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Serie Carchi
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LOS PASTOS Y SUS HISTORIAS
DEL NOR-ANDE
Tradición oral de la Comuna la Esperanza

Luis Felipe Vásquez Narváez


Edison Duván Ávalos Flórez
LOS PASTOS Y SUS HISTORIAS
DEL NOR-ANDE
Tradición oral de la Comuna la Esperanza

Autores:
Luis Felipe Vásquez Narváez
Edison Duván Ávalos Flórez

SERIE CARCHI TRADICIÓN ORAL N° 4


© Luis Felipe Vásquez Narváez
lvasquez1958@hotmail.com

© Edison Duván Ávalos Flórez


duvanflo@yahoo.com

De­re­cho de au­tor Nº 042813


De­pó­si­to le­gal Nº 005009

ISBN Nº 978-9978-17-382-4

Portada: Dibujo de la niña Nayeli Liseth Quintanchala Arévalo

EDICIÓN 2014

Texto digital proporcionado por los autores.

Esta obra no puede ser reproducida, total o


parcialmente, sin autorización escrita de los autores
o de Ediciones Killari.

“Impresión Digital”
Edición realizada en los talleres de Editorial Jurídica del Ecuador;
con la calidad y tecnología de equipos de producción XEROX

Editorial Jurídica del Ecuador


Miguel de Trujillo Nº E5-55, Quito
Teléfono: 2642 - 984 Telefax: 3131 - 470

www.editorialjurídicadelecuador.com
Email: editorialjurídicadelecuador@andinanet.net

Impreso en Ecuador / Printed in Ecuador


Í N D I C E
Elogio a la Comuna La Esperanza........................................................................................................................................ 7
Agradecimientos .................................................................................................................................................................... 8
Análisis introductorio: Lo que significa ser Pastos.......................................................................................................... 13

Testimonios y dibujos

El Cabildo, el compactado, la paila de cuatro orejas y la Moledora ............................................................................. 23


Por: Oswaldo Hernán Chiles Tarapués

La Vieja y la Moledora.......................................................................................................................................................... 39
Por: Gerardo Malte Malte

Los cusumbes, la Mala Hora, la Vieja, el mal rato y el duende ..................................................................................... 47


Por: Marco Tulio Ruano

La Viuda, el duende, el guagua auca y el carro de la otra vida .................................................................................... 57


Por: Carmela Pérez López

El Cabildo, el duende, los cagones, los maridos y el libro negro .................................................................................. 63


Por: María Etelvina Chiles Paguay

El arrarray y la viuda ........................................................................................................................................................... 77


Por: Segundo Erasmo Paspuel Malte

La vieja, los enduendados y el gringo de la huaca .......................................................................................................... 85


Por: José Ricardo Malte Malte

El guagua auca ..................................................................................................................................................................... 93


Por: Pablo Marcial Tatamués Chiles

Rosendo Paspuel, la viuda, la calavera, las huacas, los cagones, el carro de la otra vida y la vieja ........................ 97
Por: Aurelio Chiles Ruano

Melchor, el carro de la otra vida y el cueche ................................................................................................................... 107


Por: Wilson Guillermo Ruano
5
El duende, el guagua auca, Lucifer, el perro, el cueche, Rosendo Paspuel, la viuda,
el espíritu que cuida y la vieja del fogón ........................................................................................................................ 113
Por: Pastora Amelia Paguay Chiles

El duende, la papa de la vieja y las mariposas .............................................................................................................. 121


Por: Rosalino Paguay

Los cueches, el duende, la viuda, los entundados y la procesión ............................................................................... 129


Por: Miguel Ángel Paguay

La muerte y los duendes .................................................................................................................................................... 141


Por: Luis Alfredo Lima

Los cargueros y Rosendo Paspuel ................................................................................................................................... 147


Por: Marcos Paspuezan Paspuel

La viuda, el alma y los cacharreros ................................................................................................................................. 157


Por: Ángel María Ruano Paguay

Rosendo Paspuel, la vieja, el cueche, la Mala Hora y los entundados ....................................................................... 163
Por: Rosendo Paspuel Duque

El duende, el aguador, Rosendo Paspuel, Juan Chiles y la cueva de plata ............................................................... 173
Por: Pablo Arturo Paspuel Paspuezan

El duende, el alma, la vieja, los entundados, la huaca, el cueche, la viuda y José Aragán ..................................... 181
Por: José Florentino Duque Chuquizán

El Cabildo y la Comuna .................................................................................................................................................... 189


Por: Jorge Bolívar Ipial Cadena

Otros informantes .............................................................................................................................................................. 194

Bibliografía .......................................................................................................................................................................... 197

6
Elogio a la Comuna La Esperanza
Las palabras no alcanzan para describir todas los encantos que encierra la Comuna La Esperanza.
Su páramo, montañas, cerro, paisajes, ríos y especialmente, sus habitantes, quienes conforman un
paraíso que enaltece a la provincia de Carchi y llena de orgullo al Ecuador.

Este libro que la Alcaldía Municipal entrega es una muestra más de las enormes virtudes de un
pueblo pujante. Aquí los lectores encontrarán primero, toda la riqueza cultural con las historias
contadas por los mayores; segundo, la magia colorida de los dibujos realizados por los niños; y
tercero, unos ejercicios pedagógicos para que los docentes conviertan este libro en material de
estudio en el aula de clase.

La Administración 2009-2014 entrega este libro para que fortalezca ese patrimonio que los
habitantes de la Comuna La Esperanza poseen desde su cultura Pasto. Es una contribución que
hacemos convencidos de que las figuras del taita Juan Chiles, don Rosendo Paspuel y el cacique
Tulcanaza no deben desaparecer como referentes de liderazgo y de virtudes, sino que deben
permanecer para siempre en nuestras memorias como un camino a seguir.

La Comuna La Esperanza, páramo custodiado por el cerro Chiles, tierra cuyo poncho es la
blanca neblina del amanecer, lugar donde el habla tiene su propio color… en vuestras manos
dejamos este libro para que lo conviertas en un instrumento espiritual.

¡Vamos La Comuna, Avancemos…!

7
A G R A D E C I M I E N T O S
Este libro es el resultado del esfuerzo, apoyo y dedicación de muchas personas. A ellos queremos
manifestarles nuestro más sincero agradecimiento por los aportes que nos brindaron.

A LOS INFORMANTES:
Oswaldo Hernán Chiles Tarapués
Gerardo Malte Malte
Marco Tulio Ruano
Carmela Pérez López
María Etelvina Chiles Paguay
Segundo Erasmo Paspuel Malte
José Ricardo Malte Malte
Pablo Marcial Tatamués Chiles
Aurelio Chiles Ruano
Wilson Guillermo Ruano
Pastora Amelia Paguay Chiles
Rosalino Paguay
Miguel Ángel Paguay
Luis Alfredo Lima
Marcos Paspuezan Paspuel
Ángel María Ruano Paguay
Rosendo Paspuel Duque
Pablo Arturo Paspuel Paspuezan
José Florentino Duque Chuquizán
Jorge Bolívar Ipial Cadena
8
Rosa María Paspuel Chiles
Luis Alberto Paspuel Chiles
María Isabel Chuquizán Ipial
Miguel Ángel Cadena Perengüez
María Clemencia Paspuezán Paspuel
María Laura Paspuel Paspuel
Guillermo Pozo Paguay
Elvia María Paspuezán Paspuel

A LAS NIÑAS Y NIÑOS QUE DIBUJARON:


Anthony Alexander Almeida, Brayan Santiago Escobar Chenás, Cristian Fernando Puetate
Arcos, Yajaira Castro Güiz, Erika Elizabeth Chiles Castro, Nilson Norvey Figueroa Cadena,
Alex Ubeimar Yandún Ruano, Laura Milena Paspuel Quendí, Klever Stiven Figueroa Paspuel,
Pedro Luis Játiva, Jordan Alexis Ruano Paspuel, Jonathan Tulcán Tarapués, Jersson Alexander
Chunatá Chiles, Richard Arley Ipial Fraga, José Paúl Chiles Chamba, Yesenia Maribel Caipe
Yanascual, Nathaly Cuesta Chenás, Damarís Belén Tarapués Chuquizán, Cintya Yorlenis
Chuquizán Tulcán, Dayana Gisela Chiles Chiles, Steven Grayed Puetate Arévalo, Nayeli Liseth
Quintanchala Arévalo, Janine Mishel Puetate Arévalo, Leyder Alejandro Guel Escobar, Camilo
Roger Tarapués Chenás, Paola Milena Tulcán Tarapués, Ricardo Sebastián Chenás Moreno,
Juliana Mabel Chenás Duque, Jeison Stiven Chiles Malte, Jaider Ramiro Taramuel Ipial, Ammy
Mayerli Tapia Paspuezan, Karen Yoreli Cadena Yanascual, Amanda Guisela Puetate, Maryuri
Shirley Puetate Duque, Daniela Estefanía Puetate Paspuel, Ana Milena Guzmán Paspuezán,
Jaider Puetate Duque, Cinthya Micaela Paspuel Chenás, Melani Juliet Almeida Játiva, María
José Buitrón Mora, Ángela Estefanía Tacán Mejía, Elvis Armando Tarapués Chuquizán, Alisson
Karen Ipial Tulcán, Liseth Carolina Puetate Paspuel, Fernando Javier Puetate Malte, Anthony
Joel Tatamues Ipial, Alison Estefanía Chenás Tatamués, Katherine Dayana Paspuezan Duque,
Saira Briceida Quintanchala Arévalo, Jostin Sebastián Martínez Perengüez, Jennifer Damarís
Paguay Ruano, Diana Gisela Malte Arévalo, Arley Santiago Pantoja Tulcán, Paola Mabel Malte
9
Ruano, John Sebastián Tatamués Guerrero.
A LOS MAESTROS:
Lic. Eduardo Villarreal, rector
Lic. Zoila Teresa Tobar
Lic. Grace Oliva Usiña
Lic. Teresa Arteaga
Lic. Lidia Marisol Urgiles
Lic. Lucía Graciela Usiña
Lic. Orlando Ramiro Hernández
Lic. Dorís Cristina Chacón

A LOS DIRECTIVOS DE LA COMUNA LA ESPERANZA


Presidente: José Efrén Chiles Puetate
Vicepresidente: Manuel Mesías Paspuezán
Tesorero: Andrés Paspuel Paspuezán
Secretario: Álvaro Tatamués Paspuezán
Síndico: José Octaviano Paspuel

A LOS INTEGRANTES DEL GAD DE LA PARROQUIA RURAL


DE TUFIÑO
Presidenta: Teresa Tarapués
Vicepresidente: Agustín Paspuezán
Primer Vocal: Irene Jiménez
Segundo Vocal: Mónica Chuquizán
Tercer Vocal: Alba Pozo

10
Secretaría Tesorera: Tlga. Mónica Cuasapaz

AL EQUIPO DE CAMPO DE LA COMUNA LA ESPERANZA QUE


APOYÓ LA RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN
Ing. Saydi Bravo, técnica de apoyo en la Comuna la Esperanza.
Evelin Tamara Tatamués Güel
Jenifer Alexandra Paspuel Paspuel
Nathaly Lorena Paspuel Paspuel
Efrén Ernesto Chiles Paspuel

A LOS CIUDADANOS QUE BRINDARON APOYO LOGÍSTICO


Byron Alex Guzmán Patiño, promotor de la Comuna la Esperanza en la zona baja.

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Lo que significa ser

Pastos
Inicialmente este proyecto consistía en re- de los dibujos realizados por los niños, los cua-
copilar la tradición oral de la parroquia de Tufiño. les son una expresión que muestra cómo ellos
Pero, a medida que fuimos avanzando en su de- interpretan el mundo, cómo entienden su realidad
sarrollo, comprendimos que tal delimitación geo- y cómo observan cada uno de los detalles que
gráfica no correspondía al conjunto cultural de hacen parte de su realidad social. Y el cuarto as-
los habitantes de la zona. Por ello nos vimos en pecto presente son una serie de ejercicios peda-
la obligación de modificarlo para que el proyec- gógicos que acompañan a cada historia, con el
to consistiera en una recopilación de la tradición propósito de que este libro se convierta en una
oral de la Comuna la Esperanza, un territorio más herramienta de aprendizaje para que los docen-
compacto a nivel cultural y con unos procesos tes trabajen en el aula de clase.
identitarios que los fortalecen como una sola co-
munidad o pueblo. De modo que aquí el lector en- En cuanto a la historia de la Comuna la Es-
contrará historias de la parroquia de Tufiño y de peranza, hay que resaltar que este hecho apare-
tres comunidades que pertenecen a Maldonado ció de manera espontánea y natural en la informa-
pero hacen parte de la Comuna: Bellavista, Chil- ción que brindó cada una de las personas entre-
má Alto y Chilmá Bajo. vistadas. No era nuestro propósito inicial recopilar
En este trabajo se pueden evidenciar cuatro datos en torno a ese tema específico ni de ningún
aspectos fundamentales. El primero es la historia otro; lo que queríamos era recoger cualquier tipo
de la formación de la Comuna la Esperanza, pero de información que libremente brindaran las per-
no una historia basada en los datos de archivos sonas para así poder acercarnos a su cosmovi-
ni en el registro bibliográfico, sino una historia que sión. Y, al preguntarles a los informantes por sus
nace desde los sentimientos étnico-culturales y el tradiciones culturales, casi siempre en todos los
recuerdo de los habitantes. El segundo aspecto casos contaban cómo se había creado la Comu-
aquí presente es el reflejo de las creencias, tra- na la Esperanza. Así quedó evidenciado que este
diciones y costumbres de una comunidad que se hecho ha marcado profundamente a la población
identifica plenamente como perteneciente a la y ha dejado, al menos en la generación que lo
cultura Pasto. El tercer aspecto es la presencia vivió, una profunda marca histórica y social.
13
Pero ¿cómo entienden los habitantes de la Las diferencias han dejado a una misma
Comuna el proceso de formación de su propia or- zona dividida por dos países y dos marcos le-
ganización? Lo primero que sobresale en todos gales. En el lado colombiano, en el municipio de
los testimonios es el orgullo que sienten de per- Chiles, se ha establecido el resguardo indígena
tenecer a un mismo grupo social con el cual se cuya máxima autoridad es el gobernador; mien-
sienten identificados. Lo segundo que sobresale tras que en el lado ecuatoriano, en lo que corres-
es que para todos la Comuna nace como una exi- ponde a parte de la parroquia de Tufiño y parte
gencia de justicia por los abusos cometidos por de la parroquia de Maldonado, se estableció la
algunos ciudadanos de Chiles, Colombia. De ma- Comuna la Esperanza, cuya máxima autoridad es
nera que la Comuna se instala en el imaginario el presidente. De todos modos, a pesar de estas
social como un premio o recompensa fruto de la diferencias administrativas, jurídicas y legales, to-
justicia. dos los informantes coinciden también en afirmar
que las actuales relaciones con Colombia son de
Muy aparte de lo que puedan indicar los ar- paz, armonía, respeto y solidaridad. Los conflic-
chivos históricos, los testimonios de los informan- tos que marcaron las diferencias, que provocaron
tes coinciden plenamente en afirmar que antes no rivalidades, peleas, que en un momento dado dis-
existía la actual frontera que ahora divide a Ecua- tanciaron a los habitantes, son hoy cosa del pa-
dor y Colombia. En ese antes sin frontera plena- sado, un recuerdo que todos llevan en su interior
mente establecida, todos los pueblos que ahora y que los identifica como grupo social, pero que
pertenecen a la frontera colombiana y a la fronte- no determina de ninguna manera las actuales re-
ra ecuatoriana estaban integrados en un mismo laciones entre los dos pueblos.
sistema de convivencia. Sin embargo, esa convi-
vencia pronto se vio entorpecida por diferencias
en el uso de los suelos, por la propiedad territorial
y por el irrespeto a los marcos legales estable-
cidos. Estas diferencias generaron un conflicto
que marcó el origen de la Comuna y que terminó
cuando se zanjaron todas las diferencias legales
estableciendo la frontera colombo ecuatoriana. El
origen de la Comuna se remonta, según Rappa-
port (1990), al año de 1958, cuando en el Acta
228 de la Corona Real, se otorgó el título de Res-
guardo y Comuna al territorio de los caciques de Foto tomada por el equipo de campo. La belleza del Nor-Ande
Cumbal. reflejada en la fauna del páramo de la Comuna la Esperanza.

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tercambios comerciales de productos necesarios
para la subsistencia. Pero ser Pastos, además,
puede significar compartir unas mismas creen-
cias que se establecen a partir de los mitos y le-
yendas que todos comparten como una creencia
sagrada, es decir, como un mismo sistema reli-
gioso. Entre esos mitos y leyendas, sobresalen,
tal como queda aquí demostrado, la Moledora, la
vieja ciega, la viuda y el duende, entre otros.
Más allá de todo eso, el ser Pastos signifi-
ca, en el imaginario de los comuneros, pertenecer
a una tradición donde el mundo es contemplado
en profunda comunión con la naturaleza. En esa
cosmovisión, el exterior que rodea al sujeto no es
Foto tomada por el equipo de campo.
Jóvenes comuneros apoyaron la investigación. un ser inerte o inferior, sino que es un ser vivo que
Y son precisamente muchas las cosas que está al mismo nivel del humano, o incluso en un
hoy unen a los dos pueblos y pocas las que los nivel superior. De modo que el ser Pastos es estar
separan. Una de esos aspectos que los une es el imbuido en un sistema de creencias que, influen-
sentirse parte de una misma etnia, de una misma ciado por la religión católica, establece una fuer-
cultura, de una misma tradición, de un mismo ori- te conexión con la naturaleza, dotándola de vida
gen, en este caso, el pueblo de los Pastos. Pero, y de sacralidad. Es, en otras palabras, asumir el
mundo como una parte integrante del Nor-Ande,
¿qué significa para los comuneros sentirse Pas-
como un hijo de la cultura de la papa, como un
tos? Las respuestas a esta pregunta pueden ser
contemplador de la hermosura barroca que forra
múltiples y variadas.
las montañas, como un heredero del taita Juan
Ser Pastos es compartir un mismo territorio Chiles, de don Rosendo Paspuel, del cacique Tul-
con diferentes pisos climáticos, un territorio que, canaza, como un poblador de la tierra fría, como
de acuerdo a los informantes, se extiende desde un hijo que nació del volcán del Chiles, un hijo de
el sur colombiano hasta los actuales límites de la la naturaleza que reflexiona a partir del churo cós-
provincia de Carchi con la provincia de Imbabura, mico, de la cuadratura del círculo y que reivindica
en el río Chota. Las particularidades biológicas, el ethos Pasto como una condición necesaria e
geográficas y climáticas de ese territorio consti- indispensable para desarrollar la vida. Toda esta
tuyen un punto de encuentro donde se desarrolla complejidad de símbolos y significados culturales
una cultura bajo condiciones sociales muy simila- es, de manera sintetizada, lo que significa para
res, tales como el vestido, la alimentación y los in- los comuneros ser Pastos.
15
Vásquez (2008) explora desde el interior de
la misma comunidad el significado humano y cul-
tural del sentir Pasto: “Somos Pastos, somos hi-
jos del páramo y por ello devenimos en cultura de
guerreros. / Pasto: seres humanos que actúan en
sociedad y que su extensión geográfica está deli-
mitada por el ensueño holístico del Taita Cumbal
y la Mamá Chiles creadores de la fantasía ser-
pentina. Hacedores del bohío sideral. / Entende-
mos que lo Pasto existe desde que el ser humano
amaneció en el sueño del padre Cumbal y en el
suspiro de la huarmi Chiles. / Lo Pasto está vigen-
te en cada latir de los corazones pastusos y en
Luis Vásquez durante una de las entrevistas a uno de los informantes.
cada rama del capulí genealógico”.
Además de lo ya expuesto, los textos aquí En esa leyenda, el manejo de los pisos eco-
lógicos determina claramente el comportamiento
presentes son una clara evidencia de lo que sig-
social de cada uno de los grupos que aparecen.
nifica ser Pasto para los comuneros. Ellos, en sus Así, el conocimiento ancestral de los guerreros
historias, reflejaron sus creencias, tradiciones y quinyules estará siempre entre los habitantes de
costumbres. Constantemente, entre esas histo- la parte baja; mientras que los habitantes de la
rias, sobre sale en su cosmovisión la presencia parte alta, es decir, del páramo, estarán guiados
de lo alto y lo bajo, no en el sentido católico del por los poderosos chamanes del pueblo de los
cielo y el infierno, sino en un mismo plano territo- Pastos o por un guerrero quinyul que ha aban-
rial, donde lo alto se identifica con el frío y con la donado la parte de abajo para quedarse a residir
sociedad propia; mientras que lo bajo se identifi- en la parte de arriba. En todas las historias de la
Moledora que se recopilaron, siempre el núcleo
ca con el calor y con la sociedad ajena, es decir,
narrativo lo conforma una bruja de abajo que se
el otro que no pertenece a la misma cultura. Ese instala arriba para generar caos, miedo, destruc-
fenómeno se nota muy claramente en la leyenda ción, es decir, para romper los lazos armónicos
de la Moledora, la cual, una vez más, tal como su- que unen al arriba y al abajo, lazos que se pueden
cedió en el libro que se publicó sobre la tradición entender en términos de intercambio comercial.
oral de Maldonado, apareció aquí con una fuerte Pero siempre, en todas las versiones, la bruja de
presencia. abajo es destruida por la comunidad de arriba,

