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PRINCIP ALES CONCEPCIONES DE LA CIENCI A.

LOS GR ANDES

C AMBIOS: L AS REVOLUCIONES CIENTÍFI C AS. L A CIENCI A COMO

UN PROCESO EN CONTINU A CO NSTRUCC IÓN: ALG ÚN EJEMPLO EN

FÍSIC A Y EN QUÍMICA. LO S CIENTÍFICO S Y SUS

CONDI CION AMIENTOS SOCI ALES. L AS ACTI TUDES CI ENTÍFI C AS EN

L A VID A CO TI DI AN A

El esquema para el desarrollo teór ico del tema será:

1. ¿Qué entendemos por Ciencia?.

2. Principales concepciones de la Ciencia.

3. Los grandes cambios: las revoluci ones ci entíficas.

3.1. La ciencia primitiva y en la antigua Gr ecia.

3.2. La revol ución científica del siglo XVII.

3.3. Del siglo XVIII a la actualidad.

4. El método científico.

5. La cienci a como un proceso en construcción.

5.1) La teoría del flogisto.

5.2) Natural eza y propagación de la luz.

6. Los científicos y su s condicionamientos sociales.

7. Las actitudes científicas en la vida cotidiana.

8. Bibliograf ía

1.¿Qué entendemos por Ciencia?.

Podr íamos def inir la Ciencia como un conjunto de conocim ien tos

obtenidos mediante la ob ser vación y el r azonam ient o, sistem áticamente

estructurados y de los que se deducen princi pios y leyes generales. El

término ciencia pr ocede del la t ín scientia, y signif ica saber. En sí es un

concepto muy amplio, ya que engloba dif erentes ramas o saberes,

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aunque de f orma habitual, la palabra ciencia su ele identif icarse con el

conjunto de conocimientos relat ivos a las ciencias exactas,

f isicoquím icas y naturales. El objetivo principal de la ciencia es el

conocimiento sis tem ático, or denado y racio nal del comportamiento de la

Naturaleza. Su or igen e s muy prof undo en el tiempo y coe xiste con

otras actividades h umanas como el arte, la agricul tura, la religión, la

tecnolog ía primit iva, etc. Sin embar go, la Ciencia, como actividad

sistemát ica de estudio racio nal de mundo natural y su consiguient e

aprovecham iento en benef icio del hom bre, comienza a desarrollarse

desde hace tres siglos hasta la época actual, cuyo crecim iento ha sido

espectacular.

2. Principales concepciones de la Ciencia.

En el estudio de los f enómenos de la naturaleza, se pueden considerar

tres concepciones: una concepción descr ipt iva, una concepción creativa

y una concepción de comprensión o cognoscit iva

a) Concepción Descr ipt iva.

El trabajo cient íf ico comie nza necesariamente con la obser vación y

descr ipción de los f enómenos de la Natur aleza. To das las civilizaciones

han obser vado por ejemplo el movi mient o de los astros en el cielo. Esto

llevó inicialmente a establecer un modelo del Universo ptolemaico, con

la Tierra en el centr o del Uni verso, post eriorment e copernica no, con el

Sol en el centro del Universo, newt oniano (some tido a las f uerzas de la

gravedad), y f inalmente cosmológi co (basado en la relat ividad ).Todos

estos modelos f ueron es tablecidos en base a obser vaciones medidas y

registradas durante dif erentes épocas, por lo que suponen un ejemplo

claro que muestra el carácter descr ipt ivo de la Ciencia.

b) Concepción Creat iva.

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Frecuentemente los f enómen os obser vados dependen de m últiples

f actores que hacen complicado su estudio. Por ello los cient íf icos de ben

diseñar experimentos que reproduzcan los f enómenos nat urales, pero

simplif icando dichos f enómenos a sit uaciones sencillas y elementales,

que permitan obser var y medir su evolución de f orma adecuada. Estos

diseños experimentales ponen de manif iesta la labor creativa de la

ciencia, máxime cuando la cien cia nos perm ite crear nuevos

exper imentos de laboratorio s obre comportamientos no observa dos en

la nat uraleza.

c) Concepción Comprensiva.

