, sin más, es como el simplón de Parsifal, que se olvidó
de hacer la pregunta vital porque no era consciente de su propia
participación en la acción. Sucede entonces que el flujo de las
imágenes cesa, entonces es como si no hubiera pasado nada,
aunque el proceso se repita mil veces. Pero si él reconoce su
propia implicación debe entrar en el proceso con sus reacciones
personales, como si fuera una de las figuras del fantaseo, o más
bien, como si el drama que está desarrollándose ante sus ojos
fuera real (es un hecho psíquico que esta fantasía está
ocurriendo, y en tanto que entidades psíquicas, es tan real
como él mismo). Si esta decisiva operación no es llevada a cabo
todos los caminos son abandonados al flujo de imágenes, y
nosotros mismos permanecemos iguales pues, como dice Dorn,
"nunca harás al Uno a menos que tú mismo te hagas Uno". Es,
sin embargo, posible que si tenemos una fantasía dramática
entremos en el interior de este mundo de imágenes como una
56
personalidad ficticia, e impidamos por ello una participación
efectiva; esto puede incluso dañar la consciencia porque nos
volvemos víctimas de nuestras propias fantasías, y sucumbimos
a los poderes del inconsciente, cuyos peligros son bien
conocidos de los analistas. Pero si te pones en el drama como
realmente eres, no sólo se gana en realidad, sino que también
creas, por tu crítica de las fantasías, un contrapeso eficaz a las
tendencias que se te escapan de las manos.
Porque lo que está pasando ahora es una aproximación firme al
inconsciente. Aquí es donde la unio mentalis comienza a
hacerse real. Lo que estamos creando ahora es el comienzo de la
individuación, cuya meta inmediata es la experiencia y la
producción del símbolo de totalidad.
Párrafo 754:
Con frecuencia acontece que el paciente continúa
simplemente observando sus imágenes sin considerar lo que
significan para él. Puede y debe entender sus significados, pero
esto es de valor práctico sólo mientras no esté suficientemente
convencido de que el inconsciente puede aportarte valiosas
intuiciones. Más una vez que ha reconocido este hecho, también
debería saber que tiene entonces en sus manos una
oportunidad para obtener, por su conocimiento, la
independencia del analista. Esta conclusión es la que no le
gusta extraer, con el resultado de que frecuentemente se detiene
en la mera observación de sus imágenes. El médico, si no ha
tratado este procedimiento en sí mismo, no puede ayudarle a
franquear este obstáculo -asumiendo, por supuesto, que existan
razones imperiosas para proseguir el proceso. En tales casos no
existe un imperativo médico o ético sino solamente un mandato
del destino, por lo que pacientes que de ningún modo carecen
de la necesaria perspicacia se estancan frecuentemente en este
punto. Como esta experiencia no es rara, sólo puedo concluir
diciendo que la transición desde una actitud meramente
perceptiva, es decir, estética, a una actitud de juicio está lejos
de ser algo fácil. En efecto, la psicoterapia moderna ha
alcanzado este punto y está comenzando a reconocer la utilidad
de percibir y dar forma a las imágenes, sea por medio del lápiz y
el pincel o por la modelación. Se podría pensar también en una
57
formulación musical, siempre que la música fuera realmente
compuesta y transcrita. Aunque no he observado nunca en mi
carrera casos de este género, el Arte de la Fuga de Bach parece
presentar un ejemplo de esta clase, de igual manera que la
representación de los arquetipos es un contenido básico de la
música de Wagner. (Estos fenómenos, sin embargo, provienen
menos de una necesidad personal que de una compensación
inconsciente producida por el espíritu de la época, aunque no
puedo discutir esto aquí).
Párrafo 755:
El paso más allá de una actitud puramente estética puede
ser desconocido para la mayoría de mis lectores. Yo mismo he
dicho poco sobre ello y me he contentado con indicaciones. Este
no es un asunto que pueda tomarse a la ligera. Hice un intento
hace ya treinta años sobre mí mismo y sobre otros, y debo
admitir que aunque es posible y conduce a resultados
satisfactorios, es también muy difícil. Puede aconsejarse sin
dudar si un paciente ha alcanzado la etapa de conocimiento
descrita anteriormente. Si encuentra la tarea demasiado difícil,
renunciará de ordinario desde el principio y no franqueará
nunca el peligroso impasse. El peligro inherente en un paciente
que presenta disposiciones psicopáticas reside en el riesgo de
desencadenar una psicosis. Esta posibilidad, muy desagradable,
se presenta desde el comienzo del tratamiento, cuando por
ejemplo, el análisis de los sueños ha activado el inconsciente.
