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DEMOGRAFIA PRESERVATIVA

China puso en marcha su política de un solo hijo en 1980 y la abolió el 1° de enero de 2016. Los
nacimientos se han reducido ostensiblemente: de 16,55 millones en el 2015 a 15, 23 millones en el
2018.

La población creció a pasos más acelerados en las décadas posteriores a la II guerra mundial y con
ello estaba impidiendo el desarrollo económico y atizando la estabilidad política.

En los años 70, el gobierno Indio esterilizó por la fuerza a millones de mujeres. En 1974, la ONU
organizó su primera Conferencia Mundial de Población para debatir el control poblacional.

Según una proyección de Naciones Unidas, el total de la población de Asia se reducirá de 1.640
millones actuales a 1200 millones en el 2.100.

Las economías exitosas tienen menores tasas de fertilidad y las mujeres son libres de elegir si
quieren tener hijos, existe una tasa de fertilidad inferior al reemplazo. Esto lleva a una baja
demografía gradual.

Esta contracción demográfica implica que menos trabajadores tendrán que sostener a un creciente
grupo de adultos mayores. Los sistemas de pensiones se pueden hacer asequibles si se elevan las
edades de jubilación, lo que incentivará a las sociedades a promover un envejecimiento saludable.
Si las fuerzas laborales van declinando, haciendo escasa la mano de obra, se podría compensar el
impacto adverso de la automatización y la desigualdad.

Mientras más baja sea la población mundial, menor será la competencia por el uso de las tierras y
el agua a causa de la creciente demanda de alimentos, energía, se preservará con mayor efectividad
la biodiversidad y la belleza natural.

La reducción de la quema de combustibles fósiles pudiera ser más fácil si hubiera menos de nosotros
consumiéndolos.

Si la población mundial tiene un crecimiento controlado, estaríamos emitiendo menos toneladas de


bióxido de carbono al aire y por ende, impediría que la temperatura mundial suba más centígrados
por encima de la temperatura habitual.

En las décadas de los 70 y 80 el apoyo de las naciones ricas al control poblacional en países pobres
se veía como otra forma de colonialismo. Actualmente se considera que el control poblacional de
tipo coercitivo como las esterilizaciones forzosas de India o la política China de un solo hijo, son una
flagrante violación a los derechos humanos.

El FMI le da la bienvenida al acelerado crecimiento poblacional de África como una oportunidad


para acelerar su ritmo de crecimiento económico.

El crecimiento poblacional es tan solo uno de los factores que contribuye al cambio climático. A lo
largo del siglo XX, las emisiones de bióxido de carbono crecieron 180% más rápidamente que la
población en países pobres y 60% más rápidamente que la población en los ricos. El cambio de los
combustibles fósiles por fuentes de energía más sustentables sigue siendo la estrategia más
prometedora.

La educación ha desempeñado un papel poderoso en el descenso poblacional. Mujeres educadas


tienen menos hijos y estos, tienen mayores probabilidades de sobrevivir

LA ANTINATALIDAD

No traer más personas a este mundo, porque ya “no hay cama para tanta gente”.

El no reproducirse es uno de los aportes individuales de mayor impacto que una persona puede
hacer para mitigar el daño causado al medioambiente por el hombre.

Según un estudio reciente de las Naciones Unidas sobre la biodiversidad en el planeta, entre 500.000
y un millón de especies animales y vegetales se verán amenazadas de extinción por acción del ser
humano. Se ha reducido un 26% la cantidad de agua dulce disponible por cada habitante, ha
aumentado en un 75% las zonas muertas en los mares; cada día depositamos ocho millones de
toneladas de plástico en los océanos.

Cada año desaparecen más de 13 millones de hectáreas de bosques, las poblaciones de animales
han disminuido en un 58% en los últimos 40 años, las emisiones de CO2 crecieron 2,7% en el 2018
hasta llegar a la cifra record de 37, 1 gigatoneladas; los últimos tres años han sido los más calurosos
del planeta. Esta lista de datos es alarmante cuando se prevé que la población mundial actual (7.600
millones de personas) se incremente a 10.000 millones de personas en el 2050. Se estima que la
demanda mundial de alimentos crecerá un 50% durante este período, ejercerá una enorme presión
sobre la forma en que se utiliza la tierra para no hablar de los mayores niveles de CO2, así como la
mayor depredación de los recursos naturales.

