Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
oposición binaria que, lejos de profundizar, únicamente ha servido para catalogar hechos,
personas, contextos y situaciones como buenos o malos. En ese orden de ideas, se puede
Algo parecido sucede en la vida cotidiana, pues en ese universo de imaginarios Dios y el
Diablo manifiestan su presencia en actos que van desde los más simples hasta los más
complejos. Los milagros y los exorcismos son un claro ejemplo del argumento anterior. Así,
la práctica del exorcismo se basa en una eterna lucha entre el bien el mal, tema que ha sido,
de terror actual, llama la atención el trabajo realizado por el director y guionista malayo-
australiano James Wan1. Para ser más específicos centraremos nuestro análisis en la posesión
“El conjuro” (2013), ambas como receptáculo de la maldad. En ese mismo sentido, también
1
analizaremos el entramado de elementos y símbolos relacionados con los acontecimientos
El cine de terror
Mediante el cine de terror se experimenta una catarsis singular, porque el espectador tiene la
capacidad de sentir miedo, tal vez ansiedad al empatizar con alguno de los personajes o
hechos, pero al mismo tiempo, se siente seguro porque sabe que en una sala de cine o en el
interior de su casa no corre ningún peligro. Sobre el cine de terror, Ira Konigsberg explica en
experiencia humana normales, temas que nos asustan por lo poco que sabemos de
la locura, que nos altera, nos perturba y nos amenaza, que hace que, de alguna
conocer. (92)
Mediante este tipo de películas nos hacemos conscientes del verdadero ser que reside en
todos nosotros, de aquellos rasgos impulsivos e instintivos que socialmente son mal vistos.
El miedo generado por estas películas tiende a tocar fibras sensibles que van desde temores
personales hasta aquellos de corte colectivo, como pueden serlo guerras o desastres
nucleares, abusos y opresiones sociales. Ahora bien, en el terreno del cine de terror
2
tratamiento de la posesión femenina por parte de entidades satánicas que intentan ser
vencidas por el bien, representado casi siempre por los padres de la iglesia católica. La
víctima, en este caso, es una niña de 12 años de nombre Regan MacNeil. La película se basó
en la novela homónima de 1971, cuyo autor es William Peter Blatty. Sobre la intención del
ayudante el padre Karras : “Pero yo creo que el objetivo del demonio no es el poseso, sino
nosotros…los observadores…cada persona de esta casa. Y creo … creo que lo que quiere es
que nos desesperemos, que rechacemos nuestra propia humanidad, Damien, que nos veamos,
a la larga, como bestias, como esencialmente viles e inmundos, sin nobleza, horribles,
indignos (372). El demonio se muestra como una entidad sobrenatural autónoma a quien se
culpa de todos los males o rasgos poco virtuosos del ser humano. Es él quien quiere dominar
la voluntad de Regan y aquellos cercanos a ella, haciéndolos ver como simples títeres que,
con ayuda del bien (la iglesia católica) libran una lucha que al final es ganada. Adjudicar todo
acto o rasgo de maldad a un ente externo: “Llevó la demonología y a Satán a una generación
del Vietnam deseosa de cargar la responsabilidad del mal en el mundo a una fuerza que no
fuera humana” (Konigsberg 93). Sin embargo, como se apreciará más adelante, no es el
presentado en El conjuro, la figura de la bruja se aprecia como una ayudante servil eficaz
para tal tarea, por tanto analizaremos la ideología que permea a través de dicha relación.
3
Los acontecimientos narrados en esta película corresponden al caso atendido por un famoso
Unidos. En 1971, en Harrisville Rhode Island, la familia Perron se mudó a una casa ubicada
en el campo. Al poco tiempo de su llegada al lugar, el clan Perron experimentó una serie de
Anabelle. En ella se narra cómo un demonio logró engañar a dos enfermeras para
desestabilizar sus vidas. Los Warren fungen como consultores de lo oculto de este par de
amigas, y les explican que el demonio se apropió de Anabelle para abusar de ellas, porque al
vulnerable. Dicha aclaración produce asombro en las mujeres jóvenes, mientras que, para el
espectador, la posesión de la muñeca puede leerse como una advertencia de lo que se revelará
Se debe tomar en cuenta que la sola mención de la palabra demonio causa inquietud en la
actualidad, por ello es posible imaginar el impacto que está palabra ha causado, desde
siempre, en el género humano. Vale la pena señalar que en el Renacimiento hubo un interés
creciente por temas ligados al señor de las tinieblas, herencia proveniente de la edad media.
