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Juan David Hernández Caviedes

Cod.: 1537889

LA RESPUESTA ES: 1556

Resumen

A causa del pasado violento de Colombia y los pocos beneficios para los productores
cinematográficos, las historias sobre el país -violencia y narcotráfico- eran filmadas en locaciones
externas (entre otros, Puerto Rico y Ecuador), acrecentando la mala imagen que ya tenía
Colombia en el exterior. Es por eso, que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos incluye
en su Plan Nacional de Desarrollo, “Prosperidad para Todos”, la coordinación de estrategias entre
el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo que promocionen “la
circulación de bienes y servicios de las industrias culturales, favoreciendo la creatividad y la
diversidad cultural, mediante el afianzamiento económico de sus respectivos procesos”. Es en
este contexto, aprovechado los avances en la concertación de una paz negociada con la guerrilla
de las FARC y las buenas relaciones exteriores de ese momento, que se propone un proyecto de
ley que fomente el territorio nacional para el rodaje de obras cinematográficas, de la mano de una
transformación en la imagen de la Marca País Colombia.

Palabras clave

Ley de Filmación Colombia, Ley 1556 de 2012, política pública, Marca País, La respuesta es
Colombia, empresarios políticos.
Introducción

En este texto se pretende realizar un análisis del proceso de construcción de la Ley 1556 de 2012,
“por la cual se fomenta el territorio nacional como escenario para el rodaje de obras
cinematográficas”, desde el modelo de “oferta administrativa” planteado por Roth (2009), en el
que el Estado y sus instituciones inscriben un problema en la agenda pública con intermediación,
en este caso, de “empresarios políticos” administrativos -funcionarios públicos-.

1.

Mientras el gobierno se encuentra en diálogos de paz con la guerrilla de las FARC, un grupo de
SEALS norteamericano viaja a Colombia para asegurar el fin del conflicto. Pero los líderes
negociadores de ambas partes terminan asesinados en un desafortunado incidente. Los SEALS
son acusados del crimen y deben escapar sin la ayuda de su gobierno. Este es el argumento de
Tras la línea enemiga 3: Colombia (Matheson, 2009), una película de Hollywood, filmada en
Puerto Rico, con la que ningún colombiano se sentiría representado. Entre otras cosas porque
muestran una calurosa Bogotá, en la que sus habitantes usan ropa de playa y tienen acento
caribeño. Los productores no conocían Colombia, y no les interesaba conocerla, ellos veían el
país como lo representaron en el film: un lugar hostil y peligroso, una selva calurosa de la que es
difícil salir con vida. En Puerto Rico tenían la selva, no corrían peligro y, además, contaban con
excelentes beneficios económicos que brindaban la Ley 362 de 1999, o Ley para el Desarrollo de
la Industria Fílmica.

Durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe Vélez se creó, en 2005, la Marca País: Colombia
es Pasión, con el fin de mejorar la imagen de Colombia en el extranjero, atrayendo inversión e
incentivando el turismo. Sin embargo, la respuesta internacional no fue del todo la esperada,
porque aunque el gobierno de la Seguridad Democrática mostraba duros golpes a la guerrilla de
las FARC y la recuperación de algunos territorios en los medios, Colombia no dejaba de ser un
país en conflicto. El gobierno “estaba ganando”, pero los disparos y los bombardeos continuaban.
El 7 de agosto de 2010 tomó posesión el presidente Juan Manuel Santos, y continuó propiciando
duros golpes a la guerrilla de las FARC. En septiembre, fue dado de baja alias Mono Jojoy, el
jefe militar de esa guerrilla, y en noviembre de 2011, alias Alfonso Cano, su comandante en jefe.

Es así como en febrero de 2012, el gobierno nacional inicia conversaciones clandestinas con
dirigentes de la guerrilla de las FARC en Cuba, y el 4 de septiembre, en alocución presidencial,
Juan Manuel Santos hace oficial la concertación de diálogos de paz con esa guerrilla. El 18 de
octubre inician conversaciones en Oslo, Noruega.

Ese mismo año se realizó en Colombia la Cumbre de las América, que contó con la visita del
presidente de los Estados Unidos Barack Obama; entró en vigencia el tratado de libre comercio
con EE.UU y se aprobó en segundo debate del Senado el proyecto de Tratado de libre comercio
con la Unión Europea. Un año de “fructíferas” relaciones exteriores. Era la “ventana política"1
perfecta para generar estrategias y políticas que visibilizaran ese buen momento del país, que
pudieran atraer la inversión extranjera e incentivar el turismo y la exportación.