Evidentemente, la descripción y la creación necesitan un complemento

adicional. No basta con descr ibir lo que suce de en la naturaleza, o

recrear en condiciones controladas dicho f enómeno natural. La ciencia

ha de ir más allá: es absolutament e necesar io buscar una explicación

de los f enómenos obser vados. En e so consiste la concepción

comprensi va de la ciencia.

Estas explicaciones se logra n por medio de las teor ías ci ent íf icas, que

deben tener la capacidad de explicar los re sultados de los

exper iment os, así como de predecir f enóme nos aún no obser vados. Una

teor ía es pues un conjunto de pr incipios y leyes cient íf icas, que supone

una descripción práctica de un f enómeno en un determinado momento

histór ico. Dicha teor ía cient íf ic a estará en cont inua revisión,y a que el

uso de mejores m edios de trabajo pu ede modif icar los resultados

exper imentales consider ados anteriormente como ciertos.

3. Los grandes cambios: las revoluci ones ci entíficas.

3.1. La ciencia primitiva y en la antigua Grecia.

El saber cient íf ico en la a nt igüedad se componía de numero sas

obser vaciones sist emátic as sobre las que se extraían al gunas

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generalizaciones em pír icas, per o que no establecían teor ías capaces de

justif icar tales observaciones. Este sa ber estaba en posesión de l os

sacerdot es, y su uso tenía u n interés m eramente pr á ctico, encaminado

al mantenim iento del poder más que a la comprensión de la naturaleza.

La incorporación de la búsqueda de teor ías a la act ividad cient íf ica

comenzó en la ant igua Grecia, en el per iodo que abarca los años 600 -

300 a.C.. El problem a principa l f ue que no prof undizaron demasiado en

este aspecto debido a la f uerte inf luencia de la mitolog ía, lo que les

llevó a sustit uir la obser vación y la experimentación por la especula ción

a la hora de explicar el mundo f ísico.

A esta época pertenecen los teoremas de Tales y de Pit ágo ras; la

primera teor ía sobr e al constitución de la materia de Empédocles,

basada en la existencia de los cuatro ele mentos f undament ales (agua,

aire, t ierra y f uego),así como la t eor ía atómica de Leucipo y Demócr ito.

Es de destacar la gran inf luencia de Arist óteles en el pens am iento

cient íf ico de la época, que si bien aplicó la obser vación en me dicina y

biolog ía, no pasó de la simple especulación en las ciencias de la

naturaleza y en la astronom ía.

Poster iormente, en e l per iodo de Alejandr o Magno ( a part ir del 300 a. C.)

la ciencia gr iega se desarrolla desde la ciu dad de Alejandr ía, lo que

supone el comienzo del abandono de la ciencia especulativa y se

concentra en la observación sistemát ica y la creación de métodos. E n

este periodo desta can Euclides (con su obra Elementos), Arquímedes

(ley de la palanca), Eratóstenes (est imación de la circunf erencia

terrestre) y Claudio Ptolomeo, con su teor ía geocéntrica.

Con la llegada del I mperio Romano pier den importancia est e conjunto

de conocimientos, ya que los r omanos estaban interesados en un t ipo

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de ciencia más prát ico, con aplicaciones inmediat as, y no en la f ilosof ía

o en la astronom ía.

Esta situación duró var ios siglos hasta la caída de Roma y Bizancio y

la llegada de los árabes. Estos últ imos recu peraron el saber de la

antigua Grecia, a cuyo patr imonio cult ural unieron el conocimiento de la

matemática hindú y la medicina hebrea, transmit iendo este saber a

Europa.

3.2. La revol ución científica del siglo XVII.

Durante la Edad Media se establece una mentalidad dogmáti ca basada

en una enseñanza practicada casi en exclusiva por monjes y

sacerdot es, y limitada práct icamente a temas, con cept os y

conocimientos aprobados por la Iglesia. Ello pro voca un claro

estancam ient o en el conocim ient o y progreso cient íf ico. Sin embargo,

en los siglos XV y XVI se pr oduce dur ante la etapa del Renacimiento

una revitalización cultu r al en Eur opa Occidental, que inf luye

notablement e en el resurgimiento del pensam ient o cient íf ico, l o que

supone los cimientos de la gran revolución cient íf ica que abarca desde

mediados del siglo X VI hasta f inales del siglo XVII.

