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TRIÁNGULO VOCÁLICO
/i/ alto-anterior
/e/ medio-anterior
/a/ bajo-central
/o/ medio-posterior
/u/ alto-posterior
«El grupo fonético más elemental es la sílaba, la cual puede constar de uno o varios
sonidos. La sílaba, acústicamente considerada, es un núcleo fónico limitado por dos
depresiones sucesivas de la perceptibilidad de los sonidos. Considerada desde el
punto de vista fisiológico, es un núcleo articulatorio comprendido entre dos
depresiones sucesivas de la actividad muscular.
En la palabra Aragón las dos primeras sílabas van separadas por la momentánea
depresión de perceptibilidad correspondiente a la r; en Aaron esas mismas sílabas
van separadas por la momentánea disminución de intensidad que entre las
dos aa producimos. El efecto que resulta de esta depresión de la intensidad es
asimismo una disminución en la perceptibilidad absoluta correspondiente a
ambas aa.
Se llama sílaba libre la que termina en vocal: pa-ra; y sílaba trabada, la que no
se halla en este caso, y sobre todo la que, además de terminar en consonante, va
seguida de otra consonante inicial de la sílaba siguiente: par-te, pun-to, hom-bre.
No es aceptable la definición corriente de la sílaba: "Letra vocal o conjunto de letras
en cuya pronunciación se emplea una sola emisión de voz". Emisión de voz parece
que no puede ser otra que la producción del sonido vocal. Hay palabras de varias
sílabs, como mano, madera, barbaridad, etc., que, en este sentido, se pronuncian
en una sola emisión de voz, es decir, sin interrupción de sonoridad. Hay otras, por
el contrario, que constando de una sola sílaba, como tu, paz, tos, etc., ni siquiera
tienen emisión de voz en todos los elementos. Tomando, en general "emisión de
voz" por producción de sonidos articulados sonoros o sordos, la definición
resultaría igualmente inaceptable.»
[Navarro Tomás, T.: Manual de pronunciación española. Madrid: C.S.I.C., 141968,
§ 26]
Diptongos
Un diptongo es la unión de dos vocales que se pronuncian en una misma sílaba.
Los diptongos se forman cuando se suceden una vocal abierta (a, e, o) y una
cerrada (i, u) o viceversa, siempre que la vocal cerrada (i, u) no sea tónica: aire,
causa, peine, oiga, viaje, ciego, quiosco, suave, fuerte, cuota. Cuando la vocal
cerrada es tónica, se forma hiato: caímos, día, aúllan, púa, reís, líe, reúnen.
También se forma diptongo cuando se combinan dos vocales cerradas (i, u)
distintas: ruido, diurético. La presencia de una h intercalada no invalida la
existencia de un posible diptongo: ahu-mar, ahi-ja-do.
«Algunas de estas combinaciones vocálicas pueden articularse como hiatos (es
decir, en dos sílabas), dependiendo de distintos factores: su lugar en la secuencia
hablada, el mayor o menor esmero en la pronunciación, el origen geográfico o
social de los hablantes, etc. Este es el caso, por ejemplo, de fluir (pronunciado fluir,
con diptongo, o flu-ir, con hiato), de incluido (pronunciado in-clui-do o in-clu-i-
do), de cruel (pronunciado cruel o cru-el), de desviado (que se pronuncia des-via-
do o des-vi-a-do), etc. Sin embargo, a afectos de acentuación gráfica se considera
que se trata de diptongos.» [RAE: Ortografía 1999: § 4.2]
Los catorce posibles diptongos:
ai- bai-le
au- au-to
ei- pei-ne
eu- deu-da
oi- oi-go
ou- Sou-sa
ia- lim-pia
ua- gua-gua
ie- pien-so
ue- fuer-za
io- lim-pio
uo- ar-duo
iu- ciu-dad
ui- cui-da-do
Triptongos
La unión de tres vocales en una sola sílaba se denomina triptongo. Un triptongo
está formado por un grupo de tres vocales en el que la vocal situada en el centro es
siempre abierta (a, e, o), en tanto que las de los extremos son cerradas (i,
u). Cualquier grupo de tres vocales formado por una vocal abierta situada entre dos
vocales cerradas, siempre que ninguna de las vocales cerradas sea tónica, se
considera un triptongo a efectos de acentuación gráfica: averiguáis,
buey, Paraguay, vieira, confiáis, opioide, presenciéis, despreciáis, averigüéis,
santigüáis. Para formar triptongo será preciso que dos vocales débiles y átonas
rodeen a una fuerte. Por tanto, el triptongo se rompe y se forma hiato cuando el
acento cae en una vocal débil: sa-bí-ais, co-mí-ais, su-bí-ais, sa-lí-ais, ca-í-ais, etc.
