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LA CAJITA DE LA ABUELA

FICHA

Antonino Soler
 Lectura y análisis de un Cuento
 VALORES A LOS QUE HACE REFENCIA:

o AMISTAD
o ESFUERZO
o COMPAÑERISMO Y EMPATÍA
o RESPETO HACIA LAS PERSONAS Y HACIA LAS
COSAS
o CONFIANZA EN LOS DEMÁS
o SOLIDARIDAD
o ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO
o IGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES

Edad: 11 años (6º Primaria)


 ÁREA DE CONOCIMIENTO: Tutoría
 DURACIÓN / TEMPORALIZACIÓN: Lectura en casa del cuento y 2 horas de
trabajo en aula
 MATERIALES Y RECURSOS NECESARIOS: Texto del cuento, guión de
preguntas, pizarra, cuaderno de trabajo…
 SINOPSIS: Gorka y Naia, dos amigos de 10 años de edad, descubren en el
desván de la casa de Gorka una misteriosa caja, al parecer propiedad de la
abuela del niño, ya fallecida. Para abrirla es preciso manipular una figura
geométrica que aparece en la tapa, un Tangram chino. Tras diferentes pesquisas,
Naia consigue dar con la clave. De manera tangencial aparece el modo de pensar
de los niños y su relación con las familias respectivas. Hay un intento de entrar en
los valores, sentimientos y recuerdos de la abuela y de pensar en cuáles serán
los de sus futuros descendientes. También se alude al valor que las cosas –
incluso las aparentemente sencillas- pueden tener en función de su relación con
las personas queridas.
 REFERENTE TEÓRICO: Los valores de la amistad y la confianza en los demás,
mediados por la empatía, son fuente de trabajo compartido, de conocimiento
persona y mutuo. También propician la colaboración y la generosidad, la ayuda a
los demás y la proactividad al afrontar las dificultades.

 DESARROLLO: El educador o educadora abordará con los alumnos el tema de


la amistad, la empatía, la confianza y la colaboración, mediante un comentario y
algunas preguntas (Comprensión, valoración, aplicación),

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 Se buscará finalmente alguna aplicación a las tareas y actividades del aula, y de
la familia.

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LA CAJITA DE LA ABUELA

ACTIVIDAD

Antonino Soler Huguet

VALORES IMPLICADOS:

AMISTAD, ESFUERZO, COMPAÑERISMO, RESPETO A PERSONAS Y


COSAS, SOLIDARIDAD, ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO, COEDUCACIÓN

Edad: 10-11 años (5º - 6º Primaria)

Gorka es un chico muy majete, tiene 10 años y se lleva muy bien con Naia. Son muy
diferentes, él es deportista, le gusta todo. El fútbol, el balonman , el baloncesto… No hay día
que no llegue a casa con una herida o una pierna magullada, bien por una entrada
excesivamente fuerte, o simplemente por hacer el bruto. Su madre le dice constantemente
.- Eres un salvaje algún día te vas a matar.
El abuelo le defiende diciendo que todos hemos sido niños… Pero en realidad ya no
se acuerda demasiado de cómo era eso. Recuerda vagamente que Ana su madre, también
era muy movida, y que solía traer la ropa hecha polvo, sobre todo los zapatos por saltar a la
comba, y los zapatos eran caros, tenía que trabajar mucho para pagarlos… “No le riñas al
chico”, termina siempre, y una gran sonrisa decora esa cara llena de arrugas, arrugas
buenas, arrugas de reír.
Gorka ha descubierto la llave del ático. Siempre le ha fascinado esa puerta cerrada,
con una gran cerradura. Tan diferente de las demás de la casa. ¿Qué habrá allí?
A Naia le gusta leer. Siempre lleva un ebook con un montón de libros dentro. Gorka le
suele tomar el pelo diciéndole que siempre lee el mismo libro. Pero no es cierto, Naia lee
mucho, pero lo hace para hacerle rabiar un poco. Es un poquillo presumida, y aparte de leer
le gusta fardar de ello. Viven juntos muchas aventuras, algunas reales, otras inventadas o
medio inventadas; ella tiene mucha imaginación y los libros le proporcionan lugares, lugares
mágicos en que jugar los dos.
Gorka le ha comentado lo del ático, y le enseña la gran llave.
.- ¿No la echará de menos tu madre?
.-No creo, nunca suben allí. Podemos subir el sábado. El sábado estaremos solos en
casa.
Aún faltaban tres días, y qué largos se hicieron…Parecía que no iban a pasar nunca.
Cuando esperas algo con ganas, los minutos se ponen a jugar con los segundos y las
horas se esconden detrás del reloj.
Entre ellos hablaban de los tesoros que podrían encontrar,
.-Quizás haya dragones…o dinosaurios