Jean Delemeau considera en El miedo en occidente que en los siglos XI y XII se aprecia un
auge considerable del tema: “Pero a partir del siglo XIV las cosas cambian, la atmósfera se
vuelve en Europa más agobiante […] Esta obsesión toma dos formas esenciales, ambas
4
reflejadas por la iconografía: una alucinante imaginería infernal y la obsesión de las
innumerables trampas y tentaciones que el gran seductor no cesa de inventar para perder a
los humanos” (292). Aspecto que sin duda nos remite a El exorcista, de acuerdo con lo
expresado en líneas anteriores, y que también está presente en El conjuro. De igual forma se
alojamiento. Varios siglos atrás, la mujer era concebida bajo la lupa del pensamiento binario
y carente de matices de hombre ilustrados, como un ente cercano al diablo, debido al carácter
explicación de Robert Muchembled en Historia del diablo: “El cuerpo femenino pecador está
destinado a producir un veneno cuya exhalación infecta las cosas más puras. El microcosmos
corporal está íntimamente conectado con el conjunto de la creación divina por medio de hilos
invisibles.” (95).
La posesión
En El conjuro, se guía al espectador para que éste poco a poco relacione los eventos
sobrenaturales con la presencia de fuerzas diabólicas. Hay una invasión paulatina tanto del
plano material (la casa y sus componentes), como del espiritual (la madre de la familia
Perron). Por lo tanto, se desarrolla una lucha entre ambos elementos contrarios y
complementarios, aunque, en Alcohollywood- Our Year in Movies 2013, Jared Latore y Clint
Worthington afirman que, particularmente se trata de: “An ideological war as much as a
spiritual one” (26). Desde el inicio de la película hay guiños que causan en el público una
5
reticencia de la mascota canina de la familia para entrar a la morada. Casi al final de la
película el temor deviene en angustia con la inesperada oleada de pájaros negros que vuelan
con violencia alrededor de la casa. Aclararemos que ambos asuntos será desarrollados en
líneas posteriores.
En otro orden de ideas, en la película de Wan llama la atención que, de todos los
respecto, Julio Caro Baroja explica en Las brujas y su mundo: “Es más normalmente a las
mujeres a quienes ataca. Porque la mujer está predestinada al mal más que el hombre, según
los textos bíblicos, lo mismo que según los autores paganos y los Padres de la iglesia […]
Satán usa de una mujer como si fuera un instrumento musical” (99). Carolyn Perron,
mismo Satanás quien se apropia de su cuerpo físico, sino una bruja de nombre Bathsheba,
que vivió en la misma casa en el siglo XIX. La posesión de esta naturaleza es revisada por
Spirit possession commonly refers to the hold exerted over a human being by external
forces or entities more powerful tnah she. These forces may be ancestors or divinities,
ghosts or foreign origin, or entities both ontologically and ethnically alien […]
Possession, then, is a broad term referring to an integration of spirit and matter, force
negotiable. (407)
Los Warren obtienen este dato a partir de la investigación que realizan con la intención
6
bruja de estirpe, debido a que este personaje decimonónico fue pariente de Mary Towne
El argumento utilizado fue que las desdichadas mantenían una relación estrecha con el diablo.