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que recurre a sus líderes y a sus estratagemas la naturaleza, sobre todo en el hecho de que se
para defender la unidad social. transforma en toro para aparearse con las vacas
y así aumentar su ganado. No obstante, la figu-
Otro de los elementos narrativos que apare- ra de Rosendo Paspuel se ha empañado con un
cen con frecuencia es la selva virgen como hábi- suceso que más responde a una estigmatización
tat de los seres del otro mundo. Esto demuestra proveniente de la iglesia católica: se trata de que
que los seres del otro mundo están estrechamen- todos los informantes aseguran que don Rosendo
te relacionados con un espacio que se torna puro, Paspuel tenía un pacto con el diablo, lo cual intro-
donde la mano del hombre no ha entrado a modi- duce a un ser que no corresponde al imaginario
ficar la vida. Así, esos seres aparecen revestidos de lo Pasto y que, desde una nueva simbología,
de una figura sagrada y pura, de ninguna manera desacredita el papel de este personaje como lí-
como seres demoniacos que se relacionan con lo der formador de su sociedad. Así este persona-
detestable. Sin embargo, esta forma de represen- je pierde su vigencia mítica del Nor-Ande y pasa
tación revela un aspecto preocupante: los infor- a convertirse en una figura malévola que carece
mantes aseguran que cada vez hay menos apa- de méritos mágicos y poderes ancestrales que le
riciones de los seres del otro mundo porque cada permitan ejercer una fuerza simbiótica sobre la
vez quedan menos espacios con selvas vírgenes, naturaleza. Es la clásica visión del chaman indio
lo cual evidencia un terrible daño a la naturale- como el endemoniado, y no como el ser cercano
za, una depredación de espacios ancestrales que a lo sagrado.
ahora son dedicados a la agricultura.
Hay, de igual manera, la repetición constan-
te de tres personas que han dejado una marca
trascendental en el imaginario de los comuneros.
Ellos son don Luis Chiles, el primer comunero,
una persona que empieza a cobrar una relevan-
cia mítica entre los habitantes por haber demos-
trado su valor, su heroísmo y su entrega durante
los procesos de conformación de la Comuna; el
taita Juan Chiles, quien de acuerdo a datos histó-
ricos, es uno de los caciques que lideró los proce-
sos de emancipación y de apropiación de tierras
en la zona; y don Rosendo Paspuel, una figura
mítica con poderes sobrenaturales que represen-
ta la forma como el indígena se amalgama con Foto tomada por el equipo de campo. Los jóvenes comuneros durante un
momento de relajación en las jornadas de recolección de información.

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go. Esto, más allá de delimitar fronteras raciales,
lo que hace de trasfondo es mostrar los valores
internos de los grupos, entre ellos el de los Pastos
y el de los puendos.
Todos estos factores muestran los proce-
sos identitarios de la Comuna la Esperanza. Sin
embargo, más allá de lo que aparece plasmado
en las historias, durante el desarrollo de este pro-
yecto se presentó un fenómeno que demostró la
vitalidad con que cuenta este pueblo. Se trata de
la enorme, desinteresada y valiosa colaboración
que brindaron un grupo de jóvenes comuneros,
quienes asumieron este trabajo con responsa-
Los estudiantes de diferentes zonas de la Comuna la Esperanza realiza- bilidad y amor para sacarlo adelante. Ellos son:
ron los dibujos de las historias que contaron los mayores. Evelin Tamara Tatamués Güel, Jenifer Alexandra
Paspuel Paspuel, Nathaly Lorena Paspuel Pas-
Por último, hay que resaltar la presencia en puel y Efrén Ernesto Chiles Paspuel. Este grupo
las historias de hechos que tienen un referente de jóvenes, bajo la coordinación y capacitación
histórico. Estos hechos son los referentes a los continua y participativa de los directores del pro-
muertos que se presentaron en la alcantarilla du- yecto, buscaron informantes, tomaron fotografías,
rante la construcción de la carretera que une a realizaron entrevistas y trazaron algunos caminos
Tufiño con Maldonado, y los muertos que se pre- metodológicos para llegar al objetivo final que fue
sentaron en el túnel durante la construcción del la publicación de este libro. Les corresponde aho-
canal de aguas de riego que surte a los cultivos ra a ellos, con la experiencia adquirida y con la
de Bolívar. En estos hechos es notoria la binarie- misma férrea voluntad que poseen, continuar con
dad de las culturas que están en juego, donde lo la labor de recuperar los saberes y las tradiciones
que surge desde el seno de la cultura es lo que que corren el riesgo de perderse o de transfor-
se aprueba como válido. Quedan así evidencia- marse en nuevos comportamientos sociales que
dos conflictos de valores entre los pertenecientes poco aportan a la construcción identitaria del co-
a la Comuna y los ajenos a ella. El conflicto se lectivo.
presenta al manifestar una visión cultural donde
los otavaleños son entregados o sacrificados en De igual manera, junto con estos jóvenes,
pos de la construcción del túnel del canal de rie- se contó con la valiosa ayuda de integrantes de

18
la Comuna la Esperanza, entre ellos Saydi Bravo
y José Chiles, presidente de la Comuna la Espe-
ranza, quienes se apersonaron del proyecto con
mucha entrega y colaboración; los integrantes del
GAD de la Parroquia Rural de Tufiño, la tenencia
política y los docentes y directivos de la escuela
Los Ríos. En fin, fueron muchas las personas que
colaboraron para sacar adelante este libro, sin
ellas no habríamos podido ofrecer este resultado
a la ciudadanía.

El apoyo de los docentes para llevar a cabo la actividad de los dibujos


de los niños fue fundamental.

19
Oswaldo Hernán Chiles Tarapués

Edad: 68 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Tufiño, barrio Centro
Escolaridad: Sexto grado de escuela

21
El Cabildo, el compactado,
la paila de cuatro orejas y la Moledora
Cuando yo me eduqué, por 1955, no había escuela completa, solo hasta cuarto grado. Pero mi
papá le pagó particularmente a la escuela para que me diera quinto y sexto. A medida que yo iba termi-
nando, iban creándose los nuevos grados.
Somos indígenas, venimos de una raza indígena. Los orígenes no los tenemos claros, pero los ras-
gos, las ruinas, los hallazgos en Colombia y Ecuador determinan que aquí habitó el pueblo Pasto. Eso
nos ha servido como referencia para que las comunidades que estamos aquí se consideren de origen
Pasto.
Antes no había límite territorial, todo esto pertenecía al Cabildo Indígena de Chiles, Colombia. Pero
dadas las circunstancias de los límites fronterizos que en 1880 se empiezan a discutir, por el río Angas-
mayo, por el río Chota, en 1880 se hace el primer tratado. Ya se establece como límite una referencia,
pero no exacta.
Luego, en 1916, el tratado Muñoz Vernaza hace que se establezca el límite. Después de estable-
cido el límite, la población quedó igual, no ha pasado nada, los dominios de la Comuna, aunque ahora
estaban en territorio ecuatoriano, seguían en manos de la gente de Colombia, incluso hasta de Ipiales:
se conoció que en Potrerillos una familia Vela tenía hasta rejos de ordeño.
Por eso hubo que esperar hasta 1935. La gente mayor se preocupó y nos dijeron: “Si esto es de
Ecuador ¿por qué los Velas, los Salazares siguen teniendo ganado en nuestra tierra?” Entonces ellos se
organizan y piden protección a los guardias de estanco. Ven que no queda otra medida que desalojar.
Así salieron de Potrerillos y del Artezón don Sergio Prado, que tenía más de 400 cabezas de gana-
do. Ese ganado se lo llevó la policía, y al animal que se desmanchaba o abría le disparaban. Desde ahí,
desde 1941, sí empieza a tomar dominio la Comuna. En 1941 mueven a las autoridades, cancillerías,
ejército. Ellos dicen: “Bueno, hemos repartido el terreno, hemos dicho este es el límite, pero no hemos
hecho nada con los grupos humanos”.
Ahí hubo, entonces, una consulta a toda la parcialidad, tanto a colombianos como a ecuatorianos.
Le consultaban a la gente y la gente escogía dónde quería quedarse. Le preguntaban: “¿Usted dónde
quiere quedarse? Y vaya para allá”. Los grupos humanos se dividieron. El grupo de Chiles quedó muy
numeroso y se quedó con la sede del Cabildo, nosotros no teníamos nada.
23
Hasta 1945 esto se conocía como barrio Montañuela, porque esto era una montaña cubierta de
piñuelas. Pero luego vino el cartógrafo Luis Tufiño y dice que no está bien que se llame Montañuela. Al
señor Tufiño eso no le gustó y regaló su apellido. Posteriormente el municipio lo eleva a parroquia, y casi
que nacen juntos la parroquia de Tufiño y la Comuna de la Esperanza.
La Comuna en 1941 empieza a tomar dominio de Artezón, Orejuela y Potrerillos. Con eso sientan
un precedente y se cristaliza en 1943, en agosto. Ahí aparecen los primeros documentos, las escrituras.
El territorio queda desde el puente de los ríos Játiva y Capote hasta cerca de Maldonado, en los ríos
Plata y San Juan. Así queda establecida la Comuna con su territorio y su gente.
Pero era muy poca la gente que había. El censo que tenemos en las escrituras dice que eran cin-
cuenta y siete familias, mientras que en Chiles pasaban de cien o doscientas familias. La mayoría de
gente no quiso quedarse en Ecuador. Así quedó cada cabildo con su estructura, con su jurisdicción. El
cabildo de Chiles es una corporación, nosotros simplemente un cabildo más pequeño con cinco perso-
nas, el cabildo de Chiles con trece o quince personas.
Desde ese entonces los pueblos y la gente no han tenido problemas mayores. Todos nos llevamos
muy bien, hermanablemente como que no hubiera límites, como que ni hubiera pasado nada. Cuando
Colombia tiene buena producción de leche o papa se trae para acá, y viceversa. Podemos pasar las

Nombre:
Anthony Alexander Almeida
Edad: 9 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
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veces que quiera a Colombia o ellos pasan acá y no hay problema, hay buena relación; además, la ma-
yoría tenemos vínculos familiares, mi madre era de Panam pero quiso quedarse aquí. Esos casos se van
dando hasta la actualidad, con chicas que contraen matrimonios con chicos de Colombia y viceversa.
Lo que pasa es que antes, pues, había mucha vegetación, aquí mismo el pueblo era pantanos
para abajo, ciénagas. No podíamos pasar porque nos pegaba el cueche, era un sitio respetado, el río
Grande, el río Chico, eran haciendas de no fácil acceso, pero íbamos a la hacienda de San Luis a buscar
leña, había que esperar que el río estuviera bajo para pasar, si se pasaba con un poco más de agua hay
gente que se murió, se ahogaron, estaban pasando y bajó la crecienta y se lo llevó. La montaña era muy
respetada. Lo de la Laguna Verde, lo del señor que se zumbaba a la laguna, dicen que había un señor
que se zumbaba a la laguna y al otro lado salía un toro y después el toro se metía a la laguna y al otro
lado salía la persona.
A mí me contaron que cuando hacían el canal de Bolívar para llevar el agua, trabajaba mucha gente
de Chiles y de aquí, pero llegaron a una parte que se llama los Violines. Ahí hicieron el túnel para que
pasara el agua, y ya estuvo todo habilitado, y soltaron el agüita desde la toma en Santa Rosa. El agua
corría normalmente, pero que llegó al túnel y de allí se regresó. No pasó.

Nombre:
Brayan Santiago Escobar Chenás
Edad: 9 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
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Algún trabajador lo miró al jefe que pasaba caminando en el aire, pero en una neblina. Este señor
había estado haciendo un compacto con el diablo. El diablo le exigió que le diera diez trabajadores para
dejar pasar el agua. El señor jefe le dijo: “No, diez es mucho, cinco le doy”. Entonces, dio los cinco y ahí
sí pasó el agua. Había testimonios de la gente que los conoció a esos trabajadores. Eran sanos, pero de
pronto morían. Este señor los entregó y luego pasó el agua normalmente, eso entre muchas cosas que
se ha oído.
Dicen que un señor llamado Cecilio Tatamuez iba a rodear a sus ganados en Potrerillos. De pronto,
en la Laguna Verde encontró en la orilla una paila de cuatro orejas. Le dio curiosidad y como estaba bien
ataviado con su buen caballo y lazos, bajó a la laguna y la enlazó la paila. Así la estaba halando para
sacarla, pensando en dejarla escondiendo mientras iba a Potrerillos a rodear el ganado y regresaba por
la paila.
Pero cuando ya la enlazó y la paila estaba saliendo, la laguna pegó un bramido y por poco se lo
lleva a él, y el caballo quedó enterrado en el lodo de la laguna, y se rompió el cabestro. Pero el señor
salió, aunque muy mal. Luego les comentó a los compañeros y le dijeron que otra vez no ande solo, sino
acompañado.

Nombre:
Cristian Fernando Puetate Arcos
Edad: 9 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
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Otra historia que se sabe es que la gente de Quinyul se hicieron caníbales. Esta gente allá casi se
habían comido a toda la gente que iba a comprar plátanos. Entonces, estos quinyules decidieron salir a
Chiles, diciendo: “Allá nos va bien porque hay mucha gente”.
Así, un grupo de quinyules deciden salir. Alguien de la gente de allá mismo supo de esta idea de los
quinyules, que estaban saliendo, y se vino calladito adelante para alertar a Chiles. Les dijo que se cuiden
mucho porque ya vienen los quinyules y dicen que van a comer mucha gente.
La gente de Chiles se puso alerta y dijeron: “¿Qué vamos a hacer?” Ellos se fueron a Cumbal y
hablaron con el sacerdote que les ayude, qué pueden hacer. Algunos de ellos opinaban que lo mejor
era ir a hacer enojar la Laguna de la Puerta porque era brava, que había que pasar en silencio porque si
alborotaba echaba nevazones, había muerto harta gente, se habían entumido y ahí quedaban.
Entonces, en Cumbal dijeron: “Bueno, padre, a ver si nos puede ayudar y puede darnos celebrando
una misa y hacerla enojar la laguna para que neve y no puedan pasar los quinyules”. El padre aceptó,
dijo que lleven dos quintales de sal.
El sacerdote fue y celebró la misa en la laguna y le botaron la sal. Al punto que le botaron la sal ellos
solo alcanzaron a salir y siguió una nevazón que acabó con todo. Los quinyules estaban en ese mo-

Nombre:
Jersson Alexander Chunatá Chiles
Edad: 9 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
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mento llegando a la laguna, y la nevazón los alcanzó. Los que pudieron, los que alcanzaron a manejar
las plantas que traían, entre todas, coca principalmente, se hicieron halcones, águilas, osos, para poder
resistir la nevazón. Los que no alcanzaron murieron en la nevazón o tuvieron que regresarse a Quinyul.
Pero entre ese grupo iba una bruja que también era caníbal. Esta señora dice: “Ya llegué a la
montaña, bajo a la ceja y ahí me quedo, por ahí pasa todo el tiempo la gente de Chiles a los plátanos”.
Entonces ella buscó un lugar estratégico para quedarse a dormir y vivir ahí.
Después la gente pasaba por ese sitio en grupos de cinco y seis, pero al otro lado que salían, pa-
sando la quebrada del Rosario, siempre faltaba uno menos. Todos lo buscaban, salían, se regresaban a
buscarlo y nunca lo hallaban. Entonces la gente optó por abandonar el camino, se iban por las faldas del
Cerro Negro y se amarraban y decían: “Ahora sí vamos a pasar todos”.
Pero ni eso fue suficiente, al otro lado, cuando se daban cuenta, faltaba uno. Entonces la gente
estaba muy inquieta de que eso no iba a parar, siempre la vieja se comía uno, ahí estaba la piedra y los
huesos.
Por eso dijeron: “¿Qué hacemos?” Y se fueron a conversar con un hermano de la vieja, de la bruja,
que vivía en Mayasquer. Ese hermano era otro de los brujos quinyules, pero él estaba asentado en Ma-

Nombre:
Jonathan Tulcán Tarapués
Edad: 9 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
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yasquer y no era caníbal. La gente le dijo a él: “Ayúdenos, la gente está muy miedosa y ya no quieren
venir porque se están comiendo la gente”.
El hermano dijo: “Voy a preparar una boda, matamos chanchos, gallinas, cuyes y la vamos a invitar
a que venga acá y allí vemos qué hacemos con ella”. La gente dijo: “Bien, nosotros apoyamos y ayuda-
mos en lo que haya qué hacer”. Entonces el hermano los mandó por leña seca. Este hermano le tendió
una trampa en la entrada de su casa: puso toda la leña hecha en brasas y la camufló poniendo cueros
de res y tierrita para que no se dé cuenta la vieja.
Luego los mandó a sus hijos a que la llamaran a su tía. Pero, antes de mandarlos, los instruyó bien,
los mandó protegidos con las brujerías y las plantas. Los niños fueron donde la tía, pero ella al verlos
pensó: “Uno de estos guaguas me lo voy a comer”. Pero cuando ella intentó comerse uno, se dio cuenta
que los niños no caminaban sino que volaban. Los niños le dijeron a la vieja que fuera a donde el papá
de ellos, su hermano, que le había preparado mucha comida.
La vieja se fue tras de los niños. Al llegar al cañón del río Cainacán el papá les tendió a los niños de
un extremo al otro una tarabita y les dijo que se atravesaran el cañón por ahí, para que ni tuvieran que ir
hasta abajo y luego volver a subir. Los niños pasaron así de esa manera por la tarabita. Luego, cuando

Nombre:
Jordan Alexis Ruano Paspuel
Edad: 9 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
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ellos ya llegaron, el papá con su arte cortó la tarabita. Así la vieja ya no pudo pasar, sino que debió bajar
hasta el río y luego volver a subir.
Cuando la vieja llegó a donde el hermano, dijo: “¿Para qué me ha mandado a llamar, hermano?”
El hermano le dijo: “Sí, entre, hermanita, le preparamos una bodita, una comidita, entre a comer”. Pero
ella, desde afuera de la casa, sospechaba y pensaba: “Cómo así que nunca me ha invitado a su casa y
ahora me prepara boda y todo”. Entonces por eso le respondía al hermano: “Aquisito no más, hermano,
aquisito no más me quedo yo”. El hermano ya no sabía qué hacer. Entonces hizo llorar un niño chiquito
que ha tenido, un guagüito, lo hizo llorar adentro de la casa y le dijo a su hermana: “Estito no más para
que se lo lleve, hermana, este guaguito para que se lo coma”. Entonces la vieja se levantó rápido y dijo,
entrando a la casa: “Esito sí, pásamelo, que me lo llevo”.
Cuando la vieja entró a la casa, del peso de ella, se cayeron los cueros a la hoguera. Entonces salió
la gente con horquetas y la aplastaron y la quemaron. Tenían que hacer que se consuma para que no
quede nada.