En este periodo se desarrol la una actividad cient íf ica inu sitada que

establece las bases para el trabajo cient íf ico de siglos posteriores. Las

caracter ísticas más relevantes de este periodo son por una parte, que

comienzan a distin g uirse dos ramas en la actividad cient íf ica, la ciencia

pura y la aplicada, y por otra parte, que se pr oduce la eli minación

def init iva del méto do especulativo y el triunf o del método cient íf ico

como procedimient o único de avanzar en el conocim iento de la

naturaleza.

En esta época el pr ogreso de la astronom ía marca la pauta para el r esto

de disciplinas. La t eor ía heliocéntrica de Co pérnico acaba con las tesis

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geocéntricas de Ptolomeo. Tam bién son decisivas las leyes de Kepler

del movimiento de los astros y las aportaciones de Galileo, que

introduce el uso del telescopio.

La mecánica también evoluciona espect acularmente siendo sus tituida la

mecánica aristotélica por la mecánica newtoniana, gracias a las

contribuciones de G alileo y Newton, que ex plica de un modo cient íf ico

la teor ía heliocéntr ica.

3.3. Del siglo XVIII a la actualidad.

Los cient íf icos de los sig los XVIII y XIX basan sus tra bajos

f undamentalmente en las teor ías surgidas en la revo lución cient íf ica

precedente, al menos en las ciencias m ás avanzadas, como la Física,

las Matemát icas o la Astronom ía. Paralelamente se pr oducen algunas

revoluciones en algunas ciencias q ue toda vía no las habían

exper imentado, com o la Química o la Biolog ía. Con los t rabajos de

Boyle, Lavoisier, con su t eor ía de la combustión, y Dalton con su teor ía

atómica la Quím ica abandona su base especulat iva y esotérica y se

erige en una autént ica ciencia. En Biología, la apari ción de la Teor ía de

la evolución de Dar win af ecta no solo a la propia Biolog ía, sino que

sacude una vez más a la pro pia concepción del hombre, considerando

nuestra existencia como un mero acontecim iento entre ot ros muchos

posibles, lo que er a irreconciliable con el argumento de la presencia del

hombre en la Tierra como f inalidad de la creación.

Paralelamente a est e desarrollo cient íf ico se produce un espectacular

desarrollo tecnológico basado en el auge del maquinism o y en el

desarrollo de la industria text il, del car bón y del acero, basadas en la

máquina de vapor, que a su vez desarrolló el transporte y las

comunicaciones.

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Finalmente, durante el siglo XX la ciencia suf re una nueva revolución.

Las aplicaciones tecnológicas del con ocim ient o cient íf ico han

posibilitado la aparición de poderosos méto dos de medición y

obser vación, lo que ha perm itido ext ender la investigación tanto al

microcosmos como al macrocosmos.

Estas invest igaciones muestran que la naturaleza del átomo no puede

ser explicada por la mecánica newt oniana, lo que supone la aparición

de la mecánica cuántica. Asim ismo, los concept os absolutos de espacio

y t iempo se ven modif icados por la teor ía de la r elatividad, la cual da

lugar a su vez a una nueva teor ía de la grav itación.

Por últ imo, cabe indicar que la segunda mitad del siglo XX se ha visto

marcada por los siguientes avances científ icos:

- En Biolog ía, con el descubr imiento de las estructuras que constituyen

los caracter es genéticos her editarios de las células con todas sus

posibles aplicaciones (descif rado del código genético, inmunolog ía,

aplicaciones médicas,etc).

- En Física, con la consecución de la f isión nuclear controla da, el

desarrollo del láser, la búsqueda de una teor ía uni f icadora de las cuatro

interacciones f undamentales del uni verso, el espectacular desarrollo de

la astrof ísica (explo r ación espacial, observación, cosmolog ía, etc.).

- En Química, el desarrollo de nuevos materiales y aleacio nes,

plásticos, f ármacos, combust ibles, etc.