Pero si éste va tan lejos que el paciente puede hacer
imaginación activa y dar forma a sus fantasías y no existen
incidentes graves, no se debe temer en general un peligro serio.
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Párrafo 756:
Naturalmente hay una diferencia enorme entre una psicosis
anticipada y una real, pero la diferencia no siempre se percibe
claramente y esto da lugar a la incertidumbre o incluso a un
ataque de pánico.
A diferencia de una psicosis real, que se precipita sobre ti y te
inunda con fantasías ingobernables que irrumpen del
inconsciente, la actitud de juicio supone una implicación
voluntaria en esos procesos de fantasías que compensa la
posición individual y, en particular, la colectiva de la
consciencia. El propósito manifiesto de esta implicación es
integrar las aseveraciones del inconsciente, para asimilar sus
contenidos compensatorios, y producir un significado global que
haga la vida digna de ser vivida, y que para un número no
pequeño de personas la haga posible. La razón por la que la
implicación parece una psicosis es que el paciente está
integrando los mismos materiales de fantasía de los que el
enfermo mental cae víctima por no poder integrarlos, sino que
es tragado por él. En los mitos, el héroe es el que triunfa sobre
el dragón, no el que es devorado por él. Y sin embargo, los dos
tienen que tratar con el mismo dragón. A demás, no es héroe el
59
que nunca se encontró con el dragón, o quien si lo vio una vez,
declaró después que no vio nada. De la misma forma, sólo el
que se ha arriesgado a luchar con el dragón y no ha sido
vencido, gana el tesoro escondido, "el tesoro difícil de lograr".
Sólo él tiene el título genuino de la auto-confianza, porque se ha
enfrentado con el oscuro territorio de su self (Sí-Mismo) y así se
ha ganado a sí mismo. Esta experiencia le da fe y confianza, la
pistis en la capacidad del self para sostenerle, pues todo lo que
le amenazaba de su interior, lo ha hecho suyo. Ha adquirido el
derecho a creer que será capaz de superar todas las amenazas
futuras con los mismos medios. Ha llegado a una certeza
interna que lo hace capaz de autoconfianza, y lograr lo que los
alquimistas llamaron la unio mentalis.
Párrafo 757:
Por lo general, este estado está representado gráficamente
por un mándala. Tales figuras contienen bastante a menudo
claras alusiones al cielo y a las estrellas, y por ello se refieren a
algo como el cielo "interior," el "firmamento", o el "Olimpo" de
Paracelso, el Microcosmos. Es éste también ese producto
circular, es decir el "cielo" que Dorn quería producir "por
movimientos continuos de rotación". Como no es muy probable
que él realizara alguna vez esta quintaesencia como un cuerpo
químico, y no pretendió tampoco haberlo hecho, debemos
preguntarnos si él se refería realmente a esta operación química
o más bien, quizá a la obra alquímica en general, es decir, la
transmutación del Mercurio duplex bajo el sinónimo del vino
blanco y rojo, aludiendo así a la obra al blanco (ad álbum) y al
rojo (ad rubeum). Esta última hipótesis me parece más
verosímil. De todos modos, se aludía a un trabajo de
laboratorio. Dorn "perfiló" su intuición de un centro misterioso
preexistente en el hombre, que representaba al mismo tiempo
un cosmos, o sea una totalidad, mientras que él mismo
permanecía consciente de que estaba representando el self en la
materia. El completó la imagen de la totalidad con la mezcla de
miel, hierbas mágicas y sangre humana, es decir lo que ellas
significaban, tal como lo hace hoy día una persona que asocia
numerosos atributos simbólicos al mándala que dibuja.
Asimismo Dorn, siguiendo el antiguo modelo Sabeo y
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Alejandrino, atraía la "influencia" de los planetas (stellae
inferiores) -o "Tártaro" y el aspecto mitológico del submundo- a
su quintaesencia como el paciente hace hoy día".
BIBLIOGRAFÍA:
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