Nombre:
Pedro Luis Játiva
Edad: 9 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
30
Cuando ya la terminaron de quemar, el hermano de la vieja cogió la boda que estaba preparada
para su hermana, los cuyes, las gallinas, los chanchos y la echó en un canasto, porque esa comida tam-
bién estaba con brujería. Esa boda no podía comer nadie, ni el mismo hermano, ni la misma gente. Luego
echó en el canasto las cenizas de la vieja, y dijo: “Ahora sí, ¿quién bota esto en la peña más alta del Cai-
nacán, pero sin mirar lo que hay dentro?” Por ahí saltó uno que maliciosamente dijo que él iba, pero no
iba de bueno. Este señor pensaba: “¿Cómo voy a botar los cuyes, las gallinas? Esto me llevo a mi casa”.
Entonces le dijeron que fuera a botar y corriera sin voltear a ver. Este señor se fue con el canasto,
pero al llegar a la peña abrió el canasto a sacar los cuyes y las gallinas y los chanchos, pero lo que más
salió fue moscos. Muchos moscos que se lo comieron a él. Esos moscos eran la misma vieja que ahora
hecha ceniza se comió a otro.
El espíritu de la vieja quedó. Ella seguía sacando a la gente, ya no se la comía físicamente, pero
se los seguía llevando para matarlos. Entonces acudieron a un sacerdote y dijeron que se hagan bendi-
ciones y conjuraciones ahí en el sitio para que se aleje la tentación. La vieja quedó en toda la montaña.
A veces la oían gritar. Si alguien trabajaba hasta las cinco de la tarde ya la oía, en la casas tenían que
tener sus protecciones, sus plantas, su aguardiente, eso es lo que se puede narrar de esta historia de la
Moledora.

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PARA REFLEXIONAR
Identifica qué significa la palabra “desmanchaba” en la siguiente expresión: “al animal que se
desmanchaba o abría le disparaban”. ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles?
Presenta algunos ejemplos.
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Identifica qué significa la palabra “compacto” en la siguiente expresión: “Este señor había estado
haciendo un compacto con el diablo”. ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles?
Presenta algunos ejemplos.
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Identifica qué significa la palabra “manejar” en la siguiente expresión: “los que alcanzaron a manejar
las plantas que traían”. ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta algunos
ejemplos.
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Identifica qué significa la palabra “boda” en la siguiente expresión: “Esa boda no podía comer nadie”.
¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta algunos ejemplos.
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Identifica qué significa la palabra “arte” en la siguiente expresión: “el papá con su arte cortó la
tarabita”. ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta algunos ejemplos.
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Quien cuenta la historia dice: “La montaña era muy respetada”. ¿Cómo se respetaba la montaña?
¿Crees que hoy es respetada? ¿Por qué?
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En la historia de la Moledora se mencionan, entre otros, los siguientes personajes: la Moledora; su


hermano, el brujo; y los hijos de este hermano, llamados guaguas. Responde las siguientes preguntas
de razonamiento lógico a partir de esos datos:

• Quién es la hermana del papá de los guaguas? ______________
• ¿Quiénes son los hijos del hermano de la vieja? ______________
• ¿Quién es el papá de los sobrinos de la Moledora? ______________
• ¿Quién es la tía de los hijos del brujo? ______________

PARA CREAR
Investiga con tus familiares, vecinos y amigos quién fue Luis Tufiño, dónde vivió, a qué se dedicaba.
También puedes consultar libros o Internet. Luego escribe una biografía con todos los datos que has
logrado reunir.

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Gerardo Malte Malte

Edad: 76 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Bellavista (desde hace 66 años)
Escolaridad: Segundo año de escuela

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La Vieja y la Moledora
Yo sí, como le digo, avisando la verdad, no he visto nada. Pero a mi mamita abuela le había salido
la Vieja. ¿Cómo sería? Nosotros no estuvimos ahí, estábamos abajo, trabajando en el monte.
Pero contaba mi mamita abuela que los guaguas se habían ido abajo, contra el río, a buscar caña
en los sembrados que tenía mi papá. Entonces los guaguas se dejaron estar allá, y salen ya de noche.
Ahí es que los había seguido la Vieja hasta la casa. Allí mi mamita abuela se puso a defender a los gua-
guas hasta amanecerse toda la noche. Eso que llegaba la Vieja y gritaba alrededor de la casa, buscando
por dónde meterse. Los guaguas estaban en la sala, acostados, tapados, con miedo. El peligro era que
si la Vieja lograba entrar a la casa se los comía a todos, se les comía el corazón.
Entonces mi mamita abuela, al verse ya perdida, tuvo la idea de coger piedra azufre, ají y todo re-
medio hediondo para tirárselo al potrero, por las hendijas de la casa. Así la pudo aquietar, hasta que ya
amaneciendo, cuando han cantado los gallos, la Vieja lo que ha hecho es como llorar, ha pegado un grito
y se ha ido.

Nombre: Klever Stiven Figueroa Paspuel


Edad: 11 años
Institución: Escuela José Tulio Yandún Cadena
Lugar de residencia: Bellavista

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Nosotros después llegamos a la casa y mi mamita abuela nos contó todo. Por eso yo no sé cómo
será eso, porque como no se la ha visto no se sabe. Claro que de pequeño yo la oí gritar a la Vieja entre
eso de las doce de la noche, cuando yo salí al baño, porque el baño estaba afuera.
Es que antes las casas, en ese tiempo, eran de hoja, eran con un cercadito de guadua nomas, no
eran de tabla porque aquí no se sabía aserrar la madera. Las casas se construían a lo alto para dormir,
quedando una parte sin nada debajo. Pero ahí debajo desque llegaban las tentaciones a lamber las
cenizas. Por eso, mi papito y mi mamita abuela tenían adentro de la casa una piedra, y con el machete
la hacían sonar duro cuando ya sentían que una tentación andaba lambiendo las cenizas. Entonces la
tentación salía, como salir un ganado.
Los antiguas de Mayasquer, de Santa María, de Tiuquer y mi mamita abuela también conversaban
que en La Moledora había una piedra ancha, gruesa, como una mesa, y otra piedra larguita, pequeña.
Ahí decían que mantenía La Moledora, una que los acababa a los que salían de aquí por el lado de Ma-
yasquer.

Nombre:
Laura Milena Paspuel Quendí
Edad: 10 años
Institución:
Escuela José Tulio Yandún Cadena
Lugar de residencia: Bellavista

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Pero después, para evitar eso, que le habían hecho los antiguas un hueco grande, y le han puesto
leña adentro como un fogón. Y luego han tapado todo con una estera grande. Entonces que la Moledora
ha salido a ver a los viajantes, a los pasajeros para comérselos. Y ellos la han hecho sentarse allí, en la
estera, y cuando ella ha ido a comérselos, la han hecho caer al hueco y la han acabado y la han encen-
dido. Luego, las cenizas que le han sacado las han hecho un atado en hojas para botar al rio. Pero que
los guaguas traviesos han destapado el atado y han salido los moscos.
Todo eso contaban los antiguas. Era un tiempo en que por esta zona de Chilmá Alto solo vivíamos
mi papasito, mi mamita abuela y yo. Nosotros fuimos los primeritos que vinimos a vivir aquí. Claro que
en Maldonado ya vivían otras personas. Allá estaban el finado Bartolo Güíz, el finado Briceño Quiroz, el
finado Luis Mejía con la señora Trinidad Mejía, la señora Emperatriz Erazo, una mamá abuela, el finado
Ramón Guanga y el Lázaro Güíz, que era de Maldonado más abajito.
Eso nomas, pues.

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Escribe algunas de las palabras encontradas en la sopa de letras y luego defínelas.
Palabra Definición
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________

PARA REFLEXIONAR
Investiga con familiares o vecinos de tu localidad quiénes fueron o son las siguientes personas:

PARA CREAR
Comparte el texto con tu familia. Pregúntales si saben otras versiones o modificaciones de las historias
que se cuentan aquí.

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Marco Tulio Ruano

Edad: 80 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Chilmá Bajo (desde hace 60 años)
Escolaridad: Tercer grado de escuela

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Los cusumbes, la Mala Hora, la Vieja,
el mal rato y el duende
Antes, esto propiamente se llamaba Machines, como le habían puesto los mayores. Pero un señor
supervisor de cuando se crio la escuela dijo que ese nombre de animales no estaba bien. Entonces él
dijo, pues, que sea Chilmá Alto allá arriba y acá abajo Chilmá Bajo.
Usted sabe de que cuando recién se viene a un terreno que no hay vía, es duro. Antes la carretera
llegaba hasta el Azuay. Nos tocaba un día de camino para llegar hasta el Jucal; y otro día de camino
llegábamos aquí. En esta zona se daba en cantidad, frejol, maíz, naranjilla, pero no se podía transportar
porque no había vía, ni por el lado colombiano, medio alguna cosita se podía sacar con un caballito.
La realidad es que aquí no vivía nadie permanente, esto dependía de la Comuna la Esperanza.
Solo venían los antiguas a trabajar, como mi finado papabuelo Bautista Ruano, el finado Fidel Paguay,
el finado Camilo Paguay, el finado Marcelo Malte, y así otros que estoy trascordado también venían a
trabajar y se iban a Tufiño.

Nombre: Alex Ubeimar Yandún Ruano


Edad: 9 años
Institución: Escuela Consejo Provincial del Carchi
Lugar de residencia: Chimá Bajo
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Contaban nuestros abuelos que aquí en Chilmá venían a sembrar el morocho. Pero en cuanto es-
taba de cosecha, encontraban cebados a los animales, el cusumbe, el oso, todos venían a comerse el
maíz. Una mañana el dueño de una cementera llegó a ver sus cultivos y los encontró con una porción de
cusumbes colorados. Él se fue con el machete a machetearlos creyendo que eran cusumbes. Y les daba
y los despedazaba pero ahí mismo ellos se entreveraban y volvían a armarse. No eran cusumbes, era
la Mala Hora que le hacía ver cusumbes.
El señor llegó a mi casa con los pies espinados porque andaba descalzo. Y también llegó ya enfer-
mo. Yo le dije que se vaya breve para Tufiño. Él se fue pero allá ha seguido más enfermo y se murió. Es
que en ese tiempo el misterio era bravo aquí, las tentaciones eran muchas porque no había casas, solo
monte.
Mi tío Manuel Ruano fue de los primeros que vino aquí a vivir. Mi tío Jesús Ruano también vino
pero él vivía por allá arriba. Yo en ese tiempo era guambrito, de unos ocho años, y vivía en Tufiño. Una
vez vine a verlo a mi tío Manuel Ruano. Ya oscureciendo, él salió al baño, y oyó que pegaron grito en
esa cuchilla. Entonces él entra y le dice a la mujer: “Matilde, Jesús grita por allá arriba, parece que se
ha enfermado”. Y luego me dice a mí: “Marcos, vamos a ver a Jesús, está enfermo y solito”. “Bueno”, le

Nombre:
Erika Elizabeth Chiles Castro
Edad: 10 años
Institución:
Escuela Consejo Provincial del Carchi
Lugar de residencia: Chimá Bajo

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digo yo. Los dos nos fuimos con dos armas, él con una carabina, yo con una escopeta. En ese tiempo no
había linterna ni nada, solo fuimos con una lámpara de querosín.
Los dos estábamos caminando cuando, como a los sesenta metros de la casa, pegó otra gritada fea.
Mi tío dijo: “No, ese no es el Jesús y el grito tampoco viene de dónde está él. Esto es la Vieja, Marco”.
Los gritos siguieron y siguieron, cada vez más feos. Mi tío y yo nos pusimos atentos a ver dónde
es que la Vieja gritaba tan feamente. Entonces mi tío dijo: “Marco, hagamos unos tiros”. Pero cuando
aparece ese misterio, la carabina no funciona, porque nosotros levantamos las armas y les dábamos y
les dábamos al gatillo, pero en verdad ha sido que no disparan.
Nosotros nos regresamos rápido a la casa. Mi tío le dijo a su señora: “Matilde, pásame el cuchi-
llo”. Y él cogió el cuchillo, lo pasó por encima de la escopeta, lo puso en el gatillo formando una cruz,
y salimos otra vez afuera. Ahí mandamos los tiros, y esta vez sí se fueron los tiros, cosa que quedaron
retumbando. Entonces ya no se escucharon más gritos, y nos acostamos a dormir.
A las cinco de la mañana del otro día nos fuimos a verlo al tío Jesús. De lejos ya se vio una candela.
Cuando llegamos allá, lo saludamos. Él nos dijo: “Hijitos, ustedes me salvaron, a yo parecía que la Vieja
estaba junto conmigo, pero a lo que hicieron los tiros se retiró y no se la oyó más”.

Nombre: Nilson Norvey Figueroa Cadena


Edad: 10 años
Institución: Escuela Consejo Provincial del Carchi
Lugar de residencia: Chimá Bajo

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Y es que en verdad aquí es pesado. Fíjese lo que le pasó al finado Segundo Castro. Él tenía un
sembrío al otro lado del río Chilmá, en la finca San Pedro. Allí ha estado trabajando cuando le ha dicho
a un sobrino sencillo que vivía con él, un sobrino que llamaba José, le ha dicho: “José, anda a traerte un
espaldero de un canasto de camote”. Porque ellos tenían bastante camote sembrado.
El sobrino, como era sencillo, fue y cosechó el camote. Pero en lugar de regresarse breve, él paró
la olla de camotes para venir comiéndoselos. Y por estar en esas cosas, se le hizo la noche. Ya al pasar
por el puente del río Chilmá lo empezó a seguir un bulto. Él escuchaba lo que el bulto daba el paso atrás.
Más adelante, el bulto ya lo comienza a empujar hasta que lo manda al suelo. Hasta que saliendo a una
lomita, ahí ya desque se vio en malas, ya se le fregó el camote, y ahí lo dejó botado. Cuando ya llegó a
donde su tío, el finado Segundo Castro, contó lo que le ha pasado. Pero ese muchacho, por sencillo, ha
seguido malo, enfermo, y murió. Eso también fue la Mala Hora.
Otro caso que ocurrió aquí, en este Chilmá, fue el de unas dos familias Malte que eran de Colombia,
de Chiles. Esas familias habían venido a coger terreno, dicho que era baldío querían coger y asentarse,
sin ser propiamente comuneros. Entonces una familia cogió una parte y empezó a trabajarla, pero la otra
familia también quería esa misma parte para trabajarla. Y los unos que no se dejaban, y los otros que se

Nombre:
Yajaira Castro Güiz
Edad: 12 años
Institución:
Escuela Consejo Provincial del Carchi
Lugar de residencia: Chimá Bajo
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vayan. Y así hasta llegarse a vengar. Dese cuenta: ¡puta!, llegaron a echarse palo y lomazos de hacha
para matarse entre tíos y sobrinos. Eso fue un mal rato.
Por aquí se han escuchado muchas otras cosas. Antes andábamos por el camino de Colombia, que
es más corto, y por ahí había una piedra grande y otra más pequeña encima que es la guagua. Por eso
le han puesto La Moledora, y contaban que ahí estaba la Vieja, una bruja que cogía a los que pasaban y
los molía en la piedra para absorberlos.
También se escuchaba del duende, que se lo oía silbar en las quebradas. A yo una vez me cogió la
noche cuando me fui a la cacería de unas pavas, y lo oía que silbaba el duende, entonces yo le contesté.
¡Caramba!, me cogió un dolor de cabeza que ya no podía salir de esa cuesta, pero de ahí ya le hice un
tiro con la arma que andaba, y ya se me fue pasando.
El duende también los enduendó a dos hermanos, a Eliodoro Paspuel y a Ángel Paspuel. Ellos ve-
nían a sembrar maíz en un terrenito. Y para acabar breve se iban ya oscuro y le pegaban a la caminata
hasta la noche, llueva o no llueva. Pero por irse ya tan tarde los cogió la Mala Hora del duende. En primer
lugar, les dio el dolor de cabeza, y en seguida se olvidaron hasta de hablar, solo querían salir corriendo.
A ellos tuvieron que amarrarlos, aunque por fuerza querían irse. Favorablemente aquí había el finado
Ángel Arévalo, que sabía los secretos. Él hizo cortar la crin de los caballos, de los rabos, y esa la torció
y la hizo trencita. Con esa los amarró y ellos ya se moderaron. Al otro día tocó con gente salir a dejarlos
a Tufiño. Allá les tocó meter mucha plata para curarlos, eso fue un gasto.

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PARA REFLEXIONAR
Identifica qué significa la palabra “sencillo” en la siguiente expresión: “cuando le ha dicho a un sobrino
sencillo que vivía con él”. ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta
algunos ejemplos.
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Identifica qué significa la palabra “pesado” en la siguiente expresión: “Y es que en verdad aquí es
pesado”. ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta algunos ejemplos.
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Identifica qué significa la palabra “paró” en la siguiente expresión: “él paró la olla de camotes para
venir comiéndoselos”. ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta algunos
ejemplos.
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PARA CREAR
Busca en los periódicos u observa en los noticieros otros casos de familias o personas que hayan
resuelto sus diferencias del mismo modo en que lo hicieron los integrantes de la familia Malte. Analiza
las causas y las consecuencias de resolver los problemas con la violencia. Elabora con tus compañeros
una cartelera donde expongan cuál es la mejor manera de resolver un problema.

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Carmela Pérez López

Edad: 85 años
Lugar de nacimiento: Chiles, Colombia
Lugar de residencia: Tufiño, barrio Centro
Escolaridad: Segundo grado de escuela

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La Viuda, el duende, el guagua auca
y el carro de la otra vida

La viuda la encontramos en la Libertad, en el Ángel. Nosotros estábamos entre eso de las ocho
de la noche buscando posada. Y cuando la vimos, la Viuda había estado entrando al pueblo. Íbamos mi
mamita, mis hermanos. La viuda bajó por aquí, nosotros pasamos por allá. Era una mujer alta, cobijada
de arriba abajo, toda de negro. Era oscuro, no le vimos la cara. Pero todos nos espantamos, porque a lo
último nos gangoseó. Pero no nos hizo nada, nada.
Sobre el duende, decía mi tía que ella había venido tardecito del agua caliente, cuando pasó por
el puente se apegó al filo curiosa como los niños. Entonces ahí los vio a dos guaguitos pequeñitos que

Nombre: Ammy Mayerli Tapia Paspuezan


Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

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estaban jugando de una piedra a la otra, de un lado a otro. Ellos, a lo que la sintieron que ella estaba
viendo, cogieron quebrada adentro.
Lo favorable es que ella los vio de primero, por eso no la enduendaron. Si ellos la hubieran visto pri-
mero, la habrían enduendado. Así le pasó a la mamá de los Játivas. Ella salía corriendo botando piedras,
decía que el duende le botaba caca de caballo diciendo que son naranjas, que el duende la llamaba.
No la podían curar, ella salía y se iba. Decía que en la noche por el soberado le sonaba y le sonaba.
De ahí le han mandado a curar con cuero de borrego negro y remedios. Conforme desollaron el borrego
calentito le pusieron de arriba abajo, la forraron a ella. Así la pudieron curar. Decían que el duende que
la afectó era el duende claro, que es trabajador; el duende negro es mudo. Eso nos conversaba porque
ella era casi tía para mí.
Por arriba, por el Infiernillo, veían un carro que le tenían miedo. Porque veían los focos y nunca lo
veían llegar. Otra cosa que decían es que ahí en los niños del jardín salía el guagua auca. Por eso se
enfermaban los niños. Por eso lo llevaron al padre Ponce, él fue dio una misa y dejó bendiciendo, así no
apareció más.

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59
PARA CREAR
Investiga con tus padres, vecinos y amigos qué otras enfermedades producen los seres del otro mundo
y cómo se curan. Con la información obtenida, realiza una presentación en clase donde muestres a tus
compañeros las plantas medicinales utilizadas en esas curaciones.

