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ANÁLISIS CONVERSACIÓN
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Adquisición y Desarrollo del lenguaje oral

Lara Jordán Pérez

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1. Información del niño

Nombre: Diego Pérez Montero

Edad: 4 años

Colegio: Blasco Ibáñez (Cheste). Colegio Público.

Aula: Clase Educación Infantil 4 años “Las hadas”

2. Características lingüísticas e hitos evolutivos a los 4 años de edad

Diego se encuentra en la Etapa del lenguaje combinatorio que comienza a los 24


meses hasta los 72 meses (2-6 años). Esta etapa abarca un período muy largo que
comprende desde los 2 años, cuando el niño empieza a adquirir las primeras estructuras
lingüísticas hasta los 6 años, cuando comienza el dominio de la sintaxis del adulto. Esta
etapa se puede dividir en tres subetapas o fases:

- Una primera en la que el niño es capaz de unir palabras sueltas.


- Una segunda en la que consigue crear las primeras frases.
- Una tercera en la que inicia su andadura hacia el lenguaje adulto.

FASE I. Unión de palabras sueltas

Se habla de lenguaje telegráfico para referirse a la capacidad de combinar varias


palabras en un mismo enunciado. El niño accede a estas primeras construcciones
sintácticas hacia los 20 meses, aprendiendo a juntar dos palabras.

Es obvio que de esta manera aumenta su poder expresivo. Esto se produce por dos
motivos fundamentales:

 Porque los mensajes verbales que contienen varias palabras refuerzan de forma
considerable el valor informativo de los enunciados.
 Porque un enunciado de varias palabras permite precisar relaciones de sentido
(como la localización: coche/allá, coche/mío, etc.) inexpresables con una sola
palabra.

En esta etapa las categorías más presentes, tanto por su concreción como por su valor
léxico, son los sustantivos, verbos y los adjetivos; en cambio, las preposiciones, artículos y
conjunciones están prácticamente ausentes, ya que al ser palabras que transmiten
menos información, serán las que se puedan deducir del contexto. Así cuando un niño
quiere decir que su papá le lleva a pasear en coche, dice: /papá…tote/.

Bloom y Lahey analizaron este tipo de estructuras en varios niños y observaron que estos
enunciados se caracterizan por una sucesión de dos palabras, cada una de las cuales
dispone de un perfil de entonación propio, separadas por una pausa de duración
variable.

Por ejemplo, en la expresión /papá…i(d)o/, el niño da mayor intensidad a la primera


palabra, en la que remarca la importancia semántica. La segunda palabra suele sufrir
más modificaciones porque el niño pone énfasis y cuidado en la primera, ya que
todavía no es capaz de pronunciar tantas sílabas seguidas de forma correcta; por ello
entre paréntesis está marcada la variación que se produce, no porque no sea capaz de
pronunciarla, sino porque en ese contexto puede que no la pronuncie.

Para poder entender las expresiones de un niño a esta edad, es necesario darse cuenta
también del orden en que aparecen. Si un niño dice /pelota… (pa)tio/, querrá decir
que ha visto la pelota en el patio, pero si dice /mamá…(pe)lota/, querrá decir que su
madre le dé la pelota, que está en el patio.

El orden, el énfasis y el acento son, por tanto, indicadores de la relación existente entre
las palabras empleadas.

FASE II. La construcción de las primeras frases

Hacia los 30-32 meses, el lenguaje del niño evoluciona hacia la construcción de las
primeras frases.

Esta evolución no es producto exclusivo de adquisición de vocabulario nuevo, sino que se


trata, además, de un aprendizaje de reglas para formar frases combinando palabras.

Las reglas y recursos más importantes que ha de aprender el niño a lo largo de esta
etapa son:

a) El aprendizaje de morfemas y flexiones

El orden de aprendizajes de estas flexiones y morfemas, al igual que los errores que
cometen, son bastantes constantes. Concretamente, el orden de aprendizaje de flexiones
es el siguiente:

1º. Terminaciones de plural.

2º. Terminaciones de participio o gerundio.

3º. Preposiciones más usadas (a, con, de, en, para, por).

4º. Los artículos indeterminados.

5º. Los artículos determinados.

6º. Los verbos auxiliares.