- Otros campos de la ciencia se han desarrollado de f orma paralela y

espectacular: la electrónica (ordenadores, copia doras, impr esoras, etc);

la cibernét ica (robots, cadenas de montaje, simulador es, etc); la

metereolog ía, sism olog ía , ópt ica, f armacolog ía, y por supuesto la

medicina, con un avance espectacular en la mejora de la calidad de

vida.

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Por último, no podemos olvidar los avances tecnológicos en el campo

de las comunicaciones y del transporte, tanto de personas y

mercancías, como de la comunicación.

4. El método cientí fico.

Las ciencias experimentales siguen un procedimiento de t ra bajo muy

específ ico que s e conoce como método cient íf ico . Dicho m étodo es la

combinación del método induct ivo (basa do en la idea de que de la

obser vación se extr aen conc lusiones) y del método deductivo (que se

basa en la idea de que a partir de una serie de pr incipios generales, se

deducen una ser ie de verdades que deber ían cumplirse).

En general, todas las investigaciones cient íf icas com par ten las

siguientes car a cter ísticas, que en sí mismas cons t ituyen lo que

denom inamos método cient íf ico:

- Planteam ient o de problemas o interrogantes que pueden es tar

basadas tanto en la obser vación de algún f enómeno nuevo, como en una

necesidad de t ipo técnico, social, etc.

- Recopilación y consulta de lo que ya se sabe respecto del problema

planteado, lo que inf luye en el desarrollo de toda la investigación y en

la aceptación o no de los result ados.

- Establecim iento de las hipót esis de trabajo.Por hipótesis se ent iende

una c onjetura verosímil (es decir, sin contradic ciones evidentes) que

of rece una posible solución al proble ma planteado, y que puede

contrastar experimentalment e.

- Contrastación de las hipótesis: ello exige el diseño de y la realización

de exper imentos con los que se pueda com probar la validez o no de las

hipótesis. Un exper imento cient íf ico no es otra cosa que un acto de

obser vación cuan tit ativo, per o en condiciones preestablecidas y

cuidadosamente controladas, que pueden ser reproducidas

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posteriormente, sin lo cual sus resultados no podr ían ser aceptados por

otros investigadores.

- Interpretación y análisis de los resultados: ello nos per mite establecer

relaciones invariables entre las magnitudes obser vadas, lo q ue da lugar

al establecim ient o de las leyes f ísicas. Una ley es un enunciado,

generalment e breve y de carácter gener al, acerca de las regularidades

que se obser van en la natur aleza y que se ha comprobado

exper imentalmen te. Las leyes suelen corresponderse con hipótesis que

han sido c omprobadas exper imentalment e.

- Comunicación de los r esultados: el objetivo es dar a co nocer el

descubrim iento a la comunidada cient íf ica para que sea analizado y

comprobado. Todo ello se realiza parti cipando en congresos,

encuentros con otros equipos que trabajan en el mismo tem a o en otros

relacionados, y publican do art ículos en r evistas especializadas.

5. La cienci a como un proceso en construcción.

Es evidente que la ciencia tiene un carácter dinámico, ya que a medida

que se prof undiza en los f enómenos est udiados variarán las estructuras

y m odelos elaborados par a expli carlos. Esta evolución de la ciencia

viene propiciada por el uso del método cient íf ico, que contiene en sí

mismo este cuest ionamiento permanent e de las teor ías y leyes a las

que se ha llegado anteriormente. Veamos dos ejemplos, uno en Química

y otro en Física de la ciencia como proceso en construcción.

5.1) La teoría del flogisto.

Esta teor ía f ue post ulada por J.Becher y popularizada en el siglo XVIII

por George Stahl. Dicha t eor ía suponía que cuando una sustancia ardía,

su parte combustible denomina da f logisto era expulsada al air e.

Asim ismo St ahl justif i caba la oxidación de los met ales como una pérdida

de f logisto, de f orma que en los procesos de obtención del metal a

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partir de sus óxidos, lo que se producía er a la restitu ción a dichos

óxidos del f logisto perdido. Es decir, según esta teor ía, los óxidos de

los metales eran sustancias sim ples que al adicionar les f logisto

originaban metales, que e ran considerados s ust ancias compuestas

(f logisto+óxido) Sin embargo, Lavoisier ref utó brillantemente esta teor ía

demostrando que el aire contenía una proporción f ija de un gas al que

denom inó oxíg eno, y que la combustión se debía a la combinación de la

sustancia combust ibl e con dicho gas.

