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Sumario: I. Introducción.— II. Aspectos técnicos de la plataforma y el protocolo Bitcoin y del BTC.— III.
Aspectos operativos.— IV. Ventajas y desventajas del BTC como UEV.— V. Naturaleza jurídica del
BTC.— VI. Algunas aproximaciones a la regulación del BTC desde los puntos de vista de su naturaleza y
de las partes intervinientes en la transacción.— VII. Algunos aspectos legales del BTC considerados en la
Argentina.— VIII. Conclusiones.
(*)
I. Introducción
El desarrollo de la Internet ha creado una importante demanda de medios y sistemas electrónicos de pago.
Por ejemplo, la firma Paypal ha tenido una posición preponderante en este sector financiero, permitiendo a los
usuarios fondear cuentas mediante tarjeta de crédito o transferencia bancaria (1).
Ahora bien: junto a los bancos centrales o instituciones equivalentes, el mercado de transmisión monetaria
(físico y electrónico) depende también de intermediarios financieros como los bancos comerciales, las emisoras
de tarjetas de crédito y los procesadores de pagos electrónicos, que intervienen como terceros de confianza entre
los participantes de una transacción, física o en línea. El costo de utilizar los servicios de estos intermediarios se
traduce en honorarios por cada transacción, los cuales deben ser abonados por el adquirente, el transmitente o
ambas partes, dependiendo de las particularidades del intermediario y de la naturaleza del intercambio. El cobro
de estos honorarios no solo reduce el margen de beneficio implicado en la operación, sino que también limita la
dimensión mínima práctica de las transacciones, bloqueando así la posibilidad de implementar los denominados
micropagos (2).
Además, el proceso de transmisión de los pagos electrónicos insume tiempo; las transferencias son
reversibles, lo que permite el chargeback; la privacidad de las transacciones no resulta posible, atento a que el
proveedor del servicio de pagos en línea conserva toda la información de identificación de los operadores; y
tienden a establecer limitaciones territoriales de uso, lo que puede hacer imposible enviar fondos
electrónicamente desde y hacia determinados lugares (3).
Pero no todas son desventajas: la minimización de los riesgos asociados con las transacciones electrónicas es
precisamente el propósito primordial de la presencia y actividad de los terceros intermediarios. Y el riesgo más
apremiante es siempre la amenaza de fraude (4).
Toda unidad de valor, cuenta y cambio —física o digital— debe enfrentar el problema de la falsificación: en
el contexto de las llamadas monedas digitales, virtuales o electrónicas, esta cuestión es conocida como el "doble
gasto" (doublespending). Dado que el dinero electrónico es esencialmente un conjunto de bits de datos, podría
ser copiado y usado en múltiples oportunidades. Mientras que este no resulta un problema para otro tipo de
archivos informáticos, la capacidad de copiar y reutilizar la misma moneda erosiona una de las facetas que dota
de valor al dinero: su escasez (5).
A fin de suprimir los costos y las dificultades de la intermediación en las transacciones electrónicas, pero
preservando al mismo tiempo su trascendente rol en la prevención del fraude, en el año 2008 un programador
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remitente en la red para dar lugar a la firma digital. El destinatario recibe el mensaje firmado. Pero antes de
aceptar el mensaje, el receptor corrobora la autenticidad del remitente comparando el mensaje con la clave
pública vinculado a este. En ello consiste el proceso de verificación: toma como "entrada" el mensaje firmado
junto a la clave pública y produce un estado de "salida" binario: aceptación o rechazo. La firma y las funciones
de verificación son públicamente accesibles. El protocolo Bitcoin emplea tal sistema para firmar mensajes de
transacción. En particular, la transacción es firmada con la clave privada y transmitida a la red Bitcoin. Todos
los miembros de la red pueden verificar que esta transacción provenga del titular de la clave pública, tomando el
mensaje, la firma y la clave pública y haciendo correr el algoritmo de verificación. La clase de firma digital
utilizada es el Elliptical Curve Digital Signature Algorithm (11).
Expresado en términos simples, la titularidad de una cantidad determinada de BTC se reduce a la capacidad
de enviar pagos a través de la red Bitcoin desde la dirección con la que tales BTC se encuentran asociados. Esa
capacidad de envío desde las direcciones de Bitcoin es canalizada mediante las firmas digitales. En particular,
cada dirección de Bitcoin es catalogada por una única ID —es decir, un identificador alfanumérico que, de
hecho, corresponde a la clave pública—. La clave privada, por su lado, confiere control sobre los BTC
asociados a la dirección de Bitcoin. Concretamente, cada pago (mensaje) que involucre a esta dirección como
transmitente tiene que ser firmado con la clave privada para ser considerado válido (12).
La plataforma Bitcoin permite al usuario crear un número ilimitado de direcciones a través de las cuales
poder enviar o recibir BTC, y es una práctica habitual utilizar una nueva dirección por cada pago recibido. De
esta forma, no existe un vínculo entre los diferentes pagos que ingresan (13). El conjunto de direcciones
pertenecientes a un mismo usuario se denomina wallet (billetera o monedero, tal como se lo designa en la
literatura técnica en español). Específicamente, cada transacción abarca una o más direcciones remitentes y una
o más direcciones receptoras junto a cuánto cada una de esas direcciones envía y recibe (14).
II.2. Función hash
En general, una función criptográfica de hash toma como entrada una secuencia de datos de extensión
arbitraria y la devuelve con una extensión predeterminada. La entrada es el mensaje y la salida es el hash. De
esta manera, una determinada entrada dará siempre lugar a una misma salida en calidad de hash. Sin embargo,
conocer el hash del mensaje revela poco acerca del mensaje en sí. Es probable que incluso pequeños cambios en
el mensaje puedan modificar significativamente el hash. Esto hace muy difícil que se pueda inferir el contenido
del mensaje a partir del hash. El protocolo Bitcoin utiliza un algoritmo de hash seguro denominado SHA256,
diseñado por la National Security Agency de los EE.UU. y publicado por el National Institute of Standards and
Technology del mismo país (15).
Veamos cómo juega esta función aplicada al protocolo Bitcoin. Así, un bloque de transacciones de reciente
transmisión es utilizado como una entrada en la función criptográfica hash, a fin de obtener un hash que se
denomina digest. Este digest, junto a una secuencia alfanumérica denominada nounce y al hash del bloque
previo, son la entrada para otra función hash que entrega un blockchain hash del nuevo bloque. La tarea que el
nodo u operador de la plataforma Bitcoin necesita resolver consiste en encontrar un nounce tal que el blockchain
hash del nuevo bloque tenga determinadas propiedades. El primer nodo competidor que encuentre un nounce
deseable transmite esta información al resto de la red, y el registro público se actualiza. Este sistema es una
implementación de Hashcash, un sistema de prueba de trabajo (proof of work) cuyo objetivo es asegurar que los
ordenadores utilicen un número definido de recursos computacionales para completar determinada tarea (16).
Analizaremos esta cuestión en mayor profundidad tanto en nuestra descripción de la tecnología blockchain
como en los aspectos operativos del protocolo Bitcoin y de las transacciones con BTC.
II.3. La tecnología Blockchain
La plataforma Bitcoin se sustenta en una contabilidad pública digital cuya tecnología es denominada
blockchain. Esta contabilidad contiene cada transacción procesada y posibilita la verificación de autenticidad de
cada transacción. Dicha autenticidad está a su vez protegida por las firmas digitales correspondientes a las
direcciones de envío, posibilitando a todos los usuarios tener control total sobre el envío de sus BTC desde sus
direcciones en la plataforma Bitcoin. Además, cualquier operador puede procesar una transacción usando poder
computacional de hardware especializado y obtener una retribución en BTC por este servicio. Esta actividad es
comúnmente denominada mining o minería (17), y la estudiaremos más adelante.
En vez de introducir en el sistema un intermediario de confianza para garantizar que las partes no intenten el
doble uso de sus UEV, la plataforma Bitcoin resuelve esta cuestión a través de la blockchain. Dado que todas las
transacciones se transmiten a cada nodo u operador de la red y a que eventualmente encuentran su lugar en la
blockchain —que es un registro público— cada nodo tiene una prueba incontestable de la titularidad e historia
transaccional de cada BTC. La descomunal fuerza computacional que se requeriría para alterar la blockchain
asegura que las transacciones no puedan ser deshechas y que la misma UEV no se utilice dos veces (18).
Por otra parte, la única forma de confirmar la ausencia de una transacción es conocer todas las operaciones.
En el modelo de la intermediación financiera física o electrónica, la entidad responsable está al tanto de todas
las transacciones, y decide cuál tiene prioridad. Para lograr esto sin el tercero de confianza, todas las
transacciones deben ser comunicadas al público, y se requiere de un conjunto de participantes del sistema que
estén de acuerdo con un registro único y uniforme del orden temporal en que aquellas han sido recibidas. El
eventual nodo u operador necesita prueba de que, al momento de cada transacción, la mayoría de los
participantes del sistema estuvieron de acuerdo en que aquella fue la primera que se recibió (19). Toda la
información sobre el suministro de BTC está disponible en la cadena de bloques para que cualquiera pueda
verificarla y emplearla. Por otro lado, ningún operador puede controlar o manipular el protocolo Bitcoin porque
resulta criptográficamente seguro (20).