La hiperregularización (uso de las mismas inflexiones de los verbos regulares en los


irregulares) es un claro exponente de la importancia de la determinación del orden de
aprendizaje de flexiones. Los niños cuando aprenden un idioma, tienen una gran
dificultad para usar formas irregulares, aunque estas sean muy frecuentes en su uso. Es
más probable que use /sabo/ en lugar de sé, /hacido/ en lugar de hecho, etc.

b) El aumento del léxico

Paralelamente al aprendizaje de nuevas reglas, el niño va aumentando su léxico con


una fuerte influencia de sus intereses y motivaciones, así como del ambiente sociocultural
en que se desenvuelve.

El niño aprende una nueva palabra porque descubre una diferencia objetiva en la
realidad y necesita ese nuevo término para señalar la diferencia. Si antes papá era
todo aquel que había en la calle (sobreextensión), ahora ya sabe distinguir entre
abuelo, el tío, señor, etc.

c) El uso de la negación

La negación es un concepto que aparece primero como absoluto. Cuando el niño


empieza a negar mueve lateralmente la cabeza, después aprende a decir NO y, poco
a poco, irá matizando esta negación en las locuciones que emplee.

d) Formulación de preguntas

Al principio se marca por su tono ascendente, sin usar ningún elemento interrogativo
/siiIII/, /casaAAA/. Hacia los 32 meses aparecen las preguntas más precoces: ¿qué?,
¿dónde?, y a partir de los 36 meses empieza a utilizar ¿quién?, ¿cómo?, ¿por qué?,
¿cuándo?

e) Aprendizaje de reglas sintácticas

Está en estrecha relación con la percepción que el niño tiene de la realidad.

El niño domina pronto la construcción atributiva: /Ana es guapa/, o construcciones con


estructura de sujeto-verbo- objeto: /el nene come pan/.

Cuando empiezan a hablar de acontecimientos, los aíslan entre sí, y cuando empiezan a
enlazarlos los exponen en el orden en que se producen. De ahí el uso frecuente de la
conjunción copulativa Y: /salimos de casa y vamos al cole, y decimos adiós, y…/.

f) Dominio de los conceptos relativos

Desde el punto de vista semántico, hay conceptos relativos referidos al tamaño, la


distancia, la cantidad, al tiempo, etc. que el niño va perfilando a medida que va
madurando.

El primer vocablo relativo que aparece es el de tamaño: es más fácil comparar


tamaños de objetos conocidos: silla, tele… Ahora bien, si los objetos no son conocidos la
única pauta de referencia es él mismo: si son más grandes que él serán grandes y
viceversa.

Otro ejemplo lo tenemos con las distancias cerca/lejos, que son muy difíciles de
equiparar con los del lenguaje adulto.
FASE III. Hacia el lenguaje adulto

Se puede describir el lenguaje de los niños de 3 años como un lenguaje primitivo, pero
se debe preguntar si acaso será suficiente para entrar en el lenguaje adulto a través de
la práctica del juego simbólico.

El acceso al juego simbólico implica mayor libertad en el uso del lenguaje, por lo que el
niño debe seguir alcanzando nuevas adquisiciones lingüísticas. La evolución de su
lenguaje, por lo tanto, correrá paralela a la evolución de su inteligencia.

A partir de ese momento se inicia la toma de conciencia del lenguaje hacia el uso
maduro de él. Por esta razón, esta etapa, que va de los 3 a los 6 años, se puede
etiquetar como el camino hacia el lenguaje adulto.

Hasta ahora se ha visto que, en su intento de explicar varias situaciones, el niño emplea
la coordinación de oraciones, pero aún no han aparecido las subordinadas.

Cuando se producen situaciones en las que se da subordinación de los hechos, los niños
de 4 años suelen manifestarlas primero mediante construcciones sin los enlaces
correspondientes: /mamá dice ven/. Después aparecen las relativas y completivas
correctamente construidas:/oigo al nene que está arriba/. Más adelante aparecen las
subordinadas causales y consecutivas:/se ha ido porque es malo/.

El paso al dominio de la subordinación temporal se produce entre los 5 y 10 años,


puesto que implica una cierta estructura temporal clara que el niño de estas edades aún
no tiene.

