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TEXTOS DE TEORIAS Y CRITICA LITERARIAS (Del formalismo a los estudios postcoloniales) NARA ARAUJO TERESA DELGADO Seleccién y apuntes introductorios GP antrroros (BORA UNIVERSIDAD AUTONOMANETROPOLITANA ~ ‘Si, a pesar de los esfuer2s realizados, no se hubiese ‘utores oderechohablantes de los textos incuidos en YY se comuniguen con nosotros, Primera reimpresin revisada en Anthropos Editorial: 2010 © Universidad Auténoma Metropolitana. Unided Itapalapa, 2003, 2010 © Anthropos Editorial 2010 . En cozdicién con la Divisin de Ciencias Sociales y Humanidades. Unidad Tztapalpa ls Rectoria General de la Universidad AutSnomn Metropolitana, Mexico ISBN: 978-88-7658-940-3 (Narito, SL) 1936972296 Fax: 935872661 Impresion: Novagrai. ald 5. Monteada \ Reixac Impreso en Espana «Printed in Spain Tole dn eens pubic oped pa nen pe aterm ‘tovoade eget rein nee a por mn mest nec ee sees mee ‘AEctncn pornos ocaiquc nl perme pope ads ora AGRADECIMIENTOS avo Leyva, Daniel Toledo, Bryan Vinginia Hernandez y el Area la UH. También, a Pablo Argielles, ‘como al Ministerio de Cultura de tituto Cubano del Libro, que han rroyecto, Y nuestro reconocimiento ias Sociales y Humanidades ‘oedici6n de la presente obra, Igualmente, a M* Seccién de Producci6n Editorial dela Coordi- dela UAMA. TEXTOS DE TEORIASY CRITICA UTERARAS o de operary reconoce la pluralidad, en el tempo, de posibles lectores informados, Si entlisticaafetive se relerea que un hecho estifsteo constitaye un hecho de nas de pensannto que son interaubjetvos. Del mis- jto objeto se elimina al no exist objeto puros ni terri, es una construclon ech por el sujet 0 porun grupo Ge Fish denomina scomu ‘ ones de interpretes consecuencia de dversosesquemas de estates de IKezuray de normas, Desde una peropectiva radical, para ish Tos rasgos(aparente- tment) objetvos de os texts lterarios orma mia, ritmo) signlfiean elute de 170) ha sido tomado de Esté- juccién de Ricardo Sanchez Ortiz de tica de la recepei6n (ed. Reiner Urbina, Madrid, Visor, 1989, pp. a ‘Yeeros DETEORIAS CAINICA LIT LA LITERATURA EN EL LECTOR: ESTILISTICA «AFECTIVA» La significacién como suceso Si en este momento alguien preguntase: «¢Qué esté usted haciendo? », podria con- testar: «Estoy leyendo», y as{ conceder que la lectura es una actividad, algo que se hace. Nadie afirmaria que el acto de leer puede tener lugar en ausencia de alguien que lea —¢cémo separar la danza del beilarfa?—; pero, curiosamente, a la hora de hacer enuncis iicos sobre el producto final de la lectura (significaciones © suele ser clvidado o ignorado. Ciertamente, en la més re- }oemna, y termina en el tivismo. El resultado... es que e! poema mismo, en cuanto objeto de un j ico especifico, tiende a desaparecer».! En su mo: olveré a estos argumentos, no tanto para refutarlos cuanto para afirmarlos o integrarlos; pero antes quisiera mostrar la fuerza explicativa del :meétodo de andlisis que toma plenamente en cuenta al lector como instancia media- dora activa, y que, en consecuencia, se centra en los «efectos psicolégicos» de los enunciados. Y quisiera empezar con un enuncieco ajenoa las cuestiones que ustial- lo que no hay certeza en la Bscritura: no ambiguo da ocasion para interpre- luna descripcion mds precisa, se tiene por ‘aunque en un lugar parece airmati tarlo asf sin embargo en otro improbable, y parece negarlo.* Normalmente, uno empezaria preguntando «qué significa esta frase?», o bien, sxgde qué se trata?s, o «zqué es lo que dice?», preguntas todas que presuponen la i6n. Sin embargo, y para mis fines, esta frase tiene la ventaja no se puede establecer un hecho que pueda servir de res- Verbal Icon, Lexington, Ky, 1954, p. 21. 2. That Judas perished by hanging himself, there i no certainty in Seriptre though in one place it seams to afr i and by a doubul word hath giver occasion to translate et kn another place. ‘more punctual desription, it maketh it improbable and seems to overtone ‘TEXTO8 DE TEOAIASY CRITICA UTERAAIAS. 261 ‘Stantoy Fi puesta a esas preguntas, Naturalmente, esta dificultad es ella misma un hecho—de respuesta—, y sugiere, para mf all menos, que lo que como enuunciado puede tener ymno estrategia tiene completo sentido. Se entiende aho- ‘saccién que tiene un mensaje. Esta estrategia de la va incertidurnbre, Simsplemente con fijarse en la primera cldusula de la frase ‘se atiene al aserto «que Judas pereciese ahor- Céndoses (en construeciones de este tipo «que» se entiende como abreviatura de el hecho de ques). Esto no es una decision consciente, sino mds bien un ajuste antici- pador en la proyeceién del futuro transcurso de la frase. Sabe (sin que este conoci- iento tenga forma cognitiva) que esta primera cléusula es el preliminar de un Jango aserto (es su «base»), y que tiene que controlarla para poder moverse facil y confiadamente en lo que sigue. En el contexto de este «conocimiento», esté preps- rado, sin estar muy consciente de ello, para que sigan algunas de estas construcciones: ‘Que Judas pereciese colgéndose, es (un ejemplo para todos). Que Judas pereciese colgéndose, muestra (lo consciente que era de a enormidad de su pecado) (Que Judas pereciese colgandose, deberia (damnos que pensar). El ntimero de estas posibilidades (y hay muchas més que las listadas) se estrecha considerablemente cuando se leen las palabras que siguen: «es algo de lo que no». En ‘este momento, el lector esté esperando, incluso prediciendo lo que seguiria: «hay snces el hecho que dda», Pero, en higar de ello se encuentra con «hay certezam. Ie habia servido de punto de re se hace incierto (es irdnico que la apariencia. de certeza dé ocasisn ala duda, que la palabra duda habia contribuido ala certeza del lector). En consecuet experimentan un eambio profundo. Se encuentra sébitamente envuelto en un tipo Giferente de actividad, Mas que seguir un argumento a lo largo de un camino bien fluminado (una luz, después de todo, se ha apagado), esté buscando no. Et impulso natural en una situacién como ésta, en la vida o en la literatura, es seguir adelante, ‘con la esperanza de que lo que se ha oscurecido, se aclare de nuevo; pero, en este caso seguir adelante s6lo intensifica el sentido de la desorientacién del lector. La prosa esté continuamente abriendo, pero después cerrando, posibilidades de verificaciénen una luotra direccién. Hlay dos tipos de Vocabulario en la frase; uno ofrece la esperanza de aclaracién —lugar, preciso, negar—mientras que el otro decepciona —aungue, ambi- ‘gu, sin embargo, improbable, parecer—;y el lector se mueve adelante y atrés entre ellos y entre fva —que Judas pereci6 colgindose ono—que esté en suspen- ‘80 (enrealidad es el lector quien esté en suspenso) cuando la frase termina (¢se desva- nece?, {cesa?). La indeterminacién de la experiencia se confirma con la abundancia de pronombres, Se hace dificil decir a qué se refiere el «lo», y si el lector se toma la rmolestia de volver atrés sus pasos, se encuentra nuevamente con «que Judas pereci6 colgéndose». En resumen, cambia un pronombre indeterminado por una afirmacién todavia menos determinada (es decir, cierta). ‘Lo que este andlisis tiene de persuasivo e iluminador (y no ha sido exhaustivo) es el resultado de sustituir una pregunta (équé significa esta frase?) por otra pregun- ta més operativa (gqué hace esta frase?). Y lo que la frase hace es dar algo al lector 22 “TeXTOS DE TEORIASY CAIMICA LITERARIAS La erature en el lctr: esti acta luego quitarselo, lo engatusa con la promesa no cumplida de su vuelta. Una obser: ‘acion sobre afirmaco enn ensncado—su negara aformular ura sentra deciarativa— se ha transformado en. una experiencia de lectura (ser incapaz de encontrar un hecho). No se trata de un objeto, una casa en si sino de tin evento, de algo que sucede con la participacién del lector ¥ este evento, este suces0 —todo 6, algo que pueda decirse sobre él o una informacién sacada de él—es lo que re, segtin mi opinin, el significado de la frase. (Naturalmente, en este caso provocadiora, cuya elaboracién y defensa seré el Pero antes me gustaria examinar otra aficmacién, un sujeto y un verbo. Hay entonces «dos lugares vaci 5 que esperan llenarse. Esta expectativa se fortalece (aunqui ‘sea porque no es puesta en duda) por la particula ausdliar eid» y por el pronombre they», Presumiblemente no tardar mucho el verbo, Pero, en su lugar, se presenta al lector una segunda negativa, que no se acomoda a su visién de Ia forma del 1gres0 a lo largo del verso se detiene y se ve forzado a habérselas inesperado) «not». En efecto, lo que el lector hace en este mo- .do a hacer, es preguntar —glo hicieron o no lo hieieron?—y, en ‘busca dela respuesta rele lo anterior (caso en elquereptesimplementela secuen cia mental de operaciones) o sigue adelante (caso en el que encuentra el verbo anticipado), pero en ambos casos permanece icresuelta la incertidumbre sintéetica. .ci6n a la dificultad estaria simplemente ens apela- isto, con su significado. Esta experiencia es temporal yen el curso de cla as dos negaciones no se comibinan para producit -ctor realice el simple sentido (declarati- ipiar» gramaticalmente el verso seria, ms relevante e importante, la suspensién del lector entre las n jintaxis ofrece de momento; lo que era un problema se convier- te, siel verso se considera como un objeto, como una cosa en si, en un hecho, al ser contemplado como un acontecimiento. La incapacidad del lector de decir si ellos «percibfan» o no, y su pregunta involuntaria (0 su equivalente psicol6gico), son eventos en su encuentro con el verso, y como eventos forman parte de su significa- cin, aunque tengan lugar en la mente y no en la pégina del libro, En consecuencia, descubrimos que la respuesta ala pregunta «lo hicieron 0 no?» es «lo hicieron y no lo hicieron». Milton est explotando (y llamando nuestra atencién sobre ello) los 2: testo a deca de ci, cro vero dir: Tey didnot persive, ut no eo mismo que deci: they dd perceive. (ta cusdea egos abr) Tabi poe dci a nt oo oe propactone ea mepeaee “TEXTOS DE TEORIASY CRIICALITERAIAS 288 les caidos) pereiben el juego, él dolor, la in ciegos ante el significado moral de su desgracia de su situaci6n. Pero esto es sabyace tun método, sencillo en sx idea, pero jo) en su ejecucién, Consist simplemente en a rigu- es uta qué eso que hace esta palabra, esta frese, enunciado, pérrafo, capitulo, novela, pieza poems? ¥ su aplicacién exige un candliss de las respuestas sucesivas del lector en relaci6n con las palabras, tal como se ‘suceden unas a otras enel tempo. Cada palabra de esta afirmacién encierra un énfasis especial, Bs un andlisis de un desarrollo de respuestes para distinguirio del atomismo Ge muchas critics de estilo, La respuesta del lector ala quinta palabra en tun verso.o Frese es en gran medida ei producto de su reacci6n a las palabras primera, segunda, tercers ycuarta, ¥ por respuesta entiendo algo més que una serie de sentimientos (io que