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EL CAMINO METODOLÓGICO, CONSTRUCCIÓN INACABADA

Documento paralelo curos Metodologías de Investigación


Profesora Daniela Bruno
Por: Robin Mejía

Partir de la pregunta, cómo voy a convertir mi proyecto en una realidad, me hace


reflexionar acerca de cuál es la metodología apropiada para culminar de manera exitosa mi
proyecto de investigación.

Lo que inicialmente se piensa desde las metodologías cuantitativas se transforma en un


ejercicio cualitativo que trata de abrazar las metodologías implicativas y que finalmente se
regenera en una construcción un poco más simbiótica; que dé cuenta de la manera como
hacer una serie de búsquedas, relaciones y análisis cuantitativos que me permitan descubrir
unos resultado que se deben contrastar con la realidad a partir de lo cualitativo.

Nombres que pasan desde el taller de ciencias, la investigación acción participativa, la


investigación militante son lugares desde donde se podría abordar la investigación; y a
partir de los cuales se puede abordar el desarrollo de un proyecto iterativo que se crea y
recrea a partir de cada nuevo paso, a través de cada dato que amplía las certezas y las
incertidumbres del trabajo investigativo.

La construcción metodológica, así a veces se abandone el terreno cualitativo y se coqueteé


con los datos cuantitativos, parte del manual de Maxwell, donde se define la investigación
como un ejercicio en permanente actualización y donde todo el trabajo, desde el título hasta
los objetivos, está en constante transformación; fruto de los cambio que se dan
permanentemente debido a los virajes que proponen las decisiones que en todo momento
deben acompañar el desarrollo de la investigación.

Un proyecto de investigación tiene que preguntarse permanente por su pertinencia y esta


está definida por su relevancia social, es decir su propósito; lo cual a la vez es lo que
permite conceptualizar los métodos de trabajo o por supuesto entender el concepto
sensibilizador que debe responder a la pregunta. La manera como se pone a interactuar este
concepto desde lo teórico y desde los sujetos actuando en sus realidades es lo que me
permitirá determinar las estrategias para la recolección, análisis, contraste y presentación de
la información recogida en el trasegar del proyecto.

El responder a preguntas como el qué quiero comprender, qué no se conoce a cerca de los
fenómenos y qué se quiere aprender nos permite saber si el abordaje de los conceptos en
tensión que transversalizan el proyecto se debe hacer desde el acercamiento empírico,
desde el desarrollo teórico, desde las fuentes vivenciales o a través de una combinación,
más o menos dirigida, de todas las opciones planteadas.

Así las cosas el proceso metodológico debe plantear una revisión de fuentes, que han de
pasar desde aquellas que me definen el contexto sociohistórico (periódicos, textos
históricos, protagonistas); hasta las fuentes académicas que me posibilitan encontrar
investigaciones empíricas que me permitan entender maneras de abordar el problema.

Entonces el diseño de la investigación implicará una serie de decisiones metodológicas que


determinarán las herramientas que se utilizarán para atravesar el problema planteado y
encontrar los elementos a trabajar a los largo de la investigación.

El primero de estos diseños está de la mano de Maxwell, quien a partir de un trabajo


deductivo plantea una investigación que se aborda desde la relación entre el investigador y
el investigado. Donde la investigación parte de la selección de momentos, individuos y
fuentes de información seleccionados; con los cuales se diseñan estrategias para recoger la
información y finalmente tomar lo obtenido para darle sentido en el marco del objeto
investigado.

Maxwell lo plantea a partir de una matriz de planificación que permite diseñar la


metodología de trabajo desde el preguntarse:

- Qué necesito conocer

- Por qué necesito conocerlo

- Qué tipos de datos responden a las preguntas (evidencias)


- Dónde encuentro los datos

- A quién contacto para acceder a los datos

- Cuál es el cronograma de adquisición.

Sobre la base de esta matriz se logra un primer acercamiento a lo que sería la investigación
planteada. Se aplican las preguntas de Maxwell y se logra configurar la investigación de la
siguiente manera:

QUÉ NECESITO POR QUÉ NECESITO QUÉ TIPO DE DATOS


CONOCER CONOCERLO RESPONDEN A LAS
PREGUNTAS

Qué servicios ofrece el estado Para realizar un catálogo que - Portal gobierno en línea
colombiano en plataforma delimite los servicios disponibles
digital en salud, educación y para interactuar. - Sitios de cada una de las

empleo. entidades

DÓNDE PUEDO A QUÉ CONTACTO PUEDO CRONOGRAMA DE


ENCONTRAR LOS DATOS ACCEDER ADQUISICIÓN

- Sitios web - Sitios web Fase 1

- Estudios de - Administradores de los


uso/accesibilidad sitios

- Estadísticas de uso. - Estudios analíticos


nacionales e
- Administradores sitios
internacionales
WEB
QUÉ NECESITO POR QUÉ NECESITO QUÉ TIPO DE DATOS
CONOCER CONOCERLO RESPONDEN A LAS
PREGUNTAS

Cuál es el nivel de Para caracterizar el porcentaje de - Estadísticas de uso u


alfabetización digital de los población que potencialmente puede accesibilidad.
ciudadanos colombianos acceder a los servicios.
- Número de usuarios
atendidos en los sitios.

