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Hijo:
Que bueno que se presenta esta oportunidad para poder escribirte, ya que el ajetreo de
nuestro diario vivir no nos permite darnos estos momentos para expresar a través de la
palabra escrita nuestros sentimientos.
Eres bien preciado que con ansia espero.
Fruto genuino de un cariño limpio y puro.
Vínculo sagrado que cual ángel desciende,
para elevar dos almas hacia el cielo.
*Será tu llanto el que acompañe* mi alegría
Tu sonrisa la que consuele mi tristeza,
Tu mirada quien me acaricie con ternura
Tu dulce balbucear el que llene el alma mía.
Ahora que has crecido me siento contenta pero a la vez triste, al darme cuenta que ya no
dependerás más de tus padres. Te hemos dado la mayor de las riquezas: Educación y el
conocimiento de Dios.
Nunca humilles, pero tampoco permitas que te humillen. Respeta y date a respetar. No sigas a
las multitudes que siguen como esclavos la última moda y al último ídolo. Se tu mismo,
auténtico, genuino, original. Elige el sitio de los triunfadores y exitosos, no de los fracasados. El
verdadero éxito consiste en llegar a ser como Dios quiere que seas. Consiste en alcanzar el más
alto nivel de perfección moral. Consiste en desarrollar un carácter íntegro, que se proyecte
hacia el porvenir y trascienda la vida presente para alcanzar la vida futura e inmortal.
Para alcanzar el éxito es necesario fijarse un ideal bien definido, trazar buenos planes para
alcanzarlo y luego perseverar en la lucha hasta lograr la victoria.
Ruega a Dios que ponga en tu mente el ideal que más convenga a tus necesidades, a las
necesidades de los demás y a sus propósitos para contigo.
Nunca como ahora tuvo tanta necesidad el mundo de jóvenes entusiastas. Una vez más el
mundo está a la busca de salvadores de la civilización y renovadores de fe en el porvenir. Solo
un joven entusiasta y optimista es capaz de creer que el futuro ofrece algo más que ruina y
desolación.
Que siempre lleves contigo que el dinero no es todo, que todos somos lo mismo, que
Algunos ricos en dinero y otros más de ilusión, pero al final del camino de la
Misma condición.
Que llegarás tan lejos como tu te lo propongas, recuerda no separarte del camino. Si
Sientes que no haz avanzado, no te detengas aún, recuerda que todo tiene solución,
Sólo busca la respuesta en el fondo de tu corazón.
Lucha contra todo y alcanza tus metas, no te desesperes si tarda en llegar, todo
Llega si luchas por ello, solo haz lo correcto y se te cumplirá.
Emprende tu vuelo hijo mío, no temas caer, porque ahí siempre y aunque no esté
Presente y no puedas verme te veré y velaré para protegerte y esperando para
Darte mi mano estaré.
CARTA A MI HIJO
Hola hijo, seguramente te extrañara esta carta
Tal vez pensaras que no es necesaria, pues mantenemos
Una buena comunicación, sin embargo no quise dejar pasar
La oportunidad de dejar plasmado en un papel el cariño, el amor
El respeto, la confianza, la admiración y toda la felicidad que siento
Al tenerte a mi lado, aunque antes de que nacieras sentía inquietud,
Curiosidad y ansiedad por conocerte, saber si eras como te imaginaba,
Saber si estabas bien. En fin todas mis expectativas fueron superadas
Pero por mucho, en el momento de tenerte en mis brazos recién nacido saber que
distinguías mi voz me hizo llorar de felicidad pues se que me
Reconocías pues te hablaba desde que estabas en la pancita de tu mamá.
El verte tan tierno y frágil, pero a la vez con actitud y fortaleza
Para conducirte en este nuevo mundo que juntos hemos recorrido
Trazando metas y apoyándonos en los principios y valores que nos
Indican el camino, me ha hecho reflexionar en cuanto significas para mi
Me siento en deuda con Dios porque a nuestra casa te mando como una
Bendición.
Una bendición que he de agradecer eternamente, pues ten la seguridad que
Aun cuando no este, seguirás siendo mi hijo amado
Se que te he demostrado mi amor en toda ocasión, pero hoy que lo pongo
Por escrito tengo la certeza que jamás lo pondrás en duda y que lo
Tendras grabado en el corazón
Espero poder escribirte con mas frecuencia y me gustaría que me
Correspondieras de esta misma forma platicándome tus inquietudes.
