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Funcionalismo
Esta teoría está relacionada con autores como Émile Durkheim, Talcott
Parsons, Herbert Spencer y Robert Merton. Los ejes de los trabajos de estos
especialistas están centrados en la comunicación de masas, la teoría de los
efectos limitados y la teoría matemática de la comunicación, entre otros
desarrollos y postulados.
1. Bases
Tiene sus bases, junto al estructuralismo, en la conocida teoría positivista
y organicista de Spencer, como así también en la acción social de Max
Weber. Ambas ejecutan un análisis de los fenómenos sociales.
2. Impacto
La corriente funcionalista se ha diversificado de tal modo que ha llegado a
convertirse en la escuela más extendida en ciencias sociales. Se estudia como
el modelo de las ciencias de la comunicación. Precisamente en este campo
tienen vital trascendencia sus esquemas de acción,
aportando conocimientos claves sobre la teoría y la práctica de la
comunicación social.
3. Concepto de sociedad
Se considera a la sociedad como un sistema formado y articulado por partes
interdependientes. Por consiguiente, cada cambio que se realice afectará a
otras partes, influyendo así sobre el todo.
La teoría funcionalista plantea que las sociedades disponen de unidades
propias competentes y capaces de regular los problemas, conflictos y normas
que establecen códigos de conducta.
4. Orden social
El funcionalismo supone que la intención y finalidad de toda sociedad es la
de lograr mantener el orden, como así también la persistencia de la
misma.
5. Positivismo
Aunque se trate de una teoría sociológica contemporánea, el positivismo tuvo
un significado trascendental en su desarrollo y ha marcado sus postulados.
6. Trabajo de campo
El funcionalismo es claramente empirista, por consiguiente el trabajo de
campo será vital en su perspectiva centrada en el valor de la experiencia
directa.
7. Antropología
La corriente funcionalista abrió el camino de la Antropología Científica, que
con posterioridad pudo desplegarse rápidamente y con gran éxito en los
Estados Unidos.
8. Influencias
La principal influencia que recibió el funcionalismo provino del sociólogo
francés Émile Durkheim. Entre otras cosas, Durkheim sostenía que los
hechos sociales son los que establecen y determinan a los hechos
culturales.
9. Enfoque
Los ideólogos del modelo funcionalista toman un enfoque biologicista de
la sociedad, entendiéndola como una entidad orgánica cuya estructura se
sustenta en hechos que se reiteran de forma regular y sistemática.
Los conductistas tienden a concebir a los seres vivos como “tabulas rasas”
cuya conducta está determinada por los refuerzos y castigos que reciban más que
por predisposiciones internas. El comportamiento, por tanto, no depende
principalmente de fenómenos internos, como los instintos o los pensamientos (que
no dejan de ser, por otra parte, conductas encubiertas) sino más bien del entorno,
y no podemos separar ni la conducta ni el aprendizaje del contexto en que tienen
lugar.
1. Estímulo
Este término se refiere a cualquier señal, información o evento que produce una
reacción (respuesta) de un organismo.
2. Respuesta
3. Condicionamiento
4. Refuerzo
La caja negra
Para Watson los seres vivos somos “cajas negras” cuyo interior no es observable.
Cuando los estímulos externos llegan a nosotros damos respuestas en
consecuencia. Si bien se dan procesos intermedios dentro del organismo, al ser
inobservables deben ser ignorados al analizar el comportamiento.
Algunos neoconductistas como Clark Hull y Edward Tolman sí incluyeron procesos
intermedios (o variables intervinientes) en sus modelos. Hull incluía el impulso o
motivación interna y el hábito, mientras que Tolman afirmaba que construimos
representaciones mentales del espacio (mapas cognitivos).
Watson y el conductismo en general fueron influidos de forma clave por dos autores:
Ivan Pavlov y Edward Thorndike.