Para que el niño llegue a un uso maduro del lenguaje, ha de realizar una serie de
nuevos aprendizajes:

 Ampliación de sus puntos de vista  Paso del egocentrismo a la empatía.


 Empieza a distribuir el tiempo en presente, pasado y futuro  Hasta los 6
años no existe una conciencia clara de futuro.
 Capacidad de distinguir el tiempo real del irreal  No domina el uso del
subjuntivo, emplea el pretérito imperfecto de indicativo como modo de
irrealidad.
 Aprende a dialogar  Después de la etapa egocéntrica observable por su
conducta, sus juegos y su lenguaje, el niño aprende a participar de los
acontecimientos y los puntos de vista de los demás y, a través de estas
relaciones, aprende a dialogar con ellos. (Hasta los 6-7 años les resulta bastante
difícil este tipo de comunicación).
A continuación se muestra una tabla con los principales hitos de la evolución del lenguaje
de los niños a los 4 años de edad, que en la mayoría de los casos han sido
desarrollados a esta edad. Pero, cómo comentaremos en la conclusión, en el caso de
Diego, muchos de estos hitos todavía no han sido adquiridos completamente.

EDAD HITOS EVOLUTIVOS

o Utiliza un hábil vocabulario de unas 1600 palabras.


o Aumenta la complejidad en sus oraciones, que suele tener entre
4 y 5 palabras.
o Utiliza adecuadamente las frases declarativas, negativas,
interrogativas e imperativas.
o Tiene la capacidad de recordar y evocar el pasado inmediato.
o Nombra los colores primarios y algunas monedas.
o Además de los fonemas que ya domina, puede articular
4 AÑOS correctamente las consonantes /t/, /f/, y /x/.
o Elabora muchas numerosas preguntas.
o Comprende perfectamente las preguntas que se le realizan, si
tiene que ver con su entorno más cercano.
o Puede tener dificultades para responder a por qué y a cómo.
o Para interpretar las oraciones se basa en el orden de las
palabras.
o Usa correctamente las formas pretéritas de los verbos
irregulares.
3. Análisis de la conversación

En la conversación está presente la madre del niño, y un amigo de la madre. Intervienen


ambos en la realización de preguntas al niño.

- Me llamo Diego… y mi primo Darío va a la clase del mago y yo voy a la clase


del hada y ... va a la clase del duende. Y también van… juego con mi primo
Darío y juego con mi prima Silvia. Silvia va al mismo cole que yo, también yo me
llamo Diego y mis papás se llaman Miguel Ángel y Raquel.

- ¿Y a qué jugáis en el cole?

- Y yo juego…. Y yo tengo muchos juguetes en casa, como un baúl, una ma… una
funda de Mickey, y un armario… En mi habitación duermo yo solito, y también…

- Cuéntale dónde vas a ir este fin de semana.

- Voy a ir este fin de semana a la boda y también a la playa. Y también voy al


monte que dormí muchos días, dos.

- Dile que tiene el yayo. ¿Qué animales tiene?

- Ton.

- ¿Y qué es Ton?

- Es un perro, grande, así (hace un gesto con los brazos estirados)… y tengo
gallinas y muchas cosas más, muchas, muchas cositas. Y yo soy simpático. Y
también soy trabajador, y trabajo mucho. Y juego con mis amigos mucho. Y me
porto bien.

- ¿Cuántos añitos tienes?

- 4 y medio, y …

- ¿Y cómo se llama tu mamá?

- Raquel, que te lo acabo de decir.

- Cuéntale a Manolo qué quieres que te compren los papás para el día de tu
cumpleaños.

- Un monopatín, también me compráis una cámara de vídeo.

- Y cuéntale a Manolo que te gusta hacer con el monopatín.


- Me gusta ir a la pista de patinaje, que está super chula. Y ya sé que tengo
muchas casas, dos.

- ¿Cuáles casas?

- Pues la mía y la del monte.

En primer lugar, analizaremos el lenguaje del niño a nivel fonético. Al principio del
vídeo encontramos alguna dificultad para entender lo que está diciendo, pero se debe
a que comienza a hablar con la mano tapándose la boca. Pero podemos observar que
pronuncia correctamente la mayoría de los fonemas. Aunque en la palabra “primo”
tiene dificultades para pronunciar el fonema /pr/ y pronuncia /pimo/. Al igual que la
palabra “trabajador”, pronuncia /tabajador/. Como ya sabemos, es muy frecuente que
los niños de estas edades tengan algún tipo de dificultad en la pronunciación de la /r/,
cuando va acompañada de otras consonantes.