Wimsatt y Beardsley llaman «puros informes afectivos»). La categoria de las re- Acciones incluye todes y cada una de las actividades provocadas por una serie de rast la proyeccién de las posibildades sintdcticas yo léxicas, su aparicion subsi- su fala, actitudes frente a personas, cosas 0 id fe tales actitudes, y muchas més. Evidentemeni sobre el analisia, quien, en sus ebservaciones sobre todos los momentos dela expe- ren cuenta todo lo que ha sucedico ena mente del lector en ‘acumuladas por siones anteriores a la experiencia actual lectora, aspectes sobre géneros, historia, ‘que consideraremos mas adelante.) Todo lo cual se incluye en la frase «que jen el tiempo», La base del método es la consideracién del flujo temporal dela experiencia lectora, y se supone que el lector reaccions en términos de ese flujo, yno jo entero, Es decir, en una frase de cualquier longitud hay un punto en el que el lector toma en consideracién sélo la primera palabra, luego la segunda, des- pués la tercera, etcétera, y el informe de lo que le sucede al lecior es siempre un informe de io que le ha sucedido hasta tal punto. (El informe incluye lo que dispone al lector para experiencias futuras, pero no esas experiencias.) importancia de este principio queda clara si intervenimos las dos primeras cde la frase sobre Judas: «No hay certeza de que Judas pereciese colgindo- se». Agus el tipo de afirmacién no es puesto en duda nunca, porque et lector conoce desde el principio lo que es dudoso. Tiene la perspectiva desde la que contemplar la frase, y esa perspectiva queda confirmada, y no impugnada por lo que sigue. Inclu- so la confusion de pronambres de la segunda parte de la frase no le melestara por ‘que puede situarse ficilmente en el contexto de la respuesta inicial. No hay dlferen- cia en la informacién proporcionada (0 no proporcionada) por Frases, 0 en. sus componentes léxicos y sintdcticos; sino sélo en el modo de recibirla. Pero esta diferencia es lo que constituye toda la diferencia, entre una experiencia incémoda, intranquilizadora, en la que una gradual disminucién del hecho se interpreta como '5, Noturalmente, That no se le como the fac hat, pero esto ocure slo porque la ordenacion de ts faze a exclido esa postbilidad 28 “TEXTOS DETEORIASY CAIICA UTERARLAS. La rata en! ctor estate wales estuviese registrando nuesiras experiencias lingt! tra contemplacién. Naturalmente, el valor de tal con la informacién recibida (mensaje) resada, Es decir, se consideran los componentes ¢e la enunci Ta concentacionenla palabra como objeto, como cosa ens, como depo de sighibcads, ene diversas convening teGoxey practoas ko per ges crea tna base completa de enuncido, los cuales a enusade su pretenuida transpa rencla, son declares sin interés en cuanto objeto de als. Emunclades © beg. ‘entos de enunciados que «enn senidos de modo mmeiate (hase muy reveal Fas uno se detiene pensar) aon ejemplos de enguajeordinaro; son counciados eutalay sin ext, referen of Cuunciados de a pregunta «qué eso que hacen?» (que supone que siempre sucede algo) revel que ens produclény comprension hay muchas costs (oda experiencia lingstia eft ypresiona), aun la mayorla ene gare odo tan precio; nies de capresso presente a ners. ie lado) «ah hay una silla» se entiendle inmediatamente, 0 informacién, én dada, o como un acto de percepein (veo una silla). En cualquiera de arcos de referencia, produce un sentido inmediato, Sin em- bbargo, a mi enti que interesa en el enunciado es ei mensaje sub rosa a que da lugar en virtud de su facil comprensi6n. A causa de ello, da una informacién de modo directo y simple, afirma (silenciosa, pero eficazmente) la posibilidad de dar informe- cién de modo directo y simple: y es asf una extensién de la actividad ordenante que cumplimos en la experiencia cvando se filtra a través de nuestra concieneie témporo- spacial. En resumen, «hace sentido» de la misma manera exactamente que provee- ‘mos de sentido (produicimos) a cualquier cosa, sila hay, que existe fuere de nosotros; 6 Esto noes verdad en la Escuela de Orford o dea loot det lengua ordinatio (Austn, Grice, Searle), que discuten la a (are imencioneaccién, es dec ‘TEXTOS0€ TEOAAASY CAITICA LITERARIAS 285 ‘Stanley Feb xy como quiera que tal produccién ée sentido es fécil, nos comunice que puede fécil- ente hacerse el sentido, y ue nosotros somos eapaces de hacerio ficilmente. Un locumento entero que conste de tales enunciaclos —um libro de quimica oa guia de ingenua del significado y de la ‘pueden verse como el reconoci- ién entre prosa y poesia, que equi- ordinacio y leaguaje postics. Se incidencia de su éesviacién con cexplica ordinariamente con referencia ala: vale actualmente a la distincién entre afirma que la poesfa se caracteriza po! referencia a las normas sintécticas y los hal 0s. La pros, por otra parte (8 excepcién de Jos excéntricos barzocos como Thomas Browne y Jarmes Joyce) simplemente prosa, y nada més, Fs esta incapacidad para no ocuparse sino d efectos espectaculares a lo que yo quisiera poner remedio, aunque, en cierto do, los dos ejemplos con los que empez6 este ensayo estaban mal elegidos porque eran anélisis de expresiones obvia y problematicamente desviantes con relacisn ala norma usual. Se trataba claramente de un medio para llamar la atencién. Supo- niendo que Io haya conseguido, permitaseme insistir en que tal método pose gran- El Renacimiento, que, si bien no tiene el est parece prestarse como objeto de un andlisis eritice: