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Democracia con garantías. ¿Una mano invisible haciendo un boicot?

El reloj corre a toda prisa en esta época electoral y a cada segundo salen a la luz
nuevas problemáticas y escándalos que hacen analizar la situación política en
Colombia.

El estallido provocado por parte de la Fuerza Alternativa Revolucionaria FARC el


dia 8 de febrero, al anunciar la suspensión de su campaña electoral tras las
amenazas, abucheos y demás formas de violencia recibidos en los días de campaña
en la plaza pública, ha provocado un sinfín de comentarios tanto de otros partidos
políticos y aspirantes a la presidencia como de gente del común.

Comentarios como el dado por el ex vicepresidente German Vargas Lleras al afirmar


que “Si pensaban que los iban a recibir con los brazos abiertas todas las victimas
que dejaron en este país, se equivocaron, bien harían en protegerse, cuidarse y no
seguirse exponiendo” no solo reitera los altos niveles de intolerancia política que
llevan sumergiendo al país desde prácticamente toda su historia, y que lo han
anclado a años y años de violencia, también refuerzan la sospecha de si en realidad
hay alguien beneficiándose de estos actos bélicos.

Las Farc quieren volver al juego político, pero esta vez por la vía democrática, más
sin embargo no han podido hacerlo, ya que las condiciones impuestas por la
institucionalidad colombiana no lo han permitido. Primero con la respuesta a los
actos violentos presenciados contra ellos; segundo con la seguridad democrática,
cuestionada con el asesinato de Jesús Orlando Grueso, líder social en Guapi
(Cauca) a supuestas manos del ELN el pasado 10 de febrero y a lo que el Comando
Central de dicha ciudad no ha dado respuesta alguna; y por último, pero no menos
preocupante, el incumplimiento en el anticipo que se entrega a todos los partidos
políticos para su funcionamiento, dinero que consiguieron después de un largo
tiempo de trámites y que a menos de treinta días para terminar la campaña electoral,
no han recibido.
Y como si no fuese poco, al panorama electoral de las Farc llega un nuevo
escándalo. después de que las autoridades dieran a conocer que varios de los
mercados Supercundi, eran financiados y manejados por Testaferros de las Farc en
su época delictiva, empiezan a ser saqueados en distintas partes del país, se inician
investigaciones por lavado de dinero proveniente de la desmovilizada guerrilla y
requieren militarización por los disturbios que se causaron.

¿Es acaso una casualidad que el asesinato de Grueso, las agresiones a líderes de
las Farc en la campaña pública, la falta de recursos para el partido, las
investigaciones a los supermercados Supercundi y los actos vandálicos a los
mismos, se estén dando al mismo tiempo? Porque a cada paso que se dá cerca a
las elecciones presidenciales 2018, más parece salir a la luz un complot que no
favorece la situación política del país, ni la correcta aplicación del tratado de paz. La
pregunta que queda es ¿Quién puede favorecerse de los dramas de la izquierda y
los incumplimientos del tratado?

Por: Laura Valentina Méndez Santamaría @Lvalemuse

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