Los nodos competidores agrupan en un bloque las transacciones que han sido transmitidas desde el último
registro en la blockchain. El bloque es usado entonces para resolver una tarea computacionalmente intensiva. El
ganador de la competencia es el nodo que primero la resuelve. Una vez que el ganador es conocido, el registro
de la transacción se completa. El nodo ganador es el autorizado para efectuar el registro y obtener la retribución
(21). Una vez que una transacción ha sido registrada en el libro mayor público, no puede ser cambiada después
(a menos que sea compensada con una segunda transacción) (22).
Como se podrá observar, las cadenas de bloques o Blockchain se usan como un "inventario de existencia
electrónico no modificable" de todo el sistema de transacciones que es mantenido por varios operadores en una
red de computadoras. Almacena de forma creciente datos ordenados en el tiempo y sin posibilidad de
modificación ni revisión. Es decir, que la cadena de bloques o Blockchain actúa como un libro abierto donde se
registran todas y cada una de las transacciones efectuadas (23).
La tecnología blockchain utilizada por la plataforma Bitcoin ha permitido el rápido crecimiento de
innovaciones en UEV que utilizan métodos independientes de cadena de bloques (por ejemplo, Litecoin,
Dogecoin, NXT, BitShares y Ethereum). Otros protocolos se han estructurado con base en la blockchain de
Bitcoin para hacer nuevas innovaciones de interés, tales como vales o títulos de legitimación con propósito
comercial identificados con activos específicos (Coloured Coins, Mastercoin y Counterparty) (24).
III. Aspectos operativos
III.1. Características de una transacción con BTC en la plataforma Bitcoin
Una transacción típica de BTC tiene mecanismos que garantizan que 1) la verificación de cada transacción
se distribuya entre múltiples participantes en la red 2); el registro de cada transacción está linealmente ordenado
con "sellos de tiempo" (time stamps) 3); los participantes en la red compitan y sean recompensados por el
registro de una transacción, y 4) que múltiples nodos hagan el control cruzado de cada registro de transacción
(25).
A pesar del acceso de cualquier nodo a la blockchain, las operaciones permanecen parcialmente anónimas
porque solo se publican las direcciones de los usuarios (esto es, las claves públicas). Como no hay información
de identificación personal vinculada a las claves públicas, quienes consultan la blockchain solo pueden verificar
que una parte envió una cierta cantidad de BTC a otra. Desde un punto de vista funcional, esta divulgación de
información es similar a la implementada por el mercado de valores: se dan a conocer los volúmenes y plazos de
las operaciones, pero sin revelar la identidad de los operadores. Sin perjuicio de ello, la naturaleza pública de la
blockchain significa que el anonimato de las transacciones no es inviolable, especialmente si los usuarios no
adoptan precauciones adicionales para mantener su privacidad (26).
Detengámonos un instante en el aparente anonimato de las transacciones en la plataforma Bitcoin. Un
ejemplo de transacción anónima es un intercambio por dinero en efectivo entre dos extraños. En este caso, a los
fines del resultado positivo de la transacción, no se requiere información personal ni un registro de la operación.
En el otro extremo, una transacción no anónima es una típica compra on line mediante tarjeta de crédito. Esta
operación requiere la validación por parte de un tercero intermediario a quien le resultará conocida la identidad
del comprador y del vendedor y su respectiva información financiera relevante, y quien a su vez conservará un
registro de tal transacción.
La operación que utiliza BTC en la plataforma Bitcoin se encuentra en una situación intermedia entre una
transacción anónima y una no anónima. En una operación con BTC no hay un tercero de confianza. El
comprador y el vendedor interactúan directamente (peertopeer), pero sus identidades están encriptadas y no se
transfiere información personal. Sin embargo, a diferencia de una transacción íntegramente anónima, existe un
registro de la operación. El registro o "libro mayor" público que implica la blockchain conserva un registro
transaccional completo de cada BTC y de la identidad encriptada de cada usuario. Por tal razón, se dice que las
transacciones que involucran BTC son en realidad pseudónimas, y no anónimas (27).
Continuando con nuestra exposición, destaquemos que la recepción de un pago en la plataforma Bitcoin es
prácticamente instantánea. No obstante tal celeridad, se produce un retraso de 10 minutos promedio antes de que
la red de nodos confirme esa transacción al incluirla en un bloque y previamente a que se puedan gastar los BTC
involucrados en la operación. Una confirmación implica que existe un consenso en la red de que los BTC
recibidos no han sido enviados a alguien más y que son ahora propiedad del destinatario. Una vez que la
transacción ha sido incluida en un bloque, será "enterrada" con más confirmaciones por los siguientes bloques
que se vayan añadiendo a la cadena, lo que hará consolidar ese consenso y disminuir el riesgo de una revocación
de la transacción. Cada usuario es libre de determinar en qué punto se puede considerar confirmada una
transacción, pero de acuerdo con las prácticas usuales en la plataforma Bitcoin se considera que seis
confirmaciones son tan seguras como, por ejemplo, esperar seis meses tras un pago con tarjeta de crédito (28).
Finalmente, hay dos formas de almacenar BTC en forma electrónica: en un monedero en línea o en una
computadora personal. Una manera simple de guardarlos es inscribiéndose para el uso de un monedero en línea
desde el cual se pueden ejecutar las transacciones. Tal monedero permite guardar BTC en una cuenta on line
administrada por un tercero (29).
Otra opción es la creación de paperwallets o monederos de papel. Este método permite almacenar la clave
privada sin necesidad de conectarse a la red ni utilizar una computadora personal. Normalmente la clave privada
ocupa unos 51 caracteres; por lo tanto, escribiendo o imprimiendo estos caracteres en una hoja de papel, se
puede acceder a los BTC en cualquier momento siempre y cuando la aplicación que se utilice para las
transacciones de BTC permita importar claves privadas. Existe a tal fin la herramienta Bitadress, que permite la
creación de monederos de papel mediante el lenguaje de programación JavaScript (30).
Cuando un usuario pierde su monedero de BTC, el efecto es idéntico al de quitar el dinero de circulación.
Los BTC perdidos aún permanecen en la cadena de bloques al igual que otros BTC. Sin embargo, los BTC
extraviados permanecen inactivos para siempre, pues no hay modo tecnológico posible de que un operador
pueda encontrar las claves privadas que permitan que éstos puedan ser reutilizados (31).
III.2. Emisión limitada predeterminada de BTC
El BTC, por otra parte, es especial entre las UEV porque tiene un límite predeterminado de generación: 21
millones. Sin embargo, esto nunca será una restricción para su uso como unidad de valor pues el BTC puede
dividirse hasta en ocho cifras decimales (0,00000001 BTC) o incluso unidades más pequeñas si resulta
necesario, lo que resulta muy útil para los micropagos. Así, conforme decrezca el tamaño promedio de cada
transacción, podrán utilizarse subunidades de BTC, como por ejemplo el milibitcoin (1mBTC o 0,001 BTC)
(32). La tasa de generación de BTC irá disminuyendo progresivamente y se detendrá alrededor del año 2040
cuando se alcance el límite máximo de los 21 millones (33).
A fin de tener una idea aproximada sobre la frecuencia de emisión de BTC, destaquemos que en los
primeros cuatro años de la plataforma Bitcoin (20082012) se crearon 10,5 millones de BTC. Recordemos que
un bloque (block) contiene la solución que los mineros están tratando de resolver. Cada diez minutos se crea
uno de ellos. Por los primeros 210.000 bloques generados se han otorgado 50 BTC, y tal otorgamiento se reduce
a la mitad cada 210.000 bloques posteriores. Se necesitan aproximadamente 4 años para generar 210.000
bloques (10 minutos / Bloque x 210,000 bloques/ 60/365) (34). Por ejemplo, hasta abril de 2014,
aproximadamente habían sido minados y puestos en circulación 12 millones de BTC (35).
III.3. Partes intervinientes en una transacción con BTC
Usualmente pueden intervenir hasta cinco partes en una operación con BTC: a) un remitente u oferente de
BTC que inicia la transacción en la red; b) un receptor o aceptante de BTC; c) los mineros que actúan como
verificadores de la transacción y procesadores completando los bloques, a veces por un honorario; d) los
desarrolladores de la plataforma, que actualizan el código de base cuando resulta necesario; y e) los mercados de
negociación de BTC, que facilitan la conversión de BTC a monedas de curso legal o viceversa (36).
Los roles del oferente y del aceptante de BTC son comprensibles sin necesidad de mayores aclaraciones.