Este claro y eterno contomo del rostro y los miembros no es sino una imagen de nosotros.” Qué se puede decir de un emunciado como éste? Un analista de estilo encon- interesado por él, no prestaria mucha atencién a la primera palabra, « simplemente ah, Pero naturalmente no es tan sencillo; est ahi ciendo algo, y lo que es algo puede descubrirse preguntando: «qué hace?», La res- ‘puesta es obvia, est ante nuestros ojos, aunque no podamos verla hasta que no planteamos la pregunta, «That» es un demostrativo, una palabra que sevala, y, al 17. That clear perpetual uatine of face and limb is but an image of urs. 26 TEXTOS DE TEORIASY CRITICA UTERARIAS La rata on lector esti salocta hacerlo, establece un sentido para su referente (todavia indeterminado). Lo que pueda ser esa palabra est fuera, a distancia del lector observador, se lo puede sefia- lar (lo que hace es precisamente sefialer) como algo sustancial y sOlido. En térmi- nos de la reaccién de! lector, «that» genera una expectativa que impulsa hacia ade- Jante, a buscar lo que «that» es. La palabra y su efecto son los datos bésicos de la experiencia de significados, y dirigen la descripcién de nuestra experiencia porque dirigen al lector. Eladjetivo «claro» acta en dos sentidos. Promete al lector que cuando aparez- cca «that», seré capaz de reconocerio facilmente, y, de manera invers, que puede ser fécilmente. «Eterno» estabiliza la visibilidad del objeto prometido por da su forma potencial, planteand® al «that», aun antes de pereibirio, y «contomo» La pregunta —e: mediatamente porla| en la diceccién de algo insustancil, y esa figura ahora difusa nente cuando las palabras ede nosotros» anulan ‘pero, ¢queé es lo que significa?», tendriamos simplemente aque repetirla descipcion, ‘Lo que ocurre con este entinciado es lo que nos afecta, en mi opinién, en mues- tro dimbito de competencias en cuanto exitcos y profesores de literatura, Hay mas decir, en nuestra experienc de la Religio Medici de Browne, y que hay una dificultad incorporada en la lectura y ‘comprensién del verso del Paraiso perdido. Pero hay una tendencia a suponer que él cenunciado dle Pater es un simple aserto (sea cual fuere). Naturalmente no es neda parecido. Realmente no es una asercién de ninguna manera, aunque la promesa de luna aserci6n es uno de sus componentes. Es una experiencia, ocurze, hace algo, nos obliga a hacer algo. Me atreveris a decir —en directa contradiccién con Wimsatt: Beartsley— que lo que hace es lo que significa Légicay estructura de la respuesta Afirmo simplemente que no hay una relacién entre el significado de tna frase (pé- rrafo, novela, poema) y lo que significan sus palabras. O, para decirlo de manera ‘TECTOS DE TEORIASY CRITICA UTERARIAS 27 Stanly Fish ‘menos provocativa, que la informacién que proporcions un enunciado, su mensaje, es un constituyente de su significado, pero no puede identificarse con él. Es la expe riencia de un enunci 61, y no algo que pudiera decirse sobre él, incluyendo Jo que yo pudiera ignificado, josible expresar la misma cosa de dos (0 més) 108 pensar que esto ccurre continuamente, Lo nuestra inmediata experiencia lingiistica por ella, con la que esta inevitablemente compro- Jo que nos ha sucedido en nuestra vida con >, olvidando que «padre» y wlibro» ocupan diferentes posiciones de énfasis en las diferentes expe- riencias;y,a medida que avanza este proceso de olvido, somos eapaces de creer que cenunciados diferentes son equivalentes en significado: Este hecho queda oculto porla influencia del presiona a favor de conceptos exactos como ‘mediatos de la experiencia * je que, moldeado porlas ciencias, representasen los resultados in. ‘¥sicontinuamos con nuestros pensamientos en ese mundo que ne cuya solidez es un revestimiento del lengua, Warren Pare {eralmente) tentador decir que estas frases quieren decir lo mismo: que el ue pretende ser preciso, opera oscurecienclo el flujo y el desorden ce la sriencia actual. Y naturalmente es asisilas consideramos en un nivel de genera- lidad suficientemente alto. Sin embargo, en tanto que experie vividas por un lector, no son en absoluto semejntes, no Io son sus mundo cuya existencia supuestamente niega, La pal ‘nexactitud mediante un concepto exacto, y cuando el cin caracteristica que de él exige la frase la ijacién de las cosas en su higerde referencia, No hay nada inexacto, ni en la frase ni en nuestra experiencia de ella. Cada cléusula esté relacionada légicamente con la precedente y prepara el camino a la til further 10. The radical unity dhadjustd character of experience 268 ‘TE«TOS DE TEOFIASY CAINCA LITERARAS ‘a Meratura on oot: estlitioawalectvar tos de enla- iscretas, cada la expresién ‘que sigue, y como nuestra aten ce, la frase queda dividida para nos una de las cuales est dominada p sie «, € {mpide también que lo haga el espectacor En su operecién es inevitable actualizar 1 papel del observador. La literatura es un arte cinético, pero la forma fisica de que se zeviste nos impide ver su naturaleza esencial, aunque la experimentemos. Ladisponi- Dilidad de un libro a mano, su presencia en el estante, su listado en los catélogos, odo esto nos anima a pensar en é! como objeto estético. Cuando dejamos un libro, vida. ‘mos que, mientras lo leiamos, se movia (cembio de pégines, retroceso de renglones hnacia el pasado), yolvidamos que también nosotros nos moviamios eon él Lacritica que considera al epoema mismo como objeto dejuicioeritico espect- fico» extiende doa