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Voy a iniciar contando que tengo 52 años gracias a Dios; soy Carolina Mideros Ibarra,
soy 50% Colombiana y otro 50% Venezolana. Voy a contarles de mi vida en todos sus colores
y matices. Soy la segunda hija mujer nacida un día 24 de enero de 1967. Mis padres Gloria
y Rogelio y cinco hermanos Monik. Isabel, Sergio, Frank y Paolo con ellos mis diez sobrinos
incluidos las mascotas perro Puffy, perra Luna y una gata Amor. Les contare mi historia de
vida y todos los sueños, tristezas, alegrías, anhelos, y estoy haciendo memoria ya son
bastantes años cumplidos.
En el collage de fotos voy a intentar resumir mi proyecto de vida, recuerdo que desde mi
infancia vivir como los gitanos de un país a otro estudie en un colegio llamado Nuestra Señora
del Carmen en Colombia y en este lugar culmine mis estudios de secundaria. Viaje a Caracas
y estudie tecnología de Administración de Empresas. Regreso a Colombia y me enamoro de
un Teniente del Ejército de Colombia y me caso por lo civil una relación que termino por los
famosos cachos. Inicio mi primera experiencia en el Banco Av Villas y me capacitan de
forma integral comercial, operativa y administrativa así llevo cerca de 10 años en el sector
bancario tanto en la banca pública y privada.
Me enamoro nuevamente y me caso con un compañero del banco por la Iglesia como lo
querían las dos familias católicas. Una boda realizada en un pueblito de clima calienta El
Ingenio Sandona Nariño. Esta relación dura diez años y tomamos la decisión de divorciarnos
en hoy en día somos muy buenos amigos.
A la edad de 55 años muere mi amada madre Gloria un situación de dolor muy fuerte
renuncio a mi trabajo para salir a Caracas a reunirme con mi padre y hermanos en Venezuela.
Posteriormente mueren mi abuelita Isabelita y mi querido Tio Edgar. Hace aproximadamente
un mes visite la Casa de Cultura La Pinacoteca de la ciudad de Pasto departamento de Nariño,
y me encontré con lo más cercano a la muerte la Obra “Dar la muerte” del pintor Alejandro
Suarez. La vida inicia en la barriguita de nuestras madres bajo su amor y cuidado crecemos
en nuestros hogares. Continuamos creciendo y pasamos por las etapas de niñez, adolescencia,
madurez y vejez. Es todo un largo camino del que aprendí la importancia de tener definido
un proyecto de vida. A veces nos tomamos la vida con la responsabilidad de saber que somos
los arquitectos de nuestra vida y es importante lograr hacer realidad nuestros sueños y
anhelos.
Hace aproximadamente cuatro años retome mis estudios académicos con el fin de ser
profesional en Administración de Empresas y Negocios Internacionales. No ha sido fácil la
metodología virtual se me complico al principio pero se convirtió en un nuevo reto. Con el
apoyo de los amigos y Docentes Unadista voy culminando este proceso ya me encuentro
revisando el tema de opción de grado.
Dios me voy a graduar a los 53 años créanme me demore en cumplir este sueño y es por ello
que los invito que en su juventud tengan su proyecto de vida y luchen por lograrlo.