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1.

El cuerpo como medio de expresión y comunicación


Nuestro cuerpo es el medio que nos permite conectarnos y de esta forma conocerlo. El
cuerpo percibe lo que pasa en nuestro entorno, pero también se percata de lo que nos
ocurre internamente. Es el “lugar” donde ocurren nuestras experiencias, por eso el
cuerpo es el enlace entre nuestro interior y el exterior.
1.1 Uso del cuerpo como medio de expresión y comunicación de emociones,
sentimientos e ideas en diferentes situaciones
Al explorar los rasgos y la forma de nuestro cuerpo, encontramos que tiene
características propias, únicas, que nos diferencian de los demás.
Comunicamos emociones y sentimientos y lo hacemos con intenciones diferentes.
Las variadas formas de expresión que utilizamos tienen un toque personal, pero también
muestran lo que compartimos con los miembros de la comunidad o de la región a la que
pertenecemos. Las formas de movimiento que compartimos nos identifican. Conocer
las formas de expresión de distintas culturas enriquece nuestra vida. Una de las formas
en que podemos hacerlo es a través de las danzas que los pueblos han creado para
expresarse.
1.2 Exploración de las posibilidades de movimiento del cuerpo
Es el lugar donde ocurren nuestras experiencias y que el cuerpo enlaza nuestro interior
con el exterior, lo que pasa afuera con lo que nos ocurre internamente. De ahí que para
mejorar esta capacidad sea preciso, analizarlo, explorar sus posibilidades de
movimiento y desarrollarlas de acuerdo con nuestras propias características y
necesidades. Nuestra anatomía nos permite realizar tres acciones básicas: flexionar,
extender y rotar o girar.
El concepto de flexión sugiere acciones como doblar, curvear, enrollar, cerrar, estrechar,
retraer hacia el centro del cuerpo, contraer, plegar, volverse pequeño, encogerse, etc.
La extensión también puede asumir e involucrar distintas ideas de movimiento:
alcanzar, alargar, estirar, abrir, separar, ampliar, ensanchar, expandir, crecer o alejarse
del centro del cuerpo.
La acción de rotar o girar siempre se realiza en torno a un eje (como el movimiento de
rotación de la tierra). Nuestro cuerpo nos permite girar de muy distintas maneras:
podemos girar una sola parte del cuerpo o más, o girar el cuerpo como una totalidad,
podemos girar acostados en el piso sin desplazarnos.
Gracias a estas tres acciones (flexión, extensión y rotación) podemos: desplazarnos,
situarnos en el espacio con direcciones diversas y precisas, cambiar el peso o punto de
soporte de una parte a otra del cuerpo, saltar y equilibrarnos o perder este equilibrio
(Hutchinson, cfr. Ferreiro y Lavalle, 2006).
Exploremos primero el desplazamiento: Avanzamos en una dirección, en un camino
determinado, caminamos con diferentes direcciones: hacia delante, hacia atrás; en línea
recta o curva, en círculo o en líneas diagonales; atravesamos o pasamos por dentro de
ciertos lugares.
La dirección nos permite orientarnos en el mundo. Hay varias direcciones. Adelante,
atrás, arriba y abajo; lado izquierdo y lado derecho; en el lugar y cuatro diagonales:
derecha adelante, derecha atrás, izquierda adelante e izquierda atrás.
Exploremos primero el soporte, Nuestra relación con la ley de la gravedad, presente en
todos los movimientos, se hace más evidente en algunas acciones como: cambiar el peso
o punto de apoyo de una parte a otra del cuerpo, saltar y equilibrarnos o perder este
equilibrio.
Prosigamos con el salto o ausencia de soporte. En la vida cotidiana la acción de saltar
conlleva la pérdida de soporte y permite una elevación, aunque ésta no se logra por
mucho tiempo, pues pronto se vuelve al piso: al soporte.
1.3 Exploración de las calidades de movimiento
En toda acción corporal se produce la interacción de tres elementos o factores básicos:
energía, tiempo y espacio. Estos elementos se entrelazan gracias a una sensación
interna del movimiento, llamada flujo. De la conjugación de energía, tiempo, espacio y
flujo, brota una multiplicidad de calidades de movimiento, una diversidad de matices en
el movimiento (Laban, 1989).
Comencemos con la experimentación del tiempo. Todo movimiento tiene una duración
una actitud que produce una sensación de que el movimiento es interminable; una
actitud de urgencia, que produce una sensación de prisa por concluir algo, por lo que la
ejecución de nuestros movimientos será súbita, breve. Aquí, el tiempo es una
experiencia subjetiva, que depende de los hábitos corporales de cada uno de nosotros.
La experimentación del espacio. El espacio hace referencia al lugar en el que ocurre el
movimiento, por lo que implica el uso de trayectorias, niveles y direcciones.
La experimentación de la energía. La energía está presente siempre en todo
movimiento, nunca puede separarse de él. La energía con la que se realiza un
movimiento tiene que ver con la acción que se desea llevar a cabo.
El flujo. Esta instancia organizadora del movimiento se refiere a su progresión, su
continuidad, o bien a su control. El flujo libre produce una sensación de continuidad del