Sobre la base de esta idea se estableció la def inición clási ca de

oxidación y reducción:

-Oxidación: se def inía como la combinación de una sustan cia con el

oxígeno, como por ej emplo: Mg + 1/2O 2 --- ------O 2

-Reducción: ser ía la disminuci ón del contenido de oxígeno de una

sustancia, como por ejemplo: ZnO + C ----- Zn + CO

Así, se demostró que los metales er an sustancias simples, y sus óxidos

combinaciones de los metales con el oxígeno.

Finalmente, los químicos llegaron a la conclusión de qu e muchos

elementos no metál icos producían reacciones análo gas al oxíg eno. Por

ejemplo: Mg + Cl 2 MgCl 2

Ambas r eacciones, Mg con Cl 2 y Mg con O 2 , podían descr ibir se

suponiendo que el m agnesio per día sus dos electrones de valencia y se

transf ormaba en su ión Mg 2 + . De esta f orma se llegó a la def inición

actual. Para una sustancia dada:

- Oxidación: es la perdida de electrones.

- Reducción: es la ganancia de electrones.

5.2) Teorías sobre la naturaleza de la l uz.

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En la antigua Grecia los f ilósof os intentaron explicar la natur aleza de la

luz, pero no f ue hasta la segunda mitad del siglo XVII cuando el

problema comenzó a suscitar verda dero interés.

Por un lado Newton enunció la teor ía corpuscular de la luz, (luz

constit uída por cor púsculos). Por otro,el holandés Huy gens elaboró la

teor ía ondulatoria de la luz ( la luz como onda). Ambas explicaban la

propagación rect ilínea, la re f lexión y la ref racción. Par a j ustif icar la

propagación de las ondas lum inosas la teor ía ondulatoria postuló la

existencia de un medio ideal, el éter, existente tanto en el int erior de los

cuerpos mater iales como en el vacío.

En pr incipio, la gran autor idad de Newton hizo que la ma yor ía de la

comunidad cient íf ica de la época se decantase por al teor ía

corpuscular. Sin embargo, la teor ía ondulator ia f ue aceptada en el siglo

XIX después de que la otra teo r ía se m ostrase incapaz de explicar los

f enómenos de inter ferencias lum inosas obser vados por Young, así como

las exper iencias de dif racción y polarización de la luz, descritas por

Fresnel. El último gran avance de la teor ía ondulat o ria f ue la

demostración de Maxwell en 1873 de que un circui to oscilante deber ía

radiar ondas electromagnéticas. Este hecho f ue comprobado por Hert z

en 1885, comprobando que la velocidad de est as ond as coincidia con la

velocidad de la luz. Sin embargo, los intentos experimentales para

demostrar la existencia del éter, como el exper imento de Michel son-

Mor ley, resultaron f allidos. La hipótesis del se hizo in necesar ia cuando

a pr incipios del sig lo XX Einstein,en su teor ía de la rela tividad especial,

requirió que la velocidad de la luz en el vacío era la misma para todos

los obser vadores, sin impor tar si éstos se movían o no.

Cuando parecía que la vieja co ntrover sia ondulator io -corpuscular estaba

zanjada a f avor de la teor ía ondulatoria,a parecieron una serie de

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f enómenos (el ef ecto f otoeléctr ico, la r adiación del cuerpo negro, el

ef ecto Compton), q ue só lo pudieron ser explicados gracias a las

suposicio nes de Planck y Einstein, basadas en considerar que la

energ ía y la luz estaban constituidas por corpúsculos.

Finalmente, la sínt esis de estas dos ideas irreconciliables f ue obra del

f rancés Louis de Br oglie, quien f undió en un concepto único las ideas

de onda y corpúsculo, unif icando ambas teor ías, y creando la base de

una nueva disciplina, la Mecánica Ondulatoria.

