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Régimen cambiario

El régimen cambiario es el conjunto de normas que regulan aspectos de los cambios


internacionales.

Los cambios internacionales se pueden definir como todas las transacciones con el
exterior que implique pago o transferencia de divisas o títulos representativos de las
mismas.

El mercado cambiario está constituido por la totalidad de las divisas que deben
canalizarse obligatoriamente, así como las divisas que, no obstante estar exentas de esa
obligación, se canalicen voluntariamente a través de los mecanismos establecidos por el
régimen cambiario para ello, que son:

Por conducto de los intermediarios autorizados (intermediarios del mercado cambiario).

• A través del mecanismo de compensación.

Las divisas que debe canalizarse a través del mercado cambiario son las que se originan
en:

•Importación y exportación de bienes.

• Operaciones de endeudamiento externo celebradas por residentes en el país, así como


los costos financieros inherentes a las mismas.

• Inversiones de capital del exterior en el país, así como los rendimientos asociados a
las mismas.

• Inversiones de capital colombiano en el exterior, así como los rendimientos asociados


a las mismas.

• Inversiones financieras en títulos emitidos y en activos radicados en el exterior, así


como los rendimientos asociados a las mismas, salvo cuando las inversiones se efectúen
con divisas provenientes de operaciones que no deban canalizarse a través del mercado
cambiario.

•Avales y garantías en moneda extranjera.

•Operaciones de derivados.

De acuerdo con la normatividad cambiaria, las divisas a las cuales nos estamos
refiriendo, necesariamente deben ser compradas, vendidas o transferidas por intermedio
de un banco comercial, hipotecario, una corporación financiera, una compañía de
financiamiento comercial, la Financiera Energética Nacional -FEN-, el Banco de Comercio
Exterior de Colombia S.A. -BANCOLDEX-, una cooperativa financiera, una sociedad
comisionista de bolsa, una casa de cambio o de una cuenta corriente de compensación.

la Ley 9 de 1991

La Ley 9ª de 1991 o Marco de Cambios Internacionales, es la norma que establece las


disposiciones generales a las que debe sujetarse el Gobierno Nacional para regular los
cambios internacionales, señala los criterios, propósitos y funciones que deben
observarse por parte del Ejecutivo, la Junta Directiva del Banco de la República y el
Departamento Nacional de Planeación al expedir la normatividad que regula el régimen
cambiario, precisando, para este efecto, que corresponde a la Junta Directiva del Banco
de la República la función de regular lo relacionado con cambios internacionales y al
Departamento Nacional de Planeación lo concerniente a inversiones internacionales.

operaciones de cambio

Se consideran Operaciones de cambio obligatoriamente canalizables a través del


Mercado cambiario aquellas que deben ser necesariamente transferidas o negociadas
por medio de los Intermediarios del mercado cambiario o las Cuentas de compensación.

De acuerdo con los artículos 4 del Decreto 1735 de 1993 y 7 de la Resolución Externa 8
de 2000 de la Junta Directiva del Banco de la República, las operaciones de cambio
obligatoriamente canalizables a través del mercado cambiario son las siguientes:

• Importación y exportación de bienes;

• Operaciones de endeudamiento externo celebradas por residentes en el país, así como


los costos financieros inherentes a las mismas;

• Inversiones de capital del exterior en el país, así como los rendimientos asociados a
las mismas;

• Inversiones de capital colombiano en el exterior, así como los rendimientos asociados


a las mismas;

• Inversiones financieras en títulos emitidos y en activos radicados en el exterior, así


como los rendimientos asociados a las mismas, salvo cuando las inversiones se efectúen
con divisas provenientes de operaciones que no deban canalizarse a través del mercado
cambiario;

• Avales y garantías en moneda extranjera;

• Operaciones de derivados.

Política cambiaria

El manejo de las divisas es uno de los aspectos más complejos de la economía de un


país. Conseguir un tipo de cambio adecuado a la realidad y a las circunstancias
económicas, es una tarea compleja y de gran importancia que tiene efectos en los más
diversos aspectos de la vida económica de un país.

Pues bien, la implementación de instrumentos y medidas aplicadas por un gobierno con


el objetivo de regular el tipo de cambio de una moneda se conoce como política
cambiaria.

La política cambiaria busca controlar el tipo de cambio ideal de una divisa, puesto que
el tipo de cambio tiene efecto directo sobre diversos aspectos de la economía de un país,
y es definitiva en el manejo de la inflación, las exportaciones e importaciones, lo que a
la vez redunda en el empleo y el crecimiento económico.

El tipo de cambio de un país refleja su oferta y demanda de divisas, en que la oferta


proviene básicamente de las exportaciones y los flujos de entrada de capitales, y la
demanda de la necesidad de importar bienes y servicios.
Las expectativas sobre el futuro de la balanza de pagos a menudo juegan también un
papel en la determinación de la tasa de cambio del momento.

En la mayor parte de las circunstancias, el tipo de cambio también responde a las tasas
de inflación interna, por la siguiente razón: un incremento en los precios nacionales
superior al aumento de precios en los socios comerciales torna las exportaciones del país
menos competitivas y sus importaciones más atractivas. Por lo tanto, si los otros factores
no varían, esto disminuirá la oferta futura de divisas con relación a su demanda, y por
ende hará que el tipo de cambio se deprecie.

