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LA REFLEXIÓN EN LA ACCIÓN DOCENTE, MEJORA LA PRÁCTICA

Yenny Paola Calderón Mora

En la Institución Educativa Técnico Superior durante el desarrollo de la clase de Ciencias

Naturales en la ultima hora de la jornada de la tarde (5:35 pm) con estudiantes del grado 611

(grupo muy diverso en edades, comportamientos y desempeños académicos), se estaba

proyectando un video sobre los factores de los ecosistemas. Mientras la mayoría de los

estudiantes observaban con atención el video, algunos empezaron a murmurar que olía a bóxer,

inmediatamente suspendí la presentación del video y pregunté a todos ¿alguien tiene bóxer?

¿Quién está usando bóxer para pegar algo? En ese instante no recibí respuesta, así que

continuamos con el video, pero, aunque yo no percibí el olor, seguí con la inquietud de saber

¿quién tenía el bóxer? Y sobre todo ¿con que objetivo lo tenía? estuve más atenta ante el

comportamiento de los estudiantes que estaban sentados en la parte de atrás del salón. Se acerca

un estudiante y me dice en voz baja que vio a Calos Salazar con un frasco pequeño de bóxer,

seguidamente me acerque a Carlos y le pregunte si él tenía bóxer, su respuesta fue no, pero no

le creí y le pedí que me entregara su bolso. Al revisar el bolso lo único que contenía era el frasco

de bóxer desocupado. En ese instante sonó el timbre para salir (ya era las 6:30) y lo único que

se me ocurrió por decirle al estudiante fue que teníamos que hablar mañana sobre el ¿por qué

ese frasco de bóxer estaba en su maleta? Y así quedamos, en dialogar al siguiente día en la

primera hora de clase. Creo la decisión de hablar al otro día fue la más conveniente, porque lo

más probable era el joven estuviera drogado y de pronto se alteraba o se ofuscaba al escuchar

mis preguntas.

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En casa no podía sacar de mi pensamiento lo sucedido durante la clase, esa situación generó en

mí una decepción, tristeza e intriga, porque aunque no sabía la verdad, sospechaba que Carlos

lo había inhalado y es lamentable ver como nuestros jóvenes se pierden en ese mundo. Durante

gran parte de esa noche estuve inquieta en lo que debía decirle al otro día, deseaba tener las

palabras precisas al iniciar ese dialogo y que permitieran generar confianza en el joven para

poder indagarlo. En algún momento pensé que simplemente lo tenía para pegar algo, negándome

a creer él estuviera inhalándolo para drogarse.

En el dialogo le solicité que me comentara todo lo sucedido con relación al frasco de bóxer y

creo que fue fácil obtener la información, porque con mucha tranquilidad me comentó varias

cosas, tales como, que él vendía el bóxer a muchos niños del colegio, que de un frasco él lo

dividía en 5 “dosis” y antes de entregarlo lo ponía al sol para que el pegante se vuelva gas y al

inhalar la “traba sea más rápido”, cada dosis cuesta $2.000, lo vende en el baño, que vende

mucho y logra ahorrar buena cantidad de dinero,…

Mientras transcurría el dialogo surgían más interrogantes ¿Cuáles son los niños que le compran?

¿Qué hace con el dinero que “gana”? ¿Su mamá tiene conocimiento de lo que usted hace en el

colegio? ¿Su mamá le pregunta de dónde saca el dinero para comprar esas cosas tan costosas?

¿Usted inhala bóxer u otras sustancias para drogarse? ¿En el colegio anterior también tenía el

negocio?

Algo que me impresionó mucho fue la tranquilidad y la franqueza que mantuvo durante la

conversación, en otras situaciones similares los estudiantes generalmente niegan todo o no

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responden, agachan la cabeza, sienten vergüenza y algunos manifiestan arrepiento por lo hecho;

pero al final me pidió que no le comentara a la mamá nada de sucedido en el colegio.

Después intervine, y le manifesté sobre los daños que estaba causando a él y a otros niños, que

él no debía actuar de esa manera y pensar en las consecuencias, le expresé la importancia de

buscar apoyo y refugio en las personas que lo quieren (la mamá), que esto no es un juego ni un

trabajo, y como todos sabemos es abrir las puertas a un mundo oscuro, sin oportunidades, en el

que se puede perder todo, hasta la familia que es lo único valioso de la vida. Lo invité a pensar

en su mamá, en el dolor que le causará al verlo drogado y perdido, sin metas ni aspiraciones,

que él debe cambiar y no seguir defraudando, ni decepcionando a las personas que lo rodean.