con Mary Easty apelando al estereotipo de la bruja que, sometida a la voluntad del maligno,
atormenta a seres desprotegidos y faltos de fe, pues ninguna de las niñas Perron está bautizada
sistema de oposiciones con el cual, desde siglos atrás, se ha tratado de explicar el engranaje
mediante el cual se concibe el mundo. James Wan, de acuerdo con las ideas antes expuestas,
recurre a la misma estructura para causar sobresalto en el espectador. Tenemos entonces que,
obedece a una disposición similar y tal organización es bondadosa con quien la habita, porque
le brinda cierta noción de equilibrio. Al respecto, Gaston Bachelard señala en La poética del
espacio:
7
La verticalidad es asegurada por la polaridad del sótano y la guardilla. Las marcas de dicha
polaridad son tan profundas, que abren, en cierto modo, dos ejes muy diferentes para una
fenomenología de la imaginación […] Hacia el tejado todos los pensamientos son claros. En el
desván, se ve al desnudo, con placer, la fuerte osamenta de las vigas […] El sótano se
considerará sin duda útil. Se le racionará enumerando sus ventajas. Pero es ante todo el ser
oscuro de la casa, el ser que participa de los poderes subterráneos […] con él, nos acercamos
a la irracionalidad de lo profundo. (48-49)
la llama entrecortada de una vela o el parpadeo raquítico de una lámpara. Las sombras
proyectadas en sus paredes danzan convocadas por la humedad de las historias acumuladas
en sus grietas. Los fantasmas encuentran en el sótano el lugar perfecto para ser eco de las
que, en la película, la oscuridad, ya sea preveniente del sótano o de la noche son las
la literatura y el cine. Una experiencia similar se vive con el juego hide and clap, variación
de hide and seek. A los pocos minutos de iniciada la película, se muestra a las hijas del
matrimonio Perron jugando a esconderse en varios espacios de la casa, mientras una de ellas,
con los ojos vendados, espera el momento preciso para encontrar a sus demás hermanas. Las
reglas del juego señalan que el sonido de una serie de aplausos será la única pista permitida
durante la búsqueda. Debe hacerse notar, siguiendo esta idea que, quien se mueve a ciegas y
tienta (gobernado por la vacilación), cada uno de los rincones de la casa, se abandona, con
El cineasta malayo explota, con mérito, el juego antes descrito, contribuyendo así a la
8
fabricación de una atmósfera de suspenso cuya irrigación central está a cargo de la sugestión
generada en el espectador.
afirmación de Ed Warren que hace en los primeros minutos con respecto al caso Annabelle:
los demonios poseen a las personas, no a los objetos, aunque eso no quita que los usen para
amedrentar e impresionarnos. Con esto en mente es que puede entenderse que los objetos van
El primer objeto relevante es la caja musical que encuentra April, la menor de las
hijas del matrimonio Perron, a los pies del árbol, justo al llegar a su casa nueva. Si bien no
hay una entrada en el Diccionario de los símbolos de Jean Chevalier acerca de las cajas
específicamente musicales, sí existe la definición de caja en general. Este autor nos dice que
la caja es “un símbolo femenino interpretado como figura de lo inconsciente y del cuerpo
materno, la caja contiene siempre un secreto: encierra y separa del mundo lo que es precioso,
frágil o temible. Protege, pero también puede ahogar” (231). Bajo esta definición dada
vislumbramos el motivo de que la caja sea el primer objeto encontrado: dará cabida a lo
oculto, aquello que ampara, pero también puede sofocar. Volveremos más adelante a este
mascota de la familia Perron: la perrita Sadie. Ella se rehúsa a entrar al domicilio nuevo de
sin embargo tampoco es un humano. Se encuentra a medio camino en un espacio entre ambos
9
registros. “El perro, tan familiarizado con lo invisible, no se contenta con guiar los muertos.
Sirve también de intercesor entre este mundo y el otro, de trujamán a los vivos para interrogar
a los muertos y las divinidades soberanas de su país” (Chevalier 816). Así, la perrita será el
primero y de hecho el único integrante de la familia que pierda la vida, por notar y ladrarles
desde un principio acerca de la maldición que aún ocultaba la nueva casa de sus dueños.
Sadie intentó alertar a sus amos sobre el posible peligro al que estaban expuestos, porque
siguiendo la antes descrito, los perros saben distinguir los entes terrenales de los que ya no
como explorador de este mundo y sus fronteras incorpóreas. Es, según se afirma en El libro
de los símbolos (Taschen): “Guía entre las esferas de la vida y la muerte, de lo desconocido,
de lo humano y lo animal […]” (296). Por otro lado, el ataque de las aves negras trae consigo
Perron, puesto que todos los símbolos relacionados con Satanás, conducen invariablemente
a la idea de catástrofe.
