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Fabio Leiva
National University of Colombia
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All content following this page was uploaded by Fabio Leiva on 20 May 2015.
Resumen
La agricultura de precisión (AP) parte de un concepto novedoso que busca optimizar el manejo de
la producción agrícola teniendo en cuenta la variabilidad del agroecosistema. De esta manera se
establecen estrategias para usar los insumos necesarios en la cantidad requerida, en el sitio
adecuado y en el momento oportuno. Tal y como se le conoce en Europa y USA, su desarrollo se
basa en tecnologías electrónicas, de telecomunicación y de informática y en equipo agrícola
especialmente adaptado para la aplicación diferenciada de insumos según las necesidades del
cultivo o del suelo. En países tropicales, dada la heterogeneidad de sus agroecosistemas, el concepto
de manejo de la variabilidad adquiere plena vigencia, pero se requieren adaptaciones tecnológicas
de apropiadas al medio.
En la conferencia se presentan las definiciones básicas sobre variabilidad y otros conceptos en los
cuales se fundamenta la agricultura de precisión; se analizan sus retos y requerimientos
tecnológicos; y, se discuten los aspectos económicos y ambientales que definen la contribución de
la AP al desarrollo de una agricultura sostenible y competitiva.
Introducción
La agricultura de precisión (AP) es una concepción que busca optimizar el proceso productivo a
partir del manejo de la variabilidad del agroecosistema. La AP nace de la creciente conciencia de
que el manejo tradicional de la agricultura basado en la generalización y en los promedios conlleva
a un pobre entendimiento del proceso de producción, resulta costoso y es causa de impactos
ambientales negativos (Blackmore et. al., 1995). Sus inicios se remontan a finales de los años 1980s
en Europa y USA. Más recientemente se ha tenido desarrollos incipientes en algunos países en vías
de desarrollo.
1
Profesor Asociado, Facultad de Agronomía, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. frleiva@yahoo.es
La AP permite establecer estrategias de manejo para usar los recursos necesarios en la cantidad
requerida, en el lugar adecuado y en el momento oportuno, por lo cual tiene un inmenso potencial
para mejorar la gestión de la empresa agropecuaria en aspectos ambientales y económicos. En este
sentido, la aplicación de la AP puede mejorar la sostenibilidad y la competitividad de la agricultura
colombiana.
La variabilidad espacial puede ocurrir dentro de una finca y aún dentro de un mismo lote, por
ejemplo diferentes contenidos de un nutriente del suelo diferencias en rendimiento de un cultivo
(Figura 1). Igualmente, se presentan cambios temporales (aún en lapsos cortos) que pueden afectar
considerablemente la producción, por ejemplo en el clima, en el contenido de humedad del suelo o
de un nutriente durante el desarrollo del cultivo.
Para el manejo del cultivo bajo la concepción de AP es importante establecer los factores sobre los
cuales tenemos escaso control y aquellos sobre los cuales podemos actuar (Cuadro 1). El clima es
una de las fuentes de variación más importante en agricultura, con grandes implicaciones para la
productividad del cultivo; sin embargo, difícilmente podemos modificarlo en un cultivo en
particular, a menos que trabajemos en condiciones de invernadero.
Figura 1. Mapa de rendimientos de un cultivo de trigo en Inglaterra (las zonas oscuras
representan mayores rendimientos por sitio)
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Cuadro 1. Grado de control sobre factores que afectan la productividad del cultivo
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Tecnología
La AP en países desarrollados requiere una serie de herramientas tecnológicas que incluye: sistemas
de posicionamiento geográfico (SPG) (Figura 2), equipo para recoger información (sensores locales
o remotos), sistemas de información geográfica (SIG), programas de computador para elaboración
de mapas, maquinaria y equipos para aplicación de insumos con tasas variables y computadores. La
Figura 3 ilustra una metodología para el manejo de un cultivo tipo cereal con esa tecnología. El
proceso inicia con la determinación del mapa de rendimientos del cultivo, a partir de un sensor y un
SPG localizados en la cosechadora combinada. El análisis del mapa de rendimientos, con la ayuda
de otra información generada (p. ej. Mapas de suelos, de malezas), permite construir un sistema de
soporte de decisiones (SSD), con el cual se diseña un mapa de tratamientos de acuerdo con la
variabilidad. El SSD y los mapas son procesados en computadores tanto a nivel de campo como de
oficina. El mapa de tratamientos se instala en el computador del tractor para que automáticamente
se modifique la aplicación de insumos en el equipo de aplicación (fertilizadora, sembradora o
aspersora de productos fitosanitarios).