Entre las estrategias planteadas por el gobierno estaba la transformación de la Marca País,
reemplazando Colombia es Pasión por La Respuesta es Colombia, con una imagen más
progresista, apoyada en dos pilares: el entorno2 y la situación interna3 (Procolombia, 2017). Esta
última relacionada directamente con el proceso de paz con la guerrilla de las FARC.

Pero hacía falta algo más impactante. Las cosas son como se ven en las películas. Por eso, era
necesario crear una ley que incentivara el uso del territorio nacional como locación para grandes
producciones cinematográficas, aprovechando el crecimiento de la industria de cine nacional,
gracias a la Ley 814 de 2003, “por la cual se dictan normas para el fomento de la actividad

1
Según la concepción de Kingdon, parafraseada por Roth (2009), “cuando un problema encuentra
solución adecuada y la política se interesa en él, se abre una ventana política (policy window); entonces las
<<corrientes>> entran en resonancia y así las condiciones están dadas para que la agenda política se haga
cargo del problema. Fuera de esos momento contingentes de <<encuentro>>, es inútil tratar de introducir
una temática o una solución nueva a la agenda.”
2 “El entorno: Las miradas del mundo se dirigen a nuevos y fascinantes destinos. Colombia cumple con
estos requisitos y se ha convertido, gracias al nuevo momento histórico por el que atraviesa, en un lugar
perfecto para invertir o viajar.” (Procolombia, 2017)
3 “La situación interna: La coyuntura que atraviesa el país le permite presentarse como una respuesta a las
necesidades de inversión, de viajes y de compras. La Respuesta es Colombia pretende darles a las
preguntas que tengan en turismo, exportaciones, cultura e inversión, respuestas con hechos comprobables
de que lo que buscan está en Colombia.” (Procolombia, 2017)
cinematográfica en Colombia”, y de acuerdo al documento del Plan Nacional de Desarrollo
“Prosperidad para Todos”, que estipula que “el Ministerio de Cultura en coordinación con el
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MCIT) promocionará, mediante diversas
estrategias, la circulación de bienes y servicios de las industrias culturales, favoreciendo la
creatividad y la diversidad cultural, mediante el afianzamiento económico de sus respectivos
procesos”. Esto fue precisamente lo que se hizo con el proyecto 150 de 2011, presentado ante la
comisión sexta del Senado de la República el 13 de octubre por la Ministra de Cultura, Mariana
Garcés Córdoba, que tenía como objeto “el fomento de la actividad cinematográfica de
Colombia, promoviendo el territorio nacional como elemento del patrimonio cultural para la
filmación de audiovisuales y a través de estos, la actividad turística y la promoción de la imagen
del país, así como el desarrollo de nuestra industria cinematográfica. Lo anterior, de manera
concurrente con los fines trazados por las leyes 397 de 1997 y 814 de 2003 respecto de la
industria cultural del cine.”

El proyecto de ley tuvo como ponente en el Senado a Carlos Ferro Solanilla, del partido Opción
Ciudadana, y fue aprobado en primer debate el 13 de diciembre de 2011 y en segundo, el 11 de
abril de 2012. En Cámara de representantes sus ponentes fueron José Caicedo Sastoque, del
partido de la U, y Carlos Andrés Amaya, del partido Verde. El proyecto fue aprobado en primero
y segundo debate el 7 y 12 de junio de 2012, respectivamente. El 9 de julio, el proyecto fue
sancionado como la Ley 1556 de 2012.

El objeto de la ley generó desacuerdos en parte del sector cinematográfico nacional, en especial
lo que se agregó al documento final: que todo debía estar “dentro del marco de una política
pública diseñada para el desarrollo del sector Cinematográfico, asociado a los fines esenciales del
Estado”, pues esto podría limitar la creatividad de los realizadores, teniendo en cuenta que, de
acuerdo al artículo 134, las producciones nacionales también podrían beneficiarse de la ley. Y si
bien, esas producciones pueden optar por los fomentos previstos en la Ley 814 de 2003, los
incentivos que promete la Ley 1556 de 2012 son mucho más atractivos para las empresas de
producción. Esto podría ocasionar que las productoras prefieran apostarle a “las grandes