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.- Dragones no creo. No existen…
.-Bueno, están los de Kommodo
.-Pero no son dragones de verdad, no escupen fuego ni vuelan ni nada.
¿Te imaginas que encontremos un dinosaurio? ¡Nos haríamos famosos!
.-Pero un dinosaurio se moriría de hambre.
.-Podría comer ratones...
.- Entonces tendría que ser un tiranosaurio pequeñito…Y se imaginaban al
protagonista de Parque jurásico corriendo detrás de los ratones, aunque saben que todo ello
no es real sino fruto de su imaginación. Les gustaba sumergirse en un mundo de fantasía y
además hacía poco habían estado con sus compañeros de clase y sus profesores
recorriendo la ruta de los Dinosaurios.
.- Es más fácil que haya un cofre lleno de monedas de oro, dijo Gorka.
.-Si, eso es mucho más probable. Seguro que tu abuelo fue pirata…
.- Me parece que no, creo que trabajó en RENFE. .-Respondió Gorka algo dudoso.
.-Tampoco estaría mal un tren eléctrico.
Pasaron los días, y Gorka había conseguido unas cuantas tiritas más en las piernas,
que le tiraban al andar. Naia estaba realmente ansiosa, había imaginado tantas cosas…
Tantos tesoros, tantas cosas mágicas que pudiesen transportarlos a otros mundos.
El viernes habían ido a casa de la abuela de Naia, solían ir juntos. A Gorka le llamaba
“mi nieto postizo”... y siempre les hacía galletas, o les daba alguna paguilla. Solían compartir
las pagas, entre ellos y con los demás amigos de la pandilla. Estaba generosa y les había
dado 10 euros.
Les venía de miedo. Podrían comprar una linterna y algo que les pudiese ser útil.
Fueron a los chinos y encontraron una linterna de dos euros y un paraguas de cinco,
que pensaron les podría valer para defenderse si les salía “algún ser extraño”, y el resto del
dinero pensaron guardarlo para compartirlo con sus otros amigos.
Subieron en silencio, mucho más del que solían guardar en clase.
.-Puedes hablar en voz alta, no hay nadie en casa.
Metió la enorme llave en la gigantesca cerradura. Y la hizo girar. Bueno en realidad lo
intentó. Aquello no se movía ni haciendo toda la fuerza del mundo.
.-Déjame a mi , no has desayunado bastante , -dijo Naia con una maravillosa sonrisa.
Tampoco pudo abrir..
Introdujeron la linterna por el ojo de la llave, y entonces si comenzó a girar, pero la
linterna se abolló algo por el esfuerzo.
La puerta estaba abierta. Sólo hacía falta empujarla.
.-¡Venga, los dos a la vez!
Un chirrido heló la sangre de los dos. Gorka se hizo el valiente, y dijo: .- No te
preocupes, la bisagra está oxidada.
Encendieron la linterna, no hacía falta ya que una grieta en la ventana de madera daba
la suficiente luz para que todo tuviese un aspecto extraño. Gorga cogió el paraguas con
firmeza. Y entraron.
El sol, por la grieta de luz permitía al polvo jugar a ser planetas.
.- ¡Cuánto polvo…!