En este sentido simple, haciendo abstracción de los flujos de capital, el tipo de cambio
no controlado tenderá a moverse con el tiempo en consonancia con el diferencial entre
la inflación interna y la externa, manteniendo así la “paridad del poder adquisitivo” entre
el país y sus socios comerciales. Esta es la tendencia a largo plazo, pero puede haber
variaciones considerables en el corto plazo alrededor de esta tendencia, especialmente
en respuesta a las fluctuaciones de los flujos de capital.

Dado que la depreciación del tipo de cambio encarece las importaciones, los movimientos
del tipo de cambio alimentan adicionalmente la inflación interna. Sin embargo, los
aumentos de la tasa de inflación inducidos por el tipo de cambio tienden a ser
proporcionalmente menores que la depreciación cambiaria misma (usualmente 50 por
ciento a 70 por ciento de la depreciación). Por lo tanto, si la inflación se puede controlar
con políticas fiscales y monetarias apropiadas, los movimientos del tipo de cambio y la
tasa de inflación disminuirán y eventualmente cesarán, dando como resultado la
estabilidad de los precios.

Es importante tomar en cuenta la cadena de causalidad económica básica: la Política


fiscal y la Política monetaria determinan la tasa de inflación, y esta última a su vez juega
un papel importante en la determinación del tipo de cambio. Pero, dado que los
movimientos del tipo de cambio generan efectos temporales en dirección opuesta,
aumentando la tasa de inflación, los gobiernos que buscan la estabilidad a veces tratan
de fijar el tipo de cambio, o restringir sus movimientos, para reducir la tasa de inflación
a corto plazo.

En muchos países en desarrollo esta es una política popular entre la clase media urbana,
principal compradora de bienes de consumo duraderos importados. Sin embargo, es una
política que va contra la dirección de la causalidad y, por consiguiente, difícil de sostener.
Esta política debilita la competitividad de las exportaciones y hace difícil a los productores
competir con las importaciones en el mercado nacional. Con un tipo de cambio fijo, los
incrementos en los costos y precios domésticos se transmiten en las mismas
proporciones al precio de las exportaciones expresado en moneda extranjera, y por eso
las exportaciones se vuelven menos competitivas en los mercados externos. Como
resultado, un tipo de cambio fijado sin tomar en cuenta la inflación del país o que no
fluctúa lo suficiente para mantener la paridad del poder adquisitivo, puede hacerse
insostenible y la política fracasar.

Cuando el tipo de cambio se deprecia menos que la diferencia entre las tasas de inflación
interna y externa, se dice que el tipo de cambio real se aprecia. Esto puede ocurrir por
razones económicas naturales, como cuando ingresa un flujo de divisas grande y
continuo, más o menos indiferente a la tasa de inflación interna.
Tasa de cambio

La tasa de cambio mide la cantidad de pesos que se deben pagar por una unidad de
moneda extranjera. En nuestro caso se toma como base el dólar porque es la divisa más
utilizada en Colombia para las transacciones con el exterior. Igual que el precio de
cualquier producto, la tasa de cambio sube o baja dependiendo de la oferta y la
demanda. Cuando la oferta es mayor que la demanda, es decir, hay abundancia de
dólares en el mercado y pocos compradores, la tasa de cambio baja; y cuando hay
menos oferta que demanda (hay escasez de dólares y muchos compradores), la tasa de
cambio sube.

Existen varios tipos de regímenes de tasa de cambio:

Régimen de tasa de cambio fija

En este régimen el Banco Central se compromete a que la tasa de cambio se va a


mantener en un valor predeterminado. Así, cuando se presenta exceso de demanda de
divisas, el Banco suministra al mercado las divisas necesarias para mantener la tasa de
cambio en su valor prefijado. Igualmente, cuando se presentan excesos de oferta, el
Banco adquiere las divisas para evitar que la tasa de cambio disminuya.

Régimen de tasa de cambio flexible

En este régimen el Banco Central se abstiene de intervenir y la tasa de cambio está


totalmente determinada por la oferta y la demanda de divisas en el mercado.

Los movimientos de la tasa de cambio hacia arriba o hacia abajo se denominan:

Devaluación

Así se llama el movimiento hacia arriba de la tasa de cambio; es decir, cuando hay que
dar más pesos por cada dólar que se negocia.

Revaluación

Así se llama el movimiento hacia abajo de la tasa de cambio; es decir, cuando hay que
dar menos pesos por cada dólar que se negocia.

Tasa de cambio nominal

Es la cual se compran o se venden las divisas, Esta, además de la tasa de cambio


nominal, tiene en cuenta la inflación interna y la inflación de los países con los cuales
Colombia tiene relaciones comerciales. La tasa de cambio real refleja la competitividad
de los productos colombianos frente a los productos de los demás países.

Tasa de cambio real

refleja el verdadero poder de compra de la moneda nacional frente a una o varias


monedas extranjeras

Es importante conocer la diferencia entre la tasa de cambio nominal y la real. La nominal


es la tasa a la cual se compran o se venden las divisas. La tasa de cambio real refleja el
verdadero poder de compra de la moneda nacional frente a una o varias monedas
extranjeras. Esta, además de la tasa de cambio nominal, tiene en cuenta la inflación
interna y la inflación de los países con los cuales Colombia tiene relaciones comerciales.
La tasa de cambio real refleja la competitividad de los productos colombianos frente a
los productos de los demás países.

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