movimiento, de que una acción se liga a la otra y que no hay impedimentos para que la
energía fluya por todo el cuerpo. En cambio el flujo contenido, controlado, cortado,
restringido, genera la sensación de que los movimientos serán interrumpidos con
facilidad; la energía del cuerpo encuentra obstáculos, baches, cortes que impiden su
libre circulación.
2. Posibilidades expresivas del cuerpo, a partir de la exploración con estímulos externos
El movimiento expresivo nos permite hacer visibles nuestras ideas y sentimientos para
comunicarlos a los demás. Para lograr la expresión hacemos uso de las flexiones,
extensiones, rotaciones y trayectorias circulares. Imprimimos distintas calidades de
movimiento al movilizar los factores de tiempo, espacio, energía y flujo.
En ocasiones son los estímulos externos los que nos ayudan a producir un movimiento
dotado de un sentido específico. Los sonidos, las sensaciones táctiles y las imágenes son
estímulos poderosísimos de la sensibilidad y la imaginación. Con mucha frecuencia los
coreógrafos centran la producción de alguna de sus obras en los estímulos que les
provocan algunas músicas o algunas imágenes, pinturas, fotografías o paisajes.
2.1 Exploración de movimientos libres y espontáneos a partir de estímulos sonoros
a) Sonoros
El sonido tiene importantes efectos sobre nuestro cuerpo, las vibraciones que producen
las ondas sonoras lo penetran y hacen sensible toda su superficie. La fuerza del sonido
“llega a retorcer las vísceras y crispar los músculos”, y en múltiples ocasiones del
impacto de las cualidades sonoras en el cuerpo emerge el movimiento (Châtelet, cfr.
Deleuze, 1989).
La respiración puede ayudar a relajar los músculos o bien podemos elevar nuestra
temperatura y ritmo cardíaco si sostenemos una respiración continua rápida.
b) Táctiles
El tacto se extiende a toda la piel, es decir, a todo nuestro cuerpo. Gracias al tacto
apreciamos las sensaciones externas como el calor, el frío las texturas de los objetos,
pero también percibimos algunas sensaciones que provienen del interior como las
tensiones de nuestros músculos, el cosquilleo de las piernas cuando se “duermen”, etc.
El tacto nos permite diferenciar las sensaciones agradables (una caricia, la brisa fresca,
una cálida lluvia, etcétera) de las desagradables, las que nos pueden causar dolor (fuego,
toques eléctricos, etcétera) La sensibilidad del tacto nos permite identificar objetos,
texturas y temperaturas, aún con los ojos cerrados.
c) Visuales
Las imágenes tienen un gran poder para detonar emociones y sentimientos. Ante ellas
se puede llorar, reír, sentir miedo, gozo, rechazo; y debido a ello, besarlas, romperlas,
adorarlas, sorprenderse, sobrecogerse o quedar paralizado.
Más que en cualquier otro momento histórico, la época moderna nos ha sometido a un
bombardeo de imágenes, sobre todo en las ciudades: propaganda, publicidad,
informaciones, señales de tráfico, paneles luminosos, fachadas de los grandes centros
comerciales, carteles, etcétera.
3. El cuerpo y su relación con la cultura
Cada grupo humano ha encontrado formas diversas de realizar esas actividades, que los
diferencian del resto de los grupos. Estas formas de hacer expresan los valores de la
comunidad, y constituyen prácticas que se norman y transmiten de generación en
generación.
3.1 Interpretación grupal de los sentimientos y pensamientos expresados corporalmente
• Elección de las acciones que mejor traducen la idea,
• Uso adecuado de las calidades de movimiento (energía, tiempo, espacio y flujo),
• Claridad en la intención corporal (realización de los movimientos sin dudas, ni
titubeos), dirección de la mirada,
• Uso oportuno de gestos que apoyan la interpretación del movimiento.
3.2 Reconocimiento de la imagen corporal
¿Has pensado en la imagen que tienes de ti mismo?, ¿en lo que te gusta y no te gusta
de tu cuerpo? La imagen que tenemos de nosotros mismos va cambiando a lo largo de
nuestra vida debido, por un lado, a las experiencias con el propio cuerpo y, por otro a la
importancia que le damos a las opiniones de los otros.
3.3 Expresión del cuerpo y cultura
Un antropólogo francés descubrió que las culturas se diferencian unas de otras por sus
hábitos de movimiento. Según él, el cuerpo es “el primer y más natural objeto técnico”.
Pensaba que cada cultura hace un uso peculiar y tradicional de ese instrumento técnico,
por lo que creó el término de “técnica del cuerpo” para referirse a aquellos “actos
tradicionales y eficaces”, que son transmitidos culturalmente, con frecuencia por
imitación, es decir, cuerpo a cuerpo, e identifican a la vez que diferencian a los grupos
sociales (Mauss, 1979). Estas técnicas del cuerpo son múltiples e incluyen formas de
comer, dormir, jugar, caminar, beber, hacer deporte, etcétera, pero además se
transforman continuamente, en la medida en que las sociedades lo hacen.
La antropología (ciencia que estudia los aspectos físicos del ser humano y las
manifestaciones socioculturales de las comunidades que formas), propuso una
clasificación de esta distancia y distinguió cuatro tipos de distancia: íntima, personal,
social y pública.