CDÓNDE PUEDO A QUÉ CONTACTO PUEDO CRONOGRAMA DE


ENCONTRAR LOS DATOS ACCEDER ADQUISICIÓN

- Informes y - Bibliotecas digitales Fase 1


documentos
- MINTIC
publicados por
MINTIC
- Administradores de sitios.

- Documentos
Colombia digital.

- Estadísticas de uso de
sitios de cada entidad
analizada.

QUÉ NECESITO POR QUÉ NECESITO QUÉ TIPO DE DATOS


CONOCER CONOCERLO RESPONDEN A LAS
PREGUNTAS

Cómo el estado digital se Identificar como el estado interactúa - Entrevistas


vuelve excluyente con los diferentes actores y sus
niveles de alfabetización digital. - Observación e interacción a
través de laboratorios
controlados.

- Talleres.
- Estudios de públicos
segmentados.

CDÓNDE PUEDO A QUÉ CONTACTO PUEDO CRONOGRAMA DE


ENCONTRAR LOS DATOS ACCEDER ADQUISICIÓN

- Informes y estudios - MINTIC Fase 2


MINTIC
- Ciudadanos/usuarios
- Grupos focales ubicados en las categorías
trabajadas en la
- Talleres y investigación.
laboratorios.

Ya con el diseño tal y como Maxwell lo propone; inicia la etapa de aterrizar el proyecto a
través de herramientas metodológicas que den cuenta de manera precisa de las estrategias
para obtener, analizar, interpretar y contrastar datos. Una de las primeras luces la entrega el
taller de ciencia, desde donde se aparta del concepto de Investigación Acción Participativa
de Fals Borda, para ubicar al investigador como un ser que se relaciona con los sujetos
investigados y sus saberes populares; a través de espacios donde el científico contrasta los
resultados con el saber popular para generar posiblemente un nuevo resultado que permite
construir a través del concepto de ecología de saberes, una construcción colectiva del
conocimiento. Este concepto parte del la relación bidireccional entre la universidad y la
comunidad donde la ciencia se pone al servicio de la comunidad.

En este punto es fundamental entender que el diseño de la investigación puede lograrse a


partir de la hibridación de múltiples visiones metodológicas. Es acá donde el taller de
ciencia puede ser el eje motor de las fases finales de la investigación; donde una vez
analizada la información obtenida en los diferentes estadíos de recolección y análisis de
datos, se pueda contrastar el estado digital y sus posibles bondades con los ciudadanos
(usuarios y no usuarios de la tecnología) y su percepción, vivencias mediadas con el
concepto de inclusión y exclusión de este estado con cada una de las categorías a trabajar
en el proyecto.
Un aporte adicional a la construcción metodológica la investigación es el aporte que se da
desde el rol de los actores que participan en esta, a partir del análisis situacional estratégico
con el cual se busca delimitar los sujetos con los cuales trabajará el proyecto y entender
muy bien su rol en las acciones que se observan. Así se entiende que podemos caracterizar
la población a partir de tres grandes grupos. El primero se puede denominar como
analfabetos digitales, quienes no han tenido un contacto directo con la tecnología, y a pesar
de conocer su existencia no la usan por falta de conocimiento y acceso a capacitación. Los
migrantes tecnológicos son el segundo grupo y en esta categoría ubicamos a los ciudadanos
que hicieron parte del mundo análogo y se adaptaron hacia los modelos digitales de
interacción y transmisión de información. Finalmente encontramos a los nativos digitales,
quienes no conciben un mundo sin tecnología y sus relaciones entre ellos y con los
diferentes servicios estatales y comerciales solo se conciben desde la mediación de las tics.

Claro que es importante es establecer y medir los roles de los participantes en la


investigación a partir de una escala de confianza en el desarrollo de las transacciones
digitales; pues en este punto aparecen también dos grandes categorías o roles a saber.
Desde aquellos que desconfían plenamente de la mediación tecnológica y prefieren
establecer sus relaciones con el estado a partir de modelos presenciales; quienes sienten una
confianza media y dejan a la tecnología aquellas etapas no trascendentes y siempre
finalizan o comprueban la transacción de manera personal. Y los sujetos que confían
plenamente en la mediación digital y desarrollan todos sus procesos de interacción con el
estado a partir de plataformas digitales.