Detengámonos sin embargo en las otras partes intervinientes:
III.3.a. Los "mineros"
Minar BTC es la actividad de inversión de poder computacional para procesar transacciones, garantizar la
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seguridad en la red, y conseguir que todos los participantes estén sincronizados (37). Podría describirse como el
centro de datos de la plataforma Bitcoin, excepto que esta ha sido diseñada para ser completamente
descentralizada, con operadores (mineros) actuando en todos los países y sin que nadie tenga el control absoluto
sobre la red (38).
Para confirmar las nuevas transacciones, es necesario que se incluyan en un bloque mediante una "prueba de
trabajo" matemática. Dicha prueba es muy difícil de calcular ya que la única manera de superarla es efectuando
miles de millones de cálculos por segundo. Los mineros deben hacer estos cálculos antes de que sus bloques
sean aceptados por la red y previamente a que sean recompensados por ello. Cuantos más operadores minan, la
dificultad de encontrar bloques válidos es incrementada automáticamente por la red para asegurar que el tiempo
promedio de encontrar un bloque sea siempre de 10 minutos. Como resultado de ello, minar es una tarea muy
competitiva donde ningún minero puede controlar por sí solo lo que es incluido en la cadena de bloques (39).
La probabilidad de que un operador obtenga BTC mediante minería es proporcional a la cantidad de
potencia de procesamiento de las computadoras que se pueda aplicar. Esta perspectiva probablemente es muy
pequeña par la oficina típica o para una computadora personal (40). Cualquier gran operador podría elegir
invertir en hardware de minado para controlar la mitad del poder computacional de la red y tener el poder de
bloquear o revertir transacciones recientes. Aun así, no hay garantías de que pueda mantener ese poder ya que
requiere invertir tanto como todos los otros mineros del sistema juntos (41).
III.3.b. Los desarrolladores
Los desarrolladores de la plataforma Bitcoin son técnicos especializados que contribuyen al mejoramiento o
actualización del conjunto de programas que la componen. En 2014 había cinco desarrolladores principales
provenientes de cuatro países distintos que tenían acceso al código fuente de la plataforma Bitcoin, pero el
código en sí mismo está publicado online y se encuentra disponible para todos para su descarga y revisión. Para
que una nueva versión del código fuente adquiera pleno efecto, al menos el 51 por ciento de la red debe
descargar la nueva versión, asegurando así que no se puedan implementar cambios efectivos al sistema sin un
acuerdo mayoritario (42).
III.3.c. Mercados de negociación de BTC
Los mercados on line de negociación de BTC proveen las plataformas de transferencia electrónica donde los
miembros registrados pueden intercambiar sus BTC por moneda de curso legal o viceversa. Para ser un
miembro del mercado, el usuario de BTC debe registrarse y obtener una cuenta en la plataforma de intercambio.
A fin de poder utilizar los servicios provistos por la plataforma, incluyendo la compra y venta de BTC , el
miembro debe verificar usualmente su cuenta registrada. Esta verificación generalmente requiere el suministro
de información sobre identificación personal del miembro. Los mercados on line de BTC más populares de
Europa (por ejemplo, Coinfloor o BitcoinCentral), han implementado además políticas antilavado y KYC
(conozca a su cliente) (43).
IV. Ventajas y desventajas del BTC como UEV
IV.1. Ventajas
El BTC como UEV es altamente líquido, tiene bajos costos de transacción, puede ser utilizado para hacer
operaciones en forma rápida a través de la Internet, incluidos micropagos (44). Tiene a su vez la ventaja
adicional de que puede ser empleado en forma transfronteriza y sin las limitaciones que presenta el extenso
proceso de autorización exigido para el uso de tarjetas de crédito. Debe aclararse, sin embargo, que las ventajas
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de la falta de un tercero verificador, el anonimato casi asimilable al del efectivo, y la difusión mundial de los
BTC presentan como contrapartida la apertura de un sector más amplio del comercio electrónico a actividades
ilícitas y a la evasión fiscal (45).
IV.1.a. Imposibilidad de reversión de las operaciones
La plataforma Bitcoin no permite la reversión de las operaciones, sea dicha retractación legítima o
fraudulenta. El fraude mediante la reversión ilegítima de BTC ya gastados, solo sería posible si el participante
fraudulento poseyera una capacidad de procesamiento tal que no solo fuera capaz de operar más rápido que el
resto de la red Bitcoin completa, sino también de replicar todo el trabajo anterior. Ello no sería factible hoy por
las dimensiones actuales de dicha red (46).
IV.1.b. Seguridad de la plataforma Bitcoin contra ciberataques
Por otra parte, mientras los mercados de negociación de BTC o los usuarios pueden estar sujetos a fallas
significativas de seguridad, la infraestructura de la plataforma Bitcoin no ha sido sometida a ciberataques
exitosos. Empero, aunque las fallas en cuestión no han comprometido la infraestructura de la plataforma, han
creado en cambio algunos problemas para los defensores del uso de BTC en las operaciones ordinarias de
compraventa (47).
IV.1.c. Estabilidad financiera
Otro beneficio del BTC, aunque probablemente no haya sido adecuadamente dimensionado, es que como
UEV puede otorgar estabilidad financiera allí donde una moneda de curso legal resulta inestable. Por ejemplo,
en el año 2012, el rial iraní estaba sufriendo los efectos de la hiperinflación. Al mismo tiempo, había una
escasez de dólares estadounidenses en Irán debido a sanciones aplicadas por los EE.UU. y sus aliados.
Incapaces de adquirir el más estable dólar y tener que lidiar con el hiperinflacionario rial, algunos iraníes se
volcaron al BTC como un refugio de estabilidad financiera. El valor de los BTC fue considerado más estable
que el del rial y los fondos podían ser transferidos desde y hacia Irán a través de la Internet (48).
IV.2. Desventajas
IV.2.a. Facilitación de actividades ilícitas
Algunas características atribuidas a las ventajas del BTC, comunes por otra parte a todas las UEV anónimas
o pseudónimas, facilitan el lavado de dinero, la evasión fiscal, el tráfico de estupefacientes y la pornografía
infantil. Por ejemplo, el gobierno de los EE. UU. ha perseguido y neutralizado el egold, una UEV respaldada
por oro, tanto mediante las leyes estaduales como las federales, por asociación ilícita para comentar lavado, y
también por suministrar servicios a personas involucradas en explotación infantil y fraude electrónico
(inversiones) y con tarjetas de crédito (49).
En ese orden de ideas, una preocupación adicional derivada del uso del BTC es su potencial para ser
empleado en fraudes contra inversores. Debido a la dificultad de calificación legal del BTC, algunos
oportunistas han embaucado a inversores despojándolos de sus BTC mientras aprovechaban los vacíos
regulatorios. Por ejemplo, en una oportunidad las autoridades estadounidenses descubrieron que un agente de
inversiones llamado Trendon Shavers, titular de la firma Bitcoin Savings and Trust (BTCT), fraguó un
tradicional esquema Ponzi utilizando inversiones en BTC: tomaba fondos de terceros que invertía en BTC,
prometía rendimientos a los inversores antiguos, los pagaba con fondos para inversiones en BTC tomados de
nuevos comitentes, y se apropiaba ilegítimamente de todos los BTC para su propio provecho. En el verano de
2013, la Security and Exchange Commission (SEC) formuló cargos a Shavers precisamente por defraudar a
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inversores (50). Shavers argumentó en su defensa que los contratos de inversiones en BTC no eran valores
negociables porque no son dinero ni están regulados en los EE.UU. y, en consecuencia, no había violado las
leyes bursátiles estadounidenses (51). Tendremos oportunidad en otra sección de este trabajo de analizar este
fallo en lo que se refiere a la naturaleza jurídica del BTC.
IV.2.b. Falta de garantía y control centralizados
Los sistemas de "moneda virtual" con entidad centralizada requieren que los usuarios tengan cuentas de
modo que dicha entidad pueda administrar las transacciones. Un sistema centralizado puede ser vulnerable a
ataques a su infraestructura, posiblemente provocando un cierre completo del sistema. Sin embargo, la autoridad
central otorga garantía a los usuarios sobre las transacciones y el fraude en la red puede ser resuelto
directamente por tal autoridad. Algunos usuarios pueden desear sacrificar el anonimato y la seguridad
informática a cambio de una cobertura contra el fraude, lo cual la red pseudónima de Bitcoin no puede proveer.
De esta manera, comparado a un sistema de UEV centralizado, el protocolo Bitcoin es superior por el anonimato
y la flexibilidad; sin embargo, Bitcoin carece de garantía y control centralizado y ello es una importante
desventaja en muchos aspectos (52).