Ivan Petrovich Pavlov (1849-1936) era un fisiólogo ruso que se dio cuenta, mientras
realizaba experimentos sobre secreción de saliva en perros, de que los
animales salivaban de forma anticipada cuando veían u olían la comida, e incluso
simplemente cuando se acercaban los encargados de darles de comer.
Posteriormente consiguió que salivaran al oír el sonido de un metrónomo, de una
campana, de un timbre o de una luz por asociar estos estímulos con la presencia
de comida.
En las cajas había varios elementos con los que los gatos podían interactuar, como
un botón o una anilla, y sólo el contacto con uno de estos objetos podía hacer que
se abriera la puerta de la caja. Al principio los gatos conseguían salían de la caja
por ensayo y error, pero a medida que se repetían los intentos cada vez escapaban
con más facilidad.
A partir de estos resultados Thorndike formuló la ley del efecto, que afirma que si
una conducta tiene un resultado satisfactorio es más probable que se repita, y que
si el resultado es insatisfactorio esta probabilidad disminuye. Posteriormente
formularía la ley del ejercicio, según la cual los aprendizajes y hábitos que se repiten
se ven reforzados y los que no se repiten se debilitan.
El conductismo entró en declive a partir de los años 50, coincidiendo con el auge de
la psicología cognitiva. El cognitivismo es un modelo teórico que surgió como
reacción al énfasis radical del conductismo en la conducta manifiesta, dejando de
lado la cognición. La inclusión progresiva de variables intervinientes en los modelos
conductistas favoreció en gran medida este cambio de paradigma, conocido como
“revolución cognitiva”.
El cognitivismo y la psicología cognitiva han supuesto un golpe sobre la mesa por parte
de una comunidad de investigadores que no quería renunciar al estudio científico de los
procesos mentales, y aproximadamente desde los años 60 han formado la corriente de
psicología hegemónica en todo el mundo.
Para explicar los orígenes de la psicología cognitiva hay que retroceder a mediados del
siglo pasado.
A partir de ese momento empezó a ser posible entender la mente humana como un
procesador de información comparable a cualquier ordenador, con sus puertos de
entrada y de salida de datos, partes dedicadas a almacenar datos (memoria) y ciertos
programas informáticos encargados de procesar la información de manera adecuada.
Esta metáfora computacional serviría para crear modelos teóricos que permitiesen
formular hipótesis e intentar predecir el comportamiento humano hasta cierto punto.
Nacía así el modelo informático de los procesos mentales, muy utilizado en psicología
a día de hoy.
La revolución cognitiva
A la vez que se sucedían los progresos tecnológicos en el ámbito de la informática, el
conductismo iba siendo cada vez más criticado. Estas críticas se centraban,
básicamente, porque se entendía que sus limitaciones no permitían estudiar
adecuadamente los procesos mentales, al limitarse a extraer conclusiones sobre lo que
es observable directamente y lo que tiene una repercusión clara sobre el entorno: la
conducta.
De este modo, durante los años 50 surgió un movimiento a favor de una reorientación
de la psicología hacia los procesos mentales. En esta iniciativa participaron, entre otros,
seguidores de la antigua psicología de la Gestalt, investigadores de la memoria y el
aprendizaje interesados en lo cognitivo, y algunas personas que se habían ido
distanciando del conductismo y, especialmente, Jerome Bruner y George Miller, que
encabezaron la revolución cognitiva.
La reorientación de la psicología
Sin embargo, cabe destacar que ni el paradigma cognitivista ni, por extensión, la
psicología cognitiva están libres de críticas. Las investigaciones realizadas en el seno
de la psicología cognitiva reposan sobre varios supuestos que no tienen por qué ser
ciertos, como por ejemplo la idea de que los procesos mentales son algo distinto a la
conducta y que lo primero causa lo segundo. Por algo es que, aún a día de hoy, existe
el conductismo (o un descendiente directo de este, más bien, y no solo no ha sido
totalmente asimilado por la escuela cognitiva, sino que ademásla critica duramente.