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María Etelvina Chiles Paguay

Edad: 82 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Tufiño
Escolaridad: Tres meses de escuela

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El Cabildo, el duende, los cagones,
los maridos y el libro negro
No tuve escuela, pero sí me he defendido. Nosotros nos llamamos indígenas Pastos. Antes, esto no
era Ecuador, esto era Cabañuela. Todo Colombia y Ecuador era una sola. El puente no era internacional;
ese puente lo hizo un señor Rosalino Rojas, que iba a traer azufre de Colombia. No fue que vino el
presidente y lo hizo.
Aquí el primer presidente que hubo fue el finado Antonio Chiles. Pero él se fue a Ibarra y lo que hizo
fue comprar ropa para su mujer y sus hijos. Entonces mi papá, Luis Chiles Ruano, le dio iras y formó
pleito y lo pusieron de presidente. Él dijo: “¡Qué voy a dejar que se lleve todo Colombia!”.
Los colombianos hicieron casas en Potrerillos, en el Jucal, en el Artezón. Allá tenían ganado. Mis
tías fueron a botar esas casas y a bajar ese ganado. Pero el ganado lo devolvieron por principio. Por eso,
los dueños ya se armaron y bajaron con el ganado bravo que ya nos querían pisar. Ellos amenazaron a

Nombre: Jaider Ramiro Taramuel Ipial


Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

63
mi papá, y mi papá se tomó en venganza. Dijo: “Yo no les voy a dejar de que vengan a hacerse a manos
lavadas a hacer la suya”.
Mi papá pidió auxilio a la aduana. Los de la aduana vinieron a llevarse la mitad del ganado y dejaron
la otra mitad aquí. Mi papá se fue a Quito para arreglar estas cosas. De allá trajo un acta donde decía
que acá no se deben pasar los colombianos, solo cuando pidan un permiso, porque ya está conformado
un Cabildo.
Los colombianos vinieron a comprar a mi papá. Le dijeron que le hacían una buena casa de teja,
que le pagaban un sueldo. Pero mi papá no se vendió. Él dijo que entre todos más que sea sabíamos
hacer nuestras papas. Mi papá dijo: “Yo me he de ir con mi cara limpia y la frente en alto”.
Entonces, los colombianos ya mandaron comisionados. Ya vino el resguardo. Pero mi papá en la
pobreza, francamente, no los podía atender. Mejor les dijo que se vayan y que cuando se ofrezca hacer
la sesión que vengan.
Esa noche, a mi papá le rompieron la casa. Hicieron pedazos una vajilla que le prestó el finado
Isaac Flores. En la casa estaban los tres hermanos pequeños, el Julio, el Eduardo y el finado Segundo.
Los colombianos atacaron tres veces. Lo querían matar a mi papá. Mi mamita gritaba, ella dijo: “Hasta

Nombre: Jeison Stiven Chiles Malte


Edad: 11 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

64
aquí ya llegamos”. Entonces mi mamita me dijo: “Subíte en el soberado y gritá”. Yo grité: “Don León Pío,
regrésese”. Cuando una voz respondió: “Ya voy”. Pero no era nadie, fue el espíritu el que respondió. Así
los colombianos dejaron rompiendo y se largaron.
El señor Alcobo Borja era el guardia de aduana. Mi papá le dijo a él: “Si me dejan con vida que me
dejen, si no que me la quiten”. El señor le respondió: “No, si tu vida es amable, cómo la vas a perder por
tonteras”. Mi papá dijo: “Entonces que me paguen porque en verdad han sido malos conmigo”.
Entonces mi papá también trajo sus comisiones. Las cocineras eran una señora Luz Burbano y Olga
Burbano, ellas eran las cocineras que cocinaban para las comisiones que traía mi papá, ellas preparaban
las comidas para las comisiones. Esas comisiones fueron a dividir el terreno para Colombia y Ecuador.
Hicieron una sesión. De allá vino el cónsul colombiano, de acá el cónsul ecuatoriano. Ellos le dijeron a la
gente de aquí y de allá que quien quiera quedarse en Colombia que se quede y el que quiere quedarse
en Ecuador que se quede. Entonces, los de allá que quisieron quedarse aquí, se quedaron, pero ya no
lo querían a mi papá. Mi papá ya no podía pasar a Colombia.
Nosotros, gracias a todo eso, tenemos ahora este terreno hasta Puente de Palo. Nosotros tenemos
escritura jurídica, una escritura jurídica no se la debe pisotear ni ceder a otra gente extranjera. Ahora sí,
cuando ya esto se formó, pusieron a Altrópico, al guardabosque, pero eso no es. Aquí lo que vale es la
escritura. Hoy se oye decir que con esa escritura han comprado terrenos, han sacado plata. Esta comuna

Nombre:
Juliana Mabel Chenás Duque
Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

65
ya no es nuestra, es de minorías, esto ni el mismo presidente podía hacer nada contra la escritura. Ahora
lo han quemado el archivo, no hay orden, de aquí corren a dar a Colombia, allá hacen sus cosas, han ido
hasta Cali llevando sus cosas. Mi papá fue cuántas veces presidente, pero nunca sacaba las escrituras
porque son cosas sagradas.
Cuando vino el presidente don Velasco Ibarra yo hablé aquí. Él dijo: “Así me gusta, que hablen”.
Entonces yo le serví un plato de habas con queso, yo cociné cuando entregaron el primer tramo de la
carretera, en Potrerillos, el mismo presidente dijo: “Esta escritura no se la puede anulitar, porque los
viejos terminan y esto queda para los que vienen y los que vendrán”. Por eso yo vivo chocada de los del
Cabildo.
Como yo siempre he vivido botada del marido, yo trabajaba. Una vez me iba a las tres de la mañana
de aquí, era una fiesta de enero. Mi papá me dijo: “Espérate se aclare”. Yo le contesté: “Me voy no más”.
Entonces cargué un pondito de chicha, un poquito de champús, y me fui llevando para allá. Al cruzar en
la Rutina, yo como era campamentera, me salí calladita. Y, ¡ora, fuera!, se haya perdido la herramienta.
Antes que me ganen acá, corra, pero total, dije, ya viene la volqueta. Pero parecía. Ahí me voy, qué
pasa, que me arrinconé en una cueva que dejaban hecha los trabajadores, ahí ni sentí, me he dormido.
Cuando recuerdo, veo los pies hecho maso, no tenía ni cómo moverme, ni cómo correr, ¡ele!, por golosa
a dormirme.

Nombre:
Paola Milena Tulcán Tarapués
Edad: 11 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

66
Otra vez, en el Jucal, yo estaba trayendo agua. Dije: “¡Uta!, trayendo agua para el borracho. Que
vaya a meter trago”. Y la regué de brava. Cuando en eso llega él y me dice: “Dame agua”. Ahora de
miedo me tocó ir a traer el agua. Yo que cojo el agua, cuando un blanco venía, ¡talas, talas, talas! Venía
volando. Yo cogí el agua con todo cascajo y me metí a la cama. De ahí cogió el Rosalino y me dijo: “¡E!,
perrita, carajo, no vis, cuando yo me subí a la cama”. Y pasó como papel sonando, eso de todo era blanco
y venía en el aire.
Mi papá sabía contar de los cagones. Decía que una vez que había ido al terrenito de allá arriba, mi
papá subía una zanja que ahora no existe. Uno decía: “Por vos compadre, por vos cagón”. Mi papá sabía
traer su virgen, la ha sacado, y a lo que la saca, decían: “Por fin cagón, por vos compadre”. Eso rodaban,
no podía desuncirse ni para allá ni para acá.
Mi papá jugaba mucho a la baraja con un finadito que se llamaba Camilo Pozo. Entonces mi papá
salió a desocuparse. Y cuando sacó así la cabeza, la vio a una negra bien cobijadita. Entonces regresó
y le dijo a don Camilo: “Doña Rosa ya viene a traerlo, esta Rosa como sí es brava ahora sí me cagó”.
Por eso mi papá le dijo a mi mamita: “Hágase una agüita de panela con quesillo para doña Rosa”. Pero
cuando mi papá vio, la mujer siguió de largo, ya ni quiso entrar. Mi papá dijo: “La voy a atajar”. Y mi papá
se fue tras ella, y que ya la atajaba pero ella más lejos caminaba. Ella era toda de negro. Mi papá no le
vio la cara. Esa ha sido la viuda.

Nombre:
Ricardo Sebastián Chenás Moreno
Edad: 12 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

67
Otra vez mi papá había estado enamorado. Nosotras con mi mamita nos salimos a dormir a una
rama grande que se llamaba sauco. Mi mamita me dijo: “Tu papá se ha arriado a la moza y ahora esa
anda arriada”. Y cuando lo escuchamos a mi papá que decía: “Esperá, déjame pasar”. Y cada que él
daba un paso sentía una tapia que lo zanjaba. Y él decía: “Esta mierda está zanjada, esta mierda venirla
a zanjar”. Mi papá raspaba. Pero esa se lo llevaba al río, y mi papá conversaba solito. Y a lo que llegó
al río lo venció la chuma, y ahí lo vía dejado encorquetado en unas matas y él sin poder salir, eso ni se
acordaba, pero nosotros vimos. De ahí ya se le ha quitado la chuma.
Una vez fuimos con el mío a un baile. Él, como estaba enamorado de una muchacha, me lanzó el
sombrero que me vaya. Mi papá también le dijo a mi mamá: “Váyase y no se vayan a venir”. Nosotras no
nos venimos, nosotras nos fuimos. Pero cuando ya nos fuimos, ellos dijeron: “Estas no se han de haber
ido”. Entonces el mío se fue para la casa, cuando ya llega a la casa me dice: “¿Vos has estado en la
casa?” Yo le dije: “Ni más he de ir”. Pero cuando él sale, dice: “Señor, líbrame, un carro viene brillando”.
Y se entró y se pasó al cucho de la cama.
Los mayores sabían contar del duende. El duende desque se le ha aparecido a un hombrecito
llamado Ángel, que ha estado en la chorrera. Y él desque contaba: “En esa chorrera sube uno con
sombrero así alto, y los ojos azulitos, y los sombreros blancos, y tocan el bombo y una orquesta bien
bonita, es bien legal, y a lo que bajaba la chorrera, el agua, golpeaban las manos y bailaban”. El finado
decía eso, que así vio. Hasta que se atontó, de ahí no lo curaron y quedó tontico.
También se ha escuchado de la vieja del monte. Decían que viniendo de Maldonado, ahí conversaban
que se murieron dos, se los ha comido la vieja. Ellos botaban sangre y espuma por la boca. Eso fue
verídico, esa vieja los seguía y les decía que la esperen. Esos dos que murieron eran criados de Fermín
Matura, el japonés, eran unos pajes de él que venían trayendo los puercos. La vieja le dio matando dos
puercos, esa vieja que sabía decir: “Espérame, espérame, ya voy”, ellos conversaban.
Mi papá contaba que había un señor de esta vida que ha estado leyendo una historia negra, un libro
de magia. Ese hombre era soltero, se llamaba Juan. Él un día empezó a decir: “Ahora esa mujer no me
deja, cada rato viene, se pega sus bailes y no me deja, viene un ventarrón”. Entonces le han preguntado
qué es lo que hacís. Y él respondió: “No, yo estoy leyendo una historia negra”. Y eso le ha seguido duro,
la mujer entraba y le bailaba en la sala y lo ha sacado. A ese hombre de ahí lo llevaron a las Lajas, le
dieron los Santos Oleos y ya se ha acabado eso, quedó racional.
Contaba mi papá que don Rosendo Paspuel ha sabido irse a la Laguna Verde y allá había sabido
hacer un rezo a la media noche. A lo que desque rezaba venían unos ventarrones. Una vez yo fui a la
Cueva de Candela, que no sé si existirá, ahí había una cruz larga y ancha. Yo fui y me llevaron a rodar
el ganado. Y ahí constaba: “Rosendo Paspuel, compactado con el diablo”. Decían que en la laguna se
ha compactado, que tenía buen rollo, pero eso no quedó en nada. Don Rosendo ha tenido plata, pero ha
entregado su alma, el tiempo de llevárselo se lo ha llevado en cuerpo y alma
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PARA RECORDAR:
Resuelve el siguiente crucigrama

• ¿Qué se escuchaba que hacía Astarón en Peñas Blancas?


Horizontales
A. •Nombre
¿Cómo hacía Astarón
y apellido para prestó
de quien que lloviera?
la vajilla.
B. •Presidente
¿En qué seque
transformó el padre para meterse a la cueva de Astarón?
llegó a Tufiño.
C. Nombre y apellido del finado con quien jugaban a la baraja.
PARA REFLEXIONAR
D. Nombre del lugar donde hay una cruz larga y ancha.
E. Nombre del guardia de aduanas.
• ¿Por qué crees que Astarón vivía en Peñas Blancas?
F. Japonés cuyos criados murieron en el páramo.
• ¿Para qué tenía Astarón un libro? ¿Qué crees que decía ese libro?
G. Nombre y apellido de la persona que realizó el puente de Tufiño.
• ¿Qué crees que decía el libro que el padre, vuelto quinde, le cambió a Astarón?
H. Nombre y apellido de quien hacía un rezo en la Laguna Verde.

PARA CREAR
Verticales
1. Lugar
• Armadonde los colombianos
un rompecabezas levantaron
sobre Astarón. casas.
2. Nombre y apellidos
• Cuéntale del papá
esta historia a tu de quiencon
familia cuenta la historia.
tus propias palabras.
3. Iglesia a la que llevaron al hombre que leía la historia negra.
4. Nombres de la persona a la que le solicitaron ayuda.
Glosario
5. Lo que Rosalino Rojas traía de Colombia. (Invertido)
Bamba: bejuco o raíces de los árboles.
6. Nombre y apellido del primer dirigente del cabildo.
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70
PARA REFLEXIONAR
Investiga con familiares o vecinos de tu localidad quiénes fueron o son las siguientes

Identifica qué significa la palabra “principio” en la siguiente expresión: “Pero el ganado lo devolvieron
por principio.” ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta algunos ejemplos.

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Identifica qué significa la palabra “chocada” en la siguiente expresión: “yo vivo chocada de los del
Cabildo.” ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta algunos ejemplos.

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______________________________________________________________________
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Identifica qué significa la palabra “negra” en la siguiente expresión: “yo estoy leyendo una historia
negra.” ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta algunos ejemplos.

______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
_______________________________________________________________________
Identifica qué significa la palabra “legal” en la siguiente expresión: “tocan el bombo y una orquesta
bien bonita, es bien legal.” ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta
algunos ejemplos.

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______________________________________________________________________
_______________________________________________________________________
Identifica qué significa la palabra “duro” en la siguiente expresión: “Y eso le ha seguido duro.” ¿Existen
otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta algunos ejemplos.

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Identifica qué significa la palabra “rollo” en la siguiente expresión: “Decían que en la laguna se ha
compactado, que tenía buen rollo.” ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles?
Presenta algunos ejemplos.

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Identifica qué significa la palabra “comprar” en la siguiente expresión: “vinieron a comprar a mi papá.”
¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta algunos ejemplos.

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_______________________________________________________________________

Identifica qué significa la expresión “manos lavadas” en la siguiente expresión: “Yo no les voy a dejar
de que vengan a hacerse a manos lavadas a hacer la suya.” ¿Existen otros significados para esa misma
palabra? ¿Cuáles? Presenta algunos ejemplos.

______________________________________________________________________
______________________________________________________________________
_______________________________________________________________________

Identifica qué significa la palabra “pisotear” en la siguiente expresión: “una escritura jurídica no se
la debe pisotear.” ¿Existen otros significados para esa misma palabra? ¿Cuáles? Presenta algunos
ejemplos.

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_______________________________________________________________________

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Quien cuenta la historia dice: “Pero no era nadie, fue el espíritu el que respondió.” ¿A qué se refiere
con el espíritu?

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PARA CREAR
Pídeles a tus padres, vecinos o amigos que te cuenten cómo fueron superados los problemas que
años atrás se presentaron con los habitantes de Chiles. Elabora una cartelera donde muestres las
desventajas de no llegar a acuerdos y las ventajas que han tenido los habitantes de Chiles y Tufiño al
llegar a acuerdos sobre el territorio.
Segundo Erasmo Paspuel Malte
Edad: 85 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Tufiño
Escolaridad: Tercer grado de escuela

75
El arrarray y la viuda
Estudié hasta tercer grado, de ahí mi papá se fue a donde la señorita Polimia Arellano, que era la
que nos enseñaba, y le dijo: “Señorita, ya lo voy a sacar a mi hijito de la escuela porque no tengo quién
me ayude a trabajar para mantener a mis otros hijos”. Ella le dijo: “No lo saque, es inteligente su hijo”. Mi
papá le contestó: “No hay quién me ayude a trabajar señorita”. Y así me sacó de la escuela.
Cuando recién nací, viví aquí hasta los 25 años. Pero después nos mandaron a guardarnos porque
esta Comuna estaba en pleito con Chiles, Colombia. Nos mandaron a guardarnos a un punto del páramo
que se llama Jucal, que es parte de la Comuna.
Nos dijeron que nos mandaban a guardar posesión y que nos iban a apoyar en comida. Nosotros
nos vinimos así, sin platica, hasta entablarnos. Pero llegado el caso no nos dieron los comuneros ni una
libra de sal, sino nada. Solo nos apoyaron con el terrenito, eso fue lo único, pero no se daba nada, cala-
bacita era lo único, ese fue nuestro vivir de aquí de la montaña. Entonces nos tocaba así, yendo a Maldo-
nado a cargar los platanitos a la espalda, así nos mantuvimos casi todo el tiempo, hasta que sembramos
unas papitas en ese páramo.

Nombre:
Camilo Roger Tarapués Chenás
Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

77
De ahí nos fuimos a vivir al Moquillal. Allá me apee de peón caminero de Obras Públicas, con la
Compañía Hernández, que era la que hacía el carretero. Yo era joven y me gustaba andar tomando. Un
día, nos fuimos a jugar baraja con otros compañeros que salían de Maldonado, nos fuimos a tomar her-
vidos donde una señora que los vendía. Ahí nos estuvimos hasta las cuatro de la mañana.
Entonces yo les digo a los compañeros: “Ya va siendo hora de irme al trabajo”, porque a las seis
había que estar desayunando. Y así nos alzamos de la baraja. Yo que estaba pasando por allá donde hay
un campamento cuando me salió un pequeñito no más, uno que le decían el arrarray, ese era el guardián
de la compañía de la Hernández.
El arrarray estaba puesto una chompita blanca y me salió a bailar al frente mío. Yo creía que era de
esta vida y le dije: “Quita, quita, arrarray de mierda, que voy a sacar la mano y voy a proceder mal”. Pero
nada, me siguió jugando adelante, adelante, ele, cuando yo que le digo así, cuando me puso la mano
en la costilla, y parece que me exprimió la costilla. Ahí sí ya me olvidé, yo dije: “Virgen Santísima, nada
debo”.
Yo seguí andando, pero ya no pude irme así de frente al ranchito, me fui de trasero no más. Hasta
que había llegado, había empujado la puerta, yo no me acuerdo de nada. Yo había quedado muerto en la

Nombre:
Leyder Alejandro Guel Escobar
Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

78
sala. Ese día había dormido todito el día, ya no había ido al trabajo ni nada. Dicen que fue la Mala Hora
que me ha escapado de comer. Eso dicen.
La viuda me salió en el Mortillal. Yo iba un poco chumado no más, no tanto. En ese tiempo no había
baño, al campo era no más de salir. Entonces me dieron ganas de hacer el baño. Yo salí con un revólver
en el bolsillo y me senté cerca del campamentico que tenía la Compañía Hernández. Y ahí fue cuando
oí que me suspiró alguien aquí atrás. Yo regresé a ver y me levanté de un porrazo. Yo la vi a una gran-
de. Entonces, pensando que ella era de esta vida, quería alcanzarla para estar juntos. Pero no, ella iba
retrocediendo, retrocediendo, yo que quería alcanzarla y ella ya estaba lejitos. De ahí me puse a gritarle:
“Carajo, vení te majo, te hago esto y lo otro”.
Entonces mis hijos, que estaban en la casa con mi mujer, me escucharon y le dijeron a la mamita:
“Qué será mi papá, de gana está alegando en la planta de luz”. Ella les dijo: “Vayan a ver, hijitos, prendan
la lámpara y van a ver”. Y ellos fueron y la vieron a una grandota pasando por el monte. Dicen que si yo
me dejaba llevar me moría allá.

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Escribe algunas de las palabras encontradas en la sopa de letras y luego defínelas.
Palabra Definición

____________: ___________________________________________________

____________: ___________________________________________________

____________: ___________________________________________________

____________: ___________________________________________________

____________: ___________________________________________________

____________: ___________________________________________________

PARA REFLEXIONAR
Quien cuenta la historia dice: “parece que me exprimió la costilla”. ¿Qué significa eso? Describe lo que
debió sentir quien cuenta la historia.
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Explica cuáles fueron las razones por las cuales quien cuenta la historia confundió a un ser del otro
mundo con el arrarray, y a una mujer con la viuda.
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En el texto se cuentan tres historias. Una sobre cómo ha transcurrido la vida de quien cuenta la histo-
ria, otra sobre su confusión con el arrarray y otra sobre la viuda. Completa la siguiente figura indicando
cómo se desarrollan cada una de esas tres historias.

PARA CREAR
Léeles esta historia a tus padres y familiares. Pídeles que te ayuden a identificar cuál fue el ser del otro
mundo que quien cuenta la historia confundió con el arrarray. Después de haberlo identificado, procede
a dibujarlo.