[RAE: Ortografía 1999: § 4.4]
Hiatos
Dos vocales abiertas [a, e, o] en contacto en una palabra no forman diptongo: te-a-
tro. Tampoco forman diptongo las vocales cerradas [i, u] cuando una de ellas es
tónica: diurno. Cuando un diptongo compuesto de una vocal abierta [a, e, o] y una
cerrada [i, u] ésta es tónica, lleva tilde (acento gráfico) y no forma diptongo sino
hiato: estío, púa, grúa, vía, María, día, dúo, oído, reír, seísmo, caída, truhán.
En ciertas hablas locales no se hace distinción entre diptongos e hiatos; así, se da
alternancia en palabras como viaje, reúma, piano, diario, viuda, etc. Lo mismo
sucede con vocales abiertas; al estar en contacto tienden a realizarse como una sola
sílaba: línea, real, campeón, caerá, peón, trae, etc. Este fenómeno se
denominasinéresis.
«Un hiato es la secuencia de dos vocales que no pronuncian dentro de una misma
sílaba, sino que forman parte de sílabas consecutivas: te-a-tro, a-é-re-o, vi-gí-a,
ve-o, sa-lí-as. A efectos ortográficos existen tres clases de hiatos, según el tipo de
vocales que están en contacto: a) Combinación de dos vocales iguales: Saavedra,
dehesa, chiita, Campoo, duunvivo. b) Vocal abierta + vocal abierta distintas: caen,
ahogo, teatro, meollo, héroe, coartada. Aunque desde el punto de vista fonético el
conjunto de dos vocales iguales o de dos vocales abiertas distintas se puede
pronunciar como un diptongo más o menos consolidado, en lo que respecta a las
reglas de acentuación gráfica siempre se trata de un hiato. c) Vocal abierta átona +
vocal cerrada tónica o viceversa: caímos, día, aúllan, púa, reís, líe, reúnen. Son
también hiatos de este tipo los que afectan a las sucesiones de tres o cuatro vocales,
siempre que sea tónica una cerrada: sa-lí-ais, ca-í-ais, etc.»
[RAE: Ortografía 1999: § 4.4]
Hiatos formados por una vocal débil acentuada y una vocal fuerte:
aí- pa-ís
aú- ba-úl
eí- re-í
eú- re-ú-ne
ía- fi-lo-so-fí-a
ío- rí-o
íe- rí-e
oí- o-í
oú- No-ú-me-no
úa- Pú-a
úe- con-ti-nú-es
úo- a-cen-tú-o
ae- a-é-re-o
eo- gas-ó-le-o
ea- te-a-tro
oa- co-ar-ta-da
ao- a-ho-go
oe- hé-ro-e
aa- Sa-a-ve-dra
ee- de-he-sa
ii- chi-i-ta
oo- Cam-po-o
uu- du-un-vivo
Sinéresis
La palabra viene del latín synaeresis, y esta del griego synaíresis, del
verbo synaireín que significa ‘tomar con’. Reducción a una sola sílaba, en una
misma palabra, de vocales que normalmente se pronuncian en sílabas
distintas: aho-ra por a-ho-ra. La sinéresis en el verso es considerada como licencia
poética por la preceptiva tradicional.
