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 Las emociones son funciones biológicas del sistema nervioso que han contribuido con la supervivencia,

reproducción y adaptabilidad de la especie humana.


 Se activan cuando el cerebro detecta algún peligro, amenaza o desequilibrio con el fin de poner en marcha
los recursos a su alcance para controlar la situación.
 Son parte de un mecanismo que nos ayuda a reaccionar con rapidez ante acontecimientos inesperados
funcionando de manera automática.
 Cada emoción provoca en el cuerpo una respuesta distinta: el miedo provoca un aumento del latido
cardiaco que hace que llegue más sangre a los músculos, favoreciendo la respuesta de huida, por ejemplo.
 Se trata entonces de una manera automática y particular de valorar y responder, tanto fisiológica, como
psicológicamente, ante un evento. Su función radica en ayudarnos a lidiar con dicha situación.

Existen dos partes del cerebro que se encargan de la expresión y la regulación de las
emociones:

El sistema límbico: área que rige las reacciones emocionales. Éstas se presentan de manera automática y sin
razonar. Muchas de estas reacciones pueden ser útiles, incluso, pueden salvarte la vida. Sin embargo, existen
las reacciones que pueden ser desproporcionadas y que pueden llevarte a situaciones complejas.

La corteza prefrontal: área del cerebro que razona, analiza, planea y toma decisiones de manera
responsable. Se ubica en la parte delantera de nuestro cerebro.

Cuando sentimos una emoción, la experiencia que tenemos resulta insustituible; tanto si ello te gusta o no, no
hay forma de evitar lo que cada emoción quiere hacerte sentir.

Muchas de nuestras reacciones emocionales (conductas), son aprendidas a lo largo de nuestra vida, sin que nos
demos cuenta de cómo o cuándo se instalaron. Esto, debido a que no es usual que nos detengamos a
reflexionar sobre ello. Sentimos ciertas emociones (o dejamos de sentirlas), según cómo interpretamos lo que
nos sucede.

Para cambiar nuestros hábitos de reacción emocional, o cierta impulsividad, quien interviene es la corteza
prefrontal, reevaluando lo que está sucediendo y entregando conscientemente otras alternativas.

Imaginemos que nos encontramos en una situación compleja, que comienza a generar en nosotros temor, ira,
angustia. Si el sistema límbico funcionara solo, actuaríamos de forma impulsiva, y nuestras reacciones
emocionales podrían volverse desproporcionadas, sin mostrar ningún tipo de control. Afortunadamente, las
partes que componen el cerebro “trabajan en equipo”, logrando la colaboración de la corteza prefrontal y el
sistema límbico. Ello es lo que permite que podamos tomar decisiones acertadas, analizando la situación y
contribuyendo a que nuestras conductas “no se salgan de control”.

1. Escribe en tu bitácora de trabajo alguna situación de tu vida cotidiana – en el trabajo o en tu vida personal- en la
que tu sistema límbico se haya salido de control y en la que la corteza prefrontal no supo qué hacer.
2. Escribe alguna situación en la que tu corteza prefrontal haya conseguido negociar con tu sistema límbico y tomó
acción sobre lo que sucedía.
3. Reflexiona y luego responde, cómo te sentiste luego de haber actuado bajo el control del sistema límbico y cómo
te sentiste cuando ambos consiguieron negociar.
Constantemente nos enfrentamos a situaciones que disparan emociones y activan nuestro sistema límbico.
Cuando aparece una situación nueva o desafiante, nuestro sistema límbico toma el control por un momento y
dispara ciertas emociones que nos ponen en alerta, generando ansiedad o nerviosismo; por ejemplo, inhibiendo
algunas capacidades cognitivas como la memoria o la capacidad de atención. Por eso, es muy importante
”tranquilizar” a nuestro sistema límbico para que nuestra corteza prefrontal nos ayude a actuar adaptativamente.

”Cada persona experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, su
aprendizaje y de la situación concreta. Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que
desencadenan las emociones, son innatas; mientras que otras pueden adquirirse. Unas se aprenden por
experiencia directa, como el miedo o la ira, pero la mayoría de veces se aprende observando a las personas de
nuestro entorno (por ello cobra tanta importancia que los padres y maestros aprendan a controlar sus propias
conductas).” AECC (2010)

Las emociones son parte de nuestro mundo interno, pero no siempre somos conscientes de que están ahí y de
cuál es la influencia que tienen sobre nosotros.