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Había un olor raro, seco… Posiblemente olor a dinosaurio –pensaron ellos en su
mundo imaginario-.
A Naia le recordó la biblioteca de su abuela, los libros olían parecido.
Unos marcos sin cuadros se apoyaban en la pared. Algún viejo mueble, roto o
envejecido. Ropas en cajas llenas de polvo, y telarañas..Todo el techo era casi una
gigantesca telaraña, tan tupida que parecía de algodón. Naia dijo: .- Debiéramos haber
traído refuerzos, podíamos haberles dicho a Ramón y a Enrique.
Sí, dijo Gorka, en la duda de si retroceder por ayuda o no. Pero ya que estamos…
Además el tiranosaurio ha debido de salir.
Había también un baúl… Lleno de ropas y cosas raras. Algunas eran irreconocibles.
Vieron un paraguas, pero nada que ver con el que llevaban. Tenía una cabeza de perro.
Naia preguntó: - ¿Puedo quedármelo?
Gorka le hubiese dicho que sí, pero no era suyo….En cierta forma si lo era, nadie lo
usaba y era su casa. Al menos una parte… Vale puedes quedarte la cabeza.
Había aparatos con manivelas que nadie podía saber para que servían…al menos
nadie en aquel cuarto -jeje.
Encontraron una caja, una caja preciosa. De madera brillante y con dibujos. La tapa
eran piezas que se deslizaban unas sobre otras. Había dos triángulos grandes, dos
pequeños y uno mediano, también un paralelepípedo y un cuadrado. Se podían mover en el
plano en todas las direcciones. Era evidentemente una caja mágica.
Gorka había oído hablar de ella. Una vez escuchó a su madre decir al abuelo: ¿Te
acuerdas de la caja de mamá? ¿Dónde estará? Nunca conseguí abrirla…
El abuelo contestó: -No sé , supongo que por ahí o igual se perdió. Lastima, era muy
bonita. Sólo ella conocía el secreto.
Había más cosas interesantes, algún libro viejo que a Naia le hubiese gustado
ojear…Pero oyeron un ruido por el fondo y ambos pensaron que habían despertado al
tiranosaurio o a algo peor.
Cogieron la caja y salieron del desván. Procuraron que todo quedase como lo habían
encontrado. Sólo las huellas en el polvo delataban su visita…
Aquella noche Gorka durmió con la caja debajo de la almohada. Incluso se dio un
coscorrón con una esquina de la caja. Medio en sueños pensó: “¡vale, otra tirita!” Se dio la
vuelta y se durmió de nuevo.
Fue un sueño raro, estaba con Naia en un barco, Naia era la capitana, iba vestida de
pirata. Llevaba un parche en el ojo, y le sonreía. Él era el grumete, y subía por las escaleras
de cuerda hasta el palo mayor. No tenía miedo… bueno, un poco. Subía y subía hasta el
puesto del vigía. Una cesta en que apenas cabía, y que se movía de un lado a otro, le
recordaba el baúl del desván. Acababa de divisar tierra, a lo lejos, cuando el reflejo del mar
le dio en los ojos…Era el sol que entraba por la ventana y le despertó.
Se frotó los ojos con el puño, para acabar de despertarse, y dudó si hacerse el
perezoso, y arrebujarse en la sábana o saltar de la cama.
Era domingo y había quedado con el resto de la panda para ver cómo podrían abrir la
caja. Bostezó ruidosamente y bajó a desayunar.
Su madre había preparado churros, y su padre había traído cruasanes todavía
calentitos. Repartió buenos días a todo el mundo, algún que otro beso, y se lanzó sobre la
taza de chocolate… Tenía un hambre de lobo, recordó el sueño y pensó…Es hambre de
lobo de mar.

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Habían quedado en el patio del colegio. No estaba seguro de que fuese el mejor sitio
para llevar una caja tan bonita, pero luego podrían jugar entre ellos al fútbol, si había alguna
portería disponible. Seguro que sí, el domingo no solía ir al colegio demasiada gente ni para
jugar.
Pasó por casa de Naia, vivían cerca. Era su mejor amiga, y la más antigua. Habían
jugado juntos desde siempre, su madre decía que con dos años ya reñían entre ellos.
Las madres eran amigas, y en cierta forma la conocía desde siempre.
-¿Has traído la caja? Le preguntó a modo de saludo.
.- Si claro. Aquí está, y se la pasó a Naia.
Mientras andaban ella iba moviendo las piezas, acercándola a la oreja por si oía algún
click, o aparecía un botón o algo que pulsar para abrirla.
Nada…
Conmigo no va a poder pensó…y continuó intentándolo todo el camino hacia el patio
del cole.
Ramón y Enrique estaban en una portería jugando a lanzar penaltis. Solían jugar muy
a menudo, uno lanzaba 12 penaltis al otro y luego al revés.
Buena parte de las tiritas que había utilizado Gorka en su vida procedían de este
juego. Era fácil hacerse algún rasguño cuando jugabas de portero, y hacías una gran
parada. Por lo menos en el cole había algo que se parecía a hierba. Cuando jugaban en el
solar, el suelo no era tan blandito.
Hola…
-¿Qué llevas, Naia? -Preguntó Enrique-. -Una caja… -¿Y tiene algo?. Naia la agitó y
se oyó algo sólido que golpeaba los lados.
-Es bonita, -concedió-.
-Es muy bonita, dijo Naia orgullosa, que al haberla encontrado se sentía algo
propietaria.
Es una caja secreta -explicó muy seria-, mira.. en la tapa tiene piezas de madera que
se deslizan. Es la cerradura, tienes que ponerlas de una forma para que se abra.
Lo más fácil es abrirla con una piedra… Dijo Ramón, Ramón es el mas bruto. Todo lo
arregla con un martillo, hasta una vez se había cargado el televisor porque no se veía bien, y
le dio “un golpecito”.
-¡Ni hablar! -gritaron a la vez Gorka y Naia-, -¡es la caja de mi abuela!.
Naia se sorprendió al equivocarse y decir que era la caja de su abuela, bueno supongo
que también es mi abuela “postiza”.
-Trae, -dijo Enrique-, y comenzó a mover las piezas de un lado a otro. Cuando Enrique
pensaba sacaba la lengua y se la mordía, y ponía cara de hacer mucho esfuerzo.
Los demás miraban divertidos, viendo como se volvía completamente loco, probando
posiciones y sin conseguir nada.
Lo intentaron por turnos, incluso Ramón, vigilado por Naia que no le quitaba ojo de
encima.
Al final se aburrieron y jugaron a los penaltis dos contra dos. A Naia no le gustaba
hacer de portera, pero sí le encantaba tirar penaltis, y los mandaba por la escuadra, no tenia
demasiada fuerza pero si una puntería increíble.