IV.2.c. Ausencia de condición de curso legal y sustitución imperfecta de la moneda fiduciaria
El suministro de moneda fiduciaria y su valor están protegidos por regulación estatal. Es el único dinero
reconocido como de curso legal y emitido por el propio Estado soberano. El gobierno está obligado a aceptarlo
para la cancelación de los impuestos, el banco central tiene el monopolio de control sobre su suministro y
gestión y con frecuencia es respaldado por garantías y seguros. Estas características permiten una estabilidad
mayor de los precios (53).
El BTC no es reconocido en ningún Estado como unidad de valor de curso legal equivalente a la moneda
fiduciaria o como divisa extranjera, ni es aceptado por ningún fisco como cancelatorio de tributos.
Por otra parte, desde el punto de vista del valor, una UEV basada en tecnología blockchain como el BTC es
un sustituto imperfecto para la moneda fiduciaria de curso legal, en una forma muy similar al oro. La regla
matemática que gobierna el proceso de minado del BTC está diseñada para imitar a dicho metal precioso. Así
como las leyes de la naturaleza gobiernan el suministro del oro, las leyes de la matemática dirigen la provisión
de BTC. En ambos casos, el suministro no puede ser ajustado para lidiar con las recesiones o contrarrestar los
períodos inflacionarios o deflacionarios. Esto podría explicar por qué el mercado de BTC ha experimentado una
salvaje volatilidad de los precios (54), oscilación que importa otra desventaja del BTC, como veremos a
continuación.
IV.2.d. Volatilidad del valor del BTC
La ya conocida volatilidad del BTC se debe a un gran número de factores, pero los más significativos son la
ausencia de su adopción amplia por los consumidores, su falta de aceptación por los comerciantes, y su
dependencia de la especulación (55).
Veamos algunos ejemplos de tal volatilidad. De acuerdo con el Price Index del portal Coindesk, el precio del
BTC alcanzó un récord el 27/11/2017: u$s 9.973,00, lo que implicó una suba interanual del 800% (56).
El 6 de diciembre de 2017, también según Coindesk, el BTC se vendía a u$s 12.198,57. Comenzó 2017 a
menos de u$s 1.000,00. En octubre de ese año superó los u$s 5000, y menos de dos meses después se cotizaba a
u$s 11.000,00. Contaba así a principios de diciembre de 2017 con una capitalización de mercado de U$S 203
mil millones, más alta que el PBI de Nueva Zelanda y Grecia, y que la capitalización bursátil de Goldman
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Sachs, que ascendía a más de u$s 90.000 millones. Ese 6 de diciembre de 2017 el BTC se cotizaba en la
Argentina por un valor promedio de $ 227.405,00 (57).
Todo indicaba que el BTC iba a terminar triunfalmente 2017, cuando rozó los u$s 20.000,00. Sin embargo,
perdió 30% en la última quincena de ese año, pero comenzó 2018 recuperando 25% en los primeros siete días de
enero de 2018. Así, en el cierre de la primera semana de febrero de 2018, cotizó a u$s 8.211,00 (58).
El 05/02/2018, el Bitcoin cayó un 15%, ofreciéndose a u$s 6846,00 (59).
Esta volatilidad, claramente, atenta contra la adopción del BTC como UEV para transacciones ordinarias de
intercambio de bienes y servicios, especialmente por la dificultad para los comerciantes de definir los precios en
BTC ante semejantes oscilaciones de valor.
V. Naturaleza jurídica del BTC
El BTC, así como el resto de las UEV o "monedas digitales" en uso, no tienen una regulación específica en
el derecho comparado, existiendo claras lagunas normativas sobre su legalidad.
Es importante entonces el intentar dilucidar su naturaleza jurídica, porque la comprensión de las
implicancias legales del BTC contribuirá a su adecuada reglamentación.
De acuerdo con nuestra investigación en esta materia, básicamente se considera al BTC o al resto de las
UEV como: a) moneda; b) valor o instrumento financiero negociable, o c) bien inmaterial o activo intangible
susceptible de ser intercambiado por otros bienes o por dinero mediante permuta o trueque.
Los primeros intentos de calificación normativa han apuntado a su definición como hecho imponible en el
ámbito tributario o bien como objeto de contralor de las autoridades financieras o bursátiles. Por ejemplo, la
Goverment Accountability Office (GAO) de los EE.UU. ha expresado que el BTC podría ser considerado como
bien inmaterial o intangible, moneda extranjera o instrumento financiero (valor negociable) (60).
V.1. El BTC como moneda
Según esta postura, el BTC es una moneda digital, virtual o criptomoneda, dado que parece cumplir todos
las presupuestos esenciales del dinero: a) sirve como medio de pago cuando es enviado a comerciantes a cambio
de bienes o servicios; b) funciona como una unidad de cuenta cuando esos mismos comerciantes indican los
precios de mercaderías o servicios en BTC; y c) opera como reserva de valor cuando los usuarios conservan
BTC para utilizar o vender en el futuro confiando en un salto positivo del valor de cotización (61).
En este contexto, la operación de la plataforma Bitcoin sería similar al desarrollo de un sistema monetario
bajo el estándar oro [aunque históricamente el volumen de oro extraído ha sido más errático que la provisión de
BTC tal como está planificada en el sistema (62)], y funcionaría como ciertas UEV respaldadas por oro que ya
existen, tales como Pecunix o GoldMoney, dado que es líquido, digital, fácil de intercambiar entre usuarios
finales, generalmente anónimos, y popular entre aquellas personas que descreen de las monedas fiduciarias
emitidas y respaldadas por autoridades estatales.
Sin embargo, el BTC es diferente de estas UEV respaldas en oro en algunos puntos esenciales: 1) no hay
autoridad central que puede emitir nueva moneda o defraudar a los tenedores (por ejemplo, conservando
reservas de respaldo parciales cuando han garantizado respaldo total) 2); de ser una moneda, sería una de
naturaleza fiduciaria y no una unidad respaldada en metales preciosos o commodities; y 3) puede ser dificultoso
su control por carecer de una autoridad central de aplicación o regulación (63).
Una unidad de valor, cambio y cuenta de naturaleza fiduciaria no emitida, controlada o garantizada por una
autoridad gubernamental central exclusivamente habilitada para ello por normas constitucionales, no parece
asimilable a dinero de curso legal o divisa extranjera (moneda de curso legal de otro Estado soberano), con lo
que la naturaleza jurídica del BTC debería ser buscada en otra parte, concretamente, en su posible condición de
instrumento financiero con calidad de valor negociable, o de activo intangible o bien inmaterial digital
intercambiable por dinero de curso legal (compraventa de BTC) o activos de cualquier naturaleza mediante el
canje, trueque o permuta. Analizaremos a continuación ambos supuestos.
V.2. El BTC como valor o instrumento financiero negociable
Los valores negociables son esencialmente instrumentos financieros, lo que implica que la cotización real es
determinada directamente por el mercado. Del mismo modo, el valor real del BTC es configurado directamente
por la oferta y la demanda en el mercado financiero, y esta UEV es también negociable, desde que su precio de
intercambio es muy oscilante, lo que puede verse en la amplia gama de cotizaciones disponibles (64).
A nuestro parecer, la cuestión central pasa por definir qué tipo de valor negociable podría ser el BTC o
cualquier otra UEV de las mismas características.
Por ejemplo, la US Security Act de 1933, en su sección 2(a)[1], define con un criterio amplio a los títulos
valores o valores negociables (securities), incluyendo en tal categoría a los pagarés o promesas de pago
titulizadas, bonos o certificados de deuda, acciones transferibles y "contratos de inversión" (65).
Ahora bien: un BTC no puede ser considerado como un bono o un certificado de deuda porque no da
intereses, ni tampoco una acción, atento a que no otorga dividendos o derecho a voto. Tampoco es un pagaré,
desde el momento en que le falta la característica esencial de este título circulatorio: una promesa efectuada por
su librador de pagar una suma de dinero al beneficiario. Aunque algunos vales o títulos de legitimación sobre
UEV pueden representar promesas de pago, el BTC representa una suma líquida per se y no una promesa de
dicha suma (66).
Los jueces estadounidenses han hecho cierto esfuerzo interpretativo para calificar al BTC como el tipo de
valor negociable que la Security Act llama "contrato de inversión". Así, en el año 2013 un tribunal de distrito ha
reconocido que las inversiones en BTC ofrecidas por una firma denominada BTCT —que ya hemos
mencionado en otra sección de este trabajo— son valores negociables (securities) por su condición de "contratos
de inversión" (67). Este tribunal consideró como security a las inversiones en BTC ofrecidas por BTCT, siempre
en calidad de contratos de inversión, por cuanto cumplían los siguientes requisitos: 1) una inversión en dinero,
2) en un emprendimiento conjunto (entre el comitente y el agente de inversiones), 3) con la expectativa de
obtener rendimientos derivados de los esfuerzos del agente de inversión o de un tercero.