Elementos de la danza

1. Preparación y alineación corporal


El cuerpo es el medio que comunica nuestro interior con nuestro exterior, pues en él se
muestran las huellas de lo que hemos vivido, de lo que somos, por lo que no podemos
reducir su conocimiento al simple funcionamiento anatómico y fisiológico. Sin embargo,
es muy importante que tengamos en cuenta algunos cuidados mínimos para evitar
dañarlo, hacer un uso inapropiado o abusivo de él.
1.1 Elementos que favorecen la preparación muscular
El calentamiento es la primera fase en toda clase de danza y cualquier actividad física.
Los propósitos del calentamiento son:
• preparar el cuerpo y la mente para la actividad, pues relaja el cuerpo de las tensiones
diarias y concentra la atención en el trabajo corporal;
• elevar la temperatura corporal y el ritmo cardiaco;
• incrementar gradualmente la circulación de la sangre;
• optimizar la transmisión de los impulsos nerviosos;
• aumentar la flexibilidad y fuerza de los músculos;
• lubricar las articulaciones para ampliar su rango de movilidad, y prevenir lastimaduras.
Estos propósitos se logran mediante la realización de un conjunto de ejercicios en los
que utilizaremos las siguientes acciones básicas: flexionar, extender, rotar, desplazarse,
cambiar de dirección, equilibrarse, caer, cambiar de soporte y saltar. Estas acciones
pueden enriquecerse si se usan diferentes dinámicas, como cambios en la energía
corporal (peso y fuerza) y cambios de tempo (variaciones en la velocidad del
movimiento).

1.2 Utilización de ejes verticales y horizontales en la alineación del cuerpo

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