os principios; transforma una experiencia temporal en una espacial; lo deja, y de una sola mirada lo capta como un todo (frase, pagina, obra) que el lector conoce (silo hace) sélo trozo a troz0, momento a momento, Es tuna eritica que toma como Area suya (restringiéndola) las dimensiones isieas del artefacto, y dentro de eses dimensiones marea el comienzo, el medio el fin, desc bre distribuciones de frecuencias, rastrea modelos de imégenes, traza estratifica. “TEXTOS 0€ TEORIASY CAMICA LITERARAS an supuesto), todo ello sin tener en exactamente en el, Hse al a ae ee ae realmente hablando de mi pase, sie los. ree de. ie orale aioe cee gee seers ee ‘es imposible generalizar las respuestas, En este punto el método puede apli- eee eee meer idea de posible caracterizar un sis 1a lingiifstico que com- puesta. Es decir, induciran respuestas predictibles y norm: ste es el trasfondo de la formula, tan familiar en la lit «todo hablante nativo, reconocer4.» precipitado de experiencia lingistica que determina la probabilidad de opcién, y por lo tanto, de respuesta. Hl saber semiatio de um hablane—ic Wardnugh— estan poo ascent como fs sber set en coneeousca pve Gl Coaderar posed de dae fa par el eoosinicno somatic, nconpnto de regan sialares en a ora cotfint tla pars carci cl cngclmlent neti Smo formula era Cameleon deve, y bam expcdae Son cacti ego mega ca ‘pla medida Almenoy, las ris deer carsctetizare por uns sere de norma e tad concen sani gc deer ant else ‘con ideal de crcunrancn es deci: au compensa semantea Besse no, ins ropa earecterearan usnments es cajun de hechos dei semaines. 13, Ronald Wardhaugh, Reading: A Linguistic Perspective, Nueva York, 1969, p60. 22 ‘TEXTOS DE TEOAAAS CAINCA LITERARAS La Meraturaon lector eats fect Wardhaugh concede que la adescripcion resultante» se pareceré, no que seré equivalente, al sistema efectivamente interiorizedo, pero insiste en que realmente importante es el principio bésico implicad en el esherzo gla cipio de intentar formalizar, de manera lo més explicita pos seméntico que un oyente o lector maduro aporta a su tares subyace en su efectiva conducta de comprensisns (p. 92). quese trata de una buena descripcién de lo que Empson intenta hacer, te de modo menos sistematico, en la Estructura de las palabras complejas.) temente, la interseccion de los dos sistemas ce conocimiento haré posible rest (es decir, hacer predictible y normativo) elalcance de la posible respuesta, de ma ra que se podria presumir (como he hecho) la descripeién de la experiencia lectora en términos véiidos para todos los hablantes en posesisn de ambas competencies, Ladificultad radica en que, hasta el presente, no tenemos tales sistemas. El modelo sintéctico esté todavia construyéndose, y el modelo semdintico apenas ha sido pro- itaremos tin modelo, sino modelos, porque «el cono- madutro... aporta a su tarea de comprensién, va- incompleto de nuestro conocimien- andlisis sobre la base de nuestros actuales saber siguiente descripeién de mi método: «un anélisis de lector a Jas palabras que se van desplegando una tras, vedlar ahora claro que el desarrollo de tales respuestas regula -y organizador de estas (y otras) compe- ia verbal. Siguiendo 2 Chomsky, la ma- senuinciados no son simplemente secuencias lineales de elementos», y que elos enttn ciados no se entienden como resultado de is adici6n del significado del segundo elemento al primero, del tercero al segundo, y asf sucesivamente> (p. 54), Dicho brevemente, hay algo exterior al enunciado, algo que existe fuera de su marco de referencia, que module la experiencia de la secuencia del lector:* En mi método de 14, Esto quiere decir que hay gran diferencia entre ambas competencas, Ua es uniforme a lo Fistoria humana, otra es diferente en diferentes momentos de la, 15. Noam Chomsi, Sr 4 21-28 profundidad gue mo- ygenerativosintentan expone: Estos modelos supicton que sel principio del movimiento de inquierda a derecha es relevate paral interpetacion dwn hase debe ser un principio de tipo extremadamente sfisticado que pernita una Interpetacionsimatenes, ‘TEXTOS DE TEORIASY CRIICA LTERARAS a * stanley sh ands, el So empora es contrlado yetturad por todo lo au l etr porta Cons, con sus competencasy pecisamente porque torn en considers: on ese competencas, al como infersctsan con la receptén dela cadena verbal tneltranscusowemporal de izqulerda aderecha, me es posible trazary proyectarla respuesta en su desarrollo, Deer, sin embargo, observarse que mi categoria de respuesta, y especial- rented respuesta sgniicatva,inchiye mas que las tanaformaciones gramatica Tes gs eran quel comprension es una funcion de a pereepclon de a estructura profinda, Haytin endencia, al menos en os escrito de algunos linghlstes, a nta- etilal a forma de las frases efetivas—rebajandola al tna capa exervente que debe ser pela, sulbyace. Es una comprensble con. Scuentia dela carecterzacin por Chomsg/dela estructura superficial como eequl ‘ocsdoresesinformantry des nei ig moicaarecestemeate) siempl, significacién profunda, es el tinico ob ‘miento ha de ser tolerado, pero sin asi ‘esas claves son a veces desorientadoras, y dan lugar a «errorese. Jon o un texto sélo For ejemplo, a veces anticipamos palabras en una conversacién sélo para descubrir que estamos equivocados, © no esperamos a que se completen las frases porque creemes conocer lo que sera su final. Muchas de las equivocaciones que co- ‘eten los estudiantes al ler se deben a que han adoptado