En el caso antedicho (conocido como "Shavers" por el apellido del agente de inversiones propietario de
BTCT), mientras el demandado argumentó que las inversiones en BTC por él promovidas no eran valores
negociables, el tribunal interviniente rechazó esa postura indicando que las participaciones en el fondo de riesgo
digital BTCT eran contratos de inversión y, por lo tanto, valores negociables (68), porque el requisito, 1) se
satisfacía dado que los BTC podían ser utilizados como si fueran dinero para adquirir bienes y contratar
servicios; el requisito, 2) también se cumplía, atento a que los inversores se habían apoyado colectivamente en
el conocimiento de BTCT sobre el mercado de los BTC; y el tercer requisito, finalmente, se veía cubierto por la
promesa de BTCT a sus inversores de obtener rendimientos (69). Este test para definir la existencia de un
contrato de inversión y por lo tanto de un valor negociable deriva de un viejo fallo de la Suprema Corte Federal
de 1946, in re "SEC v. W.J. Howey Co." (70).
En Alemania, por su parte, la Autoridad Federal de Supervisión Financiera (BaFin) y el Ministerio Federal
de Finanzas han sostenido que el BTC puede ser clasificado como un instrumento financiero bajo la ley de
Bancos alemana, que lo define, inter alia, como un valor negociable (71).
Nótese que la calificación del BTC como valor negociable activa una serie de efectos que para los
defensores de esta UEV neutralizaría todas sus ventajas. Si el BTC fuera considerado un valor negociable,
entonces las transmitentes, los mercados de intermediación para transferencia de BTC y las entidades
especialmente formadas para atesorar BTC, entre otras, estarían sujetas a requerimientos regulatorios muy
rigurosos y aplicación de sanciones frente al incumplimiento de dichas regulaciones (72).
V.3. El BTC como activo intangible o bien inmaterial
Los valores negociables tienen una característica que las mercancías no tienen: confieren un derecho a
reclamar a otra persona. En estos aspectos, el BTC se parece más a las mercancías como la soja o cualquier otro
commodity (cereales, petróleo, metales preciosos, etc.) (73), más allá de su condición digital y, por lo tanto, de
intangible o inmaterial. Y es que la cotización oscilante del BTC representa una estructura de precios que es más
típica de una materia prima o commodity, lo que sugiere que el mercado de BTC actualmente es impulsado por
inversores especulativos y no por una creciente demanda debida al aumento de las transacciones realizadas por
comerciantes y consumidores tradicionales. El problema de tener la red Bitcoin dominada por tales
especuladores es que incentiva a los usuarios a la acumulación de BTC, en vez de a su gasto, justo lo contrario
de lo que tendría que suceder para que una UEV sea un medio exitoso de intercambio (74). Esta oscilación, por
lo tanto, no está siendo motivada por el incremento de transacciones entre comerciantes y consumidores
tradicionales (75).
Sin embargo, los commodities suelen tener un valor intrínseco, a diferencia de los valores negociables. Los
BTC, por definición, no parecen tener un valor intrínseco porque no hay autoridad estatal o bien subyacente que
los respalde (76).
Entendemos entonces que la naturaleza jurídica del BTC, no sin ciertos esfuerzos interpretativos, lo acerca
más al valor negociable (como un título digital representativo de un crédito o bien un contrato de inversión) que
a la moneda o al activo intangible.
VI. Algunas aproximaciones a la regulación del BTC desde los puntos de vista de su naturaleza y de
las partes intervinientes en la transacción
El derecho comparado nos muestra que las tentativas actuales de regulación —o de aproximación a la
regulación— del BTC, sea en el ámbito tributario o en el financiero y bursátil, giran alrededor de las
calificaciones jurídicas que hemos analizado en la sección anterior o bien, sin centrarse en la naturaleza de la
UEV, en algunas de las partes intervinientes en una transacción.
Aclaremos en primer lugar que en la mayor parte de los países donde el BTC se utiliza no hay una posición
clara sobre su legalidad o ilegalidad. Así, solo un puñado de casos jurisprudenciales en los EE.UU. ha lidiado
con el uso de BTC, pero ninguno ha tratado específicamente la legalidad de esta UEV per se. El primer caso,
que se dio entre una plataforma de cambios de BTC, TradeHill, y un procesador de pagos, Dwolla, abarcó varias
cuestiones jurídicas, desde falsa publicidad y difamación hasta incumplimiento de contrato, pero el tribunal
compelió a las partes a un arbitraje y no se involucró en la resolución de las pretensiones planteadas y, mucho
menos, de la legalidad de la UEV (77). En otro caso posterior, los usuarios de servicio de intercambios de BTC
promovieron un proceso contra una entidad de negociación, Bitcoinica, incluyendo entre otras pretensiones
procesales, el incumplimiento de contrato y la rendición de cuentas ante pérdidas de fondos por ciberpiratería.
Después de una acción de clase que fue denegada por no atraer suficiente apoyo, cuatro usuarios promovieron
una acción individual (78), pero tampoco aquí se analizó la legalidad del BTC sino el incumplimiento del
convenio pactado (79).
Debemos destacar aquí que, aunque un gobierno decidiera poner al BTC fuera de la ley —veremos más
adelante el caso de China—, ninguna autoridad ha demostrado al presente tener la capacidad técnica para cerrar
operativamente la plataforma. La naturaleza descentralizada de la red hace prácticamente imposible una
ofensiva directa, al menos en el estado actual de la tecnología. Además, gracias al relativo anonimato de la red,
identificar a los usuarios individuales para accionar judicialmente contra ellos en aquellas áreas en donde el
sistema es o podría ser ilegal, requeriría una intensa labor estatal y probablemente no valga la pena frente a ello
el escaso beneficio obtenido por neutralizar a gran escala solo a pequeños usuarios (80).
Desde el punto de vista del derecho privado, no parece haber cuestionamientos sobre su licitud. Volviendo a
los EE.UU., el Uniform Commercial Code (UCC) legitima las transacciones con BTC más que limitarlas o
prohibirlas; así, si el BTC es considerado una moneda digital o un activo intangible, ello no afecta su legalidad
bajo el UCC. Si se lo calificara como moneda digital distinta a la fiduciaria de curso legal (el dólar) podría ser
tratado como una divisa extranjera, lo que es reconocido por el UCC. Por otro lado, y siempre bajo el UCC, si
un BTC fuera calificado como un bien inmaterial o activo intangible, entonces las transacciones de BTC y
mercaderías serían permutas o canjes (81).
Desde esta perspectiva —ausencia de prohibición, por lo general, desde el derecho público, y aparente
legalidad desde el derecho privado— veremos ahora los esfuerzos de regulación o de aproximación a la
regulación sobre el BTC, a nivel internacional, de acuerdo con las calificaciones o naturalezas que hemos
evaluado. Posteriormente analizaremos si este esfuerzo de regulación o aproximación a la regulación se ha visto
reflejado también en nuestro país.
VI.1. Regulación del BTC desde el punto de vista de su naturaleza
VI.1.a. Regulación del BTC como moneda digital
El Banco Central Europeo, en su extensa investigación sobre las monedas virtuales (82) ha definido al BTC
como una moneda digital no regulada, la cual se torna responsabilidad de los bancos centrales como resultado
de las características compartidas con los sistemas de pago. En sintonía, la Autoridad Bancaria Europea (83) ha
calificado a las monedas virtuales, incluido el BTC, como una forma de moneda digital no regulada que no es
emitida ni garantizada por un banco central y que puede actuar como un medio de pago (84). Una pregunta
importante, a nivel europeo, es corroborar si el BTC es abarcado por la Directiva 2009/110/EC sobre Moneda
Electrónica. En dicha Directiva se define a la "moneda electrónica" como una unidad de valor, electrónica o
magnéticamente almacenada, representada por una solicitud (mensaje) que es emitida al recibir fondos con el
propósito de efectuar transacciones de pago, y que es aceptada por una persona física o jurídica más allá del
emisor de la moneda en cuestión (85).
Y es que si la plataforma Bitcoin no puede ser eximida del alcance de la Directiva en cuestión esto le
generará exigencias a ciertos operadores que hoy se mueven en ella con absoluta libertad en lo que se refiere a la
intermediación y quizá a la creación (minería): deberán así obtener una licencia para emitir moneda electrónica
de la autoridad financiera competente, cumplir con las normas aplicables, tener un capital mínimo y
disponibilidad de fondos propios, ser capaces de canjear los BTC en todo momento y a la par, sostener el valor
monetario de la UEV, etc. (86).
Por su parte, la Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN), dependiente del Departamento del
Tesoro de los EE.UU., ha emitido una guía sobre cómo las instituciones financieras deben cumplir con la Bank
Secrecy Act. Respecto a los BTC, la FinCEN divide a los participantes en el mercado de BTC en dos categorías:
a) Los usuarios, que utilizan los BTC para adquirir bienes y contratar servicios, y no están sujetos a las
obligaciones impuestas por la FinCEN sobre registro y conservación de datos sobre operaciones.
b) Las personas físicas o jurídicas que transfieren BTC o los compran y venden, que son calificados como
transmitentes de dinero. El servicio de transmisión de dinero es la aceptación de moneda u otro valor sustitutivo
proveniente de otra persona y su transferencia a otro lugar o persona por cualquier medio. Estos operadores
deberían cumplir con las disposiciones de la FinCEN sobre registro y conservación de datos sobre transacciones.