Diéresis o crema
En algunos casos, la letra u no representa ningún fonema. Es un simple relleno que
ha de ponerse obligatoriamente siempre que se escribe la letra q: quedar, querer,
quemar, querido, inquieto. Otras veces es un signo auxiliar que se añade a la
letra g cuando ésta va seguida de e o i, para indicar que ha de leerse como /g/ y no
como /x/: guerra, guijarro, apague. Si queremos indicar que la letra u en esta
posición – entre g y e, i – ha de leerse como /u/, es necesario marcarla con dos
puntos llamados diéresis: cigüeña, güiro, pingüino, averigüé.
«La diéresis o crema (¨) es un signo que se coloca encima de las vocales en las
siguientes ocasiones: a) para indicar que ha de pronunciarse la vocal u en las
combinaciones gue y gui. En este caso el uso de la diéresis es preceptivo: argüir. b)
En textos poéticos, la diéresis puede usarse colocada sobre la primera vocal de un
posible diptongo, para indicar que no existe. De esa forma la palabra a la que afecta
y el verbo en que se incluye cuentan con una sílaba más: el dulce murmurar desde
rüido.» [RAE: Ortografía 1999: § 5.11.1]
«La diéresis es una licencia poética de aplicación muy restringida. En el habla
corriente sólo aparece por arcaísmo, o bien por motivos etimológicos o
relacionados con la composición de las palabras.» [Gili Gaya, Samuel: Elementos
de fonética general. Madrid: Gredos, 1966, p.117]
Sinalefa
Sinalefa es el encuentro de varias vocales entre palabras, es decir, la unión de las
vocales finales e iniciales de dos o más palabras consecutivas en una sola sílaba
métrica. No se trata de una licencia o ruptura de las reglas normales de la
pronunciación española; es la norma prosódica de la lengua. Uno de los rasgos más
acusados del español es la tendencia a la sinalefa, o sea la pronunciación en una
sola sílaba de grupos de vocales que resultan del enlace de unas palabras con otras
en la cadena hablada. El enlace de vocales homólogas es un ejemplo de sinalefa,
pero ocurre además también con vocales diferentes.
ATAQUE DE LA VOCAL
Vocales españolas
«En español debemos considerar cinco vocales fonológicas: /i, e, a, o, u/,
presentando tres de ellas unas variantes alofónicas o combinatorias que, según
Navarro Tomás, serían las siguientes:
Los fonemas vocálicos /e/ y /o/ presentarían unos alófonos algo abiertos en las
siguientes posiciones:
1. En contacto con el sonido doble erre (rr), como perro, torre, remo,
roca.
2. Cuando van precediendo al sonido [x], como teja, hoja.
3. Cuando van formando parte de un diptongo decreciente,
como peine, boina.
4. Además, el alófono abierto de /o/ se produce en toda sílaba que se
encuentre trababa por consonante, y el alófono abierto de /e/
aparece cuando se halla trabado por cualquier consonante que no
sea [d, m, s, n, θ]: pelma, pesca, pez, costa, olmo.
El fonema /a/ presenta tres variedades alofónicas:
1. Una variedad palatal, cuando precede a consonantes palatales
como en malla, facha, despacho.
2. Otra variante velarizada se produce cuando precede a las vocales
[o, u] o a las consonantes [l, x]: ahora, pausa, palma, maja.
3. Una variante media, que se realiza en los contornos no expresados
en los párrafos anteriores: caro, compás, sultán, etc.
Estos alófonos no tienen ningún interés desde el punto de vista de la enseñanza del
español a estudiantes de habla inglesa. De ahí que dediquemos nuestra atención a
la realización media de los cinco fonemas vocálicos, es decir, a [i, e, a, o, u].
«Cuando dos o más vocales seguidas se pronuncian sin formar una sílaba única, se
dice que están en hiato. En español existe desde antiguo una tendencia muy
marcada a reducir los hiatos a diptongos y a juntar por sinalefa la vocal o vocales
finales de una palabra con las iniciales de la palabra siguiente, dentro del mismo
grupo fónico. Estos enlaces están favorecidos por el ataque suave habitual en
nuestro idioma. La posibilidad de la sinalefa con más de dos vocales depende de
que éstas se hallen en serie de abertura creciente o decreciente, o de que las más
abiertas estén en el centro de la sílaba como ápice silábico de ella: las más cerradas
están en posición explosiva o implosiva, en la tensión o en la distensión,
respectivamente.