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Al final, Naia y Gorka ganaron por poco… Hasta el último lanzamiento no estaba claro
quien iba a ganar. Además Ramón y Enrique siempre decían: ”2 de 3, 3 de 5…” al final
jugaron 20 tandas y ganaron sólo 11. Gorka es muy bueno jugando de portero.
Tienes un raspón le dijo Naia… En realidad se había hecho algo de sangre, ¡bah! no es
nada -dijo él orgulloso- y pensó eso no es nada para un pirata. Una tirita y de nuevo al
abordaje.
Cuando llegaron a casa de Naia le preguntó.. -¿Me dejas la caja hasta la tarde?
Te prometo que si adivino como se abre no lo haré hasta que estés tú.
-Bueno, vale. A fin de cuentas él se había aburrido de la caja. Sólo quería seguir
imaginando el sueño del barco, subiendo por las jarcias, y paseando por los palos… Había
oído una vez hablar del palo de mesana, no tenía ni idea que era. Pero gritó: “¡Arriad el palo
de mesana!” Sonaba bien… ¿Arriar…? ¿No sería la vela? ¿Se puede arriar un palo? Y qué
más da, se dijo, y continuó su aventura marítima camino de casa.
Naia tardó mucho en subir las escaleras, cuando algo interesa a Naia se mete en ello,
y casi se hace cargo de todo su cerebro. Además quería impresionar a Gorka. Tenía claro
que de los dos ella era la más lista, y le encantaba demostrarlo.
Fue directa a su cuarto. Y comenzó a mover a lo loco las figuras, formando siluetas.
Pero no significaban nada. Una de ellas resultó un cuadrado perfecto. ¡Ya lo tengo! –
Exclamó-. Pero no, la caja continuó sin abrirse. Posiblemente esa no era la figura. ¿Habría
más?
Si continuaba trabajando a lo loco no conseguiría nada. A lo más estropear la caja, por
intentarlo demasiadas veces.
Necesitaba organizarse.. El cuadrado que había conseguido realizar era un buen
punto de partida. Pensemos se dijo. (A menudo Naia se daba buenos consejos).
Cogió una cartulina y recortó un cuadrado del mismo tamaño. Tenía 120 mm. de lado.
Y copió el cuadrado de la caja y le salió algo así.

Pensó que estaría mejor de colores, se mordió la lengua (como Enrique), y comenzó a
colorear, con cuidado tratando de no salirse de las líneas.
Se quedó encantada. Estaba precioso. Recortó con cuidado las líneas y se dijo: tengo
que buscar en Internet. Esto tiene que estar en la wikipedia o en alguna parte. Naia sabía
que todo estaba en alguna parte, lo difícil era encontrarlo.
Fue al Google y probó a buscar con triángulos, cuadrados figuras… Nada, salían un
montón de referencias pero nada que le recordase a lo que había construido. Pensó en
preguntarle a papá. Seguro que lo sabía, pero tendría que explicar el tema de la cajita. Ella
nunca mentía a sus padres, y si preguntaban les tendría que decir lo de la caja. Y era un