estrategias no apropiadas ten el procesamiento de las estructuras superficiales (pp. 137-138] ‘Sin embargo, en mi exposicién del proceso de lectura aparece que la adopcién. temporal de estas estrategias inapropiadas es ella misma una respuesta la estrategia den autor; y los errores resultantes son parte de la experiencia proporcionada por el Tenguaje de ese autor, y, porlo tanto, parte de su significado. Los tedricos de la estruc- tura profunda niegan, naturalmente, que las diferencias de significacién puedan lo- calizarse en las formas super‘iciales. ¥ esto es Jo que me parece que vicia la obra de Richard Ohmann, que presia atenci6n al flujo temporal, pero sélo en tanto que des- cubre bajo élla estructura profunda, que, supone, es lo que realmente hace el trabajo. La palabra clave es, naturalmente, la experiencia lector. Para Wardhaugh, la lec- tura (y Ia comprensién, en general) es un proceso de extraccién. «Se exige del lector {que extraiga la significacién de lo que esté impreso frente a él» (p. 139). Para mf, la lectura, y la comprensién en general, son un acontecimiento, y ninguna parte de él en diversosnivele, algunos de los cuales son muy abstractos fonologicoo grafolgico, estructural y eméntcos, 17. Noam Chomsky, Language and ind, Nueva York, 1968, p. 32, ara ‘TEXTOS DE TEOAIASY CATICA LITERARAS La Meratra on lector estos ealctae puede descartarse. En este acontecimiento, que es la actuslizacién del significado, la estructura profunda desempefia un papel importante, pero no es todo. Porque no com- pprendemos sélo en términos de la estructura profunds, sino en términos dela elacién entre el despliegue temporal de la estructura superficial y su examen contin tuaciény). nos devuelve a la pregunta o: 1¢ suficiente experiencia como lector por haber interiorizado las _propiedades del discurso literario, desde las téenicas més especializadas (figuras de diccién, ret6ricas, etcétera) hasta los grandes géneros. En esta teor‘a, por lo tanto, os dominios de trabajo de otras escuelas de erftica literaria —cuestiones sobre gé- neros, convenciones, trasfondo intelectual, etostera—, quedan redefinidos en térmi- nos de una respuesta potencial y proboble. Asi, por ejemplo, el significado y el valor que ei lector espera se atribuya a la idea de «Spica», ala utilizacién de un lenguaje de cuyas reacciones estoy hablando, es, pues, ese lector informado, abstraccién, ni un lector vivo actual, sino un hfbrido de ambos: un lector real (yo mis ‘puedo, con alguna, hhace todo lo posible para estar informado. Es decir, yo proyectar mis respuestas en las del lector, porguue hhan sido modificac itaciones que imponen los supuestes y maneras de trabajo del método: ‘consciente de convertirse en el lector informado haciendo de mi conciencia el lugar de las reacciones (posibles) que un texto puede suscitar, y 2.) la retenci6n adecuada, en la medida de lo posible, de lo que en mi respuesta hay de personal, idiosincrésico e hist6ricamente condicionado. En resu- men, el lector informado es determinado, en cierta medida, por el método que lo utiliza como control. Cada uno de nosotros, si somos suficientemente responsables ¥y seguros de nosotros mismos, podemos, en el curso de la aplicacién del método, convertimos en el lector, y asi ser informadores més seguros de su experiencia, (Naturalmente, es ficil que alguien indique que no he contestado a la objecién de solipsismo, sino que sélo he presentado las bases racionales de un procedimiento ‘TEXTOS DE TEORIASY CAFICA LITERARAS as ‘Stanley Fish jese de un procedimiento de la obra como una cosa e trata de una objetividad upongo que lo que estoy di- ipsista; pero esa objecién seria ac: jor. El nico normalmente ofrecic i, como un objeto. Pero, como he: ay derivada circularmente de manera es que prefiero habérme! 1e con una objetividad que, an este modo de operar, mi método es radical Elcritico tiene la responsabilidad de convertirse no en uno, sino en w 1addos, cada uno de los cuales queda identificado p incorporado, un eriterio operativo. La cuesti6n no es si resul sino cOmo funciona. ¥ tanto la pregunta como la respuesta estan formuladas en. 19s de una determinada situacién que incluye las ideas pertinentes sobre el suscita el problema de la consideracién de las idees condicionadas tempo- ralmente como base de una respuesta posible. Sie! lector no comparte los supuesios fayne Booth ha planteado la pregunta siguiente: «¢Es realmente verdad que un. por sensible, tolerante, cuidadoso y bien informado que esté sobre cias de Milton, goce del Paratso perdido en Ja misma medida que de Milton, cle sus mismas ceeencias e igual inteligencia y sensibilidad?»."* La respues- ta, me parece, es no. Hay ciertas creencias que no pueden ser im suspendidas 6 asumidas. ¢Significa esto que el Paraiso perdido es un: definido (es deci ssimantenemos la idea de una estética universal, en cuyo contexto res con cualesquiera de los numerosos leciores que experimenten la pen dientemente de sus condicionamientos hist6ricos. Mi método no permite este tipo de ni esos valores fijos, Es dificil decir, fundindose en sus resultados, que una dientemente de ser publicidad, predicacién, propaganda o « ‘cuanto descripcién de una relacin estimulo-respuesia muy compl bilidad de distinguir entre efectos literarios y no literarios, excepto nentes que entran en unos o en olzos, y nadie, creo yo, mantendrfa la teorfa de una diferencia literaria en claves de recepcién. Para algunos esto parecerd una limitacion fatal del método. Lo acepto, porque me parece que hemos ido demasiado lejos, y sin resultados notables, al intentar determinarlo que distingue al literatura respecto del lenguaje ordinario. Si entendemos el lenguaje, sus constituyentes y sus operaciones, seremos capaces de entender sus sub-categ: hecho de que mi método no em- ppleza con la suposicién de una superioridad de la literatura, ni acaba con esa afirma- ién, es, pienso, uno de sus mayores méritos. 