Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
O
LA MUERTE DE LA PALOMA
Adaptación para teatro del cuento homónimo de José Felix Fuenmayor
CANARIO. Pues allá va uno montado en un burro con unos costales como de
yuca.
BLACK OUT
MARTÍN. Allá la puse en un rincón del último cuarto. Un cuarto entero para
ella sola. No le eché llave a la puerta. Puede que así sea que nos
deshagamos de ella, pues dicen que aquí en la ciudad hay
ladrones.
PETRONA. ¿Robarse eso Martín? Bueno, será lo que Dios quiera. Siempre te
digo que la botes, pero hago mal por que yo tampoco me
atrevería a botarla. Será lo que Dios quiera. Así ha sido desde el
día que la llevaste a la casa
MARTÍN. Fue por esta misma época; me acuerdo porque se la cambie a un
extraño disfrazado de diablo de espuelas por una carga de yuca.
Supe que era un mal negocio, lo vi de una vez; pero lo hice y tu te
disgustaste.
PETRONA. Te dije que eso no servia para nada, que era una mugre. ¿Por qué
aceptaste el cambalache?
PITIRRI. Ninguna va a salir. Vean que se los digo: ninguna. El viejo Sabas
anduvo buscando muchachos para enseñarles pero se aculillaron
cuando les puso las uñas de hojalata y las espuelas de puñales.
PAPAYERO. Que tal que ahora nosotros no salgamos por que no tenemos
escopeta.
MARTÍN. Vean ustedes, yo tengo una. Ahora la busco para que se la lleven,
se la regalo
PALOMA. No señor Martín; es nada más para los tres días del carnaval.
PAPAYERO. O sea que usted será como el capitán Glen y su escopeta como
San Nicolás.
MARTÍN. Está bien, como ustedes quieran, que voy a hacer. Esperen y se
las traigo.
Martín entra y poco después sale con la escopeta. Los de la compasa la miran
temerosos eludiendo recibirla hasta que El Cazador no tiene otra opción que
tomarla.