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Rabia canina

¿Qué es?
La rabia es considerada como una de las zoonosis más
importantes en el mundo. La rabia canina es una enfermedad
contagiosa que no solamente afecta a los perros, sino que
también puede transmitirse a cualquier otro animal de sangre caliente, incluyendo a los humanos.
Causa
La causa es el virus de la familia Rhabdoviridae, lyssavirus.
¿Como se transmite?
La rabia se transmite mediante la saliva de los animales infectados. La infección se produce
principalmente vía las heridas por mordedura, o por entrada de saliva infectada en las heridas abiertas
o en la membrana mucósica, tal como la de la boca, la cavidad nasal o los ojos, pero la forma más
común de contagio es por mordidas, dado que esta enfermedad produce estados de agresividad en
los pacientes.
Los grupos ocupacionales regularmente en contacto con los animales, por
ejemplo, los veterinarios, oficiales de control pecuario y guardabosques, deben
obtener protección mediante la vacunación previa a la exposición. El personal
de los mataderos, en particular en las zonas endémicas, debe tomar medidas
para prevenir la infección por la saliva, la glándula salival y el tejido nervioso de los animales infectados.
La infección no se transmite por consumo de carne de un animal rabioso.
Síntomas
El período de incubación es entre 3 a 8 semanas, dependiendo de la especie. Conlleva 3 diferentes
etapas, con sus distintos síntomas:
Primera fase: durante esta etapa el comportamiento del perro cambia, pasa de dócil a agresivo
o viceversa, según sea el caso. Comúnmente puede que presente una fiebre, tenga una
conducta nerviosa, ansiosa o asustadiza.
Segunda fase: en este período se presentan los síntomas más característicos, los perros
tienden a morder todo, se tornan irritables, hiperactivos y muy agresivos. Inclusive en algunos
casos pueden llegar a tener problemas para orientarse y convulsionar.
Tercera fase: ésta es la fase final, donde el perro sufre parálisis en los músculos, causando
que se trague su propia saliva y sufra una insuficiencia respiratoria.
También puede dividirse en:
1) Rabia furiosa
Los animales pueden estar ansiosos, altamente excitables y/o agresivos con periodos intermitentes de
depresión. Al perder la cautela y temor naturales de otros animales y de los humanos, los animales
con esta forma de rabia pueden mostrar súbitos cambios del comportamiento y atacar sin provocación.
A medida que progresa la enfermedad, son comunes la debilidad muscular, la pérdida de coordinación
y las convulsiones. La parálisis progresiva conduce a la muerte.
2) Rabia muda o paralítica
Los animales con esta forma de rabia pueden mostrarse
deprimidos o inusualmente dóciles. A menudo sufrirán de
parálisis, generalmente de la cara, garganta y cuello, lo que se
manifiesta por expresiones faciales anormales, babeo e
incapacidad para tragar. La parálisis puede afectar al cuerpo, en
primer lugar, a las patas traseras y después se extiende
rápidamente a todo el cuerpo con coma y muerte subsecuentes.
Signos clínicos en humanos
En los humanos, los primeros signos pueden incluir fiebre o dolor
de cabeza. A medida que progresa la enfermedad, pueden
presentarse otros síntomas como confusión, depresión, somnolencia, agitación o parálisis de la cara,
la garganta y el cuello. La parálisis progresiva suele conducir a la muerte.
Prevención
1. Mantén las vacunas de tu perro al día.
En cachorros, la primera vacuna contra la rabia debe ser a las 12 semanas de
vida. En perros adultos, debes repetirla una vez al año. Es importante que
guardes los certificados de vacunación y los mantengas siempre a mano.
2. Evita el contacto con animales desconocidos
No dejes que tu perro salga solo a la calle y, cuando lo pasees, hazlo siempre con correa. Si ves algún
animal que actúa de forma extraña o agresiva, mantenlo alejado de tu perro.
3. Si tu perro es mordido…
Llévalo inmediatamente al veterinario y, si puedes, lava sus heridas con jabón. Si el animal agresor
tiene dueño, pide su certificado de vacunación.
4. ¡Cuidado con los murciélagos!
En algunos países son las principales fuentes de contagio. Si viven cerca de tu casa, evita que tu perro
entre en contacto con ellos.
Control
 Vigilancia y notificación de casos sospechosos de rabia en los animales
 Programas de vacunación de los animales domésticos
 Investigación de la dinámica, vacunas y mecanismos eficaces de administración para
poblaciones específicas
 Programas de control de la rabia en los animales salvajes, vacunación incluida
(captura/vacunación/liberación o suministro de vacunas orales)
 Programas de control poblacional y de vacunación de las poblaciones de animales vagabundos.

Tratamiento
Aun no existe una cura ni tratamiento para el virus de la rabia, por esto, la prevención es muy
importante.

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