18. The Rhetoric of Fietion, Chicago, 1961, p. 139. 278 ‘TEXTOS DETEORIASY CRITIGALUTERARIAS. ‘La Moratura ono lotr: stitioawafsclae | Riffaterre, cuya obra ha lamado iiltimamente ias respuestas del lector e insiste rencia del flujo temporal, de izquierda a los métoclos de andlisis que pretenden de un enunciado sin referencia a su: Los sistemas de corres necesariamente perci es sfy no. Claramente tenemos que ta entre descripciones derivadas es- ‘ero de abf no se sigue para mi, como para Riffs- ‘esas descripciones sean irrelevantes: el lenguaje poético [p. 235} laramente expuesta, ce mi acuerdo y mi desacuerdo con Riffaterre. fl cree en la existencia de dos lenguajes, ordinario y poético, y, por lo tanto, en dos estructuras de discurso y dos tipos de respuesta. Y eree, en consecuen- Cia, que el andlisis debe ocuparse ce poner de relieve rasgos del lenguaje, a estructu- ray la respuesta, que sean espectficamente posticos y lterarios: ng Pate Src, le Pench Sues, (1964). ha elo ae naa ie rons enantio de Riser Soe Ih p33 de one nn omaha gu ies x ‘TEXTOS DE TEORIASY GRITICA LTERARIAS. a Stanley Fsh sje como un fin en sf mismo, y no simplemente como un medio. [.][p. 232) Se trata de la teorfa de la desviaciGn, por desgracia muy extendida, que tiene ssus rafces claras en Ia distincién de Mukarovsky entre lenguaje normal y lenguaje poético, y en la distincién de Richards entre lenguaje cient Laconcepcién de Riffaterre acerca de la relacién entre lengua) poético es més flexible y sofisticacla que otras muchas, pero su método comparte la Aebilidad de sus origenes teéricos, le suposicién apriorfstica de que gran perte de! texto no cuenta. Las teorfas de la desviacién estrechan la amplitud de la respuesta significativa, excluyendo de nuestra consideraci6n los rasgos y efectos que 70 son ppoéticos; y en la versién de Riffaterre, como veremos, la amplitud de los efectos 1poéticos es terriblemente estrecha, porque se restringe de manera exclusiva a lo que llama la atencién del lector de modo més espectacular: i idio estilistico es el estuciio de los SD (dispositivos estlis- ticos) o procedimientos estilisticos, definidos como mecanismos del texto que «im- ides jf hablar de los momentos ce la experiencia lectora en los que Ia atencién esta forzada porque se ha generado una expectativa por la apa- ricién de un elemento impredecible. La relacién entre esos momentos y otros mo- ‘mentos de Ia secuencia que sirven para hacerlos resaltar, es lo que Riffaterre entien- de por «contexte estilistico»: «El contexto estilistico es un modele (pattern) lingtits- tico que ha sido roto por un elemento no predecible, y el contraste que resulta de esta interferencia es el estfmulo estilistico, La ruptura no debe ser interpretada como un principio de disociacién. El valor estilistico del contraste radica en la relacién gue establece entre ambas clases de elementos enfrentados; no habria efecto algu- no sin su asociacién en la secuencia. En otras palabras, el contraste estilistico, al igual que otras oposiciones itiles del lenguaje, crea una estructuras (p. 5: Riffaterre es més interesante que otros partidarios del «contaste» porque sitéa la ruptura del modelo més en el contexto que en wna norma exterior preexistente. Porque si «en el sistema de relaciones estilo-norma establecemos el polo norma como universal (como serfa el caso de la norma lingiistica), no podfa- ‘mos entender cémo una desviacién puede ser unas veces un procedimiento estiis- tico y en otros casos no serio» (p. 52). Esto significa, como sefiala en «El contexto estilistico»," que podemos tener el modelo: contexto-procedimtiento estilistico en ‘cuanto punto de partida de un nuevo contexto-procedimiento estilistico: «El procedi- a ‘TEXTOS DE TEOAIASY CAIICA LTERARAS aiento estilistico genera una serie de procedimientos estilisticos del mismo tipo (p. ej, serfes de arcaismos desencadenados por un areafsmo Ja saturacién re sultante hace que el procedimiento pierda su valor de contraste, destruyendo su capacided de acentuar wn punto especial del texto, y los reduce @ la eondicin de tenci6n gira desde el mensaje hacia allector: (En un srticulo posterior pide scodificadors, y afirma que la fineién revalece siempre sobre la funeiéa refe- casobredllenguajeyia procedimientoseatlsticos son 0, yam ellos ylos crea mediante sus reaceio. es, y también el erio se muewey tambien mucve su aparsto de entice noes aqui, ya sea alli, oo ane lado esto, sn embargo, ext vio para mf por una teria dl Tengu estilo en cya context (otra ver palabra) oper la etodeloga, Merebtec econ ‘mente a la oposicion de dos cases de lengune ya la reset recanted puesta signfcatvac interesante los feios cola sorpresylarupiie Wien echosetlstieos slo son aprchendiosen vy del ral- Primero hay que reunr todos los elementos que presenian reagoseailistne pds someter a andisislingstios solo a ele, con exlsion cece dende eo Sie ‘anes eatlsticamente), Sal entonosspodraevtarsela contuioneate othe ye suai Par estaclaitcacion, prelminaral