Ten presente que en mi tienes un amigo y confidente que siempre vera por ti
Hasta la próxima
P.D. COMO TRIMBRE VA MI CORAZÓN.
CARTA A MI HIJA
UN DIA TAN HERMOSO COMO HOY ME DISTE TU ALEGRIA DE VIVIR
ME REGALASTE EL MEJOR DE LOS REGALOS LA MAS GRANDE ILUSION QUE UNA MUJER
PUEDA TENER! UNA HIJA.¡
SIEMPRE SENTI QUE SERIAS MUY IMPORTANTE LAS MAS LINDA PARA MI
ERES TAN LINDA TAN SERIECITA QUE ERES MI ORGULLO ME SIENTO VIVA ME SIENTO FELIZ
POR TENERTE HIJA MIA SIEMPRE SIGUE ASÍ QUE SERAS UNA GRAN PERSONA PORQUE HOY
QUE CUMPLES QUINCE AÑOS NO TENGO PALABRAS PARA AGRADECERTE QUE SEAS COMO
SOS
UNA PEQUEÑA MUJERCITA CON SUS CINCO SENTIDOS PUESTO LA QUE SABE LO QUE QUIERE
TE CONSIDERO LA MEJOR PERDON TE PIDO HIJA MIA SI NO SUPE QUIZAS EN ALGUN
MOMENTO DE TU VIDA SER LA MADRE QUE TU QUERIAS. SOLO PUEDO DECIRTE QUE LOS
CUMPLAS FELIZ QUE SIEMPRE SEAS MUY FELIZ .
Carta a un niño
Autor: Jean Guitton
Querido niño:
Estamos cerca el uno del otro: tú, que comienzas la vida, y yo que la concluyo.
Suele decirse (y es verdad) que los extremos se tocan, y yo me entiendo mejor
contigo que con aquellos que se encuentran a mitad del camino de la vida y que
son llamados "mayores".
Cuando yo era pequeño como tú (la vida pasa tan rápido que pareciera que fue
ayer) se me hablaba continuamente de los "mayores". Experimentaba por ellos un
extraño sentimiento mezclado de atracción y desconfianza. Me parecía que el
mundo de los grandes fuese un mundo diverso, prohibido a los niños.
Ahora que mi vida no puede recomenzar oigo decir que la infancia es la edad de la
felicidad perfecta. Pero, ¿es verdad? Cuando se es, como tú, un niño, no se disfruta
de la infancia. Y cuando un adulto cree revivir la propia infancia, evoca una
condición que no existió.
Visité una vez a un célebre filósofo alemán llamado Heidegger. En aquel tiempo
vivía en una celda como de ermitaño, y en medio de aquel campo cubierto de
nieve, Heidegger me dio este consejo: "Si quiere usted progresar tanto en filosofía
como en religión, deje que los niños le hagan preguntas. No siempre podrá
responderlas, pero le harán descubrir la verdad. Porque aunque la Verdad está
siempre velada, son los niños los que descorren el velo".
Un día me preguntaste qué cosa era el ser. Y no supe responderte. Otro día me
dijiste: "¿Por qué yo no soy Francisco? ¿Por qué Francisco no es yo?". Y otro día:
"Si tenemos dos ojos, ¿por qué no vemos dos cosas?". Y regresando del catecismo:
"Entiendo quién es el diablo y quién es el buen Dios. Pero, dígame: ¿Por qué, si
Dios es omnipotente, no mata al diablo?".
Las preguntas que haces son precisamente aquellas a las que ningún filósofo podría
responder.
Te miro con ternura, con temor, con esperanza. Porque yo soy el pasado y tú el
porvenir. ¿Serás tú, acaso, quien renueve la alegría de la tierra?
Por esto debes seguir siendo niño. Aun creciendo, debes permanecer siendo niño.
Entonces serás un poeta, un artista. Estarás entre aquellos a los que la gente
admira porque han sabido conservar el asombro de la infancia.
Te doy unos consejos para seguir siendo niño. Por la mañana, sobre todo cuando te
despiertes, siéntete maravillado como si el sol estuviese surgiendo por vez primera,
como si por primera vez salieras de la cama para vivir. Imagina que ayer no existía
cuanto ahora estás viendo, como si estuvieses asistiendo al nacimiento del sol, al
principio del mundo.