Investigaciones de la Universidad de British Columbia (Canadá) y la de Lund (Suecia), recomiendan


tener un hijo menos, esto implicaría un promedio, para los países desarrollados, de 58,6 toneladas
de CO2 menos por año.

De vieja data

El antinatalismo no es nuevo. Ya en el 406 o 4405 a.C., Sófocles: “No nacer es, más allá de toda
estimación, lo mejor”. Ideas similares en el libro del Eclesiastés, del Antiguo Testamento,
pensadores, en Colombia, Fernando Vallejo: “Le perdono haber tenido hijos (a su madre), que para
mí es un crimen.

David Benatar, profesor Universidad del Cabo: “No vale la pena seguir reproduciéndose por el
+sufrimiento que es inherente a la vida, y que en su opinión es muy superior a los momentos de
gozo, por lo que es una infamia traer nuevos seres a sufrir”.

“la mayoría de los antinatalistas no se extinguirán voluntariamente, porque esto va contra impulsos
biológicos profundos que la mayoría de las personas no pueden erradicar, lo que corresponde es
alentar a más personas a tener menos o ningún niño y hacer que los anticonceptivos estén siempre
disponibles. La adopción es preferible a la adopción, pues no solo impide la creación de un nuevo
ser sufriente, sino que también alivia algunos de los sufrimientos de un niño no deseado”.
Propuestas para resolver la crisis fiscal del primer mundo

 El riesgo de envejecimiento es la principal amenaza para la sostenibilidad fiscal del mundo.


Por ejemplo, en Inglaterra, los estimativos oficiales proyectaban que, en promedio, una
persona de 65 años de edad debería vivir otros 17 años, pero se quedaron cortos, la gente
está viviendo tres años más de lo esperado, con consecuencias fiscales desastrosas.

 Tres años más de vida con respecto a las edades proyectadas implican un costo fiscal de
largo plazo del orden del 50% del PIB. Reconocer y mitigar este riesgo es un proceso que
debe ponerse en marcha ahora mismo, Las reformas tradicionales tardan muchos años en
producir resultados. Nuevas reformas son necesarias.

 El riesgo de envejecimiento no solo constituye una amenaza para la sostenibilidad de los


sistemas de pensiones, también, para los sistemas de salud. En 2015, según las proyecciones
disponibles, el costo de atención a los enfermos de alzhéimer le costó a los Estados Unidos
189 mil millones de dólares. En 2050, el costo superaría los 950 millones de dólares. Muchos
de los problemas presupuestales del primer mundo tienen que ver con la intención de
extender marginalmente la duración de la vida de personas enfermas y mayores de edad.

 La generación que causó la crisis tendrá que asumir el costo de su resolución.

Los países desarrollados deberían, mediante un proceso participativo liderado por


organizaciones científicas, determinar e incorporar en sus constituciones el valor de un año
de vida adicional, de, digamos de una persona de 70 años. Con base en este valor, los
beneficios y los costos de los medicamentos y de los procedimientos médicos pueden ser
estimados.

Si los beneficios son inferiores a los costos, el uso de recursos públicos debería prohibirse.
Por ejemplo, medicamentos oncológicos muy costosos que, en promedio, apenas prolongan
la vida de os enfermos de cáncer por unos pocos años deberían excluirse de manera
definitiva.

 Los países del primer mundo deberían imponer un límite etario para el pago de pensiones.
Las personas de 80 o más años, deberían vivir por su cuenta y riesgo. Resulta muy oneroso
para el resto de la sociedad asumir el costo de las distorsiones demográficas individuales.
Varios intelectuales públicos han señalado que las vidas cortas constituyen un imperativo
ético habida cuenta de los problemas económicos actuales. Los gobiernos deberían
promover un dialogo sobre los costos sociales y las externalidades negativas de las vidas
prolongadas. Muchos actores sociales subestiman o desconocen estos costos.

 Resumiendo: Los países desarrollados han sobrepasado el nivel óptimo de envejecimiento


(desde un punto de vista social). Por razones de justica intergeneracional, los más jóvenes
no deberían pagar por el exceso de años de vida de una generación privilegiada. Las
reformas sugeridas para evitar un crecimiento insostenible de los costos de salud y
pensiones son inaplazables.

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