Dentro de los roles y la delimitación de estos en la investigación no se puede olvidar una


variable adicional que es el acceso de los ciudadanos a las tecnologías. En este punto el
concepto de exclusión no es dado por capacitación o confianza, sino porque el estado no es
capaz de garantizar a todos sus miembros la posibilidad de interactuar; pues en el caso de
los primeros grupos la tecnología no llega a los espacios geográficos que habitan o no
tienen suficiente capacitación. Tampoco el estado es capaz de brindar confianza en los
procesos mediados por tic y no genera en el ciudadano la tranquilidad de que sus
necesidades pueden ser resueltas por este medio; pues simplemente considera a los
ciudadanos como usuarios de un producto o servicio en línea y no los empodera como
ciudadanos con derechos.

Para continuar con el proceso de diseño metodológico se puede hablar desde la mirada de
Alfonso Torres Carrillo, quien a través de una propuesta de investigación más inductivo
nos sumerge en el mundo de las teorías participativas de investigación donde el
investigador deja de ser un sujeto ajeno al proceso y se convierte en un actor más. Este
desarrolla una investigación localizada, con un alto espacio de contextualización que se
mueve entre lo académico y lo militante. Para Torres Carrillo la investigación parte de una
dimensión investigativa crítica en la cual el sujeto participa activamente del proceso y el
investigador asume un rol; en el cual no solo ejecuta la acción de indagar, sino que también
capacita al indagado y a su vez le hace una devolución de los resultados para determinar en
él un proceso de transformación. Es importante caracterizar este diseño desde la asimetría
táctica, donde encontramos los diferentes roles que ejercen cada uno de los sujetos de la
investigación y a partir de estos se logran definir las acciones e interacciones de cada uno
de ellos. También se debe acudir a la simetría estratégica en términos de descubrir los
objetos comunes y las transformaciones democráticas.

Los laboratorios planteados dentro del proyecto acuden no solo a medir el nivel de
alfabetismo digital de cada uno de los sujetos participantes; sino de igual manera a revisar
la confianza de los mismos en las posibilidades que les brinda el estado digital. Acá se
hace importante la capacitación de los actores de la investigación para mejorar la
interacción con las TICS; pasando por las diferentes plataformas que están a su disposición
para desarrollar las actividades, hasta medir el nivel de confianza que en ellos genera el
espacio digital en los procesos de interacción con el estado a través de la mediación
tecnológica. De esta manera los actores de esta investigación se hacen participes de la
misma; desde una óptica que no solo se queda en estudiarlos desde una categoría
determinada, sino que en algunos casos puede proponer escenarios de capacitación y
reflexión que permita entender si, a través de ciertas transformaciones en los niveles de
capacitación y confianza, los actores de la investigación se relacionan de manera diferente
con el concepto de exclusión que el estado digital ocasiona y la alienación que presupone la
concepción de estos como usuarios y no como ciudadanos.
Desde este punto, el debate para la elección metodológica es importante y gira en torno a la
construcción de la investigación. Si es mejor desde un enfoque más académico tradicional,
donde el investigador toma distancia del objeto y de los actores con el fin obtener datos lo
más objetivos posibles que permitan describir y mostrar realidades e interacciones sin un
componente subjetivo claro. O si por el contrario la investigación se encamina hacia las
teorías implicativas; que sumergen al investigador en el objeto investigado y lo convierten
en un actor más, con la capacidad de incidir en la transformación de las interacciones de la
investigación que se repiensa constantemente en la medida en que los sujetos interactúan de
manera bidireccional con el proyecto.

Así un proyecto con un corte que inicialmente se traza desde lo cuantitativo, aparece de
repente interactuando con los sujetos de investigación y entregándoles una voz que
trasciende los números a partir de herramientas cualitativas que le permiten estructurarse a
partir de historias. Pero es una investigación que no solo se queda en los descriptivo, sino
que también busca interactuar con los actores y generar transformaciones; que a su vez
permitan entender aún más el alcance del concepto de exclusión y separarlo de la simple
competencia técnica, para trascender hasta el espacio de construcción del ciudadano y su
relación con el estado, mediada a partir de las TICS.