En el caso de los mineros, cuando crean los BTC a ser utilizados para comprar o negociar en general por
bienes o servicios, serán considerados usuarios. En cambio, los mineros que los crean y luego los intercambian
por moneda de curso legal, serán alcanzados por las regulaciones de transmisión de dinero.
FinCEN puntualiza que los mercados de negociación y de procesamiento de pagos con BTC califican como
transmitentes de dinero y están sujetos a las obligaciones de información, registración y conservación de datos
sobre las transacciones (87).
B) VI.1.b. Regulación del BTC como valor negociable.
Alemania clasifica el intercambio de BTC, desde el punto de vista impositivo, como rendimiento de capital
(ganancia obtenida de un valor negociable) y sujeta el beneficio obtenido en BTC al impuesto y alícuotas
respectivas (88).
Brasil trata a las monedas digitales como instrumentos financieros (valores negociables), y la Receita
Federal establece un 15% de impuesto sobre los rendimientos de capital al momento de la venta. Los
contribuyentes que vendan monedas virtuales con un valor de menos de 35.000 reales —a 2016— no tendrán
que pagar dicho impuesto (89).
C) VI.1.c. Regulación del BTC como activo intangible
En España, a efectos contables, la entrega de BTC a cambio de un producto o de un servicio es un canje de
activos, que al ser naturalmente diferentes dan lugar a una permuta comercial (Norma de Registro y Valoración
2da.,1.3 del RD 1514/2007) (90).
El 3 de diciembre de 2013, el Banco Central de China y otros cuatro ministerios, junto a determinadas
comisiones especiales del gobierno, emitieron un comunicado conjunto sobre los riesgos del BTC: definiéndolo
como una mercancía virtual (activo intangible), el aviso expresa que por su naturaleza no puede considerarse
como una moneda y no debe circular como tal ni ser utilizada en el mercado con esas características. Así, los
bancos y entidad de pago de China tienen prohibido tratar con BTC. Las instituciones financieras y de pago no
podrán fijar precio al BTC, tratarlo como producto o servicio, comprar o vender o proporcionarlo a sus clientes
directa o indirectamente. Tampoco podrán prestar servicios a clientes que incluyan BTC, tales como registro,
negociación, liquidación o compensación, ni aceptarlos o utilizarlos como herramienta de intercambio de
información, ni comerciar con BTC en China o en el extranjero (91).
VI.2. Regulación del BTC desde el punto de vista de las partes intervinientes en la transacción
Más allá de la naturaleza del BTC que se adopte desde el punto de vista jurídico —nosotros nos volcamos en
ese sentido a la calificación de valor negociable—, pareciera que la forma más adecuada de regular el sistema
Bitcoin es concentrarse en las transacciones que se efectúen en BTC, más que en el sistema en sí mismo o en las
características de la UEV. Parece claro que las plataformas de negociación de BTC y otras entidades (92)
similares, podrían ser sometidas a las mismas regulaciones que los mercados de valores o commodities. En
Francia, por ejemplo, una asociación entre un proveedor de servicios de pago, Aqoba, y Paymium, la compañía
titular de BitcoinCentral, permite a los usuarios intervenir en el intercambio de BTC bajo el esquema
regulatorio europeo (los fondos de los clientes están protegidos por el sistema de "garantie des dépôts" o
garantía de depósitos) (93).
Veamos un modelo de regulación desde este punto de vista.
El 03/06/2015, el Departamento de Servicios Financieros del Estado de New York instituyó un sistema de
regulación de negocios con UEV denominado BitLicense (94). Este régimen cubre muchas actividades
comerciales que comprenden UEV, definidas de tal manera que abarcan toda moneda virtual con base en la
tecnología blockchain, y a sus usuarios ubicados en el Estado de New York. Las actividades en cuestión
incluyen la transferencia de moneda virtual, su custodia por cuenta de terceros, su compra y venta como
actividad profesional, la provisión de servicios de intercambio, y el control, gestión o emisión de la UEV (95).
Por lo tanto, está diseñado para ser aplicado solo a los intermediarios financieros.
De esta manera, aquellas empresas cuyo negocio sea el de realizar cualquier tipo de actividad financiera de
intermediación con UEV necesitarán una BitLicense (96). En cambio, no necesitarán habilitación las empresas
de negocios o usuarios que utilicen UEV con el solo propósito de cambiarlas por bienes o servicios, ni aquellas
entidades financieras que estén ya controladas por la ley bancaria neoyorquina (97).
Para conservar vigente la licencia BitLicense, la empresa habilitada debe mantener capital activo suficiente
para asegurar la integridad de todas las operaciones por ella realizadas (98) y garantizar la protección de los
clientes (99). Todos los libros de contabilidad deben guardarse y mantenerse por un período mínimo de 7 años
para poder ser consultados por la autoridad de aplicación (100). Las ganancias obtenidas en forma de moneda
digital deben invertirse en activos de alta seguridad (101). En caso de que la empresa mantenga los fondos en
moneda de curso legal aportados por el cliente en forma de divisa virtual, estará obligada a mantener la misma
cantidad de moneda de curso legal que la que aportó inicialmente el cliente (102). Finalmente, la empresa que
obtenga una BitLicense debe seguir un estricto programa de prevención de blanqueo de capitales (103).
VII. Algunos aspectos legales del BTC considerados en Argentina
Nuestro país parece considerar a las UEV o "monedas digitales" —incluido el BTC— como un valor
negociable, al menos desde el punto de vista tributario. Como hemos dicho, nosotros coincidimos con esta
postura sobre la naturaleza jurídica del BTC.
La ley 27.430 (104), modificatoria de la ley de Impuesto a las Ganancias (LIG), sustituye el art. 2º del texto
ordenado de 1997 correspondiente a dicho régimen, indicando que a los efectos de la ley serán considerados
como ganancias, "los resultados derivados de la enajenación de acciones, valores representativos y certificados
de depósito de acciones y demás valores, cuotas y participaciones sociales —incluidas cuotapartes de fondos
comunes de inversión y certificados de participación de fideicomisos financieros y cualquier otro derecho sobre
fideicomisos y contratos similares— monedas digitales, títulos, bonos y demás valores, cualquiera sea el sujeto
que los obtenga" (art. 2º numeral 4 LIG; lo destacado es nuestro).
La ley en cuestión toma entonces la posición de considerar a las monedas digitales como "valores" (títulos
valores o valores negociables) dentro de la lista enunciativa que reproduce. Lo mismo sucede en las
disposiciones del art. 36 de dicha ley, sustitutivo del último párrafo del art. 52 de la LIG; del art. 41, sustitutivo
del art. 65 de la LIG; del art. 62, sustitutivo de los párrafos tercero a sexto del art. 90 de la LIG; del art. 63, que
incorpora, a continuación del art. 90 de la LIG en el cap. II del tít. IV, un artículo sin número, cuarto a partir del
art. 90; y del art. 66, que reemplaza el primer párrafo del inc. c) del art. 96 de la LIG.
¿A qué considera título valor o valor negociable la ley no tributaria? El art. 1815 del Código Civil y
Comercial de la Nación (Cód. Civ. y Com.) indica, sin definirlo, que un título valor incorpora una obligación
incondicional e irrevocable de una prestación otorgando a cada titular un derecho autónomo. En este último
caso, el art. 1816 primer párrafo del Cód. Civ. y Com. aclara que el portador de buena fe de un título valor que
lo adquiere conforme con su ley de circulación, tiene un derecho autónomo, y por ello le son inoponibles las
defensas personales que puedan existir contra anteriores portadores. El deudor que paga al portador del título
valor conforme con su ley de circulación queda liberado, excepto que al momento del pago disponga de pruebas
que demuestren la mala fe del que lo requiere (art. 1817, primera parte, Cód. Civ. y Com.). El art. 1829 del
mismo plexo normativo considera como títulos valores a las cuotas partes de fondos comunes de inversión,
mientras que el art. 1828 define como tal a los títulos representativos de mercaderías, aquellos que atribuyen al
portador legítimo el derecho a la entrega de la cosa, su posesión y el poder de disponerla mediante la
transferencia del título.
El BTC como una UEV con un valor nominal y un valor de mercado expresado en moneda de curso legal o
en bienes definido por la ley de la oferta y la demanda, y representativa por lo tanto de un crédito, con una ley
de creación y circulación específica, pareciera poder subsumirse en esta calificación de título valor, en
coincidencia con la determinación efectuada al respecto por el régimen impositivo de ganancias.
