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ANÁLISIS CONVERSACIÓN
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Adquisición y Desarrollo del lenguaje oral
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1. Información del niño
Edad: 4 años
Es obvio que de esta manera aumenta su poder expresivo. Esto se produce por dos
motivos fundamentales:
Porque los mensajes verbales que contienen varias palabras refuerzan de forma
considerable el valor informativo de los enunciados.
Porque un enunciado de varias palabras permite precisar relaciones de sentido
(como la localización: coche/allá, coche/mío, etc.) inexpresables con una sola
palabra.
En esta etapa las categorías más presentes, tanto por su concreción como por su valor
léxico, son los sustantivos, verbos y los adjetivos; en cambio, las preposiciones, artículos y
conjunciones están prácticamente ausentes, ya que al ser palabras que transmiten
menos información, serán las que se puedan deducir del contexto. Así cuando un niño
quiere decir que su papá le lleva a pasear en coche, dice: /papá…tote/.
Bloom y Lahey analizaron este tipo de estructuras en varios niños y observaron que estos
enunciados se caracterizan por una sucesión de dos palabras, cada una de las cuales
dispone de un perfil de entonación propio, separadas por una pausa de duración
variable.
Para poder entender las expresiones de un niño a esta edad, es necesario darse cuenta
también del orden en que aparecen. Si un niño dice /pelota… (pa)tio/, querrá decir
que ha visto la pelota en el patio, pero si dice /mamá…(pe)lota/, querrá decir que su
madre le dé la pelota, que está en el patio.
El orden, el énfasis y el acento son, por tanto, indicadores de la relación existente entre
las palabras empleadas.
Hacia los 30-32 meses, el lenguaje del niño evoluciona hacia la construcción de las
primeras frases.
Las reglas y recursos más importantes que ha de aprender el niño a lo largo de esta
etapa son:
El orden de aprendizajes de estas flexiones y morfemas, al igual que los errores que
cometen, son bastantes constantes. Concretamente, el orden de aprendizaje de flexiones
es el siguiente:
3º. Preposiciones más usadas (a, con, de, en, para, por).
El niño aprende una nueva palabra porque descubre una diferencia objetiva en la
realidad y necesita ese nuevo término para señalar la diferencia. Si antes papá era
todo aquel que había en la calle (sobreextensión), ahora ya sabe distinguir entre
abuelo, el tío, señor, etc.
c) El uso de la negación
d) Formulación de preguntas
Al principio se marca por su tono ascendente, sin usar ningún elemento interrogativo
/siiIII/, /casaAAA/. Hacia los 32 meses aparecen las preguntas más precoces: ¿qué?,
¿dónde?, y a partir de los 36 meses empieza a utilizar ¿quién?, ¿cómo?, ¿por qué?,
¿cuándo?
Cuando empiezan a hablar de acontecimientos, los aíslan entre sí, y cuando empiezan a
enlazarlos los exponen en el orden en que se producen. De ahí el uso frecuente de la
conjunción copulativa Y: /salimos de casa y vamos al cole, y decimos adiós, y…/.
Otro ejemplo lo tenemos con las distancias cerca/lejos, que son muy difíciles de
equiparar con los del lenguaje adulto.
FASE III. Hacia el lenguaje adulto
Se puede describir el lenguaje de los niños de 3 años como un lenguaje primitivo, pero
se debe preguntar si acaso será suficiente para entrar en el lenguaje adulto a través de
la práctica del juego simbólico.
El acceso al juego simbólico implica mayor libertad en el uso del lenguaje, por lo que el
niño debe seguir alcanzando nuevas adquisiciones lingüísticas. La evolución de su
lenguaje, por lo tanto, correrá paralela a la evolución de su inteligencia.
A partir de ese momento se inicia la toma de conciencia del lenguaje hacia el uso
maduro de él. Por esta razón, esta etapa, que va de los 3 a los 6 años, se puede
etiquetar como el camino hacia el lenguaje adulto.
Hasta ahora se ha visto que, en su intento de explicar varias situaciones, el niño emplea
la coordinación de oraciones, pero aún no han aparecido las subordinadas.
Cuando se producen situaciones en las que se da subordinación de los hechos, los niños
de 4 años suelen manifestarlas primero mediante construcciones sin los enlaces
correspondientes: /mamá dice ven/. Después aparecen las relativas y completivas
correctamente construidas:/oigo al nene que está arriba/. Más adelante aparecen las
subordinadas causales y consecutivas:/se ha ido porque es malo/.
Para que el niño llegue a un uso maduro del lenguaje, ha de realizar una serie de
nuevos aprendizajes:
- Y yo juego…. Y yo tengo muchos juguetes en casa, como un baúl, una ma… una
funda de Mickey, y un armario… En mi habitación duermo yo solito, y también…
- Ton.
- ¿Y qué es Ton?
- Es un perro, grande, así (hace un gesto con los brazos estirados)… y tengo
gallinas y muchas cosas más, muchas, muchas cositas. Y yo soy simpático. Y
también soy trabajador, y trabajo mucho. Y juego con mis amigos mucho. Y me
porto bien.
- 4 y medio, y …
- Cuéntale a Manolo qué quieres que te compren los papás para el día de tu
cumpleaños.
- ¿Cuáles casas?
En primer lugar, analizaremos el lenguaje del niño a nivel fonético. Al principio del
vídeo encontramos alguna dificultad para entender lo que está diciendo, pero se debe
a que comienza a hablar con la mano tapándose la boca. Pero podemos observar que
pronuncia correctamente la mayoría de los fonemas. Aunque en la palabra “primo”
tiene dificultades para pronunciar el fonema /pr/ y pronuncia /pimo/. Al igual que la
palabra “trabajador”, pronuncia /tabajador/. Como ya sabemos, es muy frecuente que
los niños de estas edades tengan algún tipo de dificultad en la pronunciación de la /r/,
cuando va acompañada de otras consonantes.
Posee un nivel sintáctico pobre, utiliza oraciones simples, con la repetición de un mismo
conector, no es capaz de realizar oraciones coordinadas o subordinadas.
Por último, a nivel pragmático, hay que señalar que “supuestamente” a los 4 años, el
niño ya ha superado su etapa egocéntrica. Pero en el caso de Diego, nos damos cuenta
de que esto no es así. Cuando le preguntan algo, él contesta lo primero que le viene a
la cabeza, o simplemente lo que le apetece contar. La mayoría de las veces no guarda
relación su respuesta con la pregunta que le han formulado:
Esto son claros restos de egocentrismo, al igual que la utilización frecuente del /yo//mi,
mis/: “Y yo me llamo Diego” “Y yo tengo muchos juguetes en casa”, “mis padres…”.
4. Conclusión