Desde el punto de vista ecológico, se pueden obtener beneficios en la medida en que se haga un uso
más racional de los insumos agrícolas. Un caso típico lo representa la fertilización específica por
sitio, en la cual se aplica en el momento oportuno, la cantidad necesaria en el sitio requerido,
permitiendo que las plantas los tomen sin que éstos se pierdan en al ambiente (Auerhammer, 2001).
Sin embargo, el concepto de AP no es ambientalista per se. Esto depende de la actitud del
productor. Si el agricultor, con el fin de buscar mejores beneficios económicos, opta por aumentar
la dosis de fertilizantes, esto conlleva incrementos en el uso de energía y la posible generación de
residuos indeseables, reduciendo la posibilidad de obtener beneficios ambientales (Leiva, et. al.,
1997).
Desde el punto de vista económico, los ahorros potenciales en insumos debido a aplicaciones
precisas y el mejor desarrollo del cultivo conducen a ganancias económicas (Yule, Crooks, 1996).
Igualmente, el hecho de contar con mayor y mejor información puede tener efectos favorables
importantes sobre la economía de la producción. Una manera de visualizar esta información es
generar un mapa de ingreso neto (ingreso total menos costos totales), a partir de los mapas de
rendimientos, conociendo los costos totales del cultivo y el precio de venta del producto cosechado
(Figura 4). Sin embargo, el análisis beneficio - costo debe incluir los costos adicionales por
concepto de inversión y uso de la nueva tecnología, por el muestreo y por el cambio tecnológico.
Puede decirse que entre mayor sea la variabilidad, la aplicación de los principios de la AP resulta
más justificable tanto desde el punto de vista técnico como del económico. Leiva et. al. (1997)
encontraron en dos estudios de caso, en dos fincas en Inglaterra, que el beneficio económico de la
utilización de AP en la aplicación de agroquímicos es una función de los ahorros en insumos
(fertilizantes y plaguicidas) y de los aumentos en rendimientos del cultivo como resultado de
mejores y más precisas aplicaciones de estos insumos. La más alta rentabilidad se encontró en la
finca de mayor tamaño, indicando economías de escala en el uso de la tecnología de AP.
Figura 4. Mapa de beneficio económico de un cultivo de trigo en Inglaterra (las zonas rojas
representan mayores ingreso económicos por sitio)
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La adaptación y la adopción de la AP es un proceso que debe darse por etapas, iniciando con la
comprensión del concepto mismo y avanzando paulatinamente hacia el uso de tecnologías y
técnicas que favorezcan su implementación (Schuler, 1998). Una posible secuencia incluye las
siguientes etapas (niveles tecnológicos): i) medir y evaluar variabilidad de parámetros claves, p. ej.
rendimiento o tipos de suelo; ii) establecer o valorar posibles causas de esa variabilidad; iii) corregir
errores evidentes en el proceso productivo; iv) decidir estrategias de manejo de la producción; v)
evaluar diferentes alternativas tecnológicas, incluyendo análisis beneficio-costo del uso de esa
tecnología; vi) adoptar un cierto nivel tecnológico de AP; vii) evaluar, hacer seguimiento y
monitoreo. Los pequeños productores, cuya capacidad económica no les permite adquirir algunos
desarrollos tecnológicos, pueden ser usuarios de la AP cuando existe oferta de estos servicios por
parte de contratistas privados (Leiva et. al., 1997), o bien cuando organizan su propio servicio
mediante empresas comunitarias.
Bibliografía citada