La diéresis es una licencia poética de aplicación muy restringida. En el habla
corriente sólo aparece por arcaísmo, o bien por motivos etimológicos o
relacionados con la composición de las palabras.»
[Gili Gaya, Samuel: Elementos de fonética general. Madrid: Gredos, 1966, p.117]
●
«Cuando dentro de una misma palabra o grupo fónico aparecen juntas dos o más
vocales sucesivas, lo primero que importa saber es si estas vocales se han de
pronunciar en sílabas distintas, o si todas o algunas de ellas han de agruparse en
una sola sílaba. Aun en el caso de que cada vocal forme por sí misma una sola
sílaba, el paso de una vocal a otra vocal inmediata se hace siempre en nuestra
pronunciación gradualmente y sin interrupción de sonoridad. Las cuerdas vocales,
desde el principio al fin de todo grupo vocálico, y sin perjuicio de las
modificaciones de tono, intensidad, etc., que dentro de él sean necesarias,
mantienen su movimiento vibratorio de una manera continua, siendo a veces
perceptibles, en pronunciación lenta, el timbre espacial que corresponde a cada
uno de los tiempos de la transición que efectúan los órganos para pasar de una
vocal a otra.
Como es sabido, esto no ocurre del mismo modo en todos los idiomas. En lenguas
anglosajonas, y sobre todo en alemán, el enlace de la vocal final de una palabra
con la vocal inicial de la palabra siguiente, o de dos vocales de una misma palabra,
como en alemán The ater, be erben, ge eignet, etc., va impedido por la oclusión
laríngea que se hace de ordinario ante la segunda vocal separándola bruscamente
de la anterior. En la pronunciación española, por el contrario, se enlazan las
vocales sin corte ni separación de la sonoridad vocálica, pasando suave y
gradualmente de uno a otro sonido tanto en grupos interiores de palabras, beodo,
poeta, maestra, suave, zahúrda, mohíno, como entre palabras enlazadas, de oro,
lo echa, a esta, su ave, la una, lo hizo, etc. La h es un signo meramente ortográfico,
sin valor ninguno en la pronunciación, enlazándose, por consiguiente, los sonidos
entre los cuales se encuentra como si de hecho la h no existiese: ahora [aóra].»
[Navarro Tomás, T.: Manual de pronunciación española. Madrid: C.S.I.C., 141968,
§ 134]
●
Principio fundamental de la reducción de las vocales a grupos silábicos:
«Fonéticamente, dos vocales, cualesquiera que sean, son siempre susceptibles de
reducirse a una sola sílaba, aunque en determinados casos, por razones
gramaticales o de otro carácter, deje de cumplirse dicha reducción. Tres o más
vocales pueden, por el contrario, en ciertas combinaciones, ser fonéticamente
irreductibles a un solo núcleo silábico.
Para que en estos casos sea posible la reducción es preciso que las vocales, según el
grado de perceptibilidad de cada una de ellas, se hallen combinadas, dentro de cada
grupo:
de mayor a menor: aei, aeu, aoi, aou, aae, aau, etc.
de menor a mayor: iea, uea, ioa, uoa, iaa, uaa, ioo, etc.
que la vocal más abierta se halle en el centro del grupo,
mientras que las cerradas ocupen los extremos, con lo cual el
movimiento de los órganos, abriéndose y cerrándose una sola
vez para pronunciar cada grupo, coincide en lo esencial con el
movimiento que requiere la articulación de cualquier sonido
simple. Pueden presentarse dentro de este caso, en
pronunciación monosilábica, grupos de tres o más vocales: iao
(genio astuto), eai (muerte airada), eau (frente augusta), uoi
(perpetuo imperio), ioae (corrió a esperarlo), ioau (palacio
augusto), iaau (regia autoridad ), uoau (inicuo augurio),
ioaeu (envidio a Eusebio), etc.