82
José Ricardo Malte Malte

Edad: 70 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Chilmá Alto, desde hace 68 años
Escolaridad: Segundo grado de escuela

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La vieja, los enduendados
y el gringo de la huaca
Estudié dos añitos, pero no aprendí nada, no sé leer. Cuando nosotros vinimos aquí no había nada,
esto era una montaña brava, no tenía nombre. Después le pusieron Machines porque había hartísimo
machines, que es un animalito como el mono pero cariblanco. Después, cuando ya llegaron los supervi-
sores a la escuela, le pusieron Chilmá.
La montaña era brava porque no podían llorar los guaguas. Habían bastantes tentaciones. Eso es
como se dice la vieja. Por eso no podían llorar los guaguas, las mamases les tapaban la boca o le daban
de comer breve.
Una vez mi papá me mandó a un rancho abajito donde sabíamos tener pollos. Yo tenía cinco años.
Mi hermana se llamaba Luz, era más grandecita. Allá llegamos a la quebrada Shunsha, a donde había

Nombre:
Janine Mishel Puetate Arévalo
Edad: 8 años
Institución:
Escuela Víctor Manuel Peñaherrera
Lugar de residencia: Chilmá Alto
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un bejuco como columpio. Cuando nos damos cuenta, ya habían sido como las cinco de la tarde. A esa
hora nos fuimos a darle de comer a los pollos. Ya para volver nos cogió la noche. Eran como las siete de
la noche. Nosotros empezamos a llamar la perrita que teníamos, llamada Mestiza, ella llegó, nos olió y
se largó. Mi abuelita nos habló cuando llegamos, nos dijo que ya iba a llegar la Vieja y nos iba a comer
por llegar tan tarde.
Cuando cierto, esa noche un bramido en la montaña, lejo, luego más cerca, más cerca, y cierto,
llegó el bramido a la casa. Pero como nunca nos faltaba la candela, porque la manteníamos en una ollita
prendida. Y el bramido tremendo al ruedo de la casa. La perrita raspaba y raspaba y chillaba y chillaba
para que le abran, ya que la mataban. Y el bramido gritaba: “Mis guaguas”, y le daba la vuelta a la casa.
Y eso olía jediondo. Entonces a mi abuelita le habían dicho los de Maldonado que acostumbre a tener el
cacho de oveja o de ganado para ponerlo al fogón y espantar la Mala Hora. Pero el cacho quemado no
sirvió de nada, seguía el bramido rondando la casa.
Entonces se acuerda mi abuelita que tenía un pedacito de azufre. Se levanta ella y le coge el azufre
y lo raspa a la brasa de candela, arde y suelta un olor. Y ahí sí comenzó a chillar la vieja y a irse, como
que se iba yendo y se escuchaba ya poco.

Nombre:
Nayeli Liseth Quintanchala Arévalo
Edad: 11 años
Institución:
Escuela Víctor Manuel Peñaherrera
Lugar de residencia: Chilmá Alto
86
Mi abuelita y mi papá me conversaban que esto han peleado duro para quitarle a los colombianos,
que han estado hecho dueños. Ellos habían peleado y de ahí, claro, habían recuperado y le habían pues-
to la Comuna la Esperanza.
Vino don Paspuel, sabía trabajar en Chilmá, acá abajo, se puso a trabajar desde las seis hasta las
siete de la tarde. Y entre oscuro y claro, les ha salido una casota de hormigas. Ellos se han ido corriendo.
Pero a eso de las siete de la noche, ya llegado a la casa, han seguido saliéndose de la casa, corriendo.
Ya desque han seguido desvariando, viendo carros hermosos, mujeres desnudas, corriendo, y los veci-
nos los han visto, los han amarrado con las cerdas del caballo y con eso amanecieron, sino con cualquier
soga no los sostenían, se van. Ellos conversaban que veían a dos señoritas que se los llevaban. Eso
ellos no respetaban que había un tupido de moras, de zarzas.
Ya vino don Manuel Chalapud y me dijo que fuera a ver la familia que se ha enduendado. Como en
ese tiempo no había doctores, nada, mi papá tenía maticas de remedios sembrados y majó ajo, ishpingo,
lagarto, urma, majó eso con un litro de trago y nos fuimos a curarlos. Ya llegamos allá y habían estado
amarrados. Para curarlos los soltaron porque tenían por horas unos raticos que les pasaba. Ahí en esos
raticos mi papá los cogió, los desnudó limpio, les dio un baño y les dio a tomar. Después de una hora ya
estaban conversando con nosotros.

Nombre:
Steven Grayed Puetate Arévalo
Edad: 10 años
Institución:
Escuela Víctor Manuel Peñaherrera
Lugar de residencia: Chilmá Alto
87
Otra vez llegó un gringo. Una tía vivía en el páramo, el gringo fue y le dijo al marido de ella que lo
acompañe al páramo. Allá fueron y encontraron un hueco grande, como una puerta. Y enfocó adentro
con la linterna y vieron unos pilares de oro. Y entraron con la herramienta a ver si podían cortar. Adentro
lo que vieron fue un señor con un bastón y un perro negro acostado. El gringo ha llegado y cortado y se
ha llevado. Ya nunca más se lo volvió ver, con eso no más se fue.
Mi papá, Marcelino Malte, era hermano de ese señor, ese hombrecito se llamaba Adrián y le dijo a
mi papá: “Marcelino, acompáñame a donde fui con el gringo, yo conozco la huaca, pueda que nos saque-
mos algo, cómo no voy a atinar, yo conozco, y allá dejamos botado latas, papeles, todo, cómo no voy a
atinar”. Cuando al otro día van ya no encontraron nada, todo sellado. Eso es por el Salado, eso creo que
llama la Rinconada, arriba del Pan de Azúcar.
La huaca le quiso dar al gringo no más, a los demás ya no les dio nada.

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PARA REFLEXIONAR
¿Por qué crees que la vieja no soportaba que los niños lloraran? ¿Por qué crees que lloraba diciendo
“mis guaguas”? ¿Qué crees que le debió haber sucedido para que establezca ese comportamiento tan
particular hacia los niños?
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______________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________

Completa la siguiente imagen indicando, dentro del embudo, los factores, sucesos o circunstancias que
afectaron a la vieja. Luego, abajo del embudo, indica cómo esos factores determinaron el comportamiento
de la vieja.

PARA CREAR
Realiza un dibujo donde muestres todo lo que el gringo encontró dentro de la cueva.

90
Pablo Marcial Tatamués Chiles
Edad: 54 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Tufiño
Escolaridad: Sexto grado de escuela

91
El guagua auca
Por aquí íbamos subiendo a San Francisco, como a las diez de la noche, íbamos medio tomados,
pero ya sanos y buenos.
Acá arriba donde hay una piedra grande, oímos un ruido, un guagua que lloraba. Decían que era
el guagua auca. El otro guambra que iba conmigo lo vio, dijo: “Velo, ahí está el guagua auca, con un
pañal blanco”. Eso era tentación.
El otro guambra que lo vio, ya ha sabido qué hacer en esos casos. Entonces cogió tres piedras y
las jaló. Ya de ahí se salió ese guagua y se fue por el aire. Nosotros nos pusimos a rezar al Señorcito del
Río. Si no hubiésemos rezado o si no hubiésemos tirado las piedras, ¿qué podía hacer esa tentación
con nosotros?
En estas partes, verá, decían que aquí para abajo había una aguada que salían los duendes.
Nosotros ya vivíamos por este sector. Una vez medio tomado me salió un hombre y me pegó, pero me
daba palizas. En ese tiempo como no había luz salían muchas tentaciones. Ya vino la luz y se alejaron
esos espíritus. Eso era jodido con esos espíritus.

Nombre: Dayana Gisela Chiles Chiles


Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

93
94
Aurelio Chiles Ruano

Edad: 70 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Tufiño
Escolaridad: Tercer grado de escuela

95
Rosendo Paspuel, la viuda, la calavera,
las huacas, los cagones, el carro de la otra vida
y la vieja
Soy nativo de aquí, nosotros somos indígenas. Mis abuelos vivieron aquí en el primer tiempo. No-
sotros somos los venideros de ellos. Nosotros ya vamos a la tercera época que Dios nos ha mandado.
No sé de aquí en adelante cómo venga el tiempo. Dios lo sabe, no nosotros.
Dios puso el bien y el mal. A base de eso existe el diablo y Dios todopoderoso. De Dios, que es el
primer padre, sale el Dios padre. De ahí sale el hijo Jesús y de ahí se desprende Satanás, a base de eso
hay pactos con el otro. Dicen que Rosendo Paspuel ha sido compactado con el diablo.
Pasa que nosotros no lo hemos visto ni lo conocimos a Rosendo Paspuel, el abuelo de mi mujer.
Pero él fue una persona igual a nosotros. Bajando de la Laguna Verde ahí está la R y la P, que quieren
decir Rosendo Paspuel

Nombre:
Cintya Yorlenis Chuquizán Tulcán
Edad: 11 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
97
Tufiño era un caserío de una comunidad que fue Comuna la Esperanza: ahí están las convocato-
rias, los libros de los primeros antepasados. De ahí venimos nosotros saliendo, de ahí ya murieron.
Nosotros hemos andado en nuestra juventud por esto que era oscuro. Yo bajé a donde mis tíos sin
interés de ninguna ilusión a pedir un dinero prestado. Pasa que encontré a una señora sentada, le dije
con respeto: “Buenas noches”. Pero ella no contestó, se quedó sentada, solo gangoseo, ¡ggrrr! Ahí la vi
de que era la viuda, era una sombra negra.
Otra vez con mis hijos y mi señora salimos al baño. En ese poste blanco estaba sentada una señora
de negro. Ella les dijo: “Vengan, hijitos, a conocer esta fantasía”. Pero mi guambra, que llama Mauricio,
dice: “Le voy a dar con una piedra”. Y hace que coge la piedra, y la fantasía para que la vean se zafa el
manto negro, entonces la vimos patente que era una calavera.
Otra cosa que me sucedió fue a las doce de la noche. Nosotros siempre hemos andado en el cam-
po cuidando nuestros bienes, el ganadito, porque por Monte Lodo había mucho robo. Con mi guambra
íbamos a andar rodeando, pero justo ese día salíamos viniéndonos para acá a la casa, cuando en una
ladera vimos una sombra negra. Cada que nos acercábamos, se iba viniendo por este lado izquierdo y
más arriba alzábamos caminando, y ella también, y después cruzó a otro pedazo. Hasta que por una
mata se hizo humo esa sombra. Eso fue una fantasía y ahí se quedó. Yo conversé estas cosas con los

Nombre:
Damarís Belén Tarapués Chuquizán
Edad: 11 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
98
compañeros. Ellos dijeron eso es una buena seña, porque en esa mata tal vez hay algo como los infieles.
Pasa que allá ha vivido mucha gente en los tiempos de antes, por eso tal vez haya una huequita grande
de los antepasados. Dicen que cuando tienen el oro sembrado, se asoman a algún inocente.
Nosotros somos indígenas de la Comuna la Esperanza. Esta Comuna nos dio recuerdos. Yo tengo
un pedacito en un punto llamado Bellavista, mi pedacito es a la cordillera del río. Yo una vez fui a que-
darme a la posada de una parienta, ya estaba acostado, cuando salimos por un ruido raro. Y vimos un
tropel que bajaba sonando, como que tiran alguna cosa a la carretera, y justo cuando pasó al frente de
la puerta donde estábamos en la posada, pasó diciendo: “Por vos, compadre”. Y otro contestó: “Por vos,
comadre”. Y yo le digo a la pariente: “Voy a ver qué pasa”. Pero ella me dijo: “No, don Aurelio, esas son
fantasías, nos comen a todos”.
Otra historia que me pasó es que pasa que me saqué unos realitos al banco y me compré un gana-
dito. Yo me fui a cuidar al páramo el ganado. En el páramo había ya la chocita. Un cuñado me fue a de-
jar. Por tanta humedad que teníamos en el suelo, para dormir fuimos a cortar unas chanclas para poner
ahí unos frailejones y dormir. Entonces nos fuimos al filo de la peña, ahí había un montesito, cortamos.
Después ya nos íbamos, se hizo las seis, y ya saliendo con las varitas, le digo a mi cuñado: “Vea, una,
dos, tres achupallas, las voy a cortar”. Él me dijo: “Bruto, nos coge la noche, yo sí me voy, si vos querés,

Nombre:
Nathaly Cuesta Chenás
Edad: 11 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
99
quedáte, si no vos verás, verás”. Al otro día, ellos ya se vinieron. Yo dije: “Voy a sacar esas achupallas en
ese filo”. Y me fui… Cuando haiga. Eso ha sido plata de corte, si yo las sacaba esa noche no estuviera
aquí. Contando eso me dijeron que eso ha sido la plata de corte. Inocentes del caso.
Justo ahí mismo lo vi al carro de la otra vida. Yo estaba trabajando en las alcantarillas de la carrete-
ra. Yo venía con estos pilares de madera, venía en un carro del señor Aníbal Flores, veníamos creo que
a las doce o tres de la mañana, no me acuerdo. Ya por el Artezón vimos unas luces azules. Yo le digo al
compañero: “Pare, en la Peñablanca se están llevando el ganado”. Entonces pegué un grito porque yo
era un poco mayordomo. Grité tres gritos. Y el carro bajó por la cuchilla y cogió la huecada a la Laguna
Verde. “¡Chucha!”, dije yo, “se fue el ganado”. Pero al otro día amaneció y corre a ver el ganado. El ga-
nado estaba ahí.
En la montaña, cuando recién entré, todo esto era monte. Nosotros hicimos un aperadito de hoja
en ese entonces, para la agüita que no se pase, esa hoja de capote, la hicimos con un hermano que era
mudito. Ya se anocheció y la tapamos medio, medio. Recién llegados, ya nos acostamos, hicimos una
candela para que nos abrigue y unas varitas como cama, para tratar de acomodarse. Mi hermano en el
canto y yo al cucho. Y cuando el mudito me soba, me menea, cuando la veo una cabeza como calavera
entrando al fogón. “Carajo, la gran putas”, dije, “quién putas es”. Hice sonar la peinilla, cuando de una
salió a toda mierda. Por allá lanzó un gran grito, cosa que retumbó ese monte. ¡Qué putas sería! La vieja,
otra fantasía, y se fue gritando, más después gritó otro rato, más lejos más gritó.

100
101
102
PARA REFLEXIONAR
Completa la siguiente figura indicando cómo se organizan los tiempos de tus abuelos, de tus padres y
el tuyo. Toma en cuenta lo que aparece explicado en el primer párrafo del texto.

Completa la siguiente figura indicando la relación que existe entre Dios, el diablo y Jesús. Toma en
cuenta lo que aparece explicado en el segundo párrafo del texto.

103
Completa la siguiente figura comparando a la viuda con la calavera, de acuerdo a lo que aparece en el
texto.

PARA CREAR
Busca elementos naturales en tu medio como piedras, tierra, ramas, hojas secas y flores; luego reúne
elementos reciclables de papel, plástico, vidrio y aluminio. Con todos ellos elabora un collage donde
estén representadas la viuda y la calavera.

104
Wilson Guillermo Ruano

Edad: 77 años
Lugar de nacimiento: Chiles, Colombia
Lugar de residencia: Tufiño, desde hace 40 años
Escolaridad: Ninguno

105
Melchor, el carro de la otra vida y el cueche
Yo era guambrito cuando vinimos a trabajar en esta carretera. Ganaba cuatro sucres, después ganaba
veinte sucres. Aquí habían unos poquitos caseríos, estaban los del finado José María Pozo, el señor papá de
la finada Pastoriza. De ellos eran las poquitas casitas, eran pocas casas.
Una vez, ahí en la Rutina, más acá abajito, ya estábamos venidos para acá, habíamos acabado el tra-
bajo en la carretera. Al otro día fuimos a ver y el tractor había trabajado solito, toda la noche había estado
trabajando solito, mientras el chofer dormía en el campamento. Eso había sido el trabajo del tío, el de arriba,
Melchor, que le dicen. Ese es un ser que ayuda a trabajar al empactado, así ha sido antes. Eso ha sido algo
lícito que han visto todos los mayores.
En Cumbal también se supo que había pasado el carro de la otra vida. Eso fue en la procesión de la
Semana Santa. Una señorita ha salido a ver la procesión y ahí atravesado lo encontró al carro. Ella se ha
librado porque se ha acordado del Señorcito.
Mi papasito abuelo también decía que ha estado saliendo de adentro de Mayasquer y se han quedado
en Pindara. A lo que ha estado llegando ahí, ha estado el cueche hecho como toro, enroscado. Si mi papasito
abuelo lo cogía se lo podía comer o lo enfermaba. Eso era lo que habían visto ellitos.

Nombre:
Yesenia Maribel Caipe Yanascual
Edad: 11 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
107
G H S E Ñ O R C I T O Q W C E R T Y U
J U K K P O S E M A N A S A N T A I C
F G A D S C S A S U C R E S Z X C V A
B N M M K A D C A M P A M E N T O V R
Q A S D B R C U E C H E F R G H J K R
Q W E R P R O C E S I O N O R T Y U O
U I O P Q E I W E R T Y T S U I O P D
M P O M U T Y T T E W Q O A S D F G E
A M P A M E N T O G H Z R H J K L M L
Y Ñ T Y L R K J H G O F O R U T I N A
A Z R O X A C V B P A B U E L O C B O
S Z A R X C V B A B N M Z X C V I V T
Q V B E S O L I T O F R E C D X T F R
U G A S F E R S R E C X F H E D O D A
E A J Q S A E B B P A S T O R I Z A V
R X O C M C U M B A S S D F F G H J I
Q E V E C U M B A L I B N E V C X Z D
Z X S G T R A C T O T H O R U Y T F A
Q O S D F G H J K L A S A C B T H F S
J E M P A C T A D O S A M E L C H O R

108
Escribe algunas de las palabras encontradas en la sopa de letras y luego defínelas.
Palabra Definición
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________

PARA REFLEXIONAR
Quien cuenta la historia dice: “Eso ha sido algo lícito que han visto todos los mayores”. ¿Qué significa
que sea lícito?
__________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________

Completa la siguiente figura indicando los hechos lícitos e ilícitos que pueden existir en tu zona.