6. Los científicos y sus condicionamientos sociales.

El trabajo de los cient íf ico s suf re las presiones e inf luen cias de los

condicionamientos sociales que lo rodean. Esta s presiones pueden

tener dist into or igen: pueden proceder del contenido m ismo de su propio

trabajo, del lugar donde se desarrollan sus tareas y en algunos casos

de la ética del investigador que cuest iona el uso de los resu ltados de

sus invest igaciones.

Hist óricamente se han dado casos en los que la sociedad ha

14obst aculizado el desarrollo de la Ciencia, sobre todo cuan do los

descubrim ientos cient íf icos han supuesto un enf renta mient o con las

creencias tradicionales. Rec uerdese si no, el juicio de la Iglesia

Católica a Galileo, o la resist en cia de determ inados grupos

reaccionar ios a la teor ía de la evolución, que aún se da hoy en día.

En la actualidad la tarea cient íf ica se enm arca en un sis tema

económ ico-social con e l que se relaciona estrechamen te y que articula

unos sistemas de control, ya que la cien cia y la tecnolog ía alter an la

relación del ser humano con la naturaleza, lo que en ocasiones puede

poner en peligro el equilibrio de ésta. Piénsese, por ejemplo en las

lim itaciones que la legislación actual impone en los exper imentos de

manipulación genét ica.

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Por otra parte los gobier nos suf ragan una importante parte de los

costes del proceso cient íf ico, lo que j ustif icar ía que los t rabajos se

encam inasen a satisf acer necesidades so ciales. No obstante, el af án de

rentabilizar las investiga ciones buscando aplicaciones prácticas

inmediatas está po niendo en peligro los trabajos cient íf icos

encam inados a com prender los f enómenos del mundo que nos rodea,

cuando históricamente se ha dem ostrado la importancia de las

investigaciones cient íf icas motivadas por la simple cur iosidad.

Esta tendencia se ve todavía más acent uada cuando las inves tigaciones

son realizadas por la iniciativa privada.

7. Las actitudes ci ent íficas en la vi da cotidiana.

La actividad cient íf ica actual es tan compleja que ha de realizarse en

equipo. Esto obliga a sus componentes a desa rr ollar actitudes de

tolerancia, debat iendo y consensuando situaciones y estrategias para

af rontar el traba jo de inves t igación. Par a ello ha sido necesario perder

la tradicional individualidad del sabio clásico y desarrollar actitudes

sociales y colect ivas propias de un cient íf ico.

El context o sociocultural es un f actor important ísimo en el progreso de

la actividad cient íf ica. De hecho, la historia de la Ciencia está llena de

personas que han trabajado en context os hostiles, a las que muy poca

gente dentro de la comunidad cient íf ica de la época les ha reconocido

su trabajo (por ejemplo, la mayor ía de las mujeres dedicadas a la

ciencia, al menos hasta bien entrado el siglo XX).

Por otra parte, las necesidades sociales y políticas del mo mento han

determinado en muchos casos el desarrollo del tra bajo de muchos

cient íf icos. Como ejemplos de esta int erac ción del trabajo cient íf ico con

el contexto histór ico y so cial se pueden citar:

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- El matrimonio Joliot -Curie f ue destituido de sus cargos de

responsabilidad durante la guerra f ría por su activismo antinuclear.

- Ni Mar íe Slodovska ni su hija Irene Curie f ueron admitidas en la

Academia de Ciencias de Francia, pese a sus impo tant es

investigaciones.

- Frit z Haber, art íf ice de la sínt esis artif icial del amo níaco (proceso

Haber), organizó el departamento de guerra quím ica del minister io de la

Guerra de A lemania durant e la Pr imera Guerra Mundial, siendo el

responsable de las pri mer as armas de destrucción masiva que se

conocen, los gases venenosos (gas mostaza, cloro, ciclon), y que sin

embargo tuvo que emigrar en 1933 de Alemania por su or igen judío.

8.Bibliografía:

- Kuhn, Thomas S. (2005). La estructura de las r evoluciones

cient íf icas. Fondo de Cultur a Económica de España

- I.Asimov: grandes ideas de la ciencia.

- La contam inación de los cient íf icos, Michael Altmann, Uni versidad

de Berna.

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