4
“Artículo 13°. Proyectos nacionales. Las obras cinematográficas nacionales de producción o coproducción podrán
optar por solicitar el acceso a los mecanismos de fomento establecidos en esta ley, o a los previstos en la Ley 814
de 2003, sin que ambos puedan concurrir. Las instancias designadas en dichas leyes fijarán condiciones para que
los recursos de uno y otro sistema sean totalmente independientes.” (Ley 1556 de 2012)
producciones”, pues los proyectos que pretendan salir beneficiados con esta ley, deben “invertir
en su producción en territorio colombiano como mínimo mil ochocientos salarios mínimos
legales mensuales vigentes (1.800 SMLMV)”. Pero, ¿por qué son tan atractivos los beneficios?
La ley reglamenta, en el artículo 9, “una contraprestación equivalente al cuarenta por ciento
(40%) del valor de los gastos realizados en el país por concepto de servicios cinematográficos
contratados con sociedades colombianas de servicios cinematográficos y al veinte por ciento
(20%) del valor de los gastos en hotelería, alimentación y transporte”. Frente a esto, el director
chocoano Jhonny Hendrix manifestó que si no hay un buen manejo de la ley por parte de los
realizadores locales, podríamos convertirnos “en una industria de producción y no de realización,
con lo cual se nos puede olvidar nuestra identidad, nuestras historias, nuestra manera de hacer
cine”.

Otra preocupación importante es la tercerización laboral y la contratación de mano de obra


barata, que si bien, no son problemas particulares de esta ley, debe tenerse en cuenta y mitigarse,
pues en el sector audiovisual colombiano reina la informalidad y los abusos laborales.

2.

Los 33 (Riggen, 2015), protagonizada por Antonio Banderas, fue la primera película grabada en
Colombia gracias a los beneficios de la Ley 1556 de 2012. La experiencia fue positiva, no solo
por los objetivos de promoción turística y de imagen del país, que se cumplieron a cabalidad, sino
también porque parte del personal técnico colombiano fue llevado al rodaje en Chile.

Luego llegaron al país producciones como The Boy (Macneill, 2015) con Elijah Wood como
productor, Blunt Force Trauma (Sanzel, 2015) con Micey Rourke como protagonista y American
Made (Liman, 2017) con el actor Tom Cruise, entre otros 25 proyectos aprobados de 100
presentados hasta 2016. La Ley 1556 generó, hasta esa fecha, una inversión de 72.000 millones
de pesos, con una devolución de 22.000 millones de pesos; 1843 empleos en el sector técnico y
2.800 contrataciones de actores y figurantes.

Pero una de las producciones más importantes grabadas en el territorio nacional fue la serie
Narcos de Netflix, no solo por la inversión económica y contratación de personal local, sino porque, a
pesar de la evidente temática, logró mostrar al mundo que Colombia había superado, al fin, la etapa que
nos había marcado ante el mundo como un país al que no se podía venir por cuestiones de seguridad. La
superproducción de Netflix, que contó la historia de Pablo Escobar y los hermanos Orejuela desde la
perspectiva de la DEA, significó un gran logro, pues a diferencia de Tras la línea enemiga 3: Colombia,
Narcos contaba una historia sobre el pasado violento del país, pero en locaciones propias, dando a
conocer al mundo que la actualidad de Colombia es completamente distinta. Además, según el director
caleño Andi Baiz, la grabación de la serie en el territorio nacional significó una gran escuela
cinematográfica, gracias a la contratación de personal local, no sólo técnico, sino también creativo. El
mejor ejemplo es el propio Baiz, quien no solo dirigió aproximadamente el 40% de los capítulos, sino que
además se convirtió en guionista y productor de la serie.
Bibliografía

Liman, D. (Dirección). (2017). American Made [Película].

Macneill, C. (Dirección). (2015). The Boy [Película].

Matheson, T. (Dirección). (2009). Tras la línea enemiga 3: Colombia [Película].

Procolombia. (31 de Enero de 2017). Historia de la Marca País Colombia. Obtenido de Marca
Colombia: colombia.co

Riggen, P. (Dirección). (2015). Los 33 [Película].

Roth, A.-N. (2009). Políticas públicas: formulación, implementación y evaluación. Bogotá:


Ediciones Aurora.

Sanzel, K. (Dirección). (2015). Blunt Force Trauma [Película].

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