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secreto entre Gorka y ella (y la abuela de Gorka pensó, y se sorprendió de haberla incluido).
Mejor intentarlo ella sola.
Probó con cuatro triángulos, un cuadrado… Buscó hasta en la página 3 de búsquedas
(normalmente no pasaba de la primera página), pero nada.
Cuatro triángulos, un cuadrado, un paralelogramo.
Nada, otra vez un montón de referencia pero nada que se pareciera… “Piensa Naia “ -
se dijo-. Tú puedes.
¿Y si fuese un juego? –pensó-, y añadió la palabra juego a la búsqueda.
Apareció una palabra en la tercera referencia: “Tangram”. Que palabra tan rara. En la
descripción ponía que era un juego chino, y la cajita era de laca. Lo sabía porque su madre
tenía una, también herencia familiar, negra con una casa brillante en colores verdosos y
dorados, como de nácar. Es preciosa -se dijo-, siempre le había fascinado, obligando a su
madre cuando era pequeña a ponerla en un lugar alto fuera de su alcance.
Y ahí estaba… Lo que tenía era un Tangram. No podrían hacerse demasiadas cosas
con un Tangram pensó. La caja ya está abierta. Y se hizo la ola ella sola.
Buscó siluetas Tangram, estaba orgullosa de conocer que lo que se formaban eran
siluetas.
Y ahí fue el susto. Aparecían miles de imágenes. Imágenes que habría que resolver
una por una. Podría haber puesto la palabra soluciones, pero pensaba que sería como hacer
trampa. Ellos tenían que resolver las siluetas.
Se pasó toda la tarde y consiguió resolver tres. Cada vez que conseguía hacer una se
ilusionaba, la probaba en la caja, y nada.
Esa caja era imposible. Ya era la hora de dormir. Mañana lo intentaría de nuevo. Pero
podría llevarle toda la vida. Bueno -se dijo-, al menos tendré algo que hacer.
Recortó otros tres Tangrams, uno para cada uno de la panda, y procuró que le
quedasen mejor que el suyo. Naia siempre hacía las cosas perfectas, y en algo que iba a
regalar a sus amigos no se iba a permitir ningún fallo.
Incluso tuvo que repetir uno de ellos. Pero para la hora de cenar ya había acabado.
Les daría a todos un Tangram, ¡que cara iban a poner!. También sacó una impresión
de todas las figuras de Tangram que pudo encontrar por internet e hizo cuatro copias.
Cuando se fue a la cama, estaba agotada, y soñó que el gato de su vecina se
descomponía en triángulos, cuadrados y paralelogramos…De hecho todo se descomponía
en piezas de Tangram, y ella con cuidado iba colocando las piezas en su sitio.
Se levantó contenta pero un poco cansada. Y hoy era lunes. El día más interesante de
la semana.
Recogió los libros, y el chándal . Hoy tenían educación física por la mañana. No cogió
la caja. Llevarla al cole aumentaba el riesgo de que alguien le diese un golpe, o que la
rompiese intentando abrirla.
.-Hola Gorka.
.-¿Sabes como abrir la caja?
.-Creo que si.
.-¿La abrimos ahora, a ver que tiene? Gorka estaba seguro que Naia no la había
abierto, se lo había prometido y siempre cumplía sus promesas.
.-No es tan fácil, le explicó mientras caminaban hacia el cole, es un Tangram. (Y
disfrutó mirando de reojo la cara de Gorka).