Quizá sea más precisa al respecto la ley 26.831 de Mercado de Capitales que define en su art. 2º, parte
pertinente, a los "valores negociables" como los títulos valores emitidos tanto en forma cartular así como a todos
aquellos valores incorporados a un registro de anotaciones en cuenta incluyendo, en particular, los valores de
crédito o representativos de derechos creditorios, las acciones, las cuotapartes de fondos comunes de inversión,
los títulos de deuda o certificados de participación de fideicomisos financieros o de otros vehículos de inversión
colectiva y, en general, cualquier valor o contrato de inversión o derechos de crédito homogéneos y fungibles,
emitidos o agrupados en serie y negociables en igual forma y con efectos similares a los títulos valores; que por
su configuración y régimen de transmisión sean susceptibles de tráfico generalizado e impersonal en los
mercados financieros. Asimismo, quedan comprendidos dentro de este concepto, los contratos de futuros, los
contratos de opciones y los contratos de derivados en general que se registren en mercados autorizados, y los
cheques de pago diferido, certificados de depósitos de plazo fijo admisibles, facturas de crédito, certificados de
depósito y warrants, pagarés, letras de cambio y todos aquellos títulos susceptibles de negociación secundaria en
mercados.
Se advierte que la definición de la ley 26.831 adopta un criterio muy amplio de valor negociable,
observándose en él la inclusión del concepto de "contrato de inversión" que vimos en la US Security Act.
Creemos por lo tanto que, al menos en el estado actual, y sin una regulación orgánica expresa de las UEV en
general y del BTC en particular, nuestra normativa considera a las "monedas digitales" como valores
negociables o asimilables a ellos.
VIII. Conclusiones
Parecería apropiado, desde un punto de vista jurídico, regular —no prohibir— a las UEV en general y al
BTC en particular como valores negociables, de modo que su creación (minería) y la intermediación en su
negociación o cambio por moneda de curso legal debería ser controlada y reglamentada por el Banco Central y
la Comisión Nacional de Valores en sus ámbitos pertinentes.
De todos modos, las UEV en general y el propio BTC en particular, resultan una incógnita, en el sentido de
si sobrevivirán en el futuro, estén regulados o no.
Así, es improbable que el BTC vaya a ser particularmente competitivo en el mercado tradicional del
comercio electrónico. Muchos consumidores no tienen preocupaciones respecto a la falta de anonimato o a la
centralización del control. No quieren comprar bienes en precios listados en BTC en vez de moneda de curso
legal. Y les resulta indiferente la inflación en la moneda suministrada y/o administrada por los bancos centrales
o reservas federales. Además, son conscientes que la plataforma Bitcoin no tiene un adecuado sistema de
medidas antifraude, contexto en el cual compañías procesadoras de pagos electrónicos tradicionales como la ya
mencionada PayPal han invertido significativamente en proteger a sus clientes contra las estafas y las
apropiaciones ilícitas (105).
Por otro lado, una UEV como el BTC que está vinculada a una compleja plataforma informática que el
común de las personas no entiende, y que opera además sin responsabilidad u obligación de rendición de
cuentas ante una entidad controlante o reguladora, no es un medio atractivo de conservación de la riqueza para
muchos inversores y ahorristas (106).
El BTC ha nacido con el propósito no oculto de sustituir a la moneda de curso legal, sea o no electrónica.
Sin embargo, y tal como están las cosas, las monedas digitales no podrán ser una alternativa viable a la moneda
fiduciaria de curso legal, por la simple razón que los contribuyentes no pueden pagar sus impuestos con ellas.
Esta situación protege a las monedas fiduciarias de su desplazamiento por las primeras, y el temor de la pérdida
del control de la moneda podría ser a su vez utilizado por los Estados como un argumento para evitar la
circulación de BTC como dinero paralelo (107). No parece aventurado afirmar que ningún gobierno aceptará
BTC en el sistema de pago si ello implica de algún modo perder el control del flujo y base monetarias y de las
tasas de interés (108).
En el mismo orden de ideas, los intentos de utilizar BTC como herramienta de inversión crean problemas a
su uso como moneda alternativa. Debido a que el suministro está limitado a largo plazo, el uso generalizado de
BTC significará que la demanda de BTC supere su oferta, provocando que la cotización del BTC aumente de
una forma constante. El corolario de este aumento es que el precio de los bienes y servicios medido en BTC
caerá causando deflación. Para enfrentar esta deflación habrá un fuerte incentivo de acaparar BTC y no
gastarlos, causando que el nivel real de transacciones descienda. En consecuencia, el uso de BTC como
herramienta de inversión contribuye a su valor volátil, haciéndolo poco atractivo como moneda alternativa
(109).
Es más probable entonces que la pura especulación domine durante un cierto tiempo el mercado de BTC, ya
que su valor no puede anclarse en un activo subyacente, sea algún bien material como el oro, un flujo de
ganancias como el que respalda el precio de una acción de una sociedad comercial, o la solidez y estabilidad
básicas de una economía y sus instituciones de gobierno (como resulta cierto para el dólar estadounidense o para
el euro, por ejemplo) (110). El BTC será consecuentemente sustentado por dicha especulación en un corto y
mediano plazo, y su uso en transacciones comerciales se apreciará —si sobrevive como UEV— recién en un
largo plazo (111).
Pero el BTC como UEV no parece ser el elemento positivo central de la revolucionaria innovación que
implica la plataforma Bitcoin. Es la tecnología blockchain la que podrá jugar un rol trascendental en la siguiente
fase de la revolución tecnológica financiera, sobreviva o no el BTC. Dadas sus características, es una tecnología
única capaz de ejecutar componentes claves de una transacción —registro, auditoría, monitoreo, aseguramiento
o custodia de activos— además de facilitar el comercio en sí (112). Podrá así resultar de interés para cualquier
industria vinculada a la transferencia digital de valor. Por ejemplo, en lugar de ser utilizada junto a una UEV
alternativa, podría facilitar en cambio la transmisión electrónica de moneda de curso legal. En otras palabras, las
empresas involucradas en las actividades de transmisión electrónica de pagos podrían adoptar la blockchain para
obtener eficiencias en sus sistemas, bajar los honorarios y proveer servicios más competitivos (113).
En tal sentido, el Banco Santander de España realizó un estudio sobre las ventajas que ofrece la tecnología
blockchain, denominado Informe FinTech 2.0, en donde enfatizó el ahorro de costos (cerca de 15 a 20 mil
millones de dólares estadounidenses) que supondría la implementación de la tecnología blockchain en la
infraestructura bancaria para el año 2022, erradicando los organismos que funcionan como autoridades centrales
y hacen más costoso, en tiempo y dinero, todo el proceso (114).
Asimismo, y si bien aún es un ámbito acotado, ya existen en diferentes partes del mundo iniciativas que
aplican blockchain en el sector público no financiero. En la Argentina, el Ministerio de Modernización
implementó el sistema para almacenar los registros contables de las nuevas sociedades por acciones
simplificadas (SAS) o los registros públicos de las gestiones virtuales comprendidas bajo la iniciativa Trámites a
Distancia (115).
Como se podrá observar, la plataforma Bitcoin y el BTC, como innovaciones tecnológicas disruptivas,
generan desconfianza e incertidumbre en los sectores financieros tradicionales que vienen a alterar o
directamente a desplazar. Es probable que por sus amplias desventajas —entre ellas, la oposición de las
autoridades gubernamentales monetarias y financieras, el monopolio que las monedas fiduciarias de curso legal
poseen en cuestiones claves como los pagos de impuestos, y la reticencia de comerciantes y consumidores a
utilizarlo como moneda alternativa en las transacciones de bienes y servicios— el BTC caiga en el olvido por
desinterés progresivo, o desaparezca abruptamente como resultado de la explosión de una burbuja financiera
producto de la especulación que lo sostiene en la actualidad, especialmente si no se avanza en una regulación
rigurosa de las UEV en el plano internacional, al menos en cuanto al control financiero y bursátil de los mineros
y los intermediarios en la negociación de BTC por moneda de curso legal.
En cambio, un aspecto clave de la plataforma, la tecnología blockchain, parece tener un enorme potencial
para múltiples usos, y no solo para las transferencias electrónicas de pagos. Quizás esté en ella la verdadera
revolución tecnológicofinanciera, y no en la UEV vinculada.
(*) Buenos Aires, abril de 2018. Derechos reservados ley 11.723.
(1) Cfr. GRINBERG, Reuben, "Bitcoin: an innovative alternative digital currency", Hastings Science &
Technology Law Journal, vol. 4:1, Winter 2012, p. 168.
(2) Cfr. DOGUET, Joshua J., "The nature of the form: legal and regulatory issues surrounding the Bitcoin
Digital Currency System", Louisiana Law Review, vol. 73, number 4, summer 2013, ps. 11231124.
(3) Cfr. SHEHERBAK, Sergii, "How should Bitcoin be regulated?", European Journal of Legal Studies,
vol. 7, nro .I, 2014, ps. 5051.