Le insistí sobre lo valioso e importante que es él para nosotros, en todas las capacidades que

posee y en lo hermosa que es la vida para disfrutarla cada instante.

El continuó en clase, pero en mi cabeza siguió dando vueltas todo lo escuchado y

preguntándome en ¿cómo proceder? porque la situación era preocupante, no solo se afectaba él

sino, otros niños y jóvenes que adquirieron el pegante; esto último generó en mi sentimientos

de rabia, así que inmediatamente me dirigí a la oficina de la coordinadora de convivencia, le

comente absolutamente todo (lo sucedido y lo escuchado), ella se puso en contacto con el señor

rector y entre ellos dos “dieron fin a esta situación”. Llamaron a la mamá de Carlos y elaboraron

la resolución de expulsión.

Cuando veo a un niño o un joven drogadicto recuerdo a Carlos y, en varios momentos me he

cuestionado sobre su futuro, no tengo conocimiento cómo va su vida, ¿siguió estudiando?

¿Ingresaría a otro colegio y continuaría haciendo lo mismo? ¿Su mamá lo sigue apoyando?

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¿Será un drogadicto más para la sociedad? O ¿ya es bachiller? ¿Continúo entrenando su deporte

favorito? Pero también quedé con otra inquietud ¿Quiénes son los estudiantes que le compraban

a Carlos? ¿Continuaron consumiendo o era solo por experimentar?

Estas situaciones hoy en día son muy frecuentes en nuestros estudiantes por múltiples causas y

creo que nosotros como docentes no estamos preparados para dar una orientación, nos faltan

muchas herramientas y conocimientos sobre la forma correcta y efectiva para enfrentarla, ¿será

que expulsando a los estudiantes adictos solucionamos algo? O ¿los estudiantes adictos en la

escuela son inofensivos o inducen a otros jóvenes? La drogadicción es una problemática social

que cada día va en aumento invadiendo a las personas, las escuelas, las familias y la sociedad;

se requiere prender las alarmas en cada hogar con mucho amor, compañía, apoyo, dedicación,

comprensión y educación. Con esfuerzo y compromiso desde las familias y las escuelas se puede

lograr la transformación y humanización de la sociedad.

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LA REFLEXIÓN EN LA PRACTICA DOCENTE: TRANSFORMA Y HUMANIZA

Yenny Paola Calderón Mora

El docente en el desarrollo de su práctica en el aula constantemente se encuentra bombardeado


por diversas situaciones, ya sean de tipo académico, de convivencia o personal que lo motivan
a tomar decisiones y responder de forma inmediata, pero el docente ¿es consciente de esto?,
¿evalúa si todas o algunas de las decisiones o respuestas son las acertadas? ¿Replantea otra
respuesta para una próxima oportunidad? Según un estudio realizado por Angels Domingo en
la universidad de Harvard con 15 docentes universitarios voluntarios, arrojo como resultado que
los docentes en una clase de 50 minutos toman 250 micro-decisiones, pero el docente pasa por
alto sus decisiones durante la acción, no se toma el tiempo necesario para reflexionar sobre éstas,
desaprovechando así la oportunidad de estar aprendiendo de su propia experiencia y en su
contexto.

Son las diversas situaciones problemas vividas por el docente durante la interacción no sólo con
estudiantes, sino también con padres de familia, docentes compañeros y los directivos; las que
van a permitir el autoaprendizaje en la práctica reflexiva, pero no basta sólo con identificarlas,
además requieren ser analizadas, evaluadas y replanteadas para desarrollar las nuevas
competencias o habilidades y conocimientos. Perrenoud afirma “El análisis de la práctica, el
trabajo sobre el habitus y el trabajo por situaciones-problemas son dispositivos de formación
que tienen como objetivo desarrollar la práctica reflexiva” (p. 22).