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.-¿Un tan qué?
.-Un Tangram , es un juego chino.
Le explicó como lo había descubierto. Naia sonrió al ver la admiración con que Gorka
la miraba.
.-¿Y que figura la abrirá?
.- No lo sé, habrá que probar todas. He hecho un Tangram para cada uno de nosotros
y una copia de las figuras. Tendremos que organizarnos. Nos podemos repartir las siluetas y
trabajar por separado en los recreos y en casa.
.- Has hecho también uno para Ramón.
.-¡Claro! Es también de la pandilla. Pero los dos sabían que a Ramón sólo le gustaba el
deporte y que no dedicaría mucho tiempo. Pero si no le hubiesen incluido se habría
enfadado.
-¡Vale! Tampoco son tantas…-Dijo intentando animarse-.
Llegaron al colegio, jugaron un rato al fútbol por equipos, y luego dieron dos vueltas a
los campos de afuera. Era como denominaban a un gran campo de arcilla vallado en que
realizaban las actividades que necesitaban de más espacio. Había varios campos de fútbol
pequeños, y una cuesta que hacia las veces de pista atlética.
Quedaron agotados, las clases pasaron rápido, eran matemáticas y lengua. A Naia le
gustaban las matemáticas, pensaba que los números lo explicaban todo, y las figuras
geométricas valían hasta para abrir cajas.
Y se distrajo, pensando en figuras , y cómo las piezas iban tomando formas, algunas
de ellas sin sentido , otras formando siluetas rarísimas. Hasta cuando cerraba los ojos las
veía.
Igual debería descansar, pensó, me estoy obsesionando. Le encantaba esa palabreja,
su madre la usaba mucho. Era psicóloga y la usaba a menudo.
Le pillaron un par de veces distraída. No le pusieron un parte pero si le dijeron que no
pensase en las musarañas. Una amiga de la fila de atrás, dijo malévolamente: -seguro que
está pensando en Gorka. Lo dijo bajito pero lo suficientemente alto para que ella pudiese
escucharlo, y su compañera de pupitre se rió.
Al salir se reunieron los cuatro y Naia les dio los Tangram y las explicaciones, Naia le
dejó a Gorka que lo explicara, era el jefe. Aunque todos sabían que mandaba ella. Lo hizo
muy bien, y Naia se divirtió de nuevo viendo las caras de todos cuando les explicó como ella
había descubierto cómo funcionaba la caja. Todos la miraron con sorpresa, sabían que era
lista .¿Pero tanto?
Se puso un poco colorada, pero el trabajo de la tarde anterior molaba.
-Venid luego a casa, dijo, y hacemos las tareas.
Pasaron varios días. Ramón se aburrió enseguida. Hacía como que trabajaba pero en
realidad no lo hacía, no es que fingiera, no. Simplemente no ponía interés. Enrique también
empezó a perder las ganas por saber qué había dentro de la caja. Incluso Gorka lo hubiese
dejado, pero Naia, le impulsaba a seguir.
Además Gorka se picaba muy fácil, y reconocer que se rendía… No, un pirata nunca
se rinde. Si es necesario pelea hasta en lo alto del palo mayor. Ha de defender su barco, y la
caja ahora era su barco y el de Noia.
Noia y Gorka empleaban casi todo su tiempo libre haciendo siluetas de Tangram y
luego probando en la caja. Pero eran tantas, y siempre a la ilusión por probar una figura
nueva, sucedía la decepción de que la caja no se abriese.

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Pero nunca se rendirían, no dirían de ellos que sólo la bisabuela sabía abrirla. También
ese sería su secreto, y la ilusión de compartir un secreto sólo de los dos les hacía trabajar
con nuevas fuerzas.
Un día la madre de Naia le vio haciendo una figura. ¿Te gusta el Tangram?
.- ¿Lo conocías?
.- Si, de pequeña tenía uno, creo que aún lo tengo por ahí. Voy a ver si te lo encuentro.
Al día siguiente le trajo uno de madera, un poco mas grande. Se veía antiguo de
cuando las cosas no se hacían de plástico. Y tenía al lado un libro con cientos de hojas.
.-Es muy bueno. Me lo trajo el abuelo en un viaje que hizo a París.
¿Cómo es que te ha dado por ese juego? Tu eres más de video consolas…le dijo con
una sonrisa de oreja a oreja. Su madre era psicóloga y siempre se preguntaba por qué hacia
las cosas.
Era una pregunta directa, y nunca mentía a su madre.
.-Es un secreto y debes guardarlo. Le contó toda la historia, y la madre sonrió.
.-No necesitamos ayuda -dijo muy convencida-. La madre volvió a sonreir, esta vez con
un puntito de pena y orgullo a la vez.
.-Claro, es vuestro trabajo. Ahora tenéis aún más siluetas, -sonrió un poco cínica-. Pero
igual no lo estáis afrontando bien. Deberíais pensar como la abuela de Gorka. Ella la abrió.
.-Naia sabía que su madre le había ayudado, no sabía cómo. Pero había puesto la cara
que ponía cuando le daba una pista para resolver un problema de matemáticas.
Naia era también un poco psicóloga. Habría que pensar.
Por la tarde le comentó a Gorka: - Igual no estamos pensando bien el problema. (No
quiso usar las mismas palabras de su madre, así podía convencerse de que la idea había
sido algo suya).
-¿Te acuerdas de mi abuela? A veces hizo de canguro mientras jugábamos en el
parque los dos. Naia la recordaba vagamente como una sombra, una sonrisa amable y poco
más.
Debemos pensar como ella.
-¿Qué le gustaba a tu abuela?
.-Le gustaban los regalos.
.-La Navidad
.-Los caramelos…
.- Los conejos, y los animales.
.-Los trenes de juguete, hacer ganchillo. Creo que lo llamaba frivolité o algo asi.
.-Decir el Avemaría y el Padrenuestro en francés…no sabía más de francés, pero le
gustaba presumir de ello.
.- Jeje: Gorka, es igual -pensó Naia-… y sonrió por dentro. A Naia le gusta sonreír por
dentro, sin que se muevan sus labios, tan sólo los ojos la delatan un poco. Pero no mucho.
Probaron un tren, una especie de tapete, un caramelo, un conejo, un perro, un gato,
otro gato. En el libro de su madre había miles de figuras.
Siguieron buscando cosas que le gustasen a la abuela, sabían los dos que iban por
buen camino.
.-Al final Noia se pegó una palmada en la frente, y dijo “Soy tonta”.