La reducción de los grupos vocálicos a una sola sílaba es, en cambio, imposible
cuando entre dos vocales relativamente abiertas aparece una vocal
cerrada:
grupos formados por tres o más vocales irreducibles a una sola
sílaba: aia (sangrienta y ancha), aie (apaga y enciende) euo
(siete u ocho), ouo (uno u otro), oaia (no hay ánimo), aiue
(casa y huerta), uaiai (agua y aire).
El movimiento de estrechez articulatoria a la correspondiente depresión de
perceptibilidad que la vocal más cerrada representa en dichos casos constituye
precisamente el punto de división silábica entre las demás vocales del grupo.»
[Navarro Tomás, T.: Manual de pronunciación española. Madrid: C.S.I.C., 141968,
§ 136]
●
Concurrencia de dos vocales homólogas
«Como un hecho dirivado de lo que acabamos de exponer se nos aparece en
castellano la consideración del encuentro de fonemas homólogos; esto es, ver qué
ocurre cuando al final de una palabra aparece un fonema determinado y al
principio de la siguiente se repite el mismo fonema.
1. Cuando dos vocales que se hallan en contacto son tónicas, la
solución preferente es la de una vocal larga tónica: papá ha
venido.
2. Cuando las dos vocales que se hallan en contacto son
átonas o inacentuadas, la preferencia es hacia el resultado de una
vocal breve átona: a ninguna atiende; de fruta ajena, la capacha
llena, la abundancia da arrogancia.
3. Cuando concurren dos vocales homólogas átonas o inacentuadas,
pero una de ellas pertenece a un vocablo átono (artículos,
determinantes, preposiciones, conjunciones, etc.) el resultado es
también una vocal breve inacentuada: para arriba y para abajo;
pon el postre en la mesa.
4. Cuando concurren dos vocales iguales de las que la primera es
átona o inacentuada y la segunda tónica o acentuada, la solución
preferente es una vocal larga inacentuada: en cada tierra su uso;
está en lo hondo; donde entra el sol no hay microbios; muere
cansado de ella.
5. Cuando concurren dos vocales homólogas, la primera acentuada
y la segunda inacentuada, la solución preferente es una vocal
breve tónica: bien sé el pan que quieres; Juan está alegre.»
[Quilis, Antonio / Fernández, Joseph. A.: Curso de fonética y
fonología españolas. Madrid: C.S.I.C., 141992, p. 146-147]
«La concurrencia de dos vocales o de dos consonantes homólogas puede dar origen
a una prolongación cuantitativa del sonido resultante. Esta prolongación aparece
cuando la dicción es lenta o enfática, pero en la conversación normal tiende a
suprimirse, apareciendo el sonido resultante con la misma duración que si se
encontrase en posición intervocálica. [...] Aunque en ciertas posiciones y en un
nivel determinado, exista una diferencia cuantitativa, realmente, la cantidad no es
pertinente en nuestra lengua, ya que la tendencia es hacia la anulación de ésta, aun
en los contados casos en que se presenta, por no constituir realmente un rasgo
fonológico de nuestro idioma.» [Quilis, Antonio / Fernández, Joseph. A.: Curso de
fonética y fonología españolas. Madrid: C.S.I.C., 141992, p. 149-150]
LA SINALEFA
«Uno de los rasgos más acusados del español es la tendencia a la sinalefa, o sea la
pronunciación en una sola sílaba de grupos de vocales que resultan del enlace de
unas palabras con otras en la cadena hablada. El enlace de vocales homólogas es un
ejemplo de sinalefa, pero ocurre además también con vocales diferentes. La
posibilidad de producirse sinalefa depende de la abertura de las
vocales; sólo las combinaciones siguientes son susceptibles de pronunciarse en
una sola sílaba:
1. progresión de abertura más cerrada o más abierta; por ejemplo
[ea]: me alegro.
2. progresión de abertura más abierta a más cerrada; por ejemplo
[ae]: la escuela.