Es importante entender que desde la metodología se plantean varios momentos. Un primer


lugar cuantitativo donde la relación con los sujetos se basa en lo estadístico y que permite
entender, en un primer momento, los servicios que son mediados por el estado a partir de
TICS; cuál es el nivel de usabilidad de los mismo y estructurar las diferentes categorías en
las cuales se pueden comenzar a entender el concepto de exclusión. Sin embargo luego de
esta caracterización se debe emprender hacia un segundo momento; donde es importante
interactuar con los sujetos, particularizar las historias y comprender como la capacitación,
el acceso y la confianza se relacionan con el uso de la mediación tecnológica para acceder a
servicios del estado en calidad de ciudadanos. Como un tercer momento se debe
desarrollar ejercicios de capacitación a partir de espacios como laboratorios, que permitan
subsanar el tema de capacitación o alfabetización digital; y a partir de los resultados
encontrar si es este el único factor que genera exclusión en la relación ciudadano/estado
digital; o si una vez eliminada esta variable el acceso y la confianza se convierten en
elementos determinantes en la configuración del mapa de los excluidos por el estado
digital. Entonces al poner a los sujetos a interactuar con los servicios del estado digital con
un nivel de conocimiento básico, podremos llegar a un trabajo de devolución, donde los
actores confronten el objeto de estudio y aporten desde sus vivencias a comprender la
manera cómo interactúan con esta propuesta de estado; y si esta es realmente útil para
fortalecer la relación como ciudadanos con un estado que muchas veces se ha mostrado
lejano y complejo.

A esta altura del trabajo aparece Tomás Villasante, quien desde una mirada praxeológica y
militante propone una investigación completamente comprometida con los actores; donde
el primero se hace partícipe de los procesos investigados y desarrolla una relación empática
con los sujetos para lograr la legitimación del papel del investigador; pues los datos son
legitimados a partir del conocimiento que da la legitimación lograda por la inmersión que
se logra en los contextos investigados. En esta propuesta metodológica es importante
comprender que se busca una participación directa del investigador, quien como militante
realiza acciones directas para contribuir a las metas del grupo a partir de la formación de
públicos; desde una estrategia de investigar, formar y comunicar. Acá aparece el concepto
de la Sociopraxis como un acoplamiento de metodologías implicativas donde la
investigación busca estar inmersa en el objeto y desde este validarse a partir de lo que se
denominan los talleres de creatividad social, donde el conocimiento y los resultados de las
indagaciones son constantemente validados, complementados y refutados por los mismos
sujetos investigados.

Claro se puede hablar que esta óptica metodológica se puede tener dificultades; en tanto no
permite la mirada objetiva de la problemática a trabajar y se convierte en una mirada
pasional del objeto que puede sesgar los resultados de la investigación. Sin embargo no se
puede negar también las bondades que en momentos determinados del trabajo investigativo
pueden determinar el generar lazos con los actores de la investigación y validar los
resultados con ellos para obtener resultados más precisos. Así, a pesar de que haya posibles
choques y se corra el riesgo de una subordinación ideológica, esta propuesta ilumina los
rincones oscuros de una investigación academicista que no sale de la universidad y se
autosustenta en sí misma sin confrontarse con la sociedad o la comunidad a la que se debe.
Villasante afirma que “Los datos y las cuantificaciones en muchos casos nos parecen
colecciones de números muy abstractos, que solo reflejan que hay alguien que sabe
sumarlos o dividirlos, pero que poco nos dicen de los criterios y sentidos con lo que todas
estas operaciones numéricas se han hecho. No tenemos interés en grandes documentos
llenos de cifras con su cierto aire mágico, muchas páginas de diagnóstico, pero con escasas
y/o limitadas estrategias participadas que puedan resultar eficientes socialmente y
operativas para los objetivos propuestos”.

Y si bien la investigación planteada, por lo menos en su primera fase, no resulta tan cercana
a este corte metodológico; sí comparte con la propuesta de Villasante en términos de
trascender los datos cuantitativos, por supuesto sin olvidarlos. De igual manera la
investigación debe integrase a la propuesta de formación de públicos, en parte como
responsabilidad social, y en parte como ejercicio que permita entender la relación de los
públicos formados con el objeto de estudio.

Como conclusión el diseño metodológico que se puede construir para el proyecto ha de


tener un corte mixto, donde los datos cuantitativos serán sustento inicial que permitirá a
través de datos estadísticos recopilar los servicios que el estado ofrece en las áreas de
educación, salud y empleo; y definir las características de usabilidad, cobertura y confianza
que se genera en la relación entre los ciudadanos y el estado a partir de la mediación
tecnológica. El proceso de adquisición de la investigación se debe nutrir de una pesquisa
teórica que a su vez pueda aportar desde la conceptualización la relación entre usuario y
ciudadano a partir de miradas sobre el determinismo tecnológico y la exclusión.