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.-Yo soy lo que más le gusta a mi abuela… Mi abuela hubiese puesto una chica.
.-Seguro que tu abuela puso un chico.
Había varias muchas imágenes que podían ser chicos.
.-Le gustaba verme correr, ella usaba un bastón y jugaba a pensar que corría conmigo,
una vez me lo dijo.
.-Encontraron unas cuantas, pero las que más le gustaron fueron las dos siguientes.
.-Parecían correr mejor, más libres, como su abuela.

Quedaron por la tarde en casa de Naia,


.- Naia abrazo a su madre y le dio un sonoro beso. Nos has ayudado mucho. No tenia
secretos con Gorka y al final le había dicho que la idea había sido de su madre. Cuando
tenía un secreto con Gorka, le golpeaba en la cabeza como si tuviese esquinas, y se sentía
mal. Cuando se lo contaba, el secreto perdía sus aristas.
.-La madre sonrió y se fue a la cocina a prepararles una magnífica merienda, si
funcionaba de celebración; si no, para darles fuerzas para volver a intentarlo.
Probaron la primera, y nada.
.-Gorka dijo… Siempre el euro está en el último bolsillo en que buscas.
Probaron la otra figura y clic. Se abrió.
Sólo contenía un papel, un broche (que Noia calificó de preciosíiiiiisiiimo), y un mechón
de pelo. Un pelo intensamente rubio, como el de la princesa de los cuentos.
Se abrazaron, estaban contentos muy contentos.
La carta decía así.
Querido nieto Gorka, si abres la caja sin romperla todo lo que tiene te pertenece. Si la
has abierto rompiéndola, sólo tendrás un papel y una brocha. ¡Ah, y un mechón de pelo que
me regaló mi mejor amigo!. Quería que siempre estuviésemos juntos, y así fue. Era tu
abuelo.
Él no sabe que lo guardé siempre. Si vive aún puedes devolvérselo y que él decida que
hacer con él. Si no, puedes quemarlo mientras piensas en los dos, será bonito.
A estas horas dirás ¿Pero es que no hay nada más? ¿Qué hubiese perdido si la
hubiese abierto por la fuerza?. Eres lo suficientemente listo para saber que hubieses perdido
mucho.