Cuando no identificamos las emociones, tenemos mayor probabilidad de que, influenciados por ellas, tomemos
decisiones de las cuales nos podemos arrepentir luego. ¿Te ha pasado?

Las emociones influyen en la forma en que percibimos e interactuamos con el mundo.

Lee las emociones del cuadro y, si crees que falta alguna, puedes incluirla en tu bitácora de trabajo:

Ansiedad
Asombro
Gozo
Duda
Celos
Enojo
Alivio
Miedo
Entusiasmo
Tristeza
Aburrimiento
Disgusto
Desánimo
Envidia
Desesperación
Orgullo
Angustia

1. ¿Qué emociones del cuadro has experimentado en estos últimos días? Escribe 3 de ellas.
2. ¿Cómo crees que estas emociones afectan tu forma de ver el mundo cuando las experimentas?
3. ¿Qué acciones acompañan estas emociones usualmente? Escribe un ejemplo de cómo influyó alguna
emoción en tu forma de actuar.
4. ¿Cómo crees que puede ayudarte , tanto en el ámbito personal, como laboral el aprender a reconocer
tus emociones?
Aprender a reconocer las emociones que sentimos puede ayudarnos a activar nuestra corteza prefrontal, para
analizar la situación y que nuestras acciones posteriores nos ayuden a sobrellevarla de la mejor manera para
nosotros, y los otros.
Reflexionemos

 Cuando tienes que hacer una presentación frente a tus colegas ¿qué imágenes y pensamientos pasan
por tu cabeza?
 ¿Qué piensas mientras recibes un reconocimiento, o por obtener algo por lo que te esforzaste mucho?
 ¿Qué piensas mientras felicitas tú a otra persona por haber conseguido un logro que querías para ti?
 *Recuerda escribir las respuestas y reflexiones, en tu bitácora de trabajo.

 “Las emociones tienen dos aspectos fundamentales íntimamente relacionados y que impactan en
nuestra conducta: por un lado, el aspecto afectivo, que corresponde a lo que sentimos en el cuerpo. Por
otro, el aspecto cognitivo, que se refiere a lo que pensamos y las imágenes que surgen durante la
experiencia emocional”.

 Hernández, Trejo y Hernández (2018

El aspecto cognitivo de las emociones, se refiere a la experiencia mental o psicológica,


que ocurre al mismo tiempo que la sensación corporal o afectiva.
¿Cómo GESTIONAMOS LAS EMOCIONES?

1. Identificarlas: al identificar las emociones, así como los estados y sensaciones fisiológicas y cognitivas,
seremos capaces de expresar adecuadamente las emociones y las necesidades asociadas a éstas, en el
momento oportuno y de la manera más saludable.
2. Decidir: Las emociones nos sirven para modelar y mejorar el pensamiento al dirigir nuestra atención hacia
la información significativa, facilitando el cambio de perspectiva y la consideración de nuevos puntos de
vista.
3. Analizar: Conocer los diferentes tipos de emociones que existen, nos ayuda a reconocer en qué categoría
se agrupan. Así mismo, podremos conocer las causas que las generan y las posibles futuras consecuencias
de nuestras acciones.
4. Regular:la regulación consciente de las emociones, incluye la apertura para sentir éstas, sean
consideradas tanto “positivas” como “negativas”. Regular las emociones implica moderar las “negativas”
e intensificar las “positivas”, sin reprimir, ni exagerar, la información que comunican.

Cierre de la Unidad
 Hemos llegado al final de esta unidad.
 A continuación, encontrarás la Ficha de Trabajo 1, que te ayudará a organizar los aprendizajes obtenidos.
Antes de desarrollarla, lee cuidadosamente las dos lecturas sugeridas para esta unidad.

Ir a la ficha
Referencias
bibliográficas
 Fros, F. (2013). Ciencia de las emociones. Los secretos del cerebro y sus sentimientos. Buenos Aires,
Argentina. Ed: Ediciones B
 AECC (2010). Las emociones. Comprenderlas para vivir mejor. Madrid, España. AECC
 Hernández, M., Trejo, Y. Y Hernández, M. (2018). El desarrollo de habilidades socioemocionales de
los jóvenes en el contexto educativo. En: RED. Nº 9. pp: 88-97. D.F.: México. INEE

LECTURA 01 LECTURA 02

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UNIDAD 02

01.AFIANZAR LA IDENTIFICACION DE LAS EMOCIONES

Emoción
Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene
acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia.

Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea.

Se trata de un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis, la que es relativamente violenta
y pasajera.

Las personas crecemos y construimos nuestra identidad de forma dinámica en diversas dimensiones: cognitiva,
biológica, psicológica, afectiva, social y moral.

A lo largo de nuestra vida, aprendemos a desarrollarlas y complementarlas de tal forma que nos volvemos más
capaces de hacer y aplicar saberes distintos en distintas situaciones y ambientes.

Nuestras emociones están relacionadas directamente con nuestras experiencias, las personas con las que
convivimos, las oportunidades que se nos presentan y el impacto que ellas mismas tienen en nuestra formación
personal y profesional.
Caso 1
Dos integrantes de mi equipo de trabajo, no hicieron parte del proyecto que les correspondía. Nos toca
presentarlo hoy a la coordinación, y van a rechazar nuestro trabajo por no cumplir. La verdad, prefiero trabajar
por mi cuenta y no con otros.

Caso 2
Una compañera de trabajo, que es muy bromista, se sentó junto a mí mientras estábamos en reunión con el
director. Mi amiga no paraba de hacerme bromas y muecas y, aunque no quería hacerlo, terminé riendo a
carcajadas en plena reunión.

Caso 3
Ayer tuve un problema familiar y no dormí bien. Se hizo tarde y no llegué a tiempo a mi primera clase del Programa
Formativo. Para entrar a la segunda clase, le pedí permiso a mi coordinadora, quien me dejó entrar, pero me
llamó la atención, lo que generó que no pueda concentrarme en hacer bien mi trabajo.

Trabajemos estos casos en nuestra bitácora de trabajo, de acuerdo a las siguientes preguntas:

1. ¿Qué emociones identificamos en cada caso?


2. ¿Qué sucedería si en cada caso, nos dejamos llevar por esa emoción?
3. ¿Crees que esto podría afectar de alguna forma nuestras metas? ¿Por qué?

02.ESTABLECER ESTRATEGIAS EMOCIONALES

¿Qué tan capaces de regular nuestras emociones nos sentimos ?

Las personas podemos desarrollar la habilidad de autorregular nuestras emociones e influir activa y
conscientemente en nuestra experiencia de bienestar.
Es necesario tomar en cuenta que:

 Las emociones de otros influyen en nuestras emociones.


 Nuestras emociones afectan nuestro desempeño.
 Nuestras emociones afectan el desempeño de otros.

Observemos detenidamente ambas imágenes y luego escribamos en nuestra bitácora de trabajo.

1. Si utilizamos una metáfora, donde tú eres el conductor de la bicicleta y las emociones son la bicicleta,
¿con cuál te identificas más? ¿Por qué?
2. ¿Qué acciones realizas para manejar tus emociones?
3. ¿Consideras que las acciones que realizas te ayudan a manejar adecuadamente tus emociones? ¿Por
qué?

Las formas en que experimentamos y expresamos las emociones, pueden ser muy variadas. Existen emociones
que sirven como base para otras más complejas y particulares, que componen la experiencia humana. Algunas
emociones, por ser muy intensas, no nos permiten actuar como quisiéramos, y nos vuelven “torpes”. Hay otras
que, aunque puedan ser incluso “negativas”, provocan acciones que responden más a las necesidades del
entorno. Por ejemplo, si siento ansiedad ante una presentación de trabajo, esto puede llevar a que me bloquee
y no desarrolle la presentación que debo realizar. Si la emoción es de preocupación porque debo llevar a cabo la
presentación, es más probable que ello me lleve a prepararme con anticipación para no fallar.

Emociones "torpes"
Ira
Ansiedad
Euforia
Envidia
Depresión
Culpa
Desesperación

Emociones "inteligentes"
Fastidio
Preocupación
Frustración
Alegría
Admiración
Tristeza
Arrepentimiento

Conducta emocional
Las emociones generan cambio en los dominios de la experiencia subjetiva, el comportamiento y la fisiología
periférica. Usualmente, son vistas como algo que surge de pronto, como “en segundos”.
Estas emociones pueden ser beneficiosas o dañinas, dependiendo del contexto. Nos benefician cuando guían
apropiadamente el proceso sensorial, fortalecen la toma de decisiones, nos proveen de información acerca del
curso de la acción, nos informan de las intenciones en el comportamiento de los otros y motivan
comportamientos socialmente apropiados para cambiar la situación que dio paso a la emoción de manera
asertiva. (Gross, 2015).