109
PARA CREAR
Dibuja al carro de la otra vida. Pregúntales a tus padres cómo es.

110
Pastora Amelia Paguay Chiles
Edad: 71 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Tufiño, barrio Obrero
Escolaridad: Ninguno

111
El duende, el guagua auca, Lucifer, el perro,
el cueche, Rosendo Paspuel, la viuda, el espíritu
que cuida y la vieja del fogón
Más antiguamente en Tufiño no había ni una casa de teja, de ladrillo, era puro lodo, puro ramas, era
callejones no más. Al cruzar esos callejones se encontraban los guagua aucas, unas fantasmas, caballos
que relinchaban remoliéndose, un algo que daba miedo.
Así nos criamos. No había trabajo, nuestros padres eran pobres, nos criamos en la pobreza. La
lucha era dura. Al otro lado del río, había leña y yerba, vendíamos la leñita, la hierbita, nos íbamos a
recabar a Colombia porque en Tufiño no había nada. Un ingeniero vino y nos dejó regalando el apellido
para darle nombre a esto.
En ese tiempo no había agua potable, nos íbamos al río a lavar la ropa. Ahí en unas piedras gran-
des, sabía estar el duende puesto un sombrero grande tocando el bombo, tas, tas, tas. Una vez lo vimos,

Nombre:
José Paúl Chiles Chamba
Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
113
como un niño, pero nos dio miedo y no volvimos a ver. Nuestros papases decían que eso no es de ver,
que eso es malo, porque se lo comen a uno.
Lo que sí víamos es que cuando yo fui escuelera nuestro profesor era Luis Osejo. Escuchábamos
un guagua que lloraba, un lloro bien funesto. Yo le avisé al profesor, fuimos a ver, eso era en el terreno
del finado Isaac Flores. Fuimos a ver y eso era en un moral, donde había muchas ramas, bien tupido,
con flores. El profesor dijo: “Vean, niñas, ustedes bien que han visto adelante porque si no se las comían,
eso no es guagua, eso es guagua auca”. Le dicen guagua auca porque son botados por las mujeres que
están embarazadas, los botan en las ramas y se cría como fantasma. Decían, pues nosotros no sabimos.
Cuando mi hermano se chumaba a nosotros nos sabía dar miedo, porque lo gritaba al Lucifer. En la
puerta se escuchaba un caballo que relinchaba, remolía como frenos y se quedaba. Una vez al otro día,
se alocó y gritaba, en el patio asomó bastante caca de caballo. Eso era el miedo porque remolía como
frenos. Eso no habían casas modernas como ahora. Eso era un camino lleno de ramas de guantos.
Aquí en esta puertica, una vez viniendo de recabar el monte, yo lo vi a un lindo toro, padrón, colora-
do. Otra vez, yo ya casada, no es mucho, ahí viniendo de la escuela, me parecía que mi marido chumado
gritaba, y entonces yo me fui para allá. Aquí, donde vive la Nubia, ahí se me subió un perrito grande,

Nombre:
Richard Arley Ipial Fraga
Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
114
como uno que tenemos llamado Vencedor. Yo, como estaba encinta, estaba puesto así la mano, cuando
el perrito se subió aquí a la mano y caminaba adelante, adelante. Era la frente blanca y la mano blanca.
Pero yo no saqué mi mano, sino que estaba así. Cuando aquí en la esquina había un poco de sauco, el
perrito bajó de mi mano y se metió a los saucos y no volvió a salir.
Otra vez, en la montaña, no aquí, me salió el cueche convertido en culebra grandota. Dijeron que
era el cueche porque yo me encogí, me engranujé y me emparalicé. Decían que es el cueche pero en
culebra.
Contaban los mayores que en ese tiempo todo era bravo, el monte grueso, el ganado bravo. En ese
tiempo había una persona que tenía hartísimo ganado. Y lo veían que llegaba a la Laguna como persona,
se desvestía y se metía; cuando lo veían al otro lado es que pasaba hecho toro. Ese era el que arriaba
el ganado. Eso dicen que por ahí están las letras grandes de Rosendo Paspuel que ha sido compactado.
Eso contaban nuestros papás.
La viuda yo la encontré. Una vez me fui abajo entre tres y la topamos a la viuda. La viuda ha sabido
andar alto y mirar de lado a la persona. Ella pasó y yo seguí. Otra vez vuelta la topé y ya vi que ha sido
fea.
No es mucho que estuvieron acomodando la carretera, en la vuelta de la Atusara, que llamaba an-
tes, ahí un señor, en la pared de la carretera, en el tractor, encontró una olleta grande de plata. Es que los
antiguas, cuando dijeron que venía la conquista, dejaron enterrando todos sus teneres. Por eso la gente
sabía irse a cavar para sacar los muñequitos, las ollitas. Pero eso siempre hay un espíritu que cuida, eso
es un ruido, un sonido. Por eso van varios y no pueden tener ambición, porque eso sabe esconderse.
Mis papases conversaban que la vieja del fogón eso es para los mal mandados, para los hijos des-
obedientes. Contaban que un señor lo mandaba al hijo a acarrear agua, pero que el hijo no ha querido
sino que se ha quedado en el fogón. Cuando sintieron un ruido y lo vieron al hijo colgado de cabeza por
desobediente, muerto goteando la sangre en las tinajas de agua.

115
116
Completa la siguiente figura resumiendo las principales ideas expuestas en el texto.

PARA CREAR
En el siguiente recuadro crea una sopa de letras con los términos empleados en el texto que son
propios de Tufiño. Luego comparte tu trabajo con algún compañero para que se encargue de buscar las
palabras que tú has puesto en la sopa de letras.

117
Rosalino Paguay

Edad: 74 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Tufiño, barrio Obrero
Escolaridad: Segundo grado de escuela

119
El duende, la papa de la vieja
y las mariposas
Más antes Tufiño mismo se llamaba, apenas eran dos casas de paja que había en el centro, todo
era montaña. Yo vivía por acá entrico, donde tenían una casita mis abuelos. Ahí vivía junto con ellos.
En ese tiempo, como todo era montaña, mi abuelita se había enduendado. Había una playa por
allá adentro y una piedra grande. Entonces la había cobijado el duende. Ella no podía estar tranquila por
las tardes. Por la tarde llegaba el duende por la tronera de la casa y le tiraba piedras, basuras y tonteras
adentro de la casa. Ella seguía haciendo fuerza a irse con el duende.
Hasta que alguien le dio un remedio secreto: que mate un puerco negro y el cuero lo desuelle, no
lo chamusque, y se lo cobije en la espalda con la carne para adentro. Y en verdad le hacían eso y poco
a poco el duende se fue retirando.

Nombre: John Sebastián Tatamués Guerrero


Edad: 8 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

121
El duende es como un niño chiquito con un sombrero grande, sabe andar brincando en los ríos,
hace sonar un tamborcito. Eso es por ahí de seis y media en adelante, ya comienza a hacer ruido en los
puestos de silencio del río.
Yo viví una temporada en el Moquillal cuando trabajaba en la Compañía Hernández, en esta carre-
tera que conduce a Maldonado. Yo trabajaba haciendo leña para pasar la vida. Yo tenía una chocita en
una parte que la llamamos La Centella. Esa choza la dejamos botando por ahí unos tres meses. Hicimos
una choza en la vía, porque ahí estaba la Compañía Hernández, para estar cerca de los demás amigos
trabajadores.
Un día se me ocurre devolverme al rancho que habíamos dejado botando. Y a mí se me ocurre
arrancarle una mata de papa que había criado en el cerco de la choza. Eso decían que era la papa de
vieja. Yo la cogí, la pellizqué y estaba aguadosa. A mí me dio recelo, miedo, me senté a fumar un cigarri-
llo. Estaba con bastante miedo. De ahí me vine a la choza de la carretera. Tuve que hacer fuerzas a salir
corriendo para afuera. La mujer y los hijos les dio bastante miedo de mí. Me cogieron y me amarraron
con una cuerda de cerda.

Nombre: Paola Mabel Malte Ruano


Edad: 8 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

122
Por la noche yo quería salir corriendo, a irme. Fuera del rancho teníamos unas hojitas de tanque
pegadas ahí para que no entre el viento. Y llegaba y raspaba durísimo de afuera. Se sentía clarito lo que
raspaba. Yo, pues, al menos quería salir en desgracia de ahí.
De ahí me amarraron con la soga, quemaron azufre, tantas fuerturas. Un amigo que vivía al lado,
que llama Luis Arteaga, me favoreció. Hizo unas oraciones. Y así se alejó la tentación. Cosa que se iba
quemando la montaña con ese ruido que se largó.
En ese tiempo que trabajaba en el Moquillal, una tarde tenía que entregar un viaje de postes para
cercas mismo. El que iba a entregar el viaje llegó ya tarde, retrasado. Y se soltó a llover por la tarde. No-
sotros era de salir toda la familia en ese carro. Y pasa que ya se nos hizo de noche, pero nos venimos.
En esa parte que llamamos Las Cruces, ahí el carro casi se nos va peña adentro. Ya colgada la
delantera había estado. El señor chofer se bajó renegando con un machete y acomodó las luces, porque
se apagó las luces. Y casi cae adentro al abismo.
En ese rato los chicos que yo tenía chillaban durísimo porque la cabina se llenó de mariposas, una
cosa tremenda que hacía bramar el parabrisas. Ya cuando se compuso las luces nos vinimos. En el Jucal
estuvo más sorprendente. Clarito le vimos por la ventana del carro una mano que se extendió. Decían
que eran los espíritus de los finados que murieron en esa alcantarilla de las cruces. Ahí murieron seis que
se ahogaron, se tapó la alcantarilla y destapando la alcantarilla se fueron río adentro.
Otra historia que me sucedió es ésta. Más antes yo tenía una finquita en Pan de Azúcar. Con un
hijito sabíamos salir a pescar de noche en la quebrada de río Plata. Yo iba con anzuelo y ellos iban con
atarraya adelante. Cuando de pronto un pescadito empezó a picar y a picar, y me tiraron un piedrazo y
me agarró el sombrero. Ese rato cogí miedo y me fui con los jóvenes, ya no me despegué de ellos.

123
124
PARA CREAR
Busca en tu zona una papa que se parezca a la papa de la vieja. Llévala a tu salón de clase y compárala
con la de tus compañeros a partir del cuadro que abajo se presenta. Después de la comparación,
escojan entre todos cuál es la papa más parecida a la de la vieja.

125
Miguel Ángel Paguay
Edad: 67 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Chilmá Alto, desde hace 45 años
Escolaridad: 8 meses de escuela

127
Los cueches, el duende, la viuda,
los entundados y la procesión
Soy soltero, casado, divorciado y amancebado público. Soy indígena de los de la Comuna la Esperanza
de Tufiño. Fui un muchacho huérfano, me habían regalado a una familia Amuy, que me trajo a Tufiño. Con el
pasar de los tiempos llegué a trabajar a la Comuna como curioso a las mingas. La Comuna la Esperanza me
reconoció como indígena y me casé con una comunera. La vida pasa y ahora llevo 25 años de separación.
Vuelta me conseguí a doña Segunda por acá.
Aquí, antes, cuando recién entrábamos a pie, llamaba Machines, eso consta en una historia de la Co-
muna, pero como ya pasó la carretera se le puso Chilmá Alto. No nos hemos puesto al reconocimiento de por
qué ese nombre. Pero se llamaba Machines porque había el mono machín, que en partes le dicen el mono
mongón.
Hemos pasado en el monte. Ya nos dieron los pedacitos de tierra. Los terrenos no tienen medición, sino
que tienen el respeto por el documento. La Comuna, como es sabido que es Comuna de minoría, sigue pro-
duciendo para la juventud y estos terrenos no son embargables, de acuerdo a la ley de comunas, ni tampoco
son autorizados para prendarlos como préstamo. Esto es como si nos hubieran emprestado, no más.

Nombre:
Arley Santiago Pantoja Tulcán
Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
129
Los mayores han sabido viajar a Quito a pie en las comisiones luchando por estas montañas para co-
ger este poco de tierra. Ellos la han cogido para los que han venido y se han quedado, y vuelta para los que
vienen y los que vendrán.
Por acá, en este camino, yo trabajaba en la carretera. En el Rosal, de la antena para más arribita, sa-
bíamos cargar las canecas de diesel a dar al Jucal, desde Potrerillos, que es donde estaba el campamento.
Por ahí sabían chillar los cueches, que son como toros, que ardían como estar pelando una cabeza de res.
Los mayores decían que no nos metamos por ahí porque lo mea el cueche y da como chanda.
Con el duende tengo un caso que a mí me pasó. Cuando yo vivía en la hacienda de San Luis, cuando
yo era muchacho, me mandaban a cuidar las ovejas. Mi almuerzo era mortiño, mora, lo que hallaba a la orilla
del monte. Una vez movía allá atrás, del cuartel para atrás hay un dique, por allá movía y movía. A yo me
daba miedo porque había una chorrera de agua, y tras la chorrera era que movía. Y yo miré y vi que había
una hamaca y era que el duende vago se lo ha llevado a un señor.
Me fui a avisar. Ya se hizo gente y nos fuimos a ver. Allá, como yo era muchacho, me fui metiendo con
los mayores a ver qué pasaba. La hamaca era de bejuco moyantin, y ahí estaba atrapado. Y tenía majada
de caballo que le llevaba el duende para que coma como si fuera pan De ahí lo sacaron y se salvó de morir.

Nombre:
Diana Gisela Malte Arévalo
Edad: 10 años
Institución:
Escuela Víctor Manuel Peñaherrera-
Lugar de residencia: Chilmá Alto
130
A mí me pasó este caso. Nosotros sabíamos madrugar a traer la panela, en el bus del padre de Chiles,
el padre Fernández. Nosotros sabíamos irlo a encontrar para que nos den una naranjita. Todos pasaron por
una zanja. Pero a lo que yo piso se me zafa el bordo y me fui para dentro. Eso era un túnel de lodo. Yo miré
y de un lado me acudían unos guaguas chiquitos, con sombreros grandes, tocando como banda bonita; alzo
a ver al otro lado y vi un toro que me seguía a embestirme. Yo me agarraba a la pared y ese túnel que me
tragaba. Yo chillaba que me favorezcan, pero no había quién.
De ahí ya toman en cuenta y regresan a salvarme. Pero no podía caminar. Llegué a la casa a caballo,
malo. El cueche se me había pegado a una pierna, la pierna era como tela de huevo, como picada. Por otro
lado era que me había perseguido la duenda. No había curación, ¡chuta!, me amarraban. Entonces cogía y
arrancaba el cabestro o soga que me ponían. Yo veía una señorita que saltaba por la casa y me ofrecía la
mano, que vamos. Los mayores han tenido un secreto, las guascas de cerdas, de cola de los animales, y solo
con eso me sujetaron.
Mi mamá, la que me crió, no sabía para dónde coger. Pero le conversan que vaya a Chiles, por entre
Tufiño y Chiles, a donde una señora que le han sabido decir por apodo doña Cumba La Negra. Eso era por el
otro lado por donde el finado Leonardo Játiva. Entonces la trajeron a esta señora y de tanto soplar me curaba
del cueche y de la duenda. Pero cuando me empezaron a curar, la señorita se me volvió a aparecer y me dijo
que yo era un sucio por coger cosas sucias.

Nombre:
Jennifer Damarís Paguay Ruano
Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
131
Al año seis meses pude caminar. Ya caminaba poco. Podía asentar la pierna. Eso es una mala cuestión
del duende y el cueche. Son cosas malignas. Decían que a mí me dio el cueche colorado, que el cueche
blanco o el negro son más malos.
A mí también me salió la viuda. Cuando fui joven me gustaba el traguito. Una vez me chumé en Tufiño.
Les dije que me esperaran que iba por una botella. Me fui por el coliseo de Tufiño, por donde doña Matilde, a
ella se le golpeaba la puerta y decía que si es con lo pronto para levantarse, quería decir que si va con la plata
se levantaba a vender, o sino decía que si es fiadito vale masito. Y ahora ya picado qué va a estar con unita.
Entonces me fui para donde doña Matilde. Y ya saliendo a donde es la entrada al mercado nuevo, la
veo sentada como dormida, con los follados anchos de lana, y pañolón negro. Ya voy, me le acerco y le digo:
“¿Qué hace, mama Matilde, aquí?”. Pero yo bien convencido y sencillote de que era ella. Cuando en eso
me alza a ver, ¡puta!, era un monstruo. Cogió y se volteó los senos para atrás. Yo, francamente, no supe qué
hacer. Se me fue la chuma. Ya del ansia pegué la carrera y a chillarle a los compañeros que me favorezcan,
que la viuda me sigue.
Otra vez, hubo un baile en la hacienda donde vivíamos. Después a mí y a otro compañero nos manda-
ron a traer trago. Nosotros del miedo no queríamos ir, porque había una cruz donde lo habían matado a un
señor. Pero nos fuimos cogidos la mano. Y ahora, rezábamos del miedo. Y pasábamos derecho por el otro
lado de la cuneta. En el puente había otra cruz, por donde pasaba la acequia de agua que caía a río Chico.

Nombre:
Jostin Sebastián Martínez Perengüez
Edad: 9 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
132
Entonces, vuelta, nosotros nos entundamos, del miedo nos entundamos. Y ahí en ese dique donde el agua
se estancaba veíamos unas casas qué lindas como espejos. El compañero me decía: “Pasarás despacito, no
vayas a quebrar esos espejos”. Y cuando nos despertamos, vemos que estamos al borde del dique, cosa que
si caíamos abajo nos matábamos.
Esta es otra historia. Nosotros estábamos destapando una alcantarilla. Y un pájaro cabecicolorado daba
vueltas y era como si se riera. A mí me pusieron en la motoniveladora. Cuando, ¡tras!, un estruendo. No sé
cómo se destapó esa alcantarilla, pero el caso es que se murieron siete hombres en Las Cruces. Yo voy a
ver y miro las tripas de los finados en las puntas de los árboles. Ya los familiares salieron a llevárselos. Los
sacábamos ya picados, como si fueran hornado. Los sacamos y ya se hizo el velorio.
Había un amigo que era hermano de Damasio Paspuezán. Él era bien llevado conmigo, andábamos jun-
tos a donde quiera que sea. Nosotros hallamos los cuerpos de los otros, pero a él no lo encontramos. Al mes,
yo me soñé con él. Él me dijo en el sueño: “Chachay, qué frío, váyanme a sacar”. Yo les dije a los familiares.
Ellos fueron y encontraron solo la pierna.
Pero yo no trabajaba en la carretera, estaba de ayudante de un bus del finado Teófilo Flores. Entonces,
por mala suerte el carro se quedó dañado por la Concepción y me tocó dormir ahí. A mí me dio pena de no

Nombre: Saira Briceida Quintanchala Arévalo


Edad: 9 años
Institución: Escuela Víctor Manuel Peñaherrera
Lugar de residencia: Chilmá Alto

133
poder ir siquiera a la velación de la pierna. Entonces ya me dormí. Cuando en medio del sueño me llegó otra
vez, y quería abrirme la puerta del bus, pero me desperté por la aullada de los perros.
Luego se me presentó en otro sueño. Me avisó que estaba al lado de una puerta y debajo de una cor-
tadera. Yo así mismo le avisé a la familia. Y así mismo encontraron una mano. Pero así mismo el bus en que
yo trabajaba se varó, y me tocó quedarme a dormir por allá en la carretera. Y así mismo se me presentó en el
sueño, pero bravísimo, ahora la abrió la puerta y me pegó una punta pié. Eso me hundió las costillas, cosa
que al despertarme yo lloraba del dolor porque la costilla se me iba saliendo.
Yo me salí del bus y me encontré con unas señoras de Chapuel que sabían ir a vender yerbas todos
los días al mercado. Ellas dijeron: “Se ha dañado el carro de don Teofilito”. Yo salí y les dije: “Llévenme que
me ha pegado un muerto”. Ellas, como sabían, me dijeron que ha de haber sido que no cumplió con el deber
de amistad, no fue al velorio.
A las cinco y media llegué. La mujer del dueño del bus dijo: “Cómo te vas a venir, ya te van a robar la
herramienta”. Entonces don Teófilo, más calmado, me dijo que contara qué es que ha pasado. Yo le conté. De
ahí me fui a confesarme, le pagué una misa y con eso ya no volvió más a molestarme.
Hay otra historia de un hombre al que le salió el diablo. Este hombre tenía una en Cumbal, una en Pa-
nam, una en Chiles y la otra en la casa. Él pasaba en turno desde Cumbal visitándolas a todas. Él salió de
Cumbal a las doce de la noche, cuando en el camino, ¡tas!, le salió un alma blanca que no lo dejaba pasar.
Entonces se fue al agua a pasarse por ahí. Y vuelta, ¡tas!, el alma a atajarlo. Tres intenciones que hizo, hasta
que dijo: “Pendejadas, voy a estar haciéndome burlar de esta alma en pena”.
Entonces se quitó el calzoncillo y se lo puso en la nuca. El alma ya lo dejó pasar. Y siguió el camino, no
carretera, antes callejones no más. Y cuando sintió que una sotana lo cogió de gancho y le roncaba, pero él
no comprendía qué le decía. Al llegar al Cucurucho, ya para salir a la Poma, él miró que venía como un carro.
Pero qué carro si no había carretera. Cuando en una de esas una trompada lo botó a la carretera. La ánima
se le botó encima. Él alzó a ver y vio que era una procesión, el esqueleto nuestro desque era la carrocería, y
en medio iba el cristiano en cuerpo y alma. La cabeza eran las ruedas del carro, los dedos eran las palancas,
las espelmas eran las canillas, por eso decía que el cebo nuestro es azul, lo que lloraban las espelmas eran
azules. Y el diablo patojo pasaba arreando con un juete a los diablitos chiquitos. Y esos diablitos decían: “La
carne humana me hiede”. Cuando después de una hora, ya la ánima fue levantando, fue dejándolo que se
levantara. Ya eran las cuatro de la mañana.
Resulta que ya cuando ha llegado a Panam, la iglesia estaba abierta y el ánima lo ha dejado ahí. Él se
despierta y se ve en la iglesia. Por eso es preferible dormir en un cementerio y no en la iglesia. Él, después,
lloraba y aconsejaba a los hijos que no hay que ser como él, porque lo que le pasó fue por ser tan mujeriego.