En cuanto al nivel morfológico, emplea los pronombres personales correctamente y


domina totalmente los determinantes. Pero nos damos cuenta que todavía no es capaz
de emplear los tiempos verbales adecuados en relación a acontecimientos sucedidos en
el pasado, presente o futuro. Por ejemplo, cuando dice “Y también voy al monte que
dormí muchos días, dos”; no es capaz de utilizar el tiempo futuro: “Y también voy al
monte que dormiré muchos días, dos”.

A nivel sintáctico, todavía no realiza combinaciones gramaticales de estructura


compleja y compuesta. Utiliza oraciones cortas, con numerosos conectores como el “y…”
“también…”: “Y yo soy simpático. Y también soy trabajador, y trabajo mucho. Y juego con
mis amigos mucho. Y me porto bien”.  Con este ejemplo podemos observar que no
domina los nexos adverbiales, no los utiliza para poder unir oraciones simples.

Posee un nivel sintáctico pobre, utiliza oraciones simples, con la repetición de un mismo
conector, no es capaz de realizar oraciones coordinadas o subordinadas.

En lo referente al nivel semántico, no posee un léxico especializado, ni tampoco


variado. Realiza numerosas repeticiones en las oraciones, y no es capaz de establecer
un diálogo continuado con otra persona. A nivel de significado observamos que es
capaz de utilizar adjetivos calificativos para describirse a sí mismo: “Y yo soy simpático.
Y también soy trabajador”.

Todavía aparecen vacilaciones, reiteraciones y el uso de muletillas “Y también…”. No es


capaz de establecer relaciones de sinonimia y antonimia (repite las mismas palabras).
En cambio sí puede observarse una jerarquización de los significados: /animales…
perro, gallinas/, /casas… su propia casa, chalet (monte)/.

Por último, a nivel pragmático, hay que señalar que “supuestamente” a los 4 años, el
niño ya ha superado su etapa egocéntrica. Pero en el caso de Diego, nos damos cuenta
de que esto no es así. Cuando le preguntan algo, él contesta lo primero que le viene a
la cabeza, o simplemente lo que le apetece contar. La mayoría de las veces no guarda
relación su respuesta con la pregunta que le han formulado:

- ¿Y a qué jugáis en el cole?


- Y yo juego…. Y yo tengo muchos juguetes en casa, como un baúl, una ma… una
funda de Mickey, y un armario… En mi habitación duermo yo solito, y también…

Esto son claros restos de egocentrismo, al igual que la utilización frecuente del /yo//mi,
mis/: “Y yo me llamo Diego” “Y yo tengo muchos juguetes en casa”, “mis padres…”.

No utiliza fórmulas de cortesía, ni para saludar, ni tampoco en la despedida. Al igual


que tampoco se observa una clara anticipación y organización de las acciones que
describe.

4. Conclusión

Para finalizar, tras escuchar y analizar el lenguaje de Diego de 4 años, he llegado a la


conclusión de que su desarrollo lingüístico se encuentra más próximo al de un niño de 3
años que al de 4. Aunque también se debe de tener en cuenta, que es un niño muy
tímido, y que no tenía la suficiente confianza para poder establecer un diálogo más
distendido y elaborado. He observado que todavía posee características muy
egocéntricas, tiene dificultades para tener en cuenta la opinión de los demás; con lo cual
no podemos hablar del concepto de empatía.

Además, utiliza oraciones simples siempre acompañadas de vacilaciones y reiteraciones.


No es capaz de elaborar oraciones largas y complejas, mediante el uso de nexos
adverbiales. Por todo ello es esencial que los adultos potencien una estimulación
adecuada, que propicie la comunicación, una comunicación motivadora que facilite la
interacción. Debe proponerse un diálogo cualitativo, abierto y flexible, en el cual el niño
sea el protagonista de su desarrollo lingüístico e integral en todos los ámbitos: personal,
social, físico y cognitivo.

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