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Esta caja es una cápsula del tiempo. Lo que metáis en ella dentro de unos años será
para quien consiga abrirla. Y pensará en vosotros.
Tú solo no la hubieses abierto, es trabajo para dos. A mí me ayudó tu abuelo. Cada
vez que juegues con el Tangram pensarás en nosotros, y has aprendido también a confiar
en un amigo/a y a trabajar con el/ella. Me atrevería a adivinar que es Naia, pero si no lo es
no importa. Rara vez los amigos duran para siempre.
Si es chica dale el broche a ella, es suyo, si no dáselo a tu madre con un beso.
Si la has roto, no te sientas mal. Hace falta mucha paciencia para abrir esta caja.
En la parte de debajo de la tapa hay otro Tangram, pensad algo que os guste a ambos.
Y poned su silueta, esa será la nueva combinación. Meted en la caja algo que sea
importante para vosotros, que seáis vosotros. Luego olvidaros de ella, hasta que alguien la
encuentre, la abra y piense en vosotros.
…………….
Ambos sintieron ese gozo triste en el corazón que sientes cuando despides a un
amigo, que acabas de ver después de muchos años.
Gorka le entregó el broche a Noia, pero ella lo rechazó.
.-Primero el mechón…
Gorka la entendió, Naia una más vez tenía razón, primero el mechón.
Fueron los dos, Gorka dio un beso con un gran abrazo a su abuelo y le entregó el
mechón. Este se echó a llorar, y le abrazó con todas sus fuerzas, con cierta admiración.¡Has
abierto la caja de la abuela!.
.-Si, la hemos abierto los dos.
-Claro, repitió el abuelo, es un trabajo para dos.
La carta no se la dieron, no sabían por qué pero sabían que para él solo era el pelo.
-No os pongáis tristes, lloro de alegría, a veces la alegría hace llorar. Los dos le
entendieron. Casi les había pasado lo mismo hacía un rato.
.-Gorka le entregó a Noia el broche, era un broche dorado, no importaba mucho si era
de oro o no, las amatistas lo hacían preciossííísiimo y era un regalo de Gorka, eso lo hacía
aún brillar más.
Quedaba ahora lo más difícil. Qué meter en la cápsula del tiempo y qué figura elegir
para la pareja que les sucediese en la búsqueda.
¿Cómo serán? Preguntó Naia. .- Supongo que como nosotros, igual tienen patinetes
que floten, o bicicletas submarinas, pero serán como nosotros. Si no, la caja no se abrirá,
dijo con seguridad.
Se quedaron los dos pensando un rato. Se veían ellos mismos, vestidos de trajes
brillantes como de aluminio y con teléfonos móviles en forma de sombrero.
Ella incorporó el broche a la imagen de la chica, quería que para quien abriese la caja
fuese algo suyo.
Como clave eligieron la montaña, a los dos les gustaba ir en vacaciones, e irían con
sus familias siempre a hacer trekking. Tampoco era cuestión de ponérselo muy difícil a sus
sucesores. Ni demasiado fácil, parte del regalo era el esfuerzo para abrirla.
Dentro Gorka metió una colección de cromos, iba a poner su nintendo pero pensó que
se le acabarían las pilas, además en el futuro habría juegos tridimensionales.

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Metió una medalla que le habían dado por ser segundo en una carrera de atletismo. Y
un juego de cromos de futbolistas y algunas figuritas de Mac Donalds.
Naia metió la cabeza de perro del paraguas, era un regalo de Gorka y además era
preciosiiisima, y recordando las lágrimas de alegría del abuelo, se cortó un enorme mechón
de pelo.
-Ahí va Noia…Te la vas a cargar, menudo trasquilón. -No importa -dijo ella- .
Escribieron una carta, pero lo que pusieron es secreto. No es para nosotros, sino para
los que consigan abrir la caja en el futuro.
Cuando su madre vio el trasquilón, fingió no darse cuenta, se horrorizó un poco, no
preguntó nada, y adivinó mucho…
Al día siguiente fueron a la peluquería y tampoco era la cosa para tanto. Después, casi
no se notaba. Sólo Gorka podía verlo..
No dijeron nada a la panda. Al cabo de unos meses jugando al fútbol Enrique recordó
la caja y les preguntó. ¿Conseguisteis al final abrir la caja?
.-Si, claro -contestó Naia orgullosa- .
-¿Y que había?
.-Una carta, un trozo de pelo y un broche de chica.
.- Nada interesante. -Dijo Enrique-, ¡Tanto trabajo para nada!.
.- Naia y Gorka se miraron y se sonrieron.

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Preguntas (incompleto)

¿Crees que Gorka y Naia son buenos amigos?


¿Qué piensas tú que es ser buen amigo?
¿Quiénes son tus amigos?
¿Es Gorka un chico tranquilo?
¿Qué le gusta hacer?
¿Por qué riñe la madre a Gorka?
¿Por qué le defiende el abuelo?
¿Tuvo que trabajar mucho el abuelo, para que la madre de Gorka tuviese lo
necesario?
¿Comparten la paga Gorka y Naia?
¿Alguna vez has compartido la paga? ¿Por qué? ¿O Por qué no?
¿A Noia le riñe alguien?
¿Tienes un desván o un sótano?
¿Has visto alguna vez uno?
¿Piensas que puede haber tesoros, o cosas extraordinarias?
¿Cómo te gustaría que fuese tu mejor amigo, como Naia o como Gorka?
¿Hay alguna palabra que no entiendas en el cuento?
¿Cómo lo dirías tú?
¿Cómo huelen los libros viejos? ¿Has olido alguna vez alguno?
¿Te ponen tiritas muy a menudo?
¿Cómo prefieres arrancártelas, poco a poco o de un tirón?

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