3. la presencia de la abertura más grande en el centro del grupo,
formando así el núcleo silábico; por ejemplo, [oae]: vengo a
empezar.
4. Cuando se juntan dos vocales de igual abertura, hay también
sinalefa: poco efecto, pero cuando se encuentra en el centro del
grupo una vocal más cerrada que las otras se hace imposible la
sinalefa, y ante la vocal más cerrada se marca el límite silábico.
Son éstas, esquemáticamente, las condiciones que rigen la presencia o no de
la sinalefa, la cual puede ocurrir en una gran variedad de
combinaciones con o sin acento, existiendo la posibilidad de hasta cinco
vocales pronunciadas en una sílaba. No obstante, merece la pena que los
estudiantes extranjeros intenten imitar las sinalefas que oigan, siendo la sinalefa
un rasgo importante del español normal y corriente.
Ejemplos:
Mi cuñado se llama Enrique.
Arco en el cielo, agua en el suelo.
¿Cómo vino a enterarse?
Vivo en Málaga.» [Quilis, Antonio / Fernández, Joseph. A.: Curso
de fonética y fonología españolas. Madrid: C.S.I.C., 141992, § 13.6]
●
Encuentro de vocales
Los encuentros de vocales entre palabras son de naturaleza muy diferente:
Pueden formar sílaba.
Los fonemas vocálicos agrupados en sílabas exceden de dos y
pueden llegar hasta cinco.
Pueden intervenir más de dos palabras en la agrupación
silábica.
Es importante el papel del acento de intensidad del grupo
fónico en esta clase de agrupaciones.
El grupo silábico, denominado sinalefa, que resulta del
encuentro, puede ser inacentuado o acentuado, según la
naturaleza acentual originaria de las vocales que entran en su
composición. Si hay vocales acentuadas, pueden producirse
desplazamientos del acento. Para el efecto acústico, la sinalefa
acentuada tiene un solo acento de intensidad, aunque sean
más de una las vocales originariamente acentuadas.
«Los locutores de radio y televisión, por el tono afectado y recalcado que a veces
adoptan, deshacen las sinalefas más de lo que conviene a nuestra lengua.»
[RAE: Esbozo de una nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa-
Calpe, 1973, § 1.6.4, n. 15]
Sinalefa de dos vocales
«Las sinalefas constituidas por dos vocales son, con mucha diferencia, las más
frecuentes de todas. De estas sinalefas con dos vocales son a su vez más frecuentes
las inacentuadas, es decir, aquellas cuyas dos vocales carecen de acento de
intensidad originario.
a) Con dos vocales diferentes inacentuadas. En sucesión creciente: se
abrirá. En sucesión decreciente: la estación.
b) Con dos vocales diferentes y acento originario en la más abierta.
En sucesión creciente: esa rosa que has prendido; en su égloga
tercera; su hondo grito. En sucesión decreciente: dentro va el
faro; todavía allá iré yo.
c) Con dos vocales diferentes y acento en la más cerrada. En sucesión
creciente: he aquí los campos de la patria hermosa; por ti el
silencio de la selva umbrosa; conforme a lo que tú escribes. En
sucesión decreciente: por milagro este bien me hizo quereros;
esto ocurre una vez. [...]
d) Con vocales diferentes de un mismo grado de abertura.
1. /eo/ y /oe/. Cuando las dos vocales carecen de acento, la
sinalefa es casi la única solución.
2. /éo/. La sinalefa es hoy más frecuente: ¿qué os importa el
sentido de las cosas?; sé olvidar; ¿qué opinas?
3. /eó/. Hay una diferencia entre decir es de otra (sin sinalefa) y
decir es de otra mujer (con sinalefa), debida a la diferente
categoría gramatical del pronombre otra. Pero, en general, en
otros casos, la sinalefa es lo más frecuente: de oro.
4. /óe/. Solo parece emplearse la sinalefa, y únicamente en
posición interior del grupo fónico: no el rico adorno y la imperial
grandeza; mandó el rey prender al conde.