Cuando se refiere al análisis de una situación problema o a realizar la práctica reflexiva, son
varios los elementos que se encuentran integrados y que uno a uno después de ser evaluados
desencadenan información valiosa para mejorar las futuras prácticas, información que al ser
organizada y sistematizada se puede reproducir y compartir con otros docentes permitiendo un
aprendizaje basado en la experiencia de otro y un mejoramiento de la práctica. Perrenoud
establece
Perrenoud, 2007
“La práctica reflexiva puede extenderse, en el sentido general de la palabra, como la
reflexión sobre la situación, los objetivos, los medios, los recursos, las operaciones en
marcha, los resultados provisionales, la evolución previsible del sistema de acción.
Reflexionar durante la acción consiste en preguntarse lo que pasa o va a pasar, lo que
podemos hacer, lo que hay que hacer, cuál es la mejor táctica, qué orientaciones y qué
precauciones hay que tomar, qué riesgos existen, etc.” (Perrenoud, 2007, p. 30).
Y al reflexionar en la acción el docente actúa de forma preventiva y puede predecir sobre los
resultados esperados.

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Con frecuencia se dice que los niños y los jóvenes de hoy son de otro mundo, que nacen con un
chip, desarrollan habilidades desde edades muy tempranas, especialmente con el uso de la
tecnología, son estudiantes que se han sido sobre-estimulados, pero en el aula se sienten
desmotivados, desinteresados, indiferentes y apáticos, generando en la cotidianidad de las
instituciones educativas la deserción escolar, el bajo rendimiento académico y la reprobación.
Las causas de este escenario educativo son múltiples, como: ejes temáticos alejados del
contexto, de la realidad, de los intereses y las necesidades de los estudiantes, las estrategias y
metodologías pedagógicas que utiliza el docente en el desarrollo de su práctica son poco
atractivas e innovadora, manteniendo la transmisión del conocimiento teórico.

Ante esta problemática es necesario que el docente de hoy reflexione sobre su práctica en la
cotidianidad laboral y la transforme, en una práctica donde conciba a los estudiantes como seres
humanos íntegros y como los protagonistas que participan activamente para lograr un
aprendizaje significativo y el desarrollo de competencias básicas; tomando como punto de
partida la experiencia, el entorno, las emociones y los sentimientos en un ambiente de
aprendizaje permeado por la empatía entre los participantes del proceso enseñanza –
aprendizaje. Como lo afirma Domingo (2014) “La participación de la emotividad humana en
los procesos de aprendizaje es real y elevada” (p. 45)

La práctica reflexiva contribuye al crecimiento profesional de los docentes permitiendo una


constante reflexión de su práctica en el aula, desde la planeación (contenidos, estrategias,
metodologías, recursos, etc), en la praxis (durante el desarrollo de la clase), hasta a posteriori
(después de la acción); para evaluar el proceso enseñanza-aprendizaje y plantear acciones que
aportan al mejoramiento de la calidad educativa. La reflexión sobre la experiencia del docente
en cada una de las fases mencionadas es un aprendizaje nuevo y debe provocar una
transformación en sus ideas, sus conocimientos y en sus prácticas.

Cuando el docente es consciente y reflexiona sobre sus decisiones y acciones, construye su


propio aprendizaje de forma permanente; se concibe un docente reflexivo de su práctica,
investigativo e innovador. Pero siempre tomando como referente la integración de 3 elementos
en cada contexto que se involucre: la experiencia, la emotividad y la relación conocimiento -
práctica. Estos elementos le dan el carácter humanista real al proceso enseñanza-aprendizaje, es
decir coherente con los valores, los sentimientos, las sensaciones, los pensamientos, las
necesidades y los intereses de las personas.

El rol del docente en su práctica requiere estar re-inventandose continuamente para poder
responder con responsabilidad a los desafíos que la sociedad cambiante, con la práctica reflexiva
adoptada en su cotidianidad con el objetivo de una formación autónoma a partir de su
experiencia, de transformar su práctica pedagógica para crear ambientes de aprendizaje a partir
del contexto y teniendo en cuenta la emotividad de los educandos.

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BIBLIOGRAFÍA

Domingo, R. À., & Gómez, S. M. V. (2014). La práctica reflexiva. Madrid, España: Narcea.

Domingo, R. A. (2018). Taller de Práctica Reflexiva en la 25ª Jornadas Pedagógicas de la Federación


de Ikastolas. Recuperado de: https://practicareflexiva.pro/videoteca/

Perrenoud, P. (2007). Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. México: Colofón


S.A. de C. V.

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