Un ejemplo de emociones beneficiosas, puede incluir el miedo que nos lleva a evitar una situación
potencialmente mortal, los episodios de alegría que refuerzan una amistad, situaciones de rabia nos pueden llevar
a defender causas que nos parecen justas, entre otras.

Un ejemplo de emociones dañinas, puede incluir la rabia que nos lleva a autoagredirnos o agredir a otro individuo,
la ansiedad que nos limita en las interacciones sociales o el trabajo, etc.

Regulación emocional
Las emociones usualmente parecen ir y venir sin mayor control; sin embargo, podemos – y usualmente lo
hacemos - ejercer alguna medida de control cuando un estado afectivo impacta directamente en una meta
personal o laboral.

Lo que define la regulación emocional, es la activación de una meta que tiene influencia directa sobre la
trayectoria de la emoción.

Podemos regular nuestras emociones haciendo uso de diversas estrategias, tales como concentrarnos en
nuestra respiración, ir a pasear, salir a correr, golpear una almohada, conversar con un amigo, tomar una siesta,
leer un libro, renunciar al trabajo, morderse las uñas o pensar en la situación de manera diferente.

03¿Cómo CUIDAMOS A PARTIR DE LA REGULACION DE EMCIONES?

La conducta emocional se inicia en el momento en el que la situación (S), entendida como la propuesta del
entorno o suceso que escapa de nuestro control, dispara un pensamiento automático (P), es decir, lo primero
que pasa por nuestra mente al evaluar la situación. Este pensamiento automático nos lleva directamente a
sentir una emoción (E), que surge de esa lectura o interpretación que le damos a la situación. Lo que esta
emoción nos haga sentir, impacta directamente en la acción (A) que realizaremos en respueta a la situación que
se presentó. Mientras más intensa es la emoción, más fuerte e intensa será la acción.

EJEMPLO

Juan y Rosa se han juntado para trabajar en la programación de su siguiente proyecto de clase. De pronto, se
inicia un sismo fuerte (S).

Inmediatamente, de manera automática, la evaluación que hace Juan de la situación, es: “la casa se podría venir
abajo” (P). Esto le ocasiona miedo (E). Esta emoción deriva en que finalmente sale corriendo de la casa, sin tener
mayor cuidado con ello (A).

Al mismo tiempo, Rosa tiene un pensamiento distinto: “parece que no es tan fuerte el temblor” (P), lo que hace
que la emoción que siente sea distinta, quizá hasta de indiferencia (E), lo que deriva en una conducta diferente,
como quedarse sentada y seguir con la programación que estaba trabajando con Juan (A).
Imaginemos ahora que tú estabas trabajando con Juan y Rosa en la programación del proyecto de clase en el
mismo lugar y de pronto inicia el sismo fuerte (S):

1. ¿Cuál sería el pensamiento (P) que aparecería de manera automática?


2. ¿Cuál sería la emoción (E) que derivaría de dicho pensamiento?
3. Finalmente, ¿qué acción (A) se sucitaría luego de ello?

Las emociones surgen luego de haber evaluado la situación en la que nos encontramos. Esto se hace de manera
automática. La regulación emocional ocurre cuando decidimos analizar nuestro pensamiento (el que nos está
generando la emoción) de manera positiva o negativa, para activar impulsos que nos ayuden a modificar la
emoción y luego la respuesta que se estaba generando.

EJEMPLO

María es docente de aula. Uno de sus estudiantes, un niño de 6 años, constantemente se pelea con sus
compañeros, rompe materiales, desordena. Ante esta situación (S), María piensa “es un niño muy malcriado” (P),
lo que le hace sentir rabia y cólera (E). Ante ello, su conducta es castigarlo en cuanto se levanta de su silla (A).

