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RESUMEN
Esta comunicación parte de la identificación de los problemas de comprensión
lectora a los que se enfrentan dos grupos: los discentes adultos de Español
Lengua Extranjera (ELE) o Segunda Lengua (EL2) y el alumnado de Educación
Infantil (E.I.). A continuación presentamos una metodología que permite
trabajar la comprensión lectora en tres momentos: antes, durante y después de
la lectura.
PALABRAS CLAVE
Español Lengua Extranjera (ELE)/ Español Segunda Lengua (EL2)- Educación
Infantil (E.I.)- Comprensión lectora. Comprensión escrita.
STEP BY STEP: THREE PHASES TO IMPROVE READING
COMPREHENSION WHEN WE DON'T UNDERSTAND A THING
TEXTO
La comprensión lectora es el objetivo mayoritariamente perseguido por los
lectores que se acercan a un texto. Sin embargo dicha comprensión no siempre
se alcanza, las causas pueden ser variadas. Pensemos por un momento en
dos tipos de lectores que por su situación pueden tener mayores dificultades
que el resto, nos estamos refiriendo a los discentes de Educación Infantil (E.I.)
y al alumnado adulto de Español Lengua Extranjera (ELE) o Español Segunda
Lengua (EL2) de los niveles bajos e intermedios.
El objetivo que el profesor proponga a sus discentes puede y debe ser variado,
así a veces les pedirá que se fijen o busquen una información determinada que
desconocen o sobre la que dudan, otras que lean por placer, en otras
ocasiones la lectura servirá para buscar por ejemplo un tesoro escondido en el
aula de E.I.... o elaborar en clase de ELE/EL2 una receta española como la del
gazpacho.
Dado que es oportuno en esta fase partir de los conocimientos previos de los
alumnos, un buen comienzo podría ser acudir a sus experiencias.
Especialmente esto nos parece indicado con alumnos de E.I. o de ELE/EL2, ya
que los conocimientos de los primeros suelen ser menores que los que se
poseen en etapas educativas posteriores y las experiencias de los segundos
pueden ser muy variadas. Al dar la oportunidad de que los alumnos exterioricen
conocimientos y experiencias previas, el profesor conoce más la realidad de
sus alumnos y el punto desde el cual parten para comenzar la lectura. Los
discentes, por su parte, se implican más ya que se relaciona el texto con su
propia vida.
Al hablar de lecturas en voz alta estamos pensando en las lecturas que los
maestros hacen frente a sus alumnos en las que el texto sólo lo tiene el
docente y no los alumnos, muy habitual, por ejemplo, en las aulas de E.I..
Consideramos que en situaciones de lectura de este tipo, el maestro no debe
parar en exceso su verbalización para introducir actividades que le permitan
comprobar que sus alumnos comprenden todo a cada momento, puesto que
esto podría perjudicar la fluidez misma de la lectura, deteniéndola hasta tal
punto que los estudiantes perdieran el hilo de la historia que se les narra.
Además el profesor podría correr el riesgo de convertir la lectura en un acto
redundante y pesado que finalmente provocara la pérdida de interés por parte
de los alumnos.
Sin embargo, en una etapa como E.I, actividades de este tipo, podrían suponer
una sobrecarga cognitiva ya que, por lo general, los alumnos de esta etapa no
dominan el código escrito. Por ello pensamos que su uso ha de ser puntual y/o
hacerlo con textos muy breves.
En el caso de los alumnos de E.I., su escaso conocimiento del mundo les hace
más propensos a quedarse con información secundaria pero que, por algún
motivo, les ha podido llamar más la atención. Si tras realizar una lectura con
ellos preguntamos tanto por detalles como por ideas principales, lo único que
hacemos es perjudicarlos, porque contribuimos a que los alumnos no sepan
discernir entre información relevante e información irrelevante.
Así, por ejemplo, ante la lectura de un cuento como Caperucita roja sería
absurdo que, para comprobar si lo han comprendido, la maestra preguntara:
¿Qué lleva Caperucita en su cesta?, ¿quién le hizo la caperuza a la niña?, ¿de
qué color era? Es muy probable que haya quien, habiendo comprendido el
texto, no sea capaz de contestar bien a estas preguntas, pero, por otro lado, no
nos engañemos, el hecho de que la niña lleve bocadillos en la cesta o
mermelada o tarta, no cambia el mensaje del cuento en nada, no afecta al
argumento.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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