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Nagaryuna
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Grandes bienes y riquezas entre locos,
un valor inagotable entre los héroes,
siempre la respuesta correcta en el sabio,
son, verdaderamente, cosas extrañas en este mundo.
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Si estudias con seriedad, puedes llegar a alcanzar la excelencia.
¿Cómo puede el atolondrado arrogante llegar a ser excelente?
Es como una vaca vieja y reseca.
Lleva colgada una bonita campana que carece de todo valor.
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En ciertas cosas, sé como la hierba pisada.
En otras, sé como el fuego llameante.
En algunas otras trabaja como un esclavo.
Y, aun en otras, permanece imperturbable como una montaña.
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Cuando vives con otra persona, dependes de ella
y te proporciona la vida y el sustento,
aunque te ofenda y desprecie,
intenta soportarlo sin malicia.
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Aunque hayas cultivado la amistad con un malvado,
y le hayas dado incluso de comer y de beber,
olvidará tu bondad y a cambio te hará daño,
como sucede en la historia del hombre que cayó al pozo.(16)
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Un hombre de principios, no puede mantener una amistad duran-
te tiempo
con una persona inestable que cambia de humor constantemente.
¿Cómo es una persona caprichosa?
Como esa prenda barata que pronto pierde intensidad de color.
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Cuando aquellos que son sabios e instruidos
desean vencer totalmente al despreciable,
le dan instrucción amablemente, sin aspereza ni disputas.
Y cuando se alcanza lo Supremo, aquel hombre es vencido.
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Cargar sobre la espalda con todos los reinos del mundo:
El gran océano, el monte Meru, los cuatro continentes... no es nin-
guna carga.
Pero, no devolver o recordar todos los beneficios que te han pro-
porcionado
he aquí la gran carga de la compensación.
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El que nunca olvida el bien que le han hecho otros,
el que recuerda los favores y devuelve bondad,
el que cultiva pensamientos amables y honestos,
consigue que los grandes le ayuden y recen por él.
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Una gran paz sobreviene al que sigue el darma sin confundirse.
Ese es como un hombre tranquilo cruzando el torrente.
Cuando uno deja de contrariar a los demás o de luchar contra ellos,
y cesa el gran orgullo, entonces llega la paz.
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El hombre que se complace hasta el exceso en orgullo y presunción,
el que, por su propio beneficio, se hace amigo del perverso,
el que se procura la compañía del poderoso e intenta igualarse a él,
nunca encontrará la paz en su mente.
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Ancianos, niños, enfermos,
seres desamparados y pobres,
Los oprimidos por los poderosos y aquellos que sufren
malvado es, en verdad, el hombre que no siente piedad de ellos.
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Cuando habites en la tierra de otros,
lejos de tu propio país y de tu gente,
aunque la gente común te ofenda y te moleste,
sopórtalo sin malicia o represalias.
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Aquel que soporta el sufrimiento posee fortaleza.
El que lleva a cabo proezas posee honor.
El que comprende lo difícil es inteligente.
Quien puede vengarse es poderoso.
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Qué raro es que la prosperidad abarque una vida entera.
Plena durante un momento, rápidamente decae.
Cuando todo se sume en el caos y se desintegre,
Siéntate en silencio y no seas como el cuervo del cuento.(17)
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Cuando haya carestía de bienes en tu ciudad,
cuando te parezca que tus amigos te han decepcionado,
cuando tus más acérrimos enemigos alcancen posiciones de poder,
permanece en calma, no recurras a palabras ásperas.
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Aquel que se enfurece porque no puede imitar al magnífico,
el que disputa como una grajilla llena de falsedades,
el que envidia al descarado y sinvergüenza.
Es un hombre que extrañará a su propio hijo.
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No te apartes de tu camino para honrar a hombres perversos.
No deposites tu confianza en el nombre o en la fama.
Cuando se alcanza una posición elevada, se puede hacer daño a
tantos…
Como sucede en el cuento del zorro que se pintó de azul.(18)
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Hay locos que se deleitan en pecados escandalosos,
justifican sus actos y se entregan a sus pasiones.
Para alcanzar sus objetivos hacen daño a muchos,
como la tortuga del cuento que engañó a los pájaros con sus dientes.(19)
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Aquellos de mente débil, que nunca piensan en el futuro,
siempre dándose importancia y preocupándose tan solo de sí mismos,
en una lucha perpetua, sedientos de cosas y de éxitos,
son como bestias salvajes que corren hacia la red del cazador.
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Aquellos que están borrachos de su estúpida presunción,
completamente inconscientes de sus errores y defectos,
orgullosos de sus irrelevantes virtudes,
recuerdan al cuento de la tortuga que cayó al pozo.(20)
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