De regreso en materia de los objetos, los relojes serán otro recurso constante. De
acuerdo a lo que nos señala Juan Eduardo Cirlot, podemos entender un reloj, “como [una]
máquina, [el cual] está ligado a las ideas de «movimiento perpetuo», autómatas, mecanismo,
creación mágica de seres con autonomía existencial, etc.” (384). Tomando en cuenta lo
lo largo del filme cada vez que los relojes marquen una hora concreta ―las 3:07 AM― un
detenimiento de los mismos, seguido a continuación por una entrada puntual de sucesos
sobrenaturales, desde puertas abriéndose por su propia cuenta, golpeteos, ataques contra los
retratos de la familia Perron, e incluso ya en la casa de los investigadores Warren que se dejen
10
al matrimonio de los afectados. Cada uno de esos fenómenos puestos en marcha nos sugiere
que a esa hora se abre un bucle donde lo maligno se reitera, sin importar que los sucesos
primigenios que originaron la maldición hayan sido mucho tiempo atrás, y que lo ocupantes
de la casa sean inocentes al respecto. Este bucle será, con base en la definición expuesta por
Cirlot, un espacio donde el ser mágico implicado ―a saber, la bruja― conserve y arrastre
con su autonomía existencial a todo quien se les relacione. Ahondaré en este mecanismo
Existen otros objetos que se advierten entre sí: las cadenas y las cuerdas. Por un lado,
son homólogas por representar un vínculo. La cadena, “en su sentido más amplio, que la
relaciona con los lazos y cuerdas, bandas y cordones, es un símbolo de unión social o
psíquica, con el carácter secundario pero muy importante de la dureza de su materia” (Cirlot
113). En cambio, en el caso de las cuerdas anudadas se le puede apreciar como relacionadas
al nombre por ser el nudo un símbolo de la existencia individual. (Chevalier 386). Dentro de
la película la cuerda es usada para el ahorcamiento de la mujer que mató a su hijo hace mucho
tiempo por posesión de la bruja; por otro lado, serán cadenas al parecer de oro las que sirvan
para llevar los relicarios tanto sobre el pecho de Loraine como de su hija, Judy Warren. Por
más que la presencia de la cuerda del ahorcamiento sea obstinada, remarcando el poder de la
Retomamos un par de cabos sueltos: la caja como una de tipo musical y el bucle donde
partir de darle cuerda para que tanto gire su espejito como para que la música resuene. Así la
caja a la vez cobija una melodía repetitiva y un espejo giratorio, lo cual por un lado puede
11
ser ameno ―la música podría arrollar; el espejo, alumbrar―, pero también luego de la
Las irrupciones fantasmagóricas que suceden puntualmente cada vez que da la hora
mecánico.
La clave para entender la interrelación entre la caja musical, el bucle de los relojes
estará en la frase que April Perron le dice tanto a su mamá como a Lorraine: para que la caja
haga sonar su música necesita que se le dé cuerda, al igual que a los relojes.
primera como símbolo de existencia individual ―al caso, la bruja― no logrará su cometido
de ligarse completamente con Carolyn Perron, pues el exorcismo de esta última es exitoso.
Por otro lado, de las cadenas con los relicarios, a pesar de una de ellas haber sido arrebatada
del cuello de Loraine, permanecerán al final de El Conjuro con sus legítimas dueñas,
reforzando la unión de madre e hija, y por extensión, la relación familiar en consonancia con
Ed Warren, el padre. En suma, la cuerda anudada de la bruja no logra ahorcar a nadie más, a
El final
Para concluir, reiteramos las palabras de Ed Warren, a guisa del caso Annabelle: los objetos
no son poseídos, pero eso no los exime de ser utilizados…En este sentido, pues, April Perron
inmiscuido. Mantiene y hace funcionar a los objetos como motivos narrativos, por haber
12
un reflejo natural, cuyo alcance se extiende a la humanidad entera, porque todos en algún
amenazadora. Tanto la noche como la oscuridad, según observamos, son aliadas de seres
Bibliografía:
Bachelard, Gaston. La poética del espacio. México: FCE, 1983.
Chevalier, J. Diccionario de los símbolos. España: Herder. 1986. PDF
Cirlot, J. Diccionario de símbolos. España: Labor. 1992. PDF
Delumeau, Jean. El miedo en occidente. México: Taurus, 2012.
Martin, Kathleen (editora). El libro de los símbolos. Reflexiones sobre las imágenes
arquetípicas. Colonia: Taschen, 2011.
https://enfilme.com/resenas/en-pantalla/el-conjuro
13