5. /oé/. En este grupo, la sinalefa aparece casi siempre en posición
que no coincide con el último acento del grupo fónico: ¿cómo era,
Dios mío, cómo era?
6. /iu/ y /ui/. Cualquiera de estas dos combinaciones es mucho
menos frecuente que las examinadas en restantes apartados, por
la escasez de voces con u final acentuada, y sobre todo
con i o u final inacentuadas.
e) Con vocales iguales. Si son inacentuadas, hay siempre unión
silábica: aquella aldaba; desde entonces; si ignoras; mundo
occidental; su unidad. Se se acentúa la primera, también es
regular la sinalefa: está hablando; lo dejé encendido. Si se acentúa
la segunda, ocurre alguna vez separación silábica, pero lo más
frecuente es también la sinalefa: allá arriba en la alta sierra;
siendo tuya la voz y el canto de ella.
Sinalefa de tres vocales
1. Pueden intervenir dos o tres palabras. En el caso de dos palabras, la
primera tiene que terminar o la segunda empezar con diptongo.
En el caso de tres palabras, las segunda consiste en uno de los
siguientes monosílabos:
preposición a, conjunción o (inacentuados) y presentes del
verbo haber: he, ha (acentuados): que convirtió en halagos los
desdenes; todo a un tiempo; el mundo me ha hechizado; nieve o
estrellas.
2. La sinalefa de tres vocales, por el grado de su abertura, puede ser
decreciente: hasta Europa; creciente: soberbio alcázar; creciente-
decreciente: lengua itálica.
3. En la sinalefa de tres vocales puede haber vocales de un mismo
timbre: no añadas a afrenta a afrenta; en la calle le he
encontrado.
4. La sinalefa puede ser inacentuada o acentuada: ¿qué he hecho yo?.
5. Cuando el acento de intensidad no coincide con la vocal más
abierta del grupo, se produce desplazamiento acentual.
Sinalefa de más de tres vocales
a) Por sus rasgos generales, la sinalefa de cuatro vocales no es
diferente de la de tres. Puede ser acentuada e inacentuada;
creciente, decreciente y creciente-decreciente; pueden intervenir
en ella dos o tres palabras; se producen desplazamientos de
acento de intensidad, etc. Si intervienen tres palabras, la segunda
es imposible que sea otra que la preposición a. Si intervienen dos,
tienen que terminar y empezar la primera y la última,
respectivamente, por diptongo: y a veces se esconda la sombra a
aumentar; sale de Sidonia airado; que nuestro bien a su
insolencia ahogaba; volvió a empezar; lengua aimara; antigua
euforia; con el conde fue a encontrar.
b) La sinalefa de cinco vocales es una especie rara. Teóricamente, solo
puede estar formada por tres palabras: se le ocurrió a Eulogio.
Algunas otras particularidades concernientes a la sinalefa
a) En la sinalefa entran solamente vocales que forman sílaba al final o
al comienzo de la palabra a que pertenecen: subió al trono; se
ahoga. Si la vocal acentuada del hiato no coincide con un acento
dominante, puede incorporarse a la sinalefa: el negro cerco que
rodea a mis ojos; un punto no lo había errado.
b) El verbo de metro regular emplea alguans libertades en la
formación de la sinalefa: mi nombre espera. Un día y otro, la
pausa destruye silábicamente el grupo /áu/, pero métricamente se
computa como una sílaba, es decir, como una sinalefa. Lo mismo
en: ¡Estaba en un desierto! Aunque a mi oído. Esta organización
del verso es muy frecuente.
c) La expresión poética se halla a veces constreñida por las exigencias
del verso, y que una formación silábica como se iba /séi-ba/ no
rechaza la consonancia en –iba, a pesar de coincidir con el acento
final, que favorece notoriamente el hiato. Inversamente, en
posición interior del verso, más favorable a la sinalefa, esta se
evita en ocasiones, y así frente a toda la fama a un eco /áu/
encontramos casi siempre una a una la mirada /a.ú/, acaso por
diferencias de categoría gramatical.» [RAE:Esbozo de una nueva
gramática de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 1973, §
1.6.5-1.6.8]