nai enemas que enoonter cote specifcos que sirvan para determina los rasgesclstinsivos el elo, ste hy Criteria for Style Analysis, Seukral Stitt, pp. 20:1 TEXTOSDE TEORIASY CRITICA LITERARIAS 78 Stoney Fish significado», Se tata obviamente de algo més que una distinci6n; es una jerarquia cenle que la més baja de las dos clases se declara sin in tante, inactiva. Es decir el énfasis de esti te, el objeto apropiado de la atenci hay respuestas que minima, respuesta mfr ‘Esta suposicién se refleja en todos los pasos del proceso. Es la bas cién enire lo que es estructura literaria y lo que no lo es. Es tambi relaci6n entre el contesto y et procedimiento estilistico, una relacién que adquik valor tan pronto como se identifica una estructura literaria, Bs es tee cee ae Be explkacones conse dieipetes nies rc ey ee I a suepeaae en ieeace taluk Rie are eres ‘TEXTOSDE TEOAIASY CRIICA LTERARIAS — La Mera en e lotr: etic saoctvan en verso: el proceso caracteriza al género, com ellos un contexto que se separa del contexto cot To ha observado ni ha tenido dificultad alguna; es perfectamente normal, en conse. ‘cuencia, no pone nada en marcha ni hay nada que decir de ello, verso 0 la estrofe, forma como sexvar en su menie el predicado sin dela metafora es otro ejemy ra se redi iertamente que sean traduc! cho, para mf al menos, es una nal Riffaterre sobre Les chats es brillante y pers de Jakobson y Lévi-Strauss. Es un anali diferencia entre Riffaterre y yo puede situarse mejor en el concepto de «es- lector puede haberse asombrado de como en un ensayo titulado «Estilistica la palabra ha sido poco usaca, La raz6n es que mi insistenci algo (analizable y significativo) ocurre siemt hace Riffat entre «hechos linglisticos» y chechos esi Para hecho de respuesta, y como mi categoria de respuesta Pequeio y menos espectacular hasta la més amplia y de las experiencias lingusticas, todo es un hecho estilistico, y podemos ‘bandonar la palabra, puesto que arrastra consigo tantas hipotecas bina mente me conduce a una teoria monista de la significacién; y nor se objeta a tales teorfas que no dejan espacio al andlisis, Pero mi monis- 20. aCriteta for Style Analysis, Srukturale Siti, pp, 56-57 ‘TEXTOS DE TEOALAS CALTICALITERARIAS 201 Stanly Fish ‘mo permite el andlisis porque es un monismo de los efectos, en el que la significa- Ciénes producto (parcial) de la expresién del objeto, pero no debe identificarse con En esta teorfa, el mensaje que la enuunciacién aporta —normalmente un polo de In relacién binaria, siendo el estilo el otro polo— es, en su operaciGn (cosa que alguien como Richards negarfa), un efecto afiadido més, otro desencadenante de tespuestas, un constituyente més de la experiencia significativa. Noes simplemente la significacién. Nada de eso. ‘Quizds, enionces, la palabra significacin deberfa ser descartada, puesto que comporta la nocién de mensaje o argumento. El significado de una enunciaci6n, To repito, es su experiencia —en su totalidad—, y esa experiencia queda amenaza- da tan pronto como se habla acerca de ella. Se sigue de abt entonces que no debe- sfamos tratar de incapaz de resistir: probablemente sion sea la menor posible. de investigar ses propios process: ‘podemos hacer es proceder de manera que la distor 282 “TexTOS DE TEOAASY CATICA LITERARAS Jacques Derrida (Francia, 1980-2004) Jacques Derrida representa tuna de les influencias més notables en el desarrollo de Jos estudios literarios de las dltimas décadas. Su campo de accién es la filosofie: ‘pero su relectura de la filosofia y la escritura, de la relacién entre filosofia y lingils- tica, el tomar como materia de su reflexién ios, yla pertinencia de sus propuestes para el anélisis textual, han perm 0 el surgimiento de un gro po de seguidores (la llamada escuela de desconstruccién de Yale: De Man, J. Hillis Miller, Barbara Johnson). ‘En la linea de Nietzsche-Heidegges, Derrida discute con la metafisica. Su pro- puesta va dirigida a atacar los fundamentos de la metafisica occidental —que a st. de la presencia, a verdad y el origen—, del binarismo 10 (privilegio otorgado a la voz por encima de la escritura). Muestra cémé is puede ponerse en crisis, desde sus méngenes, ten sus pliegues, la coherencia general de su propuesta (al igual que en Rousseau), ‘cémo se autodesconstruyen. De ahi la importancia de leer en los mérgenes y del margen —palabra clave o serie de palabras (parergon, pharmake en), donde de elia, intenta sin embargo un discurso desestabilizador de sus fundamentos. Derrida pretende que su propuesta no sea sma, sino un dispositive estraté- ¢gico abierto; aunque su proposicisn inicial —Iuego descontinuada— es la gramatologia como ciencia de las letras y la escritura, no gobernada por el logo- Eentrismo, porel binarismo jerarquizante de la oposicién metafisica entre habla y a voz sobre la grafia. icia «Structure, Sign and Play in the Discourse of the ‘La estructura, el signo y el juego en el discurso de las escritura, ¥ por el privilegic En sui famosa cont ‘ciencias humanese, 1989), Derrida parte de Saussure y su concepto de! lenguaje ‘Como sistema de diferencias, y de la interpretacién del mito por Lévi-Strauss, pero Critica cémo el estructuralisino esté anclado en la basqueda de un origen, de un Centro de la estructura —o significado trascendente—, que en realidad esté fuera de ella, paradoja de la metafisica. “TexTOS DETEORIASY CAITICA LITERARAS 203

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