¿Qué pasaría si Rosa, antes de actuar y castigarlo, se planteara pensamientos alternativos al ya señalado? Podría
plantearse, por ejemplo: “¿será que el niño tiene problemas en casa? ¿Será que puede estar siendo molestado
por sus compañeros por algún motivo?” Estos pensamientos alternativos, quizá atenúen o incluso cambien la
emoción generada, por ejemplo, por preocupación. Esta nueva emoción (E) puede llevar a Rosa a decidir por una
acción más adecudada a su rol docente (A), como citar a los padres del niño para conversar acerca de lo que está
pasando en casa, u observar en el recreo el juego del niño con sus compañeros para identificar posibles conductas
de acoso escolar.

El pensamiento alternativo entonces, propone que nos detengamos a atender la situación y analizarla, para
comprender qué es lo que está originando las emociones que estamos sintiendo. De esta manera, tenemos
control sobre las acciones que tomaremos a continuación.

Llena los espacios en blanco del siguiente cuadro en tu bitácora de trabajo, para cada una de las tres
situaciones:

Existen situaciones en donde no podemos dejar de pensar en algo, como si ese pensamiento nos dominara y
quedamos a su merced, o nos peleamos con él cada vez que aparece.

Lo mismo ocurre con las emociones, no podemos dejar de sentirlas, nos ”enganchamos”, nos dejamos llevar por
esa emoción, o la rechazamos para evitar sentirla. Estos mecanismos agrandan e intensifican lo que
experimentamos y, por tanto, la forma en que respondemos. Es muy importante que los reconozcamos para
“desengancharnos” y liberar las emociones que no ayudan.
Construye T (2018)

Ya conocemos cuál es el impacto que nuestro pensamiento tiene sobre nuestras emociones y cómo éstas
comandan las acciones que terminamos por efectuar.
También es importante reconocer que existen situaciones a nuestro alrededor, que disparan o activan
emociones recurrentes a lo largo del día. Conocer las situaciones nos ayudará a saber cuáles de éstas pueden
incomodarnos y qué otras nos generan alegría o entusiasmo.
Las “anclas emocionales” son actividades que disfrutamos y que al hacerlas nos hacen sentir relajados, bajando
nuestros niveles de estrés. Estas actividades pueden ser de cualquier tipo, como realizar una actividad física, un
pasatiempo, algún oficio paralelo, etc.

Estas actividades se convierten en un ancla, no solo porque las disfrutamos y nos desestresan, sino porque las
realizamos de manera periódica. Por ejemplo, bailar o practicar un deporte será un ancla, no cuando lo hago de
manera esporádica, sino cuando lo hago dos o tres veces en la semana. El reto, entonces, está en encontrar cuál
es la actividad que a cada uno lo desestresa y establecer un plan para realizarla de manera periódica durante la
semana.

OJO: No es una receta, no existe un solo tipo de actividad que a todos nos desestrece por igual.

¿Recuerdas a Rosa? Luego de conocer acerca del pensamiento alternativo, consiguió ejecutar acciones que le
ayudaron a manejar con mayor asertividad la situación con su estudiante. Sin embargo, como esto es un
proceso, ha comenzado a identificar que muchas veces sus reacciones se deben a la carga emocional y el estrés
en el trabajo. Por ello, para regular sus emociones, ha decidido identificar sus anclas emocionales y organizar su
agenda de tal forma que tenga espacios durante la semana para ejecutarlas.

Por ejemplo, Rosa disfruta mucho del tejido a crochet. Es una actividad que tiene - para ella- un efecto
tranquilizador y le genera alegría y paz interior. Por ello, ha decidido que se dará un espacio para tejer durante
una hora, por lo menos, todos los días.

En ese sentido, se ha percatado de que las situaciones vividas, y este aprendizaje, le han permitido ser resiliente
en su vida personal y laboral, ocasionando que viva más tranquila, a pesar de que algunas situaciones del
entorno no cambian; pero su respuesta ante ellas, sí.

Ver Video

Te recomendamos revisar la siguiente charla “¿Cómo convertir el estrés en tu amigo?” (Kelly


McGonigal), en donde nos muestra que el problema no es el estrés en sí mismo, sino la forma

de relacionarnos con él.


Ver VideoCierre de la Unidad
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 A continuación, encontrarás la Ficha de Trabajo 2, que te ayudará a organizar los aprendizajes obtenidos.
Antes de desarrollarla, lee cuidadosamente las dos lecturas sugeridas para esta unidad.

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