(4) Cfr. DOGUET, ob. cit., p. 1124.
(5) Ibidem, p. 1128.
(6) Cfr. NAKAMOTO, Satoshi, "Bitcoin: un sistema de efectivo electrónico UsuarioaUsuario" (trad.
Ángel LEÓN), 2008, bitcoin.org/bitcoin.pdf, p. 1.
(7) Por ejemplo, "Litecoin, Peercoin, Dogecoin, Namecoin, Quark, o Ripple", entre otras.
(8) Cfr. BRYANS, Danton, "Bitcoin and money laundering: mining for an effective solution", Indiana Law
Journal, vol. 89:441, Iss. 1, art. 13, 2014, ps.442443.
(9) Cfr. BADEV, Anton CHEN, Mattew, "Bitcoin: technical background and data analysis", Working
Paper 2014104, Finance and Economics Discussion Series, Division of Research & Statistics and Monetary
Affairs, Federal Reserve Board, Washington, D.C., 07/10/2014, p. 7.
(10) Cfr. NAKAMOTO, ob. cit., p. 2.
(11) Cfr. BADEV CHEN, ob. cit., ps. 89.
(12) Ibidem, p. 10.
(13) Cfr. SLATTERY, Thomas, "Taking a bit out of crime: Bitcoin and crossborder tax evasión", Brooklyn
Journal of International Law, vol. 39, Issue 2, Article 7, 2014, p. 867.
(14) Cfr. BADEV — CHEN, ob. cit., p. 10.
(15) Ibidem , p. 9.
(16) Ibidem, p. 14.
(17) Cfr. BITCOIN PROJECT, "Preguntas más frecuentes", 20092018, https://bitcoin.org/es /faq (versión
impresa; p. 2).
(18) Cfr. DOGUET, ob. cit., p. 1128.
(19) Cfr. NAKAMOTO, ob. cit., p. 2.
(20) Cfr. BITCOIN PROJECT, ob. cit., p. 4.
(21) Cfr. BADEV CHEN, ob. cit., p. 14.
(22) Cfr. KIVIAT, Trevor I., "Beyond Bitcoin: issues in regulating blockchain transactions", Duke Law
Journal, vol. 65:569, 2015, p. 579.
(23) Cfr. COMISIÓN NACIONAL DE VALORES, "Ofertas Iniciales de Monedas Virtuales o Tokens
(conocidas como "ICOs" o "Initial Coin Offerings") Advertencias sobre los riesgos asociados a la oferta Inicial
de Monedas Virtuales o Tokens (ICOs)", diciembre de 2017, p. 2.
(24) Cfr. BLUNDELLWIGNALL, Adrian, "The Bitcoin Question: currency versus trustless transfer
technology", OECD Working Papers on Finance, Insurance and Private Pensions, nro. 37, 2014, OECD
Publishing, p. 8.
(25) Cfr. BADEV CHEN, ob. cit., ps. 1112.
(26) Cfr. DOGUET, ob. cit., p. 1129.
(27) Cfr. ELWELL, Craig K. MURPHY, M. Maureen SEITZINGER, Michael V., "Bitcoin: questions,
answers and analysis of legal issues", CRS REPORT, US Congressional Research Service, 75700, R43339,
December 20, 2013, p. 3.
(28) Cfr. BITCOIN PROJECT, ob. cit., ps. 1314.
(29) Cfr. CANDELARIO, Belkenia, "Bitcoin: información sobre su reglamento en las Américas y futuro
crecimiento", University of Miami InterAmerican Law Review, vol. 47:1, winter 20152016, ps. 106107.
(30) Cfr. GARCÍA ALEJO, Luis A., "Bitcoin: documentos electrónicos para el intercambio de bienes y
servicios", Universidad de Salamanca, Facultad de Traducción y Documentación, 2016, p. 35.
(31) Cfr. BITCOIN PROJECT, ob. cit., p. 6.
(32) Ibidem, p. 12.
(33) Cfr. TURPIN, Jonathan B., "Bitcoin: the economic case for a global, virtual currency operating in an
unexplored legal framework", Indiana Journal of Global Legal Studies, Vol. 21: Iss. 1, Article 13, Winter 2014,
p. 341.
(34) Cfr. GRINBERG, ob. cit., p. 163 y nota 16.
(35) Cfr. KIEN, Matthew LY, Meng, "Coining Bitcoin´s "legalbits": examining the regulatory framework
for Bitcoin and virtual currencies", Harvard Journal of Law & Technology, vol. 27, number 2, Spring 2014, p.
590.
(36) Cfr. BRYANS, ob. cit., p. 447.
(37) Sincronizar es el proceso de descarga y verificación de todas las transacciones ya efectuadas en la
plataforma Bitcoin.
(38) Cfr. BITCOIN PROJECT, ob. cit., p. 15.
(39) Cfr. BITCOIN PROJECT, ob. cit., ps. 1516.
(40) Cfr. CANDELARIO, ob. cit., p. 106.
(41) Cfr. BITCOIN PROJECT, ob. cit., p. 8.
(42) Cfr. TURPIN, ob. cit.., p. 337.
(43) Cfr. SHEHERBAK, ob. cit., p. 54.
(44) Cfr. GRINBERG, ob. cit., p. 160.
(45) Cfr. SLATTERY, ob. cit., ps. 843844.
(46) Cfr. TURPIN, ob. cit., p. 340.
(47) Cfr. SLATTERY, ob. cit., p. 845.
(48) Cfr. KIEN LY, ob. cit., p. 594.
(49) Cfr. GRINBERG, ob. cit., p. 161.
(50) Cfr. "SEC v. Shavers", nro. 4:13CV416, 2013 U.S. Dist. LEXIS 110018 (ED Tex., Aug. 6, 2013).
(51) Cfr. KIEN LY, ob. cit., p. 596.
(52) Cfr. BRYANS, ob. cit., p. 445.
(53) Cfr. KIVIAT, ob. cit., p. 583.
(54) Ibidem.
(55) Cfr. TURPIN, ob. cit., p. 344.
(56) Cfr. KROM, Andrés, "La máquina de romper récords: el Bitcoin burla los pronósticos y se acerca a los
u$s 10.000", La Nación.com, 27/11/2017, http://www.lanacion.com.ar/2086148lamaquinaderomperrecords
bitcoinburlaasusdetractoresyseacercaalosus10000, p. 1.
(57) Cfr. "Nuevo récord de Bitcoin: pasó los u$s 12.000 y vale más del doble que Goldman Sachs" (sin
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Documento
(86) Cfr. JACOBS, ob. cit., p. 3.
(87) Cfr. McLEOD, ob. cit., ps. 404405.
(88) Cfr. McLEOD, ob. cit., p. 396.
(89) Cfr. CANDELARIO, ob. cit., p. 124.
(90) Cfr. GARCÍA ALEJO, ob. cit., p. 7.
(91) Ibidem, p. 11.
(92) Cfr. TURPIN, ob. cit.., p. 367.
(93) Ibidem, p. 364.
(94) NY Comp. Codes R. & Regs., tit. 23, parág. 200 (2015).
(95) Cfr. KIVIAT, ob. cit., ps. 597598.
(96) Cfr. CANDELARIO, ob. cit., p. 120.
(97) Cfr. CANDELARIO, ob. cit., p. 121.
(98) N.Y. Comp. Codes R. & Regs. Tít. 23, parág. 200.8 (a) (2014).
(99) Ibidem, parág. 200.9(a).
(100) Ibidem, parág. 200.12.
(101) Ibidem, parág. 200.8 (b).
(102) Ibidem, parág. 200.9 (b).
(103) Ibidem, p. 122.
(104) BO 27/12/2017.
(105) Cfr. GRINBERG, ob. cit., ps. 169170.
(106) Cfr. ELWELL MURPHY SEITZINGER, ob. cit., p. 6.
(107) Cfr. BLUNDELLWIGNALL, ob. cit., p. 7.
(108) Ibidem, p. 12.
(109) Cfr. CANDELARIO, ob. cit., p. 111.
(110) Cfr. ELWELL MURPHY SEITZINGER, ob. cit., p. 7.
(111) Cfr. BOUOIYOUR, Jamal REFK, Selmi TIWARI, Aviral, "Is Bitcoin business income or
speculative bubble? Unconditional vs. conditional frequency domain analysis", Munich Personal RePEc
Archive, MPRA Paper nro. 59595, september 2014, http://mpra.ub.unimuenchen.de/59595/, p. 19.
(112) Cfr. KIVIAT, ob. cit., p. 585.
(113) Ibidem, p. 588.
(114) Cfr. GARCÍA ALEJO, ob. cit., p. 45.
(115) Cfr. LAFUENTE, Esteban KROM, Andrés, "Blockchain para todo. La tecnología que dio vida al
Bitcoin suma aplicaciones en la economía real", La Nación, suplemento Comunidad de Negocios, 14/02/2018,
p. 5.