134
PARA RECORDAR:
Resuelve el siguiente crucigrama
• Elabora una lista con los principales acontecimientos que recuerdes.
Horizontales
• ¿Qué hacían las personas para protegerse de los indios bravos?
A. Nombre que antes tenía Chilmá Alto.
• ¿En
B. Así sequé se convertían
le dice los muchas
a quien tiene indios bravos?
mujeres.
C. •Color
¿Quédel
le echaron a la Laguna Verde para que se enfureciera?
cebo nuestro.
D. Combustible utilizado en la construcción de la carretera.
E. Animal que quería embestir a quien cuenta la historia.
F. Familia que adoptó a quien cuenta la historia.
PARA REFLEXIONAR
H. Nombre y apellido del propietario del bus.
• ¿Pordel
I. Parte qué creesque
cuerpo quelalaviuda
Lagunase Verde
la echasepara
enfureció
atrás. cuando le echaron sal?
J. Lo que qué
• ¿Por el enduendado creía
crees que los que bravos
indios era la majada de caballo.
se comían a la gente?
K. Apellido del sacerdote de Chiles.
L. Tipo de prenda de vestir que llevaba puesta la viuda.
M. Uno de los alimentos que consumía en la hacienda San Luis.
PARA CREAR
Verticales
• Realiza un dibujo con esta historia. Conviértelo en un rompecabezas e
1. Ser que se llevó
intercámbialo conaltus
señor que estaba tras la chorrera en una hamaca.
compañeros.
2. Ser que gritaba cerca del campamento de la carretera.
• Cuéntale esta historia con tus propias palabras a tu familia o amigos.
3. Nombre del río al que caía la acequia. (Invertido).
• Pídeles
4. Apodo de alatus padres, abuelos o amigos que te cuenten otra historia parecida
curandera.
a ésta. Compártela en la próxima clase con tus compañeros.
5. Lugar donde estaba el campamento de construcción de la carretera.
6. Nombre que también recibe el mono machín.
135
7. A donde viajaban los mayores a pie.
8. Enfermedad que produce el meado del cueche. (Invertido).
9. Tipo de guasca con que amarraron a quien cuenta la historia.

136
PARA REFLEXIONAR
Quien cuenta la historia dice: “Ya nos dieron los pedacitos de tierra. Los terrenos no tienen medición,
sino que tienen el respeto por el documento.” ¿Qué significa el respeto por el documento?
___________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________________

Quien cuenta la historia dice: “Pero yo bien convencido y sencillote de que era ella”. ¿Qué significa la
expresión “sencillote”?
___________________________________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________________

Averigua con tus familiares y vecinos quiénes fueron cada una de estas personas.

137
Completa la siguiente figura indicando las características de cada uno de los siguientes seres del otro
mundo.

PARA CREAR
Relee los últimos tres párrafos del texto. Dibujar la procesión de seres del otro mundo que ahí se
describe.

138
Luis Alfredo Lima

Edad: 76 años
Lugar de nacimiento: San Nicolás
Lugar de residencia: Tufiño
Escolaridad: Cuarto grado de escuela

139
La muerte
y los duendes
En Tufiño había una casita por la iglesia, ahí había una escuelita a donde íbamos los niños. De ahí
la pasaron la escuela más arriba, donde tiene la casa el Marcos Paspuezán. Aquí eran poquitas la casas,
había cuatro o cinco, no había más; lo demás era potrero o ciénagas.
Yo tenía unos 10 años. Una noche llegaron a buscarla a mi hermana, porque había una señora que
iba a dar a luz, que estaba quejándose. Tonces, a eso de las ocho de la noche, mi hermana y yo nos
fuimos. Yo, todavía guambra, me quedé en un camino, en ese camino había una puerta, jugando ahí.
La señora gritaba de los dolores. Yo no sabía qué pasaba. Pasaba que daban la vuelta por la casa
unos perros. Esos perros iban como chillando, como que peleaban. Eso siquiera aguantó dos horas. Mi
hermana por el ruido no podía salir de la casa de la enferma.

Nombre:
Katherine Dayana Paspuezan Duque
Edad: 9 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
141
Yo me quedé esperándola hasta que me quedé quieto. Yo me acerqué a verlos a ver qué es lo que
pasaba por ahí. La señora seguía quejándose, yo la escuchaba porque la casa de ella era de paja. Ya a
las doce o una se murió la señora y esos animales también se perdieron.
A la señora la llevaron al entierro. Los hijitos me pidieron que los acompañen. Yo no pude dormir en
esa casa porque la señora seguía quejándose y había unos ruidos terribles.
Los duendes también veíamos. Teníamos un terreno, con árboles de pumamaque y pandala, nos
mandaban a coger leña en esa parte. Pero de la quebrada nos botaban unos terrones así, donde está-
bamos sentados, eso era por ahí las seis de la tarde.
Nosotros curiosos a ver qué era, en la noche pasábamos por ahí y tocaban la caja. Verlos no, pero
sí los oíamos.

142
PARA RECORDAR:
Encuentra en la siguiente sopa de letras algunos de los términos claves que aparecen en la
• Elabora una lista con los principales acontecimientos que recuerdes.
historia.
• ¿Qué hacían las personas para protegerse de los indios bravos?
• ¿En qué se convertían los indios bravos?
• ¿Qué le echaron a la Laguna Verde para que se enfureciera?

PARA REFLEXIONAR
• ¿Por qué crees que la Laguna Verde se enfureció cuando le echaron sal?
• ¿Por qué crees que los indios bravos se comían a la gente?

PARA CREAR
• Realiza un dibujo con esta historia. Conviértelo en un rompecabezas e
intercámbialo con tus compañeros.

• Cuéntale esta historia con tus propias palabras a tu familia o amigos.


• Pídeles a tus padres, abuelos o amigos que te cuenten otra historia parecida
a ésta. Compártela en la próxima clase con tus compañeros.

143
Escribe algunas de las palabras encontradas en la sopa de letras y luego defínelas.
Palabra Definición
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________

PARA REFLEXIONAR
Completa la siguiente figura indicando cuáles son los momentos más importantes de la historia.

PARA CREAR
Elabora con plastilina los dos árboles que aparecen mencionados en el texto.
144
Marcos Paspuezán Paspuel

Edad: 76 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Tufiño
Escolaridad: Cuarto grado de escuela

145
Los cargueros y Rosendo Paspuel
Soy nacido y criado en Tufiño, y posiblemente aquí fallezca. En mi tiempo que yo estaba en la es-
cuela habían las profesoras, pero casi no enseñaban, ellas se pasaban con los aduaneros de Colombia
conversando y no enseñaban nada. Las pobres mujeres no iban a la escuela, los papas sabían decirles:
“¿Para qué? Para no más de que hagan la carta con uno o dos años de escuela es suficiente”. Nosotros
al cuarto grado salíamos de la escuela y nos mandaban al trabajo.
Yo alcancé a conocer a mi abuelo, Eleodoro Paspuel, el papá de mi mamá. Yo estaba en la escuela,
él nos sabía coger y conversar dónde ha sabido andar, cómo ha sido el trabajo de ellos.
Eleodoro Paspuel, Sansón Papuel, Fidel Paspuel, Nicanor Paspuel, ellos se han sabido ir, no solo
ellos, para Barbacoas, de cargueros con el peso de un quintal y medio. De Chiles iba Rafael Chiles.
Todo eso han sabido andar entre quince y veinte personas, han sabido llegar allá y entregar allá, y venir
cargado y vuelta entregar por aquí. Y han sabido vuelta largarse a la provincia de los Ríos, en Quevedo,
eso de Ventanas.

Nombre:
Alison Estefanía Chenás Tatamués
Edad: 8 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
147
Ellos han sabido traer de allá aguardiente, para nuevamente irse a vender, han sabido andar ellos.
De aquí para los Ríos llevaban carne y de allá traen aguardiente. Y con eso han sabido mantener a los
hijos, mejor dicho a toda la familia, hasta que ellos en verdad sabían desenvolverse con la familia.
Eso han sabido irse a puro pie limpio, no con zapatos, botas. Ellos iban llevando recortes de piel de
ganado, eso remojaban en los chorros de agua para vendarse el pie únicamente para pasar por donde
ha sabido haber la guadua, y de ahí han salido a donde no hay guadua y a seguir a pie limpio. La comida
que llevaban eran habas, tostado y pinol.
De espíritus que se aparecían en el camino no han sabido conversar nada. Lo único que conver-
saban es que una vez, ya cerca de llegar a Barbacoas, arrimaron a un campamento donde les vendían
la comida porque los ranchos han sabido quedar lejísimos en la montaña. Entonces en ese campamento
grandísimo ahí les vendían la comida, el corredor era en lo alto abrigado. Ellos llegaron que les vendan la
comida para merendar y dormir en ese campamento, entonces todos han comido y se han dormido, pero
el otro, el más menor, Eleodoro Paspuel, se ha dado la vuelta así por la casa y se ha fijado por las hendi-
jas de la tabla. Entonces cuando él se ha dado cuenta por las hendijas ha visto un montón de cabezas de
gente. Tonces ha estado ahí piernas, brazos, costillas, colgado ahí con alambre colgado de los tirantes.

Nombre: Anthony Joel Tatamues Ipial


Edad: 8 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

148
Eleodoro fue a donde estaba la gente durmiendo y le pasó la voz al uno. Tonces de uno en uno se
fueron despertando y les fue avisando. Ya llegaron a saber toditos y dijeron: “Vámonos, tenemos que
entregar esta carga a hoy por la noche, no hay nada qué hacer”.
Entonces los que vivían ahí les han sabido decir: “No se vayan, la comida les vendimos barato, ha
sido la carne de gente”. Entonces, ele ahí, por no comer esa carne ellos. El problema más que la tenían,
sabía decir el papá abuelo nuestro, que donde han sabido estar durmiendo ahí han sabido ir con un com-
bo y dar en la cabeza. Y han sabido vender esa carne a todos los que han sabido andar por ahí.
Eleodoro Paspuel también conversaba que Rosendo Paspuel ha sido compactado. Se ha compac-
tado en el páramo. El compacto de él ha sido para tener plata y comprar ganado, tener llenito Potrerillos,
desde la Comuna hasta la Peñablanca. Todo eso ha tenido el yeguarizo, o sea, caballos, hartísimo. De
aquí se iba a Potrerillos acaballo a rodear el ganado. La mujer de él ha llamado Purificación Paspuezan,
colombiana.
Como Rosendo Paspuel ha sido compactado con el diablo, ha sabido llegar, amarrar el caballo y
tirarse en la Laguna del Cerro del Medio y salir al otro lado como un toro. Y ha sabido salir y seguirse

Nombre: Fernando Javier Puetate Malte


Edad: 8 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

149
majando con los toros bravos. Y de ahí seguir montando en las vacas. Ya de cansado, ha sabido tirarse
vuelta a la laguna y salir persona al otro lado.
Pero cuando llegaba a la casa que ha sabido seguir quejándose. No ve que era una persona y le
quedaban rayadas las costillas, y todo eso. Pero de ahí ya se iba vuelta otra vez a la laguna a convertirse
en toro. Tonces de ahí que la mujer lo siguió, lo siguió por donde va el rastro del caballo. Pero ya el trato
de Rosendo Paspuel no ha sido tan largo porque ya falleció. Y eso que ha dejado escrito en una cueva,
en el año 1916.
Y de ahí, verá, han estado haciendo la carretera de herradura de Tufiño a Maldonado, ¿y qué pasa?
En la carretera de Maldonado ha sido que se han ido con herramientas, barras, palancones, todo lo que
entra en un trabajo. Y se han quedado en la Laguna del Cerro del Medio, en una cueva.
Como el páramo ha estado quemado ha habido leña buenamente. Entonces ellos se han puesto a
recoger leña y se han puesto ahí a quemar la leña para tibiar los avíos. Y cuando ya han sido entre eso
de las siete de la noche, y se ha escuchado un grito arriba en el cerro Chiles, después más abajo, cuando
de ahí en la quebrada del Baño que saben decir ya ha gritado.

Nombre:
Liseth Carolina Puetate Paspuel
Edad: 9 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
150
Entonces han dicho: “Púchicas, ¿qué es esto?” Tonces cuando de ahí ha llegado un ventarrón que
no ha dejado ni las cenizas de la candela, la ha floriado todita. Tonces ellos decían: “Ahora, esto aquí nos
mata”. Pero al Rosendo Paspuel no se le daba nada, él seguía acostado, venga quien venga.
De ahí, ellos decían que recen, haciendo sonar los machetes que se iban para abajo a la quebrada,
pero los derrotaban. Mientras estaban ahí encerrados en la paja, el otro ya estaba en la cueva. Así, oiga.
Entonces qué dijeron: “Éste ahora nos mata”. Se repartieron, unos que dormían hasta la media noche y
otros que hasta amanecer, turnándose.
Es que Rosendo Paspuel ha sabido dormir con él. Entonces de ahí ¿qué es lo que ha pasado?
Decían: “Recen, recemos”. Pero que no, que no podían porque no tenían los libros. Después el abuelo
nuestro desque dijo: “En un terremoto rezamos así: Santo Dios, Santo Fuerte, Santos Inmortales, Misere
Nobis, Ora Pronobis”. Me acuerdo de esas cuatro palabras que había sabido decir. Y con eso se despidió
y no volvió a regresar más. Eso me conversaba mi abuelo.

151
152
Completa la siguiente figura indicando las características de los alimentos que consumían los cargue-
ros durante sus viajes.

153
Competa la siguiente figura indicando cada una de las partes más importantes de la historia sobre
Rosendo Paspuel.

PARA CREAR
Dibuja un mapa de Ecuador y del sur de Colombia. Luego ubica los sitios que aparecen mencionados en
el texto. Con flechas señala el recorrido de los cargadores.

154
Ángel María Ruano Paguay

Edad: 66 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Tufiño
Escolaridad: Tercer grado de escuela

155
La viuda, el alma y los cacharreros
Tuve un matrimonio y al poco tiempo Dios me lo quitó. Quedé con seis criaturas a mi cargo y a mi
responsabilidad. Pero dando gracias a Dios los crié sin ayuda de nadie. Les di la educación hasta sexto
grado. De los seis, fueron cinco varones y una hembra. Ya todos son casados. Yo hago mi vida solo.
Aquí mismo una vez encontré a la viuda. Ella se presentó en pos de una señora casada. Le cuento
que nos pusimos frente a frente y estaba de un lado a otro lado. Yo le dije: “Buenas noches”, y no con-
testó. Vuelta se pasó al otro lado, le volví a decir: “Buenas noches”. Pero no saludó. No contestó. Ella se
fue por su lado y yo por el mío.
Nosotros creemos que sí andan las almas, otros no creen. Un día encontré un alma, en pos de gue-
rrillero, pero no era un guerrillero, era el alma de mi hermana. A las dos noches que la encontré me hizo
revelar un sueño con bastante gente en una tierra desconocida. Y ahí se acercó a otra persona y le dijo
a la persona que estaba al lado de yo: “De favor, dame la mano”.
A la otra noche la volví a soñar y ahí me di cuenta que era el alma de mi hermana, pidiéndome per-
dón a lo que había hecho conmigo, me pidió perdón por el disgusto que me había dado. Me doy cuenta
que fue la almita que la encontré, en el sueño me pidió perdón.

Nombre:
Alisson Karen Ipial Tulcán
Edad: 8 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
157
La vida yo me la ganaba cacharreando. Eso, pues, nos cruzábamos estos páramos. Cargábamos
a las siete de la noche en Chiles, a esa hora marchábamos a dar al Ángel, veces a San Isidro, veces a
Mira. Ahí esperábamos en un punto que se llama El Cabuyal, es un socavón por donde pasa el tren, y en
cuanto pasaba seguíamos. De ahí nos largábamos a Cahuasquí, Pablo Arenas, Estación Carchi, Ibarra.
Esa era la vida nuestra.
Llevábamos el cigarrillo Piel Roja, el Sol, y a veces la tela Popelina, otras veces Casimir. Eso íba-
mos por caminos desviados, por el páramo. Por la carretera nunca.
Una vez nos quitaron en las Lagunas, en el Voladero, nos quitaron todo. Todo lo comprábamos en
Chiles. El viaje se demoraba según a donde íbamos. Al Ángel era ida y vuelta: nos íbamos a las siete de
la noche, a las diez o a las once ya llegábamos allá, todo a pie. Si íbamos a Pablo Arenas, eran dos días.
Uno se llevaba un pedazo de dulce, un pan, con eso nos manteníamos.
De acuerdo a los pedidos que nos hacían nos íbamos entre doce, entre trece cacharreros. Si era
un pedido pequeño apenas éramos dos o tres. Nunca nos sentimos inseguros por las tentaciones; nos
sentíamos inseguros por la policía que podía salir y nos quitaba todo.

Nombre:
Elvis Armando Tarapués Chuquizán
Edad: 9 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
158
159
Completa la siguiente figura indicando las ventajas y desventajas del trabajo de cacharrero.

PARA CREAR
Dibuja un mapa del norte del Ecuador. Luego ubica los sitios que aparecen mencionados en el texto.
Con flechas señala el recorrido de los cacharreros.

160
Rosendo Paspuel Duque

Edad: 73 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Tufiño
Escolaridad: Tercer grado de escuela

161
Rosendo Paspuel, la vieja, el cueche,
la Mala Hora y los entundados
Rosendo Paspuel era mi abuelo. Dicen que era compactado con el diablo. Y claro que ha de haber
llegado a hacer ese pacto, porque mi papasito, Froilán Paspuel, conversaba que mi abuelo llegó a tener
60 reses, 28 caballos y 70 puercos en el Artezón. Propiedades de terreno no tenía nada, pero todo lo
demás ha de haber sido que el diablo le dio esa fortuna. Él era el hombre aquí en Tufiño, pero cuando
murió se acabó todo. De los hijos, nadie llegó a tener nada, todo se destruyó, él se acabó y se fue con
todo.
El pacto me parece que fue con el diablo, si no cómo se podía hacer. A mi abuelo, en ese tiempo
que trabajamos en esta carretera, ahí en el Azuay con el contratista de la carretera, se lo encontró con
dos de aquí de la Laguna Verde que habían sido puenditos, y mi abuelo se los dio al diablo. Ahí murieron
esos dos y los botaron en un hoyito de monte. No ha de haber habido quién venga a reclamarlos, este
pacto existió de mucho tiempo antes y fue por la ambición de tener. Las letras R y P están escritas de la
Laguna Verde más arriba.

Nombre:
Ángela Estefanía Tacán Mejía
Edad: 8 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
163
Mi abuelo hizo ese pacto y no había para un puñete quién le aguante; para un trago, tampoco. Mi
papasito dice que mi abuelo se zumbaba por encima de las matas sin que le pasara nada. Hubo una
temporada en que los señores Tatamues y Villarreales, de los mayores, bajaron un ganado bravo de
Potrerillos y lo amarraron donde la finada Fermina Tatamues. Ellos, ya tomados el trago, le dijeron a mi
abuelo: “Vamos al que suelte el toro más bravo”. Esa apuesta se la ganó mi abuelo, porque soltó el toro
más bravo, un toro que se fue al comedero y los asustó a todos, menos a mi abuelo. Él, por ese pacto,
no había quién le gane en nada.
Nosotros somos Pastos, somos indígenas de nuestra comuna. El nombre de Tufiño se le puso
a todo esto por un señor de apellido Tufiño, me parece que era un ingeniero que regaló el terreno. Lo
mismo en Cruzerira, ahí hubo un terremoto, los dueños murieron, y esto se repartieron en la Comuna,
por ese motivo esta parte llama Cruzerira.
Nosotros antes teníamos un terrenito ahí, en Cruzerira. Yo era guambrón todavía. Mi papasito en
ese tiempo salía de acaballo a Tulcán y regresaba por ahí a las seis y media a la casa. Un día me dijo:
“Váyase, mijo, a dejar el caballo al Cruzerira”. Pero ¿qué pasó?: que en un camino yo la vi a una mujer, yo
iba cerquita a toparla, cuando le vi tenía tres patas para adelante, y llevaba la rueca tapándole la cara, la
rueca es una cosa que hilan la lana, ponen ahí las mayores, eso era una rueca de tres patas, y ponían la

Nombre: María José Buitrón Mora


Edad: 7 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño

164
lana para tizar, tizar es aflojar para estos ponchos, es suavizarla, se la hila y hacen el poncho. Entonces
ya me di cuenta que no era de ésta, y pasé por el lado, la saludé y ella me contestó con un gruñido, yo
solté el caballo, pasé a Colombia y bajé a salir a Tufiño. Esa era la viuda.
La vieja del monte conversaban los mayores que en esta montaña del finado Alejandro la vieron.
Ellos fueron con los perros a echarle bala. Pero el finado Mesías Fraga decía que las carabinas no
funcionaban, se cortaban y no podían pegarle. La vieja ha sido folleriamarilla y brinca de un árbol a otro,
brincando, y con los senos se los botó para atrás, y se iba yendo de árbol en árbol, eso conversaba un
mayor en esos tiempos que todo ha sido montaña.
Nosotros, en ese tiempo, sembrábamos en esta parte del Salado. A mí me gustaba la cacería, yo
tenía un fusil de los buenos, de los antiguas. Nosotros sabíamos irnos con el primo Néstor a matar las
pavas. Pero una vez cuando salimos al Mirador, ahí había estado el cueche blanco. Eso era como un
fuego blanco. Mi primo dijo: “No nos metamos, ese nos puede hacer algo”. El Néstor, que ya es muerto,
fue y buscó caquita de caballo y se la puso en el sombrero. Entonces el cueche se hizo a un lado, eso
estaba un sonido como cuando la paila está hirviendo.

