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Cambios que podrían hacer la diferencia

Son las 6:35 de la mañana, un día frío; amanece un poco gris. Me dispuse a entrar a el
colegio para ver cómo era el ingreso de los estudiantes a la jornada. Casi todos pasaban por
mi lado con sus auriculares puestos y sus celulares en mano donde veían los videos de las
canciones musicales o simplemente estaban desplazando hacia abajo en la página principal
de la red social de su preferencia.

Es claro que muchos de los estudiantes continúan llevando los teléfonos al colegio. Sin
importar que la advertencia era que no podían entrar con ellos y que era preferible que los
dejaran en sus casas, aunque está medida no intenta hacer ver el uso del celular como no
apto para su desarrollo trata de crear un ambiente de disciplina.

Siendo viernes pude notar que las caras de estas personas ya no estaban tan apagadas por
tener que madrugar, eran un poco más cálidas al saber que al día siguiente tendrían toda
una semana para descansar o para reflexionar según como cada uno de ellos desarrollara
esa a la que se llama la semana mayor.

En el salón de 11°c algunos de los estudiantes que llegaban antes de tiempo se acuestan a
dormir unos minutos mientras suenan los tres timbres que indican el inicio del día escolar.
Me senté junto a dos de ellos a hablar sobre las clases y cuál había sido su reacción frente a
la medida de prohibir de manera definitiva el celular dentro de la institución.

Jerónimo un joven alto, de tez blanca y cabello negro de 17 años mencionó que le parecía
una medida demasiado extrema, teniendo en cuenta que los teléfonos se habían convertido
en el único medio para comunicarse en el tiempo que permanecían fuera de casa y que para
él por ejemplo siendo un deportista de alto rendimiento en preparación le era demasiado
difícil estar pendiente de en qué momento lo necesitaban, bien sea para una práctica o una
reunión del equipo. Pues ya no podía contestar en ningún momento las llamadas con la
excusa de que la medida debía ser aplicada a todos por igual aun teniendo permitido
hacerlo por parte de los directivos del colegio.

Por otro lado, la estudiante María Paulina una niña de cabello negro y lacio, con la piel
morena y de 16 años que estaba a su lado expresó que a ella la tenía sin cuidado puesto que
no era la más aficionada a las redes sociales y era muy poco lo que estaba en línea.
A las 7 en punto comienzan, después de las campanas todos listos en sus puestos y de pie
para entonar el himno del colegio, el himno de Colombia y el de Antioquia. Luego
continúan con una oración en inglés ya que últimamente se ha estado fomentando en los
estudiantes el uso continuo de una segunda lengua por eso todos a la par recitan el padre
nuestro.

La primera de las clases es política con el profesor Santiago un hombre de


aproximadamente 27 años, de gran altura, con un cabello castaño medianamente largo y de
tez trigueña. De él sus estudiantes me contaron que es bastante aficionado a todos los temas
de política, que le gustan los debates y que a quienes les está dictando clase opinen
ampliamente sobre lo que se está hablando, también que recién llegado al colegio tenía un
cabello largo casi a la mitad de la espalda que recogía con un elástico y que precisamente
por políticas del colegio tuvo que cortárselo, siempre les ha dado una lección de adaptación
pues según él si una persona decide estar en un lugar debe acostumbrarse a las condiciones
que este tiene.

Me han mencionado que es por ahora el único que no está de acuerdo con la medida pues
cree que los jóvenes ya están demasiado grandes para que les estén controlando la forma en
la que deben usar un aparato que les podría estar sirviendo para mejorar el aprendizaje en
clase, que no todas las cosas se deben ver por el lado negativo y que por lo pronto él no
adoptará esas medidas en su clase.

Con la duración de una hora exacta el profesor explica los temas a tratar mientras sus
alumnos lo miran de manera fija y algunos pocos están distraídos en otras cosas, pero
quienes lo observan se nota que la clase les agrada ya que están muy atentos a cualquier
dato que este les brinda y responden con gran facilidad las preguntas que les hace con
respecto al tema.

Por esa razón decide hacer una de esas mismas preguntas y al no reconocer un término les
da la opción de buscar su significado y de poder contextualizarse para responder de manera
acertada. Los alienta a tener en cuenta que es una herramienta la cual brinda la posibilidad
de en una infinidad de páginas poder encontrar diferentes ramas de lo que están buscando y
darle una mirada distinta sin tener que estar cerrados a un solo significado o hasta tener
conocimiento de algo que no se había tenido antes en cuenta.
Casi todos los alumnos hacen caso de esta indicación comenzando a buscar en Google u
otras aplicaciones para obtener la información, aunque aun así hay unos pocos que no se
acostumbran a que este profesor desacate las ordenes de los directivos y prefieren no sacar
sus teléfonos móviles ya que en cualquier momento puede pasar por la puerta del salón o
hasta entrar al mismo el Coordinador del colegio, por eso deciden no hacerlo y para
evitarse alguna sanción o que les sean retenidos hasta el final de la jornada o en el peor de
los casos hasta el final de la semana.

Esta razón los lleva a que se unan con otro compañero que si tenga el móvil afuera o
simplemente desistir de buscar el término que el profesor necesitaba para continuar con el
dialogo en clase. De igual manera, están los pocos estudiantes que sin prestar mucha
atención a la clase prefieren “aprovechar” ese tiempo para revisar las notificaciones que las
redes sociales les generan, responder mensajes distrayéndose del propósito inicial de seguir
usando el teléfono en clase, es ahí cuando me doy cuenta que la medida tal vez no fue una
decisión a la ligera.

A pesar de que el profesor siempre trata de dar a conocer el lado bueno diciendo que se
puede usar como lo estaba haciendo antes para buscar algún significado o para investigar lo
que sea necesario para realizar alguna actividad dentro del aula, podrían llegar a tener razón
en limitar su uso y no nos damos cuenta hasta que lo estamos viendo desde diferentes
perspectivas.

Para finalizar mi recorrido por esta institución decidí permanecer hasta la hora del descanso
que es el lugar donde se reúnen todos los estudiantes de diferentes grados y que a principios
de año como me mencionaban otros profesores únicamente se sentaban a mirar las pantallas
de los celulares, hasta dejaban de comer de la concentración tan impresionante que le
ponían a estos objetos y así se les pasaba generalmente la media hora que es el promedio de
tiempo que dura este receso. Pero ahora con la decisión que tomaron pude observar cómo
ha cambiado la actitud de estos, se les ve correr y hablar más con las personas que tienen
alrededor, comen y sonríen como adolescentes en un ambiente cambiado por lo que creo
que han logrado parte de su objetivo que era fomentar la socialización.

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