En la escuela haz tus deberes y aplícate. Aprende a trazar las líneas, a no cometer
errores. Te aconsejaría ser un poco distraído; que una parte de ti preste atención a
las líneas, a la puntuación y a todo aquello que te enseñan los maestros, y la otra
parte sea como un pájaro que vuele lejos, sin prestar atención a nada. Pera
conservarte niño durante toda la vida, es esta segunda parte de ti mismo la que
deberás cultivar. Dirán que sueñas. Pero es el sueño despierto lo que hace al
genio.
Los grandes te enseñarán el esfuerzo. Tú les enseñarás a ellos el acto del abandono
llamado "gracia". Nosotros te daremos las reglas; tú, en cambio, nos darás tu
fantasía, tu inocencia. Nosotros te impondremos la gravedad; tú nos enseñarás la
alegría.
El día termina. Cae la tarde. El sol se va, como tú, a dormir entre nubes de luz y
color. Es el momento en que entrarás en lo que es llamado la noche. Es el
momento en que se construyen los sueños. Y los sueños de un niño son los sueños
más bellos.
Carta para mi Hijo...(una bonita reflexion para todas las madres).
Era una mañana como cualquier otra. Yo, como siempre, me hallaba de mal humor.
Te regañé porque te estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no
parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta.
Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa.
Furioso te levanté por el cabello y te empujé violentamente para que fueras a cambiarte
de inmediato. Camino a la escuela no hablaste. Sentado en el asiento del auto llevabas la
mirada perdida.
Te despediste de mi tímidamente y yo solo te advertí que no te portaras mal.
Por la tarde, cuando regresé a casa después de un día de mucho trabajo, te encontré
jugando en el jardín.
Llevabas puestos tus pantalones nuevos y estabas sucio y mojado.
Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa los zapatos, que parecía no
interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte.
Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras marchabas delante de
mi te indiqué que caminaras erguido.
Más tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa.
A la hora de cenar arrojé la servilleta sobre la mesa y me puse de pie furiosa porque no
parabas de jugar.
Con un golpe sobre la mesa grité que no soportaba más ese escándalo y subí a mi
cuarto.
Al poco rato mi ira comenzó a apagarse.
Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar para darte una
caricia, pero no pude.
¿Cómo podía una madre, después de hacer tal escena de indignación, mostrarse sumisa
y arrepentida?
Luego escuché unos golpecitos en la puerta.
"Adelante" dije adivinando que eras tu.
Abriste muy despacio y te detuviste indeciso en el umbral de la habitación.
Te miré con seriedad y pregunté: ¿Te vas a dormir?, ¿vienes a despedirte?
No contestaste.
Caminaste lentamente con tus pequeños pasitos sin que me lo esperara, aceleraste tu
andar para echarte en mis brazos cariñosamente.
Te abracé y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito.
Tus manitas rodearon fuertemente mi cuello y me diste un beso suavemente en la
mejilla. Sentí que mi alma se quebrantaba.
"Hasta mañana mamita" me dijiste.
¿Qué es lo que estaba haciendo?
¿Porqué me desesperaba tan fácilmente?
Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta, a exigirte como si fueras
igual a mí y ciertamente no eras igual.
Tu tenías unas cualidades de las que yo carecía: eras legítimo, puro, bueno y sobretodo,
sabías demostrar amor.
¿Porqué me costaba tanto trabajo? ¿Porqué tenía el hábito de estar siempre enojada?
¿Qué es lo que me estaba aburriendo?
Yo también fui niña. ¿Cuándo fue que comencé a contaminarme?
Después de un rato entré a tu habitación y encendí una lámpara con cuidado.
Dormías profundamente. Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca.
entreabierta, tu frente húmeda, tu aspecto indefenso como el de un bebé.
Me incliné para rozar con mis labios tu mejilla, respiré tu aroma limpio y dulce.
No pude contener el sollozo y cerré los ojos.
Una de mis lágrimas cayó en tu piel. No te inmutaste.
Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio.
Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación.
Si Dios me escucha y te permite vivir muchos años, algún día sabrás que los padres no
somos perfectos, pero sobre todo, ojalá te des cuenta de que, pese a todos mis errores, te
amo más que a mi vida.