Pero la pesquisa no puede parar ahí y es importante confrontar la información obtenida con
los actores principales del proceso, que son las personas que interactúan con la tecnología y
que finalmente se pueden definir desde dos ámbitos. En el primero están ubicados los
ciudadanos a través de la categorización en analfabetas digitales, migrantes digitales y
nativos digitales. El segundo ámbito parte desde el estado, donde encontramos a los dueños
de los procesos, los administradores de los sitios web y los generadores de contenidos para
los sitios. Es en este punto donde la investigación adquiere un corte cualitativo que inicia
con entrevistas a cada uno de los actores categorizados. Luego se desarrollan momentos de
observación; a partir ejercicios de laboratorio que consisten en ubicar en espacios
controlados a los participantes en el proyecto y dejarlos interactuar con los servicios que el
estado ofrece en sus plataformas. De igual manera realizar grupos focales donde se
socialice y se contraste la experiencia con el fin de construir el concepto de ciudadano en el
estado digital y los niveles de exclusión que se pueden hallar. La propuesta, desde lo
cualitativo, finaliza con talleres de creatividad social donde se pueda poner a los actores de
la investigación a interactuar con los resultados y a su vez puedan salir propuestas que
permitan entender un estado ágil en la prestación de servicios a los ciudadanos en su
diversidad a partir de una herramienta tecnológica que en todo caso no debe ser tomada
como la única alternativa de interacción.

Para este punto es fundamental desarrollar el proceso a través de la propuesta de trabajo


metodológico que nos presenta el libro Bases de la investigación cualitativa. Técnicas y
procedimientos para desarrollar la teoría fundamentada de Anselm Strauss y Juliet
Corbin; sobre todo a la hora del análisis de los datos obtenidos que como ellos mismo
afirman “Por muy emocionantes que sean sus experiencias en el proceso de recolectar los
datos, llega un momento en que éstos deben analizarse. Los investigadores se sienten a
veces perplejos ante esta tarea necesaria”. Este libro se convierte entonces en una guía para
la recolección, clasificación, análisis y contraste de todos los datos obtenidos a la luz de la
relación colaborativa que se puede tener cuando se logra una correcta interacción entre la
teorización cualitativa y cuantitativa “Las formas cualitativas y cuantitativas de
investigación tienen sus propios papeles que desempeñar en la teorización. El asunto no es
si usar una forma u otra sino más bien cómo pueden funcionar estas formas para impulsar la
construcción de una teoría. Aunque la mayor parte de los investigadores tiende a usar
métodos cualitativos y cuantitativos de formas complementarias, abogamos por una
verdadera interacción entre ambas. Lo cualitativo debe dirigir lo cuantitativo, y lo
cuantitativo retroalimentarse de lo cualitativo en un proceso circular pero al mismo tiempo
evolutivo, con cada método contribuyendo en la forma en que sólo él puede hacerlo”.

Para complementar esta investigación es importante acudir a otras propuestas


metodológicas como la cartografía social, planteada desde el grupo argentino iconoclasistas
que marcan como “Un mapa nos brinda la posibilidad de tomar distancia, de imaginar un
vuelo de pájaro que nos facilite descifrar las conexiones entre las diversas problemáticas a
fin de cuestionarlas y elaborar alternativas de resistencia, organización y cambio. La
cartografía es un proceso en permanente mutación, un punto de partida disponible a ser
retomado por otros, una plataforma desde la cual idear otras actividades” A través de esta
técnica se puede construir, en los territorios, mapas de usuarios y ciudadanos caracterizados
desde los conceptos de cobertura, usabilidad, confianza; y por supuesto transversalizados
por las dinámicas de inclusión y exclusión, donde se ubiquen espacialmente cada uno de los
grupos que se caracterizan para el proyecto.

Ya la pregunta sobre la metodología y sobre qué propuesta es más conveniente utilizar,


lejos de estar resuelta se convierte en un elemento en plena evolución; que desde el carácter
iterativo de las ciencias sociales se replantea en cada entrevista, en cada salida de campo,
en cada libro o documento trabajado. Es entonces como este primer planteamiento
metodológico está sujeto a las dinámicas de la investigación que se desarrolla en un campo
cambiante y lleno de matices, que pueden dar cuenta de procesos inacabados. Este texto
plantea un sendero a seguir que por supuesto se puede prever que se bifurcará en múltiples
ocasiones una vez se inicie el recorrido; y que cada vez obligará a tomar nuevas decisiones
que en ocasiones transformará el mismo camino recorrido.

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