Nombre:
Melani Juliet Almeida Játiva
Edad: 8 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
165
También otra vez nos apareció el cueche negro. Eso fue con mi papasito, cuando salíamos a pescar.
En la quebradita había estado el cueche y cuando íbamos a pasar se encrespaba como cuando los
perros van a pelear, por eso dejamos de ir a pescar, porque el cueche negro se encrespó.
En Chilmá sí ha habido los entundados. Eso es Mala Hora. Aquí hubo dos Paspueles que fueron
enduendados. Ellos desque querían irse tras una enamorada pero lindísima. Esa era la duenda. Para
curarlos era buena una cerda y amarrarlos para que no se vayan. De allí los soplan con trago, ruda,
ishpingo. En cambio, el duende se enamora de la mujer. Una señora en Chilmá se había enamorado
del duende. Ella desque se iba detrás y no la podían detener. Pero la curación es la misma. Cuando el
duende se lleva a las personas a una quebrada, les lleva el abono del caballo y a las personas les parece
naranjas, y les dice que coman; así mismo el abono de ganado, al enduendado le parece que es cosa
de comer.
Yo también sé del carro de la otra vida. Yo tenía un cuñado de Tulcán. Él vino aquí a Tufiño como a
las cuatro de la mañana. Me dijo: “Vámonos para adentro a Maldonado y llevará un costalito”. Yo entré
a la casa y llevé el costalito. Nosotros nos fuimos hasta el Pan de Azúcar, porque por ahí había dicho el
padre Ponce que estaba la mina de plata. Entonces nosotros íbamos a traer esa plata en el costalito.
Total, nos fuimos a dar ese recorrido. Luego, nos vinimos como a las seis de la tarde. Nosotros vimos
que venía un carro venia atrás por la parte del Rosal. Pero el carro no nos alcanzó en ninguna parte.
Nosotros llegamos a Tufiño y nos quedamos esperando para verlo llegar al carro, pero no llegó. Ahí nos
dimos cuenta que sí anda el carro de la otra vida.

166
167
168
PARA REFLEXIONAR
Completa la siguiente figura comparando al cueche blanco con el cueche negro.

PARA RAZONAR
Quien cuenta la historia se llama Rosendo Paspuel Duque. Su padre se llama Froilán Paspuel. Su abuelo
se llama Rosendo Paspuel. De acuerdo a esa información responde las siguientes preguntas:

¿Quién es el papá del papá de Rosendo Paspuel Duque? _________________

¿Quién es el hijo del hijo de Rosendo Paspuel? _________________

¿Quién es el papá del hijo del hijo de Rosendo Paspuel? _________________

¿Quién es el hijo del papá del hijo de Rosendo Paspuel? _________________

169
PARA CALCULAR
Rosendo Paspuel tenía 60 reses, 28 caballos y 70 puercos. De acuerdo a esa información responde las
siguientes preguntas:
¿Cuántas reses le faltaban para igualar el número de puercos que tenía?
¿Cuántos puercos le faltaban para igualar la suma de reses y caballos?
¿Cuántos caballos le faltaban para que el número total de caballos fuera igual a la mitad de reses que tenía?
¿Cuántos caballos le faltaban para que el número total de caballos fuera igual a la mitad de puercos que tenía?
¿Cuántos caballos debía perder o adquirir para que el número total de caballos igualara a un cuarto de las
reses que tenía?
Si se suman todos sus animales, ¿cuál es el porcentaje que le corresponde a las reses?
Si se suman todos sus animales, ¿cuál es el porcentaje que le corresponde a los caballos?
Si se suman todos sus animales, ¿cuál es el porcentaje que le corresponde a los puercos?
Si se suman todos sus animales, ¿cuál es el porcentaje que le corresponde a la suma de caballos y reses?

Si se suman todos sus animales, ¿cuál es el porcentaje que le corresponde a la suma de puercos y reses?

170
Pablo Arturo Paspuel Paspuezan
Edad: 53 años
Lugar de nacimiento: Tufiño, barrio Centro
Lugar de residencia: Tufiño
Escolaridad: Sexto grado de escuela

171
El duende, el aguador, Rosendo Paspuel,
Juan Chiles y la cueva de plata
Somos indígenas Pastos porque somos oriundos de aquí. No somos blancos ni de otra raza, somos
indígenas.
A yo me pasó una historia verídica. Un día salí de pesca al Artezón. Ya por eso de las doce del
día o una de la tarde oí una música en el río. A mí ya me habían contado que cuando hay música hay
duende. Entonces agarré un frailejón chiquito, y dije: “Aquí está el duende”. Yo saqué la cabeza y ya lo vi
un chiquito sombrerón que brincaba de piedra en piedra, y corrí para abajo. Porque dicen que cuando el
duende lo ve a uno lo enduenda, por eso hay que ganarle y verlo primero. Es pequeño de unos cincuenta
centímetros, tiene un sombrero grande y estaba brincando en el río; la música es pum, pum, pum, es muy
de repente que se lo encuentra, sale al descuido.

Nombre: Cinthya Micaela Paspuel Chenás


Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
173
Por el mismo sitio me sabían conversar cuando trabajábamos en la acequia de Bolívar que el agua
no se dejaba pasar en un túnel. El agua llegaba ahí y se regresaba de cuesta. Entonces un contratista
le ha dado al diablo uno o dos peones para que deje pasar el agua. Ya con los años a ese peón lo han
visto andando, que decían: “Allá viene el aguador, ya sube”. Y veían a una persona con un perro negro,
que es una persona de los puendos de Otavalo. Ahora estuvimos haciendo vuelta esa acequia y por ver
el túnel yo me lo crucé con varios compañeros, eso tiene unos huecos y por ahí se lo conduce a Bolívar
el agua de riego.
Otra que le cuento es en la Laguna Verde. Mi papá sabía contar, cuando íbamos para adentro, a
Potrerillos, que la laguna ha sido brava, que medio sentía pasos, seguía lloviendo, granizando, nevando,
que había que pasar suavecito. Ahí disque sabía salir una paila. Un señor Rosendo Paspuel le echó
guasca a esa paila para atraparla, dicho que la va a sacar, pero que de un bramido se le ha ido el
cabresto con todo.
Ese señor Rosendo Paspuel y Juan Chiles son los famosos caciques. Dicen que ellos han sido
compactos con el diablo para tener cosas, antes que tenían ese páramo lleno de ganado solo de los dos.
Don Juan Chiles que llegaba y se tiraba a la laguna y salía convertido en toro, iba balando, balando y el
ganado se le arrinconaba de una. Don Rosendo Paspuel dicen que ha hecho un compacto con el diablo,

Nombre:
Jaider Puetate Duque
Edad: 9 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
174
por eso existen las iniciales de él en una roca, yo he sido curioso y no he visto, porque solo las ven los
inocentes, nosotros no las vemos.
En el Salado dicen que hay una cueva donde han sabido sacar plata de corte. Varias gentes han
ido y han buscado pero no han encontrado. Ha ido Luis Lima, el finado Padre Ponce, pero no se la
encuentra, parece que es hecho derrumbe y tapado, por eso la llaman el río de la Plata. Pero hay un libro
donde un señor dice haberlo visto y él sí avisa todo. Dice que debe irse de Tufiño al Panesillo, luego a
la Piedra Negra, de ahí al Botas, baja a la Laguna Verde, sube al Azuay, se mete a la Cueva de Candela,
luego sale a la Orijuela, de ahí al Naranjo, ahí dejan los caballos y luego adentro entra a cortar la plata.

175
176
Escribe algunas de las palabras encontradas en la sopa de letras y luego defínelas.
Palabra Definición
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________
____________: ___________________________________________________

PARA REFLEXIONAR
Completa la siguiente figura indicando cuáles fueron las principales características de Juan Chiles.

177
PARA CREAR
Organiza con tu maestro, con las directivas de la institución, con tus padres de familia y con los líderes
de la Comuna la Esperanza una caminata por los sitios que aparecen mencionados en la historia.

178
José Florentino Duque Chuquizán
Edad: 66 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Tufiño, El Carrizo
Escolaridad: Tercer grado de escuela

179
El duende, el alma, la vieja, los entundados,
la huaca, el cueche, la viuda y José Aragán
Antiguamente Tufiño era propiamente solo tres casas que habitaban en la vía. Día a día fue nacien-
do y fue creciendo.
Del duende yo lo conozco, nosotros cuando estábamos en la Comuna vivíamos arriba de las Aguas
Hediondas más acá abajo. Ahí teníamos una propiedad que nos adjudicó la Comuna. Ahí teníamos nues-
tro ganado. Pero como siempre han existido los ladrones, nosotros teníamos que cuidarlo el ganado. En
el día lo sacábamos al páramo y en la tarde lo íbamos a buscar y lo metíamos a la estaca.
Un día se me hizo mucho tarde. Pasé por la quebrada y me voy por el filo viendo el ganado de
repente en alguna playa. Cuando ahí los vi a los duendes, sombrero verde, poncho verde, han sabido
andar brincando de piedra en piedra. Yo como estaba de lejitos, ni me vieron siquiera.

Nombre:
Ana Milena Guzmán Paspuezán
Edad: 11 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
181
Yo también he visto un alma. El caso era de que había estado para morirse mi hermana. Estábamos
en el patio abrigándonos, y después ellas se olvidan la puerta abierta. Yo voy a la carrera a cerrarla,
cuando cojo la hoja de la puerta y me fijo al cucho, cuando ahí mi hermana, cogiendo alguna cosa de una
tabla que había. Ella me alzó a ver, y yo me espanté y salí chillando. De ahí a los dos días murió.
Nosotros fuimos los primeros que entramos a esa montaña de Chilmá, que esa sí ha sido brava de
a de veras. Contaban los mayores que ellos pasando la habían visto a la vieja, que tiene unos pechazos
tremendos, que cuando se bañaba los cogía así vuelta para el hombro. Por eso dicen que la vieja ha
criado hartos viejos. Eso es una mala hora, una tentación que se le puede comer el corazón y muere.
Solo con mirarlo se le come el corazón. La gente muere espumando por la boca. Eso sí ha pasado por
la montaña.
Cuando vivíamos allá, éramos unos guambritos. Mis papas sembraban maíz. Nos dejaban cuidan-
do el maíz, y ellos se venían para acá. Pero teníamos la hora de que hasta las tres podíamos estar en el
maizal. Y de ahí largo a la casa. Si nos pasábamos nos perseguía. Una vez nos demoramos un poquito,
cuando como a las cuatro pegó un grito funesto que hizo temblar la casa.

Nombre:
Daniela Estefanía Puetate Paspuel
Edad: 11 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
182
En Chilmá también cuentan que por esa misma razón se entundaron Eleodoro Paspuel y Ángel
Paspuel. Allá era montaña brava, pero ellos trabajaban hasta bien tarde, y la montaña como era virgen
no permitía. Ahí se habían entundado, y les hacía ver las guambras. Nadie los podía asujetar, con cables,
guascas, nada, se largaban con fuerza. Por eso es bueno tener en las montañas cola de cerda de caballo
o de ganado. Con esa los amarraron y los pudieron sacar para acá, y los llevaron a donde un médico que
los cure.
En las huacas hay cuidadores. Los antiguas cuando han muerto han enterrado las minas de oro y
plata. Cuando alguien va a sacar, ahí está el guardián cuidando, una sombra, un bulto. Contaba Rosalino
Paguay que ellos sacaban huacas. Dice que ha ardido una llama alta. Seguro que ahí está la plata. Dicen
que el tres de mayo arde. Y la encuentra, cuando el guardián lo tiraba de un lado a otro de la acequia.
“¡Que miedo!”, contaba.
Los mayores contaban que cuando se encariñan entre compadres se convierten en una pareja de
animales uncidos. Y a cualquier persona que la encuentren la quieren envolver. Dicen que eso es un
gran pecado que deja las almas sin salvación. Esos son los cagones.

Nombre:
Maryuri Shirley Puetate Duque
Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
183
Nosotros cuando andábamos en Potrerillos en el bosque hacía un solazo y un páramo. Ahí sabía
aparecer el cueche, que es como la figura de un caballo. Cueche blanco, caballo blanco; cueche rojo,
caballo colorado. Pero asoma el pescuezo, no se lo ve todo. Los cueches propiamente le pegan un virus
que cae a la cara, le engranoja, si no se cura, lo sigue enconando. Hay que buscar yerbas del campo
para hacerse soplar y curar.
Dicen que también ha habido la viuda. Dicen que es una sombra que se la ve como una persona,
eso lo atonta al chumado, parece en forma de una mujer que a uno le guste o si tiene su mujer aparece
en forma de su mujer. Esa lo atonta y por ahí lo deja metiendo. Eso no me ha pasado pero sí se ha oído.
José Aragán ha sido un vago. Le preguntaban que por qué no trabajas. Y siempre decía: “Cuando
Dios quiere dar, por la puerta ha de entrar”. Ya por ahí se ha dormido y desque tenía una cuadrita. Y dejó
la puerta abierta. Entonces el ganado de una hacienda se ha salido y se le ha entrado a la cuadrita de él.
Y entonces eso fue que le llegó el ganado. Él, como ha sido una persona vaga y sencilla, se ha ido a la
luna, donde ha estado sacando las semillas. Por eso es mejor no trabajar para irse a la luna.
Los mayores decían que cuando a las vacas se les hinchaba la ubre, era el chutún que se le ma-
maba la leche. Eso debían curarlo con remedios de pasmos.

184
185
PARA REFLEXIONAR
Completa la siguiente figura indicando las características de los seres del otro mundo.

PARA CREAR
Averigua con tus padres, vecinos y amigos quién fue José Aragán. Después de haber reunido suficiente
información, escribe una historia sobre él.

186
Jorge Bolívar Ipial Cadena

Edad: 71 años
Lugar de nacimiento: Tufiño
Lugar de residencia: Tufiño, El Carrizo
Escolaridad: Tercer grado de escuela

187
El Cabildo y la Comuna
Soy propio Pasto. De lo que me han contado, Tufiño ha sido de la mayor parte de la familia Ipial,
una familia que viene de Chiles. Esto se ha llamado Montañuela, pero en el 43 ha llegado a ser parroquia.
Cuando yo ya fui trabajador, de unos 13 años, cuando me fui a trabajar a las Lagunas Verdes en la
carretera, desde el Azuay hasta Potrerillos. Yo andaba con las sandalias hechas de llantas de caucho. Yo
ganaba en ese entonces siete sucres. Ahí trabajamos con el señor Rosalino Rojas, cuencano.
Nos quedábamos en partes a dormir y en partes nos veníamos. No apareció nada de espíritus
jamás. El frío atacaba. Me entumí dos veces. Pero tenía mi bendito padre, él me trajo al campamento,
me sopló candela y me desentumió.
Ya se oía la leyenda de la R y la P, del señor compactado, que había tenido mucha ganadería
por Potrerillos. Eran los comentarios del señor Rosendo Paspuel. Gonzalo Paspuel, hijo de Rosendo
Paspuel, llegó a ser mi suegro.

Nombre:
Amanda Guisela Puetate
Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
189
Rosendo Paspuel ha vivido por 1800, o por el 1920, o por el 1911. Por ahí ha vivido él. Hay gente
que cuenta que ha visto, yo nunca he visto ni he oído nada.
Nosotros somos desmembretados de la comunidad de Chiles. Esto ha sido Colombia. Todo lo que
es pueblo Tufiño ha sido de la familia Ipial. De ahí ha habido otra descendencia. Unas partes han sido
de un Darío Ipial, otras de un Fernando Ipial, de un José Ipial, que ha sido mi abuelo. Todo el pueblo de
Tufiño ha sido de la familia Ipial. No ha habido escrituras, después se ha llegado a que el que vivía en
Tufiño se quedaba en Tufiño.
Desde 1916 viene la lucha. El que ha hecho las cosas ha sido un Luis Chiles Ruano. Esta Comuna
en ese entonces la amparaba el Ministerio de Bienestar Social y después el Ministerio de Agricultura.
Esto han sido unas peleas duras, porque la gente colombiana tenía posesiones adentro en Potrerillos,
Artezón y Chilmá. Por allá ha habido desgracias con unas familias mías, las familias Malte.
Ser Pasto es una organización a base de que hemos sido Pastos. Yo entiendo, y así han dado a
entender que desde Pasto hasta el Juncal hemos sido Pastos. Ha habido alguno que otro mestizo o
blanco. A base de eso se han tenido acuerdos con la gente de Chiles y Panam. Hemos llegado a saber
nuestros usos y costumbres.

Nombre:
Karen Yoreli Cadena Yanascual
Edad: 10 años
Institución: Escuela Los Ríos
Lugar de residencia: Tufiño
190
El Cabildo se compone de cinco miembros. En Chiles es con gobernador, aquí con presidente. Él
manda todo, de ahí viene el vicepresidente, a él toca obedecer; de ahí viene el Síndico, él es el abogado;
de ahí viene el tesorero, que administra el tesoro con ingresos y egresos. Yo he sido cuatro veces
tesorero, fui presidente en 1987, vicepresidente en 1999, secretario en 1977. Por eso digo a hoy que
antes no teníamos máquina como a hoy computadora. Hacíamos con nuestro puño y mandábamos a los
Ministerios, y eran bien recibidos los oficios.
El Cabildo era nombrado por Asamblea General de acuerdo a la votación. Se tomaba un juramento
a cada Cabildo. Se la lavaba la vara, pero la vara no teníamos. Eso era una costumbre que nos pasaban
de Chiles. Ahora ya hay vara pero no se llega a lavarla como manda el Derecho Mayor.
Cuando se entregaba la tierra se firmaba un documento con sus respectivos mojones. La mujer es
compañera del esposo, casádose por lo civil como cualquier ciudadano en cualquier parte. Toca irla a
pedir, saber si están de acuerdo o no.
A los expresidentes sí nos preguntan. Más antes ha habido trompiezos con Chiles. A nosotros no
nos respetaban porque hemos sido pocos. Pero la ley civil, la gobernación, la policía nos ha amparado.
Han sacado ese ganado. Ha habido personas de Chiles que tenían hasta trescientos ganados.

191
192
PARA CREAR
Organiza un grupo con tus compañeros. Cada uno asuma una de las siguientes funciones: Presidente,
vicepresidente, síndico, tesorero y secretario. Luego averigua con tus padres, vecinos o líderes de la
Comuna en qué consiste el puesto que has elegido. Por último, bajo la orientación de tu docente, juega
con tus compañeros a que ustedes son los dirigentes de la Comuna.

193
OTROS INFORMANTES

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de nac ncia: Chilmá cuela
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Escola

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Revistas

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comunicaciones, Quito, 2007.
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5) Memorias, Primer encuentro por la identidad del Carchi, Cuadernos No.3, Imprenta papelería Pichincha, Tulcán, 1995.
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7) HORIZONTES. N°1. Escuela Roberto Andrade.

Archivo
1. Archivo del Gobierno Autónomo Descentralizado del Cantón Tulcán.
2. Archivo del GAD de la Parroquia Rural de Tufiño.
3. Archivo de la Tenencia Política de Tufiño.

198
“Ediciones Killari ”
Es el reflejo de un pueblo que
vive, trabaja, crea y expresa libremente su pensamiento

“Impresión Digital”
Edición realizada el mes de enero de 2014 en los
Talleres de Editorial Jurídica del Ecuador;
con la calidad y tecnología de equipos de
producción XEROX
QUITO - ECUADOR

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